La nieta de Negrín acusa al Supremo de tratar a Garzón como a un delincuente…

septiembre 11, 2009

Carmen Negrín considera que el Alto Tribunal niega a las víctimas el derecho a ser oídas.

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Madrid – 11/09/2009 11:31

Una nieta del presidente del Gobierno de la II República Juan Negrín cree que el Tribunal Supremo (TS) ha tomado declaración como «presunto delincuente» al juez Baltasar Garzón por su investigación sobre las desapariciones en la Guerra Civil y el franquismo y niega a las víctimas el derecho a ser oídas.

Así lo indica el abogado de Carmen Negrín, Joan Garcés, en un escrito que dirigió al Alto Tribunal el pasado miércoles, día en el que el juez de la Audiencia Nacional declaró en el TS como imputado en relación a la querella por prevaricación que el sindicato ultraderechista Manos Limpias y la asociación Libertad e Identidad interpusieron contra él.

Negrín recuerda al Alto Tribunal -que ha rechazado su personación como acusación en esta causa- que Garzón es el único juez que desde el 1 de abril de 1939 ha aceptado investigar una denuncia sobre crímenes de lesa humanidad cometidos en España.

«Niegan a las víctimas el derecho a ser oídas»

Además, expone que el TS se niega a comunicar la identidad de los magistrados que actualmente votan las resoluciones que «niegan a las víctimas el derecho a ser oídas» y reclama ser tenida como parte en este procedimiento.

Negrín estima que estas decisiones de la Sala de lo Penal del TS «son leales al juramento de los jueces de ‘adhesión incondicional’ hacia el caudillo», pero violan la Constitución y tratados vigentes, por lo que las recurrirá ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

Fuente: Público.es

http://www.publico.es/250912/nieta/negrin/cree/ts/trata/delincuente/garzon/oye/victimas


Garzón: la Justicia y la Historia…

septiembre 11, 2009

Garzón Diario Vasco

Por: ANTONIO ELORZA.  CATEDRÁTICO DE PENSAMIENTO POLÍTICO DE LA UNIVERSIDAD COMPLUTENSE.

Dentro del ordenamiento constitucional español, la Justicia es sin duda lo que más problemas está suscitando. Por un lado, se hace preciso defender al judicial de las presiones anticonstitucionales de determinadas fuerzas políticas, con la consiguiente voluntad de deslegitimación. Por otro, sus instituciones claves presentan graves deficiencias en su actuación. Sólo hay que recordar la historia interminable de la renovación del Consejo del Poder Judicial, su funcionamiento acorde con las divisorias políticas, o algunas sentencias del Tribunal Constitucional, como la que suprimió la calificación de delito para el negacionismo en relación al Holocausto o el retraso en revolver los recursos planteados frente al Estatut. Y no hablemos de unos juzgados en irremediable situación de obsolescencia y desbordamiento. Las soluciones pasan, en este último aspecto, por una fuerte dotación de recursos, y en los precedentes por una hoy imposible reforma legal que elimine el peso de la política y devuelva al Poder judicial su autonomía. Sólo que llegados a este punto tropezamos con un obstáculo adicional: los residuos del pasado en la mentalidad de muchos jueces, tanto en cuanto a la inclinación a ser los ‘leones bajo el Trono’ de que hablaba el rey absolutista Jacobo I de Inglaterra, como en la persistencia de ideas abiertamente reaccionarias, producto de su formación en las postrimerías del franquismo.
Baltasar Garzón ha sido víctima de ambas cosas al intentar algo tan cargado de justicia como era una condena irreversible del franquismo en cuanto régimen ilegítimo y criminal. Igual que sucede en el caso del Holocausto, la calificación jurídica no es algo simplemente arqueológico. Si la negación del genocidio antisemita se mantuviera, ningún grupo de extrema derecha, ningún escrito seudohistórico, ningún libro de texto, podría minimizar el alcance de la destrucción del hombre llevada a cabo a costa del pueblo judío (y de otros colectivos) por la Alemania nazi. Otro tanto sucede para España, en especial cuando, como se ha visto al ser conocido el auto de Garzón, muchos sectores sociales y políticos en apariencia sólo conservadores, bajo la máscara del PP, mantienen implícitamente sin romper el cordón umbilical con el régimen de Franco y su función histórica. Fue una reacción histérica, cuyo vehículo eficaz fue la asociación ultra Manos Limpias, sorprendentemente avalada por la imputación al juez por prevaricación ahora en curso en el Tribunal Supremo. En Francia fue el presidente conservador Jacques Chirac, después del tiempo de ambigüedad marcado por las implicaciones pasadas de Mitterrand, quien puso las cosas en su sitio: la democracia no puede olvidar ni perdonar los crímenes de lesa humanidad. Aquí la derecha tristemente asumió salvo contadas excepciones su condición de heredera del franquismo en cuanto sistema de hegemonía de clase. Y el PSOE, satisfecho con la declaración de principios de la Ley de la Memoria Histórica, prefirió que su ámbito de influencia en el vértice judicial procediera a frenar la iniciativa de Garzón. Si es cierto que los protagonistas son ahora Manos Limpias y el Supremo, no cabe olvidar que el punto de partida y los argumentos para la imputación proceden del dictamen redactado por el fiscal Zaragoza.
El procedimiento para hacer realidad el título del viejo filme ‘Los asesinos acusan’, fue simplemente proceder a colocar la carreta delante de los bueyes. Desde el juicio de Nüremberg, los procedimientos judiciales contra los crímenes del nazismo y sus colaboradores tuvieron que arrostrar la dificultad de enjuiciar delitos insólitos, sin antecedentes judiciales, ya que nadie piensa que un Estado puede proceder a la eliminación sistemática de millones de componentes de un colectivo. De ahí la entrada en juego del concepto de genocidio, que preside las condenas de los tribunales encargados de juzgar los crímenes nazis, a pesar de que no figurara en los textos de las mismas. Aun después de su sanción por las Naciones Unidas, sigue empleándose el sucedáneo de ‘crimen contra la humanidad’, más amplio y menos preciso. Pero lo esencial es partir de que la puesta en práctica de ‘la solución final’, el gran terror estaliniano o de los jemeres rojos, las matanzas sistemáticas de Ruanda o de Indonesia 1965, la ‘operación quirúrgica’ contra la izquierda anunciada por Franco desde noviembre de 1935 y luego puesta en práctica por él, Mola, Queipo, y demás espadones sanguinarios, no deben quedar impunes. Otra cosa es que por unas u otras circunstancias sean frágiles los instrumentos jurídicos para alcanzar esa justa condena. Pero el intento en si mismo nunca puede ser calificado de prevaricación, que según el artículo 446 del Código Penal consiste en la acción de un juez o magistrado quien «a sabiendas dictare sentencia o resolución injusta».
Sin duda, el auto de Garzón presentaba puntos débiles, en un terreno de suyo resbaladizo. Uno de importancia es la fijación como límite cronológico de los años cincuenta, cuando el genocidio en que consistió la guerra franquista alcanza por lo menos a la condena de Julián Grimau en 1963, asesinado judicialmente, no por su condición de dirigente comunista en la clandestinidad, sino por hechos de la Guerra Civil. Y con ello se hubiera disipado la objeción de que todos los posibles acusados estaban ya muertos hoy. Es bien sólida, en cambio, la base construida para demostrar que el llamado alzamiento consistió desde sus inicios, no en un simple golpe militar, sino en la puesta en práctica de un crimen contra la humanidad previamente diseñado, con lo cual cae el obstáculo de la prescripción. En contra de lo argumentado por el fiscal Zaragoza, quienes se levantaron no eran entonces jefes de Estado, ni ministros que debieran ser juzgados por el Supremo. Garzón precisaba la importancia de la cláusula de la rebelión contra el poder legal constituido, pero no por ese hecho en sí, sino por el contenido de crimen de masas que acompañó a la insurrección. En cuanto al problema de la territorialidad, la fragmentación espacial de los actos criminales no excluye que los mismos respondieran a una iniciativa en modo alguno local, sino enmarcada en una acción cuyo ámbito reflejó muy bien la pretensión de los alzados de haber realizado un ‘Movimiento Nacional’. No era una revolución juntista a lo 1808, ni siquiera la yuxtaposición de cuartelazos y golpe político-militar del 23-F. Además las matanzas tuvieron lugar asimismo en buques españoles, imposibles de adscribir a un solo lugar.
En todo caso, lo importante para quienes buscan poner fin a la carrera judicial de Baltasar Garzón no es el debate jurídico en si mismo, sino un ajuste de cuentas largo tiempo deseado. Como en tantas otras ocasiones, los radicalismos coinciden, desde la derecha del PP -¿sólo la derecha?- a Batasuna. De paso queda blindada la imagen histórica del 18 de julio. Todo un logro.
Fuente: El Diariovasco,com

http://www.diariovasco.com/20090911/opinion/articulos-opinion/garzon-justicia-historia-20090911.html


Uruguay reconoce la responsabilidad del Estado en la represión durante la dictadura…

septiembre 11, 2009

El Parlamento uruguayo aprobó la ley que reconoce la acción ilegítima y represiva del Estado durante la dictadura militar (1973-1985) y en el período previo al golpe de Estado (1968-1973) y que otorgará indemnizaciones a las víctimas de la represión, confirmaron hoy fuentes parlamentarias.

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Con esta norma se pretende, dijo a Efe el diputado del oficialista Frente Amplio Gustavo Bernini, «cumplir con la deuda histórica» que el país tenía desde la salida de la dictadura y «asumir que el Estado actuó mal y que necesariamente tiene que reparar a las víctimas».

La norma, que se votó anoche con el apoyo del Frente Amplio y el rechazo del Partido Colorado y de algunas facciones del Partido Nacional, deberá ahora ser promulgada por el Ejecutivo para que entre en vigor.

En su articulado, la nueva ley obliga al Estado a realizar acciones «materiales o simbólicas» de reparación moral y para preservar la memoria de las víctimas, además de reconocer la responsabilidad institucional de los poderes públicos en las violaciones a los derechos humanos cometidas en ese período.

Según explicó Bernini, una vez que el «Estado ha asumido su responsabilidad por haber ejercido ilegítimamente su función» se abren las puertas para que las personas vulneradas reciban una indemnización.

Las reparaciones alcanzarán a aquellas personas que estuvieron presas por motivos políticos por más de seis meses entre el 13 de junio de 1968 hasta el 28 de febrero de 1985, mientras que los familiares de las víctimas declaradas ausentes o desaparecidas recibirán una compensación.

La norma atañe también a las víctimas de las «prácticas ilegítimas» cometidas en el período comprendido entre el 13 de junio de 1968 y el 26 de junio de 1973, bajo el último gobierno democrático antes de la dictadura.

Los críticos de la ley señalaron que fue redactada «de forma hemipléjica» y no reconoce a las víctimas de guerrilla de los tupamaros, algunos de cuyos líderes tienen puestos de responsabilidad en el Gobierno del socialista Tabaré Vázquez.

«Parecería que quien ha hecho el informe se ha tapado un ojo y mira solamente con el otro a la sociedad uruguaya en crisis en aquellos años que vivimos», dijo el diputado nacionalista Gustavo Borsari a la prensa.

El diputado Bernini señaló que los detractores de la norma quieren plantear «la tesis de los dos demonios, que la represión se produjo a causa por la guerrilla, y así justifican que se violentara la legalidad».

«No descartamos que hubiera violadores por los dos bandos, pero para nosotros, dolor fundamental fue la actuación del Estado, que además reprimió en su mayor parte a personas que no tenían nada que ver con la guerrilla», dijo Bernini.

Según organizaciones defensoras de los derechos humanos, durante la dictadura uruguaya murieron cerca de cien personas en las cárceles, mientras que al menos 34 cuatro personas quedaron en paradero desconocido después de ser detenidas.

Fuente: Yahoo. Noticas

http://es.wrs.yahoo.com/_ylt=A0WTTks0MapKJ8wAoBiY.Qt.;_ylu=X3oDMTBjcXBoZjEwBHBvcwMzBHNlYwNzcg–/SIG=13ggo4p5h/EXP=1252754100/**http%3a//es.noticias.yahoo.com/9/20090910/tso-uruguay-reconoce-la-responsabilidad-64bc860.html

LOS EJEMPLOS QUE CUNDEN ALLENDE DE NUESTRAS FRONTERA

Parece ser,  que son los países a los que siempre hemos señalado como débiles en sus procesos de democratización (por su inestabilidad política), los que están demostrando la debilidad de España en asumir su historia y procesos históricos. Ellos están reconociendo los erróres cometidos por el Estado en los períodos de sus dictaduras  y actuando en consecuencia, asumiendo los mismos, pidiendo perdón y actuando jurídicamente contra las personas físcias que estuvieron implicadas, se anulan sentencias y se están reconociendo los derechos de las víctimas y sus familiares. Argentina, Chile, Perú y Uruguay nos están dando toda una lección de lo que es pasar página-

Jordi Carreño (La Memoria Viv@)




El trabajo ganador del VIII Premio ‘Arturo Barea’ de Investigación Histórica se presenta en La Torre de Miguel Sesmero

septiembre 11, 2009

La localidad pacense de La Torre de Miguel Sesmero acogió ayer en primicia la presentación del trabajo ganador del VIII Premio ‘Arturo Barea’ de investigación histórica, que acerca a la figura del republicano Ramón Tristancho García, fusilado en la Cañada de Sancha Brava el 15 de octubre de 1936.

El puebloo de Torre de Miguel Sesmero

El puebloo de Torre de Miguel Sesmero

A la presentación del libro, titulado ‘Las virutas de la memoria. Ramón Tristancho García: prensa y republicanismo rural en el Badajoz delsiglo XX’, asistieron los autores de la obra, Manuel Díaz Ordóñez y María Jesús Milán Agudo, la diputada provincial del Área de Cultura, Inmaculada Bonilla, y el alcalde de la localidad, José Navarrete. También se dieron cita familiares y amigos de Ramón Tritancho y un nutrido grupo de vecinos.

Los motivos por los que la obra ganadora de la 8ª edición del premio Arturo Barea se ha presentado en primicia en la Torre se entienden, según explicó Inmaculada Bonilla, porque de allí es el protagonista, Ramón Tristancho, «un torreño que allá por los comienzos del siglo XX creyó firmemente en las ideas republicanas de progreso y en el necesario avance social, y porque fue también aquí donde se celebró, en 1902, el primer congreso obrero en la historia de Extremadura. Bien merece, pues, este pueblo un homenaje», dijo.

En concreto, ‘Las virutas de la memoria. Ramón Tristancho García’ ahonda en el conocimiento del republicanismo rural a través de la intrahistoria, de la vida cotidiana de la gente y las biografías, como es el caso del protagonista del trabajo, según informó en nota de prensa la Diputación de Badajoz, que es la institución que convoca el premio.

El presidente del jurado y autor del prólogo, el catedrático Juan García, detalló que los autores trazan la «trayectoria vital y los rasgos individuales más importantes de una figura llena de matices, nada común en la sociología extremeña de finales del XIX y primer tercio del siglo XX».

Ramón Tristancho fue un hombre nada común, empresario autónomo, carpintero y comerciante, de aquellos que vendían «de fiado». Eran, como reconoció la diputada provincial, «tiempos terribles marcados por el caciquismo y por la miseria, tiempos en los que Tristancho, que por su dedicación no dependía del cacique de turno, fue un hombre hecho a sí mismo, autodidacta, que abrazó el ideal republicano y la causa de los trabajadores».

En su coherencia llevó hasta las últimas consecuencias su laicismo, pues se casó por lo civil, evitó la ceremonia religiosa en el caso de su hija Alborada y se vio imbuido del anticlericalismo imperante en la época.

IDEALES

Interesa especialmente la dedicación de Ramón Tristancho al periodismo. A través del análisis de 298 artículos firmados por el torreño, los autores desgranan sus ideales de apoyo social y ciudadano a las causas del progreso que interesaban a La Torre de Miguel Sesmero de comienzos del siglo XX; defensa de la enseñanza pública y laica; y adhesión al republicanismo federal de Pi i Margall. Republicano militante, firme seguidor de Narciso Vázquez Lemus, a la sazón jefe de los republicanos federales en la provincia de Badajoz, trabajó durante muchos años como concejal de La Torre y como republicano comprometido. Posteriormente, ya socialista, fue firme impulsor de la sociedad torreña «La Luz de los Obreros» que ocupó el Centro Obrero de tanta raigambre en el pueblo.

Bonilla desgranó en la presentación que a Ramón Tristancho «no le perdonaron aquellos a los que criticó por su avaricia, y tras ser denunciado en el verano de 1936, después de la caída del pueblo en poder de los franquistas, terminó en la cárcel de Badajoz y fue fusilado en la Cañada de Sancha Brava un 15 de octubre de ese año».

Respecto al trabajo de Manuel Díaz y María Jesús Milán, destaca la sencillez y minuciosidad con que tratan una figura individual, paradigma de muchos extremeños que creyeron en las ideas de progreso. «Acaso nos acerque -comparó la diputada-, aunque en el caso de Barea sea una novela, a la intención del mentor del premio, cuando describe, a través del protagonista de La forja de un rebelde, toda una época».

El premio Arturo Barea está dotado con 10.000 euros más la publicación de la obra por parte del Área de Cultura de la Diputación Provincial de Badajoz.

Fuente: Yahoo.Noticias/Europa press

http://es.wrs.yahoo.com/_ylt=A0WTTkhML6pKCgUBex6Y.Qt.;_ylu=X3oDMTBjb3ZrYjNkBHBvcwM0BHNlYwNzcg–/SIG=13hqogrvv/EXP=1252753612/**http%3a//es.noticias.yahoo.com/5/20090911/ten-el-trabajo-ganador-del-viii-premio-a-d798d35.html


«A Pablo Neruda le dije: ‘Estoy viva gracias a ti»…

septiembre 11, 2009
Castedo no sabe decir dónde vive. "Soy una nómada".- CARLOS ROSILLO

Castedo no sabe decir dónde vive. "Soy una nómada".- CARLOS ROSILLO

NATALIA JUNQUERA 11/09/2009

«Voy a llorar mucho», advierte Elena Castedo mientras ojea la carta de la taberna andaluza que ha escogido para comer. Fue la pasajera más joven del Winnipeg, el barco que arribó a Chile el 3 de septiembre de 1939 con 2.500 republicanos rescatados de campos de concentración franceses por el poeta Pablo Neruda. Han pasado 70 años, pero aún se emociona.

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Fue la más joven en el barco con 2.500 republicanos que el poeta envió a Chile

«Cumplí dos años el día que llegamos a Valparaíso. Embarqué siendo la más joven, pero durante la travesía nacieron dos niños. Uno murió. Las condiciones higiénicas no eran muy buenas. A mi madre, que tenía 25 años, se le infectaron los oídos y se le reventaron. Quedó casi sorda. Mi padre había perdido un ojo en la guerra, en el frente de Madrid».

Ella estuvo a punto de no subir con aquellos hombres y mujeres que a Neruda, según escribió en sus memorias, le pareció que «venían de la angustia, de la derrota». «No dejaban subir a nadie con infecciones, y yo tenía tosferina. Mi madre temblaba mientras nos entrevistaban por si no nos dejaban subir. Cada vez que yo tosía, ella ponía mi cabeza contra su falda y un señor que estaba detrás de nosotros en la cola, y se dio cuenta de lo que ocurría, carraspeaba para disimular». Cuando años más tarde, Elena, convertida en la modelo mejor pagada de Chile, se reencontró con el poeta, se presentó diciendo: «Estoy viva gracias a ti».

Está en Madrid porque no ha querido faltar al acto de homenaje organizado ayer por la embajada chilena por el 70º aniversario de la llegada del Winnipeg, y para ver a su madre. Pero hace 70 años que Elena no para en ningún sitio. «Al huir de la guerra perdimos nuestro país, nuestra familia. Ese desarraigo del exiliado es para siempre. En Chile era refugiada española, en EE UU, una inmigrante, y en España, una que hablaba con acento raro. No sé decirle dónde vivo. Soy una nómada».

Con ese sentimiento, el del desarraigo, construyó, ya siendo abuela, su primera novela, El paraíso, que fue finalista de uno de los premios literarios más importantes de EE UU, el National Book Award. «Todos los refugiados vivían mentalmente en España». Elena recuerda cómo sus padres despertaban cada mañana con la esperanza de que aquel fuera el día de la desaparición del hombre que se lo había arrebatado todo. «En cuanto murió Franco, volvieron a España».

Su padre, que empezó trabajando como camionero en Chile, terminó siendo el historiador de referencia del país, Leopoldo Castedo. Elena se licenció en literatura española en la Universidad Católica de Chile y se doctoró en Harvard. Entre tanto, se casó con un hombre posesivo y alcohólico que murió joven y la dejó llena de deudas. Tuvo que reinventarse de nuevo. Vendió productos de limpieza de puerta en puerta, dio clases de baile y durante un tiempo alimentó a sus hijos con lo que le daban o lo que encontraba en cubos de basura. Porque la plaza en aquel barco habilitado para 80 personas y en el que embarcaron 2.500 escogidas por un poeta, había sido sólo un anticipo de la gran aventura de su vida. Siguiendo a su segundo marido, consejero para asuntos económicos en la embajada de Estados Unidos en Saigón, a Elena le tocó huir de su tercera guerra, Vietnam.

Ha estado varias veces a punto, pero no ha derramado una lágrima. En el plato queda media merluza intacta. Lo justo sería decir que el pescado era muy grande y que ella tenía mucho que contar.

Fuente. El País.com

http://www.elpais.com/articulo/internacional/Chavez/llega/Madrid/dialogar/igual/igual/elpepuesp/20090911elpepuint_4/Tes