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A bombo y platillo ayer se presentó en Madrid el portal de Víctimas de la Guerra Civil y Represaliados del Franquismo, esta situado en la página web del ministerio de cultura.
La dirección es la siguiente:
http://www.mcu.es/novedades/2010/novedades_Pares_Victimas.html
Una vez más se demuestra que todos los que trabajan en el asunto de la Memoria Histórica o han olvidado, o se les ha perdido por el ciberespacio el nombre y apellidos de aquellos que fueron fusilados, literalmente, por las fuerzas republicanas.
En la nota de prensa con motivo de esta noticia se recoge estas solemnes palabras:
“El Portal nace con el propósito de hacer posible que los ciudadanos y ciudadanas de nuestro país honren y recuperen para siempre a todos los que directamente padecieron las injusticias y agravios producidos por motivos políticos, ideológicos o religiosos.”
He introducido en las ventanas correspondientes nombres y apellidos de personas, que fueron masacradas en el bando republicano. No aparecen ningún vestigio de de ellos.
Ante este asunto, en el diario elmundo.es la noticia se presenta de esta forma:
http://www.elmundo.es/elmundo/2010/05/31/espana/1275323998.html
“Los datos personales de 750.000 víctimas documentadas de la Guerra Civil española de ambos bandos figuran en el portal digital ‘Víctimas de la Guerra Civil y Represaliados del Franquismo’, que ha sido incorporado a la página web del Ministerio de Cultura (www.mcu.es).”
Yo me pregunto: ¿De ambos bandos?. Respuesta: No.
Por favor que no sigan engañando. Ya está bien. Dejemos a los muertos de todos los bandos descansar en paz. Se lo merecen después de setenta y cinco años.
Tomás de la Torre Lendínez.
La «media» Memoria Histórica InfoCatólica
NOTA DEL EDITOR:
«Qué los muertos descansen en paz…»
Que los muertos descansen en paz o no dependerá de las creencias particulares de cada uno, pero de lo que si estoy totalmente seguro, es que los que no descansan en paz todavía hoy, son los vivos, es decir, los familiares de aquellos que siguen desaparecidos, enterrados en cunetas, barrancos, simas, torrentes, bosques o cualquier otro típico lugar de reposo proporcionado generosa, gratuitamente y en cantidad por las hordas fascistas de Franco.
Hoy todavía hay muchas Marías como la de la C-501, que bajan a diario al lugar donde están sepultados sus seres amados, hijos que conocen el lugar donde están enterrados sus padres y no pueden hacer nada por recuperarlos, nietos y sobrinos que sabemos que les sucedió y donde están a nuestros abuelos y tíos; y que continuamos la labor que no pudieron llevar a cabo nuestros mayores, etc. Así que probablemente el comentario del Sr. Tomás de la Torre con el que estoy casi de acuerdo (a excepción del término bando): «Dejemos a los muertos de todos los bandos descansar en paz», necesite unas puntualizaciones.
Éste, tendría casi sentido y significado si esos más de 130.000 desaparecidos del ejército popular republicano, que al día de hoy no han recibido todavía digna sepultura; y que además, en una agravio comparativo brutal durante más de setenta años, han soportado que alegremente aquellos que ilegalmente se sublevaron contra el gobierno legitimo y provocaron una brutal guerra fraticida (incluida la represión mientras, durante y posterior a la misma), recibieran todo tipo de homenajes, reconocimientos, agasajos y prebendas, al mismo tiempo que ellos eran postergados al más frío de los olvidos, el de las fosas, que no esconden únicamente sus cuerpos y tropelías cometidas contra los mismos, sino también el olvido, la desmemoria y la vergüenza del país que defendieron a ultranza contra los golpistas; y que los ha abandonado y dejado olvidados a merced del tiempo.
Así que ciertamente se merecen descansar ya, después de setenta y cinco años», pero con una sola salvedad Sr. Torrens, que reposen después de recibir todos los honores por haber intentado proteger a la República como gobierno legal –al igual que recibieron ese trato los sublevados por el régimen dictatorial e ilegal de sátrapa Caudillo de España-, por haber luchado como pueblo contra un ejército profesional y sanguinario, y sobre todo, por haber sido eso, simplemente el pueblo haciendo de garante de su libre elección en la calle, por tanto, ellos no eran un bando, eran los paladines del derecho legítimo y de sus gentes; mientras, el bando nacional, si era un bando, un bando que fue el instigador del fatídico resultado de su ilegal actuación enfrentándose y aniquilando armado a su propio pueblo.
Y que éstos, después de haber sido borrados y olvidados durante la dictadura, encima tuvieron que soportar el reolvido al llegar la teórica libertad con la Transición democrática y la Ley de Amnistía de 1977, que además de liberar a los presos políticos y que permitió volver del exilio a algunos de los que se fueron, dejaba impunes a los autores, coautores y cómplices de la represión franquista. Eso sin olvidarme ahora de aquellos que de modo tan cruel lo perdieron todo, incluso, de aquellos que nunca tuvieron nada porque su vida fue una mentira y les robaron sus orígenes e identidades.
Por último, no se preocupe si no aparecen todas las víctimas de guerra del bando nacional – están más que censadas-. Preocúpese sólo por aquellas que no aparecen, son buscadas y reclamadas, sean nacionales o republicanos, y seguramente, se dará cuenta, a la vez que tal vez también se sorprenda de que del bando nacional prácticamente no hay. Y le puedo asegurar con total certeza de que, el que no estén, no es un tema político, ni una casualidad, es simplemente, que la mayoría de ellos están bien enterrados. Así que demagogia aparte, y con la sordina del titular del mundo, le diré que a mi tampoco me parece una buena página, como tampoco me parece una buena ley la de “La Memoria Histórica”, pero eso, es mejor que nada para muchos de los familiares de las víctimas del franquismo y la represión. Que por cierto y como le he apuntado antes, no son sólo los desaparecidos y enterrados en fosas comunes, también lo son los niños secuestrados del franquismo, los niños de las inclusas, los encarcelados por ideología, los exiliados, los que se quedaron sin nada porque se les expropiaron todos sus bienes (muchos o pocos), pagas, los reprimidos por ser diferentes, etc. etc.; pero eso es harina de otro costal, o un tema que podemos debatir en otra ocasión. Y éstos, tampoco aparecen o están perdidos por el ciberespacio. ¡Verdad, Justicia y Reparación! Es muy simple.
Jordi Carreño Crispín
Vicepresidente de la A. I La Memoria Viv@