La fosa que vio el niño Leandro…

julio 6, 2011

Exhumados medio centenar de republicanos en Burgos gracias al recuerdo de un testigo que entonces tenía 14 años

DIEGO BARCALA GUMIEL DE IZÁN (BURGOS) 06/07/2011

Excavación, ayer, en la fosa común que los falangistas utilizaron en 1936 para sus asesinatos en Gumiel de Izán (Burgos). MÓNICA PATXOT

Excavación, ayer, en la fosa común que los falangistas utilizaron en 1936 para sus asesinatos en Gumiel de Izán (Burgos). MÓNICA PATXOT

Un crucifijo de plata de diez centímetros dentro de un saco de cuero. Al lado, un esqueleto pegado a unas suelas de goma marca Codina de unas alpargatas. Son las pocas pistas que la exhumación de la fosa común de Gumiel de Izán (Burgos) había dejado ayer a la vista. De momento, 45 cuerpos de republicanos fusilados, previsiblemente en el verano de 1936, son reconocibles en una fosa común de cerca de 35 metros en forma de media luna junto a la antigua carretera nacional de Burgos. Una de las hipótesis es que los asesinados fueran 60 trabajadores ferroviarios fusilados el 16 de agosto.

«Aquí me llevó un vecino al que había traído en su día un pastor que sabía dónde estaban los muertos. Excavamos en noviembre con la pala y salieron unos huesos», explica Fernando García, vecino de Aranda de Duero que, desde que recuperó los restos de su abuelo en 2003 en la cercana localidad de Villamayor de los Montes, ha contribuido a la búsqueda de las numerosas fosas comunes perdidas junto a la cuneta de la antigua N-1.

La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) de Burgos ha recuperado en la última década más de 500 cuerpos en esta zona, donde las represalias fueron severas tras el rápido triunfo del golpe militar del 18 de julio. «La represión acabó en la comarca de Aranda de Duero con cerca del 2% de la población: unas 1.500 personas», explica el investigador José María Rojas.

La localización del lugar exacto de la matanza fue posible gracias a un testigo directo. «Leandro Pérez tenía 14 años cuando vio la zanja abierta. Trabajaba en una de las viñas de Gumiel que todavía están alrededor del lugar y aún recuerda lo que observó en 1936», explica José Ignacio Casado, miembro de la ARMH de Burgos.

En seis tandas

La identificación de los restos encontrados será difícil. Los cuerpos fueron llevados al mismo lugar oculto entre viñedos en seis tandas diferentes, sin dejar rastro de su origen. «Cada uno de los enterramientos se distingue por un talud. Puede que haya tres niveles de cuerpos superpuestos», explica el médico forense de la Sociedad de Ciencias Aranzadi Francisco Etxeberria. Entre cuerpo y cuerpo se ha solidificado la cal que echaron sobre los muertos generando moldes en los que se distingue la tela de pana de sus prendas.

«Puede que esa ropa sea de un uniforme pero aquí, aunque les mataran en verano, refresca por las noches y el pantalón de pana era la prenda básica», analiza Rojas. No hay dudas de que los fusilados eran vecinos de la zona pero no se sabe dónde pasaron sus últimas horas. «Cada pueblo improvisó su cárcel. En Aranda se llegó a adaptar un colegio, pero los archivos fueron destruidos, no como en Burgos, donde los que eran sacados, eran registrados», añade.

El encargado de leer esas fatídicas listas en la cárcel de Burgos era Vicente García, el padre del vecino de Aranda de Duero que contribuyó a localizar la fosa de Gumiel. «Mi padre estaba preso en Burgos desde la manifestación del 1 de mayo. Como sabía leer y escribir, se ganó la confianza de don Simplicio, que era el encargado de la prisión. El 16 de agosto, le tocó leer los nombres de los que iban a ser fusilados ese día y estaba su nombre. Se puso a llorar y don Simplicio le perdonó la vida. En mi casa siempre se ha celebrado el 16 de agosto, pero en el franquismo decíamos que era por San Roque», relata Fernando.

Ese 16 de agosto de 1936 fueron represaliados precisamente 60 trabajadores del ferrocarril en Aranda de Duero. Antes de saber que los enterrados en Gumiel habían sido llevados en tandas, existía la hipótesis de que fueran ellos los que habían sido enterrados de una vez en la fosa. «Tenían un trabajo más estable que otras personas y eso les hacía más inquietos en el sindicalismo. Igual que ahora», explica Rojas.

Entre los restos no han aparecido objetos que pueda identificar a las víctimas. «Hay esqueletos de varias edades. Dos o tres son de 17 años pero los hay también de avanzada edad», detalla el antropólogo de la Universidad Autónoma de Madrid, Luis Ríos, colaborador en la excavación.

El ferroviario tuerto es la única pista

Durante la mañana de ayer apareció entre los restos una calavera con un ojo de cristal. Esta característica física podría ayudar de manera decisiva a identificar los esqueletos. Una vecina de Aranda de Duero llegó a explicar a los investigadores de la ARMH que su padre, ferroviario de profesión, había sido fusilado en agosto de 1936 y que era tuerto, pero, debido a su corta edad en aquella época, apenas tenía 1 año y medio, desconoce si llevaba un ojo de cristal. Los próximos análisis de ADN determinarán si esta mujer recupera los restos de su padre 75 años después.

Público.es:

http://www.publico.es/especiales/memoriapublica/385500/fosa/vio/nino/leandro


Franco, Franco, Franco…

julio 6, 2011

MIGUEL ORS MONTENEGRO

Los historiadores españoles y algunos de nuestros grandes hispanistas llevan algunas décadas discutiendo acerca de la naturaleza del franquismo y de los términos que mejor pueden definirlo: totalitarismo, dictadura, fascismo, fascismo clerical, régimen autoritario, bonapartismoÉ Controversias al margen y como ya barruntó el propio dictador, Dios y la Historia le tendrían que juzgar. Desconozco cómo le habrá ido con Dios, pero la Historia lo está poniendo a caldo y en el lugar que le corresponde. Fue el máximo responsable del mayor disparate de nuestra historia contemporánea: el golpe de estado del 18 de julio de 1936, golpe que abrió de par en par las puertas de una guerra de exterminio porque absolutamente todo lo que ocurrió después tuvo como responsables a unos golpistas que se convirtieron en criminales de guerra desde el primer día. Y claro está que hubo, en los meses previos, errores e insensateces de todo tipo. Por citar uno de los más importantes, octubre de 1934: una revolución torpe e insensata que jamás debió producirse pero que se explica -lo que no significa justificar- por el contexto europeo. Los acontecimientos de Austria en 1934 fueron determinantes a la hora de considerar que la llegada al gobierno de la CEDA significaría algo parecido al fascismo clerical que allí se había impuesto. Por poner otro ejemplo ilustrativo, en 1936 en Francia también ganó las elecciones un Frente Popular y el país pasó por todo tipo de convulsiones sociales y políticas, pero la derecha moderada francesa y los empresarios fueron capaces de ponerse de acuerdo con la izquierda liderada por Léon Blum y firmar los célebres acuerdos de Matignon, que recuerdan muchísimo a los Pactos de la Moncloa de 1977. Es muy probable que en España la izquierda no diera la talla y, sin ir más lejos, los socialistas españoles pudieron elegir entonces entre Largo Caballero e Indalecio Prieto y prefirieron al más torpe, pero la derrota electoral del 16 de febrero de 1936 llevó a la derecha española a reconvertirse en extrema derecha pura y dura y a conducir a España al mayor desastre de su historia.
¿Qué significó el franquismo a partir del 1 de abril de 1939? Sucintamente: incompetencia, corrupción y crueldad. El régimen cambió todo lo que se quiera, pero los tres ingredientes se mantuvieron hasta el final. Y a partir de ahí, entran las personas que lo defendieron, unos desde la decencia y otros desde la barbarie, que de todo hubo. Elche tuvo como alcaldes a Santiago Canales Mira-Perceval, Antonio Mas Esteve, Jesús Melendro Almela, Rogelio Fenoll Tarí, Tomás Sempere Irles, Porfirio Pascual Pascual, José Ferrández Cruz, Luis Chorro Juan y Vicente Quiles Fuentes. Cada uno tiene su lista de los 40 principales y me quedo con José Ferrández Cruz de aquí a Lima, al igual que el peor con diferencia fue Jesús Melendro Almela, al frente de una Corporación que se bajó los pantalones en el deslinde de terrenos con Santa Pola, previa cacicada del gobernador civil Luis González Vicén, de tan venerada memoria en la villa marinera y, faltaría más, con una calle principal que lleva su nombre. El Ayuntamiento de Elche no le puso calle pero sí contribuyó con 1.000 pesetas de la época para que le pusieran, por aquello de la adhesiones inquebrantables, una medalla.
En mi caso siempre he sentido simpatía personal por uno de los alcaldes más franquistas de la historia del régimen. A los que conocimos en vida a Vicente Quiles Fuentes, en general, nos cayó bien. Tuve ocasión de entrevistarle y recuerdo que la última vez que hablé con él por la calle me dijo: «Ors, verás como pronto vuelven a quemar las iglesias». Sería a finales del siglo pasado e intenté transmitirle, supongo que con poco éxito, un mensaje de optimismo y de fe en el progreso. En otra ocasión, reconociéndole previamente su indudable honradez personal, le pregunté sobre la corrupción en la ciudad en sus tiempos como alcalde. Me dijo que en una ocasión un patriota local sí quiso comprarle y que le echó del despacho. El problema de entonces es que había demasiados patriotas y todos eran de derechas y del mismo partido.
Quiero recordar dos anécdotas de Vicente Quiles que definen muy bien al personaje. El domingo 8 de junio de 1975, como siempre, Vicente Quiles fue a misa de ocho a Santa María. El cura en su homilía hablaba de San Mateo y del contacto de Cristo con los pecadores, lo que no debió gustar al alcalde que gritó: «¡Ya está bien! ¡Ya está bien!». El pobre cura no sólo se calló sino que, tiempo después, se secularizó porque incidentes así le quitan la afición a cualquiera. Dos meses antes, el Ayuntamiento de Elche había declarado desierto el Premio Literario «Caudillo de España», dotado con la fabulosa cifra de un millón de pesetas y contando con el entusiasmo de los ilicitanos ante tan generoso despilfarro. La Corporación al completo se había ido al Pardo a explicarle el asunto al dictador y éste, por razones lógicas de la edad, no entendió que le dieran a él, precisamente a él, el premio Francisco Franco. Se lo explicaron por segunda vez y debieron pensar que, una vez convocado el premio, lo mejor era gastar el dinero en otros menesteres.
Y como esta nueva Corporación democrática corre que vuela, valdría la pena establecer algún tipo de encuentro clandestino entre las partes, sin que la alcaldesa se entere a ser posible, para introducir el mayor sentido común posible, porque puede ocurrir que dentro de cuatro años, puesto que los caminos del Señor son inescrutables, que las calles, los certámenes y demás abalorios vuelvan a sus denominaciones de origen.

Diario Información:

http://www.diarioinformacion.com/opinion/2011/07/04/franco-franco-franco/1145099.html

Fotografía de Google images


Remover el pasado para hacer memoria…

julio 6, 2011
Artà
Se realiza una limpieza de la maleza y de la vegetación para dejarlo todo listo para una futura excavación en el lugar.
01-07-2011 | A. Bassa

A. Bassa | Artà | 03/07/2011

Este fin de semana ha vuelto la actividad al Campament del Soldats ubicado en el Parc Natural de Llevant. Un grupo de voluntarios ‘remueve’ el pasado para hacer memoria histórica de la represión franquista en Mallorca.

La Associació d’Amics del Campament ha organizado una intervención arqueológica para profundizar en el conocimiento y mejorar el estado de conservación de este lugar, que fue un campo de prisioneros condenados a trabajos forzados durante el régimen franquista a principios de los años 40.

El objetivo de esta intervención es preparar el terreno, señalizar y dibujar para tenerlo todo a punto de cara a un futuro hacer una excavación. De hecho, desde la entidad se ha solicitado un permiso al Consell de Mallorca.

 Arqueólogos

Así lo explicó el arqueólogo Antoni Puig, alma de la asociación, junto con el historiador Tomás Suau. Ambos están al frente de esta intervención que cuenta con la colaboración de varios voluntarios. Las previsiones es que trabajen hasta el próximo día 10 de julio. No se requieren conocimientos previos sino «ganas de echar una mano». Las tareas que se llevan a cabo son sencillas: una limpieza de la vegetación y se dibujan los muros.

El cambio se nota. Estos días trabajan en una de las escaleras que daba al patio quitando la maleza. Quedaban al descubierto los escalones. Los instrumentos empleados son tijeras de podar, enseres para sacar la hierba y cinta métrica.

Puig explicó que «lo dejamos todo preparado por si nos dan permiso para excavar. No se ha hecho nunca y sería la primera vez que se haga una excavación en un tema de memoria histórica que no sea una fosa». Con las excavaciones lo que se quiere es conocer las condiciones de vida del campamento.

Enñace ültima Hora (Mallorca/Part Forana):

http://ultimahora.es/mallorca/noticia/noticias/part-forana/remover-el-pasado-para-hacer-memoria.html


La fábrica que decantó la guerra…

julio 6, 2011
Fábrica de pólvora y explosivos

Imagen del barrio El Fargue, tal y como era durante los años posteriores a la guerra civil

“No se piensen ustedes que aquí se fabrican fideos. Aquí se fabrica pólvora y explosivos y, por tanto, los accidentes no son casuales”. La intervención del coronel Paradas Fustel, que conocía las condiciones de precariedad de la fábrica nacional de pólvora y explosivos de El Fargue, sobreexplotada durante la guerra civil, fue decisiva para frenar los fusilamientos de trabajadores.  Los accidentes provocados por el incremento de los ritmos de producción eran  la excusa perfecta de una militarizada Falange dedicada a organizar -en colaboración con confidentes y comisarios políticos- sacas de 40 empleados que cargaban en camiones con destino al barranco de Víznar. Bastaba con que algún chivato añadiera tu nombre a las listas negras que manejaban los sublevados.

“La fábrica jugará un papel decisivo en el curso de los acontecimientos posteriores”

El historiador Francisco González Arroyo, criado a escasos metros de la instalación militar, en el seno de una familia represaliada, trabaja en los últimos meses en su tesis doctoral centrada en la fábrica El Fargue, hoy la empresa de armamento Santa Bárbara. En los años de la contienda civil era la mayor instalación de explosivos y pólvora de España y una de las más grandes de Europa. Para el Ejército sublevado era fundamental apoderarse de ella pues se garantizaba el suministro bélico. “Es la única razón por la que se subleva la guarnición militar en Granada. La fábrica jugará un papel decisivo en el curso de los acontecimientos posteriores”, sostiene el investigador. Los republicanos se habían hecho con la fábrica de armas de Murcia y existía otra en Toledo, pero ninguna de las dos fue tan trascendente como la de El Fargue.

La fábrica cae en manos de los rebeldes el 20 de julio, sin apenas resistencia, y de la “limpieza” que allí hicieron todavía se habla en Granada. González Arroyo maneja datos fiables de, al menos, 170 represaliados que fueron fusilados y enterrados en fosas del barranco de Víznar. En el peor de los casos, si apareciera la documentación de víctimas que fueron baja en circunstancias desconocidas, la cifra podría alcanzar las 450 personas. “La represión fue feroz con los que no se adhirieron a la sublevación, los tibios, entre los que se encontraban militares o personas militarizadas que trabajaban en la fábrica, y aquellos que se significaron en reivindicaciones de carácter sindical”.“Los accidentes no obedecían a actos de sabotaje, que solía ser la excusa para hacer ‘limpieza’, sino a la vorágine de los ritmos de producción y a la inexperiencia de muchos obreros”

Algunas víctimas aparecen en el libro de Eduardo Molina Fajardo ‘Los últimos días de García Lorca’. De otros muchos ni siquiera hay constatada la defunción. Uno de los primeros represaliados, aunque su detención no se produce en el Fargue sino en el Gobierno Civil, es Antonio Rus Romero, maestro taller en la fábrica, significado sindicalista y secretario del Comité del Frente Popular, al que incoaron expediente judicial -junto al presidente de la Diputación, Virgilio Castilla- que desembocó en ejecución sumarísima.

La misma suerte corrió el dirigente sindicalista de El Fargue Miguel Álvarez Salamanca y decenas de compañeros, todos ellos durante el mandato interino del teniente coronel Manuel Barrios Alcón y el coronel Rafael Jaimez. “La llegada del coronel Paradas Fustel corta radicalmente las sacas de obreros, entre otras razones porque conocía las condiciones de precariedad y pudo demostrar que los accidentes no obedecían a actos de sabotaje, que solía ser la excusa para hacer ‘limpieza’, sino a la vorágine de los ritmos de producción y a la inexperiencia de muchos obreros que fueron contratados para dar salida a los explosivos”, explica.

De 510 trabajadores que contaba la fábrica en julio de 1936 se pasa a 1.676 en marzo de 1938, la cifra más elevada de empleados durante la contienda. Otro dato significativo: antes de la sublevación se fabricaban entre 200.000 y 300.000 kilos de pólvora, y 50.000 de explosivos.  Apenas dos meses después del levantamiento militar, en septiembre de 1936, las cifras se multiplicaron por cinco, según los datos de su investigación.

“De crío me llamaba la atención la ambigüedad en el lenguaje, las frases hechas como: ‘el pobre murió cuando la guerra”

Pero las represalias iban más allá de las ejecuciones. A la familia de González Arroyo le confiscaron la casa para convertirla en cuartel de la Falange. “A mi abuelo lo detuvieron y permaneció cuatro meses en la cárcel, le expropiaron sus propiedades y a sus hijos le dieron 24 horas para que la abandonaran la casa. Encontraron un alquiler en el Albaicín pero con el tiempo regresaron a El Fargue”.

Historiador Francisco González Arroyo

El historiador Francisco González Arroyo ojea su libro sobre la represión en Zafarraya.

En dicho barrio nació años después el investigador granadino, quien recuerda de niño la prudencia y el temor que envolvían las conversaciones de los mayores. “Me llamaba la atención la ambigüedad en el lenguaje, las frases hechas como: ‘esas son las cosas que pasaban cuando la guerra’ o ‘el pobre murió cuando la guerra’. No se escuchaba que lo mataron o lo asesinaron”.

Pero lo que le hizo profundizar en sus estudios de historia, especialmente en la represión franquista en Granada, fue el asesinato de un primo hermano de su madre, Miguel Fernández Adarve, encausado en el mismo consejo de guerra  que su primo Saturnino Arroyo Adarve, abuelo de Carlos Cano. Su tragedia le llevó a recorrer los archivos históricos en busca de un atisbo de luz sobre lo que sucedió no sólo en el Fargue, sino en toda Granada.

Precisamente, el mismo día que se constituyeron muchos ayuntamientos de la provincia, el pasado 11 de junio, presentaba -junto a Eusebio Rodríguez Padilla-, coautor de otra investigación, el libro ‘República, Guerra Civil y Represión Franquista en Zafarraya (1931-1945)’, donde se desmenuzan los expedientes que llevaron al paredón a un gran número de vecinos del poniente granadino.

En noviembre de 2006 se rindió un homenaje a los trabajadores del Fargue fusilados en Víznar. El reconocimiento consistió en la colocación de una placa junto a la fosa común donde se cree que están buena parte de las víctimas. González Arroyo, entonces presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Granada, recuerda que había un proyecto para incluir los nombres de todos ellos.  Qué mejor oportunidad que los setenta y cinco años transcurridos del dramático episodio de la guerra civil.

Enlace:

http://granadaimedia.com/la-fabrica-que-decanto-la-guerra/


Huesos como marca comercial…

julio 6, 2011

LAS TRES MANERAS DE REPRESENTAR A LAS VÍCTIMAS | AVANCES EN ANTROPOLOGÍA

«La aparición de los huesos en las tumbas olvidadas, con la reevaluación de los testimonios de los vencidos que ha llevado aparejada, se ha producido entre un notable escándalo mediático; ha dado origen, por lo demás, a toda una industria del significado en torno a las memorias de la guerra que recuerda bastante a la avalancha de productos culturales que vivió Alemania con motivo del 60 aniversario del final de la Segunda Guerra Mundial». La reflexión corresponde a Francisco Ferrándiz, del Concejo Superior de Investigaciones Científicas, y a Alejandro Baer, profesor de la Universidad Complutense, y ha sido extraída de una investigación sobre lo que denominan «violencia política y memoria digital». Desde el campo de la antropología, defienden que las fosas del franquismo han dado origen a un conjunto de nuevas prácticas culturales y rituales que evocan un pasado doloroso y a la vez dicen mucho del presente. En esa misión de preservar la huella de un pasado terrible es donde se centran y, para ello, analizan cómo se está abordando la memoria del genocidio y de otras formas de violencia extrema en cada una de las exhumaciones. Según ellos, en los últimos años se han establecido tres maneras esenciales de registrar y representar a las víctimas: fotografías en la fosa abierta, con sus esqueletos y huesos; retratos de desaparecidos, y testimonios de testigos o supervivientes. En el primer caso, afirman que las fotografías con huesos se han convertido en un signo inequívoco de la violación de derechos humanos. «Nos encontramos con tales imágenes a menudo: Camboya, Argentina, Guatemala, Bosnia, Irak… Se han convertido en metáforas, puntos de referencia éticos».

Entran como la Coca Cola. Por otro lado, las fotografías tomadas a las víctimas antes de convertirse en tales, esas imágenes de desaparecidos que muestran sus familiares «son ya imágenes enormemente extendidas de la tragedia a la vez que de la entereza», por lo que ellos aprecian que se han incorporado al imaginario con la misma potencia que una marca comercial. «Dada su fuerza iconográfica y su potencial de transgresión —parafraseando al dramaturgo chileno Ariel Dorfman—, representan la respuesta más adecuada a las desapariciones». Y de qué manera más eficaz han logrado satisfacer las necesidades de los medios de comunicación.

Respecto al tercer modo que predomina en la visualización de la desaparición, los testimonios en formato de vídeo, ya no son importantes por atestiguar hechos que no se conocen bien, sino que este trabajo defiende que son esenciales para lograr que estos hechos «se tengan siempre presentes». Por esta razón, ambos autores consideran que en una exhumación del franquismo es tan importante el trabajo forense como grabar cada uno de los pasos que se llevan a cabo. «El archivo de testimonios en vídeo de los `donantes de la memoria´ es siempre algo más que una fuente de información sobre el pasado: tales testimonios constituyen proyectos de restitución, símbolos de la tragedia pasada y de homenaje presente».

Enlace Diario de León:

http://www.diariodeleon.es/noticias/noticia.asp?pkid=616790


Francisco Etxeberria. forense

julio 6, 2011

«Abriendo fosas abrimos mentes»

04/07/2011 M. ROMERO | león

MÁS INFORMACIÓN

Se trata de un referente mundial en la ciencia forense y en la identificación de víctimas mortales. Participó en la exhumación de Salvador Allende y colaboró con las autoridades chilenas en la identificación de las víctimas desaparecidas a partir de 1973 durante la dictadura de Augusto Pinochet. Identificó los restos de los etarras José Antonio Lasa y José Ignacio Zabala y ahora, además de presidir la Sociedad de Ciencias Aranzadi, este profesor de Medicina Legal y Forense en la Universidad del País Vasco/EHU lidera el proyecto científico de mayor envergadura sobre el levantamiento de las fosas del franquismo. En una entrevista telefónica, el profesor Etxeberria se muestra convencido de que la exhumación de fosas ha propiciado una consolidación de la democracia, sobre todo porque se visualiza a las víctimas y ha establecido nuevos valores.

-¿Para qué ha servido la exhumación de fosas?

-Abriendo fosas hemos abierto la mentalidad que existía respecto a las tragedias de este país en fechas recientes, tragedias que vieron nuestros padres. Incluso se puede decir que se ha normalizado una historia que permanecía oculta y que para muchos españoles también era trágica, porque precisamente ellos eran víctimas y nunca lo habíamos reconocido.

-¿Qué han aportado los forenses?

-Objetividad e imparcialidad haciendo una serie de informes técnicos que persiguen buscar la máxima información para conocer la verdad. Creo que el balance final es que todo lo que estamos haciendo sirve para consolidar la propia democracia. Mejor dicho, los valores democráticos. Con ello, aunque sea político, estamos construyendo más democracia todos los días. Lo digo frrente a quienes se oponen o creen que esto es reabrir heridas cuando exactamente es todo lo contrario.

-¿De qué manera y por qué es necesario consolidar la democracia?

-Hay una serie de valores cívicos y democráticos que se encierran en la obligación que tenemos todos cuando pensamos en las víctimas. Las víctimas cada vez están más presentes en el contexto diario. Hace años no nos acordábamos de ellas, ni siquiera el derecho penal se ocupaba de atenderlas suficientemente. Lo que estamos haciendo recuerda que hay tragedias que hay que atender porque las víctimas tienen todo el derecho a ser reparadas.

-¿Un forense con su experiencia aún puede sentir conmoción ante la apertura de una fosa?

-En una exhumación realizada en Semana Santa me impresionó mucho el hijo de un asesinado que no se explicaba lo que le había ocurrido con once años, cuando fue apedreado junto a su madre el día que dicieron llevar un ramo de flores a la fosa de su padre. Digo esto porque, para ese niño, lo más trágico de su infancia no es que mataran a su padre, sino cómo su madre y él fueron tratados de manera tan injusta. Todo esto nos lleva a pensar que se producen dobles victimaciones y que los que sufren son los vivos.

-¿Han servido de mucho las subvenciones del Ministerio de Presidencia?

-Se había estado haciendo mucho trabajo sin financiación y eso no posibilita hacer las cosas adecuadamente; no se puede resolver todo desde el voluntarismo, que sigue existiendo, y mucho. Quiero decir que para que una persona investigue en un arvhivo hay que pagarle los honorarios que correspondan, los desplazamientos… De la misma manera, a la persona que está en un laboratorio. Por lo tanto, la financiación del Ministerio de Presidencia en los últimos años ha posibilitado que se hagan más cosas y con mayor cualificación, y también con mayor nivel de exigencia. A partir de ahí, siempre se puede hacer mucho más.

Enlace Diario de León:

http://www.diariodeleon.es/noticias/noticia.asp?pkid=616785


El dinero rojo del abuelo ferroviario…

julio 6, 2011

Se la conoce como Fosa de los Ferroviarios, está en la localidad burgalesa de Gumiel de Izán y podría contener los restos de hasta 60 trabajadores del ferrocarril pertenecientes a los sindicatos CNT y UGT, detenidos y asesinados por el franquismo un mes después del inicio del golpe de Estado de 1936. Transcurridos 75 años desde entonces y más de 30 desde la Constitución de 1978 que nomina a España como régimen democrático, acaba de terminarse la excavación para el reconocimiento de los restos de las víctimas.

Dos años después de estas ejecuciones, durante la Guerra Civil, un decreto del Ministerio de Hacienda del gobierno golpista con sede en Burgos, ordenó la prohibición de la tenencia de papel moneda puesto en curso legal por el gobierno constitucional de la Segunda República. Según las actas del Banco de España investigadas por la Asociación de Perjudicados por la Incautación Franquista, la cantidad incautada se cifró en 3.500 millones de pesetas de la época, equivalentes al día de hoy a 5.300 millones de euros.

Casi 2.000 familias de toda España (800 de Cataluña) vienen solicitando al Estado la recuperación del dinero incautado, previa presentación de las copias de los recibos emitidos entonces, sin que esa reclamación haya sido tenido en cuenta por la Ley de Memoria Histórica. A los abuelos de Lidia Jiménez, impulsora de la menciona entidad, les incautó Franco 1.365 pesetas republicanas, cantidad que desde los años sesenta vino demandando su abuela en la oficina del Banco de España de la Plaza de Cataluña de Barcelona.

Mi abuelo era sindicalista y ferroviario. Pagó por ello la represión franquista, sin que su delito por pertenecer a la UGT le costara la vida, como a sus compañeros burgaleses asesinados y enterrados sin nombre en una de las múltiples fosas que el franquismo dejó esparcidas por las cunetas de España.

En un viejo arcón de nogal que había en en un rincón del comedor, el abuelo mantuvo hasta su muerte el dinero rojo de la República, una cantidad que podría ser similar a la que la abuela de Lidia Jiménez quiso recuperar inútilmente durante el franquismo. Mi abuelo lo conservó allí hasta el final de sus días, pues a juzgar por la escucha que prestaba cada noche a las emisiones clandestinas de las radios extranjeras, es posible que albergara la esperanza de que España volvería a ser republicana.

Ese dinero representaba el fruto de su trabajo y no quiso entregarlo a quienes acabaron por la fuerza bruta, mediante un cruel y sanguinario enfrentamiento civil, con la Constitución de aquel régimen en cuyo primer artículo se leía: España es una República democrática de trabajadores de toda clase, que se organiza en régimen de Libertad y de Justicia.

Félizx Población para Público.es:

http://blogs.publico.es/felix-poblacion/381/el-dinero-rojo-del-abuelo-ferroviario/


Hallan una fosa en España…

julio 6, 2011
El hallazgo de las fosas en Burgos permite avanzar sobre los crímenes del franquismo.
Imagen: EFE

Con el descubrimiento en Burgos se puso en evidencia a los historiadores franquistas, quienes informaron sobre menores cifras de cuerpos de los que efectivamente se encontraron, dijo la ONG que condujo la búsqueda.

Sesenta cuerpos de un grupo de trabajadores fusilados durante la Guerra Civil Española fueron exhumados ayer de una fosa en la ciudad de Burgos.

El hallazgo en la localidad norteña es muy significativo, destacó ayer la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH). Con el descubrimiento se puso en evidencia a los historiadores franquistas, que informaron sobre menores cifras de cuerpos de los que efectivamente se encontraron, señaló la ARMH en un comunicado. Entre lunes y martes, los arqueólogos y forenses de la Sociedad de Ciencias de Aranzadí dieron con los cerca de sesenta cuerpos durante los trabajos para intentar encontrar la llamada fosa de los ferroviarios, agregó el comunicado.

Por la ubicación y la cantidad de restos humanos encontrados, los investigadores manejan la hipótesis de que se trataría de La Legua, la fosa con los cuerpos de un grupo de trabajadores sindicalizados del ferrocarril asesinados a comienzos de la Guerra Civil Española (1936-1939). Los trabajos en esta fosa, situada cerca de la población de Gumiel de Izán, incluyen la identificación de los cuerpos y la búsqueda de familiares.

Para la ARMH, las víctimas en esta región fueron más de 700 personas. El investigador José Ignacio Casado también habla de 700 muertos no identificados en Burgos en 1936. El monte de Costaján, en Aranda de Duero, fue una de las zonas calientes de la represión franquista. Esta parte de la provincia de Burgos fue utilizada para asesinar de forma masiva y organizada a cientos de civiles desde el verano de 1936, afirmó José María Rojas, autor de varias investigaciones sobre la represión en Burgos y que colabora en los trabajos de exhumación de la fosa en las proximidades del monte.

La cercanía de este espacio natural con la cárcel de Aranda de Duero facilitó las llamadas sacas, en las que las autoridades franquistas sacaban a los presos del penal y, amparados en la impunidad del anonimato, fusilaban a los civiles detenidos sin dejar constancia.

Pero algunos vecinos de los pueblos de esta zona de la ribera burgalesa recuerdan estos episodios y pueden indicar el lugar de las fosas comunes. “Es una fosa muy conocida en la zona pero hay poca información sobre ella”, explicó Rojas. “Un vecino me indicó el punto exacto y comenzamos la investigación”, recuerda. Rojas participó en varios de los trabajos de exhumación que, desde 2003, recuperaron centenares de cuerpos en la provincia de Burgos. “Sabemos que asesinaron en la zona a un grupo el 18 de agosto de 1936, tras una detención masiva de trabajadores del gremio”, dijo Rojas.

La fosa tiene 40 metros de largo y se encuentra junto a la antigua Ruta Nacional. Los ferroviarios eran en su mayoría militantes de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) y la Unión General de Trabajadores (UGT) de España. El próximo paso será buscar señales que brinden pistas para identificar a los restos, tales como uniformes u objetos relacionados a la profesión de los fusilados. En otras fosas encontradas en los alrededores de Aranda de Duero se descubrieron cuerpos uniformados con insignias y distintivos de ferroviarios pero no en número tan masivo, informó la ARMH. Luego, la tarea de localizar a las familias es el paso más difícil, ya que en su mayoría no eran vecinos de Aranda, sino trabajadores trasladados a ese pueblo por razones laborales. Muchas de esas familias abandonaron la zona cuando terminó la guerra.

A 500 metros de la fosa abierta ayer, en 2003 fueron exhumados los restos de 83 civiles fusilados hace 75 años. “Esta fue una zona de excesos”, explicó Rojas. Desde entonces, el equipo de la ARMH ha localizado a 429 cuerpos en una veintena de entierros clandestinos y exhumado a más de 800 en toda la provincia de Burgos.

La ARMH, formada por familiares de víctimas y voluntarios, comenzó hace 10 años la apertura de fosas comunes en toda España para buscar e identificar a desaparecidos de la Guerra Civil, principalmente del bando perdedor, y desde entonces ha abierto unas 150 y exhumado más de 1500 cadáveres con muy poca ayuda pública y del Estado.

El Parlamento español aprobó en 2007 la Ley de Memoria Histórica para reconocer a las víctimas, pero la ARMH y otras asociaciones reclaman al gobierno una participación más activa para la búsqueda de los desaparecidos, 114.000 personas durante la Guerra Civil y los primeros años del franquismo según datos de una investigación iniciada por el juez español Baltasar Garzón en 2008.

El gobierno español publicó en mayo un mapa con más fosas comunes que contabilizaron con víctimas de la Guerra Civil y de la represión franquista posterior, de las cuales sólo se han abierto 329. Ese mapa identifica 2246 fosas comunes en toda España, donde podrían hallarse los restos de unas 100 mil personas. La mayoría se ubica en las regiones de Aragón y Andalucía, aunque también en Asturias, Castillas y León, Cataluña, Galicia y Madrid, entre otras. En el sitio de Internet del gobierno español, Memoria Histórica, pueden distinguirse según una clave entre distintos colores las fosas exhumadas, las exhumadas de manera parcial, las que desaparecieron bajo alguna infraestructura o las que aún no fueron halladas. Para la ARMH estos cuerpos de Gumién de Izán –que se suman a los 84 hallados en 2003 en el cercano monte de Costaján– desmienten las cifras reveladas por historiadores franquistas, que indicaban que en la provincia de Burgos se habían producido 761 asesinatos. Con la exhumación de ayer, ya se superaron los 800 cuerpos encontrados en la provincia.

Página 12 vía google noticias


Ibáñez-Fanés:al tratar la memoria histórica no se puede quedar bien con todos…

julio 6, 2011
05-07-2011

Ibáñez-Fanés (Barcelona, 1962) ha participado hoy en un curso de verano de la Universidad de La Rioja sobre memoria histórica denominado «La caducidad de los silencios».

Este profesor de Estética y Filosofía de la Universidad Pompeu Frabra ha realizado en los últimos años diferentes trabajos sobre memoria histórica, entre ellos el libro «Antígona y el duelo», publicado en 2009.

En declaraciones a EFE, ha abogado por evitar un concepto «militante» de la memoria histórica en España y por trabajar para evitar «la invisibilidad de unos y otros», dentro de una España en la que «se han perpetuado dos frentes».

Ha reconocido que su idea «no es políticamente correcta», pero cree que «o se asume lo complejo que es este problema en España, porque no es comparable a nada que haya pasado en otro sitio, o la posibilidad de alcanzar una moralidad común se deshace».

La Ley de Memoria Histórica «indudablemente tiene avances», pero «el Gobierno se lió con ella» y «debería haber sido más valiente con los desaparecidos y con las fosas, y asumir que puede haber de un bando y del otro», ha subrayado.

«Hay que hace un trabajo muy fino en un tema en lo que es difícil legislar», según Ibáñez-Fanés, para quien este asunto «parecía enterrado por los consensos de la transición», pero «los nietos de esa generación -la de la Guerra Civil- lo han abierto».

En su opinión, «la situación política actual invita poco al optimismo» sobre cómo se abordará en el futuro el tema de la memoria histórica «por timidez, indecisión, porque no saben qué hacer o porque los políticos no perciben presión pública por esto»

ABC.es vía google noticias