El Proyecto de Recuperación de la Memoria Histórica acumula 300 peticiones de familiares de desaparecidos que piden saber dónde están Un Congreso Internacional presenta en Badajoz los últimos avances
Hoy.es/ CELIA HERRERA
La foto de un sencillo lapicero sirvió ayer para reivindicar «verdad, justicia y reparación» para las miles de víctimas de la represión franquista que aún yacen sin nombre en cientos de pozos, cunetas, minas, agujeros y parajes apartados en toda España, recordó ayer en Badajoz Francisco Etxebarría en el transcurso de un congreso internacional sobre lo ocurrido en Extremadura desde el fin de la Guerra Civil hasta nuestros días.
«Este lapicero- hallado en una de las fosas excavadas por Etxebarría en el País Vasco- nos pide que contemos la historia» destacó Etxebarría, que advirtió que en cada pueblo de España hay una fosa, o «toda España es una fosa».
Con esta idea se lleva trabajando en Extremadura desde hace seis años con el Proyecto de la Memoria Histórica, que lleva localizadas, excavadas, y documentadas una veintena de fosas en la región y que proyecta abrir otra docena este año, anunció ayer su coordinador Cayetano Ibarra.
Inmediatas
De forma inmediata, y probablemente después de Semana Santa, se abrirán las que están ya localizadas, y confirmadas por un georadar en Bodonal de Ibor, Cadalso, Puebla de Alcocer, y Villasbuenas de Gata.
En la fosa de Bodonal de Ibor, donde ya se han recogido casquillos de bala, los investigadores esperan encontrar los restos de tres vecinos de una aldea cercana, y que estaban emparentados entre sí (dos hermanos y un tío).
En Cadalso confían hallar vestigios del alcalde republicano de la localidad, que fue asesinado y enterrado en una fosa junto a otro vecino.
Como curiosidad, Cayetano Ibarra destacó que esta fosa se encuentra en medio de una finca particular, propiedad del actual alcalde de Collado, que es del PP.
«En este caso concreto no hemos pasado el georadar. El alcalde nos ha enseñado el lugar exacto que conoce bien porque, de toda la vida, su padre le ha dicho dónde estaba», comenta Ibarra con satisfacción.
En Villasbuenas de Gata se quiere abrir tres fosas ya localizadas y documentadas, en las que se espera encontrar también los restos de vecinos de pueblos de alrededor que fueron trasladados hasta ese enclave.
También se intervendrá de forma inmediata en Puebla de Alcocer, donde se actuará en dos fosas que se corresponden con dos antiguas trincheras de la Guerra Civil, y que fueron utilizadas como tumba improvisada de muchos fusilados. Con todas las cautelas, los investigadores del Proyecto estiman que podrían encontrar en ellas los restos de medio centenar de personas.
Cuatro más
En la actualidad, también se está gestionando conseguir los permisos para intervenir en otras cuatro fosas más situadas en Zorita, Fregenal, y Escurial.
La de Zorita está localizada en un pasillo asfaltado del cementerio de la localidad, en el que diversos testimonios aseguran que fueron enterrados 14 vecinos de la vecina Garciaz.
En Escurial se pretende excavar otras dos fosas: una en la que se previsiblemente encuentra el cuerpo de un vecino que fue tiroteado por el capitán Gómez Cantos «casi de broma, por una apuesta», contó ayer Cayetano Ibarra; y otra situada en la dehesa boyal ‘Los Arenales’, en la que podrían encontrarse los cuerpos de vecinos fusilados en otros pueblos.
Además de estas excavaciones, ya programadas, este año podrían abordarse otros proyectos si se agilizan los trámites y la investigación de otras fosas pendientes, como la de Feria, donde ya se ha desarrollado todo el proceso previo de documentación.
Cada una de estas investigaciones puede durar meses, y el hallazgo de restos no está además garantizado, advierte Ibarra, que ya cuenta con la suficiente experiencia como para abordar todos estos temas con prudencia.
El año pasado, por ejemplo, de todas las excavaciones realizadas, sólo en cinco se encontraron restos, y no siempre los esperados: en Salvatierra de los Barros se hallaron cuatro cuerpos; en Villar del Rey se buscaba a seis, y sólo se encontraron los restos de dos y medio; en Llerena aparecieron alrededor de 40; y en Mérida, al lado del Cementerio, sólo se halló los restos de la parte superior de un cuerpo.
Mérida resultó, en cierto modo decepcionante por todas las expectativas creadas en los años anteriores a la excavación, pero la investigación sirvió para confirmar que allí se habían enterrado los cadáveres de muchos fusilados en las tapias del Cementerio, que fueron luego incinerados; y que años después fueron desenterrados, como aseguraban numerosos testimonios.
Dificultades
Hasta el momento, el Proyecto de la Memoria Histórica lleva recibidas 300 peticiones de familiares que quieren saber dónde se encuentran los desaparecidos.
En muchos casos, advierte Ibarra, no se podrán recuperar o hallar jamás sus cuerpos por muchos esfuerzos que se hagan.
El mismo Etxebarría alertó ayer de las dificultades que ofrece el trabajo de excavación e investigación de fosas en Extremadura por la acidez del terreno, y su composición granítica, que deteriora mucho los restos óseos.
Mientras tanto, los investigadores siguen ahondando en diverso aspectos de la represión, y algunos de los últimos estudios fueron presentados ayer en el Congreso Internacional, que termina hoy.
Juan Ángel Ruiz Rodríguez habló, por ejemplo, de los 253 vecinos que fallecieron en Castuera víctimas de la represión, muchas de ellas mujeres: 182 del bando republicano, y 71, nacionales.
La portuguesa Maria Dulce Antunes avanzó sus estudios sobre la relación entre Portugal y los que huían de Andalucía y Extremadura, y José Hinojosa se centró en el PCE de Cáceres en 1936, que en ningún caso se preocupaba entonces de iniciar «la revolución», advirtió el historiador.
El Proyecto de la Memoria ya lleva recopilada el 70% de la información
«La Guerra Civil española ha sido el acontecimiento más importante del siglo XX en España», aseguró ayer Etxebarría.
Sus consecuencias en Extremadura, que fueron «dramáticas», fueron recordadas ayer en Badajoz durante el Congreso Internacional que organizó el Proyecto de la Memoria Histórica, que pretende recopilar esta parte de la historia reciente «con distanciamiento, como exige la ciencia historiográfica», explicó su director, el profesor Julián Chaves.
En estos seis años de investigación, la Universidad de Extremadura ya ha recopilado «el 70% de la información», contrastada en todos los registros civiles de la región, los de las prisiones, buena parte de los municipales, y casi todos los nacionales.
En total, se tienen datos de 14.000 represaliados del bando republicano y franquista en las dos provincias, y se sigue trabajando con la recogida de testimonios por todos los pueblos entre los familiares de las víctimas y testigos aún vivos de lo que ocurrió. El siguiente paso, en su opinión, es el de generar documentos e información que pueda ser consultada libremente por ciudadanos e investigadores en el futuro con el fin de aclarar, «hasta donde se pueda», las circunstancias de la Guerra Civil en la región.
En este sentido se pronunció también ayer Francisco Etxebarría, que aseguró que en Extremadura se está abordando de forma correcta la investigación de esta parte de la historia, pero consideraba necesarias dos cosas más: que se cree un centro histórico público de documentación sobre la memoria histórica, similar al que ya existe en otras comunidades; y una oficina de atención a las víctimas de la represión, para que los familiares o herederos de estas víctimas tengan un sitio de referencia al que acudir, bien en demanda de información, aportar datos, o solicitar su búsqueda.
En la actualidad, existe mucha desinformación respecto a qué lugares se debe acudir, y muchos ciudadanos siguen confundiendo el Proyecto de la Memoria con las diferentes asociaciones.