Este año se recordó con nostalgia en la fiestas de Vilalba a la figura del «generalísimo», a quien el pregonero llamó «don Francisco Franco Bahamonde«.
DANIEL BASTEIRO – 02/09/2009 12:24
Podría ser un pregón más. Es decir, el inicio discreto de las fiestas de San Ramón que Vilalba (Lugo) celebra a caballo entre agosto y septiembre. Podría ser el discurso interminable de casi todos los años, en el moderno auditorio poblado por vecinos vestidos de domingo que cuchichean sobre la idoneidad de tal o cuál dama de honor. Podría ser el discurso lleno de «recuerdo cuando» o «antes, cuando era joven». El homenaje a las tradiciones e historia local que siempre se le encarga a alguien famoso que nació en el pueblo pero emigró, curiosamente sin regresar muy a menudo a su tierra. Siempre con Manuel Fraga, «don Manuel», el alcalde y algún miembro de la Xunta presentes, luchando tanto como los miembros de la sufrida banda de música por permanecer despiertos.
Sin embargo, este año se recordó con una nostalgia inaudita a la figura del «generalísimo«, a quien el pregonero, el periodista Antonio Domínguez Olano, llama «don Francisco Franco Bahamonde». El encargado de inaugurar las fiestas del pueblo de Fraga o Rouco Varela no tuvo reparos en acordarse públicamente de los «paseos» o de las placas en honor al dictador. Ni se despeinó al referirse al dictador por los términos impuestos por el régimen. Todo ello en un discurso caótico y difícil de seguir que dejó en un segundo plano las anécdotas sobre su juventud en el pueblo.
Los medios locales optaron por silenciar el homenaje público y se limitaron a sumarse a los continuos elogios de Domínguez Olano a Fraga, con quien Vilalba y España están para él en deuda. Tampoco faltaron en el discurso los elogios al antiguo presidente del Parlamento de Galicia (también vilalbés, también del PP), su hijo (concejal de Cultura), el alcalde (que logró otra mayoría absoluta más para el mismo partido en las últimas elecciones) o el cardenal de Madrid.
Algunos de los habituales a la cita pusieron mala cara. «Creo que nunca se hicieron referencias a Franco en estos términos», me comentó a la salida uno de ellos. «Es una pena que se estropee el inicio de las fiestas de esta manera y que no pase nada», lamentaba otro. No obstante, la elección del pregonero, prerrogativa del gobierno municipal, produjo también muchas sonrisas nostálgicas y algún que otro aplauso espontáneo.
Fuente: Público.es
http://www.publico.es/248156/franco/honrado/casa/don/manuel
OPINIÓN:
Cuando alguien se empeña en resucitar a los fantasmas del pasado, no hay mejor manera de hacerlo que recordando precisamente al verdugo que enterró a casi toda una generación de hombres y mujeres, eso sí, hay que clamar al cielo cuando los demás intentamos no resucitarlos, si no todo lo contrario, enterrarlos dignamente. Se nos acusa por ello de no querer cerrar las heridas, de abrirlas. Nos argumentan que hay que dejar en paz a los muertos. ¿Los muertos de quién? me pregunto yo cada vez que leo una noticia como esta o similar.
Parece ser que la demagogia en este asunto de la memoria histórica sigue siendo la tónica habitual de los partidarios del sátrapa caudillo, de los herederos del pensamiento único, que tanta insistencia tienen en que dejemos en paz a los muertos. Claro que no especifican tampoco el tipo de muertos, porque por lo visto, hasta en esto hay clases y categorías. Se refieren siempre a los muertos que ellos dejaron (que por cierto, no fueron pocos después de la guerra) y no los que ellos padecieron (durante la guerra, – no se si ven la diferencia sin tener en cuenta que la misma estuvo provocada por un Golpe de Estado-); y, si encima es el artífice de tan magna limpieza, entonces hay que recordarlo, homenajearlo y santificarlo si hiciera falta (que ganas a más de uno lo le habrán faltado, máxime cuando se es paisano y siendo de la población en cuestión, además de estar a la mano derecha del señor) para escarnio de los vencidos, que así podrán cerrar de una vez por todas las heridas causadas por la locura de defender un gobierno legítimo y diferente a sus dogmas arcaicos, inquisidores e inhumanos.
Hay cosas que no pasan en otros países, que nos llevan ventaja en la recuperación de la memoria histórica, es más, en más de uno de ellos este tipo de acto hubiera estado considerado apología de…, y creo que a nadie se le pasa por la cabeza homenajear públicamente en un acto a Hitler, Mussolini, etc. ¡Spain is diferent…!
A nuestros políticos que tanto se llenan la boca con la Ley de la Memoria Histórica, que por cierto no tienen reaños de hacer cumplir en su totalidad, y menos de modificarla y adaptarla a las verdaderas necesidades de las víctimas, le entran ganas a uno de ciscarse en su p… madre (como diría A. Pérez Reverte) cada vez que nos vienen a pedir el voto y nos hablan como si todo estuviese hecho en este asunto, o quieren salir en la foto del trabajo realizado por los familiares de las víctimas. No sé si todavía no han entendido que un asunto de Estado que lleva pendiente más de setenta años los deja en clara evidencia, además de no cumplir con las recomendaciones y las leyes internacionales a tal efecto. Mientras tanto los nietos e hijos de los verdugos se permiten el lujo de restregarnos en la cara sus hazañas, mantener sus símbolos y celebraciones como si nada. Luego dirán que les damos mucha cera cuando no comulgamos con alguno de ellos.
La Memoria es de las familias de las víctimas, el trabajo también y el dolor del olvido por supuesto.
Jordi Carreño.
http://elcuadernodeunizquierdista.blogspot.com/2009/09/de-pregones-y-fascistas.html
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