Por Jordi Carreño: 27/06/2010 blog «Carpe Diem» jordicarreno.wordpress.com

Merilé Barceló Culebras

Aurora y Merilé, no son simplemente dos nombres. Son dos chicas jóvenes, una camino de los dieciséis años y la otra camino de su mayoría de edad. Dos jóvenes comprometidas con un ideario, el republicano, con el trabajo de recuperación de la memoria histórica republicana y comprometidas con el trabajo por un mundo mejor, más libre, más Mundo.
Cualquiera puede pensar en que las influencias paternas y maternas tienen mucho que ver, e indudablemente así debería ser, ya que las hemos criado, educado y algún residuo de nuestras acciones habrá calado en algunos estratos de la materia y memoria de nuestros hijos (en este caso concreto hijas); pero yo dudo de que todo éste mérito recaiga en los padres. Y lo dudo, porque cada uno es libre de elegir sus opciones, y en mi caso concreto y particular (tengo dos hijos- ni importa decir que orgulloso de ambos-), uno es totalmente apolítico y su compromiso es más con el día a día, con la educación de otros jóvenes y con la vida deportiva y sana (cada cual escoge su camino), mientras que la otra es una ávida lectora, comprometida y politizada con todos las causa perdidas (creo que ahí si hemos influido en algo) y sobre todo, una convencida republicana, no por simbología, sino más bien por los principios ilustrados. Merilé también viene de buena casta, como los galgos, pero también ha tomado partido por ella misma, y se nota de su primer acto memorialista importante “Casavieja”, al que acudió entre el convencimiento y la obligación, y que tengo la impresión que aquél emotivo día que nos marcó a todos, incluso a los memorialistas más bregados, la marcó a ella y tomó una decisión importante para su futuro (no sé si sabiéndolo o no), pero una decisión que a partir de ahora será parte de su camino en la vida. Y me alegro mucho por ella y por todos nosotros. Me alegro por ambas.
Estas chicas tricolores no son una excepción, aunque por desgracia no abundan demasiados los jóvenes hoy en día comprometidos con ideales sociales, políticos, etc.; y sobre todo, dispuestos a regalar parte de su tiempo a dar la cara y obviar videoconsolas, salidas a discotecas u otras actividades ociosas y lúdicas seguramente más apetecibles por actividades y acciones de verdadero compromiso y calado ético. Gracias por ello.
Por eso hoy les escribo estas líneas a ambas, y a ellas, como representación del resto de juventud que también siguen sus mismos pasos, para que sepan, no sólo lo orgullosos que estamos todos sus mayores (y no hablo de sus padres), sino de todos aquellos que valoran su valiente, comprometida e inconsciente decisión. Y digo lo de inconsciente no porque no lo hayan meditado, que seguramente si lo han hecho; sino porque han escogido el camino más difícil, el del compromiso, y eso es de agradecer, sobre todo por las implicaciones personales que suponen.
Como decía, les escribo para transmitirles que el tiempo es traidor, que está repleto de sinsabores y decepciones y que uno nunca puede decir aquello de que…“de esta agua no beberé”, que todavía son muy jóvenes, que el trabajo que hoy han iniciado tendrá momentos en los que las hará pensar si lo que hacen vale la pena o no, recapacitar si el balance es o no positivo, si las luchas idealistas están por encima de lo personal. Hoy no tengo una respuesta para ninguna de ellas, pero sí sé una cosa. Cuando crees en algo (y eso que en la vida no hay verdades absolutas), y lo crees con total certeza, eres consecuente y fiel con lo que piensas y haces, con tus ideales en definitiva (y no hablo de política sino de filosofía, del modo de ver y entender las cosas, de la vida en sí); y además, eres generoso y te entregas, compartes con los demás, y vives respetando todo eso, llegas a conseguir algo que pocas personas pueden sentir y menos comprender…”consigues hacer feliz a la gente, a los demás”; y eso, finalmente si repercute en ti, es decir, también eres feliz”.
Así que no sé lo que pasará con el tiempo chicas, pero habéis elegido un camino pedregoso, lleno de bellos y áridos paisajes. El que sigáis recorriendo el mismo o no, sólo es una decisión vuestra, pero si os sirve de acicate, es tan importante lo que habéis hecho ya, que incluso hoy, no he querido dejar pasar la oportunidad de hacéroslo saber. No simplemente el deciros que estamos orgullosos, felices, y satisfechos de vuestras decisiones, que lo estamos; sino que sois el relevo nuestro. Que eso implica una responsabilidad que al día de hoy todavía se os escapa, pero que con vuestro corazón y bien amueblada cabeza llegaréis a entender. ¿El qué? Que sois la nueva savia republicana, que cogeréis el testigo allá donde nosotros lo dejemos por el paso del tiempo o incapacidad de hacer más, y que entonces, seréis vosotras las que deberéis defender y regir los destinos de todo aquello que representa cuidar la libertad, la igualdad y la fraternidad, la memoria de tanto esfuerzo y lucha. Y eso no es cuestión baladí, es una gran responsabilidad.
Pero tampoco os asustéis. Porque hoy no estáis obligadas más que a seguir haciendo lo que ya hacéis, y si el tiempo traidor os aparta de este camino, tampoco habréis fracasado, por que estoy seguro que vuestro corazón e ideario será siempre el mismo, pero hay cosas que uno nunca puede predecir. De todos modos yo seguiré durmiendo tranquilo sabiendo que en esta carrera de fondo hay gente dispuesta a recoger el testigo. Tanto es así que hoy (28/06/2010) he añadido otra fotografía más con otra jovencita comprometida, hija de nuestro compañero, amigo y gran luchador Tomás Montero, lo dicho, que cada vez duermo más tranquilo.
Jordi Carreño Crispín
(Artículo cedido a La Memoria Viv@ desde http://jordicarreno.wordpress.com)

Merilé en el acto del Cementerio del Este de Madrid (Cementerio de La Almudena)

Aurora carreño la primera por la izquierda con su amiga Helena en el acto apoyo a Garzón y a las víctimas del franquismo en Palma de Mallorca

- La hija de nuestro amigo y compañero Tomás Montero en el acto del pasado sábado en la Puerta del Sol «Enciende una vela por todas las víctimas y represaliados del franquismo»