Aceptado el monumento a las víctimas del franquismo…

octubre 3, 2010

La Comisión pola Recuperación da Memoria Histórica propone ubicar la escultura en el Campo da Rata, Orillamar o el parque Carlos Casares.

REDACCIÓN | A CORUÑA

La Comisión pola Recuperación da Memoria Histórica da Coruña ha conseguido uno de sus objetivos. El Ayuntamiento se ha comprometido a permitir la instalación en la ciudad un monumento en recuerdo de las víctimas de la dictadura franquista. Los responsables de la entidad se reunieron ayer con la portavoz municipal del PSOE, Carmen Marón. Del encuentro salieron con el mismo optimismo que de su entrevista con el Bloque y confiados en que el Ayuntamiento cumpla su palabra de levantar en la ciudad una escultura que homenajea a los muertos durante la Guerra Civil y los años de la represión.

La Comisión pola Recuperación da Memoria Histórica presentó a Marón el boceto del monumento, obra de Valdi, un escultor de Sada. En el monumento, que se levantará con una subvención del Ministerio de Presidencia, aparecen los nombres de los 600 asesinados por el franquismo en los diez municipios de la comarca, según el proyecto elaborado por las tres universidades gallegas. La colocación de la escultura en la ciudad, una vieja reivindicación del colectivo, parece que está más cerca, lo que todavía no se ha decidido es dónde se ubicará. El bipartito municipal será el encargado de elegir el emplazamiento, aunque desde la Comisión pola Recuperación da Memoria Histórica destacaron que se tendrá en cuenta su opinión y la de los familiares de las víctimas de la dictadura.

La comisión ya ha propuesto tres posibles ubicaciones, lugares «emblemáticos en la memoria de la represión franquista». La institución apuesta por el Campo da Rata, en los alrededores del Monumento a los Fusilados -Isaac Díaz Pardo se ha mostrado dispuesto a colaborar en su ubicación final-; en los jardines de la calle Orillamar, frente a la entrada al cementerio civil; o en el parque Carlos Casares, junto a la antigua cárcel provincial.

La Opinión de Coruña

Parque Carlos Casares de A Coruña, con la Torre de Hércules al fondo cerca de la antigua prisión provincial y uan de las ubicaciones propuestas para la ubicación del monumento


Las contradicciones del segundo proceso a Miguel Hernández…

octubre 3, 2010

Cerdán Tato aporta documentos inéditos sobre el otro expediente judicial al poeta

EZEQUIEL MOLTÓ – Alicante – 03/10/2010

El segundo proceso judicial en el que se vio inmerso el poeta Miguel Hernández había pasado hasta ahora prácticamente desapercibido. El tesón del escritor alicantino Enrique Cerdán Tato ha puesto sobre el tapete la historia de este segundo calvario por el que pasó el poeta del pueblo, con documentos inéditos recopilados en una publicación sobre esos hechos. La tesis fundamental que esgrime el autor en su publicación es la descoordinación entre las autoridades civiles y militares del momento.

Del estudio minucioso y detallado de los documentos judiciales, militares y personales sobre el encarcelamiento y condena al poeta Miguel Hernández, el escritor y periodista Enrique Cerdán Tato llega a la conclusión de que hubo «una gran descoordinación» entre las autoridades civiles y militares en los dos procesos judiciales, paralelos, que el régimen franquista emprendió contra el poeta. El próximo miércoles en el Ayuntamiento de Elche se presenta el libro El otro sumarísimo contra Miguel Hernández, editado por el Ayuntamiento ilicitano, con motivo del centenario del nacimiento del poeta.

«En la cárcel de su pueblo natal fue donde peor le trataron»

«Hay pruebas que hubieran podido variar el proceso», asevera el escritor

El estudio de Cerdán Tato aporta muchos documentos originales, escaneados y que el lector puede consultar, y reconstruye con detalle, con nuevas declaraciones y datos, el segundo expediente judicial contra Miguel Hernández, que abrió un juzgado militar de Orihuela, luego se inhibió a favor de otro de Elche y allí pasó a sendos tribunales de Alicante. «Han sido ocho meses de trabajo intenso y de intentar poner orden en esta espiral incomprensible de contradicciones», afirma el escritor que no alcanza a entender los motivos por los que el régimen franquista mantuvo abiertos sendos procesos judiciales contra el poeta. Entre el material inédito que se publica ahora figura un aval al poeta presentado por el falangista Juan Bellod, así como otros testimonios «que de haberse conocido antes hubieran podido cambiar el rumbo del proceso judicial».

A pesar de ser requerido por el juzgado militar de prensa de Madrid, que instruía la causa principal, ninguna de las declaraciones recabadas en Orihuela se incorporaron al expediente inicial. Así, el segundo proceso se desarrolló de forma paralela al primero y con «irregularidades en su tramitación». Según Cerdán Tato, el análisis de estos documentos hubiera permitido reforzar la petición de anulación de la pena al poeta por «defectos de forma, ya que no puedes mantener dos causas abiertas por un mismo delito», asegura el escritor. La investigación de Cerdán Tato ha servido tanto a la familia del poeta como a la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica para incorporar nuevos argumentos al recurso presentado ante el Tribunal Supremo en el que piden la «revisión y nulidad» del proceso sumarísimo contra Miguel Hernández.

No obstante, todavía planean interrogantes sobre el periplo del literato de cárcel en cárcel y de penal en penal, o los motivos o las personas que influyeron para que Miguel Hernández saliera de prisión, en 15 de septiembre de 1939, y luego de nuevo fuera detenido en Orihuela, el 28 de septiembre de ese mismo año. «Y es aquí, en su tierra natal, donde peor le trataron en la cárcel», lamenta el cronista Enrique Cerdán Tato.

El País.com edición Comunidad Valenciana

Fotografía de archivo


Cien años en la colina de los chopos…

octubre 3, 2010

La Residencia de Estudiantes celebra su centenario como gran símbolo pedagógico – Un documental reúne imágenes inéditas e insólitas de sus protagonistas…

Una vista de los patios interiores de la Residencia, durante la Guerra Civil.- ARCHIVO CALANDRE

ELSA FERNÁNDEZ-SANTOS – Madrid – 03/10/2010

A los jóvenes que vivían en la Residencia de Estudiantes les llegaba el aviso de la hora de comer con el sonido de un gong. La imagen de Casimira (la jefa de la cocina) golpeando el exótico instrumento la recoge el documental Hablaremos de esto dentro de cien años,que con guión de Juan Pérez de Ayala, música de Juan Manuel Artero y dirección de Rafael Zarza conmemora el centenario de uno de los símbolos pedagógicos más singulares y legendarios de la historia de España. Uno de los jóvenes residentes, el músico Jesús Bal y Gay, escribió entonces: «Eso de que nos convocara a comer no con la algarabía festiva de una campana ni con la incisiva impertinencia de un timbre, sino con un gong, sonoridad grave velada, pero que se oía de lejos y daba profundidad al jardín y temblor al aire, era un rasgo revelador de la ética y la estética que animaban la casa».

La estética como una forma de ética, la alegría, el amor y la libertad como una responsabilidad, la rebeldía como una disciplina… Por la Residencia de Estudiantes pasaron poetas, pintores y el circo más pequeño del mundo, presentado por Alexander Calder en 1933.

El 1 de octubre de 1910 se abrió la primera Residencia de Estudiantes que, tres años después, se instalaba definitivamente (y ahí sigue) en unos terrenos que pertenecían al Ministerio de Instrucción Pública. Un cerro que subía hasta los altos del hipódromo y desde el que, en los días soleados, se podía ver la sierra de Madrid. Alberto Jiménez Fraud, el joven malagueño que puso en marcha aquel proyecto pedagógico (y que murió en el exilio y el olvido en Ginebra en 1964), le pidió entonces a un «nombre preclaro para España entera y colegial de la Residencia» que subiese al cerro para consagrar el lugar. Fue entonces, cuando Juan Ramón Jiménez , después de callado paseo, bautizó el lugar para siempre como «la colina de los chopos». Escribió el poeta: «Ahí están, echados todavía en el suelo, con sus raíces en el esportón de tierra madre, oliendo a vida y esperanza. Han traído tres mil, y todos vamos a sembrar los nuestros».

En el filme aparece un poema hasta ahora desconocido de Unamuno

Cien años después, la Residencia de Estudiantes celebra su centenario este fin de semana. Entre conciertos, fanfarrias, exposiciones y un homenaje a antiguos residentes,Hablaremos de esto dentro de cine años incluye imágenes inéditas y poco conocidas de este símbolo de la cultura y la pedagogía heredera de la Institución Libre de Enseñanza, como un poema inédito de Unamuno (sentado bajo un chopo de la Residencia solía hacer pajaritas de papel; una vez, cuando una alumna estadounidense admiró una de sus papiroflexias se la regaló con una breve nota: «Made in Spain»). De Unamuno, Zarza rescata de sus archivos familiares un poema: «Predicar en desierto, sermón perdido. No, que nada se pierde, todo se gana. No hay palabra de amor que no se enciende, la voz del corazón abre al desierto misteriosos oídos». O una entrevista con Rafael Alberti en Roma, en los años cincuenta, recién llegado de Argentina: «Como su nombre indica, la Residencia es un lugar donde residían estudiantes de todas las regiones de España. Era uno de los centros culturales más importantes de la vida española, sobresaliente por su gran espíritu liberal…». Alberti recuerda a José Moreno Villa, Emilio Prados, Jorge Guillén, Pedro Salinas, Dámaso Alonso y, por supuesto a DalíBuñuel Lorca («Federico solía ser una persona alegre en un aspecto; en otro no era nada alegre, era una persona concentrada de pronto y sombría con una gran preocupación de la muerte»).

Imágenes de archivo que se cierran con el levantamiento militar de Franco y en las que con obligada nostalgia se recuerda una reflexión de Le Corbusier al conocer aquel oasis de estudio y creación: «El Escorial, un rascacielos horizontal, y la Residencia, escuela de solidaridad, de espíritu de iniciativa, de sólida virtud, es como un monasterio sereno y alegre. ¡Menuda suerte para los estudiantes!».

Hablaremos de esto dentro de cien años incluye una serie de fotografías que pertenecen a un extraño invento en el que trabajaron desde finales de los años veinte dos ingenieros españoles, José Limeses y Antonio M. Saralegui. Las fotografías, a las que se prestaron decenas de hombres de la literatura y la política de la época, tenían como fin sacar a partir de ellas una perfecta escultura gracias a una máquina que estos ingenieros construyeron en Argentina.

«Limeses y Saralegui se dedicaban a la fotografía área y de ahí nació su invento de la fotoescultura», explica Rafael Zarza, que en su anterior filme, El deseo y la realidad,presentó las primeras imágenes en movimiento de la generación del 27 y cuyo próximo proyecto estará dedicado a desentrañar la historia de estos dos ingenieros y su invento de imágenes tridimensionales. «Para esta película he querido incluir la fotoescultura que hicieron de los tres dones de la Residencia: Unamuno, Ortega y Gasset y Juan Ramón Jiménez» (en las fotografías, de arriba abajo).

Los chopos de Jiménez, Ortega y Gasset de paseo con Albert Einstein, al que acompañó en su visita a Madrid, y Unamuno obstinado con sus pajaritas de papel forman parte de los pilares morales sobre los que se asentó la Residencia de Estudiantes, que estaba en plenos cursos de verano cuando estalló el levantamiento de 1936 y que, aunque gozó durante un tiempo de inmunidad diplomática, acabó como hospital para niños huérfanos y abandonados durante la guerra.

Juan Ramón Jiménez

Ortega y Gasset

Miguel de Unamuno

La historia en tres dimensiones

Hablaremos de esto dentro de cien años incluye una serie de fotografías que pertenecen a un extraño invento en el que trabajaron desde finales de los años veinte dos ingenieros españoles, José Limeses y Antonio M. Saralegui. Las fotografías, a las que se prestaron decenas de hombres de la literatura y la política de la época, tenían como fin sacar a partir de ellas una perfecta escultura gracias a una máquina que estos ingenieros construyeron en Argentina.

«Limeses y Saralegui se dedicaban a la fotografía área y de ahí nació su invento de la fotoescultura», explica Rafael Zarza, que en su anterior filme, El deseo y la realidad,presentó las primeras imágenes en movimiento de la generación del 27 y cuyo próximo proyecto estará dedicado a desentrañar la historia de estos dos ingenieros y su invento de imágenes tridimensionales. «Para esta película he querido incluir la fotoescultura que hicieron de los tres dones de la Residencia: Unamuno, Ortega y Gasset y Juan Ramón Jiménez» (en las fotografías, de arriba abajo).

Los chopos de Jiménez, Ortega y Gasset de paseo con Albert Einstein, al que acompañó en su visita a Madrid, y Unamuno obstinado con sus pajaritas de papel forman parte de los pilares morales sobre los que se asentó la Residencia de Estudiantes, que estaba en plenos cursos de verano cuando estalló el levantamiento de 1936 y que, aunque gozó durante un tiempo de inmunidad diplomática, acabó como hospital para niños huérfanos y abandonados durante la guerra.

El País.com


El hijo de uno de Los trece de Priaranza pide al alcalde de Villafranca (León) una calle para los represaliados…

octubre 3, 2010

VILLAFRANCA DEL BIERZO (LEÓN), 2 Oct. (EUROPA PRESS) –

El octogenario Emilio Silva, uno de los hijos de ‘Los 13 de Priaranza’ asesinados durante la Guerra Civil, remitió una carta al alcalde de Villafranca del Bierzo, Agustín García Millán, para solicitarle una vez más que dedique una calle de la localidad a los vecinos represaliados por el Franquismo.

Recientemente, según indicó la Asociación de la Memoria Histórica (ARMH) en un comunicado, una petición similar de este colectivo fue calificada por el regidor como una «pulla».

En su misiva, Silva indica que entonces el alcalde manifestó que homenajear a los represaliados con una calle debía ser elección de los vecinos, algo que para este vecino resulta «humillante» para la suya y otras familias. «¿Cuántos nombres de las calles de la villa han sido elegidos por los vecinos?, ¿no es ésa una forma de seguir escondiendo y  marginando a familias que han sufrido tanto?», pregunta en su carta.

Silva recuerda al regidor en su epístola que «no se puede estar contra el terrorismo y no condenar los asesinatos». «Mi padre murió como Miguel Ángel Blanco, fue detenido ilegalmente y asesinado de dos disparos. No se puede hacer un ejercicio de doble moral y discriminar entre una violencia que le interesa a un partido político y otras que se considera que es mejor ocultar», reclama.

Por tanto, invita a reflexionar al primer edil sobre la petición de la ARMH y a llevar a cabo una «sabia rectificación». «Debería hacerlo por respeto a las cien familias de Villafranca a las que amputaron el futuro, la alegría y la vida», añade.

En su misiva, Silva cuenta cómo su progenitor, un comerciante del municipio padre de seis hijos, fue detenido en octubre de 1936 por las milicias de Franco y posteriormente desapareció. El cadáver fue exhumado de una fosa común de Priaranza del Bierzo 64 años después, donde se hallaron los cuerpos de los hoy conocidos como ‘Los trece de Priaranza’.

Europa Press vía google noticias

«Mi padre murió como lo hizo Miguel Ángel Blanco, asesinado con dos tiros en la cabeza»

Emilio Silva, de 83 años, hijo de uno de los republicanos asesinados en Priaranza, envía una carta al alcalde de Villafranca para pedir «memoria» y no «olvido» a la memoria de su padre

El hijo de uno de los trece hombres cuyos restos fueron exhumados en Priaranza del Bierzo, en octubre del año 2000, ha remitido una carta al alcalde de Priaranza del Bierzo en la que le solicita que dedique una calle a ese grupo de civiles a los que unos pistoleros de falange les arrebataron la vida en una cuneta, asesinándolos con dos tiros en la cabeza y condenado a sus familias a una terrible tragedia que nadie jamás ha reparado; ni con verdad, ni con justicia, ni con reparación.

La carta fue enviada por correo certificado hace casi un mes y en ella Emilio Silva, de 83 años, expone la tragedia que torció su vida para siempre: “Es tristemente fácil imaginar lo que fue nuestra vida en un pueblo donde cien personas fueron asesinadas por sus ideas, por no apoyar a los golpistas, entre ellas el alcalde de Villafranca, Antonio Gabelas, elegido democráticamente por sus vecinos y vecinas como lo es hoy usted. Fue terrible la vida bajo el terror, en un pueblo gobernado por los asesinos de todos esos civiles, en el que hubo mujeres humilladas públicamente a las que pasearon con el pelo rapado y dándoles aceite de ricino; en el que desaparecían personas de un día para otro y era posible que apareciera un cadáver en cualquier cuneta de los alrededores”.

Emilio Silva Santín, hijo de Emilio Silva Faba, se convirtió con apenas diez años en el cabeza de su familia cuando además de quedar huérfano de padre los falangistas habían esquilmado el negocio familiar “La Preferida”, un comercio de coloniales regentado por sus padres. Ahora, cuando se van a cumplir diez años de la exhumación de la fosa de los Trece de Priaranza, considera que es el momento de prestar ese reconocimiento desde el Ayuntamiento de la villa: “Ahora se cumplen diez años de la exhumación de la fosa de los trece de Priaranza. Y la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica le ha solicitado una calle para aquellos hombres. Su respuesta ha sido que lo decidan los vecinos; y es humillante para familias como la mía. ¿Cuántos nombres de las calles de la Villa han sido elegidos por los vecinos? ¿No es esa una forma de seguir escondiendo y marginando a familias que han sufrido tanto? Y añade: “Quiero recordarle que no se puede estar contra el terrorismo y no condenar ese centenar de asesinatos; mi padre murió como Miguel Ángel Blanco; fue detenido ilegalmente y asesinado de dos disparos”.

Silva explica en su misiva la situación que vivió su familia tras el crimen. Y se despide con una invitación a Agustín García Millán: “Por todo ello le invito a reflexionar sobre la respuesta que ha dado a la petición de la asociación y a llevar a cabo una sabia rectificación. Debería hacerlo por respeto a las cien familias de Villafranca a las que les amputaron el futuro, la alegría y la vida; quienes con el uso y el terror y la violencia ocuparon espacios institucionales a los que ya entonces se llegaba con la victoria en unas elecciones democráticas. Les quitaron algo que nadie les puede devolver y es importante que la sociedad lo recuerde, como muestra de afecto colectivo, a quienes sufrieron tanto”.

Y finaliza: “Las instituciones democráticas tienen el deber de representar su oposición a lo que atenta o atentó contra ellas. Devolverles simbólicamente una calle, a quienes tanto les fue arrebatado, no es una pulla; es un ejercicio de humanidad y de pedagogía democrática”.

leonoticias.com vía google noticias

Emilio Silva nieto EMILIO SILVA FABA uno de los 13 asesinados en Priaranza y Presidente de la ARMH...en el acto memorialista de Casavieja en Octubre de 2010