Entrevista a Ian Gibson. Hispanista y escritor: ´Una política sin ética es un desastre para el pueblo, es algo que no se puede permitir’…

Nació en 1939. Y como si fuera su sino, ha dedicado la mayor parte de su vida a investigar la Guerra Civil y a luchar por recuperar la memoria histórica, sobre todo a través de García Lorca. Pero además, el hispanista irlandés toca el piano y es ornitólogo. Eso le da paz en su propia batalla.

El escritor e hsipanista Ian Gibson

POR CRISTINA MARTÍNEZ

¿Usted es hispanista, hispanófilo, investigador, curioso, ciudadano del mundo o todo esto a la vez?

Bueno un poco de todo creo yo. Tengo la nacionalidad española, pero no puedo decir que soy español. Nací en Dublín y me siento europeo. No creo que uno tenga la obligación de sentir que es de donde nace. Siempre quise vivir en Europa, salir de la isla y viajar a otros lugares. Al final me quedé en Madrid que es donde me siento más a gusto, lo que no quiere decir que no me gusten otros lugares de España.

Precisamente de este país habló el viernes en Novelda, con una conferencia titulada «La España que yo quiero». Supongo que se refiere, por un lado, a la que le gustaría y, por otro, a la que ama.

Sí, ambas cosas. Por un lado me refiero a la España que me cautiva y por otro a la España que me gustaría ver antes de morirme, una España tranquila, reconciliada, que aún no lo está, porque queda pendiente el tema de los desaparecidos de la guerra. Por eso espero que haya una derecha más magnánima para que eso ocurra, para que los muertos estén en paz. Quiero una España tolerante, abierta al mundo, puente entre culturas, porque creo que debería volver a serlo. Lo fue y se perdió. La expulsión de los moriscos, ahora en el cuarto centenarijo, casi pasa desapercibida y ellos eran tan españoles como los cristianos. Fue una barbarie.

¿Por qué eligió para sus investigaciones a figuras como Lorca, Dalí y Machado?

Empecé con Lorca. Todo entró en mí a través de su obra. «Romance gitano» fue el encuentro, supongo que con algo que yo buscaba. Luego empecé la tesis y me fuí un año a Granada. No la terminé porque se quedó todo en una investigación sobre su muerte. El mundo lorquiano te pone en contacto con todo lo que pasaba en su época. Entré ahí y nunca pude salir. De Lorca fuí a Dalí, una vez terminada su biografía. Me fascinaba el surrealismo. Después Machado. Es un mundo inmenso el del exilio. Nunca voy a poder hacer todo lo que quiero de esa época.

¿Es su figura, su literatura, su arte lo que le fascina?

En realidad es que haciendo ese tipo de libros he descubierto mi vocación. Me encanta ir a una biblioteca y hacer un trabajo de campo. Casi necesito una investigación detectivesca, me revoluciona la adrenalina. Siempre con la idea del libro, que es la finalidad de todo, y siempre dentro del género biográfico que se da poco aquí. Aquí hacen falta miles de biografías porque tenemos que saber quiénes son los que han hecho la cultura y la historia.

En una ocasión dijo que había llorado mucho escribiendo la biografía de Machado.

Hacer su biografía me afectó mucho. Su obra me emociona porque es un poeta elegiaco, es una figura patética que viene al mundo ya triste. Su madre decía que nunca le vio reír de niño. Tenía una tristeza innata. También es un hombre valiente y un gran pensador, pero no es casual que su primer libro se llame «Soledades». Algo traumático marcó su vida y su obra.

Usted se nacionalizó español en 1984 ¿Por qué se toma una decisión así?

Bueno yo había quemado mis naves y no podía volver. Mi mujer y yo decidimos quedarnos a vivir en Europa. En medio de un año sabático pensé que tenía que dar el salto y quedarme en España. No quería volver a una cátedra de español, quería vivir aquí. Unos años después pedí al Gobierno de Felipe González la nacionalidad para poder mojarme públicamente y no ser solo un investigador extranjero en España, quería implicarme.

Precisamente como español, ¿cómo ve lo de los casos Pretoria y Gürtel, Camps, Esperanza Aguirre, Manuel Cobo, Mariano Rajoy…?

A mí me desespera. Es otra vez lo de siempre. España nunca ha tenido confianza en sus políticos, se piensa que siempre han estado ahí para hacerse ricos. Se espera que haya más corrupción en la derecha que en la izquierda, pero cuando pasa es desesperante. Si la gente además sigue votando al mismo partido estamos ante una situación muy grave. Una política sin ética es un desastre para el pueblo, no se puede permitir, hay que actuar y despedirlos rápidamente.

¿Cómo ve la evolución de España en estos 25 años?

El país ha cambiado mucho. Por ejemplo, en comunicaciones, España es el segundo país de Europa después de Suiza, pese a las cordilleras monstruosas que lo cruzan. O los trenes de alta velocidad. También la entrada en Europa cambió la mentalidad de la gente de una manera radical. Había un complejo no digo de inferioridad pero sí de aislamiento por Franco. Creo que los jóvenes ahora aprenden idiomas con más facilidad, cruzan la frontera. No fue perfecta la transición pero tenemos estabilidad y por primera vez ha habido 30 años de paz, menos el problema vasco con ETA. Ahora hay un gran bache económico con la crisis, pero jamás ha habido la tranquilidad que hay ahora. Otra cos, muy importante para mí. Trabajar con el franquismo en la Biblioteca Nacional era imposible y ahora es de las mejores de Europa. Eso mide el nivel de un país.

¿Cree que se ha roto del todo con ese pasado religioso y dictatorial?

A mí me gustaría ver los crucifijos fuera de la educación pública, pero creo que la gente es mucho más libre que antes. En el tema de los homosexuales antes era impensable aunque todavía queda una España rancia. No se puede pedir que el país cambie totalmente en tan poco tiempo. Además la democracia hay que aprenderla y eso no se hace de la noche a la mañana.

Usted es defensor a ultranza de la Ley de la Memoria Histórica. Intente convencer con sus palabras a alguien que sea totalmente contrario a su aplicación.

Es muy difícil convencer a alguien cuando tiene unos prejuicios muy arraigados. Es muy difícil dialogar con gente que no quiere cambiar. Pero yo digo, a lo largo de los 40 años del franquismo los ganadores desenterraron a los suyos, e hicieron bien, para darles santo entierro. Unas personas que se consideran católicas ¿cómo les van a negar a los demás ese derecho fundamental? Y no estamos reabriendo heridas porque nunca se han cerrado. Esto no es remover nada, es conseguir justicia para todos y si la derecha entendiera eso estaríamos a salvo y podríamos progresar juntos, pero si no reconocen ese derecho no puede haber reconciliación. Además, la derecha ganaría respeto. El otro día oí al señor Camps decir que la alianza de civilizaciones es una pérdida de tiempo y eso me da náuseas. La memora histórica no es revivir odios, eso es mentira, es conceder a los demás el mismo derecho que otros han disfrutado.

¿Eso es importante para los muertos o más importante para los vivos?

Es muy importante porque la gente sufre mucho con ese dolor diferido. Los padres hablaban y los nietos son los que van descubriendo cómo fue la historia. Hay gente con 80 años que quiere localizar a sus muertos antes de morir ellos. La experiencia demuestra que eso les produce un alivio. Un desaparecido es terrible, no hay nada más cruel que eso. Por eso creo que Lorca es muy importante, porque es el más famoso de la Guerra Civil y aún no sabemos con seguridad dónde está. Está todo envuelto en un secretismo que no me gusta. La familia no se pronuncia con claridad y eso no me parece bien.

La exhumación de la fosa de Lorca le ha proporcionado más de un disgusto, sobre todo la actitud de la familia, hasta el punto que llegó a decir que devolvería la medalla de la Junta de Andalucía si no se buscaban sus restos.

Él es el poeta español más famoso de todos los tiempos y el mundo se interesa por sus restos. Se ha montado una especie de circo, pero es la familia la que no ha querido ayudar y nadie lo entiende. Exige muchas condiciones y nunca ha querido buscar el cuerpo. Es muy extraño. Si no hubiera sido así se habría realizado hace años. No se entienden las razones por las que no quieren que se haga. Ellos mismos, que no querían circo, lo han creado. Y el resultado es que allí hay una carpa en la que nadie puede entrar. La Junta de Andalucía dice que no se va a identificar el cuerpo porque la familia no lo ha pedido, pero podía haber tomado la iniciativa. Tenemos que saber dónde está y no pasa nada cuando se sepa. Si no, se creará un bulo alrededor de todo esto. Y si no me lo aclaran pues estoy dispuesto a devolver la medalla que me dio la Junta.

Lorca es su ojito derecho. ¿Qué le ha enseñado después de tantos años estudiándolo?

Yo le debo muchísimo. Él es un poeta al que le gustaba mucho la palabra telúrico, de la tierra, nos recuerda lo que hemos perdido separándonos de la naturaleza, es en cierto modo un poeta ecológico. Nos habla de que hay cielo, estrellas, luna… el hombre contemporáneo no mira al cielo. Luego la temática de su obra también me enseñó mucho porque habla de personas que no encuentran la felicidad por diversas razones. Hay algo en Lorca que le convierte en un misionero que quiere cambiar la sociedad. Sus mensajes son de un profundo amor al otro. Y todo esto me ha ayudado a vivir. Tal vez también a ser un poco mejor.

¿Qué tiene todo el tema que rodea la Guerra Civil española para interesar a tantos historiadores e hispanistas y generar tantas y tantas líneas?

Porque no fue solo una guerra entre españoles, sino que hubo implicación extranjera y es la antesala de la II Guerra Mundial. Se convierte en un conflicto de connotaciones internacionales. Precisamente en Alicante fue terrible la tragedia del Stanbrook y hay un problema con el PP que no quiere que se ponga el monumento. No sé por qué tienen tanto miedo. Yo apelo a la magnanimidad, que es algo que tiene que ver con el catolicismo. No pasa nada. Hay que permitir que los perdedores recuperen algo de lo que perdieron. Si no son franquistas que quiten los monumentos franquistas y no pasa nada. Me parece un insulto a la democracia. Son una ofensa para los otros españoles y sería más fácil quitarlos del medio y no ofender a nadie. Esa es la España tolerante a la que me refiero. El problema es que hay mucha gente joven que piensa así y hay que seguir cada día luchando y dialogando. Hay que ser militantes de la paz y de la democracia.

¿El Gobierno ha actuado adecuadamente en este tema?

Podía haber hecho más. Yo hubiera preferido que el Estado se hiciera con el tema de las fosas, en vez de devolverlo a asociaciones de familiares. Hubiera preferido que asumiera ese cometido, de modo que no estoy del todo contento con la ley. Además hay un aspecto que no me gusta nada y es el tema de los símbolos franquistas, que si se considera que hay valor artístico se pueden salvar.

El próximo año se celebra el centenario del nacimiento de Miguel Hernández, otro caso de injusticia que se intenta ahora paliar pidiendo la anulación de la condena a muerte del poeta. Y en eso PP y PSOE se han puesto de acuerdo para apoyar a la familia en esta petición.

Me parece que está muy bien. Miguel Hernández murió en circunstancias tremendas, en vez de fusilarlo lo dejaron morir al no atenderle. Parece ser que no había que repetir el error que cometieron con García Lorca.

Hablando del poeta oriolano, hay un desacuerdo entre las instituciones y los herederos para celebrar esa efeméride. Ha pasado con Lorca, con Cela y con otros autores ¿Siempre es lo mismo?

No conozco muy bien esa situación con Miguel Hernández, como el caso de Lorca, y no tengo elementos de juicio. Lo bueno sería que todos estuvieran de acuerdo, pero cuando entran intereses políticos o familiares siempre puede haber discrepancias. Es inevitable que haya diferencias con los herederos, lamentablemente entran intereses, política, los derechos y no sé… el ser humano.

Este país ha evolucionado, ha dejado atrás una dictadura, ha consolidado su democracia, ¿cree que culturalmente ese avance se ha producido al mismo ritmo?

Creo que el país ha avanzado, pero queda mucho por hacer culturalmente. Lo que hubo durante la dictadura fue una ruptura con la cultura anterior, la de los años 30. Lo que significó el exilio para este país es algo inconmensurable porque se rompió con la gran riqueza cultural de ese momento.

Hablando de avances, ¿usted cómo lleva el tema del libro electrónico?

Vivimos una revolución tecnológica extraordinaria y forzosamente va a llegar. Yo no lo concibo, pero supongo que las nuevas generaciones pueden ver la posibilidad de leer un libro así. Yo también, hasta cierto punto, leo revistas en internet, pero como amante de los libros, incluso físicamente, no me imagino a una persona que solo conoce un libro electrónico. Reconozco que puede ser muy útil, pero yo tengo miles de libros y son mis amigos, mis compañeros…

Información.es Alicante/Google noticias

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