REPORTAJE: PROCESO A UNA DICTADURA: Argentina juzga a sus torturadores…

enero 10, 2010

En el banquillo se sientan 19 ex militares de la Escuela de Mecánica de la Armada, patíbulo de 5.000 personas durante la dictadura.

Ricardo Cavallo (izquierda), escoltado por la policía hacia el aeropuerto de Ciudad de México para su entrega a España en 2003.- REUTERS

JUAN JESÚS AZNÁREZ 10/01/2010

Lejano entonces el juicio contra los 19 represores argentinos actualmente procesados, el guardabosques Alfredo Chávez protestó contra la larga impunidad de Alfredo Astiz con una patada en la entrepierna del ex teniente de navío que le acomodó las criadillas. Aquel puntapié de septiembre de 1995 en San Carlos de Bariloche, seguido de un puñetazo que fracturó la dentadura postiza del militar, demostró el descrédito de las leyes e indultos que beneficiaron a los servidores más crueles de las Juntas Militares (1976-1983). Desde el pasado 11 de diciembre, un tribunal de Buenos Aires juzga a 19 ex marinos de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), patíbulo de 5.000 personas, previamente torturadas.

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Astiz y Acosta coordinaron los ‘grupos de tareas’ que secuestraron e hicieron desaparecer a detenidos.

Militares y civiles siguen escondidos en España y otros países europeos por miedo a ser juzgados por sus delitos.

Julio Poch, detenido en Manises (Valencia).- EFE

El reo Alfredo Astiz, de 58 años, conocido como El Ángel Rubio durante los años de la picana y el horror, escuchó los cargos de la fiscalía en la primera vista oral del juicio leyendo El proceso, de Franz Kafka, y no manifestó gesto alguno de contrición. Siempre fue altanero, incluso la mañana del inesperado quebranto testicular en la costanera de Bariloche. «¿Vos sos Astiz?», le preguntó el guardabosques de 36 años. «Sí. ¿Y vos quién sos?». «Soy el que te va a cagar a trompadas. Vos sos un reverendo hijo de puta, asesino de adolescentes». Llovieron los golpes. «¡Paren a este loco de mierda!», pidió a gritos la chica que acompañaba al ex oficial. Chávez justificó la paliza. «¡El hijo de puta que tenés al lado mataba muchachitos por la espalda!». «Y no le pegué de entrada. Le di tiempo preguntándole el nombre. Le di la oportunidad que él no le dio a Dagmar Hagelin».

El Tribunal Oral Federal 5 de la capital argentina deberá determinar, probablemente en el segundo semestre de este año, si el procesado participó en la desaparición de la sueca de 17 años Dagmar Hagelin y en el asesinato de las monjas francesas Alice Domon y Leonie Duquet, por el que fue condenado, en rebeldía, a cadena perpetua en Francia. Implicado en más de 800 violaciones de derechos humanos, también el ex general Jorge Rafael Videla, jefe de la Junta Militar, responderá próximamente ante la justicia. El proceso de Buenos Aires es posible porque el Congreso y el Tribunal Supremo argentinos declararon nulas, entre los años 2003 y 2005, las leyes de Obediencia Debida y Punto Final decretadas en 1986 y 1987 por el Gobierno del entonces presidente Raúl Alfonsín para pacificar los cuarteles.

En la primera vista, Astiz exhibió el libro Volver a matar, de Juan Bautista Yofre, que fue jefe de inteligencia de Carlos Menem (1989-1999), bajo cuya presidencia se promulgaron los decretos del indulto. El libro aborda la lucha antiguerrillera de los sesenta y setenta, invocada por los acusados como fuerza mayor. Cerca de Astiz, el ex teniente de navío Juan Carlos Rolón se entretuvo con sudokus mientras la fiscalía detallaba los tormentos aplicados en la ESMA.

«¡Treinta mil detenidos-desaparecidos presentes!», gritaron los familiares durante el juicio. «¡Terroristas!», respondió otro. Un total de 280 personas, muchas de ellas sobrevivientes de los centros de detención y torturas, rendirán testimonio. Todos incriminan al ex almirante Eduardo Massera, que se libró del juicio por «insania mental». La locura colectiva instalada en el país suramericano durante el desgobierno de los generales llevaba al oficial de fragata Jorge Tigre Acosta a dejar la picana apoyada en los genitales del detenido Martín Grass y marcharse a tomar un café. A la vuelta, se jactaba de traducir en diagnóstico médico la intensidad de los alaridos del supliciado: «Ese pajarito no va a volar más».

La fiscalía considera probado que Acosta y Astiz dirigían los servicios de información de la ESMA y los grupos que «secuestraron, robaron y saquearon»; coordinaron todo para que «mientras los detenidos eran torturados, otro grupo estuviera listo para salir a secuestrar, según los datos que se obtenían bajo tormento». Todos los prisioneros permanecían engrilletados, y su alojamiento en los calabozos era infrahumano, sin asistencia sanitaria y apenas alimentados, y se les obligaba a escuchar los gritos de dolor por las torturas a sus compañeros. Atadas a camastros metálicos de la ESMA, las monjas francesas fueron martirizadas con descargas eléctricas, vejadas con cachiporras y ferozmente golpeadas en interrogatorios presenciados por Astiz y otros, según el relato fiscal. Finalmente, fueron arrojadas al mar vivas en los denominados vuelos de la muerte.

El juicio de Buenos Aires celebrará este mes dos sesiones con nuevos testimonios sobre el formato y modo de operar de los grupos de tareas de la ESMA, y sobre el cautiverio, asesinato y desaparición de miles de argentinos a tiros, a palos o ahogados en el Río de la Plata. El juicio ventilará, entre otros crímenes, el secuestro y asesinato del periodista Rodolfo Walsh, cuya «carta abierta de un escritor a la Junta Militar», escrita al año del golpe castrense de 1976, que nadie se atrevió a publicar, le condenó a muerte. Argentina vivió el horror más profundo de su historia, acusó el periodista. «Colmadas las cárceles ordinarias, crearon ustedes en las principales guarniciones del país campos de concentración donde no entra ningún juez, abogado, periodista u observador internacional. El secreto militar de los procedimientos, invocado como necesidad de la investigación, convierte a la mayoría de las detenciones en secuestros que permiten la tortura sin límite y el fusilamiento sin juicio».

Argentina hace justicia. Pero no pocos mandos castrenses, prófugos del terrorismo de Estado, lograron emboscarse en España y en otros países europeos, sin haber sido capturados todavía. «Tengo la completa seguridad de que es así», afirma Carlos Slepoy, abogado de las víctimas. «Algunos podrían estar viviendo todavía en los barrios ricos madrileños de La Moraleja o Aravaca, pero se abandonó la investigación». Al menos 59 de las 510 personas sujetas a proceso en Argentina se encuentran huidas, de acuerdo con la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH).

Invocando la justicia universal, años atrás, la persecución del juez Baltasar Garzón permitió la detención de varios oficiales en fuga cuando comenzaron los procesos contra las Juntas Militares; entre ellos, Ricardo Cavallo, extraditado desde España en 2008, y Adolfo Scilingo. La colaboración internacional, fundamentalmente de los tribunales alemanes y franceses, estrechó después el círculo, atrapando recientemente en España a otros dos reos pendientes de extradición: el ex subcomisario Jorge Alberto Soza, de 72 años, reclamado por 18 casos de detención ilegal, secuestro y torturas, y Julio Alberto Poch, de 57 años, el piloto de la aerolínea holandesa Transavia que supuestamente alardeó de haber participado en el asesinato de subversivos arrojándolos al mar.

Hay miembros de las tres armas, de la policía y del estamento civil implicados en la represión que siguió al derrocamiento de la presidenta Isabel Perón en 1976. Sus edades oscilan hoy entre los cincuenta y pico años y los noventa. «Un puñado está en prisión. Algunos enloquecieron. Varios trabajan en aerolíneas nacionales y extranjeras», según el periodista Diego Martínez, del diario porteño Página/12. Casi todos tienen hijos y nietos, van a misa y pasan desapercibidos. «Sólo ellos y sus íntimos conocen el secreto que los degrada: arrojaron a personas vivas, drogadas, indefensas, desnudas, desde aviones en vuelo hacia el vacío».

Diego Martínez lamenta la falta de «una estrategia judicial para identificar a pilotos y tripulantes». Pero como el testimonio de Poch probablemente será útil, el Gobierno español aprobó tramitar la extradición solicitada por el juez argentino Sergio Torres. Al igual que Sosa, el aviador se encuentra en prisión a la espera de la eventual aprobación de su entrega. Mientras tanto, otro pez gordo, Reynaldo Bignone, que asumió el mando de las Juntas en el bienio 1982-1983, se sentó recientemente en el banquillo. «Hablan de 30.000 [desaparecidos], pero sólo fueron 8.000», dijo el acusado a la periodista francesa Marie-Monique Robin durante su intervención en el documental Escuadrones de la muerte. La escuela francesa.

La fuga hacia Brasil, México, España u Holanda de militares comprometidos con las barbaridades de la ESMA y de los otros 339 centros clandestinos de detención y tortura comenzó con los juicios civiles de 1984 contra los comandantes de las Juntas, ordenados por el presidente Raúl Alfonsín (1983-1989). Con la aprobación de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, casi a punta de pistola militar, y con los posteriores indultos se ralentizó la fuga de quienes ya se veían entre rejas. La nulidad de las leyes de perdón permitió la reanudación de las vistas. Deberán rendir cuentas no sólo los 19 ex marinos juzgados estos días, sino todas las personas detenidas en establecimientos militares o civiles y, si fueran detenidos, los prófugos. «Estoy seguro de que hay más ex militares en España y Europa», subraya Carlos Slepoy. «Lo que ocurre es que a raíz de la apertura de procedimientos por parte de la Audiencia Nacional, por el juez Garzón, se produce el retorno a Argentina de muchos. Algunos de los que no retornan han sido detenidos».

Manuel Ollé, presidente de la Asociación Pro Derechos Humanos de España, observa atentamente lo que ocurre en Argentina y, pese a las dificultades, cree que las cosas van muy bien. «En España ya poco podemos hacer», señala. «Ahora mismo, cualquiera de los que están detenidos aquí podría ser enviado allí, porque ya es posible hacer justicia en Argentina». Desde 2003 hasta octubre de 2008 se activaron cerca de 1.000 causas en Argentina, según la Unidad Fiscal de Coordinación de este país.

Son 561 autos de procesamiento contra 510 personas, de las cuales 59 siguen prófugas, y el resto, detenidas. Hasta ahora, 50 de ellas han sido condenadas. Posiblemente Poch y Soza serán extraditados y juzgados pese a las dificultades observadas por Ollé, profesor de Derecho Penal, y por la abogada suizo-peruana Claudia Josi en un informe ante el FIDH tras un año de investigaciones. Los sustanciales avances argentinos en la investigación de los delitos conviven con dificultades que entorpecen el normal desarrollo de los procedimientos judiciales, según el informe, que cita, entre otros, el letargo de las causas y la inseguridad de los operadores jurídicos, víctimas, testigos, peritos e imputados.

«La complejidad y magnitud de las causas, en una de las mayores investigaciones vigentes en el mundo por crímenes contra la humanidad, requieren jueces especializados y dedicados, junto con funcionarios judiciales, en exclusiva», reclaman Ollé y Josi. Carlos Slepoy lamenta que el número de personas que están siendo juzgadas, aún importante, es relativamente ínfimo si se compara con el número de participantes en el terrorismo de Estado de las Juntas. «Y un problema fundamental de los juicios es que la mayoría no están en la cárcel», agrega el abogado. «No están porque han agotado el periodo máximo de prisión preventiva, porque tienen más de 70 años o porque se decide que estén en unidades militares». La lentitud de los juicios o su atomización también irritan. «Hay muchas quejas por parte de las víctimas».

El País.com

NOTA DEL EDITOR:

ARGENTINA HACE SUS DEBERES CON RESPECTO A LA MEMORIA HISTÓRICA

Un ejemplo a seguir por parte del gobierno y los futuros gobiernos nacionales. Argentina está haciendo sus deberes, tal y como aconseja el derecho internacional, la justicia y la historia, además del sentido común  en referencia a la «recuperación de su memoria histórica». No ha tenido miedo, ni han llamado a los fantasmas de la disgregación del estado, a la ruptura del país, o a la posible confrontación entre argentinos. Simplemente se han dedicado hacer lo que debiera haber hecho el estado español hace mucho tiempo, cuando éste se dedicaba a parapetarse en el borrón y cuenta nueva,  de la tan alabada Transición de la dictadura a la democracia, es decir, hacer jsuticia y recuperar su verdadera historia.

Argentina nos da un ejemplo de como es posible hacer justicia sin rasgarse las vestiduras nacionales derogando una ley de punto y final absurda, injusta e inhumana. Tomen nota nuestros señores politicos y la judicatura española, por otro lado tan dados a esquivar el bulto y no afrontar lo que es un deber histórico y jurídico después de setenta y tres años de ostracismo y mentiras.

Jordi Carreño Crispín

Vicepresidente de La Memoria Viv@


JAVIER CERCAS, PALOS DE CIEGO: ¡Otra bendita novela sobre la Guerra Civil!

enero 10, 2010

JAVIER CERCAS 10/01/2010

Una ventaja de ser español consiste en que uno puede reconocer con facilidad al perfecto idiota intelectual español. Éste se delata por ciertos rasgos, uno de los cuales es que tarde o temprano intenta hacerse el moderno mofándose de las novelas sobre la guerra civil. Lo sé porque, además de ser español, hasta hace poco tiempo yo era un perfecto idiota intelectual español. “¡Es tan fácil no escribir un drama trágico en cinco actos!”, dijo un heterónimo de Antonio Machado; por mi parte yo hubiera podido decir: “¡Es tan fácil no escribir una novela sobre la guerra civil!”. Hasta que un día descubrí que no era tan fácil, y en un descuido escribí una novela sobre la guerra civil o una cosa que se parecía tanto a las novelas sobre la guerra civil que era casi imposible distinguirla de ellas. El resultado de ese despiste fue aterrador, de hecho a punto estuvo de terminar con mi vocación literaria y de convertirme de paso en un perfecto idiota intelectual español elevado a la enésima potencia, alérgico de por vida no sólo a las novelas sobre la guerra civil sino a cuanto guardara la más mínima relación con la guerra civil. Por fortuna, no fue así (o eso espero), y la razón fundamental de que no fuera así residió en que en el fondo esa novela no trataba sobre la guerra civil sino sobre un perfecto idiota intelectual español que, como todo perfecto idiota intelectual español, al principio piensa que la guerra civil es algo tan ajeno y tan remoto para él como la batalla de Salamina y al final descubre lo evidente, y es que el pasado no pasa nunca, que el pasado es el presente o la materia de la que está hecho el presente y que, nos guste o no, nada de lo que somos se entiende sin la guerra civil porque la guerra civil es nuestro mito fundacional. ¿Habrá que repetir lo obvio? Pues que lo repita Juan Benet, que no puede impedirlo: “La guerra civil fue, sin duda alguna, el acontecimiento histórico más importante de la España contemporánea y quién sabe si el más decisivo de su historia. Nada ha conformado de tal manera la vida de los españoles del siglo XX y todavía está lejos el día en que los hombres de esta tierra se puedan sentir libres del peso y la sombra que arroja todavía aquel funesto conflicto”. El fragmento citado es de 1976; desde entonces han cambiado muchas cosas, pero estoy seguro de que, si estuviera vivo, Benet no modificaría más que la última parte de la última frase, tal vez quitando uno de los dos “todavía”.

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“La literatura no es una cuestión de tema, es decir, de fondo, sino de forma”

No es ésa la única cosa obvia que olvida o ignora el perfecto idiota intelectual español. Olvida o ignora, por supuesto, que a última hora el tema de una novela es siempre secundario: la literatura no es una cuestión de tema, es decir de fondo, sino de forma, porque en ella la forma es el fondo; pero olvida también otras cosas. La esencial es acaso que las novelas sobre la guerra civil podrían ser, por así decir, nuestro western. Borges observó que la novela del siglo XX había desterrado la épica, y que ésta había emigrado al cine de Hollywood. Tenía razón: convencida de que en el camino de la muerte todos somos héroes, la novela del siglo XX propugnó la épica imposible de la vida corriente y rechazó la épica que desde Homero y Virgilio cantaba a las armas y al varón, al hombre enfrentado con un destino excepcional; la pérdida fue tanto más dramática cuanto que la novela nació con Cervantes como épica en prosa y cuanto que es posible que su futuro dependa de su fidelidad a esos orígenes. Hollywood preservó la épica en el siglo XX convirtiendo el mito fundacional de los Estados Unidos, la conquista del Oeste, en materia del western; la guerra civil es nuestra conquista del Oeste, y las novelas sobre la guerra civil pueden ser nuestro western porque son quizá nuestra única posibilidad de épica: de ahí en parte que la guerra haya sido uno de los grandes manantiales temáticos de nuestra novela. Naturalmente, hay infinidad de novelas españolas sobre la guerra civil –entre ellas algunas de las peores y algunas de las mejores de los últimos 70 años–, pero hay todavía muchos más westerns y, cada vez que ante una nueva novela sobre la guerra civil oigo nerviosísimo exclamar a otro perfecto idiota intelectual español “¡Oh, no, otra maldita novela sobre la guerra civil!”, me imagino a todos los perfectos idiotas intelectuales del mundo que en los años sesenta, cuando tanta gente creía que el western ya no tenía nada que decir y se estrenó, digamos, El hombre que mató a Liberty Valance –a mi juicio el mejor western y una de las mejores películas jamás filmadas–, exclamaron al unísono: “¡Oh, no, otro maldito western!”. Me imagino eso y, la verdad, me tranquilizo bastante.

¿Tienen todavía algo que decir las novelas sobre la guerra civil? La duda ofende; la respuesta es evidente: depende del talento de quien la escriba. Y aquí llega Jordi Soler con su gran talento y con La fiesta del oso. Escribí este artículo para hablar de esa novela; lo estoy acabando sin haberlo hecho. Discúlpenme. Discúlpenme pero lean la novela: en las primeras 15 páginas Soler levanta un mito con verdadero aliento épico y, como si de un gran western se tratara, en las siguientes 145 lo destroza. Es una novela estupenda. Otra bendita novela sobre la guerra civil.

El País semanal.com


Paseos y tumbas…

enero 10, 2010

JAVIER PRADERA 10/01/2010

La fracasada búsqueda en Alfacar de los restos mortales de Federico García Lorca y otros tres asesinados no ha cerrado la polémica sobre su eventual exhumación. Los fusilamientos sin juicio previo y los enterramientos en cunetas o parajes deshabitados cubrieron la zona rebelde y el territorio leal especialmente al comienzo de la Guerra Civil. No sólo la militancia política, sino también los odios personales cargaron las armas del crimen.

    Francisco Javier Pradera Gortazar

    Javier Pradera

    A FONDO: Nacimiento:  28-04-1934 / Lugar:  San Sebastián

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Continúa la polémica en torno a la localización de los restos mortales de Federico García Lorca.

La llamada Ley de Memoria Histórica 52/2007 regula sin acepción de banderas las compensaciones materiales y simbólicas debidas a las víctimas de la persecución y la violencia por razones políticas, ideológicas o de creencia religiosa. El golpe de 1936 interrumpió el proceso democrático iniciado por la II República. Pero la distinción por razones de legitimidad histórica entre los paseos dados en la retaguardia nacional o roja implicaría la absolución -según el enfoque político elegido- de los crímenes inhumanos cometidos en alguno de los dos territorios enfrentados.

Ahora bien, la paz de los cementerios franquistas concedió a los vencedores casi cuatro décadas para rendir homenaje a sus muertos; el duelo de los vencidos, en cambio, quedó confinado a la clandestinidad. Si la crueldad del humor negro de los supervivientes distinguía entre los caballeros mutilados franquistas y los jodidos cojos republicanos, la diferencia entre las sepulturas y las fosas ofrecía una discriminación semejante por lo que respecta a los muertos.

Pese a su uso indiferenciado habitual, desaparecidos y paseados no son términos sinónimos. Los militares del Cono Sur planificaron y perpetraron fríamente el exterminio secreto de miles de desaparecidos por temor a la condena internacional de su ejecución judicial. Los paseados de la Guerra Civil española, en cambio, fueron las víctimas de una salvaje represión de dimensiones cuasipúblicas movida por el odio y la intolerancia.

La Ley 52/2007 proporciona a los descendientes de los muertos todavía sin sepultura la ayuda estatal necesaria para localizar e identificar sus restos. Las asociaciones de la memoria histórica han insistido hasta ahora en el argumento compasivo del derecho de las familias a recuperar los restos de sus seres queridos. Pero la familia García Lorca no ejerció esa facultad: su decisión, animada por el justificado temor a un circo mediático y por convincentes argumentos históricos y éticos, fue premiada con una abominable campaña de linchamiento moral.

Tras el fracaso de la excavación de Alfacar, causado por tomar como certeza una simple conjetura, grupos y personas que apelaron mientras les convino al derecho de los descendientes a localizar los enterramientos se aprestan ahora a exigir del Estado la obligación de continuar de manera indefinida la búsqueda de los restos de Federico García Lorca, cuya memoria literaria y personal seguirá viva en el curso de las generaciones tengan o no albergue sus huesos en una tumba de conocimiento público.

El País.com

(Textos subrayados en negrita o azul y letra cursiva marcados por el editor)


Oviedo cambia nombres de sus calles por la Ley de Memoria Histórica…

enero 10, 2010

Los vecinos de las desaparecidas División Azul, Capitán Almeida y Coronel Teijeiro reciben un boletín de empadronamiento


La Ley de Memoria Histórica cambia de nombre a las tres primeras calles:

    1. División Azul, calle dedicada a la unidad de voluntarios españoles que se unió al ejército alemán en la campaña contra Rusia en la Segunda Guerra Mundial, ha pasado a llamarse Real Oviedo.
    2. Capitán Almeida, destinado en la Fábrica de Armas se sumó con la guarnición de Oviedo al Movimiento Nacional. Murió en la ciudad. Su calle se llama ahora Fernando Alonso.
    3. Teniente Coronel Teijeiro, encabezó uno de las columnas gallegas que avanzaron sobre Asturias, hasta llegar a España. Se llamará Samuel Sánchez.

    Oviedo cambia nombres de sus calles por la Ley de Memoria Histórica
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    «Mi padre, el comandante Vallespín, fue el único que murió defendiendo Oviedo»

    Hace dos años el Consistorio nombró a una comisión para decidir qué calles debían cambiar de denominación para cumplir con una de las exigencias de la Ley de Memoria Histórica, la eliminación de los símbolos franquistas de las calles del país. Un grupo de expertos analizó el caso ovetense. Al final decidieron que 14 de la treintena de calles analizadas modificarían su nombre. Hasta el momento, la normativa sólo ha tenido efecto en tres vías -División Azul, Capitán Almeida y Teniente Coronel Teijeiro-, cuyos vecinos ya comienzan a notar las molestias de tal decisión.
    Cuando se cambia de domicilio los engorrosos trámites, camuflados por la ilusión del estreno, se hacen interminables, pero más o menos el listado está claro: Empadronamiento, DNI, recibos de agua, luz, teléfono, banco, seguridad social, recibos de centros deportivos, actividades extraescolares… El problema surge cuando cientos de vecinos tienen que hacer todos estos papeleos al mismo tiempo y sin tener muy claro el qué, el cuándo y el dónde.
    «A nosotros sólo nos comunicaron que el nombre de la calle iba a cambiarse, pero no nos dijeron todo lo que acarreaba», explica María Teresa Martín, presidenta de la Asociación de Vecinos de San Lázaro. Con todo, el Ayuntamiento «sólo ha recibido la queja de una vecina», según explicó el concejal de Patrimonio, Iván de Santiago. Los responsables municipales, que para facilitar el trabajo a los vecinos han enviado un boletín de empadronamiento con la nueva dirección a todos los afectados, «esperábamos un aluvión de quejas, pero no ha sido así. Hacemos lo que está en nuestras manos y por los menos los vecinos no tienen que venir al Ayuntamiento», explica el dil. De hacerlo, se colapsaría el servicio de estadística, así que la medida tiene un doble objetivo.
    Los residentes se libran del paseo hasta el Consistorio, pero de lo que no pueden zafarse es del resto de trámites. «No tenemos nada claro, no sabemos qué hacer, ¿cambio el DNI ahora o cuando me toque renovarlo?», se cuestiona un vecino de la antigua Capital Almeida, ahora calle de Fernando Alonso. Añade que ya ha recibido el boletín de empadronamiento, pero lo que no le llega es su correspondencia. «El otro día me llamaron del banco porque todas mis cartas les llegaban de vuelta. Me acerqué a la sucursal y vimos que era por el cambio de calle. El cartero las devolvía. De momento, sustituí la dirección en el banco, pero andamos bastante perdidos», confiesa. Y sólo van tres calles.

    El Comercio Digital (Asturias)


    A vueltas con la memoria histórica…

    enero 10, 2010
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    10/01/2010 CÁNDIDO Marquesán

    Es seguro, o cuando menos probable, que algunos, no me atrevo a cuantificarlos, al leer estas líneas y vean que versan sobre el tema, ya sobado mas todavía no resuelto, de la memoria histórica, exclamarán que ya vale, otra vez con la misma tabarra, que lo que les preocupa de veras es la crisis económica, y su secuela más importante que es el paro galopante.¡Toma! ¡Y a mí también! Y a otros muchos como yo. Lo que no es óbice para que me preocupe por el tema de que más de 100.000 españoles estén enterrados todavía en las cunetas de cualquier carretera comarcal, en las tapias de cualquier cementerio, o incluso en algún basurero, y que además sus familiares no puedan darles una digna sepultura, como todo ser humano se merece.

    También me preocupa que a una parte, no pequeña de la sociedad española, esta traumática e injusta circunstancia le importe un comino, ya que por lo que parece hoy en día se mueve solo por unos valores, como: dinero, IPC, PIB, eficacia, producción, el euribor, cotizaciones en bolsa, vacaciones en la playa o la montaña- Y mi preocupación continúa al constatar que importantes y poderosos medios de comunicación, han trabajado para que en ese importante sector de la ciudadanía española haya calado esa escala de valores. Y esto es así, merced a que abundan cada vez más un prototipo de columnistas, que dicen escandalizarse porque en esta sociedad nuestra se está produciendo un vacío de valores morales, por la nueva ley del aborto, el matrimonio de los homosexuales, el divorcio express, la educación para la ciudadanía-

    Y sin embargo, no tienen ningún impedimento moral en colocarse en contra de todo aquello relacionado con la memoria histórica, y que les resulte indigerible el que todas esas víctimas sean enterradas. Me resulta difícil entender estos comportamientos tan contradictorios. También me preocupan determinadas actuaciones judiciales, como el que se admitiera a trámite la querella presentada por el sindicato Manos Limpias contra el juez Garzón por su iniciativa de abrir una causa penal para investigar los crímenes del franquismo por medio del sumario 53/2008. Igualmente la actuación de determinadas jerarquías eclesiásticas que consideran que en la memoria histórica no hay más que resentimiento, tal como dijo el cardenal Rouco: «A veces, es necesario saber olvidar» en lo que él denomina, haciendo gala de una doble moral, de «una auténtica y sana purificación de la memoria», mientras canonizan a miles a sus mártires de la Guerra Civil. Por último, no menos me preocupa que el PP, con más de 10 millones de votantes detrás, se muestre insensible, e incluso se ría de todos aquellos, que quieran enterrar a sus muertos, acusándoles de insensatos y de poner en peligro nuestra democracia que ha costado tantos esfuerzos conseguirla.

    En el debate preelectoral Rajoy mostró su desprecio a la Ley de la Memoria Histórica (LMH) porque «no interesa a nadie». Y ya antes Miguel Ángel Rodríguez, portavoz que fue del Gobierno de Aznar entre 1996-1998 en el programa 59 segundos de TVE dijo: «En plena época de internet y de la play station, es estúpido que a estas alturas estemos recordando lo que pasó hace 70 años». Una vez más, la derecha pone de manifiesto que no le gusta hablar de memoria histórica, pues ello es tanto como aludir a sus raíces ideológicas y personales.

    Por todo siento una profunda tristeza. Que después de más de 30 años en esta democracia nuestra, todavía la sociedad española, incluida en ella tanto la clase política como la ciudadanía, no haya sido capaz de saldar esa deuda histórica con todos aquellos españoles que fueron asesinados, por el único delito de defender el régimen republicano, entiendo que algo está fallando. ¿Qué democracia es ésta? ¿Es una democracia de segunda categoría? ¿O es que está enferma? Tengo la impresión de que deberíamos empezar a cuestionarnos ya esa idea de que nuestra transición democrática ha sido modélica y hemos pretendido dar lecciones a otros. Si nuestra democracia fuera plenamente madura, no debería tener problema alguno para digerir nuestro pasado por duro y tenebroso que este haya sido. La verdad por encima de todo. Sudafricanos, chilenos, argentinos, rusos, lo han hecho ya dándonos una contundente lección. Nuestra democracia debe reparar esa deuda pendiente por razones estrictamente democráticas, ya que si hoy vivimos en un régimen consolidado de libertades y de paz, es absolutamente imprescindible reparar esta injusticia. ¿Qué mejor muestra de reconciliación que ser capaz de asumir el pasado doloroso y tomar medidas para corregir tales errores? Hacerlo ya contribuiría de verdad a la reconciliación, así como el refuerzo de la convivencia democrática. Nada más lejos que al enfrentamiento. Pero es que además existen poderosas razones de carácter ético, que debían superar cualquier diferencia política. Historiador.

    El Periódico de Aragón


    La Palma: El temporal sepultó las excavaciones de las fosas de la Memoria Histórica…

    enero 10, 2010

    Gran parte del trabajo de excavación realizado por los familiares de los represaliados del franquismo y por los arqueólogos en el monte de Fuencaliente fue destrozado por las riadas de agua. Desde la asociación anuncian que seguirán explorando la zona del Pino del Consuelo, que quedó calcinado por el incendio.

    10/ene/10

    M. CHACÓN, Fuencaliente

    La riadas de agua provocadas por el temporal del mes de diciembre, con un efecto devastador en Fuencaliente, acentuado por la eliminación de monte que previamente había generado el gran incendio registrado en agosto, no sólo dañaron infraestructuras públicas y privadas, también fueron severas con un proyecto social vinculado a la recuperación de los restos de las víctimas de la Guerra Civil y represaliados por el franquismo. Las fosas excavadas en los últimos años en los montes del sur de la Isla, en los alrededores del conocido como Pino del Consuelo, fueron sepultadas nuevamente por el lodo y la arena.

    Este espacio, de unos 200 metros cuadrados y considerado un referente en Canarias para las asociaciones de familiares de desaparecidos vinculadas a la Ley de Memoria Histórica, por ser el primero en el que, con apoyo público, se ejecutó un proyecto de recuperación de restos humanos, fue maltratado por el temporal, hasta el punto de que prácticamente se inundaron todas las excavaciones realizadas, al menos en uno de los lugares de mayor protagonismo, en el que se han llegado a encontrar desde 2006 hasta ocho cuerpos, de los que dos fueron identificados y el resto permanecen en estudio.

    Daños recuperables.- Primero el incendio y luego las lluvias erosionaron el suelo de esa primera excavación, a unos 100 metros del Pino del Consuelo. Las riadas sepultaron las fosas y destrozaron las vallas de protección colocadas en el perímetro. Sólo quedaron al descubierto los troncos de los pinos que sirvieron de guía para encontrar los primeros restos (habían crecido alineados al germinar las semillas en el fondo de la fosa cuando se fue hundiendo), como firmes testigos del punto en el que se debe volver a excavar.

    La segunda zona, más al noreste del pino, recientemente excavada tras una primera incursión en la década de los 90, no fue tan dañada por las riadas, aunque sí por el incendio. Esta zona también necesita intervenciones porque se pretende seguir explorando en la misma. Hay testimonios orales e indicios fiables de que en esa zona fueron enterrados más cuerpos que los que se encontraron, entre los que estaba el de un alcalde republicano de Los Llanos de Aridane.

    Empezar de nuevo.- Según señala el vicepresidente de la asociación, Félix González, «los daños ocasionados por las riadas y el incendio representan una dificultad añadida que afrontaremos. Hay que empezar de nuevo, pese a que había varios lugares ya explorados, gracias básicamente a las subvenciones obtenidas del Estado». Las excavaciones permanecían paradas por falta de presupuesto: «habíamos parado temporalmente porque son muy costosas, ya que en ellas trabajan arqueólogos. Pero ahora hay que limpiar nuevamente todo, sacar los escombros y volver al punto en el que se encontraba la excavación».

    González recuerda que los alrededores del conocido como Pino del Consuelo, calcinado por el incendio de agosto, son una gran tumba de alzados. Allí, en el monte aislado, se oculta parte del horror de la Guerra Civil, mostrado en aquellas fosas en las que se buscaba a los denominados como «los 13 de Fuencaliente», unos represaliados que se ocultaron en los montes de la Isla y que fueron asesinados tras su captura.

    Siempre que pueden, los miembros de la asociación expresan su deseo de cumplir con el anhelo familiar de dar un entierro digno a los parientes que perdieron durante la fratricida guerra en las desgraciadas condiciones ya conocidas.

    eldia.es


    LEY DE MEMORIA HISTÓRICA El Gobierno estudia conservar la estatua de Franco en La Legión en Melilla…

    enero 10, 2010

    Según ha podido saber la SER, Cultura analiza si la estatua ecuestre de Franco en el Tercio de La Legión en Melilla puede ser una excepción a la ley por motivos históricos y culturales.

    MARIELA RUBIO (CADENA SER)   10-01-2010

    De los cerca de 420 vestigios franquistas catalogados por el departamento de Carme Chacón, la mayoría en dependencias del Ejército de Tierra, 328 han sido ya retirados de las dependencia militares y, según fuentes del Ministerio, se prevé que resto de los símbolos hayan sido eliminados antes del mes de Febrero.

    Defensa ya ha ordenado la retirada de las estatuas de Franco en el Arsenal de Ferrol y la Capitanía de Valencia (de propiedad municipal pero que Defensa mantenía en depósito) y esta semana han comenzado los trabajos para eliminar la placa franquista del Cuartel General del Ejército del Aire en Madrid, al igual que se ha hecho ya con el escudo preconstitucional de la Capitanía de Barcelona.

    Pero el catálogo de símbolos en instalaciones militares, ha planteado dudas sobre la conveniencia de retirar algunos de ellos por razones culturales, históricas o artísticas. Por ello, Defensa ha decidido someter doce símbolos a la consideración de los técnicos del Ministerio de Cultura para que determinen si efectivamente es procedente sustituirlos o si entran dentro de la categoría de excepciones a preservar.

    Una posibilidad contemplada en la ley de Memoria Histórica para aquellos elementos que tengan un especial significado histórico o artístico, o bien que concurran en ellos criterios técnicos que aconsejen su conservación.

    El caso más destacado de estos doce símbolos es la estatua ecuestre de Franco en el Tercio de La legión en Melilla. La efigie de bronce, está situada en el patio del acuartelamiento «Millán Astray» donde se encuentra ubicado el Tercio Gran Capitán.

    Según fuentes del Ministerio de Defensa además de las razones históricas y culturales que han motivado la consulta a los expertos, se da la circunstancia de que la retirada de la efigie es técnicamente compleja, ya que requeriría tirar abajo el cerramiento del patio central donde se encuentra.

    Cultura emitirá un dictamen sobre la estatua

    Ahora la comisión emitirá un dictamen técnico evaluando, si la estatua de Franco exalta la sublevación militar que germinó en esa plaza, y por lo tanto procede su retirada, o si la figura del Franco cofundador de La Legión que combatió en las campañas contra los rifeños, justifica su conservación. Aunque el dictamen no será vinculante y la decisión final habrá de adoptarla Defensa, fuentes del departamento de Chacón aseguran que la intención del Ministerio es proceder de acuerdo con el criterio de los expertos.

    Además de la estatua de Franco en la legión de Melilla, cultura deberá pronunciarse sobre otros ocho símbolos franquistas que defensa considera a priori que podían ser excepciones a la ley por razones artísticas o por criterios técnicos: siete escudos preconstitucionales integrados en edificios militares protegidos en Melilla, Valencia, Santander, Lanzarote y Tuy, así como la vidriera con símbolos preconstitucionales en la Agrupación de Apoyo Logístico de Valladolid.

    Los expertos ya se han pronunciado sobre tres símbolos «dudosos»

    Los técnicos de Cultura ya se ha pronunciado sobre tres de los doce símbolos que Defensa sometió a consulta: sobre el mástil del «Cañonero Dato» que acompaña al monolito con las huellas del dictador en los terrenos militares del Monte Hacho en Ceuta, Cultura ha recomendando retirar las huellas y llevar el resto de símbolos al museo militar de Ceuta.

    Sobre el escudo franquista de la Inspección de Barcelona, los técnicos han propuesto que sea tapado por otro con el emblema constitucional. En el caso del escudo del Acuartelamiento de Son Simonet en Mallorca Cultura ha considerado adecuado que sea eliminado por no tener en realidad valor artístico.

    La retirada de símbolos militares franquistas en cifras

    SÍMBOLOS FRANQUISTAS CATALOGADOS: 427

    -Ministerio de Defensa y organismos dependientes: 124

    -Ejército de Tierra: 239

    -Armada: 43

    -Ejército del Aire: 21

    SIMBOLOS FRANQUISTAS RETIRADOS: 328

    -Ministerio de Defensa y organismos dependientes: 124 retirados (La totalidad)

    -Ejército de Tierra: 150 retirados (80 en ejecución)

    -Armada: 38 retirados (2 en ejecución)

    -Ejército del Aire : 16 retirados (5 en ejecución)

    SIMBOLOS FRANQUISTAS CON EXPEDIENTES REMITIDOS A CULTURA: 12

    -En estudio: 9

    -Dictaminados y la espera de ser retirados: 3

    La retirada de símbolos militares franquistas en cifras

    Cadena Ser