Pajín reivindica la memoria «no para arrojársela a nadie sino para aprender»

marzo 27, 2011
San Sebastián, 26 mar (EFE).-
La ministra de Sanidad, Leire Pajín, ha hecho hoy en San Sebastián una reivindicación de la memoria histórica, «no para arrojársela a nadie, sino para aprender y no repetir errores», así como para «reconocer a los demás, y también con ello a nosotros mismos».

La donostiarra Leire Pajín ha hecho esta reflexión durante el acto de inauguración del «Jardín de la Memoria», inaugurado esta mañana en la capital donostiarra como homenaje y recuerdo a las víctimas de la violencia, el terrorismo y todas las guerras.

Se trata de un espacio de diseño japonés que durante todo el año mantendrá una permanente floración del color blanco de la paz, situado junto a la nueva parroquia de Riberas de Loiola, obra de Rafael Moneo, y a cuya inauguración también han acudido el alcalde de San Sebastián, Odón Elorza; la directora de Atención a las Víctimas, Marixabel Lasa, perteneciente al Gobierno vasco, y el subdelegado del Gobierno en Guipúzcoa, Pedro Luis Río Oyarbide.

Durante su intervención, Pajín ha destacado la importancia de este espacio «cargado de simbolismo y de valores» y de mantener la memoria para que nuestras raíces y nuestra historia «sirvan como el mejor anclaje posible para mirar de frente no sólo al hoy sino especialmente al mañana», ya que son el «mejor baluarte para apreciar el valor del mestizaje y la diversidad».

Tras recalcar que «los valores y la memoria son su valor innegociable», se ha mostrado esperanzada en que el nuevo jardín de la capital donostiarra se convierta en «un reconocimiento a todas las víctimas» y en «un espacio para vivir y sobre todo convivir», «abierto, al servicio de la vida» y «de la convivencia pacífica y en libertad con mayúsculas».

«Un jardín que sirva contra la indiferencia y el olvido, donde debemos caber todos, donde no sobra nadie desde un compromiso con la democracia, la libertad y la paz», ha concluido.

Por su parte, la directora de Atención a las Víctimas, Marixabel Lasa, ha recordado que actualmente Euskadi vive un momento «importante» en el que «la esperanza se abre paso sin previo aviso y sin necesidad de convocatoria».

«Tan sólo cabe esperar -ha añadido- que esta vez sí sea la definitiva y no tengamos que aguardar más momentos importantes porque ya no serán necesarios».

«Nada me alegraría más -ha continuado Lasa- que en el futuro San Sebastián pudiera exhibir con orgullo dos distinciones al mismo tiempo: la de Capital Europea de la Cultura 2016 y la de ciudad reconquistada para siempre por la paz y la libertad».

El alcalde, Odón Elorza, ha expresado su deseo de que el nuevo jardín se convierta en «un claro testimonio de San Sebastián hacia todas las ciudades del mundo que han sufrido y sufren» la violencia, un lugar «para la reflexión» como «expresión del deseo de reconciliación» y «un testimonio de una época de nuestra vida que permanecerá para siempre en nuestro recuerdo y físicamente con este jardín».

Durante la inauguración, en el que han estado presente varias víctimas del terrorismo, un violonchelista ha tocado piezas de música clásica, unos bailarines han interpretado una danza, y dos jóvenes han cantado sendas composiciones en distintos espacios del nuevo parque.

En otro momento del acto, un «bertsolari» ha recitado unos versos y varias víctimas de la violencia han leído unos textos, entre ellas se encontraban Amaia Guridi, cuyo marido, el directivo de El Diario Vasco Santiago Oleaga fue asesinado por ETA; la escritora Luisa Etxenike, y dos mujeres de origen Bosnio y saharaui.

EFE via Yahoo! España Noticias

NOTA DEL EDITOR:

Para aquellos que adolecen de mala memoria y no se fían en época electoral de las palabras casi siempre vacías de nuestra clase política, os dejamos unos enlaces que hemos recogido de nuestra hemeroteca para refrescar memoria y nunca mejor dicho Srta. Pajín. La memoria es para evitar el olvido: enlaces relacionados:

PP y PSOE cierran filas en Aragón con la Memoria Histórica…

(contiene artículo del editor «DURMIENDO CON EL ENEMIGO»

Leire Pajín se compromete a luchar con quienes buscan fosas en“las cunetas”…

(contiene artículo del editor «PAROLE, PAROLE, PAROLE…»)

 


La Comisión Cívica de la Memoria Histórica acusa al Ayuntamiento de «actitud hostil»

marzo 27, 2011
ALICANTE, 25 (EUROPA PRESS)
La Comisión Cívica sobre la Memoria Histórica ha criticado este viernes la «actitud hostil» del Ayuntamiento de Alicante, al que han acusado de «maniobras dilatorias» y de desplegar «tácticas» para «dificultar o impedir» sus proyectos.

NOTICIAS RELACIONADAS

Durante la presentación de las actividades de marzo y abril de 2011, la comisión cívica ha anunciado que el próximo 27 de abril, en la parcela número 12 del cementerio de Alicante, la Comisión Cívica de Alicante para la recuperación de la Memoria Histórica, descubrirá una estela funeraria en la que han sido gravados los nombres de los más de 700 ciudadanos que fueron fusilados en Alicante entre 1939 y 1945.

Según han dicho, lo harán «sin contar con la ayuda del Ayuntamiento de Alicante, que ni en esta ni otras iniciativas de nuestra comisión ha realizado ninguna aportación positiva, sino que, por el contrario ha dificultado o impedido la realización de nuestros proyectos».

Europa Press via Yahoo! España Noticias


Homenaje a los 720 ´muertos ilegítimamente´ en Alicante en los años posteriores a la Guerra Civil…

marzo 27, 2011

La Comisión por la Memoria Histórica levantará una estela funeraria en el cementerio municipal para que los fusilados entre 1939 y 1945 «no caigan en el olvido»

Francisco Moreno se dirige al público en presencia de Jiménez Villarejo (segundo por la izda.) y otros miembros de la comisión ayer.

Francisco Moreno se dirige al público en presencia de Jiménez Villarejo (segundo por la izda.) y otros miembros de la comisión ayer.

SANDRA LLINARES
La Comisión Cívica para la Memoria Histórica homenajeará mañana a «más de 700 alicantinos que murieron ilegítimamente a través de juicios simulados durante la represión franquista», según anunciaron ayer miembros de la citada comisión, que concretaron que fueron 720 las personas fusiladas en toda la provincia entre 1939 y 1945, entre las que había diez mujeres, la mayoría amas de casa. Jornaleros, agricultores, zapateros, oficinistas y chóferes centran el listado de fallecidos hecho público por la entidad, en el que también hay guardias civiles, policías y jueces.
El acto de homenaje consistirá en el descubrimiento de una estela funeraria que se ubicará en la parcela número 12 del cementerio de Alicante -donde antes había fosas comunes- y en la que han sido grabados los nombres de los más de setecientos ciudadanos y ciudadanas que fueron fusilados en Alicante durante esos años. «Lo que se pretende con ella es evitar que tantos como murieron aquellos años por defender la libertad y la democracia no sufran una segunda muerte aún más cruel que aquella a la que fueron condenados: la del olvido», indicó Francisco Moreno, miembro de la Comisión. «Queremos hacer un llamamiento especial a los amigos, familiares y deudos de los vilmente asesinados», añadió.
En una rueda de prensa celebrada en la sede de la Universidad de Alicante, en la que participó el que fuera jefe de la Fiscalía General Anticorrupción, Carlos Jiménez Villarejo, se dieron, además de los datos sobre los más de 700 fusilados «mediante juicios simulados en la mayoría de casos», varias valoraciones de las insuficiencias y carencias de la Ley de la Memoria Histórica.

Ley insuficiente
Tanto Jiménez Villarejo como Javier Moreno, ambos expertos en Derecho comparado y en legislación internacional, participaron en un debate celebrado por la tarde en la sede de CCOO en el que reflexionaron sobre los paradigmáticos casos de Baltasar Garzón y Miguel Hernández que, según apuntaron, «evidencian tanto las insuficiencias de la legislación de nuestro país como la inadmisible y reaccionaria interpretación de la ley por nuestros tribunales que, en lugar de apoyar una visión progresiva y democrática de nuestro pasado, se niegan a asumir su revisión», indicaron.
Los miembros de la Comisión denunciaron que el acto para descubrir la «sencilla estela funeraria» -una especie de biombo con hojas metálicas donde figurarán los nombres y apellidos de los 720 fallecidos-«no cuenta con el apoyo del Ayuntamiento de Alicante que, más que contribuir, está impidiendo el desarrollo de nuestras propuestas».

Críticas al Supremo por no anular la condena a muerte del poeta
El exfiscal jefe Anticorrupción Carlos Jiménez Villarejo afirmó ayer que la resolución del Tribunal Supremo (TS) por la que no se declara la nulidad de la sentencia que, en 1940, condenó a muerte al poeta Miguel Hernández, «parece que esté hecha por estudiantes de Primero de Derecho». La citada resolución, dictada el 16 de febrero por la sala de lo Militar del TS es, a su juicio, «un modelo de lo que no debe ser una resolución del TS» por su «pobreza argumental y por la ignorancia inexcusable que hace de las normas fundamentales del Estado y del alcance de la Ley de Memoria Histórica». Explicó que el pleno de la sala de lo militar del Supremo en su resolución deniegue a los familiares del poeta la autorización para interponer recurso de revisión de la sentencia. EFE.

Información vía google noticias

 


Los vecinos de Guadiana del Caudillo, víctimas de la ‘memoria histórica’

marzo 27, 2011

LA JUNTA DE EXTREMADURA DENIEGA LA INDEPENDENCIA A UNA ENTIDAD LOCAL POR CONTAR EN SU NOMBRE CON UNA REFERENCIA A FRANCO

LVL
sábado, 26 de marzo de 2011, 08:20

Madrid.- Francisco Franco, ‘Caudillo de España por la Gracia de Dios’, ha vuelto. Y lo ha hecho en forma de conflicto por la toponimia, la de un pueblo de Badajoz creado dentro del Plan que llevó el agua a sus áridas tierras en los años 60 y que hizo que muchas localidades de ‘colonización’ -construidas en medios de las nuevas tierras fértiles- llevaran el nombre del dictador. Esos pueblos no tuvieron un nombre anterior al que se apellidara con el sobrenombre de Franco. Sencillamente fueron ‘bautizadas’ desde sus orígenes con el complemento de ‘del Caudillo’. Y así se han mantenido hasta hoy.

Guadiana del Caudillo no será independiente hasta que no acate la Ley de Memoria Histórica dice la Junta de Extremadura en unos acuerdos sellados enPiornal (Cáceres), donde ha denegado la segregación a la entidad local dependiente de la ciudad de Badajoz.

El Gobierno del socialista Guillermo Fernández Vara se ha comprometido a retomar el expediente y a aceptar la independencia si Guadiana del Caudillo elimina de su denominación la mención ‘del Caudillo’, referente al dictador Francisco Francoy, por tanto, contrario a la Ley de Memoria Histórica.

En el decreto aprobado por elConsejo de Gobierno de la Junta, se deniega la segregación solicitada invocando la Ley 52/2007 de 26 de diciembre, por la que «se establecen medidas en favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la Guerra Civil y la dictadura».

La Junta, no obstante, precisa que «se conserva la validez de las actuaciones practicadas en la tramitación del expediente», de modo que «la corrección del motivo de rechazo permita la reanudación del mismo sin necesidad» de repetir los trámites.

El alcalde de Guadiana del Caudillo,el popular Antonio Pozo, lleva desde el lunes pasado viviendo en una butaca de playa frente a la sede de la Presidencia de la Junta para exigir que en el Consejo de Gobierno de este viernes se diera el visto bueno a la independencia.

Pozo rechaza eliminar la mención ‘del Caudillo’ porque se trata de un asunto que, a su juicio, debería plantearse como consulta popular, autorizada por el Gobierno, una vez que la localidad se convirtiera en municipio de pleno derecho.

> Imágenes del alcalde de Guadiana del Caudillo, Antonio Pozo, durante su protesta frente a la sede de la Presidencia de la Junta de Extremadura, en Mérida.

La Voz Libre VÍA GOOGLE NOTICIAS

 


NOTA DEL EDITOR: Mi opinión sin acritud. «WINSTON CHURCHILL EL PRAGMATISMO O LA COBARDÍA DEL GRAN ESTADISTA…»

marzo 27, 2011

Que nunca es fácil tomar decisiones para un líder político en tiempos convulsos es obvio, máxime si estos son tiempos bélicos, por tanto, mi opinión está basada en la comodidad de mi sillón mientras escribo una visión de la actuación y repercusiones que pudieron tener en el pasado las decisiones tomadas por este hombre conceptuado como un gran estadista.

Fue el raciocinio mesurado y reflexivo de este conservador liberal el que con su determinación hizo variar el curso de nuestra historia, o realmente, el bando sublevado tuvo siempre la oportunidad de vencer viendo los devenires de la  Europa de entonces, donde los fascismos estaban germinando con fuerza.

Tal y como Churchill sentenció el día 10 de agosto de 1936: «Si fuera una cuestión de la Vieja España contra la Nueva, entre la fe, las tradiciones y cultura del pasado y los deseos y esperanzas de futuro, estaría en contra de los llamados rebeldes. Pero no es ésa la cuestión. Los que están luchando son dos Nuevas Españas: dos sistemas modernos antagonistas en abrazo mortal. El Fascismo confronta al Comunismo. El espíritu y osadía de Mussolini y Hitler contra Trotsky y Bela Kun. Ninguna de las dos facciones representa nuestro concepto de civilización. Esta guerra no es cosa nuestra».

Para mí, el mandatario inglés se lavó las manos al mejor estilo Poncio Pilatos ante dos posibilidades “Guatemala” y “Guatepeor”, haciendo que su conservadurismo y miedo al creciente sentir socializado y comunista prevaleciera sobre el concepto de libertad y democracia que la II República intentaba instaurar para modernizar a España (sin entrar en sus yerros y fracasos faccionarios y partidistas), y ante la posibilidad de un cada vez mayor sentimiento fascista que podía poner en riesgo, como así fue, la hegemonía anglosajona de la época, basada en su colonialismo mantenido y, su incipiente protección y desarrollo económico fundamentado en la alianza con la posicionada como primera potencia mundial, los Estados Unidos de América, a los que ya no sólo le unían lazos históricos.

Mantuvo una posición cómoda, distante y de a verlas venir, mientras España perdía la oportunidad de recibir ayuda internacional y asesoramiento de las democracias más desarrolladas y que le hubieran permitido no únicamente la posible victoria del pueblo y el gobierno legítimo, sino también, un veloz avance socioeconómico que nos hubiera dejado en una muy buena posición mundial.

Churchill no se llegó a plantear que su ayuda y la de las otras democracias podían condicionar ese desarrollo y posicionar el sistema democrático en Europa de un modo que las influencias de Rusia hubieran quedado mermadas ante la iniciativa de Inglaterra, Francia y Estados Unidos. Además de preveer tal y como los acontecimientos marcaron una importantísima ayuda estratégica de cara a un futuro (por desgracia confirmado) conflicto internacional como fue la II Guerra Mundial, donde después, los conceptos ideológicos variaron según los propios acontecimientos y sucesos.

Por eso tengo mis dudas si fue el pragmatismo de este político o su cobardía a las hordas rojas, con las que más adelante no tuvo reparos en aliarse para derrotar al fascismo, lo que decidió nuestro futuro.

Jordi Carreño Crispín

Vicepresidente de la A. I. La Memoria Viv@

 


El rastro de un ilustre británico…

marzo 27, 2011
Una exposición repasa la figura de Churchill y su relación con España
 

Winston Churchill

ISABEL LAFONT – Madrid – 26/03/2011

El pasaporte de Winston Churchill mostraba un rotundo «primer ministro» en el apartado reservado a la profesión. Fue su ocupación entre 1940 y 1945 y, más tarde, entre 1951 y 1955. Pero a lo largo de su vida pudo haberse declarado también soldado, héroe militar, reportero de guerra, biógrafo, historiador, pensador político o ganador del premio Nobel de Literatura. Todas las facetas de una figura crucial del siglo XX están presentes en la exposición Caminando con el destino. Winston Churchill y España: 1874-1965, que hasta el 5 de junio puede visitarse en la sala El Águila. David Sarias, profesor de Historia de la Universidad Rey Juan Carlos y comisario de la muestra, ha reconstruido un relato biográfico a través de documentos, objetos -como el citado pasaporte o sus característicos chistera y bastón- y fotografías originales del Churchill Archives Centre de Cambridge, la casa-museo Chartwell House y el Museo del Ejército de Toledo. «El armazón de la exposición son los documentos originales», explica Sarias.

No faltan algunos de los discursos que han consagrado a Churchill como uno de los grandes oradores de la historia: el conocido como The few(Los pocos), pronunciado para insuflar ánimo a los pilotos de la RAF, que en agosto de 1940 se batían en el aire con la Lufwaffe («Nunca tantos debieron tanto a tan pocos»), o aquel de 1946, en el que, en la Universidad de Zúrich, abogó por la integración europea. «A menudo me preguntan quién le escribía los discursos y la respuesta es que los hacía él mismo. Dedicaba una hora a cada minuto, por eso son tan buenos. Él prefería destinar su tiempo y energía en escribir exactamente lo que quería decir. Durante la guerra movilizó el lenguaje hacia la acción y lo hizo a través de la palabra. Creo que es importante que la gente entienda que las palabras pueden ir muy lejos y, si se usan de forma adecuada, pueden tener un impacto positivo», señalaba ayer Jack Churchill, bisnieto del político.

La exposición hace especial hincapié en la relación de Churchill con España. Un vínculo que comenzó en 1895, cuando se empotró como observador en el ejército español durante el levantamiento de los bambises en Cuba, y que se prolongó en décadas posteriores al hilo de los equilibrismos políticos de la Guerra Civil española y la posterior Guerra Mundial. «Churchill mantuvo una relación personal de afecto con Alfonso XIII y con Jacobo Fitz-James Stuart, duque de Alba, que se refleja en las cartas que forman parte de la exposición. Y aunque no hay mucho que desvelar en lo que se refiere a su política de no intervención, hemos tratado de ponerla en contexto con documentos», señala Sarias. Aunque entonces no era primer ministro, Churchill era de la opinión de que, ante la Guerra Civil, había que optar por el mal menor: «Confiar en que el comunismo no prendiese en España, y que en ese proceso, el que caminaba a convertirse en dueño absoluto del antiguo reino de Alfonso XIII, se mostrase más razonable que sus homólogos en Berlín o en Roma», explica Emilio Sáenz-Francés en uno de los textos del catálogo de la exposición. Con Franco en el poder, la obsesión del ya primer ministro durante el conflicto mundial fue que España no entrara de lleno del lado alemán, que no interfiriera en el desembarco aliado en el norte de África y que interrumpiera el suministro de wolframio a las tropas nazis. El dictador español supo entender las reglas del juego que favorecían su permanencia en el poder. Una curiosa fotografía de la muestra deja constancia de una peculiar muestra de la diplomacia del régimen: Manolete regaló a Churchill la cabeza de un toro con una letra v marcada en su frente que el diestro había matado en Valencia el 8 de mayo de 1945, día de la victoria europea de los aliados.

La exposición ‘Winston Churchill y España. Caminando con el destino’

ENLACE A ALGUNAS DE LAS FOTOS DE LA EXPOSICIÓN – – 25-03-2011

El País.com



 


España masacrada…

marzo 27, 2011

 

Detención de un oficial sublevado en Guadalajara (Fotografía de Albero y Segovia, Ministerio de Cultura (AGA)).

 

La mayoría de los crímenes en la zona republicana se concentraron entre julio y diciembre de 1936, hasta que el Estado recuperó cierto control sobre la justicia y la represión. En la imagen, dos asesinados en una calle de Barcelona (Fotografía: Agustí Centelles, Ministerio de Cultura (CDMH).-

TEREIXA CONSTENLA 27/03/2011

 

Los horrores de la guerra civil siguen saliendo a la luz. Lejos del frente hubo casi tantos muertos como en las batallas. Una represión salvaje contra inocentes que Paul Preston denuncia ahora en ‘el holocausto español’.

El capitán Manuel Díaz Criado no admitía peticiones de clemencia. Admitía, eso sí, la visita de mujeres jóvenes. En la aterrorizada Sevilla de agosto de 1936, tomada ya por tropas sublevadas contra el Gobierno republicano, Díaz Criado disfrutaba a sus anchas día y, sobre todo, noche. «Después de la orgía, y con un sadismo inconcebible, marcaba a voleo con la fatídica fórmula ‘X2’ los expedientes de los que, con este simplicísimo procedimiento, quedaban condenados a la inmediata ejecución», relató un antiguo gobernador civil. Quienes pululaban a su alrededor le consideraban «un degenerado» que rentabilizó su misión represora para «saciar su sed de sangre, enriquecerse y satisfacer su apetito sexual».

    Paul Preston

    Paul Preston


    Preston:

    «Un holocausto es la masacre de un pueblo. El dolor del español justifica el título»

    Milicianos llevan en un camión a un grupo de condenados a muerte en Mérida en agosto de 1936 (Fotografía de Iberfoto).
  • «Por cada muerte en zona republicana se registraron tres en la rebelde».
  • «Falangistas y militares usaron la violencia sexual alentados por sus mandos».
  • «La crueldad hermanó a individuos enfrentados, pero no igualó acontecimientos».
  • Carrillo estuvo implicado en la autorización de Paracuellos, según Preston.
  • En las zonas ocupadas por los rebeldes se creaban campos de concentración para alojar prisioneros. Hubo campos de internamiento, clasificación, reeducación y explotación laboral. Fotografía del campo francés de Bram (Fotografía de Agustí Centelles)

    Ese mismo agosto, Pascual Fresquet Llopis, matón de la anarquista FAI, se afanaba en ser digno merecedor del nombre de su patrulla: la Brigada de la Mort. Desde Caspe (Zaragoza) comandaba operaciones de limpieza ideológica en el Bajo Aragón, Teruel y Tarragona, rastreando derechistas a los que ejecutar. La brigada se desplazaba en un autobús de 35 plazas, conocido como el cotxe de la calavera, el mismo símbolo que lucían sus ocupantes en las gorras. Donde los inocentes veían matanzas, Fresquet veía actos de «justicia» revolucionaria. Cuando la CNT decidió frenar sus crímenes, en octubre de 1936, habían asesinado a 300 personas.

    Díaz Criado y Fresquet son algunos de los numerosos depravados con poder que entre 1936 y 1939 contribuyeron a que ocurriese algo salvaje: las víctimas causadas lejos del frente (200.000) casi se equipararon con las bajas del campo de batalla (300.000). La crueldad hermanó a individuos enfrentados, pero no igualó los acontecimientos. Ni por alcance, ni por duración, ni por origen. El alcance: por cada muerto en zona republicana (casi 50.000) se registraron tres en la franquista (entre 130.000 y 150.000). La duración: los crímenes rojos se concentraron en los primeros cinco meses de la guerra, hasta que el Gobierno se rehizo y recobró las riendas, mientras que el terror franquista siguió hasta el final y se adentró en la posguerra. El origen: el exterminio del enemigo -o del sospechoso de serlo formaba parte del plan de los golpistas para doblegar a la población y arrancar la raíz del mal; por el contrario, las autoridades republicanas combatieron a los colectivos extremistas que ajusticiaban por su cuenta aprovechando el colapso del Estado ocurrido tras el 18 de julio. Huelga añadir que unos habían dado un golpe de Estado y otros defendían un Gobierno democrático.

    Al espanto de la retaguardia durante la Guerra Civil viaja el hispanista Paul Preston(Liverpool, 1946) en su nuevo libro, El holocausto español (Debate), donde se recogen las fechorías del capitán Díaz Criado y el matón Fresquet. Y, aun sin conocerlo, el ensayo de Preston también habla de la vida de Valentín Trenado Gómez (Puebla de Alcocer, Badajoz, 1917), que pagó su paso por la milicia republicana con 12 años de encierro en campos de concentración y cárceles. En 1936, el joven Valentín tenía más deseos de divertirse que de hacer la revolución. Hay acontecimientos que, sin embargo, no preguntan. Así que, tras el golpe, recibió un fusil y la orden de dirigirse al frente. «No había cogido un fusil en mi vida», revive ahora en su piso de Sevilla. Pasó la guerra en Extremadura, le hicieron sargento y, cuando recibió la orden de rendirse, caminó igual de obediente hasta Ciudad Real, donde entregó un fusil que para entonces era un viejo conocido. Tras un consejo de guerra, en Sevilla le destinaron a la construcción de un gigantesco canal para regar latifundios de amigos de la causa franquista. Pasaba hambre y miedo, dormía en barracones. En Tetuán le hicieron picar piedra para una carretera. «No había más paga que la comida: lentejas, patatas y calabaza», recuerda Valentín Trenado, consciente de una etiqueta que incomodaría a otros: es ya uno de los pocos supervivientes de la guerra, «el último rojo», le dice su médico.

    Presos en el de Miranda de Ebro, Burgos (Fotografía perteneciente al libro 'Historia del campo de concentración de Miranda de Ebro')

    La biografía de Valentín demuestra que, para los vencidos, no hubo paz, ni piedad, ni perdón. El ensayo de Preston delata la fragilidad de la capa civilizada que recubre a una sociedad. Incomodará, empezando por su título («Un holocausto es la masacre de un pueblo. Y yo diría que el sufrimiento y el dolor del pueblo español justifican ese título», defiende) y siguiendo por su contenido: los teóricos y los ejecutores del exterminio de las izquierdas, los robespierres revolucionarios, los alimentadores de checas (centros de detención y tortura en zona republicana) y los pequeños héroes tienen nombre y apellidos. Una gran síntesis histórica sobre el drama de la retaguardia que, poco a poco, se va desvelando sin miradas parciales. La dictadura aireó los excesos republicanos y silenció los suyos. Tras la muerte de Franco, en 1975, los historiadores comenzaron a buscar otras piezas del puzle para recomponer los hechos. Con dificultades: faltan documentos y abundan fosas cerradas. Pero el puzle, empujado por investigadores y asociaciones de memoria histórica, progresa. Lo que aflora, estremece. «Dejando de lado la guerra civil rusa y las dos guerras mundiales, en términos relativos, la española fue una sangría sin paralelo en Europa», subraya el historiador Ángel Viñas.

    Lo averiguado hoy nada tiene que ver con la verdad oficial asentada cuando Preston era un estudiante que sobornaba a bedeles de la hemeroteca en Madrid para leer diarios de la Segunda República para su tesis. El fantasma de la represión le rondó en sus investigaciones sobre el siglo XX español hasta que en 1998, el año en que publicó Las tres Españas del 36, comenzó a recopilar material y tejió una red de contactos con los historiadores que le han mantenido al día de cada avance. Desde 2003, el libro se ha comido toda la energía del profesor de la London School of Economics. También sus emociones. En su casa de Londres, mientras toma café en una taza donde se puede leer «No pasarán», en honor de las Brigadas Internacionales, el hispanista confiesa que lloró a menudo. «La inmensa mayoría de los que murieron, donde fuera, no tenían que haber muerto. No me había dado cuenta hasta este libro de la represión en zonas donde no hubo resistencia. Hay una crueldad tan gratuita que el coste emocional ha sido altísimo». «Mi esperanza», añade, «es que se pueda leer como una contribución a la reconciliación, lo que no quiere decir olvido, sino comprensión».

    Coche de Los Guerrilleros de la Noche, de la CNT (Fotografía: Agustí Centelles)

    Preston cree que un historiador suma varias actitudes. Una es la detectivesca, otra, la de empatizar con los demás. Sabiendo esto es fácil entender por qué su esposa, Gabrielle, le encontraba llorando con frecuencia al volver del trabajo. ¿Qué otra cosa puede hacer alguien cuando se pone en la piel del doctor Temprano o de Amparo Barayón para reconstruir el derrumbe de sus vidas?

    Tras la ocupación de Mérida por los rebeldes, se dejó en manos de Manuel Gómez Cantos, un brutal guardia civil, la supervisión de la limpieza. Preston narra su retorcida triquiñuela: «A diario, durante un mes entero, Gómez Cantos recorrió el centro de la ciudad en compañía del doctor Temprano, un republicano liberal, para tomar nota de quienes lo saludaban. De esta manera identificó a sus amigos y pudo detenerlos, tras lo cual él mismo mató al doctor».

    Ramón J. Sender, escritor de éxito y de izquierdas, y su esposa, Amparo Barayón, estaban de vacaciones en Segovia con sus dos hijos en julio de 1936. El novelista regresó a Madrid. Amparo y sus hijos se refugiaron en su Zamora natal por considerarlo un lugar más seguro. El 28 de agosto, Amparo, junto a Andrea, su bebé de siete meses, fue encarcelada por el delito de protestar por la ejecución de su hermano. La maltrataron, la vejaron y, el día antes de ejecutarla, le arrancaron a su hija de los brazos para internarla en un orfanato católico.

    Es probable que el historiador también hubiera llorado con el testimonio de Mercedes, el nombre falso de una anciana real que perdió a 18 familiares. En el pueblo de Toledo donde ocurrieron los hechos, hace unas semanas revivía lo ocurrido: «En el 36 yo tenía 12 años. Echaron al río Tajo a los dos primeros tíos que mataron, pero el cuerpo de mi tío médico orilló en un pueblo y el forense lo reconoció porque habían sido compañeros de estudio. Al terminar la guerra nos lo entregó. Eran forasteros los que venían a asesinar a la gente que señalaban los del pueblo. A otros tíos los mataron detrás del cementerio. A mi padre lo dejaron morir desangrado, después de tirotearlo por intentar escapar. Yo creo que Dios quiso mucho a mi abuela porque murió el 22 de enero de 1936 y no vio lo que les esperaba a sus 14 hijos».

    Las mujeres de la familia sobrevivieron con el alma en vilo, entre amenazas y humillaciones. «Nos llamaban los cuervos negros porque íbamos de luto, a veces venían milicianos a exigir que les diéramos cena y cama, y acabaron echándonos del pueblo». Salieron adelante gracias a gestos solidarios (recibían pan gratis a hurtadillas) y a bordados a destajo de hoces y martillos para la ropa de hombres que odiaban.

    No hay duda de qué causa abrazó la Iglesia, que alentó la violencia contra los republicanos, a los que responsabilizaba del clima de anticlericalismo que había arraigado entre parte de la población. Un sacerdote da la comunión a presos republicanos en la cárcel Modelo de Madrid en 1940 (Fotografía de Juan Guzmán)

    Al final de la guerra volvieron al pueblo, enterraron con honores a sus muertos y acudieron a los consejos de guerra como espectadoras. A veces, Mercedes se encuentra a cómplices de los verdugos en el centro de salud o en la carnicería.

    Los vencidos no pudieron enterrar a sus muertos ni pedir justicia. Ya con Franco en el poder, unos 20.000 republicanos fueron ejecutados, entre ellos Lluís Companys, a pesar de que había salvado a millares de religiosos y otros amenazados por la furia revolucionaria mientras presidió la Generalitat de Cataluña (10.000 personas salieron en barco gracias a sus pasaportes). Después de muerto, un tribunal confiscó los bienes de la familia Companys y se los adjudicó al Estado. La represión se heredaba. Una anomalía que ya habían anticipado los rebeldes durante la guerra en Burgos, donde Preston ubica el fusilamiento de varias mujeres por el «derecho de representación» de sus maridos huidos.

    A las mujeres no bastó con matarlas. Falangistas y soldados usaron con saña la violencia sexual, aunque resulta imposible delimitar su impacto: la violación se borraba a menudo con el asesinato. Preston diferencia la actitud en zona republicana, donde las agresiones sexuales fueron aisladas, y en zona rebelde, donde los mandos militares alentaron los abusos. «Legionarios y regulares han demostrado a los rojos cobardes lo que significa ser hombres de verdad. Y a la vez a sus mujeres. Esto es totalmente justificado porque estos comunistas y anarquistas predican el amor libre. Ahora sabrán lo que son hombres de verdad y no milicianos maricones. No se van a librar por mucho que berreen», inflamaba en sus discursos radiofónicos Queipo de Llano.

    Nada más represivo que asumirlo como una actitud desde pequeños, que modele inconscientemente nuestros cerebros. En la famosa fotografía de Centelles, unos niños juegan a fusilar a sus amiguitos como entretenimiento de una plácida tarde infantil

    «La colosal diferencia entre ambas zonas», señala Preston, «tiene que ver con que uno de los principales fundamentos de la República era el respeto hacia las mujeres. En la zona rebelde, la violación sistemática por parte de las columnas africanas se incluye en el plan de imponer el terror». Durante dos horas, las tropas disponían de libertad plena para dar rienda suelta a instintos salvajes en cada localidad conquistada. Las mujeres entraban en el botín. Preston describe la escena que presenció en Navalcarnero el periodista John T. Whitaker, que acompañaba a los rebeldes, junto a El Mizzian, el único oficial marroquí del ejército franquista, ante el que conducen a dos jóvenes que aún no habían cumplido 20 años. Una era afiliada sindical. La otra se declaró apolítica. Tras interrogarlas, El Mizzian las llevó a una escuela donde descansaban unos 40 soldados moros, que estallaron en alaridos al verlas. Cuando Whitaker protestó, El Mizzian le respondió con una sonrisa: «No vivirán más de cuatro horas».

    El periodista John T. Whitaker escribió sobre algunos de los episodios más salvajes del avance rebelde: la matanza de 200 heridos indefensos en un hospital de Toledo o la masacre de la plaza de toros de Badajoz. Preston recupera la respuesta del general Yagüe a Whitaker, que dio la vuelta al mundo: «Claro que los fusilamos. ¿Qué se esperaba usted? ¿Cómo iba a llevarme a 4.000 rojos, cuando mi columna avanzaba contrarreloj? ¿O habría debido dejarlos en libertad para que volvieran a convertir Badajoz en una capital roja?».

    Al otro lado: Paracuellos. Las conclusiones de Paul Preston no gustarán a Santiago Carrillo. «Decir que no tiene nada que ver es tan absurdo como declararle el único responsable», resume el hispanista en Londres. Tras un denso capítulo dedicado a las sacas de prisioneros militares para ser ejecutados mientras las tropas de Franco asediaban un Madrid rebosante de ira contra el enemigo, el historiador concluye que Carrillo estuvo «plenamente implicado» en la decisión y la organización de las ejecuciones, a pesar de sus desmentidos. En sus memorias, Carrillo asegura que se limitó a ordenar la evacuación de presos para evitar que se perdiese Madrid (los rebeldes habían llegado a la Ciudad Universitaria) y que el convoy fue asaltado. El odio a los militares hizo el resto.

    Pero los grandes perseguidos en la zona republicana fueron los curas. «Vestir sotana era suficiente para acabar ante un piquete en alguna tapia o cuneta», escribe José Luis Ledesma en Violencia roja y azul (Crítica). Casi 6.800 religiosos fueron asesinados, a los que se sumaron un sinfín de ataques contra templos y conventos, que fueron incendiados y profanados. «Las iglesias eran saqueadas en todas partes y como la cosa más natural del mundo, puesto que se daba por supuesto que la Iglesia española formaba parte del tinglado capitalista», escribió George Orwell, tras su experiencia como combatiente en las filas del POUM. En Homenaje a Cataluña (1938) relata que durante sus seis meses de estancia en la zona de España donde también se ponía en pie una revolución solo vio dos iglesias intactas. Los clérigos sufrieron a veces torturas, amputaciones y agonías feroces. Para medir el impacto de esta persecución, el historiador Stanley G. Payne recurre a una comparación: «La fase jacobina de la Revolución Francesa acabó con la vida de 2.000 sacerdotes, menos de un tercio del número de asesinados en España».

    El anticlericalismo fue un rasgo específicos del conflicto. El brote no fue espontáneo, claro. «La Iglesia católica, que agita la revolución, era vista como parte del statu quo», señala Julián Casanova, catedrático de Historia Contemporánea. Para entender esta persecución son esenciales los capítulos que Preston dedica a describir la placenta del golpe de 1936. La República había aprobado leyes que relegaban a la Iglesia, aliada histórica de la oligarquía y freno modernizador, al plano privado. Se les retira de los colegios y se establecen normas laicas. Amparados en ellas, algunos alcaldes imponen tasas por tocar las campanas o multan por lucir crucifijos. En respuesta a estas provocaciones, la represión del bienio negro (1934-1936) contra la izquierda es jaleada desde los púlpitos, así que los extremistas se van cargando de plomo.

    Casi un millar de religiosos asesinados han sido ya beatificados por el Vaticano, que los honra como «mártires». Es una memoria selectiva, sin embargo. La Iglesia sigue sin pedir perdón a las víctimas de los curas que empuñaron armas. Unos cuantos. Preston señala que al comienzo de la guerra en numerosas localidades de Navarra faltaban sacerdotes para decir misa porque se habían largado al frente. La violencia de falangistas y militares recibió bendiciones a tutiplén. Entre las rescatadas por el hispanista figura la del canónigo de la catedral de Salamanca, Aniceto de Castro: «Cuando se sabe cierto que al morir y al matar se hace lo que Dios quiere, ni tiembla el pulso al disparar el fusil o la pistola, ni tiembla el corazón al encontrarse cara a la muerte».

    A Unamuno, que había apoyado en las primeras horas el golpe en Salamanca, le horrorizó: «A alguno se le fusila porque dicen que es masón, que yo no sé que es esto, ni lo saben los bestias que fusilan. Y es que nada hay peor que el maridaje de la dementalidad de cuartel con la de sacristía».

    Vencidos los ateos, anticlericales y masones, la Iglesia se afanó en salvarlos a partir de 1939. Incluso contra su voluntad. Marcos Ana (Alconada, Salamanca, 1920), que se convertiría a su pesar en el preso político más veterano del franquismo, asistió a escenas dantescas en la cárcel: «Vi a un capellán golpear con un crucifijo a un condenado a muerte porque no quería confesarse». Ninguna superó, sin embargo, lo que vio en el puerto de Alicante el 31 de marzo de 1939, cuando 20.000 desesperados republicanos se descubrieron atrapados en una ratonera, entre las ametralladoras de la División Littorio en tierra y dos minadores en el mar: «Había gente que se tiraba al agua y otros que se saltaban la tapa de los sesos».

    Escuchando a Marcos Ana y leyendo a Preston cobra todo su sentido lo escrito por Arthur Koestler en Diálogo con la muerte (1937) mientras esperaba en una cárcel franquista una ejecución por espionaje que finalmente esquivó: «Otras guerras consisten en una sucesión de batallas, esta es una sucesión de tragedias».

    «El holocausto español», publicado por la editorial Debate, sale a la venta el próximo 8 de abril.

    El País.com


    RESUMEN APRESURADO DE UN ENCUENTRO EN RIVAS…

    marzo 27, 2011

    Invitado por la “Asociación 21”, de Rivas, mantuvimos en la tarde noche del viernes 25 un Encuentro con ocasión de la entrega del Informe Sociológico sobre casos de Niños Robados esa misma mañana a la Fiscalía General del Estado.

    Una presentación informal pero con la intensidad que este tema requiere. Intentaré en pocas líneas ofrecer una síntesis de lo expuesto, que fue mucho, extenso e intenso a pesar de auto limitarnos en el tiempo de la exposición y de las preguntas. Comencé señalado que a pesar de que la impresión popular es que se trata de algo novedoso e impactante, esa percepción es consecuencia de la utilización que han hecho los medios de comunicación de aspectos significativos de estos casos de robos de niños, aunque lo publicado (fundamentalmente en “El País”, en su serie de reportajes que firma Natalia Junquera bajo el título genérico de Vidas robadas) incida en los aspectos más llamativos o escabrosos, según el medio de que se trate.

    Esta investigación, iniciada a comienzos de 2008 con el ahora conocido como “caso Beatriz Soriano” y a instancia de su Hermana Mar Soriano, ha sido en todo su desarrollo un empeño personal y desinteresado, y como tal con unos medios muy limitados. Tampoco fue casual el hecho de llegar a mis manos este primer caso, al que siguen otros muchos hasta hoy mismo, pues las primeras personas en confiarme sus angustias por la falta de horizontes en su drama personal, lo hicieron basándose en el supuesto de mis dos ensayos sobre temas similares, relacionados con experiencias infantiles en los Hogares de Auxilio Social. Esa investigación preliminar dio como resultado un primer informe, muy somero (aunque ya apuntaba parte del drama social que está detrás de todo esto) que fue entregado al magistrado de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón, por aquellos días ya preparando el que sería su famoso Auto, que tanta dimensión ha deparado a los crímenes del franquismo y que sirvió de excusa a la extrema derecha para organizar el acoso y derribo del único juez en plantear lo que sin duda debería ser una losa de Crímenes de Lesa Humanidad no prescritos.

    En mi investigación trato de demostrar que no he encontrado ni una sola prueba que justificase una ruptura ni ideológica ni metodológica (en sus fondos esenciales) entre los objetivos perseguidos por la política criminal de corte eugenésico (locuras de Vallejo – Nájera, adoptadas con entusiasmo por Franco), es decir el despojo impune de los hijos de las presas para darlos a familias adictas al Régimen (libro de Ricard Vinyes, Montse Armengou y Ricard Velis, con el título Los niños perdidos del franquismo), y lo que ha sido hasta prácticamente la actualidad (finales de la década de los ochenta) de una práctica de robo de niños con objetivos económicos, es cierto, pero con la evidencia de que los criminales implicados utilizaban la excusa, tan querida por la Iglesia Católica, de la “caridad cristiana” para con unas criaturas que “no merecen crecer en familias o descarriadas o poco fiables” y, en paralelo o como refuerzo, el desprecio de médicos y demás implicados (incluyendo personas vinculadas a la Iglesia), para con las madres en particular y las familias en general “etiquetadas” arbitrariamente como vulnerables. Esa vulnerabilidad ha corrido pareja con la impunidad de, por la parte activa, el personal sanitario y religioso actuante, y por la parte beneficiaria, de los adoptantes no siempre inocentes en el tráfico criminal de neonatos. La pregunta que más interés despertó fue la de “¿por qué ahora se ha sabido?”. Intenté demostrar con reiteradas referencias documentales, de medios de comunicación y publicaciones (incluso de comienzos de los años ochenta) que estos casos ya comenzaban a tener una presencia como hechos probados. Además la sociedad, como conocedora de múltiples casos de adopciones irregulares e incluso de venta de niños, no puede alegar total ignorancia, y a veces hasta indiferencia cuando no connivencia clara. Esta corresponsabilidad alcanza, de forma directa y clara, al Estado español, tanto en su forma dictatorial emanada del golpe militar criminal de 1936 como en el marco legal posterior a la muerte del dictador, sin solución de continuidad por expresión literal del Tribunal Supremo que ha ratificado en numerosas ocasiones que entiende como “plenamente legítimas las decisiones y la legislación emanadas y aplicadas por el Régimen de Franco”, con la contundente expresión de que nos encontramos en un marco “de Ley a Ley”. Esa argumentación está en la base de no invalidar las confiscaciones criminales e ilegítimas (con normas inventadas), los llamados “juicios” o farsas por presuntos “crímenes de guerra” inexistentes, la negativa a asumir el Estado el deber inexcusable en la localización, exhumación y destino digno de los restos de los ciudadanos desaparecidos (según definición inapelable de la ONU) bajo la locura fascista del conocido como Régimen y, por último como referencia concreta a este tema, la localización, identificación y restitución de su identidad alterada a los miles de niños robados desde el franquismo hasta ahora.

    Esta larga trayectoria, que en el Informe presentado se argumenta con una comparación norma a norma entre el Derecho Internacional de aplicación obligatoria en España, y las diferentes normas que han puesto por sistema el interés de los adoptantes por delante del interés de los niños, que en la mayoría de la legislación precedente no tenían más que un papel residual. Por estas causas sociales, legalistas y de uso, es preciso reconocer que el franquismo sociológico, no sólo tiene plena vigencia en amplísimas e influyentes capas de la sociedad, sino que está en la base ideológica y de impunidad (que sigue operativa) en los casos de niños robados. Nos encontramos, por tanto, ante un verdadero drama nacional de incalculables consecuencias sociales, penales, de herencia e incluso de seguridad clínica, al afectar a una correcta identificación de una masa probablemente ingente de familias españolas.

    (Resumen de la conferencia-coloquio desarrollada por Francisco González de Tena el 25/03/2011 en el Auditorio de Asociaciones, de Rivas – Madrid)

    Fotografías de abajo: Libros publicados por Francisco González de Tena en referencia al tema:

    «El papel de la Iglesia en el auxilio social» y «Niños invisibles en el cuarto oscuro»