
El 20 de agosto de 1936, yo era un niño de dos años y medio que dormía en la cuna, cuando a las dos de la madrugada sacaron de la cama a mi padre, de 29 años, y le condujeron, atadas las manos con “atillos” proporcionados por paisanos de guardia, al camión que esperaba en la carretera con una dotación de falangistas, frente a la cantina del pueblo de Pajares de Adaja (Ávila).
Acto seguido, mi madre de 30 años, bañada en lágrimas, me toma en brazos y de la mano de mi hermano de 4 años, a la carrera, nos trasladamos a casa de los abuelos maternos.
Esa misma madrugada del 20 de agosto de 1936, mi padre fue fusilado junto con otras seis personas, también de Pajares, entre ellas una mujer, en una cuneta, en las proximidades de Aldeaseca (Ávila), localidad distante unos 25 kilómetros de su pueblo natal. Pasadas pocas horas, los cuerpos exánimes fueron arrojados a un pozo-fosa seco cercano, por orden de los ejecutores.
Desde ese aciago día, no volvimos a ver a mi padre y tampoco volvimos a nuestra casa donde habíamos nacido en el seno de una familia humilde. Mi padre, era jornalero que asistía a reuniones en la Casa del Pueblo (UGT) y según me han contado, imbuido de ideales de justicia y de defensa de los principios republicanos.
Durante nuestra primera infancia en casa de los abuelos, con cierta frecuencia, los dos hermanos, agarrados de la mano, visitábamos a nuestra madre que servía en pueblo vecino, recorriendo andando los 5 kilómetros que nos separaban. Adquirida conciencia de lo sucedido a nuestro padre, queríamos tener recuerdos del mismo a través de las preguntas a mi madre que en el acto derramaba lágrimas por toda respuesta. Esta situación de desconsuelo, ha continuado invariable hasta su fallecimiento a la edad de 99 años.
Más tarde, en el transcurso de mi formación educativa en Madrid, me prometí que algún día, con tiempo, haría las averiguaciones necesarias para determinar el lugar exacto donde fueron arrojados los restos de mi padre y demás compañeros de infortunio.
En abril de 1959, mi hermano me informa que de buena fuente particular, le aseguran que los restos del pozo –fosa de Aldeaseca, han sido trasladados al Valle de los Caídos.
En el año 2000, ya jubilado el año anterior, leo la noticia de la exhumación de los restos del abuelo del presidente de la ARMH en Priaranza (León). Contacto con él y acordamos que me dirija a la ARMH de Valladolid que actúa en exhumaciones en localidades cercanas a Aldeaseca. Me hago socio de esta Asociación juntamente con un nieto de otra de las víctimas, residente en Valladolid.
Nuestro primer objetivo fue encontrar a alguien que hubiera presenciado la exhumación de los restos del pozo-fosa de Aldeaseca, por parte de la expedición organizada por el Gobierno Civil de Ávila, el día 1 de marzo de 1959 para el traslado de restos al Valle de los Caídos. Dimos con una persona que lo había presenciado y accedió a hablar y confirmar que en dicho día había estado presente en la exhumación de los restos de las siete personas asesinadas de Pajares de Adaja.
Con esta certeza y con los permisos pertinentes , un grupo de familiares , asistidos por los ayuntamientos de Pajares de Adaja y de Aldeaseca, bajo la dirección técnica de la ARMH de Valladolid, localizamos el pozo-fosa el día 11 de octubre del 2003 ; excavamos y exhumamos los restos que no se habían llevado al Valle de los Caídos. Entre los restos que rescatamos había un cráneo completo, vértebras, piezas dentarias y un dedal perteneciente a la mujer asesinada.
El grupo de familiares con la ayuda desinteresada del Ayuntamiento de Pajares de Adaja , encargamos un monumento funerario con sepultura donde “descansarán” los restos de las diez personas del pueblo, asesinadas en el verano de 1936 , cuando consigamos reunirlos a todos.
El 28 de agosto del 2004, se celebró un acto masivo en el salón de actos del Ayuntamiento de Pajares, con la asistencia muy mayoritaria de los vecinos, autoridades provinciales, alcalde de Aldeaseca y de otras localidades de la provincia, medios de comunicación etc. En pantalla iban apareciendo fotografías de nuestros seres queridos, a la par que se leían poesías en su nombre a cargo de los nietos. Todo ello acompañado con música de violín.
A continuación, en cortejo de todos los asistentes, acudimos al cementerio e inhumamos la urna que contenía los restos, en la sepultura, flanqueada por dos monolitos de granito rosado; en uno están escritos los diez nombres de nuestros seres queridos y en el otro unos versos de Gabriel Celaya que comienzan: “Viajero que en mi tumba…….”. En la lápida se lee “Nos los quitaron en el verano de 1936 “. El trío musical cerró la inauguración con el HIMNO DE RIEGO.
Desde entonces, todos los años, el último domingo del mes de agosto, los familiares repetimos el homenaje ante la sepultura.
Nada más de exhumar, del pozo-fosa, los restos que habían dejado los expedicionarios oficiales, los familiares acordamos dar los pasos necesarios para recuperar los trasladados al Valle de los Caídos sin permiso nuestro.
Para ello, una comisión, estudió la documentación existente en la Subdelegación del Gobierno de Ávila, heredera del antiguo Gobierno Civil. Como resultado , se elaboró un dossier que contiene fotografías de nuestros familiares , relato de los hechos tal y como sucedieron, informe forense de los restos hallados, comunicación oficial de Patrimonio Nacional informando de que la caja procedente de Aldeaseca con los restos, es la nº 198, situada en la Cripta Derecha, piso 1º de la Basílica ( Capilla del Sepulcro ), fotocopia de la hoja del Libro de Registro donde figura la relación de restos contenidos en la misma, con nº de orden ,pero cada uno como “ Desconocido “, es decir no identificados. El dossier también contiene toda la documentación relativa a la metodología aprobada por el gobierno de la nación para proceder al traslado de restos al Valle de los Caídos, incluido mapa de fosas de la provincia de Ávila, relación de municipios de procedencia con el nº de restos en cada uno y planos de los dos tipos de cajas, individual para albergar restos de una persona identificada, y colectiva para albergar un máximo de12- 13 restos de personas Desconocidas.
Con toda esta documentación, se solicitó permiso a Patrimonio Nacional para rescatar la caja 198 del Valle de los Caídos. La contestación reiterada era que solo podían certificar los datos de ubicación.
El dossier se trasladó personalmente a la Comisión que estudiaba y redactaba el Proyecto de Ley de Memoria Histórica, con la petición expresa de que se contemplara, en un apartado del artículo correspondiente al Valle de los Caídos, la posibilidad de exhumar los restos cuyos familiares lo desearan y se demostrase que estaban allí. Con ello, podríamos rescatar los nuestros para llevarlos a la sepultura- monumento en el cementerio de Pajares de Adaja.
Tampoco fue tenida en cuenta dicha posibilidad en la aprobación definitiva de la Ley de Memoria Histórica de finales de 2007.
Por tal motivo, no se tuvo más remedio que hacer la petición de exhumación de la caja 198, depositada en el Valle de los Caídos, a los Juzgados Centrales de Instrucción de la Audiencia Nacional en forma de DENUNCIA que fue registrada el 24 de diciembre del 2007. Esta denuncia fue acumulada a otras de desapariciones forzadas de la represión franquista a partir del golpe de Estado contra el Gobierno legítimo de la II República, y que correspondieron al Juzgado Central de Instrucción nº 5, cuyo titular es D. Baltasar Garzón.
Este juez dicta AUTO de fecha 16 de octubre de 2008 declarando su competencia para la tramitación de la causa que se llevará por los trámites de las Diligencias Previas ( Procedimiento Abreviado 399/2006 V, posteriormente transformado en Sumario 53 / 2008 E ), por los presuntos delitos permanentes de detención ilegal, sin dar razón del paradero, en el contexto de crímenes contra la Humanidad.
Con fecha 27 de octubre de 2008 , se solicita del Juez , dentro del marco del referido AUTO, la exhumación de los restos de las siete personas de Pajares de Adaja , contenidos en la caja colectiva 198 que procedente de Aldeaseca se haya depositada en el Valle de los Caídos. En el mismo escrito, también se solicita la exhumación de los restos de la caja individual 10.672, que corresponden a los de Fidel Canales Jorge, hermano de mi padre y que también se hallan depositados en el Valle de los Caídos en Cripta distinta.
Con fecha 29 de 0ctubre de 2008, el Juzgado Central de Instrucción nº 5 AUTORIZA la exhumación de ambas cajas y exhorta al juzgado correspondiente de San Lorenzo del Escorial para que dirija la exhumación cumpliendo los requisitos mínimos establecidos en el AUTO de 16 de octubre.
La oposición del fiscal jefe de la Audiencia es frontal a que se lleven a cabo estas exhumaciones, e insta a la reunión urgente del Pleno de la Sala que dictamina la paralización inmediata de las autorizadas por el Juzgado Central nº 5.
Mi reacción no se hizo esperar y remití una carta abierta al fiscal jefe de la Audiencia Nacional donde entre otras cosas le decía : “ Cuando los familiares estábamos casi tocando con nuestras manos la pieza de mármol que da acceso a la caja colectiva 198, situada en el piso 1º de la Cripta Derecha , detrás de la Capilla del Sepulcro de la Basílica de la Santa Cruz del Valle de los Caídos, llega usted y de un golpe seco judicial, nos dobla las manos y deja dolorido nuestro corazón. Pero le aseguro que no vamos a cejar en nuestro empeño de rescatar dichos restos y llevarlos a nuestro cementerio de Pajares de Adaja y darles una digna sepultura donde podremos honrarles dignamente, como haría usted con sus familiares, en su caso “ .
Desde que comenzamos los trabajos de búsqueda de los restos, el seguimiento de los trasladados desde Aldeaseca al Valle de los Caídos, hasta el día de hoy , ha sido un tema que ha merecido la atención de todos los medios de comunicación nacionales y extranjeros , tanto escritos , periódicos , Internet, como audio visuales , radio y televisión.
Pero el que ha culminado la labor de información y denuncia de estos hechos, ha sido el reportaje emitido por Antena 3 Televisión, el 28 de enero pasado, realizado por Fernando González, “Gonzo “. En mi opinión, muy completo y documentado, relatado de forma cercana a las víctimas y sus familiares y donde por vez primera se proyectan imágenes de la caja 198, procedente de Aldeasa, con los restos de mi padre y de los compañeros de infortunio, en el momento de ser depositados en la Cripta del Valle de los Caídos, el día 23 de marzo de 1959.
Unos días antes de la emisión había sido citado por el reportero para hacerme entrega de un regalo. A la hora convenida les recibo en mi casa y cuando lo tomo en mis manos, envuelto en papel, pienso que es una foto ampliada mía o de mi padre. Pero al descubrirla y ver que se trataba de la foto del momento de depositar la caja 198 en el lugar donde se haya en la actualidad, no pude por menos que abrazar a Fernando , lleno de emoción interior, casi con lágrimas y darle las más sinceras gracias por tan importante testimonio gráfico. Impensable que pudiera existir precisamente el correspondiente a esa caja y menos que pudiera rescatarse de archivos de la época.
En nuestra inacabada tarea y lucha por rescatar los restos de nuestros seres queridos, utilizaremos la foto como testimonio gráfico y como prueba. Para mí es como si visionara la solución al problema de la búsqueda de los restos que deseo sacar de esa caverna de horror donde yacen los restos de nuestras víctimas queridas e inocentes, al lado de sus verdugos. Por favor, ¡EXIJO que ni un minuto más de espera ! .

Fausto Canales Bermejo. Madrid 4 de febrero de 2009