Nuestra Guerra Civil fue el fracaso de la política de izquierdas y de derechas”…
Pero, pensando fríamente y con cordura, hemos de reconocer que la historia es fruto de la colectividad. Por tanto, sería bueno que nuestro presidente, señor Zapatero, olvidase lo ocurrido hace ya setenta años, y aplicase a su conciencia y a la Ley de Memoria Histórica, lo que el sabio filósofo griego Sócrates dijo: “Yo sólo sé que no sé nada”.
“La ‘memoria histórica’ es un acto individual, propio de cada persona en relación con hechos acaecidos en nuestra pasada Guerra Civil”. Se puede decir, y lo digo con la mano colocada encima de mi corazón, que la ‘memoria histórica’ es un acto individual, propio de cada persona en relación con hechos acaecidos en nuestra pasada Guerra Civil (1936- 1939).
Según versiones de distintos historiadores, cuando las tropas del general Franco avanzan sobre Madrid (7 de noviembre de 1936), cometieron con frialdad miles de asesinatos durante su avance.
Las gentes del bando republicano tuvieron bastante con conservar su dignidad personal –los que no habían cometido delitos de sangre–, y la valentía para defender sus ideales: esto es innegable. Cuando fueron ejecutados, sobre 2.000 personas, en Paracuellos del Jarama (fue una gran vergüenza, humana y política, para la II República Española, y que tuvo amplias repercusiones a nivel internacional), y también por la vía rápida… sin juicios previos. Santiago Carrillo, afiliado al PCE por aquel entonces, ejercía la conserjería de Orden Público. En el acta de ejecución quedó reflejado el cenetista Amor Nuño, mas Santiago Carrillo, no(?).

…otoño de 1936,Paracuellos de Jarama
Triste es reconocer que a España se la identificaba durante esa época con la palabra ’sangre’. Y esto ocurrió cuando los del otro bando, los franquistas o fascistas, se pueden nombrar también así, sufrieron los mismos actos de barbarie que se producen en todas las guerras civiles, habidas y por haber. Recordemos sólo la fecha del 7 de noviembre de 1936: en Paracuellos fue la cita. El bueno de Carrillo siempre ha negado que conociese los hechos acaecidos, pero sí ha reconocido que “Si tuve responsabilidad en aquel episodio fue la de no haberlo evitado”. Jamás se sabrá la participación de este último. La orden de ejecución fue dada presuntamente por Stalin, y cumplida fielmente por el PCE, la CNT y JSU (Juventudes Socialistas Unificadas).
Pero, pensando fríamente y con cordura, hemos de reconocer que la historia es fruto de la colectividad. Por tanto, sería bueno que nuestro presidente, señor Zapatero, olvidase lo ocurrido hace ya setenta años, y aplicase a su conciencia y a la Ley de Memoria Histórica, lo que el sabio filósofo griego Sócrates dijo: “Yo sólo sé que no sé nada”.
Julián Delgado, escritor, envió una carta ya en 1977, al entonces secretario general del legalizado Partido Comunista. Expresaba en ésta palabras de reconciliación de las ‘dos Españas’, que habían combatido en nuestra triste e innecesaria, ya que todas lo son, Guerra Civil Española (19936-1939). El motivo fue para cumplir el deseo que le manifestó su madre cuando visitó Paracuellos: “Desde ahora, comenzaremos una vida nueva, sin odio”.
Charles de Gaulle, político y militar inteligente, cuando visitó la España franquista: “la guerra es siempre odiosa, porque es el fracaso de la política”
Porque, evidentemente, los españoles hemos aprendido y enseñado a nuestra memoria a saber olvidar, a saber perdonar, y a seguir adelante con nuestra nueva y frágil democracia. Porque, a veces, podemos pecar de necios si hacemos que nuestra memoria, la memoria histórica, regrese a nuestras autonomías españolas en los momentos actuales tan controvertidos, y conviene que así no sea.
Charles de Gaulle, político y militar inteligente, cuando visitó España, y en la época del franquismo, le quisieron enseñar el Alcázar de Toledo, y se negó a ello. Pero manifestó algo trascendente cuando dijo que “la guerra es siempre odiosa, porque es el fracaso de la política”. Nuestra Guerra Civil fue el fracaso de la política de izquierdas y de derechas. Y ésta es mi humilde opinión al respecto. Y, claro está, las guerras civiles son todavía más crueles y odiosas que ninguna otra. Porque ocurre que, al terminar las últimas, nunca aparece de una forma clara, diáfana y contundente… la paz.
Ni vencedores ni vencidos podrán fácilmente alejar de sus corazones el odio que llevan dentro. Será el tiempo como testigo quien cure las heridas abiertas y mal cerradas. Los gobernantes tienen la obligación ineludible de que los pueblos busquen la concordia y armonía entre sus gentes, cualesquiera que sea su ideario político. La Ley de la Memoria Histórica habría que haberla hecho con el consenso de todas las fuerzas políticas, y, por desgracia, lo último ha fallado: por un lado, ha encontrado el rechazo del PP, partido de la oposición, y por el otro, la negativa de IU y ERC.
Se puede y se debe olvidar a los deudores sin perdonar la deuda contraída: esto sería una de las fórmulas de avenencia para tener en cuenta. Y es que uno entiende que una vez que se aprobó la Constitución de 1978, que una vez que el ex presidente señor Suárez recibió al señor Carillo (la Falange y el PCE se dan la mano), que una vez que todos los partidos en exilio son admitidos, bajo las mismas leyes, en el funcionamiento de la democracia española… todo nuestro pasado de la Guerra Civil se le daría una vuelta de página. Y entonces la Historia de España e Universal resolverían y explicarían a las generaciones venideras, el porqué de aquella guerra fratricida y terriblemente inhumana.
Me parece muy humano y normal que los republicanos deseen buscar los restos humanos de sus deudos y allegados, para darles las sepulturas que merecen cono seres humanos que fueron. Pero lo que no es viable, ni por asombro, es dudar del entramado jurídico que intervino en los juicios durante el franquismo, porque los jueces y magistrados que ordenaron ejecutar las sentencias, lo hicieron en virtud de la legislación penal vigente. No entender esto nos llevaría ineludiblemente a empezar a juzgar a los juzgadores… Y ya el Tribunal Constitucional español dijo algo al respecto en el año 2004.
“Hay heridas que están mal cerradas y hay que tratar de no echar sal sobre ellas. Y esto es lo que se conseguirá sino aplicamos el sentido común para desarrollar la Ley de Memoria Histórica”
Hay heridas en el corazón de los españoles que están mal cerradas o cerradas en falso, y hay que tratar de no echar sal sobre ellas para que no se vuelvan a abrir, e incluso, lleguen a explotar. Y esto es lo que se conseguirá sino aplicamos el sentido común para desarrollar la Ley de Memoria Histórica. Y podemos recordar lo que el líder conservador y derechista José Calvo Sotelo (Tuy, 1895 – Madrid, 1936) había dicho: “Prefiero una España de izquierdas que una España rota”. No volvamos a equivocarnos, no vaya a ser que España se vuelva a romper en dos mitades… y echemos por tierra tantos lamentos, tristezas, renuncias y sinsabores que, perdiendo todos los españoles un poco de nuestro amor propio, culminaron con el nacimiento de nuestra Constitución de 1978.
La III República Española volverá, pero con los votos de los españoles, pero ‘El Oro de Moscú‘… que existía en tiempos de ‘La II República Española’ (abril, 1931 – abril, 1936), ¿ese oro? Ese oro… ya nunca jamás volverá. Emprendió para siempre su último viaje sin retorno.De España y los españoles es bueno que sepamos su historia, sus lenguas, sus costumbre, sus idearios politicos, pero jamás demos olvidar cómo formar una “Nación española”, que una a los hombres de buena voluntad, y de una vez por todas.
La Coruña, 2 de octubre de 2009
Mariano Cabrero es escritor
COMENTARIO DE LA MEMORIA VIV@ AL ARTÍCULO DEL «LIBREPENSADOR» DIARIO ON LINE:
A este artículo que indudablemente tiene una parte de base y rigor histórico, le falta para ser un buen artículo la autocrítica hacia el bando nacional (Sólo hace mención esplícita del episodio de Paracuellos y no a los crímenes de Málaga, Extremadura, etc -que suman muchos Paracuellos-). Además, de la visión muy particular del autor en referencia al olvido, o a la insinuación subliminal de pasar página. C
Creemos que se olvida de la parte más importante de esta historia, la posguerra y la brutal represión, que causó más bajas que el propio conflicto bélico, por lo tanto, y en respuesta a su afirmación: “La ‘memoria histórica’ es un acto individual, propio de cada persona en relación con hechos acaecidos en nuestra pasada Guerra Civil”, le manifestamos nuestro más total desacuerdo, ya que opinamos que, como la historia, la memoria histórica es colectiva y se fundamenta en los hechos acontecidos por ambas facciones. después cada uno hará su lectura particular y seguramente partidista. La Memoria Histórica no es una visisón al pasado, sino todo lo contrario, lo es al presente y sobre todo al futuro.
La Memoria Viv@
COMENTARIO DE RÉPLICA DEL EDITOR EN REFERENCIA AL MISMO:
No se puede hablar de Memoria Histórica desde el único punto de vista exclusivo de la Guerra Civil. Primero, porque previo al conflicto bélico hubo una maquinación y complot contra el gobierno republicano instituído legalmente por voluntad popular (Aunque el pronunciamiento republicano, hay que señalar, que se hizo a través de unas elecciones municipales y no generales, y que estas, fueron tomadas como un plebiscito general dado el resultado. Eso sí, posteriormente fue ratificado dos veces); y que fue derrocado por un «Golpe de Estado militar», denominado Alzamiento Nacional, lo cual deslegitima cualquier argumentación previa, ya que los sublevados fueron en su mayoría los generales africanistas y afines, y la alta y media burguesía, que financiaron el mismo con el visto bueno colaboracionista de la mayoría de la Iglesia. Segundo, porque el mismo, estaba previsto como un alzamiento de acción rápida y de poca duración, tornándose en un enfrentamiento dilatado y fraternal, al ser el propio pueblo el que intentó defender a la II República. Hecho que causó más de 620.000 bajas entre el frente y la retaguardia de ambos bandos. Más de 230.000 bajas en la represión de ambos ejércitos (De 48.000 a 50.000 producidas por los republicanos y más de 200.000 por parte del bando nacional y el franquismo), lo que hace que, la balanza de la represión del bando nacional salga favorecida triplicando en su número a la republicana, y por lo tanto, decline la misma hacia el lado de las víctimas por su número y forma. (Genocidio ideológico).
Además, hay que tener en cuenta el período de la represión una vez finalizado la misma guerra, y en la que se estipula que pudieron perder la vida más de 100.000 personas, eso sin contar los exiliados y encarcelados. Así mismo hay que contabilizar las más de 500.000 personas que perecieron en los años siguientes por causas producidas por los efectos de la destrucción bélica, como la desnutrición, enfermedades como la tosferina, tifus, etc. (Los datos numéricos son variables según los historiadores, ya que en la mayoría de los casos, los registros civiles no estaban bien documentados, había mucha población que no tenía documentos de identificación ya que la población era mayoritariamente rural, pero se pueden aproximar a los expuestos, entre los datos oficiales y las nuevas informaciones extraídas de las investigaciones memorialistas). Tercero, la represión duró hasta el año 1975, lo cual hizo que se prolongara durante todo el régimen dictatorial de Franco, y que la misma fue desmedida, y falta de garantías procesales, jurídicas; y con una planificación estudiada y medida de eliminación de cualquier brote opositor al dictador. Lo que quiere decir que se puede considerar una limpieza ideológica y por lo tanto un genocidio.
Cuarto y último, el profesor Cabrero hace mención esplícita a Santiago Carrillo y Amor Nuño, los cuales indudablemente tienen su corresponsabilidad y participación en el acto de Paracuellos, pero por el mismo motivo, y dado la diferencia de reprimidos entre un bando y otro, se olvida citar a Millán Astray, Varela, Kindelán, Aranda, etcétera, en un artículo que se pretende consensuador, por todo ello, y por otras muchas más razones, el artículo del profesor Mariano Cabrero sólo puede considerarse de hipótesis personal y no tiene más valor que la propia opinión libre del mismo. Si no profesor, díganos ¿Cuántos Paracuellos republicanos sumó el bando nacional? Para pasar página de la historia, primero hay que leerla toda, conocerla, difundirla con la finalidad de que el conocimeinto evite repetir la misma.
El pasado fin de semana tuve la oportunidad de participar en los actos de homenaje a los fusilados de Casavieja y Mijares (Ávila), y sólo vi una cosa, pasar página a los familiares de las víctimas enalteciendo a las mismas, con su dolor y rabia contenidos durante años, pero con la dignidad y sentimientos combinados de la gente noble, sin el menor de los reproches y mención en todo el acto a sus asesinos. A excepción, de las referencias hechas a ellos en las poesías y canciones elegidas por parte de los participantes, y siempre, desde el lenguaje poético y culto de sus autores. Por eso profesor, la Memoria Histórica no es individual y sí colectiva, porque es de todos.
Jordi Carreño Crispín.
Vpte. De La Memoria Viv@ AIRMH