Manos impunes…

junio 6, 2009

Ha tenido que ser Baltasar Garzón el blanco de sus fobias para que saltase la alarma, funcionasen las hemerotecas y comenzara a desenmascararse la telaraña

JOAN B. CULLA I CLARÀ 05/06/2009

A raíz de que el Tribunal Supremo admitiera a trámite la querella por prevaricación contra el juez Baltasar Garzón, EL PAÍS y otros medios han subrayado la personalidad y la biografía del querellante, Miguel Bernad Remón, presidente del llamado Sindicato Colectivo de Funcionarios Públicos Manos Limpias. En efecto, dicho individuo posee, desde los albores de la transición, un acrisolado currículo en el seno de la ultraderecha madrileña, a la sombra del caudillo Blas Piñar. Vicepresidente de Fuerza Nueva y más tarde secretario general de su mutación, el Frente Nacional, Bernad fue eurocandidato de esta última sigla en las elecciones de 1987 y de 1989 antes de impulsar, hacia 1992, una confluencia de la extrema derecha más integrista con el objeto de «actualizar los valores de la patria que se defendían durante el franquismo».

Tales esfuerzos, sin embargo, no pudieron impedir que el Frente Nacional se disolviera en junio de 1994. Todo induce a pensar que, entonces, Bernad decidió perseguir los mismos fines de perturbación y corrosión del sistema democrático, pero con otros métodos: en mayo de 1995 creaba Manos Limpias, un seudosindicato del que no consta participación en unas elecciones sindicales, ni presencia en comité de empresa alguno. De hecho, es una plataforma ultraderechista que se ha especializado en el uso espúreo de la acción popular ante los tribunales de justicia; un montaje en cuya página web se apela así a los visitantes: «acércate, intégrate y colabora con nosotros en hacer una España mejor, más digna, próspera, solidaria, una España no dividida que nos llevará a poder ser el referente en el concierto internacional». Muy sindical no suena, la verdad…

Por otra parte, estos días ha trascendido también que el magistrado ponente de la admisión a trámite de la querella contra Garzón en el Supremo, Adolfo Prego, es patrono de honor de la Fundación para la Defensa de la Nación Española (Denaes). En efecto, desde la constitución de la citada entidad en enero de 2006, don Adolfo Prego de Oliver forma parte de su patronato de honor junto a -entre otros- Francisco Caja, Fernando García de Cortázar, Jon Juaristi, Amando de Miguel y Alejo Vidal-Quadras. A la vista de tales nombres, resulta casi innecesario añadir que, según Denaes, «España peligra» y está «en serio riesgo de desaparecer», mientras cunde la «pasividad de las autoridades del Estado ante el separatismo catalán».

Cuanto acabo de resumir acerca de la naturaleza ideológica de Manos Limpias y de Denaes es notorio y fácil de documentar. Sin embargo, no había merecido hasta ahora mayores atención ni comentario en la prensa progresista española. Casi nadie enfatizó el carácter ultraderechista o franquista de Manos Limpias mientras Miguel Bernad presentaba querellas contra la ley catalana de Política Lingüística de 1997, contra Jordi Pujol, Pasqual Maragall y Joan M. Pujals, contra Iñaki Anasagasti, Xabier Arzalluz y Xabier Balza, contra la plataforma Nunca Mais, contra Josep Lluís Carod Rovira y contra Ernest Benach, contra José Montilla, contra el diario Avui y TV-3, hasta contra la OPA de Gas Natural sobre Endesa; ni siquiera cuando las denuncias del sedicente sindicato llevaron a la condena de Juan María Atutxa, Gorka Knörr y Kontxi Bilbao. Tampoco hubo reacciones apreciables en octubre de 2007, cuando Denaes y otros cuatro grupos de la misma cuerda propusieron una reforma constitucional recentralizadora y marginalizadora de los nacionalismos periféricos.

Ha tenido que ser Baltasar Garzón el blanco de sus fobias para que saltase la alarma, funcionasen las hemerotecas y comenzara a desenmascararse la telaraña de colectivos y plataformas, medios convencionales y digitales, políticos del PP y fascistas redomados que llevan años cultivando un nacionalismo español tan reaccionario como excluyente. Más vale tarde que nunca, y ojalá abran los ojos quienes creen que, ahora, lo progresista es el españolismo.

http://www.elpais.com/articulo/cataluna/Manos/impunes/elpepuespcat/20090605elpcat_5/Tes


AFECO nos solicita el apoyo a Baltasar Garzón.

junio 6, 2009

Como es habitual en nuestra página colaboramos y difundimos con todo aquello relacionado con la causa memorialista, por eso desde estas páginas os solicitamos que invirtais unos segundos en la firma y en cumplimentar el cuestionario de apoyo del juez Baltasar Garzón a través de la página web de AFECO. Esta es nuestra lucha, la de todo el memorialismo, la de todos los familiares de las víctimas del franquismo. ¡Ánimo compañeros, ahora os toca a vosotros…!

logo manos copia

Estamos recogiendo firmas en apoyo y solidaridad con el Juez D. Baltasar Garzón, y en contra de la sala segunda del Tribunal Superior de Justicia que le acusan de prevaricación a instancias del sindicato ultraderechista Manos Limpias.

Os comunicamos que nuestra Asociación se ha puesto manos a la obra ante tal injusticia, y como resultado, ya PODÉIS plasmar vuestra FIRMA on-line a través de nuestra página Web:

www.afeco.org

Podéis ver la carta que se le va a enviar o entregar en mano al Sr. Presidente del Tribunal Supremo y al Sr. Juez de la Sala 5 de la Audiencia Nacional D. Baltasar Garzón Real

Rellenar el cuestionario, pues el sistema que hemos elegido tiene completa validez aunque sea on-line.

Nuestros familiares asesinados se merecen este pequeño esfuerzo.

SALUD Y MEMORIA.

La Junta Rectora de A.F.E.C.O.

La Memoria Viv@ firma el mismo como asociación y también a título personal sus miembros como familiares de víctimas afectadas por el franquismo.


Tiempo de Memoria de Carlos Fonseca…

junio 6, 2009
tiempo_de_memoria_de_carlos_fonsecaPresentación del libro TIEMPO DE MEMORIA de Carlos Fonseca

Lunes, 8 de junio. 19.30 horas

Sala María Zambrano del Círculo de Bellas Artes (Madrid)

Acompañarán al autor

Almudena Grandes, escritora

Julia Navarro, periodista y escritora

Verónica Sánchez, actriz, actriz

Contaremos con la presencia de familiares del protagonista de la novela.

UNA NOVELA SOBRE EL HOMBRE QUE INTENTO MATAR A FRANCO EN CEUTA

Por qué no se ha contado hasta ahora la historia de Rico? «Nadie sabía de su existencia» aclara Fonseca que inició su escritura a partir de leer este suceso en un libro del investigador Francisco Sánchez Montoya sobre la República y guerra civil en el norte de África y que pretende con Tiempo de memoria pasar de los «grandes personajes» a partir de los que se ha desarrollado la Historia a los «anónimos que también tienen su relevancia». Así es como el libro, que salta del calabozo en el que está Rico a la cabeza del profesor Ernesto López, personaje de ficción y trasunto en ocasiones del autor, deja un poso de miedo, cinismo, traición, pero también valentía, lealtad, sinsentido, ingenuidad e ignorancia.
«Fue un plan ingenuo, pero no descabellado», cuenta Fonseca, autor también de la obra adaptada al cine Trece rosas rojas, el periodista, que compagina la literatura con su trabajo en la revista Tiempo, retrata en su nuevo libro la intentona fallida de un grupo de soldados destacados en Ceuta y liderados por José Rico para matar a Franco en los primeros días tras el golpe de Estado militar. Un hecho real, incluido en los archivos militares de la época, que Fonseca tiñe de ficción para llevar al lector hasta la traición que condujo a Rico y sus compañeros de compló al paredón de fusilamiento. El cabo Rico, de tan solo 21 años y miembro del Batallón de Cazadores del Serrallo número 8 de Ceuta, periodista amateur en su tierra natal, Salamanca, y fiel a la República, ideó sorprendido por el alzamiento militar un plan para asestar un tiro a Franco durante su visita a Ceuta. ¿Y si hubiera triunfado? «No hubiera pasado nada», explica Fonseca tras la consulta a varios historiadores. «La muerte de Franco no habría cambiado la guerra. Ni él mismo pensaba que iba a ser generalísimo -los cabecillas Mola y Sanjurjo murieron en accidentes aéreos-. La República no podía ganar sin Francia y Reino Unido». Además, como aclara el autor en el libro, la premura del golpe llevó a Franco a no visitar el cuartel desde donde Rico quería iniciar la reconquista de las voluntades del Batallón, algo que Fonseca considera, en cualquier caso, «fantasioso».