Las siete vidas de la fotografia: El hallazgo del archivo de un fotógrafo amateur, Vicente Nieto Canedo, desvela imágenes de la Guerra Civil y participa en la labor colectiva por la memoria histórica…

octubre 13, 2009

Tres niños juegan al fútbol en Aranjuez con una chaqueta como portería. La imagen fue tomada en marzo de 1948. - fotografías de Vicente Nieto Canedo

Tres niños juegan al fútbol en Aranjuez con una chaqueta como portería. La imagen fue tomada en marzo de 1948. - fotografías de Vicente Nieto Canedo

ESTER CATOIRA – MADRID – 13/10/2009 08:05

A partir de 1955, el nombre del fotógrafo aparecía en todas partes. Había ganado premios, participado en exposiciones colectivas y firmado numerosos artículos del boletín mensual para los socios con el que la Real Sociedad Fotográfica (RSF) daba cuenta puntual de sus actividades. En 1963, sin embargo, desapareció sin dejar rastro. Al final, Francisco Vicent Galdón, miembro de la Asociación Nacional e Internacional de Críticos de Arte, decidió llamarle por teléfono. Le pidió ver sus fotografías. Quedaron. Y al final le dijo: «Oye, ¿por qué no hacemos una exposición?».

La realizada en 2002 en la Agrupación Fotográfica de Guadalajara a iniciativa de Galdón fue la primera individual de Vicente Nieto Canedo, el más veterano de una estirpe de fotógrafos amateur que germinó al calor de la RSF de Madrid a mediados de los años cincuenta del siglo pasado. Su última exposición la cuarta, después de que la RSF se decidiera por fin a saldar la deuda contraída con su legado en 2005 y 2006 tuvo lugar el pasado mes de febrero en Ponferrada, su ciudad natal, organizada por el Instituto de Estudios Bercianos en colaboración con Pedro Taracena, Vicente Tofiño ambos miembros de la RSF y Marcos López. Vicente estaba exultante: «¡El orgullo que siento al haber hecho una exposición en mi tierra, a los 96 años!». Nacido en 1913 en el número 14 de la Plaza de la Encina, donde su padre tenía un estanco, hacía más de cinco décadas que no pisaba sus calles.

«Los documentos de la Guerra Civil lo tenían todo en su contra»

Con 15 años viajó a Madrid, donde se instaló en casa de su hermana mayor y su cuñado. Una visita furtiva a los almacenes Sepu se saldó con la adquisición, por la pequeña fortuna de 13 pesetas, de una Kodak Baby Brownie de baquelita que tenía por visor un minúsculo recuadro de hojalata. Fue ella quien le acompañó, años más tarde, a la retaguardia durante la Guerra Civil. Él era taquígrafo. En Santa María de la Alameda, a 71 kilómetros de Madrid, la modesta Brownie se convirtió en su orgullo y en la principal atracción de sus compañeros de brigada. Su sobrina era la encargada de hacer de enlace entre la zona y la capital, consiguiendo, quién sabe cómo en esa época de escasez, copias que se repartían entre ellos como los triunfos de una baraja.

Sensibilidad política

Que su archivo de negativos se conserve es un milagro. Como apunta el fotógrafo Valentín Vallhonrat, los documentos de esa época «lo tenían todo en su contra: la sensibilidad social, cultural, económica y en la posguerra, sobre todo, la sensibilidad política». Vallhonrat conoce bien el tema. Junto a Rafael Levenfeld lleva años esforzándose en la recuperación de diferentes colecciones y legados, reunidos en el Fondo Fotográfico de la Universidad de Navarra inaugurado en 1990 como Legado Ortiz-Echagüe para el que ambos ejercen como asesores técnicos.

Vicente Nieto Canedo pensaba que sus imágenes no tenían valor

Vallronrat y Levenfeld son también los responsables del rescate del archivo más impresionante de los últimos años: el del fotógrafo de prensa Luis Ramón Marín (1844-1944), cuya familia primero su mujer y después su hija conservó 18.000 negativos, 15.000 de ellos placas de cristal, sobre los cuales pudo llevarse a cabo un modélico trabajo de limpieza, recuperación, estudio y posterior análisis que volvió a poner en circulación la identidad artística y personal del fotógrafo.

Del archivo de Vicente Nieto Canedo se ocupa actualmente el fotógrafo leonés Amando Casado, a la espera de su futura custodia por parte de una institución que se encargue de su correcta conservación y catalogación. Hace unos años, Casado descubrió también, y por casualidad, la obra de otro fotógrafo amateur: Bernardo Alonso Villarejo (Bembibre, 1906-1998), un enamorado del claroscuro cuyo fondo consta de unos 3.000 negativos realizados fundamentalmente entre 1952 y 1959, ahora en manos del Instituto Leonés de Cultura.

El azar y el entusiasmo de fotógrafos o colectivos de fotógrafos ha sido, según el comisario Alejandro Castellote, «el motor de buena parte de la recuperación del legado de fotógrafos anónimos u olvidados, sobre todo a partir de los años setenta». Los archivos de la Guerra Civil suelen ser los más delicados. Muchos se han perdido, víctimas también ellos de los bombardeos, el miedo a las represalias o el descuido de sus herederos. Y por el escaso valor que las instituciones han dado a la fotografía. Castellote sitúa el cambio de mentalidad en los años noventa: «Ya en los setenta se registran algunas iniciativas, pero es a finales del siglo XX y en lo que llevamos de siglo XXI, cuando el respeto por nuestro patrimonio fotográfico se ha ido haciendo más evidente». Un cambio que él atribuye al mayor desarrollo de nuestra sociedad.

Muchas recuperaciones son iniciativas personales

«Conforme las sociedades maduran adquieren también un nivel cultural más alto, lo que conduce a valorar la propia historia y el concepto de patrimonio. El patrimonio fotográfico, en concreto, nos ofrece una narración no verbal de nosotros mismos, de cómo éramos o de cómo eran las ciudades, los escenarios en los que vivíamos», sostiene. Es decir: de cómo somos.

Desde su conciencia del enorme agujero negro que media entre el siglo XIX y los años cuarenta-cincuenta del XX, Vallhonrat no es tan optimista. «Que nadie se haya planteado qué ha pasado con los autores indica el nivel de investigación y en parte también la sensibilidad hacia la foto que existe en España. Es decir, poca». Según indica, «muchas fotografías de ese periodo se han utilizado para ilustrar las descripciones de la realidad de historiadores, políticos de todo el mundo». Su interés, en cambio, «es recuperarla en tanto que documento fotográfico desvinculado del texto».

El conservador del Museu Nacional dArt de Catalunya, David Balsells, advierte además del peligro de que los grandes archivos sean manipulados por sus herederos o por sus actuales propietarios: «Con el paso del tiempo, hay quien puede sentirse tentado de cambiar los formatos, las texturas, y convertir así la imagen en otro objeto que no sea el original. La vida de la foto añade es muy intrincada».

Conservación vs. visibilidad

Tanto si se trata de un archivo iconográfico sus fondos no son arte, sino sólo documento, como los conservados en la Biblioteca Nacional o el Archivo Regional de la Comunidad de Madrid como de un archivo de autor, o autores, lo más importante es la conservación de los negativos, siempre bajo la amenaza del cubo de la basura. «Gracias a la conservación es posible la consulta. Luego, con el tiempo, lo natural es desarrollar una política que haga visible su contenido», señala Alejandro Castellote.

Las fotos ofrecen una narración no verbal de nosotros mismos

El proceso tiene en sí múltiples niveles, todos válidos. Cada recuperación es crucial: «Una pequeña exposición, el rescate de un proyecto por parte de una agrupación, la escritura de un artículo acerca del tema es tan importante como que todo eso lo lleve a cabo un gran gestor cultural que lo ponga en un nivel de discurso enorme». En esto Vallhonrat desconfía de la tiranía del espectáculo de masas: «Una exposición no es la recuperación de un archivo, sino la proyección de una estructura conceptual. Para mí, lo fundamental es la recuperación funcional». Esto es: limpiar los negativos, ordenarlos conforme a su funcionalidad original y que el archivo pueda recorrerse. Un proceso muy costoso y más aún cuando en España se nos ha acumulado tanto trabajo.

Al final, está el fotógrafo. «El caso de Marín, por ejemplo, no supone sólo la aparición de un archivo, sino la aparición de un autor», aclara Vallhonrat. Tanto para él como para Alejandro Castellote, tan autores son los fotógrafos profesionales como los anónimos o no profesionales. Ambos comparten las mismas inquietudes: «La formulación personal de un discurso, el esfuerzo por generar un reflejo de la realidad y la construcción de un lenguaje». Castellote, por su parte, se declara un firme partidario de «la fotografía privada, amateur. No sólo documenta un periodo histórico del cual no existe mucha información, sino que, al no estar sometida a intereses y sí a la memoria familiar, muestra un rostro muy distinto al de las imágenes oficiales».

Es el caso de Vicente Nieto Canedo, quien, sin pretenderlo, da una impecable definición del espíritu del archivo: «Yo creía que mis fotos no tenían importancia, que no valían. Y ya ves. Era cuestión de revelarlas, de recogerlas, de ponerlas juntas».

Vicente Nieto Canedo, Ponferrada, 1913

Sus primeras fotos eran trozos de película rescatadas de la basura y reveladas al sol sobre papel sensible.
Su primera cámara fue una Kodak Baby Brownie de baquelita sin ningún tipo de ajuste: sólo permitía apretar el disparador. Al principio, ni siquiera sabía lo que era un trípode. Cuando lo necesitaba, apoyaba la cámara en el respaldo de una silla.
En marzo de 1955 ingresó en la Real Sociedad Fotográfica de Madrid al obtener el primer accésit en el primer Concurso de Noveles. Se enteró de la existencia de la Real Sociedad Fotográfica (RSF) a través de la revista ‘Arte Fotográfico’.
De 1956 a 1963 se encargó del Boletín mensual, encubriendo sus muchas colaboraciones bajo cinco o seis seudónimos.
Muchas de sus fotografías de los años cincuenta y sesenta las realizó en las excursiones organizadas por la RSF a pueblos cercanos a la capital, como Pedro Bernardo.
Fundó el colectivo La Colmena con Rafael Sanz Lobato, Sigfrido de Guzmán y Serapio Carreño, entre otros.
En 1963 abandonó definitivamente la fotografía. Hasta su exposición en 2002, su obra estuvo guardada en cajas de cartón.

http://www.publico.es/culturas/259951/s/t/v/das/fotografia


Carta abierta al Presidente del Gobierno de España…

octubre 13, 2009

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Mª Flor Baena Alonso, 25-09-2009 – 13 Octubre 2009

Sobre el juicio injusto y ejecución de mi hermano Xosé Humberto Baena Alonso en 1975Vigo, 25 de septiembre de 2009.

CARTA ABIERTA AL PRESIDENTE DEL GOBIERNO DE ESPAÑA SOBRE EL JUICIO INJUSTO Y EJECUCIÓN DE MI HERMANO XOSÉ HUMBERTO BAENA ALONSO EN 1975

Sr. Presidente del Gobierno:

Dentro de dos días se cumplen 34 años de la ejecución de mi hermano Xosé Humberto Baena Alonso por el régimen franquista. Espero que en esta ocasión, tras cuatros años escribiéndole sobre el asesinato de mi hermano por parte del Estado para pedirle su ayuda para reparar esta injusticia, tenga a bien al menos contestarme a las dos peticiones, que le llevo haciendo desde 2006, una solución para el caso de mi hermano y la eliminación total de la pena de muerte en la Constitución española.

La primera de mis peticiones se refiere a una solución política y jurídica al caso de mi hermano, porque hemos agotado los recursos judiciales en España y en Europa. La Ley 52/2007, de 26 de diciembre, por la que se reconocen y amplían derechos y se establecen medidas en favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la guerra civil y la dictadura, conocida como Ley de “Memoria Histórica”, nos dejó en la más absoluta incertidumbre. He agotado los recursos judiciales en España y en Europa y esta Ley no nos ofreció una salida para limpiar el nombre de mi hermano. Como sabe, la Ley 52/2007 permite recurrir ante el Tribunal Supremo las sentencias “ilegítimas” de una serie de tribunales, pero a quienes, como yo, ya hemos hecho ese recorrido y hemos recurrido sin éxito ante el Supremo y el Constitucional, no nos da una solución, nos olvida. Somos un caso único entre las víctimas de los juicios injustos del Franquismo, que seguimos luchando para conseguir Verdad, Justicia y Reparación.

Solucionar esta injusticia es muy sencillo para Usted. Con la voluntad política suficiente puede promover la aprobación en el Parlamento español, una Ley que declare la nulidad de los juicios injustos celebrados durante la Guerra Civil y el Franquismo, tal como hizo Alemania hace unos años con los juicios injustos del nazismo. Sería la mejor forma de evitar el calvario que hemos tenido que sufrir en mi familia a las decenas de familias que han pasado por la Sala de lo Militar del Tribunal Supremo pidiendo la revisión de condenas de muerte dictadas en juicios sumarísimos después de la Guerra Civil. Lamentablemente, como sabe, desde 2000, en todos ellos y de manera sistemática el Ministerio Fiscal se ha opuesto a la revisión de los mismos. Yo le pregunto, una vez más, Sr. Presidente, ¿por qué no hace como Alemania y anula los juicios injustos del Franquismo mediante una Ley?

Le pido su ayuda para conseguir la anulación del injusto Consejo de Guerra sumarísimo al que fue sometido mi hermano en 1975, ejecutado el 27 de septiembre de dicho año. Como ya le expliqué en mis anteriores cartas, mi hermano fue ejecutado tras una farsa de juicio donde se vulneraron todas las leyes y no se consintió que se aportara ninguna prueba, ni de balística ni de testigos presenciales (que los había). Este domingo un grupo de amigos y familiares, así como asociaciones de derechos humanos y de recuperación de la memoria histórica le haremos, como todos los años, un pequeño homenaje en el cementerio de Pereiró en Vigo, donde está enterrado. Como puede suponer, se trata de un día muy especial para mí, donde una vez más aflorarán numerosos recuerdos y heridas sin cerrar. Por eso le escribo, porque, en su mano, como máximo responsable del gobierno de España, está el contribuir de manera decisiva a que mi familia pueda cerrar definitivamente esa herida y mirar hacia el futuro.

En unas semanas podré enviarle una copia de la película documental “Septiembre del 75”, que se estrenará próximamente, que demuestra la inocencia de mi hermano del delito del que se le acusó. Este trabajo, dirigido por Adolfo Dufour y producido por la empresa Pantalla Partida, es fruto de una profunda investigación de más de un año que saca a la luz todas las irregularidades cometidas en el caso. Le ruego que dedique un rato de su tiempo a este caso y la vea cuando la reciba. Permítame, Sr. Presidente, contarle algunas cosas de mi hermano. Al terminar el bachillerato en el Instituto Santa Irene de Vigo, quiso estudiar en la Universidad de Santiago Filosofía y Letras. Como tenía unas notas fabulosas le dieron una beca y para allí se fue. En una sentada estudiantil lo detuvieron y no le permitieron presentarse a los exámenes, perdiendo así un año de estudios. Se celebró el juicio y fue absuelto. Pasados ya unos años y de vuelta del Servicio Militar, se presentó a las pruebas para entrar en una empresa (Citroën), pasándolas con éxito. Sin embargo, le pidieron el certificado de penales y la policía se lo denegó hasta que hubieran pasado cinco años del juicio en el que había sido absuelto.

Por fin logra colocarse como simple peón de fundición y unos meses después pasó a desempeñar en otra empresa un puesto técnico. Llegó el 1 de Mayo de 1975. Un grupo de muchachos se manifestaba en la Travesía de Vigo y un guardia civil de paisano sacó una pistola y disparó a un empleado de FENOSA que estaba trabajando como vigilante. Entre varios trabajadores se hizo una colecta para una corona de flores y una esquela que se publicó en el periódico “Faro de Vigo”. Mi hermano figuraba en esa relación. Aquí empezó la tragedia.

Unos días después se presentó la policía en casa para hacer un registro con resultados negativos. El despliegue de fuerzas fue tal que todo el barrio se enteró y alertaron a mi hermano cuando venía para casa. Por temor a los métodos que empleaba entonces la policía para hacer confesar delitos no cometidos decidió escapar a Madrid. Dos meses después nos enteramos por televisión de que se le acusaba de la muerte de un policía, crimen que no pudo haber cometido porque no estaba en el lugar del asesinato ese día. Él no supo de qué se le acusaba hasta cinco días después de ser detenido y torturado. El día del juicio fuimos mi padre y yo a Madrid pero al llegar a “El Goloso” (Hoyo de Manzanares) no nos permitieron la entrada. Esperamos hasta las cinco de la tarde, hora en la que el abogado nos dice que hay cinco condenados a muerte.

Los dos meses siguientes lo vimos sólo los sábados durante quince minutos, después de pasar toda la noche en tren, y siempre entre rejas y un cristal con un guardia separándonos. El 26 de septiembre (viernes) mi padre iba a marcharse en tren con mi hermano Fernando, pero a las 8:30 de la tarde una llamada del abogado nos decía que teníamos que estar en Madrid antes de las 7 si queríamos ver por última vez con vida a Piter, que era como le llamábamos a mi hermano en la familia. Tomaron un taxi y llegaron a las 6:30. Hablaron media hora con él y se reafirmó en que era inocente, que lo habían hecho firmar no sabía qué. Se cumplió la sentencia. Esperamos ocho días para traerlo a Vigo para evitar que hubiese más detenidos y, cuando lo trajimos, nos lo secuestraron en Porriño y a las ocho de la mañana abrieron el cementerio para enterrarlo a él solo. Mi padre y mi madrina fueron los únicos que, por casualidad, estuvieron presentes, ya que se encontraron en la carretera con un coche fúnebre de Madrid escoltado por la policía y comprendieron que era él.

A partir de ese momento empezó una lucha desesperada por demostrar la injusticia. Primero mi padre, después mi madre y ahora yo aunque siempre se nos cerraron todas las puertas. No dudo que tiene que ser difícil y complicado abordar este asunto, pero le pido que corrija esta injusticia. El Estado privó a ciertas víctimas como mi hermano y yo de recursos efectivos contra graves abusos durante años y ahora eso puede corregirse.

Presentamos un recurso sobre el caso de mi hermano ante el Supremo y posteriormente el Tribunal Constitucional y se lo rechazaron, porque en 1975 no estaba en vigor la actual Constitución. Después recurrimos al Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo y su contestación fue que no podían hacer nada porque España en 1975 no había firmado la Convención Europea de Derechos Humanos. ¡Cómo si para disfrutar de los derechos humanos éstos tuvieran que firmarse! Al cerrárseme todas las puertas para revisar y anular el juicio de mi hermano, tendremos que recurrir al Comité de Derechos Humanos de la ONU, al amparo del Protocolo Opcional del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. Pero todo sería más rápido (y hasta este recurso sería innecesario) si el gobierno que Vd, preside tuviera la voluntad política suficiente para aprobar, como hizo Alemania hace unos años con los juicios injustos del nazismo, una Ley que declare la nulidad de los juicios injustos celebrados durante la Guerra Civil y el Franquismo.

Como sabe, seguí de cerca la elaboración de la Ley de Memoria Histórica desde la misma creación de la Comisión Interministerial encargada de ello en septiembre de 2004. Le escribí a Vd., a la Vicepresidenta 1ª, al Ministro de Justicia y a todos los grupos parlamentarios sobre este asunto en diversas ocasiones a lo largo de estos últimos cuatro años. Mantuve también reuniones con diputadas del PSOE y del BNG para recabar su apoyo en este tema. Previamente, en noviembre de 2005, el Ayuntamiento de Vigo aprobó una moción, con los votos favorables del PP, PSOE y BNG, que pedía la anulación de las sentencias de las personas ejecutadas en el Franquismo. La entonces Alcaldesa de Vigo se dirigió a Vd. por escrito en este sentido. Aunque Ley 52/2007 tiene aspectos positivos, no garantiza el derecho a la Verdad, la Justicia y la Reparación, pilares básicos del derecho internacional en lo que afecta a víctimas de graves violaciones de derechos humanos, como es el caso de mi hermano, torturado, acusado de un delito que no cometió, juzgado en un proceso injusto a todas luces y finalmente ejecutado.

La Ley 52/2007 reconoce a través de una fórmula ambigua, como es la declaración de “ilegitimidad” de determinados tribunales y de las condenas y sanciones dictadas por motivos ideológicos, políticos o de creencia religiosa, algo que según el derecho internacional no tiene valor jurídico. Y renuncia a la oportunidad de garantizar un recurso idóneo y eficaz para la obtención de la nulidad de esas sentencias. No garantiza el derecho de las víctimas a obtener justicia individualizada y material. La eficacia de esa declaración de ”ilegitimidad” deberá solventarse en los tribunales y en cualquier caso deja en la incertidumbre a quienes, como yo, ya hemos intentado la nulidad de condenas a muerte con los recursos disponibles hasta ahora y con resultado adverso. Además, esa declaración de ilegitimidad es insuficiente, porque yo no necesito un “œcertificado de víctima” de mi hermano, sin efecto jurídico alguno. Eso no me sirve para nada, lo que yo quiero es que se limpie el nombre de mi hermano. Las normas internacionales de derechos humanos me dan derecho a una reparación integral, que incluya los elementos de Restitución, Indemnización, Rehabilitación, Garantías de No Repetición y Satisfacción, incluida una declaración oficial o judicial que restablezca la reputación, dignidad y derechos de mi hermano, así como una disculpa pública que incluya el reconocimiento de los hechos y la aceptación de responsabilidades. Así lo establece la Resolución 2005/35 de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU.

En mi caso particular no deseo una indemnización económica, lo único que busco es que se anule el juicio de mi hermano y se limpie su nombre. Otras víctimas y familias pensarán de modo diferente y tienen derecho a reclamar indemnizaciones, pero a mí me mueve únicamente el afán de justicia y limpiar el nombre de mi hermano, acusado de un delito que no cometió, torturado y condenado en un juicio injusto tras el que fue asesinado por el Estado. Sr. Presidente, llevo más de tres décadas esperando una disculpa oficial del Estado. ¿Hasta cuándo debo esperar? Ni una sola palabra de ánimo, ni de comprensión, ni una disculpa…

Mi situación es única. Según la Ley Orgánica del Poder Judicial, sólo puedo presentar un nuevo recurso en el Supremo si aporto nuevas pruebas, lo cual no es el caso. He agotado todas las vías e instancias judiciales en España y Europa y, aunque está la posibilidad de recurrir ante la ONU, que no descarto ¿qué solución me da para el caso de mi hermano? La Ley 52/2007 me deja en una situación de incertidumbre absoluta.

Para hacer justicia con las víctimas de los juicios injustos del franquismo, Usted tiene dos opciones, no excluyentes: La primera posibilidad es crear una Comisión de la Verdad como en otros países, que catalogue las violaciones y abusos cometidos contra los derechos humanos según el derecho internacional, de forma que la Fiscalía General del Estado revise y anule, en su caso, y de oficio, los juicios injustos. La segunda opción es anular los juicios injustos mediante una ley específica, tal como hizo Alemania en 2005 con los juicios nazis. Sea valiente, Sr. Zapatero, y hágalo por una cuestión de principios. En muchas ocasiones le he oído decir que su gobierno defiende los derechos humanos. Pues bien, ahora tiene una ocasión excelente para demostrarlo y traducir en hechos concretos esas palabras y su creencia en unos principios basados en el respeto a los derechos humanos.

Reclamo que finalmente, después de más de tres décadas años de democracia, el gobierno reconozca el derecho de familiares y víctimas directas de violaciones de derechos humanos cometidas durante la Guerra Civil y del régimen franquista, como es mi caso, a saber la verdad sobre sus seres queridos y a obtener justicia y reparación. Estoy plenamente convencida de que este reconocimiento no debe ser considerado un acto de gracia sino un derecho basado en las normas internacionales de derechos humanos. Numerosos medios de comunicación locales, regionales y nacionales se hicieron eco de mi petición en los últimos años.

Ya es tarde para muchas víctimas y familiares, como mis padres, que fallecieron sin poder ver como se limpiaba el nombre de su hijo, pero no para todas. Haga justicia, Sr. Presidente. No me defraude un año más, Sr. Zapatero, y no desaproveche la ocasión de oro que tiene de reparar tamaña injusticia. Yo le voté en las elecciones de 2004, creí en Vd. y pensé que iba a ayudarme a cerrar la herida abierta en mi familia con este tema, que nos persigue desde hace más de tres décadas.

Por último, quiero acabar mi carta con una segunda petición concreta. Soy consciente de su compromiso contra la pena capital y me congratulo por ello. Como hermana de una víctima de la pena de muerte, pocas personas en España saben tan bien como yo todo el horror, el dolor y la tristeza que conlleva la pena de muerte. Por ello acogí con enorme satisfacción la iniciativa que anunció en 2008 para impulsar una suspensión de las ejecuciones en todo el mundo como paso previo para su abolición universal. En consonancia con ello, le pido que impulse la prohibición expresa de la pena de muerte en una futura reforma de la Constitución española, tal como le ha pedido Amnistía Internacional en varias ocasiones. Confío en que la sociedad española respalda abrumadoramente este cambio. Hablo con la autoridad moral que me da el ser familiar directa de una víctima de la pena de muerte, y sé que no sirve absolutamente para nada, que la pena capital es un despropósito. Como sabe, más de 40 constituciones en el mundo prohíben expresamente la pena de muerte. En 1995 se derogó del Código Penal Militar español la posibilidad de aplicarla en tiempos de guerra, pero la Constitución española sigue haciendo una mención expresa a la pena de muerte en el artículo 15, que dice “(…) Queda abolida la pena de muerte, salvo lo que puedan disponer las leyes penales militares para tiempos de guerra”. Le pido, Sr. Presidente, que elimine esta mención de la Constitución española, que debería incorporar una prohibición expresa del uso de la pena de muerte, como ya hizo por ejemplo Francia en febrero de 2007.

Si lo desea y su apretada agenda se lo permite, tendré mucho gusto en mantener una entrevista personal con Vd. sobre este tema o con miembros de su gabinete o cualquiera de sus asesores. Le agradeceré me conteste a las dos demandas planteadas en esta carta.

Atentamente,

Fdo. Mª Flor Baena Alonso

Cc: Dª María Teresa Fdez. de la Vega, Vicepresidenta del Gobierno

D. Francisco Caamaño Domínguez, Ministro de Justicia.

D. Cándido Conde-Pumpido Tourón, Fiscal General del Estado

Foro por la Memoria:

http://www.foroporlamemoria.info/2009/10/carta-abierta-al-presidente-del-gobierno-de-espana/


Los brigadistas ocultos…

octubre 13, 2009

El comandante Oliver Law fue el primer afroamericano al mando de un batallón norteamericano; muchos de los brigadistas negros que combatieron en España procedían del Partido Comunista estadounidense.

El comandante Oliver Law fue el primer afroamericano al mando de un batallón norteamericano

El comandante Oliver Law fue el primer afroamericano al mando de un batallón norteamericano

Cumplidos ya los setenta años del fin de la Guerra Civil, quedan todavía episodios oscuros de aquella contienda que apenas son conocidos. Entre estos, la peripecia de los brigadistas negros que, procedentes de Estados Unidos, se enrolaron para luchar en defensa de la República española. La fotógrafa, ensayista y crítica de arte Mireia Sentís (de cuya obra se presenta una retrospectiva en el Arts Santa Mònica, hasta el 10 de enero) descubrió el rastro de estos brigadistas en Nueva York, investigó su historia y la relata ahora para ‘Cultura|s’.


MIREIA SENTÍS | 07/10/2009

En el año 2002, en un garaje de bicicletas del Lower East Side de Nueva York, encontré un par de cajas abarrotadas de libros. Un letrero de cartón, con letras a lápiz, rezaba: «50 centavos». Entre ellos, descubrí Mississippi to Madrid. Memoirs of a black american in the Spanish Civil War. A lo largo de sus páginas, James Yates (1906-1993) relata el camino que le condujo desde las tierras sureñas estadounidenses hasta la guerra civil española. Polizón a bordo de un tren, llegó a Chicago en plena adolescencia. El intenso frío que padeció como trabajador en las cámaras frigoríficas de un matadero le enseñó la primera lección de supervivencia.

Pero el interés de su libro no radica únicamente en la singular peripecia de Yates, ni en sus comentarios acerca de personajes como Carrillo, Negrín, Companys, Durruti, la Pasionaria o Malraux, sino en su propósito de rastrear la participación de los afroamericanos alistados en la brigada Lincoln, primera fuerza armada estadounidense no segregada de la historia. Muy al contrario de lo que ocurría en la vida diaria de su país, los brigadistas negros no se hallaban apartados de la colectividad.

En busca de documentación, acudí a la sede de la brigada Lincoln en Nueva York, un pequeño despacho decorado con carteles de la España republicana. Allí me recibió Mosess Fishman, secretario de la organización, uno de los muchos judíos – casi un tercio de sus integrantes-que combatieron en la Lincoln. Mientras seleccionaba libros y desgranaba recuerdos, sonó el teléfono. Al cabo de un rato, leoí transmitir su pésame y unas palabras de consuelo: «Dedicó toda su vida a luchar en favor de causas justas». Tras colgar el auricular, se levantó de su silla cojeando – otro recuerdo español-y se dirigió hacia el lugar donde colgaba la lista con los nombres de los veteranos. Tachó uno de ellos, y suspiró: «Pronto me tocará a mí». Fishman murió en el 2007, a los 92 años.

La participación de los negros estadounidenses en la contienda española apenas se comenzó a investigar a mediados de los años ochenta, coincidiendo con la publicación de Mississippi to Madrid. Hasta entonces, fueron los brigadistas menos visibles, no sólo en España, sino en su propio país. Desde una perspectiva histórica, las Brigadas Internacionales representan la primera experiencia de una fuerza voluntaria global movilizada por un mismo ideario. En total, cruzaron nuestra frontera unos 38.000 soldados, procedentes de 53 países. Los norteamericanos, congregados en la brigada Lincoln, sumaban unos tres mil. Su media de edad, 27 años, hacía de ellos los más jóvenes e inexpertos. Alrededor de un centenar eran negros, y aproximadamente la mitad de estos murieron o desaparecieron en las batallas del Jarama, Brunete, Belchite, Teruel y el Ebro. Unos cuantos reposan para siempre en tierra española.

Oliver Law fue sin duda el más destacado brigadista negro. Había luchado en la Primera Guerra Mundial y marcó un hito en la historia de su país cuando, en el curso de la Guerra Civil, se convirtió en el primer afroamericano al mando de un batallón norteamericano. Durante su visita a la brigada Lincoln, un coronel del ejército estadounidense le miró extrañado: «Veo que lleva usted uniforme de comandante». Hasta 1950, en la guerra de Corea, Estados Unidos no procedió a la integración de sus tropas. Law murió en uno de los episodios más sangrientos de la batalla de Brunete, cuando al frente de sus voluntarios intentaba tomar el cerro del Mosquito, en julio de 1937. Su sucesor, Doug Roach, no logró sobrevivir a la pulmonía que contrajo en España.

Cuando Franco encabezó el golpe de Estado contra la República, Estados Unidos continuaba sumido en la Depresión. Por todo el país proliferaban las hunger marches, manifestaciones contra el hambre, en solicitud de trabajo y ayudas estatales. En tales circunstancias, el Partido Comunista crecía con rapidez. Dentro de él, los afroestadounidenses constituían un grupo relativamente pequeño, pero muy comprometido. La mayoría de los voluntarios que combatieron en España procedían de sus filas. Los comunistas estaban convencidos de que toda posición radical contra la explotación exigía la unidad internacional.

En 1927, tras la celebración en Bruselas de una conferencia de la Liga contra la Opresión Colonial, en la que intervino una delegación afroamericana, no fueron pocos los que se pasaron a las filas comunistas. Además, el partido prestaba apoyo jurídico a la comunidad negra -como en el famoso caso de Scottboro Nine, en el que nueve jóvenes negros fueron acusados de violar en 1931 a dos mujeres blancas en Scottboro (Alabama)-, y auxiliaba a los desahuciados que de la noche a la mañana perdían su hogar y pasaban a poblar las aceras de las ciudades industriales. Por último, el partido patrocinaba la publicación de The Liberator, portavoz de los internacionalistas afroamericanos, cuyas páginas ponían de manifiesto las raíces comunes de la pobreza y el racismo.

El bombardeo de Etiopía durante la invasión de Mussolini en 1935 -poco antes de que Hitler rehusara entregar la medalla de oro al atleta negro Jesse Owens durante los Juegos Olímpicos de Berlín de 1936- supuso la plataforma de unión definitiva para la gente negra. El avance del fascismo en la antigua Abisinia afectaba directamente al conjunto de la comunidad afroamericana. La Iglesia Baptista Abisinia de Harlem, fundada en 1809, era una de las más importantes, y la invocación al país africano figuraba también en el himno de la Universal Negro Improvement Association, instituida en 1917 por Marcus Garvey bajo el lema «Regreso a África».La decisión de no intervención adoptada por la Sociedad de Naciones impulsó a muchos afroamericanos, ya fuesen nacionalistas, panafricanistas, internacionalistas, socialistas o comunistas, a alistarse como voluntarios. Sin embargo, Selassie, emperador de Etiopía, desistió de la idea de aceptar tropas extranjeras, al mismo tiempo que Estados Unidos declaraba ilegal, bajo pérdida de la ciudadanía norteamericana, el alistamiento en ejércitos de otros países. Los voluntarios decidieron entonces recaudar medicinas y alimentos, pero pronto comprobaron que tampoco la ayuda llegaba a su destino.

Aunque algunos líderes rechazaban la idea de que España y Etiopía formasen parte de la misma lucha, muchos intelectuales y artistas afroamericanos acogieron la causa republicana como propia. Veían a nuestro país como una extensión del problema etíope: el avance del fascismo. Periódicos negros –The Courrier, de Pittsburgh; The Afro-American, de Baltimore; The Daily World, de Atlanta; The Defender, de Chicago, The Amsterdam News, de Nueva York…- se declararon partidarios de la República española. Las colectas y campañas de apoyo a Etiopía fueron desviadas hacia nuestro país, y famosos músicos -Cab Calloway, Fats Waller, Count Basie, W. C. Handy, Eubie Blake…- celebraron conciertos benéficos. Incluso Paul Robeson se trasladó a España en 1938, para dar ánimos a unas tropas ya por entonces bastante agotadas. Acerca de la revolución española, fue el título del primer escrito de James Baldwin, con sólo 12 años; al igual que Noam Chomsky, con apenas 10, oficiaría su bautismo literario con un artículo dedicado a la caída de Barcelona.

El corresponsal más seguido por los afroamericanos fue Langston Hughes, quien publicaba en The Afro-American, pero colaboraba también en el boletín de las Brigadas Internacionales, Volunteer for Liberty. Hughes se interesó especialmente por los marroquíes que peleaban al lado de Franco. Su poema Carta desde España muestra la perplejidad que le causaba el hecho de que un pueblo colonizado luchara junto a los insurgentes: «Hoy capturamos a un moro herido / Era tan oscuro como yo / Le dije, chico qué haces aquí / peleando contra gente libre?». Conoció a Lorca, a quien tradujo, y a Nicolás Guillén, junto al que viajó por primera vez a España; hablaba castellano, pues vivió parte de su adolescencia en México, país en el que residía su padre. Tras visitar Barcelona, Valencia y algunos frentes, se instaló durante seis meses en Madrid, donde coincidió, bajo las bombas, con Hemingway, Lillian Hellman, W. H. Auden, Stephen Spender…

Aparte de Yates, otro brigadista afroamericano publicaría una autobiografía centrada en su experiencia española: Harry Haywood, autor de Black bolshevik. Se conserva, además, una importante colección epistolar de Kanute Frankson, nativo de Jamaica, así como un libro de poemas póstumo: Take no prisoners, de Ray Durem, a quien Hughes incluyó en la antología New negro poets. Durem se enamoró de una enfermera norteamericana en el hospital que la brigada instaló en Villa Paz, la antigua residencia de verano de Alfonso XIII en Saelices (Cuenca). Tuvieron una hija nacida en España, a la que llamaron Dolores, en honor de Dolores Ibárruri, la Pasionaria.

Alonzo Watson, el primer brigadista afroamericano caído en combate, fue rebautizado por sus compañeros como Crispus Attucks, nombre del primer negro caído en la guerra de la Independencia norteamericana de 1776. Algunos soldados procedían de familias mixtas de afroamericanos y nativoamericanos, como Oscar Hunter o Frank Alexander, siouxhablante. Salaria Kee, la única mujer negra presente en España, era una enfermera a quien la Cruz Roja había rechazado por prejuicios raciales. Hubo dos pilotos afroamericanos: el universitario Jim Peck y el diseñador aeronáutico Paul Williams. George Waters, el más joven, tenía 18 años y conducía ambulancias. Luchell McDaniels se ganó el sobrenombre de el Fantástico, porque lanzaba granadas como si se tratara de pelotas de béisbol. Burt Jackson, topógrafo y dibujante, colaboró a su regreso en las mejores publicaciones afronorteamericanas. Admiral Kilpatrick, que había estudiado durante cuatro años en la escuela Lenin de Moscú, perdió la pierna izquierda. A Tom Brown le salvó la vida el ser confundido con un soldado marroquí cuando por error se introdujo en las líneas enemigas.

Además del contingente afronorteamericano, unos dos mil afrocaribeños se integraron en diferentes batallones de las Brigadas Internacionales, incluida la Lincoln, caso de Pierre Duval -considerado cubano, a pesar de nacer en el sur de Francia, de padre africano y madre vasca, emigrantes primero a Cuba y luego a EE. UU.- o el puertorriqueño Carmelo Delgado, capturado y ejecutado por los sublevados. Arnold Donowa, odontólogo oriundo de Trinidad, fue el único médico negro de la brigada, y cuando regresó a Norteamérica continuó arreglando gratis los dientes a los veteranos. No quiero dejar de mencionar al californiano-nipón Jack Shirai, un cocinero sumamente apreciado, capaz de preparar los invariables garbanzos de tan diversas maneras que parecían cada vez un plato diferente. «Cuando volvamos a casa, montaré un restaurante en el que ninguno de vosotros tendrá que pagar», decía. Pese a las protestas de sus camaradas de la Lincoln, Shirai quiso probarse en la línea de fuego, encontrando la muerte en su primera contienda.

Acerca del trato que recibieron en España, los brigadistas negros coinciden: aunque por todas partes despertaban la curiosidad de la población nativa, nunca fueron tratados de modo diferente a sus compatriotas de piel blanca. Vaughn Love, oriundo de Chatanooga (Tennessee), relata que en cierta ocasión un campesino le ofreció un pañuelo para que se limpiara la cara. Cuando le explicó que era negro, el campesino le abrazó con estas palabras: «¡Ah, sí, los esclavos negros! Nosotros sólo estamos a un paso de serlo».

La perspectiva que aguardaba a los supervivientes -regresar a un país segregado, con un historial izquierdista y casi siempre sin pasaporte- no era precisamente halagüeña. Sin embargo, los ex combatientes de la brigada Lincoln formaron un grupo cohesionado, que ayudó a resistir el intenso acoso sufrido por sus miembros durante la era McCarthy. Los valb (Veterans of the Abraham Lincoln Brigade) mantuvieron una línea política clara y constante: permanecieron en contacto con los prisioneros políticos republicanos, se implicaron en la lucha contra el ejército nazi, combatieron por los derechos civiles, se opusieron a la guerra de Vietnam, a las intervenciones militares en Latinoamérica, al apartheid de Sudáfrica…

Al enrolarse, Yates lo hizo como los demás, es decir, de forma ilegal, e incluso con mayor dificultad que otros: «En Mississippi, a los negros no nos daban pasaporte». Ante la imposibilidad de obtener el visado norteamericano para España, la mayoría de los voluntarios pasaban por el despacho de las Brigadas Internacionales en París, dirigido por Josip Broz, el futuro presidente Tito de Yugoslavia. Luego, cruzaban clandestinamente los Pirineos al amparo de la noche. Aparte de conducir ambulancias y camiones de víveres, Yates fue chófer de Hughes y de Hemingway. Repatriado junto a otros heridos, tenía previsto alojarse con sus compañeros en unas habitaciones reservadas por la brigada Lincoln en Manhattan.

Al ser rechazado por el color de su piel, el resto del grupo, en solidaridad, se negó a alojarse en el hotel. La dura realidad del retorno, confiesa, le golpeó más fuerte que una bala española. Yates llegaría a dirigir la sede neoyorquina del Greenwich Village de la Asociación Nacional para el Progreso de la Gente de Color (NAACP), en la que Obama pronunció en julio del 2009 un importante discurso con motivo del centenario de su fundación. El autor de Mississippi to Madrid aún regresó en 1986 a España, donde pudo besar a una Pasionaria de 91 años y decirle: «¡Aquí estamos!». Era su respuesta a las palabras que la dirigente comunista pronunció en otoño de 1938 como despedida a las tropas internacionales: «Volved a nuestro lado. Aquí encontraréis patria los que no tenéis patria».

http://www.lavanguardia.es/cultura/noticias/20091007/53799638366/los-brigadistas-ocultos.html


Primer tributo oficial a los ex presos La Generalitat homenajeará el jueves a los represaliados del franquismo…

octubre 13, 2009

CLARA BLANCHAR – Barcelona – 13/10/2009

No, los represaliados de la dictadura franquista todavía no han recibido un tributo oficial. Ha habido decenas de actos, pero siempre organizados por las asociaciones que agrupan a los propios perseguidos por luchar contra el régimen del Caudillo. Víctimas de detenciones arbitrarias, juicios y ejecuciones, encarcelaciones en prisiones o campos de concentración, apropiaciones… con el único delito de luchar por la democracia. El jueves, por fin, será el Gobierno catalán el que, 70 años después del final de la guerra, les rinda homenaje con un concierto en el Palau Sant Jordi de Barcelona. Lo hará a través del Memorial Democrático, el organismo público que vela por recuperar, preservar y difundir la memoria de lo que ocurrió entre las décadas de 1930 y 1980.

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En el concierto-homenaje, Poéticas de resistencia. Sueños de libertad, participarán los cantautores Quico Pi de la Serra y Joan Manuel Serrat, el Orfeó Català y los artistas Lluís Homar, Juan Echanove, Julieta Serrano, Juan Diego, Carme Sansa y Mercè Sampietro. El acto lo dirigirá Xavier Albertí y encadenará poemas y canciones que se convirtieron en himnos del combate antifascista. El Palau Sant Jordi será adaptado como teatro para 3.000 espectadores. Las entradas, gratuitas, pueden descargarse en Internet (memorialdemocratic.gencat.cat) o reservarse llamando al teléfono 93 551 92 04.

El concierto de homenaje a los represaliados -22.000 ex presos políticos han sido indemnizados- tiene lugar la misma semana en que la nieta de Lluís Companys recibirá en México el documento de reparación de la memoria de su abuelo y el Gobierno catalán solicitará la nulidad del juicio que acabó en el fusilamiento del presidente de la Generalitat.

«Por fin la Generalitat hace un homenaje»

– Enric Pubill. Barcelona, 1931. El presidente de la Asociación Catalana de ex Presos Políticos no para. Este fin de semana ha estado en Segovia, en la inauguración de un monumento a las presas de la zona. El pasado participó, como cada año, en las Jornadas Guerrilleras de Santa Cruz de Moya (Cuenca). Pubill celebra que «por fin sea la Generalitat la que organice un homenaje» a los represaliados y considera «importantísima» la petición de la nulidad, no sólo del juicio a Companys, sino de «absolutamente todos».

«Quedan muchos partidarios de lo que ocurrió»

– Lluís Martí Bielsa. Gallur, 1921. Luchó contra Franco con 14 años y entre 1939 y 1946 estuvo en cinco campos de concentración en Francia -escapó de un tren con destino a un campo nazi- y luego seis años en la Modelo y en las cárceles de Burgos y Ocaña. Bielsa celebra las iniciativas de reparación y de preservación de la memoria, pero lamenta que la larga sombra de 40 años de dictadura permita que «un amplio sector de la población esté de acuerdo con lo que ocurrió» y que «muchos de ellos ocupen poderes fácticos».

«En otros países los criminales han sido juzgados»

– Anna Sallés. Labruguiere-Tarn (Francia), 1940. Detenida con 21 años durante una protesta estudiantil, fue condenada a seis meses y un día por «rebelión militar por equiparación». Sallés considera «inconcebible que no se hayan anulado los juicios franquistas, ilegales por parte de un régimen fruto de un golpe». » En otros países, como Argentina», recuerda, «se ha sentado a los criminales ante un juez, mientras que aquí, cuando Garzón ha querido intervenir, se le ha encausado».

«La reparación no será completa. ¿Y los que no están?»

– Carles Vallejo. Barcelona, 1950. Trabajaba en la Seat cuando, coincidiendo con el proceso de Burgos, «alguien» le delató «por sindicalista y propagandista». Fue torturado y le cayeron cuatro condenas; estuvo primero seis y luego tres meses en la Modelo, algunos en celdas de aislamiento. Vallejo aplaude que tras «décadas de amnesia haya pasos adelante». «Pero», lamenta, «la reparación no podrá ser completa, porque hay gente que ya no está, por eso es tan importante repararnos a nosotros como reparar la memoria».


El Govern catalán acordará el jueves pedir la anulación del juicio a Companys…

octubre 13, 2009

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BARCELONA, 13 Oct. (EUROPA PRESS) –

El presidente de la Generalitat, José Montilla, anunció hoy que el Govern realizará el jueves una sesión extraordinaria de su Consell Executiu para pedir la anulación del juicio que condenó a muerte al ex presidente catalán Lluís Companys, y avanzar así en una voluntad institucional «compartida por la mayoría del pueblo de Cataluña».

En rueda de prensa tras la reunión semanal del Govern, recordó que el Gobierno central ya adoptó un acuerdo de reparación moral y política a partir de la petición de la nieta de Companys, pero insistió en que el ejecutivo catalán está dispuesto a seguir todas las vías políticas y jurídicas hasta conseguir la anulación. «El paso que dio el Gobierno español da lugar al nuevo paso que emprenderá el Govern», añadió.

Al preguntársele si había tratado este tema con la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, con la que se reunió esta mañana en Barcelona, subrayó que es un asunto cuyo impulso no corresponde al Ejecutivo central, sino al catalán. «Después deben ser los tribunales, en este caso el Supremo, los que se deben pronunciar», añadió.

«RESPETO» DEL GOBIERNO CENTRAL

En una rueda de prensa anterior, De la Vega recordó hoy que el Gobierno central ya cumplió con su promesa de «restitución» a las víctimas con la Ley de Memoria Histórica, y mostró su «respeto» por la decisión de la Generalitat de pedir al poder judicial la anulación del juicio.

«Son los tribunales los que tienen la palabra» sobre esta decisión, y no el Gobierno central, aseguró De la Vega, quien recordó que precisamente el ministro de Justicia, Francisco Caamaño, viaja hoy a México junto al conseller de Interior, Relaciones Institucionales y Participación, Joan Saura, para entregar a la nieta de Companys, María Luisa Galy, un documento de reparación del juicio.

Sin embargo, para Galy no es suficiente, por lo que reclamará junto a la Generalitat la anulación del juicio, que condenó a muerte el 15 de octubre de 1940 al ex presidente Companys.

ADN.es

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Una asociación pide cambiar el «Todo por la patria» por «Todo por la democracia»…

octubre 13, 2009
mili_todopatria
EP |MADRID
Publicado Martes, 13-10-09
La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) instó hoy el Gobierno a retirar de los cuarteles los emblemas en los que se exhibe el lema ‘Todo por la Patria’ y que éste sea sustituido por ‘Todo por la Democracia’.
La asociación explicó en un comunicado que el cambio considera «el espíritu de la conocida como ley de la memoria y de los cambios sociales que se han dado en los últimos años para el incremento del respeto público a las víctimas de la dictadura franquista».
«Teniendo en cuenta el significado histórico que tuvo la Segunda República, como primer momento democrático de nuestra historia; lo que supuso la dictadura franquista, de pérdida de derechos y persecución y eliminación de sus disidentes; el proceso de libertades del que hemos disfrutado tras la muerte del dictador Francisco Franco y las labores humanitarias que lleva a cabo el ejército fuera de nuestra fronteras; sería más conveniente y positivo que el lema bajo el que deben guiarse constantemente las fuerzas armadas fuera: Todo por la Democracia», recalcó la asociación.
La ARMH agregó que «ese ‘Todo’ por la Patria supuso la persecución y la represión de cientos de miles de ciudadanos que se vieron limitados en sus libertades, tuvieron que abandonar el país, fueron torturados, asesinados impunemente o hechos desaparecer».
Concretamente, la orden fue firmada el 13 de enero de 1937 por el General Jefe, Germán Gil Yuste, y publicada al día siguiente en el Boletín Oficial del Estado.
La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica realizó esta solicitud en una carta sellada la semana pasada por el registro del Palacio de la Moncloa y dirigida al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.
ABC/Google noticias.

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El Centro de la Memoria Histórica ‘bajo el punto de mira’ del Ministerio…

octubre 13, 2009
La ministra de Cultura entrega en Salamanca la bandera que acompañó al féretro del presidente republicano Manuel Azaña.| Enrique Carrascal

La ministra de Cultura entrega en Salamanca la bandera que acompañó al féretro del presidente republicano Manuel Azaña.| Enrique Carrascal

La ministra entrega la bandera que acompañó al féretro de Manuel Azaña.

La ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, avanzó este martes en Salamanca que el nuevo edificio que formará parte del Centro Documental de la Memoria Histórica está ‘bajo el punto de mira del Ministerio’ y aunque no concretó la fecha de finalización de las obras, aseguró que las ‘impulsarán para que lleguen a buen término cuanto antes.

González-Sinde, que participó en el acto de entrega de la bandera republicana que acompañó al féretro del presidente Manuel Azaña, al Centro Documental de la Memoria Histórica y presidió el patronato del centro, señaló que ‘los proyectos de Salamanca son prioritarios para el Ministerio’ y en concreto detalló que esas obas ‘son importantes’, por lo que anunció que estarán ‘vigilantes para que sigan su curso con toda la rapidez, celeridad y eficacia que requieren’.

Por este motivo, indicó que ya han visto la maqueta de las nuevas dependencias y en la actualidad se ‘están definiendo los plazos que establece la legislación para este tipo de obras y todo sigue el curso previsible y el paso adecuado’.

Asimismo, la ministra destacó la relevancia de la entrega al centro de nuevos fondos documentales y la bandera donada por la familia Gregory, sobre lo que opinó que ¡se trata de material muy importante para la recuperación de la memoria de un país o de una sociedad’.

En concreto hizo entrega de copias micrográficas de documentación histórica del archivo de la Fundación Francisco Franco, cediendo en total 27.000 documentos, sobre la Guerra Civil, la Segunda Guerra Mundial y otros referentes a la relación entre Don Juan de Borbón y Francisco Franco sobre la educación del Príncipe Don Juan Carlos. González-Sinde agregó que los documentos incluyen artículos de prensa, informes, declaraciones de personalidades y correspondencia personal y oficial.

Nuevos fondos

Sobre la llegada de nuevos fondos, la ministra aseguró que son ‘muchos’ los documentos que están previstos que albergue el Centro Documental de la Memoria Histórica, procedentes de ‘familias, diferentes ciudadanos o herederos’ que hacen donaciones con el objetivo de que este legado forme parte del centro.

En su opinión, esto es así porque «es un centro atractivo y en el que no van a faltar documentos que lo enriquezcan» y aseveró que gracias a estas donaciones, Salamanca «es de nuevo la capital de la memoria» de España.

González-Sinde además informó que en lo que se refiere a la salida de nuevos fondos, el proceso «está siguiendo el curso que está marcado» y manifestó que éste transcurre «con normalida».

Los documentos, apuntó, «están sometidos a un exhaustivo examen» que lleva a cabo un equipo de seis investigadores y son digitalizados para que formen parte también del centro y puedan ser consultados por los investigadores o personas interesadas en el tema.

El Mundo/ Google noticias

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