Actores y escritores españoles interpretan a quince personas asesinadas arbitraria e injustamente durante la guerra civil española y la dictadura franquista.
Por orden de aparición: Pedro Almodóvar, Maribel Verdú, Hugo Silva, María Galiana, Juan Diego Botto, Almudena Grandes, José Manuel Seda, Pilar Bardem, Juan José Millás, Carmen Machi, Miguel Ríos, Juan Diego, Paco León, Adriana Sánchez-Gijón y Javier Bardem.
En el pueblo ciudadrealeño de Fontanosas, decían que Francisco Escribano tenía quince años, como también apunta el autor de la carta anónima del que se presenta como uno de los autores de su fusilamiento y que envió al alcalde del pueblo para facilitar su localización.
“Encontrándome prestando el servicio militar en su Regimiento de Caballería de Alcalá de Henares, fue destinado dicha Unidad a esa zona bajo la denominación de “persecución de huídos en la Sierra”. Ello ocurría en el año 1941 cuando en la fecha 1º de julio fue obligada la Sección en que yo militaba a realizar una ejecución de siete personas, entre ellas un menor de 15 años, procedentes del penal de Almadén. Después de ejecutado este execrable acto nos mandaron hacer unas fosas a la entrada de ese cementerio, en la parte interior, y enterrar allí los siete desgraciados”.
Francisco Escribano, que según estudios forenses resultó tener 18 o 19 años, había pasado toda su vida como cabrero. Su padre, dos de sus tíos y uno de sus primos serían fusilados con él en 1941.De los seis hermanos que tenía al acabar la guerra sólo quedaron tres a los pocos años: uno murió “reventado” tras una dura jornada de siega, una de sus hermanas murió con apenas 14 años del llamado “canijo” y la más pequeña de todas moriría de hambre. Francisco Escribano, “el niño”, fue condenado a muerte tras seis meses de tortura en la cárcel de Almadén. Como los otros seis, fue acusado de robar un gran botín para los de la sierra: “dos costales de garbanzos, una manta, una chaqueta, unas tijeras, una corneta de metal, dos ovillos de hilo, seis calcetines, media docena de pañuelos y diez pesetas”.
Francisco Escribano es una de las quince historias reales de personas asesinadas de forma arbitraria e injusta durante la guerra civil española o la dictadura franquista representadas por actores y escritores integrantes de la plataforma Cultura contra la impunidad. Un video dirigido por Azucena Rodríguez y en el que han participado de forma altruista Pedro Almodóvar, Maribel Verdú, Hugo Silva, Juan José Millás, Carmen Machi, Juan Diego Botto, José Manuel Seda, María Galiana, Aitana Sánchez-Gijón, Miguel Ríos, Pilar Bardem, Almudena Grandes, Juan Diego, Paco León y Javier Bardem.
Hoy lunes, en los Cines de Princesa de Madrid, este video está siendo presentado por Emilio Silva, presidente de la Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica, con la presencia de la mayoría de los interpretes así como familiares de las víctimas.
El porqué de esta campaña según la plataforma
Queremos hacer visibles a las víctimas del franquismo, poner caras y voces reconocibles a los protagonistas de la gran tragedia colectiva cuya memoria no ha sido capaz de asumir el estado español después de treinta años de democracia.
En el apoyo a las 113.000 familias a las que sigue negándose el derecho a enterrar dignamente a quienes dieron su vida por la libertad y los derechos que hoy tenemos todos nosotros, reivindicamos la vigencia de los valores que defendieron, y los asumimos como un patrimonio imprescindible en nuestra identidad individual y colectiva.
La democracia española, edificada de espaldas a su propia tradición, cimentada sobre la mentira de que una guerra civil y cuarenta años de dictadura no son más que una página cualquiera, que puede pasarse sin reflexión y sin amargura, seguirá siendo frágil, dudosa y menor de edad, hasta que no afronte la tarea de elaborar una posición clara y contundente respecto al sangriento, difícil pasado, que sigue marcando su destino y el de incontables familias españolas.
El principal objeto de esta campaña es que sea la última. Que la sociedad civil no tenga que seguir movilizándose para cubrir responsabilidades que sólo deberían corresponder a los poderes públicos de nuestro país.
No basta con que el estado español subsane las deficiencias de la ley de Memoria Histórica, ni con que ponga a disposición de los afectados todos los medios legales y materiales precisos para acabar con la vergüenza de las fosas repartidas por el territorio nacional.
Exigimos que se ponga en marcha una auténtica política pública en materia de memoria. Que en todos los ámbitos, desde la redacción de los libros de texto hasta los callejeros de pueblos y ciudades, desde los reglamentos de las leyes hasta la representatividad institucional, se manifieste de forma definitiva el reconocimiento de los vínculos históricos de la democracia española.
Sólo así podremos subsanar la inmensa deuda moral que los españoles del siglo XXI tenemos con una generación -la de la República- que lo dio todo para conquistar un futuro de paz y libertades que no es otra cosa que nuestro presente.
Y sólo entonces habremos hecho justicia.
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La carta anónima enviada por uno de los participantes en el fusilamiento de Francisco Escribano Mansilla, enviada al alcalde de su localidad para facilitar su localización.
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José Villalibre Toral era albañil y labrador, pertenecía a la Sociedad de Trabajadores de la Tierra. El 22 de agosto de 1936 fueron a buscarlo un grupo de falangistas. Se lo llevaron junto a otros vecinos. Lo detuvieron unas horas y después lo asesinaron. No tuvo ni abogado, ni juicio, ni sentencia.
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Feliciano Marcos Brasa (1917 Destriana, León) Miembros de las Juventudes Socialistas de su localidad natal e hijo de Higinio Marcos Pérez, presidente de la Sociedad de Trabajadores de la Tierra. A finales de julio de 1936, Feliciano fue secuestrado en su pueblo y torturado, asesinado y enterrado en un paraje alejado varios kilómetros. En octubre de ese mismo año su padre fue también asesinado junto a dos vecinos.
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Virgilio Leret Ruiz. Era aviador, Jefe de las Fuerzas Aéreas de la Zona Oriental de Marruecos. Primer militar asesinado por sus compañeros sublevados al amanecer del 18 de julio de 1936 en la Base Aérea Militar de Melilla. No tuvo ni abogado, ni juicio, ni sentencia. Sus hijas todavía lo están buscando.
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Isabel Picorel Celada. El 26 de agosto de 1936 escapó junto a sus tres hijos de su casa de Langre. Alguien la había avisado de que la Falange iba a detenerla por sus simpatías republicanas y como castigo a su marido, quien tras el golpe de Estado del 18 de julio se había unido a las fuerzas democráticas republicanas de Asturias. Al día siguiente de la fuga Isabel volvió a casa a recoger algunas pertenencias personales y allí la detuvieron. Fue asesinada junto a otros tres hombres en una cuneta en el municipio de Fresnedo. No tuvo juicio, ni abogado, ni sentencia.
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María y Marcelino Álvarez Omaña. Durante años ayudó a los guerrilleros antifranquistas. Fue condenada en varias ocasiones a penas de cárcel y destierro. La última vez, en julio de 1951, fue detenida junto a su hermano Marcelino. A ambos les fue aplicada la ley de fugas y fueron asesinados por un grupo de guardias civiles en lo que se suponía un traslado.
que fuerza! que emocion!
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Publicado en la página de Almadén en Facebook 15/06/2010.
Estadísticas recientes:
Este es el resumen semanal 14/06/2010 de la página «Almadén»:
18 admiradores más esta semana con respecto a la anterior. Número total de fans: 913
Publicaciones en el muro, comentarios y usuarios que han expresado que les gusta un contenido: 32.
Total de la semana pasada: 38
582 visitas a tu página esta semana.(555 visitas la semana pasada).
Espero realmente que lo lea mucha más gente.
Sirva este pequeño gesto como aportación a esta noble causa del «siempre esclavizado» pueblo de Almadén.
Gracias y un abrazo.
Luz García
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