Paco Etxeberria, Forense e investigador: Medalla al Mérito.

enero 12, 2011

«La universidad nunca espera un galardón social como es éste»

Cree que la Medalla al Mérito destaca a todo el equipo que le acompaña en su trayectoria

12.01.11 – 02:09 –

A. VOZMEDIANO
Uno de sus colaboradores le llamó a Chile para contarle que había sido galardonado con la Medalla al Mérito Ciudadano de este año. Tras la sorpresa inicial se acordó de cuando era pequeño, de su familia, de ese ‘pelotón de a veinte que iba a la playa’, todos los primos juntos desde la calle Churruca ante una ciudad que se les antojaba llena de oportunidades. Y en la que le inculcaron valores como la responsabilidad, el trabajo y el compromiso.
-Y usted se dedicó a la medicina forense y a la investigación. A Aranzadi, a la criminología, a la recuperación de la memoria histórica…
-Siempre he sido un poco atípico. Cuando comencé a hacer Medicina me aficioné el mundo forense, un especialidad analítica que tiene un carácter social como la preventiva o la familiar. Me pasó como con el monte, no quería subirlo, me gustaban las cuevas, recorridos que nadie hubiera hecho.
-Ahora la ciudad reconoce su labor de tantos años. ¿Muy sorprendido?
-En el mundo de la universidad y de la investigación no se esperan galardones salvo que se haga un descubrimiento o se publique un artículo, pero no un reconocimiento social como la Medalla al Mérito Ciudadano, eso nunca se calcula. Lo que sí quiero dejar claro es que me lo tomo como un reconocimiento a todo el equipo del que formo parte , que es muy amplio y con gentes de disciplinas muy diversas. Somos un conjunto que, para investigar, necesita forenses, pero también biólogos, químicos, sociólogos o informáticos.
-Su papel en la recuperación de la memoria histórica ha sido decisivo para el galardón.
-Las medallas las conceden todos los grupos políticos, por ello son un reconocimiento social. Ahora, las instituciones asumen que se pueda reconocer a las víctimas del franquismo, se ve como normal. Nosotros llevamos desde 2000 en estas investigaciones que se han centrado en lo que ocurrió en los dos bandos, en las hemos colaborado con asociaciones y con familias, en las que se han recogido testimonios importantes.
-La criminología es otra de sus actividades.
-Si citara a alguien cuando reciba la Medalla será a Antonio Beristain, que fundó el Instituto de Criminología y que trabajó en todo lo que tiene que ver con la victimología. Y algo que ahora es imparable, hace unos años no lo veía claro nadie.
-¿Será el suyo un discurso emotivo?
-Ni siquiera sabía que fuera necesario y, además, siempre improviso ese tipo de cosas. No he salvado a ningún niño que se ahogaba, ni a un anciano de morir en un incendio, ni soy un comerciante que abre cada día su tienda. Soy parte de un lugar que trabaja y que hace posible la universidad y la investigación.
En Junio de 2010 Francisco Etxeberria Gabilondo, presidente de la sociedad de Ciencias Aranzadi, ofreció una conferencia en la Casa de Cultura del Valle de Aranguren:

ENRIQUE CONDE – Sábado, 5 de Junio de 2010 – PAMPLONA.

«La plena judicialización de los desaparecidos provocaría que jamás sepamos lo que ocurrió»

Le quedan por descubir cuatro hileras de restos dibujados en el plano del capellán de San Cristóbal. Se pondrá a ello junto a su titánico y minucioso equipo en los próximos quince días. Francisco Etxeberria, presidente de la sociedad Aranzadi, destripa aquí su ideario y su impagable labor

Ofreció una conferencia el pasado jueves en la Casa de Cultura del Valle de Aranguren en la que había que contener la emoción y atarse las manos para no aplaudir a rabiar. Médico forense, profesor de la Universidad del País Vasco y presidente de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, por lo tanto, alma máter de la exhumación de fosas de desaparecidos del franquismo, Francisco Etxeberria (Beasain, 1957) es por las mañanas en Ezkaba un exhaustivo coordinador, que maneja toneladas de información y no deja nada al puro azar; y en tardes como la del jueves, se viste de excelente conferenciante, tratando de abordar las claves de la procelosa memoria histórica, una cuestión que le exige hallar un único cometido: nada más y nada menos que «la verdad».

Etxeberria desgranó en su ponencia cantidad de datos, entre ellos que en Navarra se habían realizado exhumaciones en Fustiñana, Roncal, Tudela, Eskaba, Aibar, Azketa, Sengariz y Muniáin y se habían generado informes técnicos de trece lugares más. Recordó que «lo más importante de las exhumaciones es el contenido humano. Cada esqueleto es una persona. No nos interesa nada la contienda bélica, nos interesan las víctimas y sus familiares. No devolvemos la dignidad a nadie porque nunca la perdieron. En realidad, recuperamos esa dignidad del olvido», de ahí el título de la charla y la exposición que se puede ver en la casa cultural de Mutilva: Exhumando fosas, recuperando dignidades.

PUEDEN HACER MUCHO MÁS: Repasando todos los recovecos de la causa de los desaparecidos, Etxeberría abordó la Ley de Memoria Histórica, «cuya principal crítica desde su origen en 2007 fue la ausencia de los poderes públicos en la iniciativa de exhumar las fosas». Sin embargo, dijo que «ahora algunas autoridades se están dando cuenta de que en esta parcela se puede hacer mucho más trabajo del que se ha hecho hasta ahora. Por eso me da la impresión de que va a haber más implicación institucional, de que se va a mejorar. Seguro que es así. Si el asunto no se judicializa, los poderes públicos son los que tienen que dar un paso al frente. Además, si esta causa se judicializara totalmente conseguiríamos que jamás se supiera lo qué ocurrió»:

Etxeberria ofreció además un recorrido histórico de las posiciones de los dos bandos políticos conforme se fue investigando en este campo. «Aranzadi comenzó en el año 2000 con estos trabajos y se empezó con una actitud indiferente por parte de la derecha política y con actitudes críticas que povenían de la izquierda, que pocos años después fueron tornándose en sorpresa, en enfado y hasta llegar al punto actual de implicación. Es entonces cuando la derecha se ha vuelto beligerante, pero estoy seguro que esto va a cambiar. Cuando hablan con nosotros de forma privada personas de la derecha nos confiesan que se debería hacer mucho más de lo que se está haciendo. Pero este discurso cambia cuando hablamos del aparato del partido político. Por eso creo que se está produciendo una pequeña influencia a título individual, que demuestra que no hay dos Españas y que esto no va a suponer una involución».

No es partidario de pronosticar cifras, pero Etxeberria y la institución a la que pertenece, artífices de 200 exhumaciones y de 4.800 restos recuperados del total de 120.000 desaparecidos, consideran que «es imposible recuperar a todos porque hay centenares de fosas por las que, por ejemplo, pasan autopistas que jamás podremos abrir. Calculo que no localizaremos más de un 20% del total».

Sobre la actuación de Garzón, Etxeberría opina que «es una pena que fuera Garzón u otro magistrado, no haya habido un juez con visión de Estado que permitiera ofrecer una visión global y no parcelada de la causa. Hubiera deseado que así fuera para que se llegara a las conclusiones que hace tiempo llegaron los historiadores: que la represión fue generalizada, que afectó a población civil y que nunca antes se han investigado los hechos. Con esos tres elementos hay materia suficiente como para hacer algo más». Y ¿qué es ese algo más? «Que exista una tutela y que el proceso de investigación ofrezca las garantías de un proceso normalizado. Se trataría que dentro de un proceso con un mandato y unas garantías se ordenen las tomas de ADN, se recojan testimonios, la Policía Judicial pueda hallar muestras y localizaciones…», enumera.

La verdad, sin intereses Etxeberria destacó como mayor peligro para sus investigaciones «hacer la Historia del pasado desde los intereses del presente» y confesó que, en el 2000, «jamás creía que una cosa así pudiera salir ahora en los telediarios, Antes de ese año no hablaba nadie de memoria histórica. Yo era un ignorante. Pensaba que todos murieron en las guerra y no por la represión. Pero luego descubrí que la mayoría de las fosas están en la zona sublevada, no en la republicana, es decir donde no hubo guerra. Son gente a la que mataron sin haber cogido en su vida un fusil».

El forense y antropólogo remarcó que toda víctima tiene derecho a la «verdad, justicia y reparación» y que el año 2000 fue el punto de partida porque justo antes «Defensa se encargó de recuperar a los soldados españoles que lucharon con la División Azul a favor del nazismo y contra el frente soviético. Entonces se recuperaron 1.300 esqueletos, veinte fueron repatriados y 900 identificados. Entonces, los familiares de los republicanos desaparecidos en la Guerra Civil se preguntaron: ¿cómo hacen eso y no puedo sacar yo a mi abuelo que está en las afueras del pueblo?». Dignificando la recuperación y la memoria, Etxeberria, para que desaparezca cualquier polémica o discusión, subrayó que «lo más grueso que le he oído a un familiar es: ¡Qué injusticia!». Lo dicho

http://lacomunidad.elpais.com/jordigraug/2010/6/6/francisco-etxeberria-presidente-la-sociedad-ciencias

Nota de La Memoria Viva: ¡ Enhorabuena Señor Extxeberria!