Información: Sobre la restitución a las personas naturales o jurídicas de carácter privado de los documentos que les fueron incautados con motivo de la Guerra Civil…(Aragón)

agosto 4, 2009

Archivo Ducal de Híjar. Archivo Abierto. "LA MEMORIA HISTÓRICA"
Archivo Ducal de Híjar. Archivo Abierto. «LA MEMORIA HISTÓRICA»

Información sobre la restitución a las personas naturales o jurídicas de carácter privado de los documentos que les fueron incautados con motivo de la Guerra Civil. Gobierno de Aragón.
Consulta en:

http://portal.aragon.es/portal/page/portal/PatrimonioCultural/AmargaMemoria/Documentacion

Desde el año 2004, para facilitar la investigación multidisciplinar de este período, se está llevando a cabo una importante labor de localización, recuperación y catalogación de la documentación aragonesa o referente a Aragón ubicada en archivos tanto públicos como privados.

Un ejemplo de ello es la elaboración de la base de datos que recoge la documentación aragonesa o referente a Aragón conservada en el Archivo General de la Guerra Civil Española de Salamanca, y que es posible consultar en los tres archivos históricos aragoneses.

*Aviso: ha sido publicado el Real Decreto 2134/08, de 26 de diciembre, por el que se regula el procedimiento a seguir para la restitución a particulares de los documentos incautados con motivo de la guerra civil.

Fuente: Archivo Ducal de Híjar. Archivo Abierto.

http://archivohijar.blogspot.com/…/noticiassobre-la-memoriahistorica.html


La Asociación de la Memoria Histórica se congratula de la concesión de la Medalla de Extremadura al pueblo de Barrancos…

agosto 4, 2009

La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Extremadura (Armhex) se congratuló de la concesión de la Medalla de Extremadura al pueblo de Barrancos, en Portugal. Esta decisión fue adoptada hoy por el Consejo de Gobierno de la Junta de Extremadura.

En Portugal, Barrancos es un pueblo famoso por su jamón, señalado por consenso como el mejor del país, y por sus corridas de toros. ..., pero también por haber sido refugio de muchos durante la Guerra Civil y la posguerra.

En Portugal, Barrancos es un pueblo famoso por su jamón, señalado por consenso como el mejor del país, y por sus corridas de toros. ..., pero también por haber sido refugio de muchos durante la Guerra Civil y la posguerra.

Centenares de refugiados extremeños, escaparon de una muerte segura en septiembre de 1936, al huir y refugiarse en la localidad portuguesa de Barrancos, recuerda Armhex a través de un comunicado.

Los habitantes de la localidad lusa acogieron a los extremeños y los pusieron «a salvo, con la loable y humanitaria» actuación del teniente Antonio Augusto Seixas, quién permitió la creación de unos «improvisados» campos de refugiados que salvaron la vida de aquellos refugiados.

Según informó la Armhex en nota de prensa, «los refugiados, siempre conservaron el recuerdo de la solidaria acogida de los habitantes de Barrancos porque fue un acontecimiento que marcó la vida de muchas familias extremeñas».

Por otro lado, el recuerdo y la memoria en los habitantes de Barrancos por aquellos refugiados, también ha perdurado en el tiempo, pues «eran gentes como ellos mismos, sus propios vecinos».

«La guerra civil, no hizo si no reactivar aquellas relaciones sociales, que ya mantenían desde antes de la guerra», indicó la asociación.

La memoria de aquellos hechos de Barrancos, «forman parte ya» de historia contemporánea extremeña, como un «referente de solidaridad y respeto a la dignidad humana más allá de cualquier circunstancia».

«No se trata de un mito, sino de un hecho real, sucedido en aquellos primeros meses de la Guerra Civil», apuntó el colectivo.

Por ello, la concesión de la medalla de Extremadura «no sólo es un gesto de agradecimiento histórico a tan humanitaria actuación, de verdad y de justicia; si no también un símbolo más del hermanamiento entre Extremadura y Portugal».

Finalmente, cabe destacar que la Junta Directiva de la Asociación para la recuperación de la memoria histórica de Extremadura, adoptó en reunión extraordinaria el pasado mes de febrero, el acuerdo de pronunciarse a favor de la concesión de la medalla de Extremadura para el pueblo de Barrancos.

Fuente: Yahoo! Noticias España.

http://es.noticias.yahoo.com/5/20090731/tlc-la-asociacin-de-la-memoria-histrica-e70c9bd_1.html


El PSOE de Cuenca propone cambiar el nombre de cerca de 60 calles de la ciudad para individualizarlas y cumplir la Ley…

agosto 4, 2009

El Grupo Municipal Socialista en el Ayuntamiento de Cuenca presentó hoy las propuestas que llevarán a la Comisión de Educación y Cultura, encargada de revisar el callejero de la capital, para dar nombre a aquellas vías que comparten nombre y sólo se diferencian por letras o cambiar las designaciones que no cumplan la Ley de Memoria Histórica. Los socialistas proponen el cambio de cerca de 60 calles de Cuenca.

Imagen de las casas colgantes de Cuenca, descritas en el libro de C.J Sansom "Un invierno en Madrid" ambientado en la posguerra.

Imagen de las casas colgantes de Cuenca, descritas en el libro de C.J Sansom "Un invierno en Madrid" ambientado en la posguerra.

En rueda de prensa, el viceportavoz socialista, Ramón Pérez Tornero, explicó que los tres criterios que quieren seguir desde el principal grupo de la oposición pasan por asignar a las calles nombres de conquenses ilustres; agrupar los barrios por temáticas y cambiar los nombres desde el consenso de los tres grupos municipales.

En cuanto al cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica, Pérez Tornero apostó por suprimir calles como Teniente Benítez, Francisco Ruiz Jarabo o General Fanjul y trasformarlas en vías con el nombre de las ciudades hermanadas con la capital, como Pajú o L, Aquila, o cambiar el Primero de Abril por el Primero de Mayo.

Asimismo, explicó que las propuestas socialista han sido debatidas con los vecinos, y contemplan otras modificaciones como dar nombre de autores de la Generación del 98 a las calles del barrio de Los Moralejos.

También se propone distinguir las vías de San Antón con oficios tradicionales conquenses o con los nombres de las pedanías de Cuenca; feminizar el callejero en el barrio de Santa Teresa, o renombrar las calles denominadas Cerrillo de San Roque con el nombre de los diferentes cerros que rodean la ciudad.

Desde el Grupo Municipal Socialista también plantean recuperar la tradición textil y ganadera de los Tiradores para poner a sus calles nombres como «`Pastor trashumante» o «Los curtidores», por ejemplo.

En cualquier caso, desde el Grupo Municipal Socialista insistieron en que el nuevo callejero de Cuenca tiene que surgir del consenso de los tres partidos en el Consistorio.

Está previsto que la Comisión de Educación y Cultura estudie las propuestas de los tres grupos a finales del verano. El pasado 31 de julio finalizó el plazo para presentar las propuestas

Fuente: Yahoo! Noticias España

http://es.noticias.yahoo.com/5/20090803/tlc-el-psoe-de-cuenca-propone-cambiar-el-2d976c4_1.html


Los Panero, de nuevo bajo la lupa del cine…

agosto 4, 2009

El documental ‘Los abanicos de la muerte’ examina la figura del patriarca de la familia de poetas malditos.

A la izquierda Leopoldo Panero, a la derecha, su hijo Leopoldo María Panero- RESIDENCIA DE ESTUDIANTES / LUIS MAGÁN

A la izquierda Leopoldo Panero, a la derecha, su hijo Leopoldo María Panero- RESIDENCIA DE ESTUDIANTES / LUIS MAGÁN

Treinta y tres años después del rodaje de El Desencanto, y transcurridos 14 del estreno de Después de tantos años, la saga de los Panero vuelve a ser escrutada por una película, esta vez centrada de pleno en patriarca de esta familia de poetas malditos, Leopoldo Panero. Los abanicos de la muerte es un largometraje rodado entre Madrid y Astorga por Luis Miguel Alonso Guadalupe y será estrenado en septiembre. «En El Desencanto fueron la viuda y los hijos del poeta quienes narraron sus vivencias, y recuerdos, y ahora la voz la recobra el propio escritor», dijo Alonso Guadalupe.

La noticia en otros webs

El Desencanto(1976), de Jaime Chávarri, fue, según Alonso Guadalupe, la película de la Transición Española, pero en ella las diferencias familiares no permitieron llegar a conocer en profundidad al propio escritor, una personalidad compleja: fue preso de Franco, pero luego viró hacia posturas favorables al dictador, siempre conservando una obra poética de calidad indiscutida. Su figura volvió a ser revisada en 1995 con el filme Después de tantos años, de Ricardo Franco, aunque esta película se centra más en la figura de Leopoldo María Panero, quizá el poeta más sobresaliente de la familia.

El rodaje ya se ha realizado en Astorga y Madrid, en lugares que también aparecen en la película de Chavarri: «En Madrid, hemos rodado en el Retiro; en la calle Ibiza, donde estaba la vivienda, y en el Palace, en cuyo cine se estrenó la película hace 33 años», señaló el director del nuevo filme.

«En Astorga -añadió- también hemos rodado en el Palacio de Gaudí, en la Catedral, en la antigua vivienda del escritor, en la zona del Teleno, el Casino, el Jardín de la Sinagoga, el Ayuntamiento y en las calles centrales, por las que paseaba el poeta». El equipo también ha estado filmando en el cementerio de Astorga, donde reposan los restos de Leopoldo Panero(1909-1962) y su hijo Michi(195-2004). El largometraje, cuyo preestreno tendrá lugar el 11 de septiembre, intenta «rehabilitar la figura de Leopoldo Panero como poeta, y para ello recurre a quienes hicieron El Desencanto, a estudiosos de la figura del poeta y a gentes de Astorga que le conocían y que conocieron incluso las secuelas que tuvo en la ciudad la mala imagen que dieron los familiares en la película», según Alonso Guadalupe. «Le damos la palabra -dijo- al ausente, a quien no pudo hablar».

Para el director de la nueva película, no se está haciendo un contra-Desencanto, sino «algo complementario, donde bucearemos en el propio Panero, con unas pinceladas sobre el poeta, lo que escribió, sus versos y poemas, su vida, su etapa comunista y su prisión…». «Nos gustaría -indicó- que en el futuro, quien vea El Desencanto cuente con este trabajo como complemento, con más información y con una visión nueva, treinta y tres años después».

Fuente: EFE / ELPAÍS.com – Astorga / Madrid – 04/08/2009

http://www.elpais.com/articulo/cultura/Panero/nuevo/lupa/cine/elpepucul/20090804elpepucul_2/Tes


El federalismo sincero de Companys…Los excesos catalonófobos forman parte de las memorias en el exilio de republicanos como Azaña o Negrín.

agosto 4, 2009
Ilustración de Mandrake

Ilustración de Mandrake

Aprovechando el artículo  de Joan Ridao, os dejamos una pequeña exposición del mismo sobre el modelo de Estado que Lluis Companys entendía como el más óptimo. Además de una interesante exposición sobre un tema tabú en la España de las autonomías del siglo XXI, se esté o no de acuerdo, indudablemente invita a la reflexión.

No hay nadie al otro lado

Joan Ridao

Hasta no hace mucho tiempo, las izquierdas catalanas, las no soberanistas, habían hecho del federalismo el maná de su relato territorial: su propuesta defendía el entente Catalunya-España. Ante los que abogamos, simple y llanamente, por la independencia, y subrayamos nuestro planteamiento democrático sobre la cuestión en base al derecho a decidir, se postraban los adláteres de un discurso que se nos antojaba conciliador, defendiendo a ultranza consolidar la relación Catalunya-España a partir de un proyecto común, plural y de carácter federal. Aunque no es menos cierto que del dicho al hecho hay un buen trecho. Esto es, jamás hemos visto acompañar ese cacareado federalismo no ya con propuestas políticas sino con gestos. Más bien, parecería que el federalismo es el antídoto al que se aferran las izquierdas sucursalistas ante un planteamiento como el de la izquierda independentista, con atisbos de inestabilidad y ruptura, de sacudida. Una retórica, la del federalismo, huelga decirlo, más amable, más asumible a priori para una sociedad que bastantes problemas tiene ya como para plantearse el envite de una confrontación –por mucho que desde Catalunya se plantee en términos estrictamente democráticos– con el Estado español.

De hecho, el federalismo tiene una larga tradición en el catalanismo de izquierdas. He ahí grandes nombres que dejaron eruditos ensayos sobre la cuestión, como Pi i Margall o el mismo Valentí Almirall e incluso la misma Esquerra Republicana de Catalunya, que contó ya desde su fundación con claros exponentes de esa corriente ideológica. ¿Cuál era si no la trayectoria del president Lluís Companys? Pues la de un hombre de un intachable bagaje republicano y obrerista tanto más federalista. No obstante, Companys, ante la evolución de los pormenores de la República y el alzamiento franquista, acabó tomando un camino de corte claramente soberanista, tal vez el único que le quedaba. Y a juzgar por algunos hechos, más por necesidad que por convicción.
La propuesta federalista requería el consenso de dos y Companys comprobó amargamente, como tantos otros, que cuando alargaba la mano a España, no había nadie que quisiera encajarla, sino más bien morderla. No ya sólo entre una derechona de tintes claramente catalanófobos (un repaso a las hemerotecas de la época del Estatut republicano proporciona una ajustada idea de hasta qué punto), sino también entre el grueso de la izquierda española: oscilando entre la callada por respuesta y un acusado seguidismo canino de la derecha. Para muestra un botón: los excesos catalanófobos forman parte de las memorias en el exilio de aguerridos republicanos como Manuel Azaña o Negrín.

Ese federalismo sincero de Companys y tantos otros jamás encontró reciprocidad en España. Y huelga decir lo absurdo de mantener la voluntad de sellar un acuerdo de convivencia con alguien que no tiene ningún interés en dar ningún paso en esa dirección. Sencillamente, porque ya se siente cómodo en esa tesitura de una España centralista, esa España radial del kilómetro cero que no tolera la diferencia porque no está dispuesta a asumir su propia pluralidad. Esa España catalanófoba que guiaba las retransmisiones radiadas de Queipo de Llano desde Sevilla: “Convertiremos Madrid en un vergel, Bilbao en una gran fábrica y Barcelona en un inmenso solar”.
Llevamos más de 30 largos años de postfranquismo, de Constitución monárquica, de eso que describió Público en un solvente reportaje como el “dedazo”. Y poco o nada parece haber cambiado en lo que atañe a la concepción de España por parte de la izquierda que tanto se asemeja a la derecha. Es ahí donde cojea la izquierda sucursalista catalana: su receta mágica del federalismo no tiene credibilidad. Esa suerte de comodín, el federalismo, se ha agotado. Sencillamente, porque no hay nadie al otro lado.

¿Qué hacer pues? ¿Cómo dar respuesta a un encaje, el de Catalunya en España, que chirría? Alguien me dirá que el nuevo modelo de financiación cambia las cosas. Craso error. Básicamente, porque se trata de un buen apaño para los próximos cinco años, pero en ningún caso de un modelo que resuelva el contencioso. Lo cierto, y ese es el meollo de la cuestión, es que el día a día de los gobiernos de Madrid es el de un Estado unitario descentralizado, que con la excusa de la solidaridad está creando una vasta megalópolis que poco tiene que ver con criterios de redistribución territorial de la riqueza y menos aún de eficiencia. Sólo hay que ver las ansias por petrificar el modelo aeroportuario heredado del franquismo. No sólo no se ha modificado, se ha potenciado contra toda lógica del sistema de mercado y de espaldas a los modelos que funcionan en Europa. Como no hay manera de entender que el Gobierno de Madrid siga, erre que erre, ignorando que el eje mediterráneo es el más vigoroso del Estado.

Ahí está también el asunto de las competencias de algunos ministerios y sus 150.000 funcionarios que concurren deslealmente con las competencias autonómicas, con una curiosa ecuación: a más competencias de las CCAA, mayor gasto del Estado. ¿Cabe mayor paradoja? Pues ese es el modelo de Estado que comparten la izquierda y la derecha española, pese a darse de bruces contra la lógica económica y de mercado. Y eso es también lo que, a la postre, ahoga el discurso federalista en Catalunya. Ese camino no lleva a ninguna parte. Por tanto, caben dos posibilidades: seguir metidos en el lodazal a sabiendas de que no tiene remedio o levantar la cabeza, apoyarse en la sensatez, proclamar desacomplejadamente que hasta aquí hemos llegado y hasta pronto España, nos encontraremos en Bruselas.

Joan Ridao es Secretario general de Esquerra Republicana de Catalunya y portavoz en las Cortes

Ilustración de Mandrake


El primer chiste nazi…»Alemania se ríe de Hitler»

agosto 4, 2009

El estreno de ‘Mein Führer’, parodia alemana del Tercer Reich, muestra la primera vez que los alemanes se ríen de la herida del nazismo.

Helge Scheneider, un Führer con complejos.

Helge Scheneider, un Führer con complejos.

Año 32 de la era Hitler Pop. Desde que los Sex Pistols se subieron a un escenario luciendo esvásticas en 1977 año cero de la conversión del Führer en icono pop ha llovido mucho.

Tanto, que en los últimos años hemos visto cosas que parecían impensables: el estreno de una película alemana (Mein Führer) que se chotea de la represión nazi («No debe usted tomarse la Solución Final como algo personal», le espeta Goebbels en el filme a un prisionero judío) y la utilización de la imagen del líder totalitario en toda clase de campañas publicitarias. Todo ello, sucede mientras el Mein Kampf sigue prohibido en Alemania por ser literatura xenofóba.

Las camisetas con esvásticas que vestían los Sex Pistols no salieron de la nada precisamente. Las habían diseñado en la boutique que compartían en Londres dos viejos zorros del pop: Malcolm McLaren, manager de la banda, y esa infatigable diva de la moda urbana llamada Vivienne Westwood. Y crearon tendencia: otros grupos punk de la época, como Siouxsie and the Banshees, hicieron uso y abuso de la iconografía nazi.

«Los alemanes nunca se habían reído de la herida del nazismo», dice el director

Pero quizás para demostrar que ellos eran algo más que un producto contracultural de diseño, los Sex Pistols compusieron una canción (Belsen was a Gas) en la que se mofaban de uno de los campos de concentración nazis liberados por el glorioso Ejército británico. La provocación era de libro: se trataba de ofender a la generación que estaba entonces a cargo del país.

Delirante sketch

Un año antes de que los héroes del punk cantaran que el campo de extermino de Belsen era un lugar «estupendo» por el que todos deberíamos pasar, John Cleese, miembro de los Monty Python, había protagonizado una de las parodias más delirantes de la historia de la televisión británica en la serie de televisión Fawlty Towers.

En el capítulo Los alemanes, Cleese, que interpretaba al miserable dueño de un hotelito rural, se prepara ante la visita a su negocio de unos turistas alemanes. Tras advertir una y otra vez a sus empleados que si están los alemanes delante «es mejor no hablar de la guerra», el hombre se acaba poniendo tan nervioso que, cuando llegan los turistas, realiza una tronchante imitación de un soldado nazi (paso de la oca y vociferantes consignas hitlerianas incluidas) ante sus narices.

«Estás pisando terreno minado», le dijo su madre, de familia de refugiados judíos

De hecho, la guerra de los nazis ha resultado ser todo un filón cómico en Inglaterra: Aló, aló, parodia inmisericorde de la Francia ocupada, fue un gran éxito de la BBC en los años ochenta. La serie se emitió en medio mundo, pero sólo pudo verse en Alemania hace unos meses ¡Con 26 años de retraso! Tiene lógica: por un lado, a los alemanes no les hace ninguna gracia que se hagan chistes sobre su fase nazi. Pero, por otro, parece que el paso del tiempo ha abierto una rendija por la que se empiezan a filtrar las risas.

La parodia alemana

Y en esto llegó Mein Führer, filme de Dani Levy (1957), suizo y judío residente en Berlín desde hace 30 años, que se estrena el viernes en España. La trama de la película no tiene desperdicio. El dictador alemán Adolf Hitler está deprimido. El problema es que necesita dar un discurso que encienda otra vez la chispa del pueblo alemán y evite la inminente derrota total ante el avance de las tropas aliadas.

Por iniciativa del ministro de Propaganda, Joseph Goebbels, el profesor judío de teatro Adolf Grünbaum es trasladado del campo de concentración de Sachsenhausen a la Cancillería del Reich, para renovar los bríos del Führer y devolverle la confianza perdida entre ataques maniacos depresivos y pesadillas sobre las palizas que le propinaba su padre, un funcionario de aduanas.

Los ataques y las críticas al director llegaron de todas partes del país

Pero las lecciones de interpretación derivarán en una terapia psicoanalítica ridícula, en la que un Hitler lloroso dejará ver la herida que lo convirtió en monstruo a su terapeuta judío, que duda entre asesinarle o curarle. Para acabar de complicarlo todo, la mujer de Grünbaum sospecha que éste, en su inmenso ego, no puede evitar tratar de curar a Hitler para demostrar la fiabilidad de su método artístico/terapéutico.

Educación represiva

Semejante idea surgió cuando Levy leyó el libro Al principio fue la educación, psicobiografía de Hitler escrita por Alice Miller, psicoanalista suiza especializada en los efectos sociales del maltrato infantil. Miller asegura en el ensayo que los métodos represivos aplicados en la educación infantil de Hilter, característicos de la época: la llamada pedagogía negra, dejaron en este pintor frustrado una huella que marcó su proyecto político.

«Hacer la película fue muy fácil», contó a Público Dani Levy, que venía de conseguir un gran éxito en Alemania con El juego de Zucker (2004), ganadora de seis premios de la Academia alemana. Pero tan fácil fue hacerla como difícil promocionarla, como ya había previsto la madre de Levy, nacida en 1928 en una familia de refugiados judíos, antes de que arrancara el rodaje: «Estás pisando terreno minado, abriendo heridas que harán saltar los miedos en todos los rincones», le espetó a su hijo.

«Filmes maniqueos como ‘El hundimiento’ han llevado a un callejón sin salida»

Las críticas, en efecto, llegaron de todas partes. Desde el mundo académico solicitaron a Levy que dejara los asuntos delicados en manos de los especialistas en historia. El Consejo Central Judío de Alemania lo acusó de presentar un Hitler inofensivo y minimizar la auténtica tragedia. Levy se vio obligado a explicar una y mil veces por qué había elegido el tono satírico y por qué decidió que un cómico, famoso en Alemania por su humor absurdo y sus improvisaciones sin sentido (Helge Schneider), fuera el encargado de ponerse en la piel de Hitler y bucear en las causas psicológicas que contribuyeron a la existencia de su sistema político.

Humor contra moral

Lejos de amilanarse, Levy se defendió atacando: su película era una respuesta a títulos como El Hundimiento (Oliver Hirschbiegel, 2004), prestigioso drama sobre los últimos días del Tercer Reich, que, en su opinión, se sumaba a la interminable lista de títulos testimoniales cuyos planteamientos maniqueos habían llevado a «un callejón sin salida. Son películas en blanco y negro, con caracterizaciones en blanco y negro. Está el nazi malvado y la víctima judía. Hay una moral muy fuerte», explica.

Levy recuerda ahora la polémica con alivio. «Fue un tema muy controvertido en Alemania. Por primera vez estaba en la portada de los periódicos, no sólo en los suplementos culturales. Había sacudido un avispero, había puesto el dedo la llaga, y eso fue para mí un gran desafío«. La controversia, claro, convirtió al filme en un éxito, aunque Levy atribuye el triunfo popular a otras dos razones. La primera fue la elección del actor que debía interpretar a un Hitler deprimido.

«Helge Schneider es un cómico muy popular en Alemania. El golpe de efecto de darle el papel fue perturbador y llamativo», cuenta. Lo curioso es que ni siquiera Schneider parecía estar muy seguro de lo que estaba haciendo. «Tras el rodaje dijo que la historia no le parecía graciosa y que no la entendía. Creo que el problema es que no suele hacer películas de humor psicológico, lo suyo es la comedia absurda, entre el anarquismo y el dadaismo. Pensaba que la película era demasiado seria para funcionar. Pero cuando vino al estreno le encantó», explica el director.

La segunda razón del éxito del filme fue aún más importante: nunca se había hecho una película así en Alemania. «Una comedia sobre el nacionalsocialismo era algo nuevo. Los alemanes no son un pueblo que haga comedias realmente valientes, como Inglaterra, donde hay cómicos políticamente muy descarados que siguen la tradición de los Monty Python, tanto en la televisión como en el cine. Los alemanes nunca se habían reído de la herida del nazismo», zanja.

Fuente: Público.es / ANDRES BLUMENKRANZ – BERLÍN – 04/08/2009

http://www.publico.es/242425

NOTA:

Algo tendremos que aprender de los alemanes con respecto a la memoria histórica, cuando estos ya son capaces de superar sus traumas, sin que el olvido sea el arma para ello. Mantienen el recuerdo de la barbarie y del nazismo con sendos museos, pero se han preocupado de borrar cualquier signo y monumento que los recuerde, además de ser delito hacer apología o negación de los  mismos. Ahora y una vez superada la verguenza nacional y con la página de su historia leída, releída, estudiada, archivada y expuesta al conocimiento público como recuerdo de lo que nunca más debe suceder, se permiten el lujo de hacer parodias y reírse de ellos mismos. Una sana terapia y símbolo de la inteligencia de una sociedad avanzada como la suya. ¡Qué cunda el ejemplo!