La primera crónica de la Guerra…

julio 17, 2010

Relato histórico. El testimonio inédito de una mujer a pie de fuego del ataque del ejército rebelde.

KAMALA OROZCO MADRID 17/07/2010

Carlota O'Neill.La periodista en el exilio, trabajando en un programa en los estudios de Televisa (Canal 4), en Caracas, en el año 1963.

La primera crónica de la Guerra Civil española la escribió una mujer: Carlota O’Neill. Cinco folios en los que la periodista escribió con letra apresurada la cruenta batalla que se libró en la base de Hidros de Atalayón en Melilla el 17 de julio de 1936. Un texto que nunca vió la luz pero que a llevó a su autora a la cárcel. La crónica permaneció en los archivos de los juzgados hasta que su hija, Carlota Leret O’Neill, los recuperó hace poco. Aquellas palabras sobre el inicio de las sombras fascistas no ha sido publicada antes ya que «ella nunca la tuvo en su poder, y yo recupero el expediente a finales del año 2002», explica su hija, guardiana de su legado.

«Mi madre era una bohemia, una romántica». Así define el carácter de su progenitora Carlota Leret O’Neill. El comienzo de la guerra encontró a esta reconocida intelectual en Melilla, donde había acudido a pasar el verano con su marido, el capitán de aviación Virgilio Leret, y sus dos hijas pequeñas, Mariela y Carlota. El capitán Leret iba a dar un curso de verano en la base de Hidros de Atalayón. Leret logró que su familia fuera a vivir esos meses en una gran barcaza amarrada frente a la base. Allí se trasladó Carlota con sus hijas el 1 de julio.

Alegría y veraneo

En su crónica, Carlota O’Neill describe el lugar en el que se encuentra pasando el verano: «Mi casa eventual es un barco anclado a unos doscientos metros de la base, el agua la rodea por todas partes y para saltar a tierra tenemos que utilizar un bote. A nuestra espalda el monte denominado Atalayón. Está frente a una barriada obrera con doce casas donde habitan otras tantas familias de obreros de los talleres de la base y marineros. La algarabía y alegría es constante en estas sencillas casitas pues en ellas viven 34 niños. También tienen allí mismo instalada una escuela donde un soldado competente les da lección a los muchachos. Un poco desviada hacia la izquierda se alza blanca y elegante la silueta de la base de Hidros con su torre de meteorología, vigía constante de los hombres del aire».

El viernes 17 de julio la familia disfrutaba de un día tranquilo. Pero, a las cinco de la tarde, unos soldados corrieron a avisar al capitán. Leret cogió su pistola y acudió a la base. La unidad militar conocida como «los regulares», formada por las famosas tropas moras, se habían levantado a las órdenes de Francisco Franco. Esa noche murieron unas 200 personas en tierras del Protectorado español en Marruecos.

Desde la draga, Carlota y sus hijas observan la que será la primera batalla de la Guerra Civil. «Le salió el instinto», explica su hija recordando aquellos momentos que no ha enterrado. «Ella era una escritora, tenía la formación de una periodista, vió que aquel era un momento muy interesante, histórico y pensó soy testigo. Por eso justifica su premura al ponerlo por escrito. Hubiera sido una torpeza completa no haberlo hecho». Así, en la mañana del sábado día 18 de julio redacta las páginas que, con el título Cómo tomaron las fuerzas de regulares la base de Hidros de Atalayón, cambiarían su vida. Carlota O’Neill escribe: «El grito agudo de la sirena pone en conmoción toda la base. Son las seis de la tarde. Otro grito de auxilio sale de los soldados, clases, marineros, y obreros».

Carlota es testigo excepcional de lo que ocurre a su alrededor y señala en la crónica: «Las mujeres al quedarse solas los hombres todos como uno solo se fueron a la base lívidos los rostros, chillan y gritan desoladas llamando a sus hijos». En su autobiografía, Carlota O’Neill explica: «Concebí la idea de guardar, en unas notas, lo que había visto desde el 17 de julio a la cinco de la tarde. Creí que podrían, después, interesar a alguien». Y añade: «El original manuscrito se conserva, a estas horas, en la Auditoria de Ceuta, en uno de los procesos que me hicieron».

Un relato sentido

La autora no se dedicó sólo a describir el ataque, sino que sitúa al lector en el mismo lugar en el que ella se encuentra, haciéndole partícipe de sus sentimientos y sensaciones: «Nosotras nos refugiamos en la cámara del barco. Desde las escotillas, los ojos llenos de terror, oteamos la base. Mientras, a escasos metros, vemos avanzar ejército de gatos salvajes las trágicas chichías y los uniformes de regulares que ensangrentaron Asturias».

La tensión es enorme y la situación de la pequeña Carlota fuera de la base, pero cerca de ella, es privilegiada: «Hay un silencio espantoso, calma trágica, mientras estos hombres de hirsutas barbas y ojos de fuego se deslizan, no parece que anden, cercando, acorralando las tapias de la Base». Y continúa: «Los acontecimientos se suceden con una vertiginosidad terrible. Se ha iniciado el fuego. Los hombres atrincherados en la base en escaso número pues la mitad de los soldados están con permiso de verano y las tropas indígenas mandadas por oficiales insurrectos. Arrecia la lluvia de plomo».

La periodista describe «el ruido de los proyectiles» mezclado con «voces de mujeres» y «llantos infantiles y los gritos guturales» de «las tropas salvajes». Luchadora republicana, no puede evitar recordar «imágenes tenebrosas de los episodios de Asturias». El feroz tiroteo continúa insistente. «¿Cuándo tiempo? Lo ignoramos por completo. Si no fuera porque huimos tenazmente de hacer literatura diríamos que nos parecieron siglos las horas pasadas en la bodega del barco». Finalmente, ella, su criada y las niñas deciden salir de la bodega del barco. Su crónica concluye con unas proféticas palabras: «El peligro queda en pie».

Sin remedio

Esas páginas nunca se publicaron, pero sirvieron para condenarla. Los regulares tomaron la base de Melilla el 17 de julio. Según los historiadores, ese fue el día que comenzó la guerra. El capitán Leret trató de salvar la base y a sus hombres, pero todo estaba en su contra. Incluso los aviones de la República tenían los motores fuera, poniéndolos a punto.

En el texto Carlota se lamenta de esta situación: «¡Si hubiera siquiera un par de hidros en vuelo! Pero nada, en la Mar Chica flotan desconsoladas las grandes boyas que hace algunos meses amarraban los aparatos hoy encerrados en los hangares con las alas estériles y sin motores». Sin posibilidad de defensa, el capitán Leret rindió la base y fue fusilado al día siguiente. Carlota no lo supo hasta siete meses después, en la cárcel por la dichosa crónica.

Lo que escribió le mandó directamente a prisión. Tras la batalla, Carlota y sus hijas intentan trasladarse a la casa de un suboficial amigo de Virgilio en Melilla. «Nos dijo: Hijas mías, quédense aquí que voy a buscar el equipaje y ya vuelvo’. Y no volvió», relata Carlota Leret. No las volvió a ver hasta cuatro años después.

Carlota O’Neill se sube al coche y acude a la barcaza. Guarda sus cosas, incluida la crónica, en un baúl. Después, según Carlota Leret, «en vez de llevarla a la casita de Melilla, la llevan a la Comandancia, donde la interrogan y la detienen». Es encerrada en la cárcel de Victoria Grande. Meses después, aparece el juez con las páginas manuscritas. Quiere que Carlota las lea. Carlota lee pero su instinto de supervivencia le hace ahorrarse algunos de los epítetos más duros que ha dedicado a las tropas golpistas alegando que no entiende su letra apresurada. En el juicio, la crónica aparece totalmente transcrita. La sentencia la condena «como autora de un delito de injurias al Ejército» a una pena de «seis años de prisión correccional».

Carlota pasó cuatro terribles años en la cárcel, junto a cientos de mujeres a las que llaman «las rojas». Muchas morirán fusiladas, otras de enfermedades y hambre. Carlota logra sobervivir. Vuelve a Madrid y consigue recuperar a sus hijas. Una vez fuera, se mantiene gracias a la escritura hasta que consigue llegar a Venezuela y después a México, donde retomará su carrera de periodista. Hubo una vez que decidió acercarse por España, durante la democracia. Según cuenta a este periódico su hija, «no le gustó». «España fue muy ingrata con ella. La olvidaron», se lamenta. Afortunadamente, con este rescate de su crónica de la primera batalla de la Guerra Civil vuelve a la memoria.

Público.es


La guerra contada por Robert Capa y Gerda Taro

julio 17, 2010

Las imágenes del fotógrafo y su compañera se exhiben juntas en una muestra

BRAULIO GARCÍA JAÉN MADRID 15/07/2010 08:30

El texto de la exposición que recibe al visitante sorprenderá a quien no esté al tanto de la polémica que acompaña a una de sus fotografías más famosas, Muerte de un miliciano, desde hace años: «¿Era una escenificación? ¿Mostraba a un soldado en el momento de su muerte?», se lee. La duda sobre si un miliciano fotografiado por el más famoso fotoperiodista de todos los tiempos, Robert Capa, se desploma alcanzado por una bala o por un rapto dramático, sorprende precisamente porque aquello, en principio, era la guerra.

Esa es la sombra, sin embargo, que acompaña a la exposición Esto es la guerra: Robert Capa/Gerda Taro desde que se montó por primera vez en Nueva York, en 2007, y en especial después de pasar por Barcelona, un año después. Desde ayer, puede verse en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. El interrogante sigue colgado de la pared.

La respuesta que ofrece la exposición (organizada por la Fundación Pablo Iglesias y el Institute of Photography de Nueva York) sorprende también al visitante informado: «Una bala perdida hirió y mató de un modo inesperado a uno de los soldados de la República delante de la cámara», explica el texto.

Porque no hay uno solo, sino al menos otros tres milicianos muertos: un segundo miliciano está cayendo en el mismo sitio que el célebre falling soldier, y con el mismo encuadre, y hay tres cuerpos agrupados podría ser que uno fuera el del segundo de los caídos en el suelo de otra imagen, como ya subrayó El Periódico de Catalunya en 2008. Y no hay ningún indicio histórico que apuntale esas muertes, en esas fechas.

Las dos series que junto a esa fotografía agrupa la exposición (una de siete y otra de 40 imágenes) muestran lo que ya sabíamos: no fueron tomadas en el fragor de la batalla, sino en un día despejado. En una puede verse a un miliciano apuntando, rodilla en tierra, y la postura es perfecta. Pero sólo sostiene una broma: su fusil está en el suelo.

El tiempo, y la propia carga de la prueba, corren a favor de Capa, que murió al pisar una mina en la Guerra de Indochina en 1954, sin aclararlo. Es imposible demostrar que no fueron en verdad alcanzados por las balas de un tirador escondido, como hay quien defiende. Pero no es fácil confiar en esa hipótesis, después de ver que los soldados juegan a figurarse la guerra.

El director del Círculo de Bellas Artes, Juan Barja, terció ayer en la polémica con un argumento ciertamente desafortunado: «Si es o no un fotomontaje de Robert Capa, carece de importancia», dijo. Porque eso era lo único importante para la eficacia de la foto: que si era un montaje, no se supiera.

Las investigaciones del profesor de la Universidad del País Vasco José Manuel Susperregui, recogidas en Sombras de la fotografía (2009), descubrieron además que las fotos fueron tomadas, no Cerro Muriano, sino en el vecino Espejo, adonde el frente de la guerra no llegó hasta veinte días después de que Capa disparara. Ambos están en Córdoba.

Las seis salas de la exposición recogen el recorrido de la pareja Capa y Gerda Taro por la Guerra Civil en más de 250 imágenes. Y el del fotógrafo húngaro, en solitario, por la guerra entre China y la Segunda Guerra Mundial (desembarco de Normandía, incluido). Gerda Taro había muerto en un accidente durante la retirada republicana de Brunete en 1937.

http://www.publico.es/culturas/327925/guerra/contada/robert/capa/gerda/taro

Foto R. Capa (reproducida con pixeles visibles en la entrada de la exposición)

(Nota: la foto que ilustra, aquí, este artículo es de La Memoria Viva.)


Garzón vuelve a pedir justicia para las víctimas: «Merecen una respuesta»

julio 17, 2010

El juez vuelve a defender la aplicación de la Justicia Universal en un acto de homenaje de organizaciones de Derechos Humanos de Argentina

PÚBLICO.ES / EFE Madrid / Buenos Aires 16/07/2010 03:05 Actualizado: 16/07/2010 09:16

El juez Garzón ha vuelto a defender una vez más la aplicación de la Justicia Universal, como modo de defender y reparar a las víctimas de las dictaduras, como la del franquismo, que él mismo investigaba, y que le ha costado sentarse en el banquillo de los acusados.

«La Justicia Universal debe equilibrar, proteger y fortalecer la democracia en cada uno de nuestros países», dijo Garzón durante una breve intervención en la antigua Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), el mayor centro de detenciones clandestinas de la dictadura argentina (1976-1983), donde recibió un emotivo homenaje patrocinado por organizaciones de Derechos Humanos de Argentina.

Garzón, que evitó referirse explícitamente a su suspensión como magistrado de la Audiencia Nacional tras su intento de investigar los crímenes del franquismo, apuntó que, durante años, España vivió «la ley del silencio, de la impunidad» bajo la dictadura, y la democracia abrió cauces pero «con un olvido permanente de las víctimas».

«No puede un país construirse sobre el olvido, la falta de memoria, sobre el reconocimiento de aquello que ha marcado su historia», afirmó.

«Las víctimas merecen una respuesta»

«Las víctimas merecen una respuesta, una protección que se debe dar desde la Justicia», insistió el magistrado, que lamentó que tras la polémica legal surgida sobre la investigación de delitos cometidos bajo el régimen franquista (1939-1975), España «ha perdido de forma gratuita» la posición que había logrado en materia de defensa de los Derechos Humanos con los juicios contra represores de terceros países.

«Es triste que en países como España, en los últimos años, con nocturnidad y alevosía, se haya producido un regreso muy fuerte» en lo referido al concepto de Justicia Universal, agregó.

«No se quebranta una sociedad, no se quebranta un pueblo por el hecho de que se aplique la Justicia», continuó Garzón, que dijo sentirse «bien tranquilo» con su actuación como juez.

«No podemos volver atrás, no debemos volver atrás» en la aplicación de la Justicia a crímenes de lesa humanidad, porque «las víctimas no merecen una segunda negación», concluyó.

Durante el acto, Eduardo Luis Duhalde, secretario de Derechos Humanos de Argentina, agradeció a Garzón la apertura de procesos que terminaron por impulsar la derogación de las Leyes de Punto Final y Obediencia Debida que garantizaban impunidad a los represores argentinos.

«No todo estaba perdido»

«Ese camino significó para nosotros la constatación de que no todo estaba perdido, que había una justicia aunque sea fuera de nuestro país», explicó Duhalde, que reconoció el trabajo del juez español por el desarrollo de la Justicia Universal y su esfuerzo por investigar los crímenes de la dictadura española.

«Jamás nos imaginamos un revés tan grande, juzgar a un juez que se había jugado (comprometido) permanentemente cuando tocara lo que aparentemente no se podía tocar: la Historia de su país», denunció Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, en alusión a la sanción impuesta a Garzón en España.

Previamente, el juez participó en un encuentro contra el terrorismo en el que apostó por utilizar los instrumentos legales del Estado de Derecho para hacer frente a este problema internacional.

«Quien no lo entienda así, quien no aborde la legislación necesaria para hacer frente a este fenómeno desde el Estado de Derecho y con las armas del Estado de Derecho, no tiene una visión política medianamente aceptable y, desde luego, es de una insolidaridad muy grave», apuntó.

«Es bueno, es necesario que la legislación de nuestros respectivos países para combatir este fenómeno sea posible, de modo que, frente a un hecho internacional a un crimen internacional que en sí deben ser la categoría que tengan el delito del terrorismo, todos unamos nuestros esfuerzos para hacerle frente», insistió.

Garzón participará el viernes en el homenaje a las víctimas del atentado contra la Asociación Mutual Judía (AMIA) perpetrado en Buenos Aires 1994, que dejó 85 muertos.

http://www.publico.es/espana/328141/garzon

Delante el TS, 12 04 2010 Foto La Memoria Viv@

(Nota: «Los Nuestros» reclamando una respuesta del TS. Foto que no aparece  en el precedente  artículo, pero que también está intimamente ligada a las exigencias del Juez Garzón.)


El ayuntamiento de Ferrol, investigado por apoyar a Garzón

julio 17, 2010

La Fiscalía investiga si el ayuntamiento de Ferrol ha cometido un delito por sus críticas al Supremo en defensa del juez Garzón

SERVIMEDIA MADRID 16/07/2010 15:47 Actualizado: 16/07/2010 16:22

La Fiscalía ha abierto una investigación para determinar si el Ayuntamiento de Ferrol (La Coruña), gobernado por el PSOE, cometió algún tipo de delito por mostrar a través de un acuerdo municipal su solidaridad con el juez Baltasar Garzón y criticar al Tribunal Supremo y al Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), poniendo en duda su «imparcialidad».

El fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido, tras recibir una comunicación de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo, ordenó el pasado 29 de junio al departamento del Ministerio Público en Galicia abrir una investigación «con el objeto de determinar las circunstancias y la posible trascendencia jurídica del hecho».

El citado acuerdo fue adoptado el pasado 25 de marzo en base a una moción del Grupo Municipal de Izquierda Unida. El escrito aprobado, además de expresar su solidaridad con Garzón por las causas penales abiertas contra él, aseguraba que la actuación del Tribunal Supremo produce «indignación y bochorno» así como una «extraordinaria preocupación» en los ciudadanos.

El acuerdo criticaba que «en vez de animar a investigar los crímenes del franquismo se persiga a quien intenta contribuir a hacer justicia» y que con las imputaciones a Garzón se fomentase «la impunidad» de los imputados del «caso Gürtel». Se hablaba de la existencia de una «campaña de acoso y derribo impulsada por la extrema derecha» y se aseguraba que las causas penales abiertas contra Garzón «ponen en duda la imparcialidad del CGPJ y del Tribunal Supremo».

Instructor del Supremo

Este acuerdo fue conocido por el instructor de la causa abierta a Garzón por su investigación de los crímenes del franquismo, el magistrado del Tribunal Supremo Luciano Varela, gracias a que el propio alcalde de Ferrol, el socialista Vicente Irisarri, le remitió en abril una copia del escrito municipal.

Un mes más tarde, la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo, presidida por el magistrado Juan Saavedra, decidió remitir el escrito Conde-Pumpido, quien a su vez ha ordenado a la Fiscalía Superior de Galicia la apertura de una investigación.

El juez Garzón se encuentra en la actualidad trabajando como asesor de la Fiscalía del Tribunal Penal Internacional, con sede en La Haya (Holanda), después de que el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) le suspendiera cautelarmente el pasado 14 de mayo como consecuencia de la apertura de juicio oral dictada en su contra por el Tribunal Supremo en el marco de la causa por su investigación de los crímenes del franquismo.

El Supremo tiene otras dos causas abiertas contra Garzón. En concreto, además de por las subvenciones de los cursos de Nueva York , el Supremo ha imputado al magistrado por grabar las conversaciones que mantuvieron en la cárcel los principales imputados en la trama de corrupción del «caso Gürtel» y sus abogados, así como por su investigación de los crímenes del franquismo , una causa por la que ha sido llevado a juicio.

http://www.publico.es/espana/328210/ayuntamiento/ferrol/investigado/apoyar/garzon/criticar/supremo

24 04 2010 Madrid en apoyo a Garzón y contra la impunidad del franquismo. Foto La Memoria Viva

(Nota: Esta foto no figura en el artículo que precede, pero si está relacionada con nuestro apoyo al Juez Garzón.
¡ Señor Varela nosotros también estamos implicados, llamenos a testificar ! )


Zapatero retira a Franco de su web

julio 17, 2010

En el nuevo portal de la Moncloa ya sólo aparecen las referencias a los cinco presidentes del Ejecutivo que ha tenido España desde 1979

JUANMA ROMERO Madrid 16/07/2010 19:50 Actualizado: 16/07/2010 23:14

Francisco Franco ya no está en la web de la Moncloa. Ya no figura como uno de los “anteriores presidentes del Gobierno”. Ya no queda ninguna referencia suya. El Gobierno ha aprovechado una completa remodelación de su portal en Internet para suprimir las alusiones al dictador que gobernó España durante 40 años.

Público denunció el pasado 28 de junio que Franco aparecía citado en el completo listado cronológico de presidentes del Consejo de Ministros desde el reinado de Fernando VII. La tabla la encabezaba el eclesiástico Víctor Damián Sáenz, jefe del Ejecutivo desde el 19 de noviembre de 1823 hasta el 2 de diciembre de ese año. La tabla continuaba con Isabel II, Amadeo I de Saboya, la I República, la Restauración borbónica, la II República… y justo después del socialista Juan Negrín, Franco. Obedecía, explicaban desde la Moncloa, a una “mera descripción histórica”.

El 2 de julio, un periodista de este diario preguntó en la rueda de prensa que sigue al Consejo de Ministros a la vicepresidenta primera del Gobierno si se iba a modificar ese listado. María Teresa Fernández de la Vega respondió que “sinceramente” ignoraba ese dato, pero que actuaría “de forma inmediata”.

La nueva web institucional se colgó este jueves. La Moncloa no emitió ningún comunicado. El portal se estructura en cinco bloques: El presidente, Gobierno, Consejo de Ministros, Sala de prensa, Multimedia y España. En el primero, en el apartado “Los presidentes”, se consignan las biografías y los discursos de investidura de los cinco jefes del Ejecutivo que han gobernado el país desde la aprobación de la Constitución de 1978: Adolfo Suárez (1979-1981), Leopoldo Calvo Sotelo (1981-1982), Felipe González (1982-1996), José María Aznar (1996-2004) y José Luis Rodríguez Zapatero (de 2004 hasta hoy). No hay alusiones a otros periodos, tampoco la II República. Sólo a las nueve legislaturas transcurridas hasta el presente.

Un sitio más ágil e interactivo

Hoy viernes, fuentes de la Secretaría de Estado de Comunicación, que dirige Félix Monteira, admitían que se ordenó la supresión de la referencia al dictador por la información de Público. “La relación histórica no tenía mucho sentido, y se tuvo en cuenta lo de Franco. Además, La web se había convertido en una hemeroteca de todos los ministerios”, razonaban.

Pero la eliminación del general no está ligada directamente con la reestructuración del portal, en la que ya se trabajaba “desde hacía meses”. En diciembre de 2009, el Gobierno adjudicó el rediseño a un proveedor externo, Celda Media, por 34.800 euros. Monteira, a su llegada a la Secretaría de Estado en marzo de este año, en sustitución de Nieves Goicoechea, “dio el empujón definitivo” a la remodelación del sitio, que estaba algo parada, añadieron en el Ejecutivo.

El objetivo de la moderna web –que reemplaza a la anterior, de 2005– es “potenciar una herramienta de comunicación online que conecte de forma más ágil y cómoda al Gobierno con los ciudadanos y viceversa”. Para ello, se resume la actividad del Ejecutivo, se incorporan vídeos y audios, intervenciones de Zapatero y acceso al canal ya existente de Twitter y otro nuevo de YouTube. La Moncloa tomó como modelo las webs de otros gobiernos europeos. 

El Gobierno quiere “seguir enriqueciendo y completando” el sitio, para atraer a “expertos y curiosos, sin ser un libro de Historia”. Lo que ya se ha elidido es el contenido íntegro de artículos de medios extranjeros, por sus quejas con el copyright. “No queremos litigios. Esta es una web de información y documentación”, relataban hoy fuentes de la Secretaría de Estado de Comunicación.

http://www.publico.es/espana/328233/gobierno/web/moncloa/franco