En periodo de “vacas flacas” electorales (encuestas poco favorables al Gobierno) se sale otra vez en primera linea y las promesas florecen, pero solo son promesas o buenas intenciones. Las enmiendas a la “Ley de Memoria Histórica”, las ultimas provienen de los partidos más a la Izquierda que el PSOE, instaban al Gobierno a cumplir en seis meses con la elaboración de mapas de fosas comunes, a no dejar en el desamparo jurídico a las familias de las victimas de la represión franquista, a elaborar el censo de los inhumados en el Valle de los Caídos…etc. (El Gobierno elaborará un censo de los republicanos enterrados en el Valle de los Caídos. El Congreso aprueba la iniciativa de ICV-IU-ERC y Na Bai, que obliga a confeccionarlo en seis meses, con la única oposición del PP . A. DÍEZ / N. JUNQUERA – Madrid – 30/09/2009)http://www.elpais.com/elpaismedia/ultimahora/media/200909/30/espana/20090930elpepunac_3_Pes_PDF.pdf)
Y esto es lo preocupante: “se obliga al Gobierno a cumplir”; Señorías a Ustedes no se les debería recordar de aplicar una Ley que Ustedes han votado en diciembre 2007 (Ley 52/2007, de 26 de diciembre).
Las bien intencionadas palabras de la Señora Pajin suenan como a algo que ya tendría que haberse hecho.
He recogido estos documentos que vienen a cuento y que someto a vuestros comentarios:
1-La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Mérida y Comarca:
Son muchos los libros, documentales,… que en pro de la recuperación de la memoria, se han abierto un hueco en esta vorágine de información y documentación, que la población en busca de las respuestas que nunca se le dieron, está generando.
Desde la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Mérida y Comarca, hemos intentado articular esta demanda. Hemos de reconocer que quizá no en forma de recopilación de la información, sino más bien dando salida a la necesidad de suplir el duelo. Compensar una necesidad para quienes no tuvimos la posibilidad de velar; de rezar, en el caso de los creyentes; de dar sepultura digna, como se nos manda en los principios judeo-cristianos que rigen nuestra cultura y sociedad.
En función de este hecho, hemos recogido. Hemos localizado. Pero fundamentalmente, hemos escuchado… testimonios que han ido configurando la Historia de nuestra localidad desde 1930. Unos sucesos escondidos en la memoria de nuestros mayores. En función de estos testimonios tenemos claros diferentes aspectos sobre lo que fue la represión en Mérida, que ya historiadores se encargan de reconstruir, de contrastar, de ver si la Memoria Colectiva es lo suficientemente fiable… nosotros siempre hemos sido un sistema de comunicación para que afloren los sentimientos y no la ortodoxia histórica, nuestros datos, serán en algún momento cruzados con los que la Universidad de Extremadura a recogido al respecto, así como el Proyecto de Recuperación de la Memoria Histórica de la Junta de Extremadura.
En cualquier caso, somos conscientes del legado que las personas que se han acercado a nosotros han dejado. Documentos, que siempre hemos fotocopiado; fotografías; cartillas de afiliación; de trabajo,… e incluso las cartas escritas antes de ser asesinados en las tapias de algún cementerio.
Sabemos que el contexto en el cual se origina el Golpe de Estado fallido, que originó la mal llamada Guerra Civil, se produce en un ambiente de ilusión, de demanda por el cumplimiento rápido de las promesas hechas por los Progresistas de la República. Las reformas educativas, que en Mérida se ejemplariza con la creación en el Cuartel Hernán Cortés (Cuartel de Artillería de Mérida) del Instituto de Enseñanza Secundaria “Santa Eulalia” (nombre de la patrona de Mérida) este Instituto esta previsto en 1933 y en 1935, se ejecuta la orden para su implementación.
La mayoría de los trabajadores estaban en la RENFE, eran ferroviarios, y por tanto la mejoras de comunicaciones, eran muy importantes para el sustento de estas familias, pero también había muchos jornaleros,… a los que la Reforma Agraria, les afectaba fundamentalmente, ya que el reparto equitativo de las riquezas, mejoraba las condiciones de trabajo de todos aquellos que de una u otra forma dependían del campo.
Dentro del grupo de los ferroviarios, podemos distinguir a aquellos y aquellas que estaban afiliados /as a la UGT y aquellos/as que era de la CNT, ambos sindicatos con una gran fuerza y tradición en la localidad.
Cuando se produce la entrada de las tropas fascistas en Mérida, vienen acompañadas de las hordas moras, y tras 24 horas de lucha, la ciudad es tomada. Se establece que en la primera etapa de la represión, asesinaron a unas 200 personas en las tapias del cementerio. Pero al margen del lugar que se instaurará como el referente de la represión (tapias del cementerio), se conocen asesinatos en el Cuartel Hernán Cortés. De hecho, el tío de Pepi, miembro de la Asociación fue asesinado y quemado en las puertas de este Cuartel. Se sabe, porque pocos días antes, se había comprado una botas nuevas, y las pudieron identificar, rescatando de este modo, lo que del cuerpo quedaba.
También se asesinó a muchas personas en la salida de la Casa del Pueblo (ubicado actualmente el Banco Simeone). Allí se refugiaba la gente de los bombardeos que eran masivos, y no acababan sólo con las tropas milicianas, sino también con los civiles de la zona. Cuando se producía este hecho, la gente se escondía en los sótanos de la casa del pueblo, y desde la Concatedral de Santa María, se colocaba una ametralladora. Una vez se detenía la alarma de bombardeo, y salía la gente, se procedía a la ejecución desde la parte superior del Templo. Tanto quedó este hecho marcado en la población, que nuestros mayores resaltan la cantidad de cuerpos que se apilaban en la entrada de este edificio, cómo corría la sangre por la calle, y cómo estás muertes, se hacían con autoridad, y sabiendo el miedo que esto creaba. Siempre nos cuentan la Historia de una señora que llevaba a su hija minusválida en brazos, y a la salida un falangista le obligó a que la dejara en el suelo.
-Ella le explicó que se trataba de una niña enferma.
A lo que el falangista respondió que si no la dejaba, morirían las dos en vez de ella sola.-
Y allí mismo, ante los ojos de su hija, la mató.
Cabe resaltar también los centros de reclusión, San Andrés y Santa Catalina, de hombres y de mujeres respectivamente. Del que más información tenemos es de San Andrés, Centro de Hacinamiento y Tortura, como nosotros le llamamos, otros le denominan directamente Campo de Concentración, donde se supone que había momentos que tenía en su interior a miles de personas, hay quien habla de que rondaba los 5000 presos. En este Centro se recluía a aquellos que iban a ser fusilados (hasta 1947, se sacaba a gente para fusilarla en las tapias del cementerio: once años después de la toma de la Ciudad, y dos años después de la II Guerra Mundial), o incluso a aquellos que estaban siendo trasladados a Castuera u otros lugares, lejos de sus familias, para ocasionar el desarraigo familiar.
El porqué la represión fue tan fuerte en Mérida y alrededores viene ocasionado por ser un nudo de comunicaciones, que en ningún caso las tropas sublevadas se pueden permitir perder. Se trata de una red ferroviaria que une (Este-Oeste) Madrid –Lisboa, (Norte – Sur) Cádiz- Astorga, lo que facilita el abastecimiento rápido de las tropas, comida, munición,… así como su desplazamiento.
Igualmente, era necesaria una dura represión, para evitar que unos cuantos “Rojos” quedaran tras ellos. Además, se puso en Mérida un Cuartel General, que coordinaba todas las acciones de la Provincia, y desde aquí se gestionaba la toma de pueblos aledaños.
Desde la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Mérida y Comarca, siempre hemos establecido el número de personas asesinadas en 3500-4000. En función de las siguientes variables:
-. Aquellas personas asesinadas en las tapias del cementerio, cuyos cuerpos eran quemados y posteriormente rociados con cal. Cubriendo después estos cuerpos con tierra. Esto quedó muy presente en la idiosincrasia de Mérida, ya que lo que más recuerdan las personas, era el nauseabundo olor a carne quemada que durante días impregnaba la ciudad.
Para quemar los cuerpos, se dice que se traían a los camiones de la CAMPSA, para rociarlos con gasolina.
-. Aquellos que murieron por inanición en San Andrés, o enfermos,… existía un documento hasta hace unos seis meses, donde estos datos estaban registrados, pero al fallecer el médico que atendió a los presos, sus familiares decidieron quemar el libro donde su padre registraba estos datos.
-. Aquellos que fueron ajusticiados en el Cuarte Hernán Cortés, en la entrada de la Casa del Pueblo, los que perecieron por los bombardeos,… y aquellos que aleatoriamente, marcados por la impunidad que les favorecía, se creían con derecho a arrebatarles la vida a las personas que se oponían a sus mandatos. Este es el caso de Doña Gloria, de quien no se sabe más que era una estanquera, que al llegar un grupo de las tropas fascistas, y ordenarle que levantara la mano, ella en un acto de reafirmación, levantó el puño y gritó: “Viva la República”. En ese momento recibió un tiro mortal, en la Calle Santa Eulalia, delante de los transeúntes.
-. Así mismo, cuentan los más mayores que las listas de los que iban a ser fusilados, eran confeccionadas en lo que se conocía, y aún entre los ciudadanos de Mérida, así se le llama: “El Casino de los Señores”. Estas listas, parece que respondían a la necesidad de justificar un número de asesinados, como muestra de lealtad y de control de los posibles sublevados en la población, sospechosos de “rojos”.
-. También debemos contar aquellos que no están en ningún registro, y de quienes puede que nunca sepamos nada, ya que o bien se desconoce que se tuviera algún familiar “represaliado”, o porque la distancia y/o el tiempo ya han hecho imposible la recuperación de estos testimonios.
Una parte importante del trabajo que se ha de desarrollar para la Recuperación de la Memoria Histórica, es la recopilación de los datos de los niños y niñas que vivieron esos momentos. Máxime cuando estos estaban vinculados al bando republicano o a una familia de “rojos”.
Están los hijos e hijas de aquellos /as que fueron asesinados/as, España a raíz del fallido Golpe de Estado del Ejército africano del 18 de julio de 1936, convirtió a la nación en un país de niños/as perdidos/as, o bien por quedarse huérfanos, éstos la mayoría, o por ser robados/as, secuestrados/as y extraviados/as.
El sistema del bando sublevado era desarraigar a las familias, estos niños/as se convierten en testigos mudos de las atrocidades que se acometían a cada paso del bando franquista. Se estima que unos 40000 niños del bando republicano, residentes en la zona leal fueron evacuados durante la contienda al extranjero y acogidos allí en colonias, hospitales, refugios y en casas de ciudadanos sensibilizados por la tragedia.
Si trágica y abundante en desapariciones fue la diáspora de aquel rompimiento de lazos familiares, no fue menos su repatriación del bando franquista, que no hizo nada por el bien de esos niños, si no utilizarlos como baza bélica, política y propagandística, para conservar y afianzar sus fines, puesto que la mayoría de los niños los daban en adopción a personas afines al bando vencedor y terminaban deambulando de casa en casa y sometidos al delirante sistema de reeducación que si bien esto era para los que quedaban con vida y no sucumbieron al hambre, al frío a las enfermedades,… y a lo peor de todo, más si cabe, la soledad. Crecer a duras penas escuchando que si tenían hambre, frío y enfermedades era por culpa de sus padres.
Desde la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Mérida y Comarca, tenemos claro que esto siempre ha respondido a un plan definido, entre otras tantas cosas, porque cuando se descubrieron las diferentes fosas comunes en Mérida, aparecía siempre munición militar anexa a los cadáveres. Los restos aparecidos, dan fe de que habían sido quemados en algún momento. La escasez de estos restos, mostraba que los cadáveres allí sepultados, habían sido exhumados en algún momento entre la toma de Mérida y nuestros días.
Son muchas las barbaridades que podemos describir, pero corremos el riesgo de caer en el morbo. Aunque sin lugar a dudas, debemos describir la barbarie que acompañaban a las tropas, y fundamentalmente a las Moras.
Los testimonios de Calamonte, un pueblo aledaño a Mérida, nos han descrito cómo han visto a sus padres castrados, desangrándose en la calle, sin poder hacer nada, y con lo que significa para una hija la figura paterna de protección, sustento, familia,…
Otros testimonios, han descrito:
Mujeres violadas y torturadas; asesinadas, con su hijo en el vientre, mientras este se movía en su interior; hijos arrancados de los vientre de sus madres vivas, para ser entregados a familias Adictas al Régimen; pechos de mujeres, cortados; Mujeres toreadas desnudas en las plazas de toros de los pueblos; mujeres rapadas con una coletilla con la bandera nacional en la parte superior de la cabeza, desnudas, habiendo tomado aceite de ricino y paseadas por las calles; hijas que han visto como se jugaba al fútbol con la cabeza de su madre delante de ellas;…
Muchos son los testimonios a este respecto, pero como siempre prevalece la muerte física ante la muerte espiritual, mental, el exilio interior,… pero estas muertes, en muchos casos, han traído no sólo la rabia, y la indignación de aquellos/as que hemos llegado a conocerlas, si no la pérdida de unos testimonios muy valiosos, importantes para la supervivencia de la Memoria Colectiva, y la reconstrucción de los hechos acaecidos.
Así pues, con estos datos y testimonios, nos podemos hacer una imagen clara y concisa del miedo, de la represión psicológica que sufrió la población. Sin lugar a dudas, esto no responde a unos crímenes comunes, como hizo creer la propaganda fascista, sino que respondía al organigrama conciso e impune, del exterminio de una parte de la población que no le era afín, y que además esta aniquilación estaba apoyada por una coyuntura internacional, que nunca debemos olvidar.
La impunidad con la que se efectuaban estos crímenes, es asombrosa, y más asombroso es aún, el orgullo, y la reivindicación de que le avalaba la lucha por la Unidad; por la Patria; por la Fe,…
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2-Ejemplo de un “Certificado de reparación y reconocimiento personal” obtenido después de haber rellenado la: Solicitud Reparacion
EI Ministro de Justicia del Gobierno de Espana
Habiendo quedado acreditado que D. ……………….. padeció persecución y prisión por razones políticas e ideológicas, en virtud de la sentencia dictada, sin las debidas garantías, por el ilegítimo Consejo de Guerra Permanente celebrado en ……………… 9 de julio de 1940,y
VISTO que D. ……………….. tiene derecho a obtener la reparación moral que contempla la Ley 52/2007, de 26 de diciembre, mediante la cual la Democracia española honra a quienes injustamente padecieron persecución 0 violencia durante la Guerra Civil y la Dictadura,
EXPIDE en su favor la presente DECLARACION DE REPARACION Y RECONOCIMIENTO PERSONAL, en virtud de 10 dispuesto en el párrafo 1 del artículo 4 de la citada Ley.
En Madrid, ………..
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3- Análisis de Miguel Ángel Rodríguez Arias : La “ley” de la memoria no es ley http://www.elplural.com/ del 24/10/2009:
Fórmula de Radbruch y objeción de conciencia ante una “injusticia insoportable”
La “ley” de la memoria no es ley
Una vez más nuestra ley “de la memoria” ha vuelto a estar en el centro de la polémica en el aniversario del fusilamiento del president Companys con la legítima denuncia de unos de que la «sentencia» de muerte sigue vigente, y las declaraciones preventivas de otros, enrocados en su “sostenella y no enmendalla”, de la corrección jurídica y reparatoria de lo actuado legislativamente.
Según parece, la afirmación de que sería un fusilamiento “ilegítimo” ya sería suficiente. Aunque en derecho nos suenan más conceptos como nulo, anulable, vigente… y eso de la categoría jurídica de la «ilegitimidad» y sus efectos sea toda una interesante innovación autóctona – otra más para la lista – en todo este tema.
Fórmula de Radbruch: las leyes malas, las muy malas, y las que dejan de serlo por violar insoportablemente derechos humanos
En el intento de diferenciar los supuestos de leyes válidas – a pesar de su contenido gravemente incorrecto – de los casos de arbitrariedad y abuso de poder de mera apariencia legal que no debían ser obedecidos, Gustav Radbruch, conocido jurista alemán, profesor de Derecho penal en Heidelberg, elaboró la denominada “fórmula de Radbruch” que adquiriría relevancia internacional, justamente, ante supuestos de justicia transicional como los juicios de Nuremberg o el posterior caso de los tiradores del muro de Berlín ante el Tribunal Supremo alemán.
Conforme a dicha formulación si bien, en general, el derecho positivo no deja de ser derecho aunque tenga contenidos desproporcionados o injustos, ante ello se abriría una única excepción: el derecho positivo pierde incluso su misma validez como derecho cuando la contradicción de la ley positiva con la justicia alcanza una medida de tal modo insoportable que la ley dejaría de ser ley, cediendo ante el valor superior de la justicia.
Casi 350.000 asesinatos del franquismo, sepultos o insepultos
Y eso es exactamente, a mi juicio, lo que sucede hoy en España con la denominada ley “de la memoria” – perdón, con la “ley” de la memoria, como habrá que empezar a entrecomillarla – . Una “ley” que puentea la normal aplicación de los deberes de la tutela judicial que sería ordinaria ante cualquier hallazgo de restos mortales – lo acaba de demostrar el reciente caso de San Sebastián y su normal judicialización ante la incierta consideración inicial de su origen – violando cuatro artículos distintos del Convenio Europeo de Derechos Humanos respecto más de 150.000 desaparecidos y sus familias. Víctimas que pasan a ser casi 350.000 si se suma la injusticia insoportable de calificar como condena “ilegítima”, “por vicios de forma y fondo” – es decir elemento jurídico gravemente incorrecto pero, en definitiva, todavía “derecho” – a los otros 190.000 ejecutados respecto los que Franco sí que se tomó la molestia de dar una “sumarísima” apariencia de judicialidad.
Franco las llamó «sentencias de muerte» para legitimar 190.000 asesinatos de lesa humanidad
Porque también en este segundo caso, el de las “sentencias” de muerte, como llamó Franco a todos estos asesinatos de Estado – y como sorprendentemente se las ha seguido llamando -, hablamos de un exterminio sistemático, y dar dicho tratamiento, todavía como derecho, a meros actos criminales conlleva, en sí mismo, una suerte de convalidación como acto jurídico a la que, en conciencia, no puede serle reconocida tampoco validez alguna por ciudadanos ni por aplicadores del derecho: no son actos jurídicos “ilegítimos”, son crímenes contra la humanidad. Aunque nuestro Estado, lejos de dar normal aplicación respecto a estas víctimas y a sus familias de los principios ONU de reparación ante violaciones manifiestas de los derechos humanos, ni tan siquiera tenga a bien la anulación formal de dichas “sentencias”. Radbruch mismo se removería en su tumba.
Convertidos en Antígona
Y por eso hablamos de una ley de la vergüenza histórica, porque da vergüenza, y mucha además, que en virtud de esa “ley” nuestra restablecida democracia termine por seguir considerando derecho, da igual con que adjetivación, el asesinato de más de 190.000 seres humanos “cautivos y desarmados” y pretenda dar carta de naturaleza jurídica a la definitiva omisión del deber incontestable de “investigación oficial efectiva e independiente” respecto a los otros más de 150.000 desaparecidos.
Y por eso, en todos estos aspectos al menos, la “ley” de la memoria no puede ser considerada ya ley, y ni siquiera derecho, y nos coloca a todos los ciudadanos en general – algunos como los militantes del partido socialista en particular – en un conflicto de conciencia frontal entre ésta y nuestro deber superior hacia los derechos humanos y las exigencias de la decencia humana.
Y por eso también produce tanta impotencia ser únicamente jurista y no alcanzar a captar aquí en palabras todo ese dolor íntimo y abismado, sin límites, multiplicado por la propia inmensidad de las cifras; lo inverosímil de todo lo que nuestro restablecido Estado constitucional ha hecho, y sigue haciendo, con todas estas personas.
Atrapados en dicho conflicto, ante toda esta injusticia insoportable, todos hemos terminado trocándonos en Antígona, clamando públicamente a las puertas de Palacio de una autoridad cuyo real grado de indiferencia ante todo esto sólo puede quedar suficientemente retratado al contraluz de todo lo que la jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos aún nos reclama. Pero precisamente por eso Creonte es Creonte dentro de ese dramatis personae: porque desde lo alto de su poder considera no estar sujeto a derecho humano o divino alguno frente al inmenso dolor de las familias.
Desobediencia cívica de «brazos caídos» contra la violación de derechos humanos
¿Qué podemos hacer ante todo ello?: obedecer profundamente el mandato del sistema internacional de Derechos Humanos, desobedecer cívicamente la “ley” de la memoria. Mostrar nuestra objeción de conciencia a colaborar, en modo alguno, con el sistema cruel y envenenado ideado por Franco y que delega esta pesada carga en los familiares. Un sistema que, es cierto, sólo el Gobierno de la nación está en disposición de cambiar para crear una Comisión Nacional de Búsqueda de Desaparecidos y una Base Nacional de Datos Genéticos, pero que tampoco puede sostenerse en pie si las asociaciones y personas ajenas al Estado, en las que la “ley” delega impropiamente, dejan caer sus brazos con determinación, detienen sus manos en las fosas, detienen en bloque sus solicitudes de subvención ante la próxima convocatoria negándose a aceptar un sólo céntimo más de un dinero para exhumaciones sustitutivo del Convenio Europeo, y de los deberes de “verdad, justicia y reparación” exigidos por Naciones Unidas.
Un dinero que limpia las conciencias de quienes conocen perfectamente el alcance de sus obligaciones en materia de derechos humanos, pero han decidido no cumplirlas y llamarlo “ley” de la memoria.
Miguel Ángel Rodríguez Arias es investigador de Derecho penal internacional de la UCLM, autor del libro «El caso de los niños perdidos del franquismo: Crimen contra la humanidad» (Tirant Lo Blanch, Valencia), entre otros numerosos estudios en la materia
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Que estos tres documentos puedan servir de reflexión y espero vuestros comentarios.
Un saludo fraternal.
Pedro Vicente Romero de Castilla Ramos
Presidente de la AIRMH (en constitucion) La Memoria Viva