En el décimo aniversario del movimiento para la recuperación de la memoria histórica; de Fuencisla, en representación de la Memoria Viva, un corto texto con imagenes duras, pero llenas de respeto y Memoria.
De todas las cosas acaecidas en Ponferrada esta quizás por ser la primera, me impactó totalmente. Ahí estaban las victimas…tratadas con un cariño y un respeto provocando, dentro de uno, alteración de todos los sentimientos. Un joven arqueólogo nos explicó todos los pasos que se siguen aquí para la identificación. Un laboratorio lleno de luz y juventud en el corazón de la Universidad de Ponferrada…
Fuencisla Benavente Rubio
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Fotos todos los derechos reservados «Fuen/ La Memoria Viva»
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Emilio y Ramón Silva, hijos del primer fusilado del franquismo exhumado e identificado por ADN. Foto "Fuen/LaMemoria Viva"
«Cuando te entregan los restos de tu familiar, el mundo cambia»
Los hijos del primer fusilado del franquismo exhumado e identificado por ADN colocan una placa conmemorativa en la cuneta en la que arrancó la recuperación de la memoria histórica
NATALIA JUNQUERA – Ponferrada – 24/10/2010
Emilio y Ramón Silva, hijos del primer fusilado del franquismo exhumado e identificado por ADN, han colocado hoy, 10 años después, en la cuneta de Priaranza del Bierzo (Ponferrada) de la que recuperaron sus restos, una placa que recordaba que aquella fosa «rompió el silencio sobre miles de desaparecidos y dio lugar al nacimiento de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica».
«Que sirva para todos los demás, para los que aún tienen a sus familiares perdidos», pidió Emilio Silva Santín, de 84 años, que tenía 7 cuando un grupo de falangistas fusiló a su padre y cuyo hijo preside la asociación. «Cuando se abre una fosa, recuperan los restos y te los entregan, el mundo cambia. Puedes volver a la vida normal. Porque siempre has sentido que te falta algo».
Ramón, que acompañó a su padre cuando lo detuvieron, recordó cómo su madre le llevó comida y todas las joyas que tenía en casa el primer día. «Al siguiente, fue a llevarle el desayuno y le dijeron que había saltado por una ventana y se había escapado». Emilio Silva Faba había sido, en realidad, paseado y fusilado junto a otros 12 hombres. «Con 14 años me puse a trabajar en el taller del hombre que había conducido la camioneta hasta la fosa. Me dijo quién había matado a mi padre, pero no lo puedo decir, y que antes de morir había dicho: ‘Tenga en cuenta que tengo hijos’. El que disparó había sido expulsado de Renfe por pertenecer al Partido Comunista…».
«Pero se cambió de bando», prosigue el entonces alcalde de Priaranza, Daniel Fernández. «Todo el mundo conocía esta fosa. Mi padre había visto los cuerpos antes de enterrarlos porque entonces los dejaban unos días para que la gente los viera y cundiera el ejemplo. Un profesor incluso había traído aquí a sus alumnos. No tuve ninguna duda de que había que abrir esta fosa. Creo que todos estábamos esperando a que alguien diera el primer paso».
El primer paso fue aquella exhumación, que hoy han recordado los arqueólogos, antropólogos y forenses que intervinieron en la clausura de las jornadas por el décimo aniversario del movimiento para la recuperación de la memoria histórica. María Encina Prada, antropóloga física, contó que los huesos fueron analizados en un laboratorio improvisado en una casa del Ayuntamiento y que cuando los encontraron «fue un instante maravilloso, muy emocionante, en el que las familias se abrazaban y lloraban».