El PSOE ha eliminado una decena de símbolos franquistas en 24 años…

noviembre 5, 2009

Los socialistas han intentado suprimir sin éxito vestigios como el nombre del Colegio General Moscardó.

FAchada BAsílica de Jesús

Pequeño "Valle de los Caídos" en la fachada de la basílica JESÚS CRUCES

PÉREZ GIL

El PSOE de Aspe ha querido puntualizar, respecto a la polémica en torno al denunciado incumplimiento de la Ley de la Memoria Histórica, que los sucesivos gobiernos socialistas que han dirigido el municipio durante 24 años han trabajado por eliminar los vestigios de la dictadura y generar un clima de reconciliación entre todos los ciudadanos.
«Y todo ello antes de que el Gobierno de Zapatero aprobara la Ley de la Recuperación de la Memoria Histórica. Aunque, al parecer, a algunos le falla precisamente la memoria y no recuerdan las gestiones que todos aquellos gobiernos han llevado a cabo para retirar los símbolos franquistas de las calles y edificios públicos», subrayó ayer el responsable local del PSOE, Manuel Díez, respondiendo así a las críticas que dos vecinos de la localidad, Diego Aragón y José Gallego, han dirigido al actual equipo de gobierno del PP y también a las Corporaciones presididas por el PSOE tras considerar que «en 24 años no han hecho nada por retirar los nombres y símbolos de la etapa franquista».
A este respecto, recuerda Manuel Díez que fue bajo mandato socialista cuando se sustituyó el nombre de plaza del Generalísimo por plaza Mayor; la avenida José Antonio Primo de Rivera por avenida de la Constitución; la calle Millán Astray por calle Barranco; la calle Queipo de Llano por Sol; la calle Onésimo Redondo por Águila y la calle General Mola por Pablo Neruda. También se retiraron las flechas y el yugo del puente del baño cuando se realizó su última remodelación y, asimismo, se tuvo la iniciativa de colocar en el cementerio municipal un recordatorio hacia todos los caídos y víctimas de la Guerra Civil. No sólo para los de un bando.
«Y todo ello, vuelvo a resaltar, gracias a la apuesta decidida de los gobiernos socialistas durante 24 años. Por eso esta agrupación no puede permitir que dos personas salgan, ahora, con absoluta falta de memoria a echar por tierra lo que nosotros venimos haciendo, con hechos, desde 1983», añade el secretario general, que también se ha referido a símbolos todavía presentes como el colegio público General Moscardó y la placa con el águila preconstitucional del colegio público Doctor Calatayud. Según explica, en ambos casos la competencia es de los consejos escolares.

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noviembre 5, 2009
Fosa de La Lobera de Aranda del Duero (Burgos)

Imagen de archivo de La Memoria Viv@ Fosa de la Lobera de Atanda del Duero - Burgos-

05/11/2009 DESIDERIO Vaquerizo

Estoy seguro de que la mayor parte de ustedes entiende el término Arqueología como lo que realmente significa: reconstrucción de la historia del hombre a través de sus restos materiales. Somos una ciencia, con fundamentos teóricos y metodología propia, capaz de enfrentarse a cualquier etapa de la Humanidad, y precisamente por ello una disciplina de plena actualidad profesional, en la que desarrollan su actividad una parte significativa de nuestros egresados. A nadie se le oculta el papel que arqueólogos y arqueología vienen desempeñando en la exhumación y el conocimiento de nuestras ciudades históricas, a pesar de los problemas cotidianos que los restos del pasado suponen a diario para el discurso urbano. Lo sabemos bien en Córdoba, que resulta paradigmática al respecto; en lo malo, pero también en lo bueno. Comenzamos, en este sentido, a percibir un interés inédito desde los responsables políticos y culturales; desde los gestores del turismo o las empresas y profesionales que viven de él; desde las instituciones educativas y el mundo académico; desde los medios de comunicación y la prensa diaria, y, por supuesto, también desde la gente de a pie, que cada vez exige mayor rigor y diligencia en las actuaciones, más compromiso y transparencia en la información, mejor gestión y suficiente planificación de cara al futuro. Ya no se perdonarían desde ninguna de estas instancias errores pasados, y en ello radica, sin duda, uno de los avances más significativos de nuestro trabajo en estos últimos veinticinco años.

Hoy, pues, todo el mundo es sabedor de que a través del método arqueológico se pueden recuperar, con precisión de cirujano, las huellas de quienes vivieron antes que nosotros, y también murieron. Hace ya varias décadas que eclosionó en ámbito anglosajón una nueva corriente teórica denominada genéricamente «Arqueología de la Muerte». Hoy, después de múltiples vaivenes epistemológicos, hay quien la tacha de ingenua e incluso un poco determinista; no obstante, de ella nos han quedado multitud de aportaciones, entre las cuales una de extraordinaria importancia: cuando nos aproximemos al registro arqueológico funerario habremos de hacerlo extremando el rigor en la documentación y contextualizando adecuadamente los restos, a fin de valorarlos en relación con la necrópolis y el asentamiento al que pertenecen, la tipología del enterramiento y el ritual que se practicó, los restos posibles de las ceremonias o protocolos celebrativos que, muy probablemente, acompañaron al acto de morir y el posterior sepelio, y, como no podría ser de otra manera, la época exacta en la que todo ello se inscribe. Si así lo hacemos, estaremos en condiciones de recuperar un volumen ingente de información, a la que se deberá sumar sin excusa la derivada del análisis detallado de los propios restos óseos: edad, sexo, talla, patologías, dieta, consanguinidad, causas de la muerte… Solo entonces podremos afirmar que hemos agotado la documentación; sin olvidar que nuestras conclusiones deberán ser revisadas cada poco a la luz de los nuevos descubrimientos.

Quizás porque, como decía antes, la sociedad ha asumido ya estos principios, los arqueólogos vienen desarrollando desde hace unos años, al amparo de la nueva legislación (Ley 52/2007 de la Memoria Histórica), un papel determinante en la recuperación de nuestro pasado colectivo reciente, de la mano de administraciones públicas, asociaciones o iniciativas particulares. No entro en valorar la oportunidad, o la conveniencia, de exhumar las fosas de los represaliados de uno u otro bando, porque cuando hay dolor, y gente que lo sufre, es muy arriesgado pronunciarse sin herir susceptibilidades; bienvenido sea, si de esta manera contribuimos entre todos a pasar página y evitar que nuestro país vuelva a protagonizar un conflicto semejante. Pese a la falta de una planificación global, que garantice la uniformidad y adecuada publicación del registro, dichas exhumaciones se engloban en lo que se ha dado en llamar Arqueología de la Guerra Civil, centrada, además, en el estudio de las fortificaciones y las líneas de defensa, el armamento, la impedimenta en sentido amplio, el territorio como condicionante de primer orden en cualquier guerra, los aspectos sociales derivados de la contienda y, finalmente, su gran potencialidad como recurso patrimonial. Todo ello justifica que exijamos de manera contundente la presencia de los arqueólogos en el debate y la gestión de nuestra memoria histórica, cuyo fin último debe pasar por la interpretación, la conservación y la rentabilización del pasado inmediato desde una perspectiva profundamente científica y también democrática. Y, como es difícil aproximarse al tema sin tomar partido, permítanme recordar a quienes han hecho de la Arqueología profesión que por encima de todo son historiadores y que, como tales, se espera de ellos objetividad y férreo sentido de la ética, contraindicados ambos con la instrumentalización política o la visión sesgada de los hechos.

* Catedrático de Arqueología. UCO

Arqueologia y memoria historica Diario Córdoba

Elecciones, derechos humanos y memoria histórica…

noviembre 5, 2009

Pinochet

El General Augusto Pinochet después del Golpe de Estado que derrocó al Presidente Salvador Allende

Eduardo Andrade Bone
Agencia Indoamericana de Prensa

La problemática de respeto a los derechos humanos en Chile, a pesar del término de la dictadura de Pinochet, continúa siendo una tarea pendiente del Estado chileno y de quienes han gobernado el país durante ya casi 20 años, en este periodo llamado de post dictadura o de transición accidentada y no terminada.

En este sentido son innumerables los llamados de atención de diversos organismos internacionales relacionados con el tema y del propio Consejo de DD.HH de la ONU, sobre la violación sistemática de los derechos humanos de los pueblos originarios chilenos, de la situación denigrante existente en las cárceles chilenas, de papel jugado por los Tribunales de Justicia en el esclarecimiento de los crímenes cometidos por la dictadura de Pinochet y el castigo a los represores militares y civiles involucrados en crímenes de lesa humanidad.

Por ejemplo en septiembre pasado el gobierno chileno tuvo el desparpajo y la inmoralidad de no reconocer ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU la aplicación de la ley antiterrorista de forma abusiva ante el conflicto que se vive con las comunidades mapuches que luchan por sus reivindicaciones y derechos ancestrales. Y esto no solo tiene que ver con la militarización y la brutal represión que se lleva a cabo con la lucha de los pueblos originarios chilenos, también tiene que ver con el despojo de sus tierras por la clase económicamente dominante a través de estos casi 200 años de “vida republicana”, y en donde también esta inserta la memoria histórica.

Con respecto a los hechos de violencia que se ha estado produciendo en la región de la Araucanía

el abogado del Observatorio Ciudadano, José Aylwin afirmo que” el Estado, a través de sus efectivos policiales militares, está vulnerando los derechos humanos y está ejerciendo violencia que está afectando a inocentes como son los niños, tal como lo ha denunciado la propia Unicef», señalo el abogado a los medios de prensa nacionales. Luego agrego…»aquí se produce una estigmatización y se da cuenta de una situación de violencia, pero el Estado que es el garante del bien común y los funcionarios policiales que deben hacer respetar los derechos humanos, están generando un espiral de violencia que no corresponde a un Estado de Derecho», enfatizo.

Si bien es cierto que la presidenta Bachelet ha desplegado algunos pocos esfuerzos para que a la luz de la historia esclarecer esta materia y avanzar en la creación del Instituto de Derechos Humanos y del Museo de la Memoria, más aun cuando se trata de una persona que vivió en carne propia las violaciones de esos derechos. No es menos cierto que las intenciones de la primera mandataria, se han realizado al margen de lo que piensan los propios organismos de derechos humanos chilenos y de las organizaciones de los familiares que fueron víctimas de los aparatos represivos y de muerte del régimen militar.

Pero no solo eso, la creación del mentado instituto tampoco obedece a las directrices centrales que emanan de los organismos de las Naciones Unidas, ni de las organizaciones internacionales que observan y salvaguardan la situación de los derechos humanos en el mundo.

En este plano en el parlamento de la nación, las posiciones están encontradas y no existe un acuerdo por legislar de forma satisfactoria sobre esta materia, ello debido a que un sector del conglomerado de gobierno es partidario de borrón y cuenta nueva, dando paso a sí a la más absoluta impunidad, cuestión en la cual cuentan con el apoyo de los parlamentarios del pinochetismo, representados por la Alianza por Chile, dañando gravemente la memoria histórica reciente del país.

Parlamentarios, autoridades de gobiernos y líderes políticos de la Concertación, de la Unión Demócrata Independiente (UDI) y Renovación Nacional (RN), han manifestado en reiteradas ocasiones de que los hechos del pasado deben ser superados y no se debe seguir escarbando sobre ellos. En este sentido el pinochetismo y los que defienden su legado político, con la complicidad de algunos sectores de la Concertación buscan borrar todo vestigio o recuerdo de lo que fueron los acontecimientos del 11 de septiembre de 1973 y sus consecuencias posteriores en el plano de la violación sistemática de los derechos humanos, producidos por la dictadura militar encabezada por el dictador Pinochet y sus esbirros.

En el plan de la justicia si bien es cierto que se han dado algunos pocos pasos, aún se esta muy lejos de dar paso a la justicia y el esclarecimiento de la verdad histórica de forma integral. Algunos militares han sido procesados por estar involucrados en crímenes de lesa humanidad. Sin embargo los militares que han sido condenados han tenido tratos especiales y han pasado a cumplir sus penas en cárceles de lujos, con privilegios que no tienen los reos de una cárcel común y corriente y que fueron construidas especialmente para tales efectos, las cuales son custodiadas por personal militar, violando así la igualdad de derechos ante la ley.

Pero en materia de derechos humanos y en relación a las fiestas del Bicentenario a vivirse el próximo año en el país del cono sur, los sectores mas conservadores y reaccionarios de la Iglesia Católica chilena, junto a la complicidad encubierta de la casta política que no quiere saber nada de derechos humanos en Chile, andan tras la búsqueda de lo que han llamado el “indulto presidencial” para los militares fascistas que cometieron crímenes de lesa humanidad bajo la dictadura militar.

Finalmente y a propósito de las elecciones presidenciales y parlamentarias a realizarse en diciembre próximo, la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, curso una invitación a los candidatos presidenciales para que suscribieran un compromiso por el respeto pleno a los derechos humanos.

Entre los aspectos que contempla el documento está l a anulación de la Ley de Amnistía de 1978 , t erminar con la Ley de Secreto que impide conocer el nombre de los torturadores de la dictadura y el envío al Congreso de una iniciativa que tipifique la desaparición forzada de personas como crimen de lesa humanidad, entre otras materias.

La dirigenta de la AFDD, Mireya García, sostuvo que el documento «integra temas nuevos y contingentes, como la criminalización de la protesta social» comparado con el acuerdo al que se comprometió Michelle Bachelet en el 2005 y que no ha vuelto a ratificar.

Sólo Jorge Arrate candidato presidencial de la izquierda, representando al Junto Podemos Más-Frente Amplio y Marco Enríquez-Ominami representando a los “progresistas liberales” suscribieron un compromiso con la defensa de los derechos humanos durante su eventual gobierno ante la AFDD.

De acuerdo a declaraciones vertidas por la presidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos

Desaparecidos Lorena Pizarro a medios de prensa nacionales, el abanderado presidencial de la Concertación, el ex presidente, senador y empresario encubierto, que proviene de las filas de la Democracia “Cristiana”, no concurrió porque discrepa con eliminar la criminalización de las demandas indígenas y desmilitarizar la zona del conflicto mapuche. Ahora de acuerdo a otras versiones de prensa se destaca que Eduardo Frei siempre ha sido partidario de la aplicación de leyes de punto final, dando por superada la situación de las violaciones sistemáticas cometidas bajo el régimen militar.

Ahora el candidato que representa a los grandes empresarios y el legado político y económico de la dictadura pinochetista, el especulador financiero y empresario Sebastián Piñera, se escudo de participar en el encuentro por una presunta descoordinación para estar presente.

Ahora lo cierto es que ambos candidatos, Frei (Concertación) y Piñera (pinochetismo), siempre han expresado una falta real de compromiso con los derechos humanos, la memoria histórica y las negociaciones que se han realizado en el parlamento para aprobar la creación del Instituto de Derechos Humanos.

Lorena Pizarro finalmente recordó que la lucha por la defensa de los DDHH es «sin claudicaciones», por lo que instaron a los abanderados presidenciales a «firmar con seriedad para que quien llegue a La Moneda lo cumpla, no solo por los familiares, sino porque Chile lo necesita».

Elecciones, derechos humanos y memoria histórica Rebelión-Chile

La Guerra Civil se entiende en tetun…

noviembre 5, 2009

‘A lingua das bolboretas’ será libro de lectura en los colegios de Timor Oriental.

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Escuela en el distrito de Baguía, en Timor Oriental.- ALGA

Kukulai sira-nia nanál leerán los niños de Timor Oriental el próximo año. Aunque suene exótico, no es más que la traducción a lengua tetun -propia y co-oficial con el portugués en el país asiático- de uno de los relatos más conocidos de uno de los autores gallegos más reconocidos. A lingua das bolboretas, de Manuel Rivas, formará parte de un libro de texto para los niños y se empleará también en las campañas de alfabetización de adultos. Es la primera vez que la obra de un autor español forma parte del currículo escolar de un país asiático y, aunque parezca extraño, se incluye por proximidad en sus historias.

La noticia en otros webs

Durante la invasión indonesia del país, el portugués era un idioma perseguido

Niños y maestros encuentran similitudes entre su historia y la gallega

En 1975, cuando en España vivía el ocaso de la dictadura de Franco, en Timor Oriental comenzaba la invasión de Indonesia. El gallego, junto con el euskera y el catalán, iniciaba un proceso de normalización y normativización, mientras que en el país asiático se perseguía y detenía a quien hablase en portugués, porque eran sospechosos de estar colaborando con la resistencia. La situación del idioma durante la dictadura española y la invasión indonesia en Timor permite a niños y mayores de ese país asiático identificarse con el relato de Rivas. «Identifican el miedo, la cobardía humana durante esa época, el papel de algunos maestros como defensores de un idioma que los llevó a ser represaliados, torturados y muertos», explica Luis Gárate, uno de los responsables del proyecto Bolboreta, que repartirá, en colaboración con el ministerio de Educación de Timor Oriental, 10.000 ejemplares por todo el país.

La tirada «se quedará corta» y necesitarían 50.000, vaticina Gárate porque, aunque las escuelas están bastante dotadas en infraestructuras, cojean en material didáctico, no tienen casi libros y los que hay «no se adecúan a la realidad» local. Tampoco convence el nivel de los maestros y así, hablando de los proyectos de educación en el país, surgió la idea de crear un manual de lectura en tetun, aunque después se abrió la puerta al portugués, que en los 24 años de invasión indonesia se perdió. Tanto, que Brasil y Portugal se vuelcan ahora en su recuperación. Los primeros contactos con A lingua das bolboretas de niños, adolescentes y profesores sorprendió, recuerda Gárate, porque encontraban muchos paralelismos, incluso más que los que vieron los impulsores del proyecto. Les impactó también la relación entre el maestro y el niño, sin violencia y con ternura, «muy distinta» del trato severo que se da en Timor Oriental.

Los ejemplares que vayan a las escuelas se acompañarán con una guía didáctica para explicar hechos históricos con los que los niños no han tenido contacto -como la Guerra de Marruecos, la II República, la Guerra Civil o la II Guerra Mundial y otros más prácticos como qué es un microscopio, porque «ningún niño ni ningún maestro ha visto uno en su vida». Los profesores cubanos que se encargan de alfabetizar a adultos en zonas rurales -con uno de los mejores sistemas del mundo, según la UNESCO, el que se utilizó en América central- también usarán el texto de Rivas.

En las primeras páginas del libro tendrá protagonismo el presidente de la República de Timor y premio Nobel de la Paz, José Ramos Horta, que prologa el texto. Siempre que se cruza con un español, Ramos Horta le cuenta que él nació en Timor por culpa de la II República española. Su padre, oficial de la marina de guerra portuguesa, amotinó su barco al enterarse del alzamiento del 18 de julio para unirse a la defensa de la República española, pero la historia le salió mal y lo desterraron al país asiático. Esta vez, no cuenta la historia en el prólogo, aprovecha para hacer una defensa de la educación, más acorde con su cargo que las batallas.

Ahora, con la primera edición del libro lista y una segunda que se imprimirá en Timor, el proyecto Bolboreta, iniciativa de la Asociación Luso-Gallega de Antropología Aplicada (ALGA), busca fecha para comenzar la entrega de los manuales. La intención era que se iniciase a finales de verano, pero la primera traducción a tetun «fue un desastre, porque es una lengua muy difícil, sin normalizar» y todo el texto era muy literal. El segundo encargo de traducción se lo llevó directamente el rector de la universidad nacional, un filólogo considerado el mayor experto en el idioma. «Hizo una obra de arte», cree Gárate.

La idea es que el acto oficial, con presidente de la República incluido, se celebre a principios de año. Todo depende de la agenda de Manuel Rivas, porque los directores del proyecto están dispuestos a adaptar la fecha para que el autor esté presente en Timor Oriental.

El País.com (Edición Galicia)

http://www.elpais.com/articulo/Galicia/Guerra/Civil/entiende/tetun/elpepiautgal/20091104elpgal_18/Tes


Comunista antes que surrealista…

noviembre 5, 2009

Los años rojos de Luis Buñuel bucea en la etapa menos estudiada del cineasta.

Buñuel

JESÚS ROCAMORA – MADRID – 05/11/2009 06:00

El 6 de mayo de 1932, Luis Buñuel escribió una carta a André Breton, su jefe en el grupo de los surrealistas, para informarle de manera oficial de que abandonaba su militancia en esta corriente artística y revolucionaria. La razón: otra militancia, la del Partido Comunista, al cual el cineasta se había adherido recientemente y que, en aquellos momentos, encontraba incompatible con los ideales surrealistas. «En el estado actual de las cosas no tendría sentido para un comunista dudar un instante entre su partido y cualquier otra actividad y disciplina”, escribe a Breton.

Esta carta, descubierta en la Biblioteca Nacional de Francia en París en el año 2000, fue el punto de partida de Román Gubern y Paul Hammond para «tirar del hilo», según palabras de Gubern, y «reconstruir la vida de Buñuel desde 1930 hasta 1938, tanto en el cine como fuera de él, así como en el mundo de la política». El resultado es un tomo de 400 páginas titulado Los años rojos de Luis Buñuel (Cátedra).

Años rojos por su contenido político, aunque durante un momento, sus autores se plantearon titularlo los años oscuros, ya que se trata de su época menos conocida y estudiada. «Son los años más grises como cineasta. Mientras sus amigos tenían éxito, como Lorca, que triunfaba en el teatro, y Dalí, que estaba ganando mucho dinero en EEUU, él es el que queda agazapado en la sombra, en trabajos menores, anónimos», dice Gubern.

Buñuel debió de ingresar en el PCE (y no el PCF, aunque, debido a sus largas estancias en Francia, se valió cierta «ambigüedad» para «eludir encargos incómodos») en algún momento entre el 26 de octubre de 1931 y el 25 de enero de 1932, «durante su prolongada estancia en Madrid, Zaragoza y Toledo, y cuando muchos amigos o compañeros intelectuales de su generación estaban dando el mismo paso», como Alberti, Eduardo Ugarte o Pedro Garfias.

Denuncia de la República

«El único destello» en la obra de Buñuel estos años fue Las Hurdes, tierra sin pan (1933), una cinta que precisamente nació como crítica a la República. «Hay que tener en cuenta que el PCE, cuando se proclama la Segunda República, se declara contraria a la República burguesa y a favor de una República bolchevique. Esa postura antirrepublicana del PCE, que Buñuel también comparte (y que se mantiene hasta el año 35), hace que Las Hurdes sea una denuncia de la incuria del gobierno republicano, que había mantenido esta miseria atávica sin remediarla, etc, etc», subraya Gubern.

El 1938, tras dos años trabajando en la embajada española en París, Buñuel se ve empujado al exilio en EEUU. «Y nunca admitió haber sido militante comunista: habría sido suicida», reconoce Gubern. Aún así, tras la campaña de una revista que dependía del obispado, la Motion Picture Herald, dimitió de su puesto en el Museo de Arte Moderno de Nueva York.

«Fue la primera víctima del McCarthismo, antes de que éste naciese oficialmente en 1947: él tuvo que dimitir por presiones políticas de la derecha católica americana», concluye Gubern. Poco después, ignorado en Hollywood, en 1946, Buñuel se va a México, donde volvería a rodar.

El espía que fue interrogado dos veces por el FBI

Para escribir ‘Los años rojos de Luis Buñuel’, Gubern y Hammond han investigado, entre otras fuentes, “en los informes del contraespionaje francés, que espiaba a Buñuel en tanto que Buñuel era un agente de espionaje de la República española”, asegura Gubern. Los autores también han podido consultar la ficha de Buñuel en el FBI, “que sí sabía que era un rojo” y que lo “sometió” a dos interrogatorios. Entre otros documentos, se pueden ver la carta mecanografiada que dirigió en 1932 a Breton y otra, a mano, que Dalí le envió desde Nueva York, en 1939, en tono despectivo.

Público.es

http://www.publico.es/266884/comunista/antes/que/surrealista/luis/bunuel/pce


Tres víctimas de Franco piden auxilio a la ONU…

noviembre 5, 2009

Quieren cambiar el criterio del organismo, que sólo estudia casos anteriores a 1945.

Franquismo en la ONU

La sede de Naciones Unidas en Ginebra. - AFP

MARÍA SERRANO – SEVILLA – 05/11/2009

El grupo de trabajo sobre desapariciones forzadas de Naciones Unidas recibió ayer en Ginebra (Suiza) a tres familias de represaliados por el franquismo. Este organismo, que hasta ahora sólo se ocupa de ejecuciones a partir de 1945 año en que se fundó la ONU, se limitó a escuchar sus testimonios y el del letrado que los representa, Pablo Gutiérrez Vega. «Este criterio no está en ningún reglamento, por lo tanto se puede cambiar», afirmó.

A esta vía se puede acudir «sin necesidad de agotar las vías judiciales internas», explicó el abogado, que también es profesor en la Universidad de Sevilla. Los casos de María Josefa Cano (Sevilla), Melitón Corral (Avilés) y Martín Márquez Navarro (Almería) ya han sido denunciados a la Justicia en España. Por ahora, están a la espera de juicio.

Altísimo valor moral

El cauce que deja abierto la ONU permite exponer el caso a un grupo de trabajo que no tiene valor vinculante, pero sí un altísimo valor a nivel moral para pedir cuentas al Gobierno, según expertos consultados por este diario. Ayer, el grupo de la ONU sólo se dedicó a escuchar pero, «de admitir el caso, se pondría el foco en la situación que vive este país con la memoria histórica», dijo Gutiérrez Vega.

No es la primera vez que familiares de represaliados optan por este camino. El grupo de la ONU ya permitió en 2002 presentar 64 casos, de los que sólo aceptaron dos (posteriores a 1945). De ellos, sólo uno se ha investigado, apuntó Emilio Silva, presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica.

Público.es

http://www.publico.es/266911/tres/victimasde/franco/piden/auxilio/onu


El PCE ensaya su reinvención…

noviembre 5, 2009

Arranca el XVIII Congreso: mañana comienza en Madrid el cónclave de relanzamiento del partido en una Izquierda Unida apaciguada. Los comunistas abren una nueva etapa en su historia para construir el «socialismo del siglo XXI».

Torrelodones mitín del PCE

Mitin del PCE en Torrelodones (Madrid), el domingo 12 de junio de 1977. Faltaban tres días para los primeros comicios legislativos de la democracia y el partido logró reunir a 300.000 personas. - FOTO CEDIDA POR EL ARCHIVO HISTÓRICO DEL PCE

JUANMA ROMERO – Madrid – 05/11/2009

Eran cifras de otra galaxia. Más de 500 periodistas acreditados, delegaciones de 30 partidos comunistas de todo el mundo, 1.500 compromisarios, más de 30.000 militantes y simpatizantes casi en éxtasis en el mitin de clausura, en la madrileña plaza de Vista Alegre.

Eran otros tiempos, claro. Era abril de 1978, cuando el Partido Comunista de España (PCE) celebró su IX Congreso, el primero en la legalidad tras la dictadura, el primero en España después de 46 años. Así se ve la fuerza del PCE, gritaba la multitud. Frente a ella, la mujer que encarnaba y encarnará el mito de la resistencia, del No pasarán, de la heroica lucha antifranquista, Dolores Ibárruri, Pasionaria. Y el hombre astuto, pragmático, que con talante de hierro había conducido al partido a la legalidad, Santiago Carrillo. “El apóstol del eurocomunismo”, como le calificó la revista americana Time en 1977. Eran los tiempos del esplendor.

Ya nada es igual. Mañana el PCE enciende en Madrid el motor de su XVIII Congreso. Sin oropeles ni neones. 552 delegados para 12.558 militantes. Con una veintena escasa de medios como testigos, con un impacto en la sociedad reducido. Y sin embargo, hay noticia, dice el pregón del PCE. Tras años de declive, de vida moribunda, el partido busca ampliar su espacio, convencer con su proyecto, el “socialismo del siglo XXI”, volcado en la construcción de un nuevo modelo de desarrollo, la defensa de los trabajadores y la apuesta por una IU que respira en paz. Un guión endiablado que deberá escribir el próximo secretario general, José Luis Centella, un líder poco líder, adusto, tímido, justo de carisma. Un secretario general nuevo para un tiempo nuevo.

Del sectarismo a la apertura

La historia echó a andar el 15 de abril de 1920. Ese día, el Comité Nacional de las Juventudes Socialistas se adhirió a la III Internacional –la Internacional Comunista (IC)– y rompió su ligazón con el PSOE. Nació así el Partido Comunista Español. Un año más tarde, otro grupo de socialistas se escindió y alumbró el Partido Comunista Obrero Español (PCOE). Convivían dos organizaciones mellizas, que se llevaban a matar. La IC impuso la fusión. Fue trabajosa, pero cuajó. Desembocó en el I Congreso, en marzo de 1922. Desde entonces, sólo habría un nombre, el Partido Comunista de España. Al frente, el primer secretario general, Antonio García Quejido, reemplazado al cabo de un año por César Rodríguez.

Las luces: la unidad de los 30 y la política de reconciliación nacional del franquismo

El PCE de aquellos años era pequeño. Minúsculo. Condenado pronto al exilio por la llegada de la dictadura de Primo de Rivera. Un partido “sectario”, como admiten todos los historiadores, plegado en sí mismo, con exigua influencia en el movimiento obrero y a las órdenes de un nuevo líder, José Bullejos (1925-1932). “Con los comunistas, ni los buenos días”, afirmaban entonces los socialistas, recoge Rafael Cruz, profesor de la Universidad Complutense de Madrid. Para este politólogo, ya apuntaba uno de los rasgos definitorios del PCE: su voluntad de “vampirizar al PSOE”, de cómerselo.

El ostracismo se rompería mediados los años 30. No con el advenimiento de la República, que el PCE despreció, sino cuando la República comienza a flaquear, con la llegada de las derechas al poder. José Díaz, el nuevo líder (1932-42), pilota la “estrategia unitaria”, la convergencia con otras fuerzas de izquierda en el Frente Popular.

Las sombras: el sectarismo de los 20, las crisis desde los 80 y las sucesivas purgas

La Guerra Civil catapultó al PCE. Le consagró como “el partido de la guerra”, el de todos, abierto. Se convirtió en el primer defensor del Estado republicano, el adalid de la política de unidad y la cohesión del Frente Popular. “El PCE aparca su sueño revolucionario para ganar la guerra y resistir, por lealtad a la República, como empujaba la URSS de Stalin, que quería evitar la II Guerra Mundial”, elogia el historiador Manuel Bueno. Los expertos subrayan el “incontestable acierto” de una estrategia que se tradujo a números. Si en 1935 el PCE contaba con 5.000 afiliados, en marzo de 1937 ya tenía en torno a 250.000.

La infiltración en el régimen

La lucha continuaría tras la derrota. El PCE, comandado desde 1942 por Pasionaria, mantuvo viva la llama guerrillera, los maquis, como método para derrumbar un régimen que podría caer si los Aliados vencían al fascismo. El partido se contagió de las “técnicas más negras del estalinismo”, lamenta Carme Molinero, profesora de Historia Contemporánea de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB). Son años de purgas internas.

La Transición tuvo costes: la pérdida progresiva de votos y la renuncia a los símbolos

Pero la misma Pasionaria impulsaría desde 1948 un giro táctico clave, que culminaría en 1954 con la adopción de la “política de reconciliación nacional”, que la doctrina rotula como el segundo gran éxito del PCE tras su estrategia unitaria en los 30. Ibárruri y Carrillo –el secretario general desde 1960– promoverán el entrismo, la infiltración en el franquismo, en su aparato sindical, en el movimiento vecinal y estudiantil para, desde ellos, organizar la lucha.

La reinvención del PCE desencadena, para Molinero, dos hechos. “Uno, dejar atrás la Guerra Civil. Y dos, acercarse a los jóvenes hijos de los vencedores”, que miraban con displicencia el devenir de la dictadura. Y es que el partido no es ajeno a la nueva estructura social, como advierten el sociólogo Jaime Aja y el economista Eduardo Sánchez, expertos ambos de la Fundación de Investigaciones Marxistas, dependiente del PCE.

“Se lanza la alianza con las fuerzas de la cultura y el trabajo. España ha cambiado. Se suceden la emigración del campo a la ciudad, el nacimiento de una clase trabajadora y una pequeña burguesía distinta, que ve cómo el régimen bloquea la economía y reprime a la disidencia”, explican.

Los errores del eurocomunismo

El PCE agita la movilización social y política contra Franco, se expande en pequeñas células por todo el país para sumar fuerzas, y garantizar la “ruptura democrática”. El PCE crece, se hace enormemente poroso. Es “el partido del antifranquismo, el partido a secas”, repite Molinero y su colega de la UAB Pere Ysàs.

En el ADN persiste la pulsión de cambio, la lucha por la liberación social y su militancia

Carrillo engarza la política de reconciliación con el eurocomunismo, una versión heterodoxa del comunismo, y que implica el radical distanciamiento de la URSS y la asunción de la democracia parlamentaria. Se le fue la mano, según sus críticos. “Desarmó ideológicamente” al PCE, señalan Sánchez y Aja.

El partido de células mutó a un partido más institucional, gobernado por un aparato que Carrillo dirigía de forma “autoritaria”. El sitio en la democracia costó “demasiado” al PCE: la renuncia de los símbolos –la República, la bandera– y hasta el discurso –el abandono del leninismo en 1978–. El eurocomunismo, resume Paco Erice, historiador de la Universidad de Oviedo, “significó subalternidad al PSOE”.

Para Ysàs, Carrillo erró no tanto en sus grandes líneas estratégicas, sino en su “política benevolente hacia UCD, los Pactos de la Moncloa…” y sobre todo por “cómo estas decisiones fueron adoptadas, sin apenas debate interno”.

La sangría agotadora

Luego vendría la crisis. Una crisis devastadora con muchas raíces: la debacle electoral de 1982 (4 escaños frente a los 23 de 1979), la gestión del secretario general, la división entre carrillistas, renovadores y prosoviéticos, la desvertebración interna.

En 1986, el nuevo líder, Gerardo Iglesias, promueve la creación de la plataforma electoral Izquierda Unida. Otra vez la alianza con los otros. Julio Anguita asienta la marca, la lleva hasta su apogeo en 1996 (21 diputados). Pero costó desgarros internos y la percepción, no del todo falsa, de la pinza con el PP. Las bases no lo entendieron. Lo castigaron. En 1999, IU pasó de 9 a 4 eurodiputados; de 3.493 concejales y un 11,68% de los votos a 2.295 ediles y un 6,52% del total. Y en las generales de 2000, ya con Francisco Frutos de candidato, IU se hundió hasta los ocho escaños en el Congreso.

El relevo de Anguita en el PCE por Frutos, en 1998, traería más guerras intestinas, esta vez por la oposición a la IU posibilista de Gaspar Llamazares, que llegó a la coordinación general en 2000, en la VI Asamblea Federal. Así hasta el XVIII Congreso, el del relanzamiento. Una proeza que Rafael Cruz ve difícil, “por el peso de las siglas”. “Debería reciclarse, cambiar de nombre, soltar lastre”, apunta.

Otros lo juzgan innecesario. Importa más que preserve su ADN, que desguazan  Ysàs y Molinero: “Procurar la liberación social, una sociedad igualitaria y libre, la voluntad de cambio”. El PCE confía en ayudarse de esa muleta para sacar cabeza. Y necesitará al que es su gran capital, según Manuel Bueno: la “militancia, los hombres y mujeres que lucharon para conquistar un mundo mejor”.

Público.es

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