Varela rechaza la petición de nulidad de Garzón…

junio 3, 2010

El instructor defiende su auto de apertura de juicio oral y niega que fuera «precipitado».

ÁNGELES VÁZQUEZ MADRID 02/06/2010.

El ex presidente de Cepsa Carlos Pérez de Bricio, ayer, al llegar al Supremo.REYES SEDANO

El magistrado del Tribunal Supremo Luciano Varela se ha negado a tramitar el incidente de nulidad que planteó Baltasar Garzón contra el auto que abrió juicio oral en su contra por haber incoado la primera causa penal para investigar los crímenes franquistas. Varela precisa que la resolución, que se notificó un día después de que Garzón anunciara su intención de trasladarse a La Haya para asesorar a la Fiscalía de la Corte Penal Internacional, no se puede «tachar de precipitada», porque los recursos de apelación carecen de efectos suspensivos.

Y, para rechazar dar trámite a la vulneración de derechos fundamentales que alega el juez, el instructor se basa precisamente en esos recursos presentados por la defensa ante la Sala Segunda del Supremo. La razón es que en ellos Garzón también denunció que se vio perjudicado en su derecho de defensa por las indicaciones que Varela dio a las acusaciones personadas en la causa (Falange Española de las JONS y Manos Limpias, que comparte representación con la asociación, también de corte ultraconservador, Libertad e Identidad) para que corrigieran sus escritos de acusación.

Se amplía hasta el 17 de junio el plazo de la defensa para pedir la absolución

La defensa del juez, que ejerce el abogado Gonzalo Martínez-Fresneda, también recurrió la negativa del instructor a aceptar los testimonios de los juristas internacionales, expertos en justicia universal, que solicitaba.

«En la medida que el conocimiento sobre el fundamento de dichas denuncias está ya sometido a la Sala competente para el enjuiciamiento, no cabe que el instructor incida sobre dicha pretensión. Ni tal consideración por el instructor puede replantearse ahora por el imputado sin ir contra propios actos», porque no recurrió ante él, sino ante la propia Sala, asegura Varela.

Datos necesarios

El ex presidente de Cepsa financió un curso sin conocer al juez

A lo que sí ha accedido el magistrado es a ampliar el plazo concedido a Garzón para presentar su escrito de defensa. Ahora vence el día 17. Martínez-Fresneda recurrió el plazo al entender que era imprescindible, para poder defender a Garzón, conocer los argumentos que utilizará la Sala de lo Penal tanto si le da la razón y anula el escrito de acusación de Manos Limpias, como si rechaza su pretensión.

Además, la Sala todavía debe confirmar o revocar la expulsión de Falange del procedimiento, que también está recurrida. Y no tendría sentido, que este partido conociera el escrito de defensa antes de hacer el suyo de acusación, si es que la Sala decide readmitir en el procedimiento al único partido que era legal durante el franquismo.

Curso sobre terrorismo

Por otra parte, el presidente de Cepsa hasta hace dos años, Carlos Pérez de Bricio, declaró este miércoles como testigo en relación con otro procedimiento seguido contra Garzón, el referido al patrocinio de los cursos que el magistrado impartió en Estados Unidos.

El ex directivo aseguró ante el instructor Manuel Marchena que «no conoce personalmente» a Garzón y que le causó «extrañeza» la carta que le envió para informarle del curso que iba a dirigir. Pérez de Bricio dijo que lo remitió al departamento de patrocinios y que le pareció de interés el curso, porque consistía en el estudio del terrorismo, y la compañía sufría amenazas por parte de ETA.

El curso que patrocinó con 100.000 dólares Cepsa también contó con el apoyo del BBVA, La Caixa, Telefónica y Endesa. Esta actividad fue totalmente independiente de los dos cursos que patrocinó el Santander y por los que se sigue el procedimiento. Pérez de Bricio ignoraba esta circunstancia.

Público.es


Voluntarios Argentinos en la Brigada XV Abraham Lincoln…

junio 3, 2010

Brigaad de argentinos en el campo de San Ciprien (Francia)

Jerónimo E. Boragina. The Volunteer (Journal of the Abraham Lincoln Brigade Archives), – 3 Junio 2010

Argentina es uno de los pocos países que todavía no ha reconocido oficialmente la participación de los más de 700 compatriotas que combatieron contra el  fascismo en España.

El tema de la Guerra Civil Española en Argentina siempre ha sido una cuestión llamativa, y sigue permaneciendo en la memoria colectiva como uno de los acontecimientos populares y solidarios más importantes de nuestro país. Pero para la mayoría de los casos sólo se recuerda la solidaridad desde lo humanitario, y la ayuda material. Por ello con las nuevas investigaciones realizadas desde hace varios años, se tendrá una relación mas cercana a la realidad entre el gigantesco movimiento de solidaridad con la Republica Española que se dio en Argentina, y el esfuerzo hecho por las distintas organizaciones en el envío de voluntarios a España. [1]  De todas maneras queda mucho por recorrer, ya que nuestro país es uno de los pocos que todavía no ha reconocido oficialmente la participación de los más de 700 compatriotas que combatieron contra el fascismo en España. [2]

Eran años difíciles los “30, una crisis económica asolaba el territorio nacional, caída de la exportación agrícola-ganadera que era la principal herramienta productiva y comercial de entonces, lo que llevaba a altas tasas de desocupación inventando lo que se conocerían como Villa Desocupación o el Barrio las latas – comparable en Estados Unidos a los barrios de cartón o “Hoovervilles”.

A todo esto la dictadura iniciada en 1930, por el golpe de Estado del General Uriburu auspiciaba una ola represiva con muertos, torturas, y una violencia tendiente a desarticular cualquier reclamo político-social generado desde la clase obrera.

El movimiento obrero de aquellos años vivía las divisiones ideológicas del momento, fraccionados en un fuerte bloque anarquista y comunista, por un lado, acompañados por socialistas parlamentarios por el otro. Cada uno con mayor o menor fuerza en los diferentes sectores industriales, creaba sus propias organizaciones sindicales y políticas que jugarían un rol importantísimo a la hora de Socorrer a España.

Así fue como ante el golpe de Estado generado en España por los Generales Franco y Mola, el movimiento anarquista creo la Comisión Coordinadora de Ayuda a España aglutinando toda su fuerza en este movimiento, junto a Solidaridad Internacional Antifascista dirigida por Federica Montseny.

El Partido Comunista Argentino organizo la FOARE (Federación de Organismos de Ayuda a la Republica Española) con gran éxito. Logro aglutinar casi mil comités en todo el país, donde se recaudaba dinero, víveres, materiales y todo tipo de ayuda que se envió a España y luego sirvieron también para destinar una parte a pagar costos de manutención y viajes para exiliados, como se hizo para alrededor de 1000 republicanos que partieron en el barco Winnipeg hacia Chile. [3]

Los Centros Republicanos formados en nuestro país desde principios de siglo también favorecieron junto al Partido Socialista y los respectivos consulados y embajadas, otra fuente de solidaridad vital para una guerra larga como se preveía en la península.

De esta manera Argentina se convertiría en el segundo país, luego de Suecia, que más ayuda brindó a la España Republicana durante el conflicto bélico.

Pero todo este gran movimiento solidario tuvo su correlato en el envío de voluntarios.

En esta situación partieron hombres comprometidos con la causa española, militantes republicanos y algunos socialistas, que partían de manera individual, costeándose el pasaje o siendo ayudado por amigos. La Federación Anarco Comunista Argentina, de tendencia anarquista, envío solo a algunos grupos de dirigentes como Jacobo Maguid, José Grunfeld, Anita Piacenza, para dar soporte a organizaciones libertarias de Cataluña. También, de manera informal distintas organizaciones anarquistas de diferentes lugares de nuestro país apoyaban y enviaban militantes libertarios, decididos a combatir en las milicias anarquistas de Barcelona.

Pero el reclutamiento mayor fue oficialmente realizado por el Partido Comunista Argentino a pedido de la Internacional, aunque de forma clandestina por la dictadura que había derribado el gobierno democrático Argentino en 1930. Se buscaba reclutas jóvenes con tres características principales: que sea soltero, con algo de experiencia militar y afín ideológicamente al Frente Popular, al Partido Comunista o con claras posturas antifascistas.

Estos hombres y mujeres, saldrían con pasaportes falsos y su fisonomía cambiada para evadir los controles portuarios de la ciudad de la Buenos Aires, y lo harían también con voluntarios brasileños, paraguayos y chilenos que también fueron integrados a diferentes unidades militares. La llegada a través de los Pirineos los ubicaba en Valencia o Madrid, pasando por Albacete los que irían a las Brigadas Internacionales.

Muchos otros argentinos, debido a lazos familiares y culturales ya tenían residencia en España al momento del golpe de estado del 18 de julio de 1936 o vivían en Francia, aunque un grupo amplio de dirigentes estaban instalados en la península ibérica porque la dictadura Argentina aplicaba la Ley de Residencia que expulsaba a los militantes obreros y sindicales a su país natal. Este núcleo mayormente se integró en principio a las milicias obreras y luego al naciente Ejercito Popular en diciembre de 1936.

Pero el Comité de No Intervención de las Naciones Unidas les había solicitado a ambos bandos que retiren unidades militares de extranjeros del suelo español, y a pesar de que todas las potencias involucradas habían aceptado, ninguna de ellas cumplió la propuesta.

Dentro de esta situación desfavorable para la República de retirar a los extranjeros, el Partido Comunista Español ideó una estrategia, ya que no estaban dispuestos a perder ningún hombre que pueda combatir en el frente, y menos cuando los italianos trasladaban divisiones enteras del CTV (Cuerpo de Tropas Voluntarias) cercanos a los 70.000 hombres. La táctica consistía sencillamente en incluir a los latinoamericanos en el Ejército Popular, donde serían irreconocibles, no sólo por el idioma, sino por la integración cultural que había entre españoles y sudamericanos. Los extranjeros de habla hispana integrados al Ejército hasta finales de 1936 quedarían en dichas unidades y los recién llegados formarían las Brigadas Internacionales. Obviamente que hubo excepciones ya que algunos quisieron combatir con sus compatriotas y otros querían quedarse con sus camaradas con los que compartieron sus primeros días de batalla. También algunos cuadros dirigentes, como médicos, traductores o comisarios políticos fueron directamente al Ejercito Republicano para completar necesidades específicas. Este camuflaje sirvió para despistar al Comité de Intervención y no generar sospechas dentro de las unidades españolas.

Numerosos voluntarios argentinos, inmigrantes o nativos, hablaban o entendían lenguas europeas y eso motivó también en muchos casos la dispersión de ellos entre las Brigadas Internacionales como combatientes, traductores o auxiliares técnicos. El mayor número fue enrolado en la Brigada XV Abraham Lincoln, donde poseemos registros con más de 50 argentinos [4] que participaron como soldados, cabos, comisarios políticos, médicos o choferes de unidades de transportes. Gran parte de ellos estaba enrolado en el Spanish Batallion Nª 24, dentro de la Brigada XV, y junto a innumerables compatriotas cubanos que también participaron en dicha Brigada combatiendo junto a norteamericanos, ingleses, irlandeses y canadienses. En la mayoría de trabajos sobre las Brigadas no hacen hincapié en la participación cubana, aunque sabemos desde 1981  [5], que participaron más de 1200 voluntarios de este país en el Ejército y las Brigadas.

De Argentina podemos mencionar en la Brigada XV a: José Maria García Noya y Fernando Iaffa, cabos sanitario, Juan José Real y Francisco López Comendador como comisarios políticos, José Fontenla y Simón Tur como cabos y a Nicolás Berichagat, Pedro Prat, Aníbal Vega y Mario Rossi como soldados, entre otros. No todos los voluntarios argentinos en la Brigada XV eran comunistas, muchos de ellos eran anarquistas, como José Nieto o Ricardo Martín Álvarez entre otros, integrando la misma unidad como soldados o choferes. Una relación marcada a fuego fue la que tuvieron John Cookson nacido en Cobb (Wisconsin) [6]  y F. Iaffa homenajeados en el mes de mayo de 2007, en la localidad de Marcia (España) donde distinguieron a ambos voluntarios. Cookson murió cerca de Tarragona el 11 de septiembre de 1938, y Iaffa sobrevivió a la guerra civil, pero pidió en su testamento que sus cenizas fueran esparcidas al lado de su compañero de armas cuando muera y asi fue cumplida su petición. [7]

Antonio Arias Torre, llegó a España el 1ª de diciembre de 1937 y fue integrado a la Brigada XV en la 24ª División 2da compañía. Participo como enlace de la comandancia en los frentes de Aragón, Ebro y Gandesa. Fue herido dos veces por metralla en la cabeza y en la muñeca izquierda.

Otro voluntario fue Alfredo Borello, nacido en la ciudad de Lanùs (provincia de Buenos Aires) el 10/8/1910, técnico mecánico, llegó a España a mediados de 1938 e integrado también a la Brigada XV, 59ª Batallón, 3era compañía. Combatió en el sector de Gandesa, en la Sierra de Pandolls y en Corbera donde fue herido en el codo del brazo izquierdo. [8] Fue retirado hacia Francia con el resto de brigadistas y acompañado por su amigo Abraham Setty, nacido en Bagdad (Iraq), de familia judía y proveniente de Uruguay. [9]

Las fichas del Comité Central del Partido Comunista Español o del Comisariado de Guerra de las Brigadas Internacionales completadas por los voluntarios con todos los datos referenciales desde su nacimiento hasta su participación en España, fueron firmadas por comisarios y cuadros políticos de las diferentes unidades, como por ejemplo: Jose Beloqui (Arg), Jose Fontenla (Arg), Victor Garcia, Jorge Cell, Juan Lafontes, David King, John Gates (Usa), A. Donaldson, M. Del Pres, Swallbath, Konstantin Minkoff (Bulgaria) entre otros.

Además los voluntarios desempeñaron otro tipo de tareas, muy importantes como la de traductores, habiendo 11 de Argentina que tenían el español como idioma natal, o lo habían aprendido de pequeños. También numerosos médicos aportaron su práctica para el Ejercito Popular y las Brigadas Internacionales llegando a más de 12 los que participaron en España. Milan Matkovich, medico naturista, fue responsable de la enfermería en Albacete y Pozo Blanco e instructor sanitario en Puerto Llano terminando en la 35 División de la Brigada XV Lincoln. De igual forma Roberto Fierro participó en la misma unidad, siendo Jefe de Farmacia del Servicio Sanitario Internacional y colaborando en la misma división.

Al mismo tiempo, el envío de dirigentes argentinos fue lo que sobresalió en estas tareas de retaguardia. Casi la mitad de los dirigentes participó en la batalla como soldados u oficiales. Varios comunistas tuvieron alta graduación debido a sus dotes de mando y experiencia organizativa, el prestigio obtenido por su militancia en nuestro país hizo que varios de ellos ostentaran rápidamente altas graduaciones dentro del mando militar (4 capitanes, 15 tenientes, 9 comandantes).

En cuanto a los anarquistas argentinos varios cumplieron con importantes puestos delante de organizaciones tan importantes como la CNT y la FAI, y participando la mayoría en las milicias que luego se convertirían en el Ejercito Republicano, y algunos en las Brigadas Internacionales, principalmente en la XV Lincoln.

De esta forma se fue configurando la participación de los voluntarios de Argentina, en diversas unidades, siguiendo el mismo destino que los otros internacionales de la XV cuando llego la hora de abandonar la lucha por el retiro de las Brigadas en Octubre de 1938, en los acantonamientos de Ripoll o Cardedeu, para su retirada final hacia Francia.

Varios cientos de argentinos fueron retirados de España, y la gran mayoría internados en los campos de concentración de Saint Cyprien, Gurs, Argeles Sur Mer, Collioure, Le Barcares.

Aquellos 94 brigadistas argentinos citados por el investigador Andreu Castells, han quedado muy lejos de la realidad y las diferentes investigaciones realizadas permiten contabilizar 740 voluntarios de Argentina, que son incluidos (una parte) en un apéndice de la nueva publicación editada en 2008 (Voluntarios de Argentina en la Guerra Civil Española) por el Centro Cultural de la Cooperación. Así mismo pensamos que una cifra razonable y que podría obtenerse con el acceso a diferentes archivos, seria de 800 a 1000 combatientes argentinos en la Guerra Civil Española, y de seguro con las futuras investigaciones nos acercaremos a dicha cantidad.

Al regreso en nuestro país en busca de un destino, muchos participaron de los Centros Republicanos, y en Sociedades Españoles regionales de diferentes lugares, continuando la lucha antifranquista por las décadas siguientes.

En fin, esta historia de lucha y solidaridad entre argentinos, cubanos y anglo-parlantes unidos en un mismo destino es muy poco conocida. La cantidad, importancia y otros factores hicieron que resalte mayoritariamente la participación de estos últimos, quedando casi en el olvido la sangre latina dentro de las Brigadas. La mayoría de los historiadores (A. Castells, S. Alvarez, C.Vidal, M. Nuñez Diaz-Balart, R. Skoutelsky), que estudiaron las Brigadas Internacionales continuaron esta línea de investigación y los nuevos abordajes no dieron mayor cabida a la participación latinoamericana en la Brigada XV y el Ejército, exceptuando el trabajo de Gino Baumann de 1997. [10]

Actualmente las investigaciones nos han traído no solo un incremento numérico a los estudios tradicionales, sino un nuevo marco de consideración en cuanto a la importancia y participación de los argentinos en las Brigadas Internacionales, y en particular en la XV; como así también un gran aporte para la historia social de nuestro país. Argentina fue el único país en todo el mundo que tuvo en las primeras décadas del siglo XX un 30% de población extranjera o inmigratoria, aun mayor que en Estados Unidos (15%).  [1]]

El debate sobre los orígenes nacionales de los contingentes de brigadistas debe tener en cuenta esta situación particular ocurrida tanto Estados Unidos como Argentina, al recibir millones de inmigrantes que aportaron y conformaron una nueva identidad en cada país.

En el Río de La Plata, los voluntarios marcaron una etapa de compromiso internacionalista y en Estados Unidos los brigadistas de la Lincoln fueron a contramano de una cultura individualista regeneradas durante el New Deal y en expansión con el Sueño Americano décadas después.

La lucha contra el fascismo por aquellos hombres y mujeres, rompió todos los telones generacionales y aún hoy perdura con un impacto considerable en la formación de la conciencia histórica de toda una generación de jóvenes.

Notas

[1] Voluntarios de Argentina en la Guerra Civil Española. L. Gonzalez, J. Boragina (coord), E. Sommaro, G.Dorado. Centro Cultural de la Cooperación, Buenos Aires, 2008.

[2] Uruguay en el mes de noviembre conmemoró oficialmente desde la Junta Departamental y la Intendencia Municipal de Montevideo a los más de 50 brigadistas uruguayos que participaron en España. Argentina con una cantidad mucho mayor todavía no lo ha hecho.

[3] Neruda y el barco de la esperanza. Garcedo, Diego. Madrid, Temas de Hoy, 2006.

[4] Base de datos de Voluntarios Argentinos en la Guerra Civil Española. Archivo Privado.

[5] Cuba y la Defensa de la República Española, 1936-39. Instituto de Historia del Movimiento Comunista y de la Revolución Socialista en Cuba, La Habana, Política, 1981.

[6] Otro voluntario de Wisconsin fue Clarence Kailin, herido en la Batalla del Ebro, sobrevivió a la guerra civil.

[7] Entrevista a hijo Marcos Iaffa en el 2006.

[8] Fichas individuales del Comisariado de Guerra de las Brigadas Internacionales de Antonio Arias Torre y Alfredo Borello. RGASPI, Archivo Militar del Estado Ruso de Historia Social y Política, en la

Federación de Asociaciones Gallegas, Ciudad de Buenos Aires, Argentina

[9] Brigadistas Árabes en la Guerra de España: Combatientes por la Republica. Salvador Bofarull. Revista Nación Árabe, Nª 52, Pág. 121, Agosto 2004, Madrid.

[10] Los Voluntarios Latinoamericanos. En las BI, las milicias, la retaguardia y el ejército republicano. Baumman Gino, San José de Costa Rica, Guayacán, 1997.

[11] Historia de la Inmigración en la Argentina. Devoto, Fernando. Buenos Aires, Sudamericana, 2003.

Fuentes y Bibliografía:

Base de datos de Voluntarios Argentinos en la Guerra Civil Española. Archivo Personal.

L. Gonzalez, J. Boragina (coord), E. Sommaro, G. Dorado, Voluntarios de Argentina en la Guerra Civil Española, Buenos Aires, Centro Cultural de la Cooperación, 2008.

Baumman, Gino. Los Voluntarios Latinoamericanos. En las BI, las milicias, la retaguardia y el ejercito republicano. San José de Costa Rica, Guayacán, 1997

Devoto, Fernando. Historia de la Inmigración en la Argentina, Buenos Aires, Sudamericana, 2003.

Kostelanetz, Richard. USA ¿Revolución Cultural?, Buenos Aires, Rodolfo Alonso Ediciones, 1972.

Clarence Kailin, Recordando a John Cookson, un Antifascista de Wisconsin en la Guerra Civil Española 1937-38. Universidad Castilla La Mancha, España, 2003.

López Trujillo, Fernando. Vidas en rojo y negro, Una historia del anarquismo en la «década infame, Letra Libre, La Plata, 2005.

Wallace, David. Historia de los Estados Unidos, Barcelona, Planeta, 1976

Cuba y la Defensa de la República Española, 1936-39. Instituto de Historia del Movimiento Comunista y de la Revolución Socialista en Cuba. La Habana, Política, 1981.

Biblioteca de la Federación Sociedades Gallegas

Biblioteca y Archivo Centro de Documentación e Investigación de la Cultura de Izquierdas.

Archivo CEDOBI (Centro Documentación de las Brigadas Internacionales) (España -Alicante)

Jerónimo E. Boragina nació el 26/05/1978 en La Plata. Licenciado en Historia de la Universidad Nacional de Mar del Plata. Investigador de España Contemporánea y en particular Guerra Civil Española y la participación de los Voluntarios Argentinos. Coautor y coordinador de la publicación “Voluntarios de Argentina en la GCE”, autor de numerosos artículos sobre la participación argentina en la Guerra Civil publicados en revistas de Argentina, España, Alemania. Realizó la investigación histórica del documental “Esos mismos Hombres-Voluntarios Argentinos en la GCE”, realizado por el Grupo de Historia desde Abajo. Es investigador de la Federación de Sociedades Gallegas, del CEDOBI de España-Alicante (Centro Documentación de las Brigadas Internacionales), del Centro Cultural de la Cooperación y el Centro Cultural Español de Buenos Aires.

http://www.albavolunteer.org/2010/06/voluntarios-argentinos-en-la-brigada-xv-abraham-lincoln/


Empar Salvador y el increíble caso de las fosas de Valencia…

junio 3, 2010

Foto: Paco Castro

FRANCISCO MAESTRE ESPINOSA:  Entre sus investigaciones y publicaciones destacamos “La guerra civil en Huelva”, “La justicia de Queipo en Sevilla”, “La columna de la muerte. El avance del ejército franquista de Sevilla a Badajoz” y “Contra el olvido”, obra que incluye “El fenómeno revisionista o los fantasmas de la derecha española”. Además es coordinador del proyecto “Todos los Nombres” en Andalucía, con la base de datos del mismo nombre «www.todoslosnombres.org«, impulsado por la Asociación Andaluza Memoria Histórica y Justicia y la Confederación General del Trabajo de Andalucía.

Por todos estos trabajos, el día 17 de este mismo mes de mayo, el profesor Espinosa ha recibido el premio Andalucía de Memoria Histórica 2010.

El Jurado del Premio Andalucía de Memoria Histórica , reunido hoy en la sede de la Consejeria de Gobernación y Justicia, antigua Capitania General de Sevilla, ha fallado los galardones correspondientes a su I Edicion .

El Premio a la trayectoria personal ha sido para Francisco Espinosa Maestre historiador y doctor en historia ; coordinador técnico del proyecto Todos los Nombres ; prolifico autor de innumerables libros sobre memoria histórica ; miembro de la comisión de expertos para la investigación de los crímenes del franquismo ; brillante articulista y documentadísimo conferenciante.

Sevilla, 17 de mayo de 2010.

Agradecemos al profesor Espinosa su artículo, que reflexiona acerca del oportunismo, el revisionismo y otros males presentes en la investigación de la Memoria Histórica a fecha de hoy.

Empar Salvador y el increíble caso de las fosas de Valencia…

Vivimos en un país donde Enric Marco, presidente de la principal asociación española de deportados y que en 2001 recibió la Cruz de Sant Jordi, contó durante años su experiencia en los campos nazis. Donde Antonio Pastor, premio medalla de Granada en 2002 y protagonista de un programa de Canal Sur TV, hablaba allá por donde iba de su paso por Mauthausen. Y donde una periodista que quiso estar en la onda de la memoria histórica dejó constancia escrita para siempre de la vida heroica de Juan Gila Boza, un comunista infiltrado en Falange. Sin embargo y para desgracia de todos ellos, surgieron aguafiestas que demostraron que Marco y Pastor no habían pisado un campo de concentración en su vida y que Gila Boza no era lo que decía ser sino lo contrario: un falangista infiltrado en el PCE, además de un delator.

Se trataría de los excesos propios de un país en el que durante décadas reinaron el silencio y el olvido. Un país donde gracias al estado de sus archivos y a las carencias en la investigación unos han podido ocultar su pasado y otros pasar por lo que no fueron. Todos ellos deben agradecérselo a aquella modélica transición en la que un Martín Villa pudo ordenar la destrucción de los llamados archivos del Movimiento (los expedientes personales de Falange, por ejemplo) como medida complementaria a la amnistía que borró lo más negro del régimen anterior. Cosa lógica: si se borraba el pasado, ¿para qué dejar los papeles con los historiales de todos los que sirvieron al fascismo? Así que las gracias deben ir al modelo de transición y también a los catorce años del PSOE, partido que cuando llega al poder ya ha dicho su adiós a todo eso y para el que todo lo relacionado con la guerra civil, como dijo uno de su dirigentes, no era más que pura arqueología.

Sin embargo, la investigación histórica desde los ochenta y el movimiento en pro de la memoria desde fines de los noventa han dado un vuelco a la situación. Pero ni siquiera aquí, como era previsible, nos hemos librado de los falsarios y los demagogos. De modo que por un lado tenemos a los que por sistema siguen no negando pero sí minimizando lo que les interesa y por otro a los que todo exageran. De ahí que unos reduzcan las consecuencias de la matanza de Badajoz a unos centenares de víctimas y otros lleguen a hablar de miles de personas asesinadas. Curiosamente ambos parten de lo mismo: de un cierto fondo de verdad –dado cómo nos han llegado los archivos el estado de la cuestión da pie a cualquier cosa– que luego distorsionan o falsean a capricho. Pues bien, aquí es donde encaja nuestra protagonista, Empar Salvador, presidenta del Fòrum per la Memória de Valencia.

Las mayores fosas comunes de Europa

La cosa empezó hace unos años, a comienzos de 2006, con el “descubrimiento” de unas grandes fosas en el cementerio de esa ciudad. Según parece la presidenta del Fòrum estuvo convencida durante un tiempo de que los franquistas habían ocultado a sus víctimas en el interior de alguna de las montañas que rodean a Valencia, pero finalmente cayó en la cuenta de que el mejor lugar para que un muerto pase desapercibido es entre los demás muertos. De ahí la feliz idea de buscar en el archivo del cementerio y de ahí el hallazgo de los libros de Fosa Común: estábamos ante la más grande ocultación de la represión franquista. ¿Qué eran las miles de víctimas de Andalucía o Extremadura comparado con lo de Valencia? Nada. Además, según estos investigadores del Fòrum, al contrario que en esas u otras zonas del país, en Valencia el franquismo había querido dejar constancia de sus víctimas y las había detallado de manera minuciosa en libros que el Fòrum había descubierto sagazmente. El resultado: la matanza del siglo y las mayores fosas comunes de Europa.

Y el despiste reinante es tal que personas de respetable trayectoria y de probada inteligencia no solo creyeron el disparate sino que se dispusieron a avalarlo dándole de esta forma más credibilidad. Fue así como a mediados de 2006 una serie de entidades valencianas como Acció Cultural del País Valencià, la Fundación Cultura de Pau y el propio Fòrum promovieron la creación de una Comisión de Verdad que elaborara un informe sobre las fosas de Valencia. La idea era que para comienzos de 2007 ya estuvieran constituidos los diversos grupos que formarían la comisión (personalidades nacionales e internacionales, juristas, historiadores, representantes de instituciones, etc.). Sin embargo esta iniciativa no cuajó.

Ya entonces se oyeron voces que advertían que algo no iba bien, que existía una investigación previa de 1993, de Vicent Gabarda, que mostraba otra realidad, que lo que habían “descubierto” los del Fòrum no eran las víctimas de la represión franquista sino las personas, desde fetos a ancianos, ingresadas en Fosa Común, una sección existente en todos los cementerios españoles, entre 1939 y 1945, es decir, en los años del hambre y de la negra posguerra. Esa es la razón de que los encontraran a todos inscritos en los propios libros del cementerio. Esto era lo habitual en los casos procedentes de sentencia de consejo de guerra, que pasaban igualmente al registro civil, pero era absolutamente inusual en lo que se refiere a la represión realizada mediante lo que los golpistas llamaron “aplicación del bando de guerra”, es decir, sin más trámite que la decisión militar. Pero el disparate de “las mayores fosas comunes de Europa” resultaba poderoso y creíble, y además tenía a su favor el hecho de que Valencia era un feudo del PP, partido opuesto frontalmente a todo lo que huela a memoria histórica.

Después de esto nos hemos ido enterando de que, pese a todo, Empar Salvador, además de recibir varios premios y una subvención de Vice-presidencia de Gobierno, era invitada a los más diversos foros dentro y fuera de España. El despropósito ha llegado incluso al Reina Sofía, donde se inauguró recientemente una exposición de una artista valenciana, Virginia Villaplana, quien, asesorada por el Fòrum, se había decidido a Narrar la historia de las fosas del cementerio de Valencia. Recientemente Empar Salvador ha pasado por Argentina, donde ha dejado una clase magistral sobre la reciente historia española. Naturalmente la entrevista que allí le ha hecho una cadena de televisión no ha dejado de circular por Internet y aparece en la página Web del Fòrum. Detengámonos en ella para ver qué dice.

La entrevista

En pocos minutos Empar Salvador, a la que se describe como “luchadora e investigadora”, nos dice que en 1931 España, a excepción de Cataluña, era un país feudal, pero que en cinco años la República lo colocó en la vanguardia de Europa. Para demostrarlo, en un tótum revolútum, menciona leyes como las de sanidad, divorcio, aborto, colectivizaciones de tierra, educación, reforma industrial, militar, etc. Naturalmente el entrevistador, que no tiene idea de nada, no pregunta ni plantea duda alguna. Solo así se explica la tranquilidad con que la presidenta del Fòrum va soltando sin parpadear esa sarta de inventos, barbaridades y lugares comunes.

Pero lo peor llega después, cuando explica las consecuencias del golpe militar. Es aquí donde brillan sus conocimientos. Por ella nos enteramos de que “no hay pueblo en España donde no hubiera un campo de concentración”, de que a consecuencia de los trabajos forzados murieron “miles y miles y miles de presos” o, por ejemplo, de que “solo en el Valle de los Caídos se calcula que murieron 24.000 presos”. El hecho de que en la mencionada obra, a lo largo de los 18 años que tardó en construirse, llegasen a trabajar algo menos de veinte mil personas y que, según quienes lo han investigado, caso de Daniel Sueiro, las víctimas mortales no lleguen a veinte resulta irrelevante para E. Salvador.

Tampoco se le escapa, como no podía ser menos estando en Argentina, el “inmensísimo negocio del secuestro, robo y venta de niños” que hubo durante el franquismo. Aquí ha debido guiarse por la intuición o quién sabe si por investigaciones propias, ya que sobre el asunto de los niños robados es muy poco lo que se sabe aún, por la sencilla razón de que no hay apenas documentación y solo los testimonios orales han permitido atisbar el problema. Así que ignoramos qué fuentes han permitido a Empar Salvador hablar del “inmensísimo negocio”. Ya sabemos que la ignorancia es muy osada y que la prudencia suele ir de la mano del conocimiento, como han demostrado quienes han investigado estos hechos, caso de Ricard Vinyes (historiador), Montse Armengou y Ricard Belis (periodistas) o Francisco González de Tena (sociólogo).

Pero, sobre todo, la presidenta del Fòrum de Valencia destaca en la entrevista su hallazgo: los libros de Fosa Común del cementerio de Valencia. Así fue –dice– como “todo esto me lleva a descubrir seis inmensas fosas en el cementerio general de Valencia” que ocupan más de cuarenta mil metros. Para ella no tenía duda: los franquistas estaban tan seguros de lo que estaban haciendo que dejaron a la vista todos sus crímenes. Y nada de tres o cuatro mil como en cualquier ciudad similar sino por todo lo alto: ¡26.300 en seis años (1939-1945)! Y por si hubiera alguna duda aclara que el político italiano Francesco Cossiga, toda una autoridad en la materia, las ha descrito como “las más grandes de la historia europea del siglo XX”.

El hecho de que el historiador Vicent Gabarda haya establecido que solo una mínima parte de esas personas (menos de cuatrocientas) puedan entrar en la categoría de represaliadas y que el grueso de la represión se efectuó en Paterna, también resulta irrelevante para la presidenta del Fòrum. Así mismo la constatación, comprobable en todos los cementerios importantes, de que los restos inhumados en fosa común pasaban al osario general periódicamente y que, por tanto, los que hay en las fosas no tienen relación alguna con la posguerra, también es irrelevante.

Estamos ante esas “mentiras convincentes” sobre las que escribió Julián Casanova hace unos años en referencia a Moa y Cía., sólo que en este caso por la otra banda. Unos ajustan el pasado a las necesidades del presente y reducen y minimizan los excesos franquistas; otros hacen otro tanto y los multiplican por cinco. Sin duda, hubiera sido muy interesante un trabajo sobre la situación demográfica de la posguerra en Valencia, pero lo que no tiene sentido es presentar como fruto de la represión franquista lo que en realidad fue consecuencia de la situación en que quedó sumida la población tras la guerra. Cualquier investigador de la represión sabe que esa cifra de Valencia es una barbaridad y que un estudio de la cuestión tiene la obligación de diferenciar a las víctimas: asesinatos, sentencias de muertes, hambre, suicidios, accidentes, etc.

A comienzos de los años 80 investigué los libros del cementerio de San Fernando de Sevilla y me impresionaron los dos gruesos tomos de fosa común. De haber seguido el “método” de E. Salvador/Fòrum de Valencia hubiera llegado a la conclusión de que, entre 1936 y 1945, la represión franquista acabó en la capital andaluza con 15.526 personas, que fueron las que ingresaron en fosa común durante esos años. La cifra sin duda hubiera colmado los peores presagios sobre la crueldad de Queipo. Sin embargo, el estudio a fondo de la cuestión y la consulta de investigaciones que ya existían entonces sobre Cataluña y Andalucía me permitieron afinar más y concluir que entre julio de 1936 y febrero de 1937 ingresaron en fosa común 3.028 personas asesinadas. Evidentemente las víctimas posteriores, al proceder en su mayoría de sentencias dictadas por consejo de guerra, no planteaban problema alguno a la investigación, ya que sus nombres aparecían tanto en el registro civil como en el cementerio.

Pero Valencia no solo ha ganado a todas las demás ciudades españolas en represión franquista –para la señora Salvador todo lo que no supere la cifra de veinte mil es pecata minuta– sino que además ahora nos enteramos por la mencionada entrevista de que fue “la última ciudad que cae, la que más resiste al franquismo”. Debe haber olvidado que las últimas ciudades en caer, dentro de lo que los franquistas consideraron un paseo militar, fueron Alicante, Cartagena y Murcia. Salvador acaba hablando de “cientos de miles de desaparecidos” de los que, según ella, se han logrado documentar 156.000. ¿De dónde saca esta cantidad? Es fácil. De añadir a los 130.000 que efectivamente sí están documentados, incluidos los 3.128 de Valencia, sus 26.000.

En cualquier circunstancia normal las ocurrencias de Empar Salvador no saldrían de su círculo habitual. La existencia de un caso tan escandaloso como este requiere que nos preguntemos sus causas y cómo es posible que persista. Desde luego juegan a su favor los vientos pro memoria que en España soplan desde fines de los 90. Nadie puede controlar que en un momento de investigación y recuerdo de un pasado duro y oculto se cuelen todo tipo de gente, sobre todo a partir del momento en que a la historia se sumó la memoria. Curiosamente para esa fecha indicada ya estaba investigada la represión en Valencia, tanto la que tuvo lugar tras el fracaso del golpe militar como la que vino con la ocupación en marzo de 1939. La de Gabarda, Els afusellaments al País Valencià, de 1993, basada en los registros civiles, se trataba de una investigación guiada por el rigor y los métodos de la historia. Por el contrario El genocidi franquista a València, el libro del Fòrum y de Salvador, de 2009, carece de rigor o método alguno –salvo el de copiar todos los registros de los libros de Fosa Común sin más tratamiento– y entra dentro de lo que podríamos llamar el estilo “guía telefónica”. Podrán añadirse algunas decenas de nombres al listado de Gabarda pero la clave está ahí.

Solo las críticas han obligado al Fòrum a reconocer que dentro de los 26.300 –cifra que en algún momento pasó a 24.500– había varios grupos, que detallan de la manera siguiente:

- Represaliados del franquismo: (ejecutados extrajudicialmente, asesinados por palizas y torturas y muertos por hambre, sed, frío, epidemias y enfermedades no asistidas en las cárceles y otros lugares de detención)
- Víctimas del franquismo muertas por hambre, frío, malos tratos, epidemias y enfermedades no asistidas debido a las miserables condiciones de vida que el franquismo impuso a la población.
- Personas en situación extrema de necesidad a las que sus familias no pudieron pagarles un entierro digno.
- Indocumentados muertos en circunstancias no conocidas y explicadas, también enterrados en las Fosas.

Pero poco debió arreglar esto cuando, a comienzos de este año 2010, la Federación Nacional de Foros por la Memoria, presidida por José María Pedreño, decidió dejar fuera al Fòrum per la Memòria del País Valencià por motivos de orden interno y por “la falta de rigor en su investigación de las fosas de Valencia”, cuestionada por diversos historiadores entre los que se mencionaba a Vicent Gabarda y Ricard Camil.

Entre la credulidad y la ignorancia

Pero en cualquier caso, ¿de qué hablamos? Parece que todo este despropósito no tiene otro origen que el profundo desconocimiento de la materia que se investigaba y un evidente deseo no solo de protagonismo sino de llamar la atención con cifras espectaculares, tendencia esta que cuenta con un enorme arraigo entre nosotros y que una y otra vez conduce al absurdo de que, dado que la investigación no las suele confirmar, producen frustración entre los afines y regocijo en los contrarios, que aprovechan para negar o restar importancia a la represión franquista. Es un fenómeno este que conocemos bien los que hemos investigado las consecuencias del golpe militar.

Supongo que todo esto entra dentro de los excesos que inevitablemente conlleva un proceso como el que se vive en España desde finales de los 90. Alguien los podría llamar excesos de la memoria, pero no es justo que la memoria cargue con esto. En realidad son excesos de la ignorancia. Lo difícil de explicar es por qué son tan fácilmente aceptados incluso por quienes tienen posibilidad de analizarlos. Que los tiempos son favorables a dar pábulo a este tipo de disparates no tiene duda, pero que esto ocurra en un lugar donde la represión fue investigada hace años complica el análisis. Sin duda también debe influir la tendencia del medio académico a no implicarse en debates sociales.

Este todo vale, que aprovecha la extrema credulidad con que es aceptado cualquier mensaje de contenido antifranquista por disparatado que sea, ha alcanzado recientemente una de sus cimas con el montaje fotográfico titulado “Parece-imposible-pero-sucedió!”. Un texto absurdo en el que, entre supuestas imágenes del que llaman “holocausto franquista” como una hilera de muertos en el cementerio de Badajoz, unos niños víctimas de un bombardeo en Barcelona o un grupo de hombres fusilados “en las afueras de Madrid”, se cuelan una imagen de ficción de una película y el patio del Cuartel de la Montaña sembrado de cadáveres… ¡Menudo holocausto franquista! En realidad se trata de la “adaptación” casi literal de un tendencioso montaje sobre el holocausto judío con evidentes intenciones antiislámicas al que se le han hecho una serie de cambios para adaptarlo al caso franquista. De ahí que el texto, mal escrito además, carezca de sentido alguno y no encaje con las imágenes. Sin embargo, algo tan burdo coló y no ha dejado de circular (Anexo).

Enric Marco confesó que su interés era únicamente que la gente conociera mejor lo ocurrido a los deportados españoles en los campos nazis. Antonio Pastor no tuvo tiempo de explicar por qué se inventaba su paso por los campos porque la muerte se lo impidió. Empar Salvador tendrá que explicar alguna vez qué pretende exagerando, falseando y mintiendo sobre hechos tan graves y que tanto trabajo está costando documentar. Benito Bermejo y Sandra Checa, los descubridores de los falsarios Marco y Pastor, dijeron que les bastó hablar con ellos o echar un simple vistazo a los documentos que mostraban para saber que estaban ante falsos deportados. Cualquier historiador mínimamente versado en represión franquista sabe que Empar Salvador representa un fenómeno ajeno al deseo de conocer nuestra historia y denunciar los excesos del franquismo.

Fenómenos como “el increíble caso de las fosas de Valencia” apenas afectan a la historia pero, sin embargo, pueden causar un enorme daño al movimiento pro memoria, convertido así en una farsa y cuyo papel en la transformación del presente queda anulado por completo. El mensaje simplificador, maniqueo y victimista de gente como Marco, Pastor o Salvador puede captar a mucha gente predispuesta a creer en la por otra parte probada maldad del nazismo o del franquismo. Pero son mensajes que neutralizan el pensamiento, embotan la capacidad crítica y, por tanto, inciden negativamente en el presente. Posiblemente a todos ellos les pierde el placer de ser escuchados y convertirse en centro de atención. Pero el daño causado es difícil de medir y el restablecimiento de la credibilidad y de la verdad será muy complicado. Ya hemos visto que la mentira, que a punto estuvo de provocar la creación de una comisión de verdad sólo para Valencia, logró colarse hasta en la Audiencia Nacional y que incluso existió una orden de exhumación de una de las fosas. La tentación de juzgar el todo por la parte, es decir, el movimiento en pro de la memoria por la actuación en este caso del Fòrum per la Memòria de Valencia, es muy fuerte y seguro que se da. A Marco, Pastor y Salvador poco les importaban las víctimas del terror; su verdadera preocupación eran ellos mismos y su desmedido afán de protagonismo, por el que han sido capaces de mentir una y otra vez.

Las personas que tienen tendencia a creerse este tipo de discursos o los montajes que circulan por Internet son víctimas de lo que podríamos denominar el virus de la credulidad. Sin duda, algo de esto hay en quienes creen, sin cuestionarlas, las barbaridades que lleva soltando ya hace tiempo una propagandista de sí misma como es la presidenta del Fòrum de Valencia. Quienes la han premiado, subvencionado o invitado a cursos y jornadas sabrán por qué lo han hecho. Y es que si al virus de la credulidad se une el de la ignorancia los efectos pueden ser devastadores.

Anexo

Texto del primer montaje: “¡Parece imposible! El General Dwight D. Eisenhower tuvo razón al ordenar que fueran tomadas las fotos y films en los campos de concentración nazis… El Holocausto. Cuando el Gral. Dwight D. Eisenhower, Supremo Comandante de las Fuerzas Aliadas, encontró a las víctimas de los campos de concentración ordenó que se tomarán el mayor número posible de fotografías e hizo que los alemanes de las ciudades vecinas fuesen guiados hasta aquellos campos para que los vieran y enterraran los muertos. Y explicó así los motivos: “Que se tenga el máximo de documentación, hagan films y graben testimonios, porque ha de llegar un día en que algún idiota se va a plantar y decir que esto nunca sucedió”. “Todo lo que es necesario para el triunfo del mal, es que los hombres de bien no hagan nada” (Edmund Burke). Esto fue el HOLOCAUSTO: … y exactamente, como fue previsto hace cerca de sesenta años. Esto fue el HOLOCAUSTO. …recientemente, el Reino Unido eliminó el Holocausto de su plan escolar porque ‘ofendía’ a la población musulmana, que afirma que el Holocausto nunca sucedió. (…).

Este e-mail está siendo enviado como una corriente recordatoria, en memoria de los 6 millones de judíos, 20 millones de rusos, 10 millones de cristianos y sacerdotes católicos, que fueran asesinados, masacrados, violados, quemados, muertos de hambre y humillados mientras el resto del mundo miraban en otras direcciones… (…). Súmate para erradicar la ignorancia y la desinformación con la que pretenden manipularnos. Este email debe llegar al mundo entero… Tradúcelo a otras lenguas si fuera necesario!! Bórralo y serás otro cómplice silencioso. Reenviarlo sólo te llevará dos minutos, ellos perdieron toda su vida…”.

Texto del segundo montaje: “¡Parece imposible! El General Franco tuvo razón al ordenar que no tomaran fotos ni films en los campos de concentración españoles… El Holocausto franquista. Y explicó así los motivos: “Que se tenga el mínimo de documentación, eliminen testimonios, y a todo aquel contrario al régimen, porque ha de llegar un día en que se va a plantar y decir que esto nunca sucedió”. “Todo lo que es necesario para el triunfo del mal, es que los hombres de bien no hagan nada” (Edmund Burke). Esto fue el HOLOCAUSTO… y exactamente, como fue previsto hace cerca de sesenta años… … el Holocausto español fue eliminado de nuestro plan escolar porque ‘ofendía’ a la población, que afirma que el Holocausto nunca sucedió…

Este e-mail está siendo enviado como una corriente recordatoria, en memoria de l@s español@s asesinad@s, masacrad@s, violad@s, quemad@s, muert@s de hambre y humillad@s mientras el resto del mundo miraban en otras direcciones… La intención de enviar este e-mail, es que sea leído por lo menos por 40 millones de personas en todo el mundo. Empezá por tus seres cercanos!! (…). Súmate para erradicar la ignorancia y la desinformación con la que pretender manipularnos. Este email debe llegar al mundo entero… Tradúcelo a otras lenguas si fuera necesario. Bórralo y serás otro cómplice silencioso. Reenviarlo solo te llevará dos minutos, ellos perdieron toda su vida…”.

http://www.represionfranquistavalladolid.org/?Francisco-Espinosa-Maestre-nos


El PSC dice que el Gobierno canario no tiene sensibilidad para entender la Ley de Memoria Histórica…

junio 3, 2010
  • Dice que no ha ejecutado ninguna actuación para dignificar las fosas comunes.

  • Los socialistas solicitarán iniciativas para coordinar los trabajos.

    El secretario general del PSOE de La Palma valoró algunos aspectos de la realidad socioeconómica de la Isla. | publicada por: redaccionActualizada el 02 de junio de 2010

Actualizada el 02 de junio de 2010

El presidente del grupo socialista en el Parlamento canario, el palmero Manuel Marcos Pérez, considera «evidente» que en el Gobierno canario «no existe la suficiente sensibilidad para comprender el verdadero alcance humano de la Ley de Memoria Histórica». El diputado palmero sostiene que ni el Parlamento ni el Ejecutivo canario «tienen ninguna voluntad de dar cumplimiento a los acuerdos adoptados» al respecto y asegura que a CC «se lo impide su socio de Gobierno, el PP».

Marocs Pérez recuerda que hace algo más de un año, el presidente daba su palabra a las asociaciones para la recuperación de la memoria histórica de Gran Canaria, Tenerife y La Palma de que a finales de 2009 recibirían dos modelos de convenio: uno dirigido a la aplicación del protocolo para la exhumación de cadáveres y otro encaminado a la elaboración de un mapa de fosas.

«La Ley para la Memoria Histórica data de diciembre de 2007, mientras que el Parlamento de Canarias aprobó una propuesta en 2008 instando al Gobierno regional a desarrollar esa norma con el objetivo de culminar el proceso de localización e identificación de los canarios desaparecidos durante la Guerra Civil y la dictadura franquista», recuerda el diputado.

En este punto, hace hincapié en que dos años después, el Ejecutivo autonómico  «no ha ejecutado ni una de las acciones puntuales para la dignificación y señalización de las fosas comunes de estas víctimas, desatendiendo también las peticiones de las asociaciones canarias de reunirse con el consejero de Presidencia y Justicia». Pregunta, además, los motivos por los que el Gobierno canario no ha firmado acuerdos específicos tampoco con cabildos y ayuntamientos.

A su juicio, esa proposición no de ley «se ha aprobado de cara a la galería, adoptando compromisos verbales pero incumpliendo y engañando a los familiares de las víctimas», expresa Manuel Marcos Pérez, quien destaca la «indignación» de éstas ante la «falta de diálogo» del Gobierno.

Para el parlamentario socialista, «no hay excusas que valgan», al tiempo que reitera la necesidad de que el Ejecutivo canario firme el convenio con el Ministerio de Justicia para la elaboración de mapa de fosas y su señalización. Por último, adelanta que el PSC-PSOE solicitará la puesta en marcha de iniciativas encaminadas a la coordinación de los trabajos sobre este asunto.

http://www.elapuron.com/noticias/sociedad/2902/el-psc-dice-que-el-gobierno-canario-no-tiene-sensibilidad-para-entender-la-ley-de-memoria-histrica/