La familia de otro fusilado quiere que se busque a su padre en el parque Lorca…

El hijo de un quiosquero cree que pudo ser enterrado en una de las seis fosas.

Maribel Brenes, de la asociación de Recuperación de la Memoria Histórica en Granada, con Manuel Jiménez.

«He venido porque van a empezar las excavaciones y yo creo que mi padre puede estar aquí. Al menos eso es lo que se comentaba en aquellos tiempos. Por eso necesito hablar con Maribel Brenes -presidenta de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) de Granada-, por si acaso aparecen sus restos durante la exhumación». Así se presentaba Manuel Jiménez Espígares, de 81 años de edad, a las puertas del parque García Lorca, en Alfacar, en la mañana de ayer.

El granadino, que tenía once años de edad cuando fusilaron a su padre, Antonio Jiménez Ruiz, recuerda que a su progenitor le quitaron el quiosco que tenía en los jardincillos del Triunfo, le apresaron en la delegación de prensa a la que acudía cada mañana para recoger los periódicos y lo fusilaron el 16 de agosto de 1936. Su madre, ya viuda, tuvo que vender periódicos en la calle para sacar adelante a su familia.

El asesinato de su padre está recogido en el Registro Civil de Granada y su nombre forma parte del listado de fusilados aportados por la asociación de Memoria Histórica en el libro Jaque a la República.

En este listado consta que Antonio Jiménez Ruiz, jornalero de 42 años, falleció por «herida de arma de fuego». Tanto el estado civil como el municipio aparecen en blanco, si bien se señala que era natural de Huéneja y que murió el 16 de agosto de 1936.

Después de que Maribel Brenes le atendiera, Manuel explicó que la responsable le pidió los datos por si su padre pudiera estar enterrado en el parque.

El anciano, que indicó que desconocía que existiera un plazo -ya extinguido- para presentar las solicitudes de identificación, aseguró que su padre «no era político ni militaba en ningún partido». «No sé por qué razón vino esto. No tenía enemigos, era muy tranquilo. Tampoco sabemos quién lo denunció», afirmó.

Aunque Manuel señaló que en un principio no quería que se buscaran o movieran los restos de su padre, valoró que «ni mi familia ni yo tenemos poder para parar todo esto».

Su deseo de que, tras más de 70 años, no se toquen los restos de su padre ya se le ha comunicado al alcalde de Víznar por si finalmente no aparecen en el parque y resulta que se encuentran en el barranco. En este sentido aseguró estar tranquilo porque el regidor de Víznar le ha asegurado que «en el barranco no se tocará».

De momento, los trabajos arqueológicos en las fosas del parque de Alfacar, que comenzaron en el día de ayer, siguen su curso. Fuentes de la Consejería de Justicia explicaron que tras el desbroce del terreno en el que se ubican las cuatro supuestas fosas que se abrirán en primer lugar (hay un total de seis), los arqueólogos han cuadriculado la zona y continúan efectuando las señalizaciones oportunas.

Las mismas fuentes recordaron que los trabajos de esta fase se efectúan de forma manual, por lo que serán «lentos» y «complejos» y no es posible determinar de forma exacta el momento en que los expertos procederán a la apertura de las fosas con pico y pala. Los arqueólogos, que también cribarán la tierra, trabajan con total privacidad, ya que la instalación de la nave metálica impide el acceso al área a cualquier persona no autorizada o ajena al equipo que acomete los trabajos.

La excavación, según las previsiones se prolongará al menos durante dos meses.

Diario de Sevilla/Google Noticas

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