La 16º Ronda en Sol, 26 08 2010.

agosto 27, 2010

Con un calor infernal a las 20.00 h en Sol se han vuelto a oir los gritos de Verdad , Justicia y Reparación.La Ronda no ha parado en todo el verano. Se nota que los dias se acortan ya a las 21.00h.va anocheciendo..no importa la Ronda seguirá.Muchos turistas y curiosos a nuestro alrededor y repitimos incesantemente lo que exigimos.Al final nuestro minuto de silencio en respeto a nuestros familiares desaparecidos.También se compartió ese minuto de silencio  en memoria de nuestro compañero CEFERINO ALVAREZ FERNANDEZ importante miembro de la Memoria del Exilio, fallecido hoy 26 de agosto 2010, In memoriam.

Abriendo la Ronda los "Nuestros" ( la Memoria Viva). Foto PVRdCR

(El reportaje gráfico de Fuen, salvo las dos primeras, a pesar del entorno con publicidad mural descomunal refleja la afluencia masiva al acto).¡ Todos los jueves a las 20h en Sol!


La 15ª Ronda en Sol, 19 de agosto 2010

agosto 20, 2010

Los familiares de víctimas del franquismo han realizado, como ya es tradición todos los jueves, la Ronda de 20h a 21h en Sol, reclamando Verdad , Justicia y Reparación y que no queden impunes los crímenes del franquismo.

Una vez concluido el acto con el minuto de silencio en honor a las víctimas, culminado con Vivas a la República, los asistentes se dirigieron  a la plaza Stª Ana para rendir homenaje a Federico García Lorca delante de la estatua que le representa frente al teatro Español, recordando que nuestro poeta fue asesinado el 18 de agosto de 1936. Hubo poema y canto en su honor.

Paco Redondo recitando a Lorca

Fco. Román Hoter, con Paco Redondo, le salió del alma un canto a la tricolor en homenaje al Poeta


COMUNICADO: La Memoria Viv@ efectúa un pequeño parón estival…

agosto 15, 2010

Cerca ya  de cumplir nuestros dos años de actividad y como el verano pasado, después de más de 2.700 publicaciones, 318.765 entradas en el blog, más de 245.000 registros de Ip, de haber atendido casi un millar de consultas y de la participación en distintos actos, actividades y exhumaciones, nos disponemos a reducir nuestra actividad a mínimos para poder disfrutar de un pequeño descanso estival desde el día de hoy 15/08/2010 hasta el 01/09/2010.

Aún así os mantendremos algunas actividades como la asistencia los jueves a la  concentración de Puerta del Sol – Madrid y os mantendremos informados ante cualquier eventualidad o noticia relevante  que afecte al mundo memorialista. Las consultas y comentarios que nos dejéis serán atendidos paulatinamente a nuestro regreso.

Gracias a todos aquellos que colaboráis, nos seguís, sois usuarios de estas páginas y que formáis parte de este proyecto. Hasta pronto compañeros. Recordad que sólo muere aquello que olvidamos.

¡Salud, Memoria y República!

Asociación Independiente La Memoria Viv@

AVISO A NUESTROS USUARIOS


El Valle de la libertad…

agosto 15, 2010

Las torres de las iglesias de Unha y Salardú (izquierda), escenario de un tiroteo entre guerrilleros y guardias civiles.- JUAN MILLÁS

En octubre de 1944, 4.000 guerrilleros invadieron el Valle de Arán para liberar a España de Franco. Fue el hecho de armas más importante tras la Guerra Civil. Fracasó y se silenció. La novela ‘Inés y la alegría’, de Almudena Grandes, lo rescata ahora del olvido.

JAVIER RODRÍGUEZ MARCOS 15/08/2010

Vicente López Tovar fue comandante de la Operación Reconquista de España (Fotografía del libro 'Hasta su total aniquilación' (editorial Almena).-

No hay un alma en el puerto de la Bonaigua. Tan solo la montaña peleándose con las nubes bajas y una cruz herrumbrosa con una leyenda que ha perdido parte de las letras: «El Señor está contigo, Luis». Desde estos 2.000 metros se entiende a la perfección lo que el Valle de Arán tiene de paraíso, castillo y ratonera. Hasta la apertura del túnel de Viella, a unos 40 kilómetros de aquí, la Bonaigua era la única conexión con la Península de esta comarca de la vertiente norte de los Pirineos, 620 kilómetros cuadrados de la provincia de Lleida que se rigen por sus propias instituciones tanto como por un clima propio. Aquí puede llover mientras al otro lado de la cordillera el sol luce a sus anchas.

La antigua quitanieves alemana, varada en lo más alto y rodeada ahora de bosta de vaca -la Peeter la llaman, abreviando su nombre: Scheefrase Peter-, empezó a funcionar, lo recuerda una placa, en 1944. En octubre de ese año, alrededor de cuatro mil hombres armados entraron en el valle por todos los lugares posibles, pero, sobre todo, por su puerta natural, Pont de Rei, la cómoda conexión con Francia que sigue el curso del río Garona. Habían salido de España al final de la Guerra Civil y combatido durante años en la Resistencia francesa. Muchos habían entrado en París con el general Leclerc y muchos más soñaban con entrar en Madrid. El partido comunista los convocó en Foix y Toulouse -la capital simbólica del destierro español-, formaron un ejército bajo las siglas de la Unión Nacional Española y llamaron a la operación Reconquista de España.

«Era ya el momento de que la liberación cruzase los Pirineos»

La historia y la geografía parecían de su parte. Cuatro meses antes, el 6 de junio, los aliados habían desembarcado en Normandía. Era el momento de que la liberación cruzase los Pirineos. Solo había que conseguir que los hechos consumados ayudaran a vencer las reticencias de las potencias internacionales. Se trataba de que el débil Gobierno republicano en el exilio se hiciera fuerte en el interior. Los adalides de la democracia tendrían difícil ignorar a un presidente legítimo instalado en su propio país. Ese presidente sería Juan Negrín, y la capital provisional, Viella, el centro político del valle. Habría que controlar la Bonaigua y el primitivo túnel de Viella, un estrecho agujero de cinco kilómetros de largo y todavía en obras. El invierno haría el resto. La nieve cerraría al ejército franquista los pasos menores y el tiempo correría a favor de la guerrilla. Entre tanto, la población se uniría a los libertadores y los aliados no tendrían más remedio que aportar a la República la ayuda que le habían negado entre 1936 y 1939. En el escudo del Valle de Arán hay una llave, y no es por casualidad.

Todo empezó bien. Terminó todo mal. Habían pasado apenas 24 horas desde la invasión cuando el castillo comenzó a transformarse en ratonera. Después de semanas de entrada de guerrilleros por Aragón y Navarra, una columna de hombres al mando del coronel Vicente López Tovar cruzó el Garona a las seis de la mañana del 19 de octubre. Después de asegurar el paso de Pont de Rei para recibir refuerzos y suministros o retirarse si llegaba el caso, en unas horas llegaron a Bossòst. Fue el lugar elegido como cuartel general después de una refriega con los militares. Entretanto, en el este de Arán, camino de Baqueira, los disparos cruzaban de pueblo a pueblo. Desde el campanario de Unha, los guerrilleros acosaban a los guardias civiles atrincherados con una metralleta en la torre de la iglesia de San Andrés, en Salardú.

Café de Fos, último pueblo francés antes de la frontera.- JUAN MILLÁS

Cuando la ofensiva principal, en su ruta hacia Viella, alcanzó Es Bordes, encontró la resistencia del destacamento militar acuartelado en el pueblo. La iglesia conserva todavía los impactos de bala en la fachada. En la puerta de su casa, a unos metros, Antonio Déo recuerda hoy los combates entre los guerrilleros y los soldados parapetados en la torre. Él tenía 12 años y su padre era el alcalde, conocía bien a los militares: «Ahí», dice señalando una vivienda cercana, «cayó una bomba incendiaria. Ardieron dos casas más. Hubo resistencia, pero los soldados eran 100, y los maquis, casi 5.000». Es difícil encontrar en el Valle de Arán a alguien que quiera contar sus recuerdos de la invasión. Eso sí, los que deciden bucear en sus recuerdos terminan relatando su vida. «Aquí hubo unos 15 muertos en total», dice Déo, que sería concejal del pueblo a partir de 1968: «Antes había 500 habitantes, ahora no deben de pasar de los 120. Vivíamos de las vacas. Y de lo que se cultivaba. Ahora los que quedan trabajan fuera. Por eso el pueblo se queda desierto hasta la noche».

«Para muchos araneses, la invasión de 1944 sigue siendo un tabú»

Algunos de los muertos de los que habla Antonio Déo están enterrados a doscientos metros escasos de la plaza del pueblo, en un cementerio con vistas increíbles al río Joue, que aflora en una cascada de película, 10 kilómetros más arriba, después de nacer en el Aneto. En una pared del camposanto hay una lápida que señala una fosa adornada con flores de tela. Lleva la fecha del comienzo de la invasión y una leyenda: «Los antiguos guerrilleros FFI [Fuerzas Francesas de Interior] a sus camaradas muertos en combate por la libertad». Debajo, una tira de mármol nuevo ha añadido otra frase: «Y a los no identificados».

En el valle, las tumbas son el único recuerdo del hecho de armas más importante ocurrido en territorio español desde la Guerra Civil. El Consejo de Arán, no obstante, tiene previsto señalar con paneles este mismo año los enclaves en los que queda algo de aquellos días del otoño de 1944: un nido de ametralladoras en Pont d’Arrós, la sede de La Caixa que centró los combates en Les, un búnker construido después de la invasión para proteger la boca del túnel de Viella, abierto al tráfico en 1948 después de que un batallón de prisioneros ayudara a terminar los trabajos que habían empezado en 1924.

Una lápida en el cementerio de Es Bordes recuerda a guerrilleros muertos en la toma del pueblo.- JUAN MILLÁS

Todo deberá estar listo antes de que el invierno vuelva inaccesibles muchos de esos lugares. Lo cuenta en su despacho del Consejo, en Viella, la historiadora Elisa Ros, que recuerda que para muchos araneses la invasión de 1944 sigue siendo un tabú: «La gente se encerró en sus casas y no quiso saber nada. Estaba cansada de la Guerra Civil y lo vieron como una vuelta a empezar. Hubo dos muertos civiles en un momento de descontrol, pero en general no hubo muchos atropellos». La consigna de respetar a la población surgió del empeño de Juan Blázquez Arroyo, que tenía 30 años entonces. Su nombre de guerra era César, y su graduación, general de división del Ejército francés. Elisa Ros muestra en un catálogo el carné que le extendió la seguridad francesa: domiciliado en Toulouse, ojos y pelo negro, 1,75 metros de altura; rasgos particulares: le falta un dedo.

El general César había nacido en Bossòst y fue elegido alcalde de su pueblo en 1936. Era militar de carrera y había estudiado Derecho y Filología. En 1937 pasó al frente, y dos años más tarde, al exilio. Después de dirigir en Toulouse el Centro de Albergue de Intelectuales españoles refugiados, con la invasión alemana se unió a la Resistencia tratando de organizar a sus compatriotas. Fue uno de los fundadores de la Unión Nacional Española y terminó pasando por dos campos de internamiento. Evadido, volvió a la lucha. Los aliados le condecoraron diez veces. El Gobierno francés, con la Legión de Honor.

Blázquez Arroyo, César, fue el jefe de información de la Operación Reconquista de España. Dice Elisa Ros que, desde el principio, el militar era consciente de que la acción era «inviable», pero que ante la insistencia de sus superiores aconsejó la entrada por el Valle de Arán. Era el lugar que menos riesgos comportaba y más fácil hacía la posible retirada. Muy mal se tenía que dar el invierno para que no se pudiera volver a Francia por Pont de Rei, el punto más bajo de la ratonera, un paso a tan solo 600 metros de altura en un laberinto de montañas de hasta 3.000.

El Nere a su paso por Viella, capital prevista para la República.- JUAN MILLÁS

«En la gente pesó más el miedo que las promesas de libertad. Pocos se unieron»

Pese a los desvelos del antiguo alcalde, en la gente pesó más el miedo que las promesas de libertad. Pocos se unieron a los guerrilleros. Muchos trataron de ayudar a sus vecinos guardias civiles. Sentado en el poyo de la ermita de San Roque, en Bossòst, Eugenio Marqués Bersach, 15 años en 1944, recuerda que «los maquis» buscaron durante días a los dos guardias de su pueblo, Canejan. Se habían escondido en una cueva, uno de ellos estaba casado con una chica del pueblo y su cuñado les llevaba patatas para que no murieran de hambre. «Comida, los maquis no nos pedían», recuerda; «se la traían de Francia, pero la gente tenía mucho miedo. En parte por si había represalias por la guerra. Hay quien dice que se llevaron ganado. En mi pueblo, no. ¿Que si la gente habla de los maquis? Poco, pero acordarse se acuerda». También él se acuerda. En Girona, durante el servicio militar -«del 51 al 52, el último año del racionamiento»-, se encontró con, dice el nombre de carrerilla, el teniente Francisco Torrado Contreras: «Me contó que él era el que había sacado a los maquis del valle. No sé si sería verdad, pero cuando se enteró de que yo era de aquí me quiso dar un enchufe para las oficinas, pero yo apenas sabía las cuatro letras. Una lástima. En mi casa hablaba aranés. El catalán lo aprendí durante la mili, en Camprodón; el castellano, en la escuela. Pero iba poco». Había empezado como pastor a los nueve años. Así, dice con orgullo, se ganó el traje de la comunión. Entrado junio y hasta el 7 de octubre, feria de Salardú, se iba solo a la montaña con 600 vacas y dos perros. En invierno echaba una mano en casa a lo que saliera, cazando martas o cortando abetos. Trabajó hasta los 70 años. Ahora tiene 81. «Francisco Torrado Contreras era el nombre», repite entre dientes.

Pero la verdad es que el nombre era José Moscardó Ituarte, capitán general de Cataluña. Visto el fracaso de la adhesión popular, a los guerrilleros les quedaban todavía dos objetivos, y tan difíciles como el primero: tomar la Bonaigua y conquistar Viella, la futura capital del Gobierno legítimo. Moscardó se encargó de dar al traste con ambos. Él y Ricardo Marzo, el general de la División de Montaña destinado a reforzar los Pirineos ante la evolución de la guerra mundial, y también ante los rumores de actividad guerrillera. Después de un momento de sorpresa que, según el relato de su propio hermana, llegó a sacar a Franco de sus casillas, los refuerzos del Ejército franquista llegaron a la Bonaigua antes que los republicanos, los contuvieron a las puertas de Viella y se hicieron con el control de las obras del túnel. En poco tiempo se desplegaron en el valle 50.000 efectivos. Solo quedaba Pont de Rei, la puerta de salida. Todo terminó el 27 de octubre, nueve días después de haber comenzado. Santiago Carrillo, alto cargo del buró político del PCE, se reunió en Bossòst con el coronel Tovar y dio la orden de retirada. A la mañana siguiente, los guerrilleros regresaron a Francia mientras a sus espaldas se iba cerrando la frontera y, de paso, los libros de historia. El episodio se convirtió en un párrafo desleído en los apéndices de algunos estudios sobre la Guerra Civil.

Luego, el silencio.

La escritora Almudena Grandes recaló dos veces en uno de esos párrafos. Estaba en las memorias de Manuel Azcárate, miembro de la dirección comunista que preparó la invasión. La primera vez pasó de largo. La segunda se convirtió en una obsesión. Buceó en los pocos libros disponibles sobre el acontecimiento -los de Fernando Martínez Baños, Daniel Arasa, Secundino Serrano y Francisco Moreno Gómez- y en las memorias y biografías de todos los que tuvieron algo que ver en él. Décadas de desmemoria habían hecho muy difícil el trabajo de los historiadores. Ni siquiera hay un censo oficial de bajas. Muchas fuentes coinciden en fijar en 129 muertos las pérdidas del bando guerrillero. Algunos añaden 240 heridos y 200 prisioneros. En el Ejército, entre tanto, los muertos habrían sido una treintena. Pero todo son versiones.

Me he tomado la libertad de dar mi versión porque no existe una oficial»

El agujero de la historia era tan grande que por él podrían volver a pasar otros 4.000 hombres. El silencio de muchos de los protagonistas era tan clamoroso que en él cabía una novela de 700 páginas. Esa novela es Inés y la alegría (Tusquets), el primero de seis «episodios nacionales» sobre la resistencia antifranquista. En la entrega inaugural, Almudena Grandes narra la historia de amor de una muchacha de familia conservadora que termina uniéndose a los guerrilleros instalados en Arán, un valle que, explica, solo visitó con la novela terminada: «Si voy antes, corro el riesgo de que la realidad se me imponga. Usé los mapas de Google, me hice unos planos con flechas y datos -mi gran obra de ingeniería militar- y los colgué en la pared. Mi hija se reía de mí… Luego fui y todo encajaba». La mezcla de imaginación y documentación y la ausencia de testimonios sobre episodios concretos le permitió «volver al siglo XIX, inventar batallas; la de Vilamòs, por ejemplo».

«Me he tomado la libertad de dar mi versión porque no hay una versión oficial», dice la novelista. Junto a la trama amorosa, Grandes resume las claves de algo que pudo ser y no fue. Con personajes reales esta vez, el resultado es casi otra novela dentro de la novela: de espionaje, clandestinidad, supervivencia, crueldad diplomática y soberbia política. El choque de trenes entre, la frase se repite durante todo el libro, la historia inmortal y el amor de los cuerpos mortales: «129, algunos más o muchos menos, los soldados de la UNE que no lograron salir vivos de Arán, murieron para que nadie lo sepa», se lee en Inés y la alegría. «La Historia con mayúsculas de los documentos y los manuales los ha barrido con la escoba de los cadáveres incómodos».

Fue la incomodidad de muchos lo que cerró la puerta de la memoria. A Franco, que oficialmente trató siempre a los maquis de bandoleros, no le interesaba dar muestras de debilidad. La propaganda se encargó de ocultar que durante días la bandera republicana ondeó de nuevo en territorio español y que durante años su ejército no pudo hacerse con el control absoluto de los Pirineos. Los aliados, entre tanto, se desentendieron. De Gaulle, que no quería un segundo frente en el Sur, empezaba a ver como un problema a los miles de españoles armados que habían participado en la Resistencia y a Churchill le preocupaban casi más los comunistas que los nazis, que terminarían rindiéndose al año siguiente. Para entonces, Franco ya había declarado en una entrevista a la United Press que España nunca había sido fascista y que no tenía ninguna alianza con las potencias del Eje. La invasión del Valle de Arán fue declarado asunto de política interna y todos miraron para otro lado.

La dirección del partido comunista, por su parte, quiso, mientras pudo, nadar y guardar la ropa. En 1939, Stalin firmó con Hitler su tratado de no agresión y no quería a los dirigente del PCE en una Francia que terminaría siendo ocupada. Con el buró político dividido entre América Latina y la URSS, donde estaba Dolores Ibárruri, el partido quedó al mando de Jesús Monzón en territorio francés. Lejos de resignarse a sobrevivir, Monzón reconstruyó una organización tan numerosa como cohesionada que despertó en Moscú una mezcla de admiración y recelo. Él fue el cerebro de la Operación Reconquista de España. Con la invasión lanzada por el tobogán del otoño de 1944, Pasionaria ordenó a Santiago Carrillo, que se encontraba en el norte de África preparando la entrada en Málaga de un grupo de hombres armados, que se presentara en Francia. Durante días, todo fueron cautelas. No podían evidenciar que una maniobra así se había hecho sin que ellos estuvieran al corriente, por mucho que la consideraran una quimera, ni contribuir a que Monzón se llevara las mieles del triunfo si la locura era un éxito. Nadie movió un dedo para pedir a Stalin que lo moviera. El sueño iba camino de convertirse en pesadilla cuando se dio la orden de retirada. Nunca hubo una versión oficial, pero también el vacío tiene su traducción: durante los años que siguieron a la invasión, muchos de sus participantes fueron depurados por el PCE.

El penúltimo capítulo de una operación que «pudo haber cambiado para siempre el destino de España» fue, durante 60 años, el silencio. En él, dice Almudena Grandes, «perece la memoria de unos cuantos miles de hombres que arriesgaron su vida por la libertad y la democracia de su país. Ellos aportaron el único elemento íntegramente positivo de este episodio». En su casa de Madrid, después de mover los hilos imaginarios de una trama llena todavía de sombras, la escritora recuerda que en la historia del partido comunista hay «suficiente grandeza» como para que se reconozcan sin miedo sus «miserias». Luego vuelve por un instante al Valle de Arán, a octubre de 1944, y dice: «La llaman quimera, y en gran parte lo fue, pero podría haber sido otra cosa. Y fue tan efímera… Pudo ser importante y se deshizo en el aire…».

‘Inés y la alegría’, de Almudena Grandes, se publica a primeros de septiembre en la editorial Tusquets.

El País.com


El último maquis llega a Venecia…

agosto 15, 2010

El filme ‘Caracremada’, de Lluís Galter, competirá en la próxima edición del festival…

ANNA FLOTATS – Barcelona – 15/08/2010

Ramon Vila, alias Caracremada dedicó los últimos 15 años de su vida a cortar torres de alta tensión con una sierra. Formaba parte de su solitaria rutina en el bosque, igual que comer, dormir o lavarse los dientes. El sabotaje a las centrales eléctricas fue la resistencia particular de este hombre indomable, hijo de casa pobre, activista obrero, encarcelado antes y durante la República, que fue el último maquis en Cataluña. El director Lluís Galter (Figueres, 1983) narra la vida de este guerrillero antifranquista en su ópera prima, Caracremada, que acaba de ser seleccionada para competir en el apartado Orizzonti de la 67ª edición de la Muestra Internacional de Cine de Venecia.

Galter no es un apasionado de la historia, ni tampoco un profundo conocedor de los maquis, más allá de los mediáticos Marcel·lí Massana y Quico Sabaté. Este joven estudiante de Comunicación Audiovisual estaba obsesionado con grabar una película inspirada en El mito de Sísifo, de Albert Camus. Un día, un amigo le hizo cambiar de idea: contar la filosofía del absurdo era demasiado abstracto. Necesitaba un personaje. Y entonces ese amigo le regaló la única biografía que existe de Ramón Vila. «Me interesaba mucho la parte invisible de su historia, la más clandestina», cuenta Galter. En su película no hay disparos ni persecuciones. La imagen principal es Caracremada serrando torres de alta tensión en medio del bosque. Hizo de la resistencia su oficio. «Sabotear las centrales era su protesta contra la dictadura porque creía que así provocaría el caos y la caída del Régimen, era el acto individual de un hombre para resistir hasta la muerte», explica el director.

En sus últimos años, Ramon Vila se dedicó a sabotear líneas eléctricas

Según la biografía publicada por Josep Clara, Ramon Vila Caracremada, el darrer maqui català, el protagonista de la película de Galter nació en Peguera (Berguedà) en 1908 y conoció la represión obrera trabajando de minero. Se afilió a la CNT y al poco tiempo ya lideró un grupo armado en una revuelta libertaria en la cuenca del Alt Llobregat. Hizo la guerra en la columna de Hierro y después, en el exilio francés, luchó contra los nazis. Tras la liberación, quiso volver a Cataluña para proseguir una obstinada lucha contra el franquismo. Pasó sus últimos años de vida escondido en el bosque, saboteando tendidos eléctricos hasta que, en 1963, la Guardia Civil lo abatió a tiros en Castellnou del Bages.

Ambientada en estos bosques de la Cataluña Central, el filme de Galter nació de manera casual entre cuatro amigos de facultad que acabaron siendo 30. Se empezó a rodar «con un presupuesto irrisorio» y sin una productora detrás, pero con las cámaras en marcha, el productor Paco Poch se interesó por el proyecto. Igual que varios Ayuntamientos catalanes, la Diputación de Girona, el Consell de les Arts, Memorial Democràtic y el Museo del Exilio de La Jonquera. TV-3 ha comprado los derechos de antena de la película, que también se presentará, aunque sin competir, en el Festival de San Sebastián.

El Caracremada del siglo XXI lo interpreta Lluís Soler. «Pensamos en él desde el primer momento porque sus facciones se parecen ligeramente a las de Ramón Vila», opina Galter. El maquillaje solo sirvió para desfigurarle sutilmente la cara. Cuentan leyendas sin mucho fundamento que Caracremada debe su apodo a un rayo que cayó encima de su casa o a una caída infantil sobre un brasero. La película apenas tiene diálogo y la mayoría de personajes están interpretados por gente corriente, porque «sus rasgos y sus miradas lo dicen todo».Todavía sin fecha de estreno es España, Galter ve la nominación en Venecia como la oportunidad de dar a conocer su película -que competirá en el apartado de nuevas tendencias con Guest, de José Luis Guerín- y potenciar su distribución. «Es una lástima que el filme guste más en Italia, donde ni les va ni les viene el tema de los maquis, que en España o Cataluña», denuncia Galter. Aun así, el director puntualiza: su película es local, pero no localista, porque la manera de contarla, desde la filosofía del absurdo, «es universal y se entiende en todo el mundo».

El País.com

Ramón Vila "Caracremada"


¡Que hay personas debajo, señores!

agosto 15, 2010

Por Miguel Ángel Rodríguez Arias

Que hay personas debajo, señores!. Con esa gráfica expresión que hago mía recibieron Delphine Crespo y los activistas del grupo de “Barcelona contra la impunitat”, en su página Factbook hace unos días, las informaciones publicadas en distintos medios sobre la construcción de una urbanización y un parquecito sobre el probable emplazamiento de la tumba de Federico García Lorca y otros “paseados” en la localidad granadina de Alfacar, Granada.

Informaciones y desconcierto agravado, si cabe, con aquellas primeras declaraciones desorientadas en El Pais por parte del Comisario Andaluz de la Memoria Histórica, Sr. Juan Gallo – seguramente consciente de la dimensión de los hechos y de que algo habría que decir – : “(…) puede haber fosas o no. Para proteger la zona tenemos que tener seguridad” sostenía…así que como no tenemos pues construyamos felices, le falto decir al parecer. (Contrástese: El Gobierno niega que pueda proteger las zonas de fusilamientos de Alfacar. El Ayuntamiento aprovecha la falta de restricciones para edificar:

http://www.elpais.com/articulo/andalucia/Gobierno/niega/pueda/proteger/zonas/fusilamientos/Alfacar/elpepiespand/20100728elpand_2/Tes

Tela. Marinera no, más.

¿Entenderá algún día el Sr. Gallo que es al revés, que si no se sabe seguro si hay personas o no debajo, es una auténtica bestialidad que se meta pala y cemento?

¿Que lo civilizado es asegurarse primero de que no hay nadie debajo antes de construir?

¿Que, como he reflexionado más ampliamente en otro lugar, lo de “enterrar a los muertos” – sin construirles casas, ni parques o ninguna otra cosa encima – forma parte de la civilización más elemental ya desde las «siete Obras de la verdadera Misericordia» del antiguo Egipto?

No le faltó de nada al Sr. Gallo al sostener también que dicha protección brindarse además “a petición de los familiares de las víctimas” Una y otra vez el mismo argumento de la impunidad, y habrá que explicarlo a la ciudadanía cuantas veces haga falta: a los familiares de las víctimas de Franco no les compete asumir las responsabilidades y funciones del Estado en ningún caso.

Y el mismo rechazo por ese tipo de comportamientos desatinados, y que crean desatino, vaya para la alcaldesa socialista de Alfacar, la Sra. Fátima Gómez, que ni corta ni perezosa, aprovechó la insuficiente protección de aquel lugar para abrir las puertas a la edificación.

Porque, por si no lo sabían, el Ayuntamiento que ha permitido que se eche cemento sobre el posible emplazamiento de la fosa de Federico García Lorca no es del PP, como erróneamente hubiésemos podido pensar a la vista de lo sucedido en Málaga y en otros lugares en estos días, – aunque entre los ayuntamientos protagonistas, por cierto, también en el ayuntamiento de Cáceres donde la alcaldesa del PSOE, Dª María Carmen Heras Pablo, mantiene ya durante largo tiempo retirada la lápida con los fusilados de aquel cementerio (Cementerio de Cáceres: La lápida de los fusilados sigue desaparecida, linkear:

http://armhex.blogspot.com/2010/07/cementerio-de-caceres-la-lapida-de-los.html

Que va. En Alfacar es a un Ayuntamiento del PSOE al que le ha parecido que lo mejor que se podía hacer con el posible emplazamiento de la fosa clandestina de Federico García Lorca era construir encima una urbanización antes de estar completamente seguros de que ello no es así. Y ello en una Comunidad Autónoma del PSOE, la andaluza, la que según parece no le ha puesto objeción alguna al Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) del municipio que preveía hacer esto desde hace varios años, según declaraciones de la alcaldesa.

Y eso ya sería injustificable incluso antes de que el Sr. Gallo quisiese echar balones fuera con declaraciones inciertas como las suyas. Lo que ha provocado que tenga que enmendarle la plana su superior, el Consejero de Gobernación y Justicia, Sr. Luis Pizarro, que ya se ha encargado de decir que, por supuesto, que la Junta asumirá su responsabilidad de proteger… de proteger lo que quede “del resto” de la zona, al margen de la edificación ya desarrollada, le ha faltado decir…

No me digan que si no fuese porque se está poco menos que profanando lugares de enterramiento clandestino de víctimas brutalmente asesinadas – y brutalmente tratadas ahora también por Ayuntamiento de Alfacar y Junta de Andalucía –, si fuese otro el tema, no resultaría hasta entretenido seguir pendientes de las nuevas peripecias, declaraciones y contra declaraciones, del Sr. Juan Gallo, alto representante, como se ve, para la Memoria Histórica de la Junta de Andalucía, que resulta que al final sí que podía hacer algunas cosas al parecer sin tener que descargar sus responsabilidades en las familias de las víctimas, pero D. Juan no se acordaba…

¿Qué se puede decir ante todo ello?, ¿Cómo se ha podido construir en un lugar de la memoria como ese y en tales condiciones, encima de Federico García Lorca y todos ellos?.

http://www.larepublica.es/spip.php?article20931

Enlace fuente de la noticia: Foro por La Memoria:

http://www.foroporlamemoria.info/2010/08/%c2%a1que-hay-personas-debajo-senores/


Homenaje a un aviador…

agosto 15, 2010

Álava recuerda a José Martínez de Aragón, el piloto republicano que logró el aeropuerto para Vitoria.

PEDRO GOROSPE – Bilbao – 13/08/2010

Un suave olor a romero evoca en el Paseo del Aeropuerto, en el barrio vitoriano de Salburua, el lugar en el que nació la aviación comercial en Álava. Una misa en la ermita de San Vicentejo, a la que acudió el diputado general alavés, Xabier Agirre, sirvió ayer para recordar la muerte en 1935 del piloto republicano, José Martínez de Aragón. Sobre el papel, ambos hechos no guardan ninguna relación. Sin embargo, se hallan íntimamente relacionados. El aeropuerto vitoriano nació gracias al piloto, pese a que el aviador republicano falleció sin llegar a verlo.

El segundo aeródromo que tuvo la capital alavesa, tras el primer campo de Lakua, que ha pasado a la historia como Aeropuerto General Mola, fue bautizado en 1935 como Aeropuerto José Martínez de Aragón. Sin embargo, el fallecimiento del general franquista el 3 de junio de 1937 cuando su avión se estrelló durante un temporal regresando a Vitoria dejó al piloto republicano en el olvido.

El homenaje que ayer, como cada 12 de agosto, le brinda la Diputación alavesa supone un pequeño tributo a una gran aportación del aviador, quien no solo peleó para dotar a Vitoria y a toda la provincia de una instalación aeroportuaria, sino que además donó muchos terrenos de su familia para que el proyecto pudiese finalmente salir adelante.

Junto al jardín aromático que recuerda hoy el desaparecido aeropuerto no existe, sin embargo, ninguna referencia al piloto. La estructura de una avioneta realizada con tubo de acero y una manga de viento forman el único guiño a aquellos días en los que volar seguía siendo una aventura incierta, una aventura que al pionero alavés le costó la vida.

José Martínez de Aragón no pudo esperar a que el tiempo mejorase aquella mañana de 1935. Le habían comunicado que el Gobierno republicano había dado ya luz verde a la construcción del aeropuerto de Vitoria y con uno de sus copilotos inició el viaje a Madrid. Algo se torció cuando volvía con el documento administrativo que autorizaba el inicio de las obras. Y en un accidente sobre el que no existe demasiada información, Martínez de Aragón falleció.

Sin embargo, ese mismo año de 1935 los trabajos en la pista de aterrizaje concluían y los primeros aviones comenzaron a llegar a la capital alavesa.

El aeropuerto fue inaugurado poco después con su nombre con el objetivo de sentar las bases de una incipiente industria aeronaútica. El inicio de la Guerra Civil, sin embargo, lo transformó en un aeropuerto militar. El campo se hizo famoso en 1937 porque sirvió de base a los aviones de la Legión Cóndor alemana que bombardearon Gernika. El lunes 26 de abril de ese año, a las 16.30, despegaron de allí cuatro bombarderos Heinkel He-111, una escuadrilla de Junker Ju-52 y otra de caza Messerschmidt que lanzaron más de 40 toneladas de bombas contra la villa foral.

El País.com


Pensar desde la izquierda…

agosto 15, 2010

JOSEP FONTANA


Un buen amigo me reprocha el artículo en que expuse un juicio desfavorable sobre la transición (Público, 05-05-10), que encuentra injusto y negativo. Admite que es cierto que los partidos de izquierda abandonaron las pretensiones de transformar la sociedad y se contentaron con gestionar el tránsito a la democracia. Pero ¿qué más podía hacerse? ¿Cuál era la alternativa?
Claro está que yo no tenía entonces respuestas a estas preguntas. Pensaba que, cuando menos, debían haber mantenido un mínimo de aquellos principios por los que muchos hombres y mujeres se habían jugado la libertad, y hasta la vida, en la lucha antifranquista. Es casi seguro que por este camino los comunistas españoles habrían acabado en la decadencia y el olvido, como les ha ocurrido por la vía del compromiso; pero por lo menos lo habrían hecho con cierta dignidad.
Respeto a quienes optaron por dedicarse limpiamente a la tarea de reconstruir una sociedad más libre, aunque me cueste disculparles por ciertas renuncias. Pero ello no me obliga a respetar también a la partida de sinvergüenzas que se dedicaron al travestismo político para sacar provecho: recuérdese, por poner un solo ejemplo, que Aznar pudo armar todo un Gobierno con una partida de rojos reconvertidos que se vendieron a bajo precio.
Como frentepopulista que soy, lo que más me inquieta es la perspectiva de un futuro inmediato en que parece ser que los votos de la mayoría van a devolver el poder a los herederos del franquismo. Y tengo claro que la culpa de que pueda ocurrir esto no será de los votantes. Hace unas semanas Paul Krugman publicó un artículo en que advertía contra la tentación de criticar a los votantes por su ignorancia. La gente que “tiene cuentas que pagar e hijos que criar”, decía, no puede dedicarse a los estudios y las estadísticas, sino que forma sus opiniones políticas en función de “lo que ven en sus propias vidas y en las vidas de aquellos que les rodean”.
El drama de nuestra izquierda es que no tiene hoy programas que el hombre y la mujer de la calle puedan identificar con sus necesidades de acuerdo con “lo que ven en sus propias vidas”. Como el actual Gobierno de una “izquierda realmente existente” no ha sido capaz de conservar los puestos de trabajo, y recorta los derechos sociales, es comprensible que muchos de los que le votaron reaccionen ahora en su contra, por instinto de supervivencia, y busquen refugio en una derecha que se alimenta de sus miedos y le promete por lo menos estabilidad.
No será hasta después de haberle cedido el poder que descubrirán que han empeorado su suerte, no sólo porque lo propio de la derecha es preservar el beneficio de la gran empresa y recortar el gasto social, sino porque está claro además que la nuestra es incompetente: que no tiene ni una sola idea para hacer frente a los problemas actuales de la sociedad española. ¿Puede haber algo más patético que ver al señor Rajoy pregonando la vieja y desacreditada doctrina del “santo temor al déficit”, que es una garantía segura de una política económica que lleva al descalabro?
La expresión la acuñó hace más de un siglo Echegaray, que fue un buen matemático y un mal hacendista, y que ganó el Premio Nobel de Literatura con engendros como El gran galeoto, un drama en verso que resulta hoy ilegible, pero que puede resultar útil para comprender al PP, cuyas ideas parecen corresponder a aquella época. Y es que nuestra derecha –de Fraga a Rajoy, pasando por las bodas escurialenses de la familia Aznar– es muy, muy antigua.
¿Qué puede hacer la izquierda para evitar el desastre anunciado? Muy poco que pueda resultar efectivo a corto plazo; pero debe aprender que si quiere movilizar en el futuro a unos votantes que cada vez tienen menos fe en un sistema que sólo rinde cuentas una vez cada cuatro años, y encima lo hace mal, como lo demuestra su incapacidad para enfrentarse a la corrupción, ha de proponerles un programa que aborde sus problemas básicos, como son los del trabajo, la vivienda y los servicios sociales, pero que contenga también algo que vaya más allá de ese horizonte de cuatro años en el que viven inmersos nuestros políticos: que se atreva a plantear alguna esperanza de mejora de una sociedad que sigue siendo demasiado desigual y demasiado injusta. Que en lugar de anunciarle que debe resignarse a perder sus derechos, sea capaz de plantearle otros nuevos por los que merezca la pena seguir luchando. Porque cuando se renuncia a cambiar el mundo, se está renegando de lo que ha sido siempre la razón de ser de la izquierda.
No me estoy refiriendo, claro está, a que desenterremos viejos programas que se pensaron para otros tiempos, aunque contengan mucho que sigue vivo de lo que debemos seguir aprendiendo. Necesitamos recuperar la esencia misma de lo que los hombres de comienzos del siglo XIX definieron como socialismo, que respondía a un programa de lucha contra los males del capitalismo que les explotaba, para reformularla de acuerdo con lo mucho que hay que combatir de un capitalismo muy distinto, como es el del siglo XXI.
No va a ser una tarea fácil, porque tendremos en contra a la Iglesia, que sigue en su negocio de ofrecer la felicidad en otra vida a cambio de resignación en esta, y a unos medios de comunicación que están al servicio de sus propietarios y de sus anunciantes en la tarea de moldear la opinión colectiva.
Pero es mucho peor rendirse.

Josep Fontana es historiador

Ilustración de Miguel Ordóñez

Público.es


Aguirre no quiere un homenaje a Companys en su ‘casa’

agosto 15, 2010

El Gobierno madrileño se resiste a albergar el acto en su sede, donde se torturó al president…

Homenaje a Lluis Companys, ayer, en Bretaña

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Lluís Companys tuvo el trágico final de los tiempos en que le tocó vivir. President de la Generalitat entre 1934 y 1940, fue detenido por la Gestapo en Francia, torturado por el régimen de Franco en Madrid y fusilado en Barcelona.

Cuando se van a cumplir 70 años de su muerte, la Comissió de la Dignitat se ha propuesto homenajear al único presidente de gobierno en Europa asesinado por el fascismo llevando su recuerdo a los lugares que marcaron sus últimos días. Ayer se inauguró una placa en La Baule (Francia) en el lugar donde fue arrestado, y en octubre se celebrarán dos actos solemnes en Barcelona.

Hay un cuarto homenaje previsto, en Madrid, pero su celebración está en duda porque el edificio que lo acogería, la Casa de Correos, donde Companys fue interrogado y torturado, alberga hoy las dependencias de la Presidencia de la Comunidad. La entidad de defensa de la memoria histórica remitió en mayo una misiva a la presidenta madrileña, Esperanza Aguirre, en la que se pedía autorización para hacer el homenaje en el interior del edificio. Obtuvieron una ambigua respuesta.«Apoyaba la causa pero no daba su aprobación», recuerda el coordinador de la entidad, Toni Strubell. Optaron entonces por mandar una segunda carta. «Entendíamos su respuesta en sentido afirmativo y preguntábamos a quién debíamos dirigirnos para concretar el acto», dice. Pero esta segunda misiva, que data de junio, no ha obtenido respuesta.

Fuentes de la Comunidad evitaron ayer valorar este silencio y recordaron que la Comissió de la Dignitat ya ha encontrado otra manera de seguir adelante con el homenaje. Celebrará el acto el 18 de septiembre ante la fachada del edificio. No es la primera vez que el Gobierno de Aguirre se niega albergar un acto que recuerde el infame pasado de la Casa de Correos. Ya lo hizo al negar a la Asociación de ex presos Antifranquistas la colocación de una placa.

Público.es


«No hay marcha atrás a los juicios sobre la dictadura»

agosto 15, 2010

Garzon, con Isabel Allende (dcha), hija del derrocado presidente chileno y con la representante de la asociación Abuelas de la Paz Estela de Carlotto. Cézaro De Luca / EFE

El Supremo de Argentina proclama que el proceso a los represores es una decisión de toda la sociedad. La presidenta Fernández subraya que esos crímenes «son imprescriptibles»

ANA DELICADO 13/08/2010

«No hay marcha atrás». Esta es una de las conclusiones del presidente de la Corte Suprema de Justicia de Argentina, Ricardo Lorenzetti, que ha presentado un informe sobre el curso de los juicios que desde hace cuatro años investigan los crímenes de lesa humanidad perpetrados por la última dictadura (1976-1983), en la que desaparecieron unas 30.000 personas.

«Podemos decir que estamos en presencia de uno de los procesos de investigación en materia de delitos de lesa humanidad más importantes del mundo», sostiene Lorenzetti. Desde 2006 hasta julio de 2010 se han concluido 26 juicios, entre los que se incluye el del último dictador argentino, Reynaldo Bignone, que fue condenado a 25 años de prisión por ordenar la tortura de 56 víctimas de 1976 a 1978.

Otros 11 procesos siguen en trámite, como el que juzga al dictador Rafael Videla y el que investiga los crímenes cometidos en el centro clandestino de la Escuela Superior de Mecánica de la Armada (ESMA), por donde pasaron más 5.000 personas, de las que apenas sobrevivió un centenar.

El informe recoge los detalles de siete juicios más que ya tienen fecha de comienzo para este año. «Esto es el resultado del esfuerzo institucional de los tres poderes del Estado en el marco del Estado de derecho», proclamó el presidente del máximo tribunal. «Ha sido una decisión de toda la sociedad. Y no hay marcha atrás porque es una idea que ha madurado, y no hay nada más poderoso que una idea a la que le llega su tiempo».

Horas más tarde, la presidenta Cristina Fernández alabó como «ejemplo de independencia» a la Corte Suprema, cuyos integrantes, con el apoyo del Senado, fueron designados por el ex presidente Néstor Kirchner durante su mandato (2003-2007).

«Tengo la tranquilidad de que el camino de la democracia es este, no es el de la venganza», dijo la mandataria. «Esta cuestión no era propiedad de ninguna ideología, no era cuestión de izquierda o derecha, sino que en una sociedad democrática los delitos de lesa humanidad son imprescriptibles y juzgados por los jueces con las garantías que la Constitución otorga».

Al presentar el informe, el presidente del Supremo estuvo acompañado por el juez español Baltasar Garzón, el premio Nobel de la Paz argentino Adolfo Pérez Esquivel, y dirigentes de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo.

Garzón se ha comprometido a colaborar con el Gobierno argentino en programas de defensa de los Derechos Humanos y viajó a la ciudad de Córdoba (centro del país) para asistir a una de las audiencias del juicio en el que Videla y otros 30 represores están acusados de torturar y fusilar a 31 presos políticos.

Algunos de los familiares de los represores lo abuchearon a la salida de los tribunales federales. «Vivan los cristianos de España, vivan los falangistas, vaya [a] por los terroristas de ETA», increparon al magistrado.

Garzón no fue el único agredido. Alberto Aprea, portavoz de uno de los procesados, el ex general Luciano Benjamín Menéndez, le propinó un golpe en el rostro a un periodista de Radio Nacional de Argentina, Aldo Blanco, cuando trató de fotografiar a los que insultaban al juez Garzón.

El Ejecutivo argentino, a través de su ministro de Justicia Julio Alak, repudió el incidente que atribuyó a «grupos minúsculos que no se resignan a la política permanente, inexorable y ejemplar que desde 2003 lleva a cabo el Gobierno nacional».

Nobel para Abuelas de Mayo

Tras participar en la presentación del informe de la Corte Suprema, Baltasar Garzón se dirigió al Senado para respaldar la candidatura de las Abuelas de Plaza de Mayo al Premio Nobel de la Paz. «Las Abuelas y las Madres ya tienen el premio ganado», señaló Garzón. «Ya es tiempo de conceder el premio Nobel a aquellos que luchan desde la indefensión y el desamparo más absoluto para que se haga justicia».

Junto a él se encontraba la senadora Isabel Allende, que también acudió a Buenos Aires para apoyar esta propuesta. «Las Abuelas son un referente moral a nivel universal», dijo la hija del ex presidente chileno Salvador Allende, asesinado en el golpe de Pinochet. «En esta búsqueda de los niños secuestrados, de sus nietos, [las Abuelas] han creado en el mundo entero conciencia sobre estos hechos deleznables que nunca más deben repetirse».

Esta organización humanitaria ha podido hasta ahora recuperar la identidad de 101 hijos de desaparecidos que fueron apropiados por los militares durante el régimen de represión. Las Abuelas esperan identificar todavía a otros 400 nietos que nacieron en cautiverio durante la dictadura.

Público.es


Un cuento de verano que podría ser real…

agosto 15, 2010

Había una vez un Ministerio cuyos sucesivos responsables tenían el reto de democratizar y retirar cualquier vestigio que recordara su cruel pasado…

“Cuento de verano” que no de navidad, que ha redactado Tomás Montero sobre el injustificable traslado del Museo del Ejército al Alcázar de Toledo por parte de la Ministra de Defensa Carme Chacón, tal como quería el Dictador y queda claro en el Decreto 335/1965 del propio Franco.

Había una vez un Ministerio cuyos sucesivos responsables tenían el reto de democratizar y retirar cualquier vestigio que recordara su cruel pasado.

Empezaron por cambiarle el nombre y, en lugar de la Guerra, le llamaron de Defensa. Luego, como en aquellos tiempo sobraba el dinero, se anticipó la jubilación a quienes mantenían su carácter tirano para que la hicieran compatible con otros trabajos e ingresos. Más tarde, se fueron retirando caballos y jinetes, escudos y hornacinas, águilas, cabras y cabrones, pero todo despaciiiiito, muy despaciiiito, para no despertar al ogro que estaba presente en la montaña, bajo una roca que pesaba toneladas y siempre con algún ascenso por medio o alguna inversión obscena.

Pero llegó un momento en que era difícil seguir limpiando. Se trataba de un museo, donde para bien o para mal cabe todo lo antiguo. Qué dilema para los nuevos gobernantes Qué hacemos, se preguntaron. Etiquetamos debidamente las piezas como horrores del pasado o las hacemos desaparecer sin más.

Sabían que cualquiera de las dos opciones soliviantaría al ogro y sus ogreznos, así que se les ocurrió una feliz idea: trasladar el museo a un lugar querido por el ogro y aprovechar para “perder” su contenido más comprometedor en el camino (un despacho, una división del color de los gnomos…).

Pero amiguitos, los ogreznos se dieron cuenta y recurrieron rápidamente al ogro. ¡Que nos quieren quitar tus recuerdos, nuestra “gloriosa historia”!¡Es un truco!¡Qué no se lleven el museo!.

Y por muy fuertes y democráticos que se sentían los gobernantes (ya que habían sido elegidos por el pueblo), bastaron unos cuantos taconazos de ogreznos y algunos pergaminos que envió el ogro desde su descanso serrano para que tooooodo saliera al revés.

Ahora, se puede seguir venerando al ogro y todas sus crueles hazañas y, además, en el lugar que más le gustaba.

Moraleja: no lo habría hecho “mejor” ni Mayor Oreja.

Y colorín, colorado, este cuento nos ha decepcionado.

Por desgracia, la decisión de Carme Chacón de instalar el Museo del Ejército (al margen del poco rigor historiográfico desde una visión democrática del mismo), no sólo le da el gusto a los seguidores del golpismo y a los defensores del franquismo, negacionistas/consentidores de sus crímenes, sino que insulta a sus víctimas y a quienes constatamos que son precisamente ministros provinientes de un partido cuya militancia fue masacrada, los que ahora se burlan de la Memoria Democrática y claudican ante los símbolos y deseos más deleznables de sus artífices. Está claro que la decisión la tomó Franco, pero su ejecución en democracia no. Eso es lo grave.

Tomás Montero

Enlace vía Foro por La Memoria:

http://www.foroporlamemoria.info/2010/08/un-cuento-de-verano-que-podria-ser-real/


El PP financiaba exhumaciones a finales de los 90 de voluntarios de la división azul en Rusia…

agosto 15, 2010

Los que se rasgan las vestiduras ahora con la investigación sobre las fosas de demócratas asesinados por el fascismo español.

Los que se rasgan las vestiduras ahora con la investigación sobre las fosas de demócratas asesinados por el fascismo español  no lo hicieron a finales de los 90 cuando nuestros gobiernos, también del PP, financiaban exhumaciones de soldados de la División Azul en Rusia.

En los últimos días le han pasado muchas cosas a nuestra memoria histórica, concepto redundante por cierto. Está claro que somos un país en el que hace falta recalcar, tenemos una memoria tan selectiva como la explicación diaria del presente. Los hay molestos por mirar que pasó en nuestra guerra y, sobre todo, en nuestra última y larga posguerra, olvidan que el franquismo mató hasta con Franco muerto. Aunque siempre ganó, ¿quizás algunos deberíamos aprender de la tan loada deportividad de Samaranch? ¿Perdimos y sólo nos queda decir el nacionalcatólico amén?

Rebuscando en mi propia memoria me he acordado de algunas cosas que vi en la tele o leí hace algunos años sobre otros muertos, aparentemente menos polémicos. Me ha dado por rebuscar con la ayuda de Google y no es del todo fácil acabar de encontrar. En los últimos 90’s  nuestros gobiernos iban a remover fosas y pasado de nuestros muertos en el extranjero y no pasaba nada. Y eso que eran muertos de unidades del ejército nazi, aunque de nacionalidad española. Sí, la famosa División Azul era la 250 división de infantería del ejército alemán, en el frente Ruso de la Segunda Guerra Mundial. Y eso no levantó las polvaredas que está ocasionando las búsqueda de la verdad en las tumbas de los  represaliados republicanos, será que es otro lodo y otras tierras.

En 1994, nuestro gobierno firmó un acuerdo con una organización alemana, Volksbund Für Dregsgräber Fürboge, que se encargaba de darles digna sepultura a los soldados alemanes muertos en la zona durante la IIGM. El acuerdo incluía “efectuar la exhumación de los restos y proceder a los análisis necesarios para la identificación de los cuerpos”. Y no era una tarea fácil, “de los 5.000 españoles que fallecieron durante la mayor guerra de la historia, aproximadamente 3.500 se encuentran repartidos en 70 enterramientos de campaña que el avance de las tropas del Eje iba dejando a su paso.”

No oí bramar a los que ahora lo hacen por los parados y los costes económicos de ciertas tareas, o sobre si se abrían heridas europeas o decir que el gobierno tenía cosas más importantes que hacer. Unos muertos que debían acabar en un cementerio en Novgorod presidido por un monolito “La muerte no es el final porque siguen en el recuerdo y el corazón de la patria“, con un par. ¡Lo que debería ser para algunos ese monolito sobre ellos!, conociendo historias como la del actor Luis Ciges, o de otros que fueron obligados por la situación de represión en España, o de otros directamente enrolados a la fuerza junto a fanáticos nazi-fascistas españoles forofos entonces de monolitos como éste.

En principio era un cementerio también para los españoles que hubiese en el Ejercito Rojo, pero en 1997 sólo había en Novgorod voluntarios de la División Azul, por lo visto los rusos no hacían distinciones por nacionalidad y combatían muchas veces como guerrilleros. Pero la conclusión es la que es, el cementerio es sólo para divisionarios azules.

En la búsqueda de datos que ayudasen a localizar las tumbas, el general José Colldefors,  llegó a acudir a Quien sabe dónde. Aquel día, la Brunete y el Tercio de Montserrat mediáticos estarían viendo La 2.  Pero no, incluso ABC estaba al tanto de este tipo de cosas y hablaba con agrado de unos jóvenes toledanos que habían ido a buscar la tumba de un pariente para repatriarlo en 1998 y que, incluso, “han fundado una asociación desde la que ayudan a traer a España los cadáveres de todos los soldados españoles que aún están enterrados en Rusia”. ¿Qué dice ABC de entidades del mismo tipo pero que hacen su búsqueda no tan lejos, sino por la cunetas de España?

Además, a partir de 1999 se llevó también adelante la repatriación de cadáveres desde Rusia a nuestro país. Nunca he acabado de entender lo de repatriar cadáveres, la verdad, pero como es una cosa que responde a la creencias y necesidades íntimas de cada vivo, no me meto demasiado, e incluso los hay que lo necesitaban en 1997 para que pudiese “cerrarse la herida que lleva 55 años abierta”.

Humanamente los hay que todavía a día de hoy necesitan cerrar sus propias heridas en nuestro país, y no les dejan. También tienen derecho. Políticamente también estamos los que necesitamos cerrar definitivamente un pasado negro y autoritario de dictadura franquista y poder recuperar para siempre algo tan necesario en democracia: el valor de las palabras y del conocimiento de lo que somos sin amenazas más o menos latentes

Foro por la Memoria

http://mhcartagena.wordpress.com/2010/08/11/el-pp-financiaban-exhumaciones-a-finales-de-los-90-de-voluntarios-de-la-division-azul-en-rusia/#more-2649


El mártir del compás…

agosto 15, 2010

Seguramente lleva el caballo blanco. Experto en sectas: cristianismo, masonería, satánicas. Es cultísimo: «Mientras iba a Málaga, fui leyendo el texto hebreo de algunos salmos. Me llamó especialmente la atención el versículo 11 del salmo 18…».

JOSÉ MARÍA IZQUIERDO 15/08/2010

A persona tan leída le gustará que comencemos por poner en valor su método socrático en la búsqueda del conocimiento. Preguntas que se hacía Vidal en su blog en noviembre de 2008. «1. ¿Es casualidad que la asignatura de educación para la ciudadanía reproduzca el modelo masónico educativo? 2. ¿Es casualidad que la ampliación del aborto y la legalización de la eutanasia preconizadas por ZP se encuentren entre las metas de la masonería? 3. ¿Es casualidad que el matrimonio de homosexuales defendido por la masonería haya sido uno de los proyectos estrella de ZP? 4. ¿Es casualidad que la ofensiva laicista de ZP se corresponda milimétricamente con los planes expresos de la masonería? 5. ¿Es casualidad que la vía libre para los experimentos científicos sin ningún tipo de barrera moral (…) se corresponda con las tesis de la masonería? 6. ¿Es casualidad que el análisis erróneo y demagógico de la actual crisis económica que realiza ZP sea el mismo que propugna la masonería? 7. ¿Es casualidad que la masonería respalde el proyecto parcial y sectario de la mal denominada memoria histórica? 8. ¿Es casualidad que los movimientos separatistas de Vascongadas y Cataluña coincidan con el deseo histórico de Francia de mantener ambas regiones como Estados colchón que debiliten a España? 9. ¿Tiene alguna relación el juez Garzón con la masonería? 10.¿Tiene alguna relación ZP con la masonería?».

Vidal divide su ciclópea producción intelectual en cinco grandes pasiones: retorcer la historia, sea el siglo que sea, denostar la II República, tergiversar la Guerra Civil, blanquear el franquismo y destrozar, despedazar y triturar al Gobierno socialista. No se le mueve una patilla de la gafa para escribir que «el 18 de julio no hubo un golpe militar fascista» o que Hitler, en 1938, dijo la siguiente frase: «Nos hemos equivocado ayudando a Franco en esta guerra. Teníamos que haber ayudado a los socialistas españoles con la esperanza de convertirlos en nacionalsocialistas. Pero ya es tarde». ¿Apoyo documental? Estamos en guerra santa y no vamos a ponernos estrechos si hay que mentir un poquito, tergiversar algunos hechos o inventarse fuentes históricas. «El conocimiento de los crímenes de Stalin podría dar un golpe de muerte a esa versión falaz de la guerra civil española difundida por ZP y sus paniaguados (…) No resulta extraño (…) que el PSOE, los comunistas y los nacionalistas catalanes se opongan a que la gente sepa la verdad». ¿Se han censurado los miles de libros sobre la Guerra Civil, incluidos los suyos, que se venden en las librerías?

Nada extrañará que a Vidal le tenga amargado esa «pamema de la Memoria Histórica», que así enlazamos aquellos años con estos: El trinque de la Memoria, titulaba una columna reciente, en la que decía que lo de la Memoria Histórica era «otra estafa, otro timo, otro tocomocho más de la izquierda y los nacionalismos destinados a vaciar los bolsillos de los sufridos ciudadanos». Porque total, para lo poco que fusiló Franco tampoco hay que ponerse así: «No existen cien mil cadáveres -ni decenas de miles- por exhumar. Son, a lo sumo, algunas unidades y, desde luego, no parece que justifiquen el gasto del que se benefician sindicatos, partidos políticos, fundaciones y grupetes asimilados».

Así que vayamos a lo que importa, que es arrear con palo y piedra a Zapatero y lo que se le ajunta. Tuvo mucha gracia convertirse en grafólogo y estudiar la letra de Zapatero para poder decir que se trataba de «un acomplejado», «un materialista descarnado» o que hacía unas «tes» que le delataban: «Se suele denominar a esta te específica la ‘te del brazo en alto’, porque de manera muy peculiar recuerda el saludo fascista y, a la vez, es un signo de autoritarismo». Desparpajo que no falte.

Pero no nos perdamos y apuntemos a la cabeza: «Solo ver a ZP provocaba a los ocupantes de los escaños una insoportable mezcla de náusea y repugnancia». O quizá prefieran este párrafo de hace apenas un mes: «Existe una convicción absoluta de que a la incompetencia más escandalosa en el terreno económico ZP suma una perversidad moral de alto octanaje. Para los norteamericanos con los que hablo, el presidente del Gobierno es simplemente una versión amanerada y blanda de villanos como Chávez, Morales, Castro o Ahmadineyad». Queremos más: «Ni siquiera ETA es un grupo odioso para ZP. Ciertamente, le molesta que mate repercutiendo en su popularidad, pero ZP cree en lo más profundo de su rojo corazón que se trata de un grupo de luchadores antifranquistas, que se puede -y se debe- pactar con ellos y que se les puede hacer concesiones anticonstitucionales para que se sumen a su causa contra la derecha que, por definición, es peor».

¿Solo recibe Zapatero? Qué va. Botón de muestra: «Me aseguran que Moratinos va a misa todos los domingos. Me parece bien. No lo digo solo porque debe significar una enorme carga de conciencia el ser católico practicante y, a la vez, pertenecer a un Gobierno que ha convertido el aborto en algo tan trivial como tomarse un vaso de agua (…) Fundamentalmente, lo señalo porque no me cabe duda de que necesita impetrar del Altísimo perdón por ser uno de los ministros de Asuntos Exteriores más miserables moralmente que han existido en Europa desde el final de la Segunda Guerra Mundial».

¿Y qué mejor que acabar este capítulo de los Jinetes del Apocalipsis con una cita de su blog?: «Cuenta la Historia que un recluso llamado Juan y encerrado en un campo de concentración situado en la isla de Patmos experimentó una serie de visiones en las que se describía no solo lo que iba a suceder en breve sino también lo que acontecería al final de la Historia. Fue así como llevó a cabo la redacción del Apocalipsis, el último libro de la Biblia, que concluía de la siguiente manera: ‘Martyro egó pantí to akuonti tus lógus tes profeteías to biblíu tutu. Ean tis epize epautá, epizései ho Zeós epautón tas plegás tas guegramménas en to biblio tuto. Kaí ean tis afele apo ton lógon tu bibliu tes profeteias tautes, afelei ho Zeós to meros autu apo tu xylu tes zoes, kaí tes poleos tes aguías».

Dice que habla ocho idiomas y traduce dieciséis.

César Vidal Manzanares:

César Vidal Manzanares nace en Madrid en 1958. Es licenciado en Derecho por la Complutense y doctor en Historia en la UNED, que es una cosa, y doctor en Teología y Filosofía por la Logos University, que es otra cosa. Es cristiano protestante. Hace Es la noche de César en es.Radio y escribe en La Razón. Ha escrito más de setenta libros, nueve de ellos en 2009. Digan un tema y él ya lo ha escrito: Guerra Civil, cristianismo, Lincoln, Egipto, Nostradamus, Bin Laden, Zapatero. El último es La masonería: le obsesiona la escuadra y el compás. Cita a bulto y de oído.

El País.com vía google noticias

César Vidal Manzanares


El republicanismo intelectual…

agosto 15, 2010

ELIGIO HERNÁNDEZ He tenido la fortuna de conocer desde mi infancia a las insignes figuras de Manuel Azaña y del doctor Negrín, gracias al conocimiento de los mismos que me transmitió el escritor y periodista José Padrón Machín mientras paseábamos por la bella campiña de mi pueblo de El Pinar (isla de El Hierro), pero fueron posteriormente las lecturas de los libros de Juan Marichal y sus conferencias las que consolidaron mi formación intelectual sobre el presidente y el jefe del Gobierno de la II República y su ingente legado cultural. En 1968 el profesor Gumersindo Trujillo me proporcionó el libro de Juan Marichal «La vocación de Manuel Azaña», editado por la editorial Cuadernos para el Diálogo, cuya difusión impidió la censura franquista hasta 1971, año en el que empecé a leer las Obras Completas de Manuel Azaña, editadas en México, remitidas por mi familia desde Venezuela.

El profesor Santos Juliá, continuador de la obra de Marichal sobre Azaña, confesó en el acto de homenaje que el Cabildo insular de Tenerife tributó al ilustre tinerfeño que fue Ramón Carande, considerado como autoridad en la historia económica española, el que le recomendó que estudiara dicha obra, en la que posteriormente basó sus libros sobre Azaña.

En mi etapa como delegado del Gobierno en Canarias, en 1984, se encontraron en unas dependencias de la Dirección General de Seguridad los papeles de Azaña que había requisado la Gestapo en Francia en 1940 y entregado entonces a la Policía española. El ministro Barrionuevo me llamó para que le proporcionara el teléfono de Juan Marichal en Harvard, con el que contactó de madrugada para comunicarle la noticia. Los españoles y los canarios de mi generación y de las generaciones de la posguerra le debemos a Marichal la recuperación de la memoria histórica de Manuel Azaña, como uno de los grandes estadistas e intelectuales de la España contemporánea.

En el año 1976, recién ingresado en la carrera judicial, asistí a una conferencia de Juan Marichal sobre Negrín en la Fundación Pablo Iglesias, en la que se oyeron silbidos cuando manifestó que el ilustre estadista y científico canario era un patriota. Don José Prat, que había sido director general de lo Contencioso y subsecretario en el Gobierno de Negrín, estaba en la primera fila, se quedó consternado y no pudo reprimir sus lágrimas. Pensé con profunda decepción que me había equivocado de foro y supe entonces el rechazo que la figura de Negrín despertaba en determinados sectores del PSOE, que no le haría justicia histórica hasta el XXXVII Congreso federal celebrado en julio de 2008, en el que se restituyó su militancia junto con otros 35 militantes expulsados del Partido con Negrín en 1946, gracias, en gran medida, a Alfonso Guerra, que a petición de José Medina y mía, como presidente y vicepresidente de la Fundación Juan Negrín, venía abogando desde hacía años por la necesidad de recuperar a Negrín.

Juan Marichal ha sido el precursor de la recuperación de la memoria histórica de Juan Negrín, sobre el que ha pronunciado muchas conferencias, entre las que destacan la impartida en la Universidad de La Laguna en el primer acto público en homenaje a Negrín celebrado en Canarias al comienzo de la Transición, en el que el profesor Tierno Galván destacó que Negrín era un «hombre de una vez». Posteriormente impartiría una memorable conferencia sobre Negrín en el Parlamento de Canarias al inicio de la primera legislatura. En febrero de 1986 pronunció en la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Valencia una conferencia titulada «La revelación de Juan Negrín en la Valencia de 1937», que editó la Fundación Juan Negrín. En abril de 1989 pronunció en la Residencia de Estudiantes de Madrid cuatro conferencias sobre Ortega, Unamuno, Azaña y Negrín, publicadas en un libro con el título «El intelectual y la política», que me dedicó, referente de la historia intelectual española. Sin el incansable esfuerzo investigador de Juan Marichal no hubiera sido posible recuperar la memoria histórica de Negrín ni la copiosa bibliografía que en los últimos años se ha producido sobre su figura política y científica, coronada por el archivo cedido a la Fundación Juan Negrín por su nieta Carmen Negrín. No pudo culminar su deseo de escribir la gran obra sobre Negrín, pero me animaba constantemente a interceder con Juan Negrín Jr. para recuperar dicho archivo familiar, a cuya finalidad nos dedicamos con entusiasmo durante muchos años los miembros de la Fundación.

Guardo como un tesoro todos sus libros que me ha dedicado y las cartas que me escribía con afecto. Estaba atento de todo lo que se publicaba en relación con Negrín. En el año 2001 me llamó para que leyera el libro de Pablo Martín Aceña «El oro de Moscú y el oro de Madrid», que terminaba de derribar una de las leyendas negras sobre Negrín. En una visita que le hice en el año 2003 en su domicilio de la calle Caracas de Madrid me confesó que deseaba vivir en Tenerife, e hice gestiones con esa finalidad, que no pudo llevar a cabo por su estado de salud, que le obligó a regresar a México con su hijo Carlos.

Juan Marichal ha sido un canario universal, digno émulo de Viera y Clavijo y Galdós, y destacado continuador de la gloriosa tradición de intelectuales, escritores y científicos canarios ilustres.

lne.es (La Nueva España) vía google noticias

La República allende los mares...


Badajoz se tiñó de sangre en la brutal represión de agosto de 1936…

agosto 14, 2010

Fue una de las mayores matanzas de la Guerra Civil perpetradas por el bando sublevado a las órdenes del General Yagüe, conocido como el ‘carnicero’. Los asesinados se contabilizan en miles. Legionarios y moros convirtieron la ciudad en un baño de sangre.

NUEVATRIBUNA.ES 13.08.2010

La madrugada del 14 de agosto de 1936 Badajoz vivió el horror. Las fuerzas sublevadas de Francisco Franco tomaron la ciudad y aniquilaron a civiles y militares defensores de la II República. Los historiadores sitúan este episodio de la Guerra Civil española como uno de los más cruentos de la contienda. Aunque no existe una cifra oficial de muertos, algunas fuentes apuntan entre 2000 y 4000 asesinados. La Plaza de Toros fue el escenario sangriento de un espectáculo terrorífico que continuó la mañana del 15 de agosto. Este año se cumple el 74º aniversario de la masacre.

“Los moros, sueltos como perros rabiosos y armados hasta los dientes, cayeron sobre la ciudad martirizada y asesinaron alevosamente a todo aquel que se aventuraba a salir a la calle. Cayó mucha gente inocente, mujeres indefensas, hombres que no habían combatido, niños y ancianos. Hubo quien murió acuchillado simplemente por llevar un reloj o una cadena de oro que despertaba la codicia de los mercenarios moros al servicio del fascismo español. En Badajoz se vieron cadáveres con cuchillos clavados hasta la empuñadura. Las cifras que puedan avanzarse pecan desde su origen, ya que nunca se han hecho estadísticas de los muertos de Badajoz. No obstante, se ha hablado de un millar de muertos en la primera jornada. Y este crimen lo hicieron los moros y los legionarios.”

Así lo contó con toda crudeza Rafael Tenorio en un artículo reproducido en la web Kaosenlared.net, que cita al periodista norteamericano Jay Allen, del Chicago Tribune y del News Chronicle testigo de la matanza, que cifró en 1.800 las ejecuciones en las primeras doce horas y escuchó cómo algunos oficiales rebeldes hablaban de 4.000 muertos. Al mando estaba el general Juan Yagüe quien se ganó a pulso el apodo del ‘carnicero de Badajoz’. En el artículo citado se le califica de “terrorista” y “genocida” que “como tantos otros, no tuvo su Nüremberg”.

Fue una matanza narrada por la prensa internacional. Allí estuvieron cinco periodistas, además de Allen (en cuya crónica reconoció que había sido la historia “más dolorosa” que le había tocado escribir). También estuvieron Jacques Berthet, de Le Temps; Mario Neves, del Diario de Lisboa; el francés Marcel Dany, de la Agencia Havas; el norteamericano John T. Whitaker, del New York Herald Tribune; y el fotógrafo y camerógrafo francés René Bru.

Sus crónicas y artículos son testimonios de excepción de unos hechos cuyas huellas se han borrado. La Plaza de Toros de Badajoz fue derribada bajo el Gobierno del socialista Juan Carlos Rodríguez Ibarra; y la tapia del cementerio, donde también se fusiló a muchos ciudadanos inocentes ha sido tapiada por un muro por orden del ayuntamiento gobernado por el PP. Distintos colectivos de la memoria y de derechos humanos intentaron hace un año que los dos lugares fueran declarados Patrimonio de la humanidad.

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Enviado por Miguel Ángel Rodríguez Arias