Nace en Alicante una Coordinadora de Asociaciones para la Memoria Histórica para trabajar por «la tercera República»…

julio 26, 2009

ALICANTE, 25 Jul. (EUROPA PRESS) –

Diversas entidades han constituido la Coordinadora de Asociaciones de la Provincia de Alicante para la Memoria Histórica, con el fin de compartir, difundir e impulsar actividades y propuestas como las que ya se están desarrollando en el sur de la Comunitat Valenciana para reivindicar la memoria republicana.

La iniciativa tiene su origen en un trabajo común preexistente, las dos ediciones de las Jornadas sobre el Campo de Albatera, que en la práctica han supuesto una primera «experiencia de coordinación» de diferentes organizaciones republicanas en las comarcas alicantinas, según informaron fuentes de la entidad en un comunicado.

En las reuniones mantenidas hasta el momento, los asistentes han coincidido en señalar «la necesidad de apoyarse mutuamente» y en la intención de que «el conocimiento del pasado sirva para reforzar el trabajo por la consecución de la tercera República», explicaron las mismas fuentes.

Hasta ahora, se han reunido representantes de la Asociación Guerra, Exilio y Memoria Histórica del País Valenciano; Asociación Víctimas del Franquismo 17 de Noviembre (Orihuela); Associació Cultural Memòria i Justícia d’Elx i Comarca; Ateneo Republicano «Nazario González» (Elche); Ateneo Socio-cultural «Viento del Pueblo» (Orihuela); Comisión Cívica por la Memoria Histórica (Alicante); Foro de Alicante por la III República; Movimiento Ciudadano por la III República «Miguel Hernández» (Orihuela); Plataforma Cívica por la Recuperación de la Memoria Histórica de Callosa del Segura; y Plataforma de Ciudadanos por la República.

Sin embargo, el objetivo de los promotores es continuar incorporando otras entidades de la provincia que compartan los mismos objetivos.

La aprobación definitiva de los Estatutos que regirán la vida de esta nueva Coordinadora serán aprobados definitivamente en septiembre, cuando se pongan en común también las diversas propuestas de trabajo concreto, así como los grupos que se formarán para desarrollarlo.

No obstante, y además de los objetivos ya mencionados, las entidades que han puesto en marcha este proyecto coinciden en «la necesidad de implicar a la sociedad en las tareas de recuperación de la memoria histórica», con el fin de que «la reconozca como propia, frente a las falacias que se difunden intencionadamente desde determinadas instancias». La coordinadora también busca «poner en valor los principios que defendieron los republicanos y republicanas durante la segunda República y, más tarde, en la resistencia contra el franquismo».

Con ese fin, las diferentes organizaciones se han comprometido ya a poner en marcha tanto los medios de difusión necesarios como toda una serie de actividades de homenaje y reconocimiento hacia las personas que, «por la libertad y el progreso, lucharon por la República», subrayaron desde el colectivo.


Jesús Munárriz recoge en ‘Por la gracia de Dios’ sus poemas dedicados a Franco y el franquismo…

julio 26, 2009

SEVILLA, 25 Jul. (EUROPA PRESS) –

Jesús Munárriz: Poeta, traductor y ensayista español nacido en San Sebastián en  1940. Reside en Madrid desde los 17 años. Suspendió sus estudios de arquitectura para licenciarse en Filología Germánica por la Universidad Complutense de Madrid, especializándose luego en la Universidad de Jena, en Weimar.

Jesús Munárriz: Poeta, traductor y ensayista español nacido en San Sebastián en 1940. Reside en Madrid desde los 17 años. Suspendió sus estudios de arquitectura para licenciarse en Filología Germánica por la Universidad Complutense de Madrid, especializándose luego en la Universidad de Jena, en Weimar.

El escritor vasco Jesús Munárriz recoge en el libro ‘Por la gracia de Dios’, editado por Point de Lunettes, los poemas que a lo largo de su carrera literaria a la figura de Franco y el franquismo, desde su obra ‘Cuarentena’, publicada en 1977 y recogida en esta nueva publicación, hasta una ‘Segunda Cuarentena’ y algunos inéditos.

En una entrevista concedida a Europa Press, Munárriz indicó que su vinculación con Franco ha sido lo que le ha llevado a escribir sobre él, pues más de la mitad de su vida ha vivido «a la sombra del caudillo», ya que nació en 1940. Además, apuntó que trabajó como documentalista en una película sobre la figura del dictador.

‘Por la Gracia de Dios’, frase que se acuñó en las monedas de la época de la dictadura, muestra el «humor hábil y suelto» del escritor, nacido en San Sebastián. Al respecto del título, Munárriz añadió que algunos lectores dirán que «menuda gracia nos hizo Dios» con la presencia del general.

Otro elemento que puede «levantar suspicacias», según el escritor, es la portada donde se representa «a Franco triunfal con un cerdo como si fuera un perrillo». En este sentido, indicó que «hay gente para todo y que entenderá que no guste».

La figura del dictador no es «muy frecuente» en la poesía contemporánea, sin embargo el autor cree que «la poesía tiene cabida para todo, pues es una forma de ver el mundo donde cabe todo lo bueno y lo malo o lo antiguo y lo moderno».

Además, subrayó que la poesía es siempre «válida» si ha sido escrita una cierta «necesidad» y ha «despertado una emoción en el poeta». Incluso, recalcó que lo «importante no es el tema, sino la capacidad de convertirlo en poesía y que el lector la haga suya y se sienta identificado en ella», como todos nos sentimos parte de la frase de Antonio Machado, ‘se hace camino al andar’.

Apuntó que para que «Aznar y Zapatero tengan poesía en su honor habrá que dejar pasar el tiempo, pues a excepción de la poesía hecha en el exilio por Alberti, Machado o Neruda, en España nadie escribía a Franco desde la oposición. Añadió que «él ya escribió algún que otro poema a Felipe González».

Avisado de las posibles críticas contraria que pueda levantar la obra, Munárriz entiende «hay gente de todo tipo» y destacó que «habrán de pasar más de medio siglo para que la gente quede desconectada de alguna manera del franquismo para poder hablar de él, como ya se puede hacer de las Guerras Carlistas».

Munárriz, poeta, traductor y ensayista español, suspendió sus estudios de arquitectura para licenciarse en Filología Germánica por la Universidad Complutense de Madrid, especializándose luego en la Universidad de Jena, en Weimar.

Fue co-fundador y director de la editorial Ciencia Nueva desde su fundación  hasta su cierre administrativo en 1969, co-director de la colección de poesía Saco roto de la editorial Helios, director de publicaciones de la editorial Siglo XXI de España, y fundador y director actual de Ediciones Hiperión.

Ha traducido al español, entre otros, a Hölderlin, Rilke, Celan, Aragon, Wilde, Shakespeare y Pessoa. De su obra poética destaca ‘Viajes y estancias’, ‘Cuarentena’, ‘Esos tus ojos’, ‘Otros labios me sueñan’ o ‘Corazón independiente’

Fuente: Europapress

http://www.europapress.es/andalucia/noticia-jesus-munarriz-recoge-gracia-dios-poemas-dedicados-franco-franquismo-20090725115502.html


La ley de memoria histórica es la ley que se ha podido hacer…

julio 26, 2009

Mérida

Para el profesor titular de Literatura Española de la UNED, Vicente Granados Palomares, la Ley de Memoria histórica es una ley política, en la que no se ha encontrado un consenso entre los dos grandes partidos nacionales, por lo que su aplicación está costando mucho trabajo. “Ni es la mejor para la izquierda ni tampoco buena para la derecha”.

Vicente Granados Palomares, del Curso Letras y Espectáculos en la II República

Vicente Granados Palomares, del Curso Letras y Espectáculos en la II República

El curso Letras y espectáculos en la II República intenta mostrar una época de esplendor cultural importante, coincidente con el primer tercio del siglo XX. Para el profesor Vicente Granados, se tiene un concepto de República equivocado, “es más bien burguesa, lo que pasa es que cuando empieza la Guerra Civil toman fuerza dos partidos minúsculos, la Falange y el partido Comunista, pero el primer presidente de la República Alcalá Zamora era un hombre de derechas, había sido un ministro del Rey; y Azaña era de Izquierda Republicana, un partido que ahora sería el centro izquierda, un poco elitista, y no sé de donde se ha sacado que la República era una cosa de quemar conventos. El problema es que cuando comienza la Guerra Civil todo se radicaliza, y hay otro asunto que todavía sigue vigente y es la actitud por parte de la iglesia que desde el primer momento atacó la República”.

La República era un movimiento más bien burgués

En su ponencia ha hablado de la relación de la II República con la generación del 27.
«Voy a arrancar de un poema de los años 40 de Vicente Aleixandre, dedicado a su amigo Federico García Lorca: El enterrado. En él se hace referencia al olvido, al no querer olvidar cómo un grupo de hombres turbios asesinó a su amigo, para el que reclama una memoria. Entonces, dije que había que hacer algo para reivindicar e impedir el olvido de esas personas que habían dado su vida por la democracia, que pertenecían a la burguesía y que no eran revolucionarios, que es la imagen que quisieron dar de ellos.

Y eso ha cuajado en una Ley de la Memoria histórica muy controvertida…
Sí, una ley que intenta rehabilitar, ayudar y dignificar a esas personas que fueron encarceladas por ser demócratas. Se prueba en diciembre de 2007 y su aplicación está costando mucho trabajo, porque es una ley política y los dos grandes partidos nacionales no han encontrado un consenso y sí un gran enfrentamiento; la ley que salió no era la mejor para la izquierda, tampoco era buena para la derecha y está siendo controvertida por la apertura de fosas… está siendo un proceso muy largo, en Canarias incluso tienen que intervenir espeleólogos, ya que algunas están dentro de cuevas.
Aunque es una ley de ámbito estatal, cada Comunidad la tiene que aplicar y eso es difícil, el gobierno de Cataluña ha decidido por ejemplo abrir todas las fosas y las familias las colocan donde creen oportuno.

¿Por qué las asociaciones de memoria histórica han dicho al gobierno que les ha engañado con la ley?

La ley es la que se ha podido hacer. Hay un tema clave, anular los juicios o los juicios son ilegales. El gobierno se inclinó por anular los juicios, pero eso suponía una complicación tan grande que no se podía asumir y los declaran ilegales, que no es poco. Estos grupos que defienden la memoria histórica están trabajando para que se aplique de la mejor manera posible, pero un sindicato ultraderechista, Manos Limpias, está trabajando muy activamente para anular todas las medidas que se tomen a favor de la aplicación de la memoria histórica.

Angel Briz

UNED


Harry Patch, la última memoria de las trincheras Fallece a los 111 años el único soldado que quedaba vivo del frente occidental de la Primera Guerra Mundial…

julio 26, 2009

Como el último Mohicano, así se ha ido Harry, sólo y en silencio, en su lucha por olvidar todo el daño que vio durante la I Guerra Mundial. Sin embargo y pese a su discreción, su vida es más importante de lo que a él le hubiera gustado que fuera, ya que con él, se va el último testimonio vivo de una de las etapas más oscuras de la historia del hombre. No quiso participar de modo activo en la II Guerra Mundial y posiblemente su participación como bombero apagando los fuegos de los bombardeos alemanes fue su expiación de los pecados. Adiós Harry, descansa en paz…

Harry Patch, en una fotografía de archivo.- REUTERS

Harry Patch, en una fotografía de archivo.- REUTERS

Ya no queda nadie que recuerde el infierno de sangre y fango que se vivió en las trincheras de la Primera Guerra Mundial. El británico Harry Patch, el único soldado que quedaba vivo del frente occidental murió ayer a los 111 años en la residencia de Wells (Somerset, al suroeste de Inglaterra) donde residía. Con él se extingue la memoria de uno de los episodios más terribles de la historia de la humanidad, el horror sin precedentes de millones de hombres recluidos en agujeros y empantanados en una guerra de posiciones en el fuego cruzado del frío, las balas y las enfermedades.

VIDEO – AGENCIA ATLAS – 25-07-2009

Fallece Harry Patch, el último combatiente británico de la Primera Guerra Mundial

Harry Patch, el último soldado británico que había luchado en las trincheras de la Primera Guerra Mundial, ha muerto. En 1917 un proyectil estuvo apunto de matarle pero sobrevivió. Años más tarde participaría, también, en la Segunda Guerra Mundial. – AGENCIA ATLAS

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En los últimos tiempos, la salud de Patch había empeorado y había perdido el oído, aunque seguía gozando de buen humor, según contaba su amigo Nick Sears. En agosto de 2008 su médico le aconsejó rechazar ya cualquier entrevista con la prensa, aunque siguió participando en actos de homenaje a sus compañeros. El 11 de noviembre de ese año pudo vérsele sonriente junto a sus camaradas Bill Stone y Henry Allingham en Londres en la ceremonia que recordaba el 90 aniversario del fin de la Gran Guerra. La foto, con los tres veteranos en silla de ruedas, es ya irrepetible. Stone, que sirvió en la marina, murió el 10 de enero de este año a los 109 años. Y Allingham, último superviviente de la batalla de Jutlandia, falleció hace apenas una semana, el 18 de julio a los 113.

Patch había nacido en Combe Down, cerca de Bath, el 17 de junio de 1898. Dejó la escuela para hacerse fontanero pero cuando cumplió 18 años tuvo que ingresar en el Ejército para servir en la Guerra. Su destino fue manejar una ametralladora del cuerpo de Infantería Ligera del Duque de Cornualles y fue enviado a Ypres, en Bélgica, donde los alemanes habían usado en 1915 por primera vez los gases venenosos. Allí se libraba la tercera batalla de Ypres, conocida también como de Passchendaele, una de las más terribles de la guerra. Sólo en aquel sector se calcula que murieron en los cuatro años de guerra unos 300.000 soldados británicos. Patch tuvo mejor suerte: en septiembre de 1917 fue herido en la ingle por un proyectil alemán que mató a tres de sus cuatro compañeros de ametralladora y pasó el resto de la guerra en un hospital de la isla de Whigh. 90 años después, en el cementerio de guerra de Flandes comentaría su perplejidad por ser el único superviviente de aquella carnicería. «Cualquiera de ellos podría haber sido yo», dijo entonces, «millones de hombres vinieron aquí a luchar y es increíble que yo sea el único que quede vivo».

Después de la guerra volvió a su trabajo como fontanero y en 1919 se casó con un joven que había conocido cuando se recuperaba de sus heridas, Ada Billington. No participó en la Segunda Guerra Mundial -tenía ya 42 años cuando Inglaterra le declaró la guerra a Hitler- pero se apuntó como bombero voluntario para apagar los fuegos que causaban los bombardeos alemanes. Con Ada, que murió en 1976, tuvo dos hijos, también fallecidos. En 1980 volvió a casarse, pero su nueva mujer, Jane, falleció cuatro años después. En sus últimos años tuvo una tercera pareja, Doris, una compañera de la residencia de Wells donde pasó sus últimos años.

A Patch no le gustaba hablar de la guerra. De hecho no participó en ningún acto conmemorativo hasta que tuvo más de 90 años. Pero cambió de opinión al ver como los veteranos de la I Guerra Mundial empezaban a convertirse en una especie en extinción y participó en 1998 en un programa de testimonios de soldados de la BBC. A partir de ahí, y a medida que se reducía el número de ex combatientes, se fue convirtiendo en una celebridad en Reino Unido. En la que probablemente fue su última aparición pública, el pasado 9 de marzo, Patch fue nombrado oficial de la Legión de Honor por el embajador de Francia en Reino Unido.

Disparos a las piernas

En agosto de 2007 vio la luz su autobiografía, The Last Fighting Tommy. Parte de sus vivencias en el frente habían sido recogidas también en Last Post, publicado en 2005 por Max Arthur con testimonios de 21 supervivientes británicos de la Primera Guerra Mundial. Entre sus recuerdos más vívidos del campo de batalla estaba la muerte de un compañero que agonizaba en tierra de nadie y que le pedía que le disparara para acortar su sufrimiento. Antes de que pudiera sacar su arma, el soldado murió pronunciando la palabra «madre». Pero no era un grito de dolor, sino de gozo y sorpresa, como el de alguien que encuentra a un conocido de forma inesperada. Después supo que la madre del militar había fallecido hacía tiempo y comprendió entonces que «la muerte no es el final». «Creo desde ese día», decía en su relato para Last Post, «que la palabra madre es la más sagrada en lengua inglesa».

En el mismo libro relataba como él y su compañero Bob mantenían siempre el arma -la ametralladora- apuntando hacia abajo, para herir en las piernas pero no matar a sus enemigos. «Creo que nunca maté a un alemán», contaba. Otra anécdota, confirmaba el carácter pacífico y sensible del soldado: cuando disparó en el hombro, y luego sobre la rodilla, para no acabar con la vida de un soldado enemigo que venía hacia él bayoneta en mano.

Tras la muerte de Patch sólo queda un soldado británico de la I Primera Guerra, Claude Choules, de 108 años, que sirvió en la marina y en la actualidad vive en Australia. Además, quedan otros dos veteranos de aquella guerra reconocidos por sus respectivos gobiernos, un canadiense y un estadounidense. Las principales autoridades de Reino Unido han lamentado el fallecimiento. «Nunca olvidaremos la valentia y el sacrificio de su generación, que sigue siendo un ejemplo para todos nosotros», ha dicho la Reina Isabel II. El Principe de Gales, el primer ministro, Gordon Brown, o el líder conservador, David Cameron, también han tenido palabras de reconocimiento para Patch.

El duelo también ha llegado internet. Se cuentan ya por centenares los mensajes de condolencia en el grupo Harry Patch Appreciation Sociaty de Facebook, que tenía hasta ayer más de 2.200 miembros. Tras conocerse el fallecimiento se creó otro grupo en la misma red social, RIP Harry Patch, al que se habían unido a las 11 de la noche más de 1.100 seguidores. Allí se multiplican los pésames, las alabanzas al soldado y se debatía la idea lanzada en el blog de Damian Thompson, en el Daily Telegraph, apenas una hora después de anunciarse la muerte: ¿Debería ser honrado Patch con un funeral de Estado? Varios internautas recordaban que el fallecido, por pura modestia, había rechazado esta posibilidad en sus memorias. Otros proponían aprovechar su muerte para rendir un homenaje conjunto a todos los soldados de la Gran Guerra y no contravenir así el último deseo del fallecido.

Fuente: El País.com / BERNARDO MARÍN – Madrid – 26/07/2009

http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Harry/Patch/ultima/memoria/trincheras/elpepusoc/20090726elpepusoc_1/Tes


Los ‘traidores’ de Hitler serán rehabilitados: Alemania anulará las condenas de los soldados del Ejército que conspiraron contra el nazismo…

julio 26, 2009
Tres soldados alemanes en el puerto francés de Le Havre, en 1941.- AP

Tres soldados alemanes en el puerto francés de Le Havre, en 1941.- AP

Pocos días antes del 70º aniversario de la invasión de Polonia en septiembre de 1939, el próximo 26 de agosto, el Bundestag [Cámara baja del Parlamento] alemán rehabilitará por fin a los llamados traidores de guerra: los soldados de la Wehrmacht acusados de haber favorecido al enemigo y perjudicado a las propias tropas. Los nacionalsocialistas equiparaban con ese término la solidaridad con judíos acosados, la resistencia política, los comentarios negativos sobre Hitler en un diario o las posturas críticas con la guerra de miembros del Ejército.

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La presión pública obligó a los partidos a rehabilitar a los militares desertores.

El Rote Kapelle fue un gran grupo de oposición al führer durante la guerra.

Los militares opositores son las últimas víctimas a las que se repara.

De los 30.000 condenados por la justicia militar nazi, se ejecutó a 20.000.

Los sectores más conservadores del país han esgrimido siempre la presunta puesta en peligro de los compañeros de armas para rechazar cualquier intento parlamentario de revocar los fallos. Pero el análisis de sentencias conservadas no ha sacado a la luz caso alguno con esas características. En el libro Das letzte Tabu , publicado en 2007, un equipo de investigadores liderado por el historiador Wolfram Wette analiza 33 juicios por «traición de guerra» contra más de 60 soldados. La conclusión: no existía delito colectivo. «El único rasgo común de todos estos casos es la aplicación indiscriminada de la pena de muerte», explica Wette.

El 22 de diciembre de 1942, el teniente de las fuerzas aéreas Harro Schulze-Boysen, el tirador Kurt Schumacher, así como el operador de radio Horst Heilmann mueren como traidores de guerra en la horca de la prisión Berlín-Ploetzensee. Junto a estos militares se ejecuta también a varios civiles: tres mujeres -una de ellas la esposa del teniente Libertas Schulze-Boysen- y tres hombres son guillotinados, Otros dos hombres, ahorcados. La justicia nazi aplica un término distinto para el supuesto crimen de los civiles, se trata de «alta traición». Pertenecían al grupo de resistencia Rote Kapelle, nombre que acuñó el Gobierno de Hitler para un conjunto de diversos círculos de oposición. Desde agosto de 1942 hasta marzo de 1943 el Reichskriegsgericht

[el Tribunal Supremo Militar] y el Volksgerichtshof condenan a muerte a más de 60 de los alrededor de 150 miembros ubicados en Berlín. Fue uno de los grupos de resistencia más numerosos del III Reich y sus objetivos comunes radicaban en conseguir el fin inmediato de la guerra y la restitución de los derechos humanos.

Gracias a Harro Schulze-Boysen, la Rote Kapelle tenía acceso a documentos secretos de la Wehrmacht: intentaba pasar esas informaciones a representantes de las embajadas norteamericana y soviética. La labor de los activistas, provenientes de todos los estratos sociales, incluía la ayuda a ciudadanos amenazados por los nazis tanto como a trabajadores forzados. Asimismo, la documentación de crímenes violentos de los alemanes en las zonas ocupadas y la difusión de panfletos antibelicistas. Esas actividades constituían infracciones inaceptables para «una jurisdicción elástica, sostenida por jueces autorizados por Hitler a endurecer la ley», precisa el historiador militar Manfred Messerschmidt. Los trabajos de este autor fueron fundamentales para que en 1995 el Tribunal Supremo pudiera sentenciar que los magistrados del régimen nazi «deberían haber respondido de prevaricación y comisión de crímenes capitales».

Los traidores de guerra representan los últimos damnificados por la justicia militar del III Reich a la espera de una absolución simbólica, pues ninguno de ellos la vivirá. «Anular las sentencias de manera global significa revocar también los fallos legítimos. Así se deslegitima a los jueces y se les califica como criminales», responde tajante Norbert Geis, diputado del ala más tradicionalista de la bávara Unión Social Cristiana (CSU) y miembro de la Comisión de Derecho del Bundestag. Esa objeción no convence, sin embargo, al experto Wolfram Wette: «No es que se desacredite a los jueces, es que están deslegitimados».

La «traición de guerra» constaba ya en el Código Penal Militar de 1872. En 1934, Hitler decidió generalizar la pena de muerte para los supuestos traidores en el Ejército, aunque la ley de 1872 sólo la preveía para casos precisos. Se eliminaron todas las definiciones concretas, así que se conservó únicamente el párrafo 57, que exigía la pena capital.

En 1998 el Gobierno de CDU/CSU y FDP aprobó la llamada Ley para la Anulación de los Fallos Injustos Nacionalsocialistas contra las personas «condenadas por razones políticas, militares, racistas, religiosas e ideológicas». La coalición excluyó de manera consciente a los desertores y traidores, argumentando que no quería poner en la picota al resto de los veteranos. Pero la opinión pública que antes había tachado de cobardes a los desertores, objetores de conciencia y traidores, ya había cambiado gracias a exposiciones sobre los crímenes del Ejército alemán de 1939 a 1945, además de testigos como Ludwig Baumann, desertor de la Wehrmacht y presidente de la Asociación Federal de Víctimas de la Justicia Militar del Régimen Nazi, organismo que cuenta con el asesoramiento de expertos en la materia como Wette y Messerschmidt.

De los 30.000 condenados a muerte por la justicia militar nazi, 20.000 fueron ejecutados y Baumann quería recuperar la dignidad de todos ellos, no sólo la suya. La creciente presión pública llevó al Gobierno de SPD y Los Verdes a anular también, en 2002, las sentencias contra los desertores, los objetores de conciencia, así como los homosexuales, con los votos en contra de CDU/CSU y FDP.Pero aún quedaban fuera los traidores de guerra. En 2006, la ministra de Justicia Brigitte Zypries (SPD) escribió a Baumann que no se les podía incluir en la ley de 1998 puesto que no se podía descartar que perjudicaran a otros soldados alemanes. Los comparó además con militares que maltrataron a sus subordinados, con saqueadores y con profanadores de cadáveres. A Baumann aquella carta le «escandalizó»: «No todos los soldados alemanes eran asesinos, evidentemente. Todos servían, sin embargo, en los ejércitos que perpetraron una guerra de exterminio y de agresión. Me parece increíble que se valore más el posible peligro para los soldados alemanes que la salvación de millones de presos en los campos de concentración, de civiles e incluso de los mismos soldados».

Baumann se dirigió entonces al partido Die Linke [la Izquierda] donde encontró apoyo para su última lucha. Sesión tras sesión, durante más de tres años, el diputado Jan Korte (Die Linke) proponía, en la Comisión de Derecho, un proyecto de ley para rehabilitar a los traidores de guerra. A principios de 2009 la ministra de Justicia pidió un informe sobre la legitimidad del párrafo 57 al ex juez del Constitucional Hans Hugo Klein, afín a la CDU. Éste concluyó de forma inequívoca que el artículo era «incompatible con los principios de un Estado de derecho» ya que únicamente establecía la pena de muerte sin tener en cuenta la gravedad de cada caso.

Pero los políticos aún tardaron varios meses en ponerse de acuerdo. Hasta finales de junio, Jan Korte y varios diputados de Los Verdes y del SPD consiguieron las firmas de más de 160 diputados de diversos partidos para un proyecto de ley conjunto. Como la CDU siguió con su actitud de bloqueo, una parte del SPD abandonó por fin su resistencia a rehabilitar a los traidores de guerra con Die Linke y Los Verdes. Esto llevó a la CDU a cambiar de rumbo, para no quedarse sola en la oposición a una ley mayoritariamente apoyada por la población. Pero en lugar de sumarse al proyecto de ley conjunto, propuesto por Die Linke, creó otro igual con el SPD, compañero de coalición de Gobierno. «No importa quién haya escrito la ley. Lo que importa es la señal que da 64 años después de la guerra», afirma Jan Korte.

Ahora sólo queda por incluir a los verdugos en la recuperación de la memoria histórica. Ninguno de los magistrados fue condenado por los juzgados alemanes después de la guerra. «Habría que revisar el papel de los jueces en la posguerra. Muchos lograron puestos importantes en tribunales desde los cuales rechazaron todas las peticiones de indemnización de las víctimas», subraya Messerschmidt.

Fuente: El País.com/ANNA-MARIA HOLLAIN – Madrid – 26/07/2009

http://www.elpais.com/articulo/internacional/traidores/Hitler/seran/rehabilitados/elpepuint/20090726elpepiint_3/Tes

NOTA:

Si hay un país que nos puede enseñar algo a cerca del fascismo, sus consecuencias, la recuperación de la memoria histórica y la reparación de las víctimas, es sin duda Alemania. Nunca llueve a gusto de todos, eso está claro, pero aún así Alemania ha tenido la valentía y la coherencia de crear las herramientas necesarias para no olvidar su historia (y aunque no les gusta recordarla, lo cual es lógico), creando los Museos de la II Guerra Mundial, el Museo del Holocausto de Berlín o el Museo Judío, etc. Habilitando la ley de modo que favorecía la recuperación de las víctimas de la represión fascista del nazismo, eliminando toda su simbología y penando la pertenencia a grupos nazis o afines.

Se han preocupado de entender y hacer entender que una parte de su negra historia, merecía no desaparecer como símbolo de un mal pasado, pero también, se han centrado en la recuperación de la dignidad de aquellos que padecieron las graves consecuencias de un régimen absurdo e inhumano, y sobre todo, sobre la recuperación de la dignidad de un pueblo señalado como uno de los grandes males de la destrucción de la humanidad.

Alemania nos ha enseñado a leer las páginas de la historia sin borrarlas, pidiendo perdón, reparando el mal cometido y convirtiéndose en uno de los países motores de la democracia y del desarrollo, sin que por ello nadie entienda que se ha removido el pasado de modo innecesario, sino todo lo contrario.

Con esta nueva acción: «Anulación de las condenas a los soldados considerados traidores del régimen nazi», nos vuelve a dar un ejemplo de coherencia, justicia y reparación moral e histórica.

Deberíamos aprender de nuestros amigos teutones a mirar nuestro pasado con ojo crítico para construir un futuro de esperanza, desarrollo y de perdón sin olvido.

Jordi Carreño. /  La Memoria Viv@