Labores realizadas para la localización de fosas comunes en Calera y Chozas (Toledo)

junio 26, 2012

CROQUIS SONDEOS

Desde el pasado día 18 se ha procedido a la búsqueda de fosas comunes siguiendo los testimonios proporcionados por diversos familiares y vecinos de la localidad de Calera y Chozas. Ante la claridad y unidad entre ellos, se procedió a la realización de sondeos a intervalos en toda la zona que bordea el paseo y las jardineras construidas hace unos 12 años que dan acceso al cementerio municipal, como se puede ver en el croquis.  Para ello, se hubo de desmontar alguna estructura existente, como los bordillos, así como sortear conducciones de agua y cableado eléctrico.

Ante el resultado negativo de los 27 primeros sondeos realizados en los dos días iniciales que agotaba bastante la información aportada por los testimonios, se decidió contar con la ayuda de un georadar que analizase una extensión de unos 3000 m2 de terreno aproximadamente, en el entorno del cementerio. De esta forma ampliábamos bastante el área de estudio, poniendo en preaviso al técnico de la posibilidad de encontrar también algunas fosas menores que, al parecer, se realizaron en las inmediaciones.

Toda la jornada del día 21 fue destinada al barrido del área por el georadar, así como a la ampliación de una de las zonas sondeadas, donde se habían hallado fragmentos óseos de muy pequeñas dimensiones. Se volvieron a hallar algunos más, así como dos casquillos de mauser y una medalla del primer tercio del siglo XX, al pasar también un detector de metales.

Debido a las características del sustrato geológico, el georadar no pudo darnos datos relevantes en el momento, por lo que se deberá esperar hasta que los datos recogidos sean procesados en un ordenador para poder tener información más concluyente, lo cual puede llevar entre 7 y 10 días. Por el momento, el lunes 25 seguimos unos indicios sospechosos que resultaron ser una acumulación de arenas entre el paquete de arcillas. Esperamos tener los primeros resultados a finales de esta semana o principios de la siguiente, momento en el cual determinaremos la acción a seguir.

Equipo de Investigación “Memoria Histórica de Calera y Chozas”

AFAREDES: Asociación de Familiares de Republicanos Desaparecidos.

Nota:TEXTO Y  TODAS LAS FOTOS POR CORTESÍA DE AFAREDES

 Más fotos y comentarios en : http://www.facebook.com/index.php?lh=Ac935rehezj_Bwck#!/MemoriaCalera


Proyección del documental » No darse por vencido» este viernes 29 de junio 2012

junio 26, 2012

 

Cartel

 

Las asociaciones AFAREDES (asociación de familiares de republicanos desaparecidos), El Foro del Valle del Tietar y de La Vera y La A.I. La Memoria Viva con la amable colaboración del Institut Français en Madrid, tienen el gusto de invitarles a la proyección de

» No darse por vencido» 

el viernes 29 /06/2012 a las 20h en el Institut Français

C/ Marqués de la Ensenada nº 10, 28004 Madrid Mº Colón.

Vo Esp/Fr. con subtítulos  Entrada libre a partir de las 19h30. Aforo limitado 250 plazas.

Vía videoconferencia sus autores y protagonista nos presentaran el documental a las 19h50

«El documental es bello a nivel técnico. La emocionante y digna historia que cuenta no nos  deja indiferente , siendo, así de todas formas, una lucha que compartimos  , exilio aparte, como familiares de víctimas del franquismo.

El film tiene la potente particularidad de entrar, desde un contexto global de Recuperación de la Memoria Histórica, en la clara mentalidad  de Daniel Serrano Recio de 91 años de edad, en su memoria extraordinariamente lúcida y repleta de datos, en el interior de su espacio vital lleno de objetos, de imágenes, sobre los cuales la cámara se desliza evidenciando  sensibilidad . El cotidiano de Daniel está hábilmente relacionado con sus reivindicaciones : la tierra cultivada en su jardín es la tierra de los campesinos españoles del 36 bajo la 2ª República y la tierra de las fosas comunes, la tierra donde se pone la semilla de los descendientes, la tierra añorada desde el exilio y la voluntad de recuperarla. La lucha de este hombre, cuya dignidad da envidia, empapada de cariño fraternal, reclamando el reconocimiento de la figura de su hermano Edualdo asesinado en el 41 por los franquistas ( el era concejal durante el Frente Popular en La Torre de Esteban Hembran, Toledo) es un ejemplo para muchos en este país desmemoriado, amnésico e injusto con sus ciudadanos.  La evidente falta de educación para nuestros jóvenes en las escuelas se incrementa en estos momentos por los nuevos gobernantes del PP ( los anteriores del PSOE también), gracias por recalcarlo con esa entrevista abrumadora  a los jóvenes de la Torre de Hembrán.  Gracias por la sonrisa cómplice de Daniel en sus sueños. Gracias por no darse por vencido En mi casa también hay una calle de la República.» PV R d C. R.

Brochure Ne pas s’avouer vaincu VFR

http://www.institutfrancais.es/madrid/cine-y-radio/cine-no-darse-por-vencido


Calera y Chozas (Toledo): exhumación en una fosa común el 18 06 2012

junio 17, 2012

La asociación AFAREDES ( Asociación de Familiares de Republicanos Desaparecidos) dará comienzo, este lunes 18  de junio  del 2012, a la apertura de una fosa común en Caleras y Chozas (Toledo).  Los famliares de las víctimas causadas por el franquismo en esta localidad se han reunido hoy con los miembros de esta asociación y el equipo tecnico   para dar los últimos retoques previos a la exhumación de mañana lunes.

Desde la Dirección de La A.I.La Memoria Viva mandamos nuestro más fraternal deseo de exito en la recuperación de los restos mortales de las víctimas causadas por el franquismo en esta localidad.

Seguiremos dando información en nuestras páginas según avancen las tareas de exhumación .

Familiares de víctimas , en Caleras y Chozas.Foto cadida por AFAREDES

El equipo tecnico bajo la coordinación César Pacheco Jiménez se compone de : .Sergio de la Llave, Ana Escobar, Marisa Hoyos, Agustin Abeng y contararán con el apoyo de un antropologa forense irlandesa Eadaoin O’Brien.

Localización de la fosa común de Caleras y Chozas. Foto cedida por AFAREDES.

El listado de TODAS las víctimas causadas por el franquismo en esta localidad :MUERTOS EN CALERA

El listado de las víctimas  (causadas por el franquismo) aún desaparecidas,  en Caleras y Chozas:

ANTONIA GONZÁLEZ DEL RÍO (Embarazada)
JULIA MERINO TENORIO
CONSUELO FERNÁNDEZ TALAVERA
GREGORIA AVILA MUÑOZ (Abuela de Nati)
PETRA LANZAROTE
SATURNINO VARELA AVILA
ANDRÉS VARELA LÓPZ
LEUCRECIO MORENO VARELA
GERARDO FERNÁNDEZ YUSTA
LUCIO FERNÁNDEZ YUSTA
GABRIEL SÁNCHEZ GARCÍA
GERARDO ALVARO GARCÍA
LUCIANO FERNÁNDEZ TALAVERA
JACINTO SIERRA SIERRA
HILARIO LÓPEZ LUZANO
FRANCISCO DE LA LLAVE GARCÍA
TEOFILO JIMÉNEZ JIMÉNEZ
JUAN TENORIO GALLARDO
FELIPE FERNÁNDEZ GALLARDO
FERMIN OTERO VILLANUEVA
TOMAS SIERRA IBAÑEZ
MAXIMINO GONZÁLEZ DEL RÍO
RUFINO MORENO JIMÉNEZ
JULIAN ROBLEDO RODRIGUEZ
MANUEL COLADO VAQUERO
LUCIANO ROBLEDO PALACIOS
FAUSTINO ALCAIDE ARROYO
RAFAEL COLILLA CANTALEJO
EDUARDO ROBLEDO PALACIOS
VICENTE FERNÁNDEZ TALAVERA
BENJAMIN IBAÑEZ GARCÍA
JUAN FERNANDEZ RODRIGUEZ
SERAFIN MORENO VARELA
ESTEBAN MORENO IBAÑEZ
MARCELINO VARGAS
ALEJANDRO GONZÁLEZ COLILLA
CÁNDIDO GONZÁLEZ TALAVERA
FELICIANO RUIZ RODRIGUEZ
REYES MERINO GARCÍA
FAUSTINO ARROYO IBAÑEZ
FELIPE CORROCHANO COLILLA
ANGEL MORENO IBAÑEZ
PERMIN PALACIOS FERNÁNDEZ
MAXIMINO SIERRA REQUENA
CRESCENCIO IBAÑEZ ROBLEDO
VIRGILIO MUÑOZ VARELA
MIGUEL FERNÁNDEZ RIBERA
CARLOS SÁNCHEZ MORENO
ANTONIO DIAZ LÓPEZ
ANGEL DÍAZ POZO
AMADOR CASTRO DORADO
MIGUEL DIAZ DEL POZO
NEMESIO DEL RÍO CANTALEJO
ANGEL MUÑOZ BATALLA
GREGORIO CANTALEJO SÁNCHEZ
EUSEBIO ROBLEDO RODRIGUEZ
VICTORIANO ROBLEDO RODRIGUEZ
ESTANISLAO MUÑOZ VARELA (tio de Nati)
VCTORIANO CORROCHANO CRUZ
FAUSTINO MANCERA JARA
TELESFORO ARROYO FERNÁNDEZ
INOCNECIO ALCAIDE ARROYO
ALEJANDRO CARRILLO FERNÁNDEZ
GREGORIO VARELA LÓPEZ
EMILIO DE LA LLAVER GARCÍA
PABLO GONZÁLEZ IBAÑEZ
LAUREANO MUÑOZ CANTALEJO
FELIPE FERNÁNDEZ VARELA
JULIO COLAO YUSTA

Una diáspora de historias

junio 9, 2012

Hay tantos exilios como exiliados y no hay una manera única de entender el inmenso éxodo que se produjo al terminar la Guerra Civil. Salieron cientos de miles de españoles con sus hijos. Nuevos libros siguen recuperando la memoria de los desterrados

9 JUN 2012

Moscú. “Lo más extraño es el invierno ruso. Caminar por la calle y ver en los árboles los encajes que ha hecho la nieve. Ese país tan grande, hecho de paisajes que permanecen inalterables durante kilómetros y kilómetros, tiene un invierno muy duro, pero su belleza es incomparable”. Katya, hija del militante comunista Francisco Abad, nació en Kolomna, a 100 kilómetros de Moscú, un año después de terminar la Guerra Civil que llevó a sus padres a ese remoto exilio. Lleva ya años viviendo en Gijón, donde ha escrito sus memorias, pendientes de publicación. Cuenta allí su historia, la de una moscovita que nunca dejó de ser española, o si se prefiere: la de una española que fue rusa de la cabeza a los pies. “Y que creyó profundamente en la revolución, y que luchó por cambiar el mundo. Seguramente uno de los momentos más duros de mi vida fue cuando murió Stalin. Yo crecí creyendo que era un dios intocable, un hombre que luchaba por los más desamparados, y me tocó comprender entonces que había sido un perfecto canalla”.

Prats de Mollo. “Mi madre era una mujer muy tímida, así que sus padres decidieron acompañarla para que saliera de una vez de España, del infierno de la guerra. Iba pendiente de sus dos hijos pequeños cuando el tren se detuvo. Los padres de mi madre pensaron que la aventura había acabado y le sugirieron entonces que se armara de valor antes de que llegaran los franquistas para obligarlos a regresar: que dejara el tren y que siguiera sola con sus retoños. Así que fue hacia la puerta, la abrió, pero no fue capaz de dar el salto: nevaba, el frío era insoportable, no se veía nada en la oscuridad de la noche. Decidió quedarse. Al día siguiente partieron hacia Prats de Mollo, al otro lado de la frontera. Llegaron: ¡lo habían conseguido! Podían empezar de nuevo. Si mi madre hubiera saltado por aquella puerta la noche anterior, todo hubiera terminado: el tren se había detenido al lado de un precipicio”. María Luisa Capella nació unos años después, ya en México. Ahora recuerda la salida de su madre de España —su padre estaba en el frente— como un lejano episodio que salió bien. Las cosas, sin embargo, pudieron haber terminado de otra manera.

México. Mari Carmen, hija de Tomás Bilbao, uno de los fundadores de Acción Nacionalista Vasca y ministro sin cartera en el último Gobierno de Juan Negrín, el que luchó por la República hasta el golpe de Casado, sigue viviendo en México, donde se casó con uno de los nietos del escultor Mariano Benlliure. “En cuanto terminaba el colegio nos reuníamos en el Centro Vasco”, cuenta de sus primeros años en el exilio. “Éramos un grupo de amigos y allí aprendíamos los bailes y las canciones tradicionales. Incluso probamos con el euskera, pero era endemoniadamente difícil y terminamos abandonando. Nunca supimos nada de política, mi padre jamás nos habló de sus ideas. Pero a los mayores les gustaba escucharnos cantar y bailar las cosas de su tierra y lo hacíamos por ellos. Para tenerlos contentos”.

México. “Ramón Gaya decía que hay tantos exilios como exiliados”, explica María Luisa Capella. Su marido, que falleció en noviembre pasado, fue el poeta Tomás Segovia. En uno de sus textos, recogido en Digo yo, se ocupa de lo que significa el exilio y empieza por reconocer que cada experiencia es única, que no se puede generalizar. Segovia cuenta ahí que él perteneció a una clase muy particular, la de los niños: “Para empezar, yo no fui al exilio, a mí me llevaron. Y por supuesto, no dejaba nada atrás; toda mi vida estaba por delante”, escribe. Y reconoce que tuvieron suerte: “Escapábamos a las persecuciones o exclusiones que sufrían los derrotados en España, pero también al oscurantismo, al aislamiento y al embotamiento de la moral y la sensibilidad de los vencedores”. “El exilio era para mí una condición, pero no una identidad”, apunta Tomás Segovia. “Era algo que me caracterizaba, pero no me definía. Yo no podía hacer de un mundo perdido el centro de mi vida”.

María Luisa Capella lleva un tiempo trabajando en el Centro de Estudios de Migraciones y Exilios (CEME), que depende de la UNED. Si cada exilio es único y diferente, lo que quiere esta institución es reunir la máxima documentación posible sobre todos aquellos que no tuvieron otra alternativa que la de ir errando por el mundo o la de tener que reinventarse de nuevo en un sitio diferente al que los vio nacer. No una única historia, contar todas las historias. Difundirlas e investigarlas.

Orleans. “Poco antes de que entraran los alemanes, tuvimos que salir de París en aquella evacuación famosa que tantas veces se ha contado”, recuerda Mari Carmen Bilbao. “El coche era muy grande, íbamos en él mis padres, los siete hermanos y el chófer. Antes de llegar a Orleans, se estropeó y los hombres se quedaron para apartarlo a la cuneta y para ver si lo arreglaban. Seguimos con mi madre rumbo a Burdeos, padeciendo los ataques de los aviones alemanes. Fueron veinte días de suplicio, caminando, avanzando de tanto en tanto en un tren o en un camión de soldados. Siempre bajo las bombas. Al fin nos reunimos todos y todavía hubo tiempo para que muriera mi hermano: tuvo una peritonitis y no se pudo conseguir penicilina para salvarlo. Salimos al fin de Marsella hacia Casablanca. Allí nos alojaron en un cuartel vigilado por senegaleses y pillé la sarna. Me la curé en el Nyassa, el barco que nos trajo a México”.

La historia de Tomás Bilbao, y de su familia, la han contado Marina Pino y Jon Juaristi en A cambio del olvido. “Hace muy poco, el 14 de abril, hubo un acto en el Ateneo de México con una exposición de acuarelas de desnudos que fue pintando mi marido, que murió hace unos años”, dice Mari Carmen Bilbao. “Aproveché para volver a gritar ‘¡Arriba la República!’. Ya es hora de que se vayan los reyes, ¿no le parece?”.

Bogotá. “Cuando estalla la catástrofe de la guerra, mi padre decide no regresar y prefiere empezar una nueva vida”, cuenta don Julián, el señor de los mosquitos, hijo de Luis de Zulueta y sobrino de Julián Besteiro, el político socialista. “Mi padre, durante el tiempo que fue ministro de Estado en el Gobierno de Azaña, participó en las negociaciones de paz entre Colombia y Perú tras la guerra que se desencadenó en 1932 cuando tropas de este último país ocuparon Leticia, una ciudad del Amazonas. Las conversaciones fueron un éxito y mi padre tuvo muy buena sintonía con el representante colombiano, Eduardo Santos, director de El Tiempo y político liberal que fue presidente entre 1938 y 1942. Fue quien lo invitó a instalarse en Bogotá y le dio trabajo. Así que estudié medicina allí”. Unos años más tarde, convertido en epidemiólogo, Julián de Zulueta entró en la Organización Mundial de la Salud, y se embarcó en distintos proyectos —sobre todo de lucha contra la malaria— que lo llevaron a tantos sitios que su enumeración no entraría en esta página: India, Malasia, Suiza, Grecia, Panamá, Uganda, Líbano, Siria, Irán, Irak, Afganistán, Jordania… Regresó a España después de la muerte de Franco, y fue alcalde de Ronda entre 1983 y 1987.

Buenos Aires. En De mis pasos en la tierra, Francisco Ayala recogió sus impresiones tras llegar a Argentina al finalizar la Guerra Civil: “Súbitamente, todo el laborioso proyecto de mi vida se me mostraba ahora impracticable, inválido, nulo. De repente me había quedado sin expectativas claras, sin puntos de apoyo conocidos, sin un suelo firme en el que apoyar los pies ni caminos trazados por donde adelantar mis pasos. Para mí —como para cuantos a lo largo de la historia lo han sufrido— el exilio implicaba nada menos que la manera de improvisar una manera por completo nueva de hallarme instalado en el mundo”.

Moscú. Los españoles que vivían en Moscú se reunían cada vez que podían para recordar viejos tiempos, comer y beber juntos, cantar canciones, ver películas. “Siempre me llamó la atención”, cuenta Katya Abad, “observar cómo aquellos ojos tristes de los amigos de mis padres de pronto rejuvenecían cada vez que veían a Sara Montiel lucir una de sus seductoras miradas. O cuando cantaban canciones republicanas o bailaban pasodobles. Era como si cada uno estuviera en su lugar de origen. Mis padres eran de Almería, y regresaron en cuanto pudieron. Lo mismo hicieron muchos niños de la guerra. Pero algunos no consiguieron adaptarse bien, y volvieron a Rusia. España no tenía nada que ver con ellos, pero tampoco eran felices en su país de adopción”.

Katya Abad estudió periodismo, trabajó 11 años en Radio Moscú y luego fue enviada a La Habana para trabajar en la revista Cuba que se editaba en español y ruso. Fue solo el inicio de una larga carrera que la llevó a la Argentina de Perón o a Chile, donde asistió a la caída de Allende. “En las fiestas que se organizaban entre los exilados para recibir el nuevo año, desde siempre, desde que tuve uso de razón, escuchabas en el momento de los brindis la misma frase una y otra vez: ‘El año que viene será en España’. Solo dejé de oírla cuando salí de la Unión Soviética, y se quedaron ellos, que seguirían repitiendo aquello sin perder nunca la esperanza”.

Sarawak. “Cuando me propusieron en la OMS que me trasladara para combatir la malaria a Sarawak, en la isla de Borneo, tuve que acudir a la Enciclopedia Británica para saber dónde estaba”, explica Julián de Zulueta, que le contó las historias de su vida a María García Alonso en Tuan Nyamok. El título es el nombre que le dieron allí los dayak, y significa “el señor de los mosquitos”. “Quería que mensualmente un enfermero tomara muestras de sangre entre los habitantes del lugar para saber si los mosquitos seguían transmitiendo la enfermedad, pero se negaron. Así que tuve que amenazarlos con irme. Y entonces transigieron. Había sido el primer médico que los visitó en sus viviendas, las casas largas, y me cogieron mucho cariño”.

Nueva York. “Hay varios tipos de exilio”, explica Nicolás Sánchez Albornoz, y los suyos, que han sido varios, fueron todos un poco raros. “En el primero no tomé la decisión, fue mi padre el que tuvo que salir al principio de la guerra y nos llevó a todos a Burdeos. No fue una experiencia tan terrible como la que vivieron otros después, fui un niño privilegiado: estuve con mi familia, y no abandonado como tantos niños de la guerra. Cuando la Gestapo le pisaba los pies a mi padre tras la ocupación de Burdeos por el Ejército alemán, tuvo que irse a Argentina y nos tocó volver a España con mis abuelos. La siguiente vez que salí al exilio ya fue cosa mía. Tenía la opción de quedarme en la cárcel de Cuelgamuros y cumplir condena, o huir. Preferí arriesgarme: de las 44 fugas de aquel penal que hubo entre 1943 y 1948, solo salió bien la que protagonizamos Manolo Lamana y yo. Nos instalamos en Buenos Aires, donde gobernaba Perón. Cuando en 1968 se produjo allí un golpe militar, el del general Onganía, hice las maletas. Fue mi exilio argentino, una especie de doble exilio: al que me alejaba de España sumé el que me llevaba de Buenos Aires a Nueva York”.

Saint Cloud, París. Francisco Fernández-Santos se instaló en París a principios de los sesenta. Tenía siete años cuando los militares dieron el golpe contra la República, así que fue uno más de los niños de la guerra. Pero de los que se quedaron. Su padre, un maestro que militaba en las filas socialistas, no murió “de milagro”. “Vinieron al pueblo justo cuando había salido a hacer alguna gestión, y se libró. Fusilaron a tres de sus amigos más próximos y los enterraron en una cuneta. No sé si sería capaz ahora de reconocer dónde los tiraron exactamente, pero sí lo sabía por entonces”.

En Azulejo. Un niño en la gran tormenta, vuelve sobre su adolescencia y establece un diálogo con el muchacho que fue entonces, en los años duros de la posguerra. Fernández-Santos estudió derecho y filosofía en Madrid y se fue incorporando a la lucha antifranquista con los socialistas. “A mi mujer le salió un trabajo en París, y fue mi oportunidad para escapar de la represión ideológica del franquismo, de sus hostilidades. Trabajé intensamente en los círculos intelectuales del exilio: estuve muy cerca de Ruedo Ibérico, y tuve grandes amigos con los que combatí contra la dictadura. Dionisio Ridruejo fue uno de ellos. No hay que olvidar que París era el lugar donde los españoles y latinoamericanos acudían para respirar libremente el aire de Europa, y cuantos luchábamos contra Franco siempre creíamos que el régimen terminaría por caer. Por eso, seguramente, lo más duro del exilio fue ver cómo iban muriéndose, uno detrás de otro, los republicanos que se instalaron aquí al terminar la guerra. Y sin lograr ver la caída de Franco y el regreso de la democracia”.

París. “Estuviera donde estuviera, nunca olvidé a los que se quedaron dentro y, en la medida de mis posibilidades, intenté luchar contra el franquismo”. Nicolás Sánchez Albornoz ha contado sus peripecias en Cárceles y exilios, publicado hace poco. “Lo que quiero decir es que no siempre es incompatible integrarse en el país de adopción, como me pasó a mí en Argentina, y seguir en la batalla contra la dictadura. A principio de los sesenta pasé una temporada en París, y volví con renovados bríos a luchar contra Franco. El régimen se estaba abriendo, pero conservaba intacta su impronta autoritaria, y hacía falta hacer una oposición distinta de la que se había hecho hasta entonces. Fue cuando nació Ruedo Ibérico: el desafío en el que se embarcó el exilio para desmontar con las armas de la inteligencia la infamia de la dictadura”.

Veracruz. Ahora se ha reunido en un único volumen, La guerra perdida, la trilogía de novelas donde Jordi Soler reconstruye la historia de una familia de catalanes exiliados en una selva de México. “Aunque creciera en una atmósfera insalubre y llena de mosquitos, mi infancia fue magnífica. Pensaba que el resto del mundo era exactamente igual que yo, que todos eran niños catalanes que vivían en una selva cafetalera. Solo más tarde empecé a darme cuenta de que aquello era excepcional. Ocurrió cuando trabajaba como diplomático en Dublín. Fue cuando descubrí que formaba parte de una familia que siempre hablaba de conquistar el futuro y seguía anclada en el pasado. Vivíamos en Veracruz, pero andaban pendientes de Serrat, de Marsé, de los resultados del Barcelona”.

El exilio toca también a los nietos. Se fueron los abuelos, arrastraron con ellos a los hijos, luego llegaron los hijos de los hijos. “Soy un híbrido”, dice Soler. “Técnicamente soy español, pero me siento mexicano. Hasta que vuelvo a México, y entonces soy de nuevo rabiosamente español. El exilio produce situaciones extrañas. Mi abuelo logró salvarse de los nazis en Montauban gracias a Luis Rodríguez, un mexicano al que mandó el presidente Lázaro Cárdenas a rescatar republicanos. Solo muchos años después pudo conocer a su hija, que nació después de que él saliera a Francia. ‘Tú no eres mi padre’, le dijo la niña, ‘mi padre es este’. Y le señaló entonces una vieja fotografía en la que aparecía retratado un poco antes de salir al frente a defender a la República”.

El rincón del distraído

Páginas sin tierra

Biografía, memorias y narrativa

La guerra perdida (incluye: Los rojos de ultramar, La última hora del último día y La fiesta del oso). Jordi Soler. Mondadori. Barcelona, 2012. 544 páginas. 21,90 euros.

Azulejo. Un niño en la gran tormenta. Francisco Fernández-Santos. Huerga y Fierro. Madrid, 2012. 225 páginas. 16 euros.

Tuan Nyamok [El Señor de los Mos-quitos]. Relatos de la vida de Julián de Zulueta contados a María García Alonso. Residencia de Estudiantes. Madrid, 2011. 412 páginas. 25 euros.

A cambio del olvido. Marina Pino y Jon Juaristi. Tusquets. Barcelona, 2011. 472 páginas. 24 euros.

Destinada al crematorio. De Argelès a Ravensbrück. Mercedes Núñez Targa. Traducción de Pablo Iglesias Núñez y Ana Bonet Solé. Renacimiento. Sevilla, 2011. 216 páginas. 16 euros.

Obras completas I. Narrativa (incluye, entre otros, Los usurpadores y La cabeza del cordero). Francisco Ayala. Edición de Carolyn Richmond. Galaxia Gutenberg-Círculo de Lectores. Barcelona, 2012. 1.534 páginas. 66 euros. / Francisco Ayala en ‘La Nación’ de Buenos Aires. Irma Emiliozzi (editora). Pre-Textos. Valencia, 2012. 498 páginas. 30 euros. / Francisco Ayala y la Universidad Nacional del Litoral. Luis A. Escobar. Fundación Francisco Ayala. Granada, 2011. 210 páginas. 15 euros.

Historia y ensayo

Obras completas III (incluye, entre otros, El hombre y lo divino, España, sueño y verdad y La tumba de Antígona). María Zambrano. Edición de Jesús Moreno. Galaxia Gutenberg-Círculo de Lectores. Madrid, 2011. 1.536 páginas. 35 euros.

El exilio republicano de 1939 y la segunda generación. Manuel Aznar Soler y José Ramón López García (editores). Biblioteca del Exilio / Editorial Renacimiento. Sevilla, 2012. 1.184 páginas. 50 euros.

Diccionario biográfico del exilio español de 1939: los periodistas. Juan Carlos Sánchez Illán (director). Fondo de Cultura Económica. Madrid, 2011. 594 páginas. 25 euros.

Páginas web

Centro de Estudios de Migraciones y Exilios: http://www.cemeuned.org/

Asociación para el Estudio de los Exilios y Migraciones Ibéricos Contemporáneos: http://www.aemic.org/


Cae el brazo político de la ‘Triple A’ Argentina…

junio 9, 2012
El juez del caso, Norberto Oyarbide. | EfeEl juez del caso, Norberto Oyarbide. | Efe

Juan Ignacio Irigaray | Buenos Aires

Actualizado jueves 07/06/2012 17:52 horas

Siete ex funcionarios del Gobierno de María Estela Martínez viuda de Perón, presidenta argentina de 1974 a 1976 que vive a las afueras de Madrid desde 1981, han sido detenidos por los crímenes que perpetró la banda terrorista de aquel régimen, la Alianza Anticomunista Argentina (AAA o Triple A) de 1973 a 1976.

Se trata de miembros de aquella organización criminal que estaba al mando del hombre fuerte de aquel Gobierno y ministro de Bienestar Social, José López Rega, alias ‘El Brujo’. También fue secretario privado de Perón en el exilio en Puerta de Hierro, se dedicaba al ocultismo, y pertenecía a la logia masónica Propagande Due (P2).

Los apresados son el periodista Jorge Conti, yerno de López Rega, su ex portavoz y ex presentador de telediarios, y Carlos Alejandro Villone, ex secretario de Estado, con López Rega. También arrestaron a Julio Yessi, ex jefe de la Juventud Peronista de la República Argentina (JPRA), Raúl Ricardo Arias, Carlos Jorge Duarte y Rubén Pascuzi y Norberto Cozzani.

Todos están imputados por el juez Norberto Oyarbide de integrar la ‘Triple A’, que almacenaba su arsenal de metralletas y subfusiles en el sótano del ministerio de Bienestar Social, a 100 metros de la Casa Rosada. Pero Conti y Villone, según confiaron las fuentes a ELMUNDO.es, actuaban como los cabecillas del grupo.

En esta causa el juez pidió a España que extradite a Buenos Aires a la ex presidenta Martínez viuda de Perón, alias ‘Isabel’, muy vinculada a la familia de Francisco Franco, pero la justicia española denegó esa solicitud.

Los demás acusados han fallecido: López Rega, los policías federales Juan Ramón Morales y Rodolfo Almirón -extraditado en 2007 por España y sindicado como el autor material del asesinato del sacerdote Carlos Mujica, en 1974-, Miguel Angel Rovira, y el periodista Felipe Romeo, ex director de la revista ultranacionalista ‘El Caudillo’.

Los crímenes

Entre los 700 crímenes que se atribuyen a la ‘Triple A’, demás del cura Mujica, figuran los homicidios del diputado Rodolfo Ortega Peña, del ex subjefe de la Policía bonaerense Julio Troxler y del hijo de tan solo seis meses de edad de Raúl Laguzzi ex decano de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires (UBA).

La banda terrorista debutó en 1973 mediante un atentado con bomba al entonces senador opositor Hipólito Solari Irigoyen, que sufrió heridas en las piernas y salvó su vida de milagro. A partir de allí hubo de persecución y ataques a la oposición política y la guerrilla, además de amenazas a intelectuales, artistas y cantantes.

Por ejemplo, Mercedes Sosa, Luis Brandoni, Marta Bianchi, Héctor Alterio, Osvaldo Bayer, Federico Luppi, y muchos más debieron exiliarse en España y en México.

A mediados de 1975 en medio de protestas populares por el plan económico denominado ‘Rodrigazo’, López Rega abandonó el Gobierno y fue enviado por ‘Isabel’ a vivir España como embajador plenipotenciario, junto a Morales y Almirón Sena. El trío se instaló en la residencia ’17 de Octubre’ del barrio madrileño Puerta de Hierro en que Perón vivió exiliado.

El 9 de mayo de 1976 hubo una emboscada contra los ‘carlistas’, seguidores del infante Carlos Hugo concentrados en Montejurra (Navarra), que se saldó con el asesinato de dos carlistas y más de 40 heridos.

Miembros del fascismo italiano

El fallecido general Guillermo Sáenz de Santamaría, ex jefe del Estado Mayor de la Guardia Civil española, admitió que en aquel ataque armado actuaron Almirón Sena y «conocidos miembros del fascismo italiano como Stéfano Delle Chiaie y Agusto Cauchi».

En 1983 el semanario ‘Cambio 16’ destapó que Almirón Sena trabajaba de jefe de guardaespaldas de Manuel Fraga Iribarne, por entonces jefe del partido opositor y de centroderecha Alianza Popular, y luego Presidente de la Xunta de Galicia durante muchos años.

A raíz de ese escándalo, el ex subcomisario argentino desapareció de los lugares públicos, aunque algunos aseguraron haberlo visto de ‘maitre’ en la afamada confitería madrileña ‘Chicote’, hasta que EL MUNDO lo reencontró, ya con 70 años, jubilado de gastronómico y con doble nacionalidad hispano-argentina, viviendo en un departamento del popular barrio Xenillet, de Valencia, junto a su segunda esposa, la rosarina y ex azafata Ana María Gil, más un perro ovejero.

Entonces la Justicia argentina ordenó un arresto preventivo de cara la extradición, que se concretó en 2008. Ese hecho reactivó esta causa en el juzgado porteño que ahora revivió con estas siete detenciones.

http://www.elmundo.es/america/2012/06/07/argentina/1339105962.html?a=5081ceee2b7de3bc89b57db55ad011dc&t=1339134132&numero


¡¡Ayuda!!

junio 9, 2012
Asociación Familias Valdenoceda, 7-06-2012 – 8 junio 2012

Tenemos problemas para reunir los casi 4.000 euros de intereses que nos pide el Gobierno

de Asociación Familias Valdenoceda Exhumación, el jueves, 7 de junio de 2012

Como sabéis, el Gobierno nos ha exigido la devolución de una subvención para exhumar a 39 personas cuyos restos yacen debajo de unas tumbas… nuevas en el actual cementerio de Valdenoceda (Burgos). Ya hemos devuelto la subvención, de 58.200 euros. Tal y como publicó EL PAIS el lunes, vencieron los plazos (hemos tenido muchos problemas para localizar a las familias de los muertos más recientes) y no hemos podido ejecutar la subvención.

El problema surge porque el Gobierno nos exige también el abono de 3.927,55 euros en concepto de intereses de demora (son las cantidades que se han acumulado durante todos nuestros intentos por conseguir los permisos de las familias). Hemos reunido, aproximadamente, 2.900 euros, pero nos faltan 1.000 euros por reunir.

La situación es mala y el Gobierno procederá contra los apoderados de la Agrupación, pero nos gustaría evitar que sólo estar personas tengan que hacer frente a esos gastos.

Por eso, pedimos ayuda. Si quieres hacer cualquier aportación, por pequeña que sea, te rogamos la hagas a la cuenta corriente siguiente:
3084-0023-57-6400057955

Una vez conseguidos los 3.927,55 euros cerraremos la cuenta y no se admitirán más aportaciones. Como comprenderéis, no queremos recaudar ni un euro más de lo que necesitamos.

Gracias a todos.
http://politica.elpais.com/politica/2012/06/04/actualidad/1338831496_977593.html