Luis Suárez (Gijón, 25 de junio de 1924), tenía 10 años cuando estalló la Revolución de 1934. Aún recuerda cómo aterrizaban los aviones en la playa de San Lorenzo con las tropas de refuerzo para sofocar la revuelta, y el encierro de los detenidos en el antiguo colegio de los Jesuitas y luego cuartel de Simancas. A su jucio, la revuelta fue un grave error y el primer episodio de la Guerra Civil que estalló en 1936. Niega que hubiera una represión dura por el Ejército.
-¿La Revolución de 1934 fue la antesala de la Guerra Civil?
-Sin duda. Constituyó la primera parte de lo que ocurrió después con la Guerra Civil y el primer intento de la izquierda española de iniciar un movimiento popular.
-¿Por qué surgió la Revolución y cuál fue el motivo de que tuviera éxito en Asturias?
-Los antedecentes de la Revolución de 1934 se encuentran en 1931, cuando los que derriban la Monarquía cometen el error de considerar que la República no es un régimen de Estado sino un régimen político ligado a la izquierda donde la derecha no puede tomar parte.
-¿Y por qué en Asturias?
-Porque aquí los sindicatos obreros y las fuerzas de izquierda eran más fuertes, y había pocas fuerzas militares para reprimir un levantamiento. En Cataluña también, pero había un componente nacionalista que no existía en Asturias y en buena medida esos partidos eran cercanos a la derecha. De hecho, en Cataluña la revolución fue apagada rápidamente y en los comienzos.
-¿La represión fue brutal?
-No hubo una represión tan dura como se ha dicho y además duró muy poco tiempo. Hubo pocos muertos, pero sí muchos detenidos, y eso fue utilizado por la propaganda de izquierdas. De hecho, el Gobierno se cuidó mucho de practicar una represión dura porque tenía miedo a las consecuencias posteriores.
-¿Hubo violencia también por los revolucionarios?
-Las milicias rojas tomaron Oviedo y las cuencas mineras… Y hubo actos de violencia muy graves con asesinatos injustificados. En octubre del 34 en Asturias se dieron los primeros actos de persecución de la Iglesia que posteriormente serían tan habituales durante la Guerra Civil.
-¿Guarda algún recuerdo de aquellos días?
-Cuando estalló la Revolución tenía 10 años y recuerdo cómo aterrizaban los aviones en la playa de San Lorenzo con las tropas de refuerzo. También me acuerdo cuando pasaba por delante de los Jesuitas de Gijón, donde estaba el cuartel de Simancas, que los prisioneros estaban en el patio. Entonces teníamos la sensación de que lo que estaba ocurriendo era la primera parte de algo más grave que iba a venir.
-¿Se ha exagerado desde Asturias la importancia histórica de la Revolución de 1934?
-No, creo que no. Pero tampoco es un hecho histórico de gran resonancia ni repercusión. Fue más bien un movimiento local que se apagó fácilmente.
-¿Está bien estudiado este acontecimiento?
-Todavía hay mucho que analizar y documentos que recoger y estudiar. No se ha estudiado bien por el interés de los políticos de que no se explique cómo fue la Revolución, por qué fracasó y la dureza de los revolucionarios. Conviene que se estudie y se aclare más, y creo que eso ahora ya se puede tratar con objetividad.
-¿La creación del INI, de Hunosa y Ensidesa fueron decisiones adoptadas por Franco para mantener al proletariado ocupado y evitar que se repitieran acontecimientos como el estallido revolucionario?
-Creo que sí. Se trataba de aumentar el peso de la clase media mediante empleos duraderos y con mejores salarios, porque así el proletariado tendría menos influencia. El proletariado se diluye si se mejoran sus condiciones y se conforma una clase media con una base social más extensa. Elevar el nivel educativo y cultural de una sociedad es importante y creo que a los dirigentes de la época no les faltaba razón en sus argumentos. Después de la Guerra Civil Asturias experimentó mejoras considerables.
-Que en Asturias la derecha sólo haya gobernado cuatro años en Democracia significa que aún somos unos ‘rojos’?
-No tanto como antes. Hay un predominio de la izquierda, pero no tan fuerte como el de hace años.
-¿Qué opinión le merece la Ley de la Memoria Histórica?
-Un error. Creo que no hay que fomentar la memoria sino la conciencia histórica para estudiar el pasado, aprender de los errores y evitar que se vuelvan a cometer. La memoria histórica supone tergiversar la historia y convertir a los míos en los buenos.
-¿Se les enseña bien a los niños y jóvenes la Historia de España?
-Se les enseña pésimamente. Cuando estaba en la Academia de la Historia me pasaban manuales de texto para supervisar y eso no era Historia ni nada que se lo pareciese. Vivimos un desastre y lo vamos a pagar porque el país que no conoce su historia está condenado a repertir lo que ha vivido.
-¿Incluso una revolución como la del 34 y una Guerra Civil?
-Espero que no. Ahora tenemos Europa y eso es un freno para evitar que la gente se desmadre y surjan situaciones de violencia.
-¿La crisis actual y los cuatro millones de parados que tenemos es un buen caldo de cultivo para una sublevación popular?
-Es el mejor caldo de cultivo, el caldo de cultivo más espantoso para generar situaciones de violencia porque hablamos del sufrimiento de muchas personas que están viviendo al límite.
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