Memoria histórica: Voluntarios tras una historia. La consejería de los Jóvenes y el Deporte ha puesto en marcha, hasta final de mes,un campo de trabajo sobre la recuperación de la memoria histórica…

julio 22, 2009

JAVIER SÁNCHEZ PABLOS | ESCURIAL

HOY.es (Mérida)

«Estos jóvenes han encontrado cráneos, objetos personales y casquillos de balas»

El toque de diana se da a las 7.30 horas. Después del desayuno, se marchan a trabajar. Este hecho no sería significativo si no se tratase de 23 jóvenes voluntarios. Su jornada se desarrolla entre distintos utensilios para excavar o descubrir una zona muy determinada de la dehesa boyal de la población cacereña de Escurial. También utilizan brochas para limpiar algunos objetos hallados. Lo hacen bajo un intenso sol. Por suerte, el ayuntamiento de este municipio les ha colocado una especie de toldo para sobrellevar el intenso calor de los últimos días.
Ellos son los componentes del campo de trabajo sobre la recuperación de la memoria histórica, puesto en marcha por la consejería de los Jóvenes y el Deporte. Además, colabora la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Extremadura. Estos voluntarios, procedentes de distintas comunidades autónomas, comenzaron a trabajar el 16 de julio en dos fosas de desaparecidos en la época de la dictadura. Estarán hasta el 30 de este mes.
Hallazgos
De una forma minuciosa, ya han descubiertos restos óseos, como algunos cráneos, además de casquillos de balas y objetos personales, detalla el director del campo de trabajo, Ángel Olmedo. Estos hallazgos serán estudiados y devueltos a las autoridades para que sean enterrados de una forma digna, detalla Olmedo. Por ahora, no se sabe cuantas personas puede haber en estas fosas.
En la jornada de ayer, este trabajo fue interrumpido sobre las 11.45 horas. Se debió a la visita del consejero de los Jóvenes y el Deporte, Carlos Javier Rodríguez. Estuvo acompañado por alcaldes de la zona y diferentes autoridades regionales. El consejero alabó el «compromiso y la implicación» de estos jóvenes en la recuperación de la memoria histórica. Explicó que este grupo de voluntarios no sólo trabaja en las fosas, una iniciativa supervisada por expertos en historia, arqueología y antropología. También realizan una labor de investigación sobre la época, a través del estudio de archivos o con la búsqueda de testimonios. Este tipo de actividad se lleva a cabo por las tardes. Por todo ello, el director del campo de trabajo asegura que este proyecto es «una lección de historia viva».
Uno de los responsables del proyecto de la memoria histórica en la Junta, Cayetano Ibarra, explica que desde el año 2003, se están recuperando fosas de fusilados en la Guerra Civil. Dicha recuperación se hace a petición de las familias y suelen estar canalizadas por la Asociación de la Recuperación de la Memoria Histórica. En verano «dejamos una para que los voluntarios tomen contacto con este tema», añade.
El verano no puede estar dedicado sólo al trabajo. Cuando terminan su jornada laboral matutina, vuelven al albergue de Miajadas, lugar donde se hospedan. En esta localidad realizan actividades de ocio. Y como no, tienen tiempo libre para conocer la localidad. Eso sí, al día siguiente tienen que madrugar.
Enlace la video:

http://www.hoyes.tv/hoy-noticias/extremadura/voluntarios-tras-historia-trujillo-41164.html


Ángel Viñas: «Estamos haciendo lo que el franquismo nos impidió, una historia nacional»…

julio 22, 2009

En España no hay consenso social sobre la Guerra Civil, aunque sí que existe, y bastante amplio, en el ámbito académico y universitario.

El catedrático Ángel Viñas durante su exposición

El catedrático Ángel Viñas durante su exposición

El catedrático de Economía e historiador Ángel Viñas, dirige el curso La Guerra Civil setenta años después: un balance historiográfico, que trata de analizar uno de los períodos más importantes y convulsos de nuestra historia reciente con distintas aproximaciones teóricas, por encima de interpretaciones políticas. A pesar de que los académicos han llegado a un consenso bastante amplio, la sociedad española aún se lame las heridas. Mientras, los «nietos del franquismo» piden la vez para conocer su pasado.

¿Son setenta años suficientes para contemplar la Guerra Civil con una perspectiva aséptica, sin interpretaciones interesadas?

Lo anormal es que setenta años después todavía no se tenga esa perspectiva. Si se pregunta en la gran mayoría de países de la Europa occidental o Estados Unidos sobre la Segunda Guerra Mundial, lo normal es que, tanto en la sociedad como entre los profesionales y académicos, exista un consenso amplio, con algunas discrepancias lógicas, obviamente. Ese consenso en España no existe.

¿No está la sociedad española preparada para ese consenso?

No. No se trata de que no estemos preparados. Naturalmente, lo estamos, pero se dan algunas circunstancias especiales. De alguna manera, la Guerra Civil no se termina en 1939, sino que se da una cierta interpretación del conflicto a partir de entonces. La memoria de la guerra, la vocación de los mártires de la Guerra Civil, la Cruzada, etc. son elementos que forman parte de la mitografía y de la historiografía que ha generado el franquismo, que nos acerca casi a 1975. La escritura y la investigación libre sobre los temas de la guerra y la postguerra es algo que comienza mucho más tarde, en algunos casos apenas hace diez años. Esto significa muchas cosas. A lo largo de ese período hemos vivido una Transición, un régimen democrático, la existencia de un búnker ideológico que se ha ido deshaciendo poco a poco, dos generaciones que se han visto influenciadas de una manera o de otra… En España no hay consenso social sobre la Guerra Civil, aunque sí que existe, y bastante amplio, en el ámbito académico y universitario.

¿Cree que la utilización del conflicto como arma política arrojadiza dificulta la labor de los historiadores?

Se trata de un fenómeno bastante reciente. Durante los años de la Transición y la consolidación del régimen democrático, no existían este tipo de polémicas públicas. Lo que los historiadores necesitamos es algo muy simple: acceso libre a los archivos y ausencia de censura, esto último ya superado, afortunadamente. A partir de ese momento, ya haremos nuestro trabajo.

¿Tenemos los más jóvenes una visión distorsionada del conflicto por la literatura y el cine?

Creo que sí. Se ha vendido una imagen profundamente mitificada de la Guerra Civil. Sabemos hoy que, durante la Transición, existía el temor real aunque infundado de un nuevo conflicto, apoyado en la mitología de los vencedores. En 1975, se habría producido quizás una nueva dictadura militar, pero difícilmente una nueva guerra civil, que es un momento extremo en la vida de una colectividad.

¿Están recuperando las riendas de la disciplina los especialistas españoles, por encima de personalidades como Paul Preston o Hugh Thomas?

Absolutamente. Hugh Thomas hace mucho que no escribe sobre la Guerra Civil, fue el primero que dio la campanada en su momento, por decirlo así. Paul Preston es un caso excepcional. Él, junto a Helen Graham, son los únicos autores extranjeros de lengua inglesa que siguen escribiendo libros muy sustanciosos sobre el asunto. Nosotros estamos haciendo lo que el franquismo nunca nos dejó: una historia nacional. Las historias nacionales, aunque deben estar abiertas a la participación de todos, suelen estar en manos de primeros espadas de cada nacionalidad, como sucede en Estados Unidos o Gran Bretaña. Se trata de una situación de normalidad social, política, académica e institucional a la que España ya ha llegado.

¿Cuál es su opinión sobre la Ley de Memoria Histórica?

No opino sobre ese tema como historiador. Puedo opinar como ciudadano únicamente. Creo que se ha quedado algo corta, aunque soy consciente de que en el Congreso hubo sus más y sus menos a la hora de aprobarla, contra el principal partido de la oposición. Gracias a una futura Ley de Archivos, en la que el Ministerio de Cultura está trabajando, posiblemente se contará con un marco jurídico más claro sobre el acceso a los archivos y documentos de justicia militares, que están siendo más accesibles últimamente, pero que ofrece aún algunos problemas.

¿Estaba el proyecto republicano condenado al fracaso?

No. No quisiera especular sobre historia virtual, pero yo diría que había una conspiración militar y de derechas contra la República, que se hubiera podido desbaratar, probablemente, si el Gobierno republicano hubiera estado más al loro, aunque pensaron que no era una amenaza. No hicieron lo que tuvieran que haber hecho y cometieron muchos errores. Aunque les asistía el derecho nacional e internacional de suprimir por la fuerza aquel golpe de Estado, esto no se produce por la inhibición de las democracias occidentales y, sobre todo, por la injerencia de las potencias fascistas en favor de Franco, que distorsiona las situación totalmente.

¿Le damos importancia a la historia como medio para entender el presente y preparar el futuro?

No. En absoluto. Y no lo digo solamente por prurito profesional, que es lo que podría pensarse en un primer momento. Yo creo que estamos muy por detrás de donde deberíamos, en la experiencia comparada de los países europeos occidentales. En España, no hemos llegado al punto donde llevan muchos años países como Alemania. En la Alemania, de 1959 a 1968, aún con muchos nazis ligados al aparato del Estado, se hablaba con total naturalidad en las escuelas y en la universidad del horror de la Guerra Mundial, del III Reich, de los campos de concentración y el holocausto. El desinterés por la Historia es un cáncer que corroe, y lo seguirá haciendo, a ciertos sectores de la sociedad española. Yo no conozco ningún país, ni siquiera los Estados Unidos, que es muy desmemoriado, donde exista este desprecio social profundo por la disciplina.

http://www.ucm.es/info/cv/vc09/21julio2009.pdf

Enlace de la noticia: Foro por la Memoria.

http://www.foroporlamemoria.info/noticia.php?id_noticia=7029

BIOGRAFÍA DE ÁNGEL VIÑAS:

Ángel Viñas

Ángel Viñas

Ángel Viñas (Madrid, 1941) es un economista, diplomático, catedrático e historiador español, notable por sus estudios sobre la Guerra Civil Española y el franquismo.

Doctorado en Ciencias Económicas, se formó en Madrid, en la Universidad de Hamburgo, de Glasgow y en la Libre de Berlín. Ha sido Catedrático de Economía Aplicada y profesor de Historia en distintas universidades.

Ángel Viñas es catedrático de Economía (en la actualidad de la Complutense) desde 1975 y técnico comercial y economista del Estado desde 1968. Tras unos meses en el Ministerio de Comercio como jefe de sección de las zonas de librecambio, sus puestos en el FMI (1969-70) y en Bonn como agregado comercial (1971-73) le permitieron obtener material para su tesis doctoral, premio extraordinario en la Complutense. El profesor Fuentes Quintana lo llevó en 1974 al Instituto de Estudios Fiscales para desentrañar la cuestión del oro de Moscú. El libro en que reflejó sus investigaciones fue secuestrado hasta después de las primeras elecciones democráticas. Ha sido director general de Ordenación Universitaria, asesor ejecutivo del ministro de Asuntos Exteriores, director de relaciones exteriores (Asia, América Latina, política de seguridad, relaciones políticas multilaterales, derechos humanos y ayuda a la democratización) en la Comisión Europea y embajador de la Comunidad ante Naciones Unidas. Sus últimas obras son En las garras del águila. Los pactos con Estados Unidos, de Francisco Franco a Felipe González (1945-1995) (Crítica, 2003) y La soledad de la República. El abandono de las democracias y el viraje hacia la Unión Soviética (Crítica, 2006). Como fruto de sus actividad diplomática, cabe destacar también Al servicio de Europa. Innovación y crisis en la Comisión Europea (2005).

Fuentes de la biografía: Editorial Crítica: hhtp://www.ed-critica.es/autor/angelvinas

Wikipedia enciclopedia libre: http://es.wikipedia.org/wiki/Ángel_Viñas


El rey juró lealtad a Franco y todas sus leyes: El dictador avisó que no restauraba la vieja monarquía sino que instauraba una propia

julio 22, 2009
El entonces príncipe Juan Carlos firma su aceptación como sucesor de Franco. - EFE

El entonces príncipe Juan Carlos firma su aceptación como sucesor de Franco. - EFE

F. C. – BARCELONA – 22/07/2009

Público.es

Fue el resultado que arrojó la votación nominal entre los procuradores y que nombró a Juan Carlos I sucesor de Franco y heredero de la corona. Lo aprobado no era más que oficializar más pronto que tarde el nombramiento del relevo, el atado y bien atado que buscaban los duros del franquismo. Los poderes del tirano eran totales y sólo él podía nombrar a su sucesor.

Aquel día lo hizo de acuerdo con la Ley de Sucesión a la Jefatura del Estado de 1947 y la Ley Orgánica del Estado de 1967. Ambas se aprobaron en referéndums con mayorías aplastantes, como marcan los cánones en una dictadura. Todo se regía por leyes que, recuerda Joan B. Culla, tenían «vocación de eternas». La Ley de Principios del Movimiento Nacional no contemplaba, por ejemplo, mecanismos de reforma.

Más allá de la anécdota, a Juan Carlos no se le darían nunca «todos» los poderes del Estado. Enrique Moradiellos recuerda que Juan Carlos no tendría las atribuciones de Franco, que tenía un poder «divino». Los decretos del Gobierno golpista de Burgos daban al Caudillo «todos los poderes» del Estado. Y esos, en tanto que divinos, no eran transferibles a otra persona.

Franco dejó claro en la ley de aquel 22 de julio que aquello no «era una restauración [de la monarquía caída en el 31] sino una instauración [de una monarquía surgida del 18 de julio]». En su artículo 1, exponía que «al producirse la vacante en la Jefatura del Estado, se instaurará la corona en la persona del Príncipe Juan Carlos de Borbón que la transmitirá, según el orden regular de sucesión». Afirmaba además que el rey debería jurar como sucesor, y así lo hizo el día siguiente, «lealtad a su excelencia el Jefe del Estado y fidelidad a los Principios del Movimiento Nacional y demás leyes fundamentales del Reino».

Francisco Balaguer apunta que no se puede, pues, hablar en ningún caso de legitimidad, pese a que la ejerció durante la Transición, hasta la Constitución de 1978. «En todo caso señala la legitimidad difusa sí valió para que se convirtiera de forma indirecta en un freno a la involución».

Las portadas

Exultante de felicidad
El ‘Abc’ de la época estaba satisfecho y destacaba el amplio consenso con el que, en votación, fue elegido Juan Carlos.

Relevo tranquilo
‘La Vanguardia’ se hacia eco del discurso de Franco y de la arenga contra la “trágica” República frente a la “seguridad ante el futuro”.

Enlace: http://www.publico.es/espana/240179/rey/juro/lealtad/franco/todas/leyes


Pitar al rey y al himno de España no es delito…

julio 22, 2009

El juez Pedraz sostiene que prevalece la libertad de expresión.

ÁNGELES VÁZQUEZ – 21/07/2009

Público.es

Pitar y silbar al rey durante la interpretación del himno español no constituye delito. No se puede considerar ni injurias al rey, ni apología al odio nacional, ni ultraje a España. Por eso, el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz ha rechazado la querella presentada por la Fundación para la Defensa de la Nación Española (Denaes) contra dos organizaciones pro selecciones vascas y catalanas, por la pitada que se produjo durante la final de la Copa del Rey, que jugaron el F. C. Barcelona y el Athletic de Bilbao el pasado 13 de mayo en el estadio valenciano de Mestalla.

Según el magistrado, «la pitada efectuada durante la llegada del rey y la interpretación del himno nacional, así como la colocación de pancartas con el lema «Good bye Spaine_SDRq, están amparadas por la libertad de expresión». Es decir, el juez Pedraz afirma que dichos actos «no pueden considerarse difamatorios, injuriosos o calumniosos, ni mucho menos que propugnen el odio nacional o el ultraje a la nación», como sostenía la fundación que preside Santiago Abascal y de la que es patrono de honor el magistrado del Tribunal Supremo Adolfo Prego.

El juez Prego firmó un manifiesto contra la Ley de Memoria Histórica, en el que la acusaba de pretender «que la sociedad recuerde y venere como mártires de la libertad a muchos de los peores criminales que ensombrecen nuestra historia».

El auto de Pedraz, que inadmite a trámite la querella en una sola página, se remite al informe fiscal que declaró que los hechos denunciados por Denaes no son constitutivos de delito alguno.

Santiago Abascal diputado del PP en el País Vasco hasta las pasadas elecciones se desplazó el pasado 25 de junio a la Audiencia Nacional para presentar en persona la querella dirigida contra Santiago Espot, presidente de Catalunya Acció, y la Plataforma pro Selecciones Vascas (Esait). El escrito argumentaba que Espot hizo llamamientos a los seguidores del Atlhetic y del Barça para que silbaran a los reyes cuando entraran en el campo. Añadía que la entidad había repartido 5.000 silbatos para hacer «inaudible el himno».

«Caza de brujas»

Además, según la querella, la organización nacionalista catalana firmó con la vasca «un manifiesto reivindicativo a favor de la oficialidad de las selecciones deportivas nacionales de las provincias vascongadas» (sic) y de Catalunya.

Abascal explicó que no se dirigía contra «la masa vociferante» o las personas que hubieran participado en la pitada, sino contra los promotores del acto. «Son personas que han declarado que con dos o tres actos como este a España le queda un telediario», afirmó el presidente de Denaes en la Audiencia Nacional.

Por su parte, Esait hizo ayer público un comunicado en el que afirma que la querella de Denaes «no tenía base jurídica» y obedecía a «una caza de brujas». La plataforma se ratifica en su compromiso a favor de las selecciones vascas, que confía que sean realidad en un «futuro cercano».


El dedazo que valió una corona…

julio 22, 2009

Hace 40 años, el 22 de julio de 1969, Franco decidió que Juan Carlos fuera su sucesor como jefe de Estado.

El rey toma posesión como Príncipe de España ante las Cortes de Franco. - EFE

El rey toma posesión como Príncipe de España ante las Cortes de Franco. - EFE

FERRAN CASAS – BARCELONA – 22/07/2009
 
Eran poco más de las 19,00 horas del 22 de julio de 1969. Hoy se cumplen 40 años. Estados Unidos aún celebraba su alunizaje y aquella tarde, a 34 grados, el dictador Francisco Franco, de blanco y veraniego uniforme militar, llegaba a la Carrera de San Jerónimo. Estaba dispuesto a escenificar la respuesta de las Cortes al ¿y después de Franco qué?, una pregunta que durante una década atormentó a un régimen personalista y genocida.

La Ley de Sucesión a la Jefatura de Estado iba a dar solución en la persona de Juan Carlos de Borbón, nombrado Príncipe de España, al complejo proceso de designación del sucesor por el propio dictador. Franco pretendía perpetuar su régimen cuando no estuviera. La dictadura no sobrevivió a los setenta, pero el elegido se aseguró para él y los suyos una Corona que aún hoy ostenta.

A la mañana siguiente de aprobarse la ley, Juan Carlos aceptaría el encargo y, «recibiendo de Su Excelencia», dijo «la legitimidad política surgida del 18 de julio», juró el cargo de sucesor y los principios del Movimiento. Cuarenta años después hay quien ve en todo aquello una jugada maestra del actual jefe del Estado para atar en corto a los sectores del régimen refractarios al proceso democratizador que, de forma imparable, se abrió tras la muerte de Franco. Pero también están los que sostienen que fue la consolidación de una secuela del franquismo que, años más tarde, se blindó con una Constitución cuya reforma en lo referente al modelo de Estado sólo es comparable a un cofre de siete llaves.

Sea como sea, Juan Carlos I consiguió que los Borbones volvieran al trono pese a que ello le costó una trifulca familiar con su padre, Juan de Borbón, legítimo sucesor de Alfonso XIII (depuesto en 1931), a quien Franco vetaba. De Juan Carlos sí pensó el dictador, y así lo afirmó en las Cortes aquel día, que había dado «claras muestras de lealtad a los principios e instituciones del Régimen».

El ahora rey aceptó ante el dictador que su legitimidad venía del 18 de julio 

Los historiadores consultados por Público coinciden en que su nombramiento tuvo que ver con las presiones de capitostes del régimen como el entonces presidente del Gobierno, Luis Carrero Blanco, o Laureano López Rodó. «Querían garantizar el franquismo sin Franco y estaban convencidos de que un príncipe que jurase fidelidad a los principios y leyes del Movimiento y traicionara a su padre sería fácil de pilotar», asegura Joan B. Culla, profesor de Historia de la Universidad Autónoma de Barcelona.

Enrique Moradiellos, catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Extremadura, constata la voluntad de «institucionalizar» el régimen. Y Julián Casanova, catedrático en la Universidad de Zaragoza, exhibe documentación donde, ya entonces, Carrero se refería a la «monarquía del Movimento Nacional».

El contexto no era baladí y era necesario transmitir imagen de renovación. Era el año del escándalo Matesa, seguía el enfrentamiento búnker-reformistas y la sociedad española hacía su particular transición social y cultural. Tendrían que pasar unos años para que la política diera respuesta a la realidad de la calle.

Sin muestras de apertura

Casanova señala que es difícil juzgar al príncipe de entonces con el prisma actual. «No hay duda de que el de ahora se parece más al de la Transición que al de hace 40 años. Entonces no se le veían atisbos de apertura», señala. De hecho, recuerda el catedrático, después de 1969 pasaron cosas graves, con penas de muerte que horrizaron al mundo, y el ahora rey calló.

Los expertos creen que en el 78 conservó la corona porque no había otra salida

En este aspecto ahonda más Iñaki Errazkin, periodista autor de Hasta la coronilla. Autopsia de los Borbones. «Fue nombrado sucesor del dictador y, antes de aprobar la Constitución, ejerció formalmente como tal. Franco delegó en él en dos ocasiones por salud, se puede hablar de él como dictador suplente«, apunta. Le apoya el catedrático de la Pompeu Fabra Vicenç Navarro. Para él, Juan Carlos I nunca nombró gobiernos con prioridad democrática y estableció «la continuidad entre aquel régimen y el sistema actual». Fueron las demostraciones de fuerza en la calle y la tensión social y política «las que le obligaron a abrirse».

Hay acuerdo en que la legitimidad democrática no llegó, en todo caso, hasta la Constitución de 1978 que redactaron las Cortes tras las primeras elecciones democráticas. Moradiellos rechaza «prejuzgar» a una democracia y a una monarquía por cómo se instaura. En esta línea, sostiene que la democracia española es más garantista que la portuguesa, «que llegó tras una revolución y no tras una transición».

La Constitución, todo o nada

Al igual que Vicenç Navarro, discrepa Iñaki Errazkin. Apunta que la Constitución fue un trágala para salvar la monarquía. «Fue según él una operación de blanqueo e hipnotismo ejemplar: o te comes la manzana con gusano o no hay manzana». La Transición, compleja y cargada de renuncias, llevó al rey a ganarse «otras fuentes de legitimidad», admiten historiadores como Moradiellos. El momento clave fue el 23-F. Según Culla, pasó de ser «el rey de Franco al salvador de la democracia». Errazkin los enmienda: «En el 23-F se trataba de consolidar al rey ya fuera con el golpe o con su fracaso. Y se consiguió».

En todo caso, como zanja el catedrático de Derecho Constitucional Francisco Balaguer, en la Transición pocos pudieron «debatir entre monarquía o república; el tema era democracia o dictadura». Ganó lo primero. Pero con corona incorpodada.

El debate sobre la legitimidad del monarca

Julián Casanova. Catedrático de Historia
«Cuando se le nombró [Príncipe] no pensaba en democracia, eso fue una evolución lógica»

Francisco Balaguer. Constitucionalista
«La forma en que se le nombró sirvió para tener legitimidad en sectores del régimen»

Iñaki Errazkin. Escritor
«La última vez que en España se decicidió sobre la monarquía fue en 1931»

Enrique Moradiellos. Catedrático de Historia
«El rey sobrevivió la Transición porque, entre libertad y paz, la gente quería paz»

Joan B. Culla I Clarà. Profesor de Historia
«No ha sido el rey que quería Franco. Se ganó la legitimidad al margen del régimen»

Vicenç Navarro. Catedrático de Políticas
«Durante estos años, ha sido el símbolo del poder que retuvieron las derechas»

Enlace: Público.es

http://www.publico.es/240164/dedazo/valio/corona


NOTA: Campaña promovida por AFECO…

julio 22, 2009

Queridos compañeros:
 
      Acabamos de colgar en nuestra web http://www.afeco.org/ vuestro artículo «YO SOY CULPABLE COMO GARZÓN ¿Y TU?, suscribrimos al 100% vuestra opinión, y os informamos que desde el mes pasado, entenemos habilitada en nuestra web una campaña de recogida de firmas en solidaridad con este juez, que avalarán el escrito que pretendemos elevar al Presidente del Tribunal Supremo, podeis encontrarlo todo en la mencionada web, y esperamos difundais la campaña pues hoy más que nunca debemos ir todos a una.
 
    Salud y Memoria
 
    Carmen Díaz Escobar
    Vicepresidenta de AFECO

Enlace al artículo: «YO SOY CULPABLE COMO GARZÓN ¿Y TU?…

https://lamemoriaviva.wordpress.com/2009/05/30/yo-soy-culpable-como-garzon-%c2%bfy-tu/