Las Memorias de José María Martínez Cachero…«Vi pasar por Pajares los trenes con mineros camino de Madrid, en julio de 1936; iban felices»

julio 24, 2009

«Uno de los que incendiaron la iglesia de mi pueblo, en la guerra, comentó: «Ya se quemaron todas; no va a quedar ésta por guapa»» – «Mi madre trabajó en una compañía privada de telefonía del empresario Próspero Blanco, pero tuvo que dejarlo cuando se casó»

Pajares Mineros

Voto a la República y después a la CEDA. «Mis padres se establecieron en una casa de la calle del Carpio y allí nació una niña a la que no conocí, Elena, que cumplía cuatro años cuando yo nacía y al poco falleció. A los seis años nació mi hermano Luis Alfonso, que se mató hace unos años cuando venía a veranear a Oviedo, por un choque en la provincia de Ávila contra un camión que bajaba con los frenos perdidos. Mi hermano era doctor en Derecho, profesor de Económicas y también trabajó en el Ministerio de Trabajo. Era una España muy agitada la de aquellos años. Muy pronto tuve una gran afición a la política -a la altura de los años 1934 y 1936-, y notaba a veces que mi padre venía del Gobierno Civil preocupado, inquieto, nervioso, y mi madre le preguntaba qué pasaba. Había huelgas en Asturias, especialmente en al minería. Llegan las elecciones el 14 de abril 1931 y hubo mucha gente de clase media, por ejemplo, mi padre, que votó a favor de la República y en contra de la dictadura amparada por la Monarquía, y también en contra de Alfonso XIII, que para muchos no resultaba nada simpático. Pero los cambios fueron muy curiosos y en las elecciones de 1933, en las que triunfa a Lerroux y la CEDA, mi padre vota a este último partido. Mi padre, como otros muchos, había sufrido una enorme decepción con la República, a la que había acogido con gran ilusión».
Podéis seguir las memorias en: La Nueva España – Diario Independiente de Asturias.
Enlaces:

http://www.lne.es

http://www.lne.es/secciones/noticia.jsp?pRef=2009072400_76_784182__Siglo-XXI-pronto-tuve-aficion-politica-surgio-Maristas-1935

http://www.lne.es/secciones/noticia.jsp?pRef=2009072400_76_784183__Siglo-XXI-pasar-Pajares-trenes-mineros-camino-Madrid-julio-1936-iban-felices


Asturias: El Concello de Carreño con la Ley de la Memoria Histórica…

julio 24, 2009

Carreño: El gobierno y la UNA eliminan Fernández Ladreda del callejero.
PP y URAS se opusieron, y UICA, escisión de IU, se abstuvo. La vía pasará a llamarse desde ahora del Ferrocarril.

Candás,

Braulio FERNÁNDEZ

El gobierno local, formado por PSOE e Izquierda Unida, se sirvió del apoyo de Unidad Nacionalista Asturiana para eliminar ayer el nombre de José María Fernández Ladreda del callejero candasín. La propuesta planteada por IU en la Comisión de Cultura salió adelante, además, gracias al voto doble del PSOE, ya que la medida no ha contado con un amplio respaldo entre el resto de fuerzas políticas. Incluso la escisión de la IU, UICA, se abstuvo en la votación. La calle pasará a llamarse ahora del Ferrocarril, una vez lo refrende el Pleno, el próximo 30 de julio.

La propuesta de eliminación de Fernández Ladreda del callejero de Candás se debe a la aplicación de la ley de Memoria Histórica, según el gobierno, y es el primer caso en que aplica en Carreño, que a principios de los años 80, con el Partido Comunista en el gobierno, ya había ejecutado la desaparición de los nombres inspiradores del franquismo. Entonces, Fernández Ladreda se «libró», al ser tenidas en cuenta las especiales actuaciones que el ministro de Obras Públicas de Franco había impulsado en el concejo, tales como el puerto, la finalización de la línea de ferrocarril hasta Gijón o la elección de Tabaza como sede de Ensidesa, hoy Arcelor-Mittal.

La sustitución del nombre del militar franquista no ha estado exenta de polémica hasta el último momento, ya que URAS y PP no han considerado que la aplicación de ley de Memoria Histórica sea de aplicación en el caso de Fernández Ladreda. El ministro fue honrado con el nombre de la calle por ser benefactor del pueblo, y a título personal, y no como una medida de exaltación del régimen dictatorial, según la postura de la oposición. «Es un error eliminar el nombre de Fernández Ladreda del callejero porque la ley de Memoria Histórica no obligaba a ello», explicaba a la salida de la comisión el concejal de URAS Joaquín Rodríguez. Para el hombre que consiguió retrasar en un primer momento la sustitución del nombre, la medida es también «injusta para con una persona que hizo cosas muy importantes para Carreño».

Por otra parte, UICA se abstuvo. «En su día, y bajo el mandato de José Luis Vega -fundador de UICA-, IU ya suprimió los nombres de las calles con referencias al franquismo y quedaba mantenerlas limpias y cuidadas, pero la nueva coalición no lo entiende así, y prefiere dedicarse a hacer aspavientos ideológicos para la galería, y tener la villa sucia, deteriorada y llena de obstáculos», explicó el portavoz de UICA, Ramón Artime. «No obstante, y como no queremos ser sospechosos de ir contra la ley de Memoria Histórica, nos hemos abstenido», concluyó.

«No nos oponemos a la ley, pero IU debería ocuparse antes de tener la calle limpia»

Ramón Artime., Portavoz de UICA

«Es un error eliminar el nombre, porque la ley no era aplicable en este caso»

Joaquín Rodríguez

Fuente: lne.es (La Nueva España)
http://www.lne.es/secciones/noticia.jsp?pRef=2009072400_54_786398__Centro-gobierno-eliminan-Fernandez-Ladreda-callejero


LOS ORÍGENES DE LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA: Una revolución histórica

julio 24, 2009

Fuente:Libertad Digital

http://libros.libertaddigital.com/

Por José María Marco

Pío Moa.
Hace diez años un escritor sólo conocido en algunos círculos muy restringidos, en general en el entorno del Ateneo de Madrid, publicó una obra titulada Los orígenes de la guerra civil española. De un anonimato relativo, el autor, Pío Moa, pasó directamente a las listas de superventas. Y se convirtió, de paso, en uno de los historiadores más discutidos de los últimos años.
Desde entonces, la visión progresista de la Segunda República y la Guerra Civil, elevada hacía tiempo a dogma oficial, se ha derrumbado con estrépito. Sigue siendo hegemónica en la universidad, donde muy pocas voces se atreven a ponerla en cuestión, y se sigue inculcando a jóvenes fáciles de manipular, que llegan ya adoctrinados de una enseñanza media convertida, en líneas generales, en una gigantesca máquina de reproducción ideológica. Ahora bien, fuera de eso, en el debate público, en los medios de comunicación y en la percepción que la opinión tiene de la gran tragedia española del siglo XX, el libro de Pío Moa cambió, y me parece que para mucho tiempo, la visión que los españoles tenían de esos años.

¿Qué había pasado para que ocurriera tal terremoto en la historia y en la sociedad española? En primer lugar, el mérito corresponde al autor, a Pío Moa, que se atrevió a analizar con rigor lo ocurrido y dejar de lado la idílica interpretación oficial, según la cual los republicanos, inmaculados santos laicos, defendían la legalidad democrática, la libertad, la emancipación de las clases trabajadoras y la modernización de la sociedad española. Es curioso que Los orígenes de la guerra civil española, aunque aporta alguna documentación nueva, se basa sobre todo en documentos ya conocidos. Se ve que nadie se había tomado la molestia de leerlos. Cultivando esta ceguera voluntaria es como se han levantado innumerables reputaciones académicas en el terreno de la historia.

Además, Pío Moa rompía con una tradición también bien asentada acerca de la República y la Guerra Civil. Por supuesto que había habido excelentes historiadores que se habían esforzado por analizar con pulcritud la sublevación revolucionaria del 34 y, en otros campos ajenos a este libro, la del 36, la represión indiscriminada –el terror, propiamente dicho– puesta en marcha por los autodenominados «defensores de la legalidad republicana», o la historia militar de la Guerra Civil. La novedad del estudio de Pío Moa es que cambiaba la perspectiva en que todo esto se situaba.

Hasta entonces los mantenedores de la versión oficial habían sostenido, aprovechando la naturaleza no democrática del régimen de Francisco Franco, que la rebelión del 36 había atacado la democracia en sí. Pío Moa demostró lo contrario. Quienes habían atentado contra el régimen democrático eran los revolucionarios del 34 y, con ellos, buena parte del establishment republicano de centro, por así llamarlo, que no aceptó el resultado de las elecciones de 1933, cuando la izquierda perdió el respaldo de la opinión pública.

Pío Moa demostraba, primero, que la sublevación del año 34 fue una revolución diseñada para implantar una dictadura de corte estalinista en España, y, de paso, dejaba bien claro que la izquierda republicana, desde Azaña, supuesto moderado, los comunistas y la inmensa mayoría del PSOE no sentían el menor respeto por la democracia cuando no servía a sus fines. El análisis abría la vía a una reflexión de fondo sobre la naturaleza de la izquierda española con amplias repercusiones en la realidad actual.

Ni qué decir tiene que el estudio de Pío Moa fue recibido con un clamor histérico –aún sigue causándolo–. Aunque se le ha llegado a dedicar más de un libro, nunca se ha discutido en serio. Fuera de los insultos y las descalificaciones personales, el ninguneo ha sido la estrategia generalizada de sus detractores. Estrategia fallida, porque, aparte del respaldo de algunos –escasos– valientes historiadores académicos, como Stanley G. Payne, que firma en la introducción a esta nueva edición ampliada –con un epílogo del autor–, las obras de Pío Moa, y ésta muy en particular, se han vendido como ninguna otra de las que exponen la versión oficial.

Mención aparte merece la recepción de éste y otros títulos de Pío Moa por parte del centro derecha político. Aquí ha pesado un silencio denso. Los libros de Pío Moa resultan material inflamable y promocionarlos, o utilizar la argumentación que ofrecen, sigue siendo tabú en la política española. El caso de Pío Moa no es único: lo mismo ha ocurrido con el libro de César Vidal sobre las Brigadas Internacionales o los de Ángel Martín Rubio sobre la represión en el bando republicano.

Si está claro que en la sociedad no existe consenso sobre la historia española, ¿por qué esforzarse en seguir manteniendo una fachada más que cuarteada y desaprovechar la argumentación y las nuevas perspectivas? Es algo que resulta asombroso, pero que también ayuda a entender muchas otras cosas.

PÍO MOA: LOS ORÍGENES DE LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA. Encuentro (Madrid), 2009, 477 páginas. Prólogo de STANLEY G. PAYNE.

Pinche aquí para acceder a la web de JOSÉ MARÍA MARCO.


El templo de los ‘mártires del 36’ se encoge un 80%…

julio 24, 2009

El gran templo consagrado a los mártires del bando franquista de la Guerra Civil en Valencia se reducirá a una pequeña iglesia. Al menos de momento. El arzobispado de Valencia ha presentado al Ayuntamiento una nueva memoria del polémico proyecto impulsado por el cardenal Agustín García-Gasco en 2007 en la que anuncia que sólo acabará ahora un 20% del recinto para dar cabida a 144 fieles -más un centenar en el coro-, frente al millar de personas del plan original.

La noticia en otros webs:

La iglesia se construye en una de las naves protegidas de la antigua industria química de Cross, junto a la zona de expansión de la Ciutat de les Arts i les Ciències. La documentación del proyecto indica que el resto de la obra se continuará «al ritmo que posibiliten los medios económicos». Fuentes del arzobispado explicaron que es «habitual» construir las iglesias por fases y que la primera se abrirá en un año.

El edil socialista Juan Soto, que desveló el cambio de planes, pidió al nuevo arzobispo, Carlos Osoro, que «abandone el proyecto de macrosantuario de los mártires, que es megalómano y una afrenta para las víctimas del otro bando», y que destine el resto de la nave a «un servicio social«.

Fuente: El País.com (Comunidad Valenciana)

http://www.elpais.com/articulo/Comunidad/Valenciana/templo/martires/36/encoge/elpepuespval/20090724elpval_11/Tes