El régimen franquista ordenó en 1941 a los gobernadores civiles elaborar una lista de los judíos que vivían en España. El censo, que incluía los nombres, datos laborales, ideológicos y personales de 6.000 judíos, fue, presumiblemente, entregado a Himmler. Los nazis lo manejaron en sus planes para la solución final. Cuando la caída de Hitler era ya un hecho, las autoridades franquistas intentaron borrar todos los indicios de su colaboración en el Holocausto. EL PAÍS ha reconstruido esta historia y muestra el documento que prueba la orden antisemita de Franco.
JORGE M. REVERTE 20/06/2010
Al final de la II Guerra Mundial, el régimen de Franco intentó con relativo éxito confundir a la opinión pública mundial con la fábula de que había contribuido a la salvación de miles de judíos del afán exterminador nazi. No solo era falso lo que la propaganda franquista pretendía demostrar. En la España del dictador hubo la tentación de contribuir a acabar con el «problema judío» en Europa.
El Archivo Judaico es una prueba de lo que los falangistas de Serrano Suñer pretendían hacer con los judíos españoles.
La directriz alerta de que los sefarditas pueden pasar desapercibidos por su «similitud» con el «temperamento» español.
José Finat, que también fue alcalde de Madrid, hizo amistad con Himmler cuando este visitó España en 1940
La paciente labor de un periodista judío, Jacobo Israel Garzón, ha conseguido que aflorara el único documento conocido sobre el asunto, conservado por obra de la casualidad en el Archivo Histórico Nacional, y proveniente del Gobierno Civil de Zaragoza. Lo publicó en la revista Raíces. A partir de ese trabajo, EL PAÍS ha continuado la indagación y ha reconstruido la historia completa de la frustrada colaboración con el Holocausto. Quiénes fueron sus protagonistas y sus cómplices. Una historia que cambia la Historia.
El 13 de mayo de 1941, todos los gobernadores civiles españoles reciben una circular remitida el día 5 por la Dirección General de Seguridad. Se les ordena que envíen a la central informes individuales de «los israelitas nacionales y extranjeros afincados en esa provincia (…) indicando su filiación personal y político-social, medios de vida, actividades comerciales, situación actual, grado de peligrosidad, conceptuación policial». La orden la firma José Finat Escrivá de Romaní, conde de Mayalde, el último día de su permanencia en el cargo, porque va a ser relevado por el coronel Galarza. De ese puesto va a saltar en pocos días al de embajador de la España de Franco en Berlín.
El conde es un personaje refinado y culto, y muy amigo de Ramón Serrano Suñer, el hombre fuerte del régimen [fue ministro de Interior y Asuntos Exteriores], que es quien le va dando los distintos cargos que ostenta. Ha prestado grandes servicios a Serrano y a Franco, como el de organizar a los policías que, en connivencia con el embajador Lequerica y la Gestapo, utilizando a un siniestro policía de apellido Urraca, consiguió traer a Companys y Zugazagoitia a España para sufrir una burla de juicio y ser fusilados.
José Finat hizo buenas migas con Himmler cuando este visitó España en octubre de 1940. Himmler pudo asistir a un espectáculo que le pareció cruel: una corrida de toros en Las Ventas. En esos días, ambos pusieron al día una vieja colaboración firmada por el general Severiano Martínez Anido en 1938. Gracias a ese acuerdo, la policía política alemana goza de status diplomático en España, y puede vigilar a sus anchas a los treinta mil alemanes que viven aquí.
Dentro de poco más de un mes, Finat va a ocupar su cargo de embajador en Berlín. Allí podrá entregar en persona a Himmler sus listas de judíos. Si España entra en la guerra, serán un buen regalo para los nazis. Antes va a tener tiempo suficiente para dar una paliza y emplumar por maricón a un cantante, Miguel de Molina. Le ayudará el falangista Sancho Dávila, primo del fundador del partido fascista.
El objetivo del Archivo Judaico no consiste en defender al régimen de la posible acción subversiva que puedan realizar los refugiados que pasan por España huyendo de la persecución nazi. Esos son conducidos directamente a Portugal para que se marchen a Estados Unidos, o internados en el campo de concentración de Miranda de Ebro hasta que se sepa qué hacer con ellos. De lo que se trata, sobre todo, es de tener controlados a los judíos españoles de origen sefardí:
«Las personas objeto de la medida que le encomiendo han de ser principalmente aquellas de origen español designadas con el nombre de sefardíes, puesto que por su adaptación al ambiente y similitud con nuestro temperamento poseen mayores garantías de ocultar su origen y hasta pasar desapercibidas sin posibilidad alguna de coartar el alcance de fáciles manejos perturbadores».
El trabajo no va a ser fácil por esa capacidad de adaptación que tienen los judíos. Sobre todo en lugares que no sean como Barcelona, Baleares y Marruecos, donde había antes de la guerra «comunidades, sinagogas y colegios especiales», y eso permite una mayor facilidad de localización.
La circular no oculta la urgencia de la acción. Hay que proteger al Nuevo Estado de la posible actuación de estos individuos, que son «peligrosos».
El coronel Valentín Galarza está poniendo patas arriba el ministerio que le ha dejado Serrano Suñer, infestado de falangistas revolucionarios. Pero no va a destrozar toda la obra de su antecesor. El Archivo Judaico se va a seguir completando con carácter de urgencia al principio y con metódica seriedad después.
¿No son acaso los judíos y los masones los enemigos fundamentales del Nuevo Estado?
Cuando haya pasado el tiempo, el Archivo Judaico será ocultado y sistemáticamente destruido, como toda la documentación comprometedora para el régimen franquista en relación con la persecución antisemita realizada en los años cuarenta. Cuando deje de ser urgente tener listas completas de israelitas y haya que justificar la patraña de que el régimen surgido del 18 de julio ayudó en todo lo posible para que se salvaran muchos judíos de la persecución nazi.
En mayo de 1941, cuando se envía la circular, resulta muy significativa la desaparición de las guardias de falangistas de la puerta del Ministerio de la Gobernación. Ya no se trata de que la represión la lleve la Falange por su cuenta, como si fuera un poder autónomo del Estado. Se trata de que el Nuevo Estado asume comportamientos que le identifican con los de la Alemania nazi, pero mediante las instituciones tradicionales, o sea, en este caso, la Policía y la Guardia Civil. Eso sí, «auxiliados por elementos de absoluta garantía».
Esos elementos son falangistas entusiastas de la represión, que hay muchos. Porque continúa en funcionamiento la Delegación Nacional de Información e Investigación, con sedes en muchos municipios españoles. Hay más de tres mil agentes del partido repartidos por toda la geografía nacional, que elaboran sin descanso expedientes sobre sospechosos. En el año anterior han escrito más de ochocientos mil informes y han elaborado fichas sobre más de cinco millones de ciudadanos. Los miembros de las delegaciones hacen informes constantes sobre la situación política en cada lugar, sobre el estado de la opinión pública, y sobre los antecedentes políticos de cualquier ciudadano que aspira a un puesto de trabajo. Y tienen el privilegio de participar en interrogatorios policiales y torturas en comisarías o cuartelillos.
A veces, fuera de las dependencias judiciales. El ricino y las palizas callejeras están a la orden del día.
Con el cambio de destino del conde de Mayalde, los falangistas dejan de ser los que encabezan este tipo de investigaciones, pero están. Siguen estando.
Los investigados para el Archivo Judaico no son gente de especial relevancia. Salvo en algún caso, como el del escritor Samuel Ros, amigo íntimo del revolucionario Dionisio Ridruejo, cuya condición de judío levantará las inquietudes de los funcionarios nazis instalados en España. Se da la circunstancia de que Ridruejo es también muy amigo del conde, con el que va a compartir muchas jornadas en Berlín durante su discontinua presencia en la División Azul, el contingente español que va a marchar a Rusia a luchar contra el comunismo a las órdenes del general Agustín Muñoz Grandes.
Los hombres de Himmler, a los que el conde de Mayalde ha dado el estatus oficial para que se muevan con soltura por el país, reclaman a la Policía española que les dé detalles sobre las actividades de Samuel Ros. Incluso se atreven a protestar porque se le permita escribir en medios oficiales como el diario falangista Arriba.
Otra de las circunstancias llamativas de la circular es que rompe con el antijudaísmo clásico de la católica España. Para la Iglesia, y por tanto para el régimen nacional católico amparado por los cardenales Pla i Deniel y Gomà, un judío deja de serlo si se convierte al catolicismo. Los nazis consideran que se trata de una raza, y el conde de Mayalde expresa claramente su concepción próxima a la de los seguidores de Hitler: los sefardíes, que por «su adaptación al ambiente y su similitud con nuestro temperamento poseen mayores garantías de ocultar su origen». Hay un temperamento español y un origen judío.
La fecha en que se emite la circular tampoco es casual. En España se debate desde hace meses la posibilidad de que el país entre en guerra al lado de Alemania. Y los más furibundos partidarios de esta opción son los falangistas revolucionarios, los nacionalsindicalistas que admiran a Hitler y comprenden su política de liquidación del judaísmo.
En Francia, las autoridades de Vichy han puesto en marcha, sin necesidad de que los ocupantes alemanes se lo pidan, un Estatuto Judío que incluye un censo. Ya hay muchos miles de judíos franceses o apátridas recluidos en campos de concentración en la zona de Vichy y en la zona ocupada. En todos ellos la autoridad le corresponde a la policía francesa. De esos campos saldrán los trenes de la muerte que conducirán a casi todos los judíos franceses al exterminio en Auschwitz.
El más importante está al lado de París, en una localidad llamada Drancy, donde catorce sefardíes españoles han sido recluidos. Un diplomático llamado Bernardo Rolland de Miota, cónsul general en París, intenta, contra las órdenes del embajador Lequerica y del ministro Serrano Súñer, salvarles. No lo consigue, aunque sí puede actuar a favor de otros dos mil que reciben protección de su consulado. Serrano Suñer le hará pagar por su desobediencia destinándole a un oscuro puesto africano. Será declarado por la Fundación Wallenberg «justo entre las naciones», un título al que se harán acreedores otros diplomáticos españoles, como Sebastián de Romero, Eduardo Propper, Julio Palencia, Ángel Sanz Briz o Carmen Schrader.
»LA REUNIÓN DE WANNSEE. A las afueras de Berlín hay un plácido barrio de casas residenciales donde muchos berlineses de posición económica acomodada pasan los fines de semana. Antes para alejarse del estruendo de la gran urbe. Ahora para eludir la incomodidad de las alarmas aéreas. El barrio se llama Wannsee, y está construido a las orillas del lago del mismo nombre.
Allí se solazan y descansan los responsables de la Seguridad del Estado hitleriano. Los jefes de los Eisantzgruppen, estresados, se recuperan del pesado trabajo de matar en masa a tantos judíos, a tantos partisanos y comisarios bolcheviques. Lo hacen en una casa adquirida por la Seguridad del Reich, que dirige un asesino en masa llamado Reinhardt Heydrich.
Heydrich, el virtuoso violinista que, a las órdenes de Himmler, desarrolla la matanza de los judíos, ha hecho balance, y este no es nada bueno. Con gran esfuerzo y un enorme gasto de munición y recursos, se ha conseguido matar solo a un millón de judíos en números redondos, de los más de once que se calcula que están en los territorios del Reich o en las zonas conquistadas. Y lo que no cabe ya, a la vista de la reacción del Ejército soviético, que ha detenido la ofensiva sobre Moscú y Leningrado, es pensar en expulsar a todos los hebreos hasta los montes Urales para que allí se extingan.
Hasta octubre de 1941, se ha conseguido que quinientos treinta y siete mil judíos se marcharan de los territorios del Reich. Unos quinientos mil, de Alemania y Austria; los treinta mil restantes, de Bohemia y Moravia. Pero esta política está realmente acabada, porque trae muchos problemas, en plena guerra, negociar transportes, destinos e itinerarios.
Mientras a los de las repúblicas bálticas se les mata en bosques o se les enrola por la fuerza en destacamentos de trabajo, en Varsovia sigue habiendo un gueto poblado por decenas de millares de judíos polacos que absorben recursos alimenticios, que obligan a dedicar numerosas tropas a controlarles. No es barato liquidar el problema judío. Los responsables de cada área ocupada se las ven y se las desean para cumplir con una orden muy vaga, la de que cada uno se las tiene que arreglar para matar a sus judíos. Pero eso no es fácil. Hans Frank, el gobernador general de Polonia, ha mostrado su desesperación hace pocas semanas: «No podemos fusilar a esos tres millones y medio de judíos, no podemos envenenarles, pero tenemos que ser capaces de dar pasos para encontrar una forma de llegar al éxito en el exterminio».
Es 20 de enero y en el palacio de Wannsee, junto al lago de aguas cristalinas, Heydrich ha reunido a los quince mejores expertos en matanzas porque ha recibido la orden de poner de una vez en marcha la «solución final» de ese problema. Hay que tomarse en serio el asunto, y ordenar los métodos, convertir el empeño en un sistema industrial eficiente en resultados concretos y en términos de economía. Y la consigna debe carecer de elementos que permitan la duda. A partir de ahora está claro que lo que procede es matar a todos, absolutamente todos, los judíos que se encuentran en territorios del Reich o en zonas conquistadas. No solo en esas áreas, sino también en el resto de Europa. Porque quedan muchos judíos en países rendidos o aliados. En casi ninguno de ellos se va a encontrar ningún problema para aplicar la solución. Sí en Italia, que es un aliado dubitativo en este asunto, pero no hay quejas sobre la actitud de Francia.
Hitler ha hecho hincapié varias veces en su «profecía» de que, si se produjera una nueva guerra mundial, los judíos desaparecerían de la faz de la tierra. Ahora ya no puede haber vacilaciones. Ya hay una guerra mundial desde que Estados Unidos se han enrolado en ella. Dentro de diez días, en un sitio público, el Sportpalas de Berlín, el Führer va a insistir en ello: «Esta guerra no tendrá un final como imaginan los judíos, con el exterminio de los pueblos arios de Europa, sino que el resultado de esta guerra será la aniquilación de la judería. Por primera vez, la antigua ley judía será aplicada ahora: ojo por ojo y diente por diente».
No hay constancia documental de que en Wannsee se hable de España. Se hace notar, simplemente, que allí hay seis mil judíos. Pero su destino está claro, para cuando se pueda atender la relación con este país. Lo seis mil están censados por algún organismo del Gobierno, que ha pasado nota a los representantes alemanes en la Embajada de Madrid. El censo que inició el 5 de mayo de 1941 José Finat, conde de Mayalde, ahora embajador en Berlín. Están todos localizados.
Una compleja serie de razones impedirá que España entre en la guerra al lado de Alemania. Eso evitará que los nombres incluidos en el Archivo Judaico pasen a formar parte de los listados de Auschwitz.
A finales de 1945, los archivos de los ministerios de Gobernación y de Asuntos Exteriores serán expurgados para que no quede nada que demuestre que la mayor actitud de piedad de Franco hacia los judíos fue dejar pasar a algunos, o soportar en ocasiones la acción individual de los pocos diplomáticos que se la jugaron por salvar vidas humanas.
El Archivo Judaico habría sido un hermoso regalo para Hitler. Su conservación, una repugnante prueba de lo que los falangistas de Ramón Serrano Suñer pretendían hacer con los judíos españoles.
El cinismo franquista llegó al extremo cuando tuvo que negociar con los aliados vencedores en la guerra la liquidación de las deudas con Alemania. La delegación española se atrevió, ante el escándalo de los representantes aliados, a pedir compensación por los daños patrimoniales causados por los nazis a los sefardíes de Tesalónica. El representante inglés McCombe tuvo que recordar en la reunión que España jamás había protestado por la persecución nazi contra sus compatriota.
El País.com:
Correción..
Esto ya se sabia… lo que pasa es que no había un documento…ya que como otros los quemaron todos…Como las instruciones sobre armamento mandadas por Hitler a Franco… el padre de una amiga que estaba en intendencia en explosivos…en el ejercito de Franco.. Se guardo una copia y se la descubrieron después en un registro en su casa en la 44 y vaya lío… tanto que lo declararon desafecto y tuvo que emigrar y logrando falsificar el permiso para el pasaporte…borrando el des…de desafecto. También me contó una vez… como secretamente intentaron en su momento tomar Gibraltar y como acumulaban armas y cañones bajo los olivos de la Linea.Año 42. antes del desembarco de los aliados en Marruecos. Es un apena que haya muerto este señor y no tenga grabada estas historias. Saludos . Lois
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Veo como se sigue ikntentando cambiar la historia, pues entre las muchas cosas que Fraqnco hizo bien, fué salvar a miles de judios, facilitandoles en el extrangero pasaportes españoles. No nos olvidemos que franco muy posiblemente tambien descendia de judios.
Seamos imparciales y leamos un poco mas de historia.
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Pues eso mismo, lea historia y de la verdad. Busque en los archivos de Universidades y los propios del Ministerio de Justicia y Educación y deje de leer a los señores Pío Moa y César Vidal si quiere estar bien informado históricamente. Franco precisamente no fue un benefactor, más bien fue un golpista y genocida.
Un saludo
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Señor Carreno lo mismo podria decirle a usted si sigue leyendo a Preston, Viñas o Moradiellos.
La diplomacia franquista a traves del Ministerio de Exteriores salvo la vida a 50000 judios, muchos de esos diplomaticos tuvieron serios enfrentamientos con las autoridades alemanas de los paises ocupados por defender a judios y llegaron a falsificar centenars de salvoconductos de muchos judios que no eran de origen sefardita.
Lo que si es cierto, y lo dice un «peligroso fascista» como Vidal es que el sector mas radical de Falange de las Baleares hizo una lista de judios «enemigos», pero eso se quedo en agua de borrajas porque el gobierno de Franco no permitio eso jamas.
Una cosa es despreciar a Franco por ser un dictador que llevo una dura represion contra el Frente Popular tras la guerra y otra muy distinta es alabar la humanidad que aquel gobierno tuvo con la cuestion judia porque ni siquiera las democracias (no digamos ya lo sovieticos) hicieron tanto por salvar a aquella gente como España.
Por cierto, le recomiendo que lea lo que significa genocidio. Franco quizas fue criminal de guerra, no genocida ya que no persiguio a un colectivo por razon de nacionalidad, etnia o religion. El Frente Popular si. ¿Le suenan los 7000 catolicos asesinados por aquel gobierno?
Un saludo.
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Señor Castillo, ante todo le agradezco su participación en estas páginas, sobre todo por su tono cordial, civilizado y no despectivo. Sin compartir sus argumentos y dado que entraríamos en un debate estéril aunque probablemente enriquecedor, sólo apuntarle que independientemente de los autores que uno puede leer, me remito a los hechos y datos según mi propio razonamiento y análisis como estudiante de Historia y basándome por supuesto en criterios de mi propia formación. Los términos que se pueden utilizar jurídicamente en los actos criminales llevados por el régimen franquista pueden ser también discutidos y debatidos, pero asegurar con tanta rotundidad el término genocidio tal y como la propia acepción lo define dista mucho de minimizar la actuación de Franco, ya que un criminal de guerra actúa durante conflicto bélico, y estaremos de acuerdo que la «dura represión» como usted define se mantuvo posteriormente a la Guerra Civil, siguió durante la dictadura con épocas de mayor o menor intensidad y que precisamente si fueron perseguidos y represaliados todos aquellos que políticamente eran contrarios a dicho régimen ( yo creo que eso es cuanto menos discutible si es un acto genocida o no). Y en referencia a la represión republicana ya he expuesto más de una vez que llegará el día de analizarla también, pero no mientras hayan más de 113.000 desaparecidos, eso sin hablar del resto de represaliados. En cuanto a los regímenes comunistas, no diré más que cualquier régimen totalitario que reprime es reprochable independientemente del color.
Un saludo.
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RAZA..O EL ESPÍRITU DE UNA RAZA .
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Patrocinada por el Consejo de la Hispanidad y con una banda sonora interpretada por «las orquestas Nacional, Sinfónica, Filarmónica coaligadas», Raza pretende mostrar el espíritu abnegado y valeroso que sería propio del ser español y que coincidiría completamente con el ideario nacional-católico del régimen puesto en pie tras la guerra civil .Se cambió el título Raza por el de Espíritu de una raza.
Se trató de destruir todas las copias de la primera versión, a la que se acabó dando por perdida. Más aún: se creyó de buena fe que Espíritu de una raza no era más que Raza con una sonorización diferente.
El título de esta novela es bastante significativo. Franco exalta una raza, en una clara coincidencia con el sentimiento racista que acompañó a unos de los movimientos ideológicos que le fue muy afecto: el nazismo. Su raza es una estirpe histórica, vinculada al origen de la España castellano-leonesa. La España de 1950 va superando poco a poco el aislamiento, debido al nuevo sesgo de la política internacional que provoca la Guerra Fría, y donde el anticomunismo militante de Franco tiene cabida. En este nuevo contexto las pantallas van a ver el reestreno de Raza, purgados ahora, eso sí, todos los detalles de corte fascista y con el nuevo título de Espíritu de una Raza, aunque en esta ocasión la repercusión a nivel comercial resultase mucho más mitigada .Uno de los fragmentos del texto eliminado fue, por ejemplo: «Vamos a cantar una jota en honor de la Falange», comentario que los censores franquistas considerarían «políticamente incorrecto» a finales de los 40, tras la derrota del Eje, y a tenor de los nuevos aires -alejados del fascismo y del nacionalsocialismo- que el régimen franquista quería mostrar a la comunidad internacional.
La primera versión 1941 es nacionalsindicalista y la segunda nacional católica Las dos son imperiales ,militares y clericales. El racismo es particular en Franco , está dentro de la tradición de la extrema derecha anterior…es antisemita .
Francisco Franco, mediante el telegrama nº 1565, de 23 de agosto de 1938 autorizó al Jefe de los Servicios Psiquiátricos Militares la creación del Gabinete de Investigaciones psicológicas, cuya “finalidad primordial será investigar las raíces psicofísicas del marxismo”, cuyo precedente no puede ser otro que el Instituto para la Investigación y Estudio de la Herencia creado por Himmler en Mecklenburg.
El gabinete concluyó su estudio en octubre de 1939 recibiendo su autor las felicitaciones del Estado Mayor del Ejército.
La Gestapo colaboró, por ejemplo, en el establecimiento de los campos de concentración franquistas, donde supervisó experimentos encaminados —según el director médico que dirigió tales experimentos, el doctor Vallejo-Nájera— a purificar la raza española eliminando el gen rojo. Tal personaje, director de los Servicios Psiquiátricos del Ejército franquista, había sido educado en la Alemania nazi. Escribió extensamente (en libros titulados Eugenesia de la Hispanidad y regeneración de la raza, Política racial del nuevo Estado, y otros) sobre la degeneración de la raza española, que según él había ocurrido durante la República, postura, por cierto, también adoptada por López Ibor, quien había sostenido que el prototipo hispano estaba genéticamente definido. A juicio de Vallejo-Nájera se necesitaba en la España franquista una regeneración racial, debido al incremento de «tarados» y «enfermos» (términos que él utilizó para definir a las personas con discapacidades y a las personas enfermas, incluyendo como enfermedad también cualquier postura crítica al régimen franquista). Llegó incluso a criticar a la profesión médica por conservar la vida de los «degenerados» (tal como señala Michael Richards en el capítulo «Purificar España» de su excelente libro Un tiempo de silencio). Vallejo-Nájera promovió así las ideas racistas y prácticas genocidas nazis indicando que la «regeneración de la raza impone una política de eliminación de todos los agentes físicos, psicológicos y morales que degeneren la raza», y consideró la eliminación física, a través de asesinatos políticos, como parte de esta purificación de la raza. Instruyó también a las mujeres jóvenes a no leer libros excepto los religiosos, y definió a las mujeres republicanas como la forma más extrema de degeneración de la raza. En realidad, muchos de los experimentos realizados en los campos de concentración nazis en Alemania fueron realizados antes por la Gestapo en los campos de concentración franquistas. Es más, muchas de las víctimas de tales experimentos en los campos de concentración nazis fueron españoles republicanos residentes en Francia que fueron deportados por la Gestapo a tales campos. Esos republicanos españoles fueron el mayor grupo de deportados (después de los judíos) que la Gestapo llevó desde Francia a los campos de concentración nazis. En tales campos se les conocía por su triángulo azul en sus uniformes. El 64% de ellos murió en esos campos. Del coronel y psiquiatra Antonio Vallejo-Nájera, Benjamín Prado recuerda su «programa de reeducación» de niños republicanos y sus ideas de regenerar la raza a costa de prohibir la procreación entre republicanos. Para Benjamín Prado lo más sorprendente es que este personaje convenció a Franco, al llegar la Guerra Civil, para que creara el Gabinete de Investigación Psicológicas del Ejército donde pensaba demostrar su teoría de que el marxismo era una tara mental, expresada en libros suyos como La locura y la raza. Psicopatología de la guerra española, Eugenesia de la hispanidad y regeneración de la raza o Psiquismo del fanatismo marxista donde hablaba de la «inferioridad mental de los partidarios de la igualdad social y política o desafectos». Una vez probado por Vallejo-Nájera que ser marxista era una enfermedad mediante a análisis y pruebas con prisioneros de la Brigadas Internacionales y con presas de la cárcel de Málaga, Benjamín Prado cuenta en Mala gente que camina cómo las autoridades franquistas crean una penitenciaria para madres lactantes en donde «disponen a su antojo de los hijos de las presas». «Cuando ejecutaban a sus madres o los niños excedían en edad, eran enviados a un seminario para que se los reeducase, o dados en adopción por la Iglesia y el Estado, que se habían atribuido su tutela legal para familias católicas afines a la causa». «La Iglesia hacía bautismos masivos y las monjas se llevaban a los niños de la prisión de las madres lactantes».
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Ecclesia. Órgano de la Dirección Central
de la Acción Católica Española. Madrid año 2, nº 26, página 23 (47)
sábado, 10 de enero de 1942
Raza
La raza, en el concepto español y cristiano, no es un fenómeno material determinado por rasgos somáticos y caracteres fisiológicos. Su fuerza no dimana de impulsos de la sangre, ni su color o estructura corporal justifican el desdén o el privilegio. Para nosotros la raza es una hermandad de hombres a través del tiempo y el espacio, unidos en el servicio de un ideal eterno, y alentados por el espíritu de Dios. Su fuerza trasciende lo temporal y caduco y alcanza las cumbres de la perennidad, porque son eternos los principios que la sostienen. España, instrumento de destinos providenciales, es la encarnación y el núcleo inicial de esa raza.
El Consejo de la Hispanidad ha querido exhibir ante los públicos del mundo entero una lección de grandeza y espiritualidad en esta película Raza, orgullo de España y triunfo de nuestra cinematografía.
Jaime de Andrade, espíritu fuerte de nuestra raza, dominado, como pocos, por la emoción de España, ha trazado en el guión la historia cautivadora de una imaginaria familia española, desde la víspera de nuestra última tragedia colonial, hasta el resurgimiento de la Patria en nuestra guerra, que el Caudillo Franco llevó a la victoria. Los individuos de esta familia son símbolos de nuestra vida y nuestras costumbres. Ellos encarnan los eternos principios de nuestra raza, la religión, la milicia, la caballerosidad, el hogar. No falta el hijo que se tuerce y desvía, pero un impulso íntimo, inmortal, de español, le devuelve al buen camino en el momento supremo. En torno a esta familia, encarnación típica de nuestros héroes, otros, españoles pasan y desaparecen anónimos y desconocidos, pero unidos todos en la hermandad y grandeza del espíritu.
Nuestras máximas ambiciones de espectadores y críticos han quedado colmadas en esta película totalmente española.
La fuerza extraordinaria del argumento original de Jaime de Andrade, la pericia de los directores José Luís Sáenz de Heredia y Antonio Román, y la justa interpretación de los actores, han merecido, de público y crítica, los más sentidos y entusiastas aplausos que hayamos visto en la proyección de ninguna película nacional o extranjera.
A nosotros nos satisface plenamente recomendarla y señalar a nuestros cineastas el camino de la «hispanidad» para hacer películas dignas de nuestra Raza.
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Franco filosefardíe pero racista a la española.
Raza o Espíritu de una Raza que era el original de 1941. No era antisemita, hay diálogos que salva la convivencia de las tres religiones medievales .pero exalta la conversión de Recaredo… ante la Sinagoga de Santa Maria dice, “aquí judíos moros y cristianos estuvieron y al contacto con España se purificaron”. E incluso se inventa una leyenda diciendo “que los judíos españoles protestaron ante los fariseos por la condena a muerte de Jesús y invitaron a Santiago a España”, Su hermano dice “que hermoso es ser Español”. En el desfile de la Victoria de 1939…habla del espíritu judaico…En la “liberación » del Alcázar, habla de raza maldita. El era filo sefardita… como su padre y su hermano… por que decían que el apellido Franco venia de los sefarditas portugueses conversos…pondría como santa de la Raza a S. Teresa una conversa…pero cuando acabo la segunda guerra y vino el bloqueo dice: en Arriba bajo el pseudónimo de Jakin Boor…varios artículos antisemitas…9/7/1950… Cita A Ford y los Protocolos…”.judaísmo no quiere decir hebreo… sino esa minoría judía conspiradora”…y salta a Isabel y defiende su antisimetismo…diciendo que no era racista ni tampoco religiosa la expulsión si no que había plena tolerancia de credos… pero los judíos se habían convertido en sectas secretas conspiradoras y criminales de hacían asesinatos de niños y adultos con reuniones secretas”. En Madrid las 25 familias se tuvieron que convertir todas en Barcelona algunas los que pasaban la frontera se bautizaban antes, la policía los clasifico y puso en su carta de residencia o carné “judío”. El 10 mayo del 37 se había quejado a Goma de la influencia del judaísmo…y la masonería. Su filosefardismo y antisimetismo tenía sus límites. A Cassino Assens le denegaron el carné de periodista por judío. Al mismo tiempo el CSIC creaba la revista Sefarad 1941. Pero los judíos lo pasaron mal, debido al ambiente antijudío del momento. No hubo exterminio claro, pero había fichas come esta que decían “se le supone la peligrosidad propia de la raza judía a la pertenece”. En 194O se deniega al Vaticano el permiso de paso de 3000 judíos «católicos» con destino a Portugal. Se cierra el paso Perinaico. Se deniega la acogida a 2500 judíos sefardíes franceses. Consecuencia la mayoría pereció. L as comunicaciones alemanas de otras zonas… quiere impedir que los deporten pero no los expatría a España. Y además eran españoles y el luego los expulsaba aplicando el decreto de Isabel de 1492. Decía el ministro Jordana, “Franco quiere que los judíos españoles pasen por el país como la luz por el cristal”. Al embajador en Hungría que salvo 2795 judíos, no lo desautorizaron, pero tampoco le dieron permiso. Presión de los aliados dicen. El gobierno ni apoyo Sanz Briz ni a Perlasca. Además no se supo hasta 1991. Franco no era de los más antisemitas, no impidió que pasaran, pero no los querría aquí… Aplico el decreto de 1492. Y le basto. Para saber las consecuencias del decreto de 1942.
Solo hace falta ver los estatutos de limpieza de sangre que aplican a partir 1506. Por otra parte el filosefarditismo de Franco parece estar basado en sus buenas relaciones en el Rif con los sefarditas que le ayudaron antes y después de las guerras de allá. También eras imposible clasificar católicos como judíos al estilo nazi, en un país que había hecho una cruzada católica con el apoyo de sus fundamentalistas. El ya había hecho la limpieza de lo que quería .Por supuesto que había muchos republicanos católicos. Esos si y fusilo judíos claro pero por ser del bando contrario. Y empezar a matar otra vez conversos no veas que historia. Vaya tela…
En 1938… Mussolini se hace antisemita…Y el fascismo italiano tiene mucha influencia desde la dictadura de Primo…luego el apogeo del antisimetismo en España…es con la expansión nazi… Los que le rodeaban eran mas antisemitas que el…si Carrero blanco era un antisemita…pero luego en vez de judío le llamo capitalismo internacional… Pero aquí ahora hablamos de la película Raza. .Aquí el concepto de raza es distinto…en América fueron racistas… Había las castas y la limpieza de sangre…como aquí que no se suprimió totalmente hasta 1870…los hidalgos …Franco aparece en la película como familia de hidalgos ,»casta o calidad del origen o linaje»… la sangre de España la cita varias veces…dar la sangre por España…es murrasiano..Acción Francesa… estaba suscripta a su revista…desde mucho antes… La película Raza la lavan por los americanos…suprimen las referencias a Cuba Y a Filipinas y a la falange… ya que los fascistas perdieron la guerra… le cambian de nombre en vez de Raza le llaman. Espíritu de una Raza…por que Raza sonaba muy mal…espíritu es lo que Maeztu llamo Alma Española su primer libro…el geist alemán…y ahí enlaza con la nación eterna también del romanticismo…la nación creada por Dios… eterna…De esta concepción de la nación como esencia original solo queda la lengua.
Rechazaba toda teoría evolucionista o diacrónica que suponga progresiva construcción, diferencial o alterable. Es Herder la reacción contra Sieyés y el Tercer Estado que es la que se instala en Cádiz en 1912. Pero claro toda la decadencia había empezado en la ilustración masónica. Esta ultima es la democrática la otra es facha. Dios, sangre, estirpe, tierra, tradición, lengua. Pero como solo les queda la lengua…la película fue patrocinada por la Hispanidad a eso se agarran .Capitán Anglada: «Esta es la raza, la que llena de alto contenido la palabra Hispanidad». «mi sangre es de España”… La raza es el fundamento de la nación para ellos… la raza es blanca… de supremacía blanca… dice Peman e igual Maeztu o Giménez Caballero…y un montón que no cito “lo que hizo España en América es colaborar con el mismo hacedor del Universo…blanquear los rostros abrir los ángulos encefálicos y meter el elemento civilizador de la bendita raza de Castilla” … y Vallejo Nájera…dice “ la raza esta constituida por el espíritu el pensamiento y el idioma”… el índice biopsíquico de la raza española esta constituida por el espíritu cristiano”… “se trata de formar una súper casta hispánica”…De eso quedo la fiesta de la raza… de la hispanidad y hoy le llaman Fiesta Nacional…y es un fiesta militar monárquica… perfecto todo cuadra. La Nación eterna y la raza española castellana. Fue el regeneracionismo hispanista del cirujano hierro que pedía Costa. Pues menos mal que no lo lograron. Eso fue lo que paso y quedo como folklore como la religión aunque el desfile también es una procesión militar. El año 1941 fue el punto álgido de todo eso. Mantuvo la fiesta de la raza hasta el 56. Después le llamo Hispanidad. En el 56 pierde Marruecos .El final de un Imperio que nunca existió pero lo intentó. El imperio “raceador” de la suprema raza hispánica blanqueada .Un supremacista español .
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Gonzalo ÁLVAREZ CHILLIDA, El Antisemitismo en España. La imagen del judío (1812-
. 2002) , Marcial Pons, Ediciones de Historia, 2002,
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Javier DOMINGUEZ ARRIBAS , EL ENEMIGO JUDEO MASÓNICO 1936-1945 .Marcial PONS .EH.2009
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Estos dos libros , explican casi todo . Hay que entender que los nazis decian igual judeomasónicos y hay carteles con está propaganda anti , en el franquismo similar a los nazis.
Hay que entender también que la República devolvió la nacionalidad a los sefarditas en su Constitución.
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