En nuestra agenda para el 17 de noviembre habíamos citado la emisión en TV1 de “Lo que queda del franquismo” en ese “reportaje” sabíamos que nuestro amigo y colaborador Fausto sería entrevistado. Estábamos pendientes de ver cual sería el talante de dicho reportaje.
Por solidaridad con Fausto y porque el pudor nos lo exige, publicamos unas impresiones que recibimos de un amigo común, para que tengamos en cuenta lo que ciertos periodistas nos prometen a la hora de entrevistarnos y cual es su posterior resultado.
Reflexiones relativas al “reportaje” “Lo que queda del franquismo” emitido por RTV1 , y en el que era entrevistado mi amigo Fausto Canales.
Impresiones generales sobre la estructura del “reportaje”. El “trabajo” parecía carecer de un hilo conductor concreto y claro. Iba dando bandazos dentro de lo que llamaría una intencionada ambigüedad o aparente equidistancia que revelaban una intención retorcida y no auguraban nada bueno. Pero aunque hubiera sido así, ambiguo y equidistante, entre los familiares de los asesinados y los extremados partidarios del régimen que los asesinó, aún hubiera sido injusto, como ha sido denunciado tantas y tantas veces: la ambigüedad o la equidistancia entre las partes de una situación asimétrica de extrema violencia, en que una parte está inerme y la otra ejerce todo el poder, es siempre realmente una falacia injusta en sí misma.
Pero es que además no fue así. No fue una posición equidistante sino, a mi entender, fue, más o menos solapadamente, un planteamiento tendencioso, como trataré de poner en evidencia examinando por encima algunos rasgos del “trabajo”.
Aspectos cuantitativos. La parte del “trabajo” que tocó cuestiones relativas a las víctimas o a las exigencias de la Ley de la Memoria aún no cumplidas fueron si no recuerdo mal tres: 1) el chaval fotógrafo de restos franquistas; 2) las relativas a Aldeaseca de Ávila; y 3) las de el anciano superviviente de los trabajos forzados de Cuelgamuros. Las relativas a las organizaciones de extrema derecha franquista fueron muchas más y cubrieron la mayor parte del minutaje del “trabajo”.
Aspectos cualitativos. Aquí es donde se registran las diferencias más importantes, que procuraré delimitar y ordenar de la mejor manera posible:
Naturaleza de los sujetos entrevistados. En el lado de las víctimas se entrevistaron personas aisladas o a lo más unidas por vínculos familiares que habían compartido su desgracia. En el lado contrario se entrevistaron a grupos organizados según vínculos ideológicos, llegando en algunos casos a aparecer estos grupos en formación paramilitar.
Lugar de las entrevistas. En el primer caso las entrevistas son en la calle u otros espacios públicos, o bien en los domicilios familiares, sin ninguna señal que apunte a intencionalidad política alguna. En el segundo abundan las visitas a las sedes de las organizaciones franquistas en cuestión con una increíble y abigarrada exhibición de enseñas, banderas, insignias, cuadros, posters en exaltación del franquismo, el fascismo, el nazismo, la guerra contra la República, la Victoria, la Cruzada, etc dentro del ámbito de la parafernalia preconstitucional. O bien se presentan actos de exaltación falangista en espacios públicos, con atuendos paramilitares, profusión de consignas brazo en alto, canto de himnos: Cara al Sol, Oriamendi, etc. etc.
Respuestas a las entrevistas. En el primer caso las personas entrevistadas se limitan a exponer las características de su caso: el fotógrafo enumera los vestigios que aún perduran de la simbología franquista en contravención de la vigente Ley de la Memoria Histórica; Fausto y su tía relatan los pasos dados para determinar la situación de los restos de su padre y compañeros de desgracia y los recuerdos del día del asesinato; y el sobreviviente de Cuelgamuros cuenta sus penalidades, y, a preguntas del entrevistador, manifiesta su deseo de que el controvertido monumento que él “ayudó” a construir, a la fuerza, sea destruido. Ninguno de los entrevistados de este grupo manifiesta en la entrevista opinión política ni contra el Régimen anterior ni contra el presente. En el segundo caso se registra una exaltación constante del régimen preconstitucional en las manifestaciones verbales de la entrevista y en los actos públicos allí recogidos, como se detalla en el epígrafe anterior. Además se manifiestan expresiones de condena de la Democracia, del Régimen actual, de sus políticos (incluida La Corona) y, cosa a destacar, al señalar el entrevistador que la mayoría de los miembros del grupo paramilitar dan la espalda a la cámara el que parece actuar como jefe del grupo lo justifica por “el estado de amenaza constante contra sus personas” en que viven en la situación actual; es decir, exhibe la misma argumentación que presento el asesino de Carlos Palomino ante el tribunal que lo juzgó, y que fue desestimada por éste. En resumen se exterioriza en la parte de entrevista dedicada a estos grupos fascistas toda la carga política de extrema derecha que llevan interiorizada, y que tanto riesgo representan para la ciudadanía y para el país.
Resúmen. No se comprende ni se justifica:
- Mezclar en un mismo reportaje a familiares de víctimas del franquismo de hace setenta años con grupos paramilitares de extrema derecha de ahora, aunque tengan en los altares a aquellos asesinos. Puestos a retorcer la equidistancia podrían si acaso haber contrapuesto víctimas con víctimas (especialmente si la intención hubiera sido conciliadora), pero nunca personas de las familias que tanto han sufrido con grupos que, potencialmente, al menos de palabra en el reportaje, se muestran dispuestos a perpetuar si no repetir tales desmanes.
- Convertir un medio público en altavoz de grupos violentos, casi-terroristas o terroristas del todo (ver estadísticas de los tribunales), afortunadamente minoritarios, que por sí solos hoy no serían capaces de encontrar tal oportunidad de difundir sus injustísimas y virulentas ideas.
Y como no se comprende ni justifica la razón de un “reportaje” así habrá que suponer que:
El responsable del mismo tiene una afinidad patente con respecto a ese tipo de ideologías.
En RTVE no existe el debido control ni la debida moderación sobre este tipo de asuntos
Madrid, miércoles, 18 de noviembre de 2009
Para ver el reportaje :
http://www.rtve. es/mediateca/ videos/20091118/ repor-queda- franco/630804. shtml
Nuestra referencia de agenda:
https://lamemoriaviva.wordpress.com/2009/11/16/algunas-citas-que-no-deberiamos-dejar-pasar/
NOTA ADJUNTA DEL ADMINISTRADOR DEL BLOG:
Únicamente añadir al comentario de introducción Pedro y al artículo de nuestro compañero, con el que coincido plenamente, que previo al reportaje, y así nos lo hizo constar Fausto en un correo enviado a La Memoria Viv@; que entre la emoción una vez más, de poder contar y ser testigo de la historia de su padre Valerico, y por tanto, de todos los demás, a lo único que temía era la descontextualizacion de sus palabras o precisamente el enfoque que se le diera al mismo. Cosa que evidentemente hizo saber la periodista y que por descgracia sucedió. Una vez más queda de manifiesto quer las víctimas, lo siguen siendo incluso ahora, donde los tratamientos informativos, más que permirles exponer sus historias, los exponen a ellos de modo ímpudico como si «Ellos y la Memoria Histórica» fueran los protagonistas de un circo macabro. Eso sí, en cumplimiento de la Ley de M.H, toda la parafernalia y simbología fascista sigue siendo tratada con sumo cuídado y ehibición descarada. Decepcionante el trabajo realizado por TV1. Al que no le exime el querer haberlo hecho desde dos puntos de vista diferentes manteniendo la equidad y la igualdad de oportunidades. Porque no la hubo. Y es así, además, porque el golpe de Estado no lo dieron los republicanos, porque la represión durante la Guerra Civil fue en número y cantidad desequilibrante en modo y forma fue desmesurada por parte del «bando nacional»; porque la misma continuó como una limpieza ideológica (genocidio) hasta el año 1975 en el que falleció el dictador. Y sobre todo, porque una televisión pública debería trabajar y confeccionar mejor sus contenidos, máxime si son históricos y de un calibre y sensibilidad como esta. Una vez más salieron derrotados los republicanos. Después a la prensa le extraña que nuestra gente sea reacia a contarles sus historias, a hablar de sus memorias,etc. Con este tipo de tratamiento es lógico.
Jordi Carreño Crispín.