A José Luis Peñafuerte sus padres no le hablaban de lo que habían dejado atrás. El miedo los persiguió en su camino de exilio de España a Bélgica. «Eso dice mucho de cómo se construyó el mal, cómo se consiguió que todo un pueblo callara».
Con Los caminos de la memoria Peñafuerte sí habla. Y no sólo eso, sino que pone a dialogar a la sociedad española en torno a una herida que sigue abierta pasadas tres décadas de la llegada de la democracia. «La sociedad española ha madurado», opina este hijo de exiliados, «por eso desde fuera sorprende la resistencia y el ocultamiento que algunos están tratando de perpetuar«, admitió ayer desde la Seminci de Valladolid.
Allí presentó un documental que «quiere contribuir a este proceso largo de recuperación de la memoria que la sociedad precisa». Creía que ya lo había dicho todo, que con Niños, el documental sobre los niños de la guerra que realizó en 2001, había sido suficiente.
Los caminos de la memoria es, para el director, «el testigo de cómo una sociedad intenta recuperar verdades históricas y restablecer la justicia»
Pero por entonces alguien empezaba a abrir zanjas y a buscar la verdad enterrada en la tierra. «Por aquella época supe del trabajo de gente como Emilio Silva al frente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica. Me di cuenta de que había una nueva generación, la de los nietos de la Guerra Civil, que estaba no sólo intentando recuperar a los suyos sino también la libertad de expresión«, e insiste: «Vi que el miedo se estaba perdiendo».
Por eso Los caminos de la memoria es, para el director, «el testigo de cómo una sociedad intenta recuperar verdades históricas y restablecer la justicia», más allá de filiaciones políticas. Porque Peñafuerte sabe que habrá quien vaya corriendo a colgarle la etiqueta de turno, sobre todo cuando el próximo enero presente el documental en Bruselas coincidiendo con el arranque de la presidencia española de la Unión Europea. «Este es un tema que va más allá de España, se trata de derechos humanos», pero matiza: «Hace seis años esta película no se hubiera podido hacer».
Jorge Semprún, Marcos Ana o Eugenio Silva acompañan al cineasta en un viaje que apenas está empezando. «Me interesaba que estuvieran en la película, sus voces no tratan de ocultar el bosque, sino que hablan por todos».
A lo largo de dos años Peñafuerte ha rodado con paciencia, dejando que la cámara capturase el paso del tiempo. «Hemos estado en una excavación en el Monte Andaya (Burgos) desde el primer día hasta el momento en que descubrieron 80 cuerpos», explica.
También filmó la cárcel de Carabanchel antes y después del derribo. «Quisimos rodar a lo largo del tiempo para poder capturar lo que está pasando en la sociedad española». El inicio de un viaje para desenterrar la memoria de los 130.000 desaparecidos de la Posguerra franquista. «Sin miedo», concluye.
Público.es
http://www.publico.es/265580/memoria/fosa
NOTA DE LA MEMORIA VIVA:
Que el séptimo arte además de su perfil lúdico y cultural, es un vehículo excelente para reivindicar, documentar, testimoniar y enseñar, está mas que claro. Así ha sido desde los inicios en los que lo hermanos Lumiere abrieron una nueva puerta a las disciplinas artísticas y en especial a las gráficas. Nuestro amigo y compañero José Luis Peñafuerte, a través de su trabajo, nos invita a la reflexión y nos muestra la España de heridas abiertas todavía por el olvido, que no por el odio, por el olvido de una Transición amnésica, de un pueblo asustado, de una clase política falta de voluntad e inculta.
Él, como hijo de exiliados sabe bien que falta pasar una página muy importante de nuestra historia, y que este país ha intentado obviar y no leer; y eso, en cualquier libro, deja al mismo sin significado. Por eso, y después de tres décadas de democracia es incomprensible que una sociedad madura como la nuestra siga negándose a leerla, a querer completar esa parte histórica, que sigue pérdida en cunetas, archivos, identidades ficcticias y países lejanos que acogieron a los hijos pérdidos de la república.
Ayer mismo, ví por la noche un programa en TV3 (Televisión autonómica catalana) como una integrante del PUM reflexionaba sobre el fascismo, las checas, el franquismo y la república, y me sorprendió gratamente el espíritu crítico sobre la misma, pero si dejaba claro una cosa, que para llegar al análisis final de lo sucedido, antes que nada, hay que poner en el lugar que les corresponde a todos aquellos que de un modo u otro fueron represaliados, pero sobre todo, hay que recuperar a todos los perdidos y desaparecidos bajo la represión y durante la Guerra Civil. Por que si no es así, los estamos condenando de nuevo.
José Luis Peñafuerte lo sabe muy bien, sabe que sus testimonios gráficos y su compromiso son un paso más hacia la normalización del proceso de recuperación de la memoria histórica, y que nosostros, todos nosotros, somos los protagonistas finales de su obra. Mucha suerte José Luis, y gracias por haber contado con nosotros como uno de los vehículos de difusión de tu producción, gracias también por tu invitación y sobre todo y desde aquí…, gracias por tu trabajo y éxito conseguido con ese segundo premio en la SEMINCI. Un abrazo, y aunque suene mal y a alguien le parezca escatológico, te deseamos suerte tal y como se debe en las artes escénicas…¡Mucha mierda a partir de ahora!
Jordi Carreño Crispín
La Memoria Viv@

José Luis Peñafuerte
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Me alegran vuestras iniciativas sobre la Recuperación de la Memoria Histórica.Es fundamental que desaparezca ese miedo de décadas y se hable alto y claro para basar la Historia en la verdad de aquellos años llenados de las mentiras de los que sí vencieron y no convencieron.Como maestro siempre he sentido que aquellos que lo fueron y concitaron contra sí el más refinado de los odios de los fascistas y la Iglesia por tratar de sacar de la ignorancia a un pueblo sujuzgado, reciban el agradecimiento por sus ansias de verdad y libertad.Cuando en dos años, desde l93l al l933 la República creó l0000 escuelas con sus correspondientes maestros dijo su mejor discurso y a la vez atrajo la mayor inquina de los que siempre quisieron un país de dóciles ovejas fáciles de esquilmar y guiar a sus rediles.
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