En Sol, 10/06/2010. La cuarta y seguimos.

junio 12, 2010

10/06/2010, concentración en Sol. foto La Memoria Viv@

En Sol, 10/06/2010. Concentración. Foto La memoria Viv@

En Sol, 10/06/2010. Foto La memoria Viv@

En Sol, 10/06/2010. Foto La memoria Viv@

En Sol, 10/06/2010.Camiseta. Foto La memoria Viv@

Se mantiene esta convocatoria todos los jueves a las 20h en Sol.

Se acordó realizar una nueva concentración  el 26 de junio 2010, a las 22h, también en Sol, se ruega que cada uno traiga una vela para rendir homenaje y recordar todas las víctimas del franquismo, reclamando Justicia, Verdad y Reparación.

Para el 26 06 2010


Diplomáticos (pocos) contra Franco…

junio 12, 2010

Cónsules y embajadores se pasaron masivamente al bando sublevado – Un libro rescata a los leales a la República y su pelea por vencer el aislamiento internacional.

TEREIXA CONSTENLA – Madrid – 12/06/2010

Juan Negrín interviene ante la Sociedad de Naciones en Ginebra en 1937.-

A los pocos días de llegar a Londres como nuevo embajador en septiembre de 1936, Pablo de Azcárate coincidió en un banquete con su amigo lord Cecil of Chelwood, que le intentó presentar a Winston Churchill. «Al oír que se trataba del embajador de España, rojo de ira y sin estrechar la mano que yo instintivamente le tendía, Churchill declaró que no quería tener relación alguna conmigo y se alejó murmurando entre dientes: «Sangre, sangre…».

Este extracto de las memorias de Pablo de Azcárate, uno de los diplomáticos leales a la Segunda República, evidencia la soledad internacional del Gobierno español democrático al inicio de la Guerra Civil. Nunca Azcárate tuvo oportunidad de entrevistarse con los primeros ministros británicos (Stanley Baldwin y, desde mayo de 1937, Neville Chamberlain). Las guerras también se pierden en las alfombras.

Desde luego, explica el historiador Ángel Viñas, la República española fracasó en el campo de batalla y en las cancillerías. Entre otras razones porque la mayoría del cuerpo diplomático se pasó con todas sus (pacíficas) armas al bando de Franco. De los 400 miembros que pertenecían a la carrera, solo medio centenar siguió leal al Gobierno republicano. Una cifra que aún tiene otra merma, ya que de ella Viñas excluye a los 10 «traidores» que protagonizaron un doble juego, poniendo una vela a Dios y otra al diablo. Sirva el ejemplo del cónsul español en Estambul, que espió para el bando sublevado en un lugar estratégico: por el estrecho de Dardanelos surcaban los buques soviéticos cargados con armas para el ejército rojo. Los traidores, claro está, se incorporaron de inmediato a la nueva carrera diplomática al finalizar la guerra.

Viñas ha dirigido la obra Al servicio de la República. Diplomáticos y Guerra Civil (Marcial Pons), el primer estudio histórico que indaga en el papel de los leales y traidores al Gobierno constitucional. También en este campo la historia parecía dar un salto en el vacío, como si una parte del periodo transcurrido entre 1936 y 1939 se hubiese desvanecido. Para resarcir esta laguna, el ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, Miguel Ángel Moratinos, presidió en diciembre un acto de rehabilitación de todos aquellos que fueron sancionados, depurados o expulsados de sus cargos por la dictadura. En ese empeño por recuperar cierto pasado olvidado, Moratinos también ha impulsado la investigación en la que han participado ocho historiadores. «Hasta ahora no había habido un estudio sistemático de los esfuerzos republicanos por romper el cerco internacional al que se vio sometida la República por parte de las democracias occidentales», expone el director de la obra.

Se examinan embajadas vitales en aquel contexto: Londres, París, Washington, Moscú, Praga, Berna y México. La sublevación trastocó por completo la legación española en Francia. «Juan Francisco de Cárdenas, que inicialmente pareció respetar la legalidad republicana, paralizó cuanto pudo el pedido de armas hechas a [León] Blum», escribe Ricardo Miralles, catedrático de Historia Contemporánea del País Vasco. Cárdenas, que cambió finalmente de bando, fue sustituido en la Embajada por Álvaro de Albornoz.

La República envió a Fernando de los Ríos a la Embajada de Washington con el objetivo de romper su neutralidad, cuestionada por muchos estadounidenses, incluida la primera dama Eleanor Roosevelt, que escribió en 1938: «La ley de neutralidad no nos ha hecho neutrales… no es en absoluto una ley de neutralidad, pero muy poca gente se da cuenta de ello». Cuenta Soledad Fox, catedrática de Literatura e Historia Española Contemporánea en el Williams College de Massachusetts, que De los Ríos llegó a ser «una figura admirada y respetada», que logró el envío de unidades médicas (capitaneadas por el cirujano Edward Barsky) a la zona republicana. Se estrelló, sin embargo, al intentar deshacer el embargo sobre la venta de armas. El oficial, porque el clandestino florecía gracias a los envíos de la petrolera Texaco y General Motors a los sublevados.

En el caso británico, Enrique Moradiellos, catedrático de Historia Contemporánea en la Universidad de Extremadura, observa cierta bipolaridad: se conquista a la opinión pública y se fracasa ante el Gobierno. Una encuesta de 1938 realizada por el British Public Opinion revelaba que el 58% de la población simpatizaba con la causa republicana y solo un 8% se decantaba por Franco. Similar corriente de simpatía se dio en el ámbito artístico e intelectual: cinco autores (entre ellos Evelyn Waugh) apoyaron a Franco en una encuesta frente a 126 que defendían al bando republicano, entre ellos Samuel Beckett, Aldous Huxley, Arthur Koestler, Sylvia Pankhurst o Leonard Woolf. (Como indecisos se definieron Ezra Pound y T. S. Eliot). Pese a la «magnitud de ese movimiento solidario, debe reconocerse que ni el propio Azcárate ni los partidarios de la República fueron capaces de utilizarlo para modificar la política no-intervencionista del Gabinete británico», escribe Moradiellos.

Lo de la no intervención tiene su guasa. Entre los documentos localizados para este libro, Viñas ha recuperado en el archivo del Banco de España pruebas de lo que él define «puñalada trapera» del British Overseas Bank (BOB) al paralizar los pagos de nóminas y gastos de las embajadas españolas en el exterior, a pesar de la existencia de fondos en la cuenta del Gobierno. «En mi opinión, es imposible que un banco inglés se arriesgue a hacer algo así sin apoyo político», sostiene Viñas.

El País.com

http://www.elpais.com/articulo/cultura/Diplomaticos/pocos/Franco/elpepicul/20100612elpepicul_1/Tes


Miguel Hernández en el campo de batalla…

junio 12, 2010

Se publican las crónicas bélicas del poeta coincidiendo con su centenario.

PÚBLICO MADRID 10/06/2010

Miguel Hernández.PÚBLICO

Miguel Hernández.PÚBLICO

La Feria del Libro de Madrid hizo ayer su particular homenaje al poeta Miguel Hernández, en el centenario de su nacimiento. Javier Ruiz, Juan Ramón Sanz y Daniel Morcillo presentaron el libro Crónicas de la guerra de España, publicado por Ediciones Flor del Viento a instancias de la Fundación Domingo Malagón, creada en 2002 con la intención de «recuperar la historia que nuestro país perdió tras la Guerra Civil: la de republicanos y republicanas que, como vencidos, sufrieron la represión en las cárceles. El exilio o la muerte».

Crónicas de la guerra de España recopila los artículos que el autor de El rayo que no cesa escribió desde los diversos frentes bélicos en los que participó como miliciano: Teruel, Andalucía, Extremadura y Madrid.

Unos textos periodísticos marcados por la urgencia y la denuncia, pero también por el ansia de justicia, como explicó el poeta el 13 de mayo de 1937 en Frente Sur, una revista comunista bisemanal creada para fomentar las actividades propagandísticas republicanas del frente andaluz: «He procurado siempre ser justo y verdadero, y, aunque no soy periodista, sino poeta, escribo la prosa de la poesía que veo y siento en lo más hondo de esta guerra. Me irrita la falsedad, mala hierba abundante entre los periodistas, acostumbrados a contar sucesos no sucedidos o sucedidos de otra manera y mucho antes de que ellos pasaran por el campo de su desarrollo».

Público.es


Los partidos fascistas hoy se llaman «de la libertad»

junio 12, 2010

Fascismo y libertad, no puede haber un eufemismo más grande...

Igual que la nueva derecha europea escogió la etiqueta popular para disimular que sirve a los intereses de la oligarquía, los nuevos movimientos fascistas europeos han decidido denominarse partidos “de la libertad” –primero fue el austriaco FPOe y ahora se llama así el PVV holandés de Wilders, además del Pueblo de la Libertad de Berlusconi en el que se han integrado posfascistas como Fini– para enmascarar su vocación autoritaria y su fanatismo racista. Aunque lo que de verdad sorprende es cómo han logrado engañar a electorados bastante instruidos.
Parece mentira que, en Holanda, una sociedad que siempre habíamos tomado como paradigma de tolerancia y progresismo acabe de entregar un millón y medio de votos al líder xenófobo por excelencia, quien pronto tendrá que sentarse en el banquillo por comparar el Corán con Mein Kampf y el islam con el nazismo. Al caudillo integrista cuya lucha personal consiste en expulsar a todos los musulmanes se le ha entregado la llave de la gobernabilidad del país que siempre fue tierra de acogida y anfitrión de diversidad.
El motivo es, una vez más, el miedo de la población autóctona a perder su privilegiado modo de vida, su prosperidad reservada a una fracción de los habitantes del planeta. Muchos europeos han olvidado que la obtuvieron explotando, primero, a esos mismos pueblos que otrora colonizaron y ahora pretenden desterrar. Y no ven que los inmigrantes les permiten vivir aún mejor, aceptando los trabajos más duros, aportando impuestos para financiar ese Estado del bienestar, y cuidando de ancianos e infantes por salarios ínfimos.
El recelo que recorre una Europa aterrada por la crisis abona el resurgimiento del extremismo, la intolerancia y el odio hacia “los otros”. Y a esa ideología suicida la llaman “libertad”. No se puede ensuciar más ese concepto.

Público.es