Franco y el exterminio…

septiembre 30, 2012

Una investigación desvela que Franco dejó morir a miles de judíos que tuvo en su mano salvar

Franco y el exterminio

Durante toda su vida, Francisco Franco se refirió a un abstracto peligro judío (masónico y comunista, también) como el mayor enemigo de la España construida tras su victoria en la guerra civil de 1936-1939. Obsesionado con esta idea hasta el fin de sus días, el Caudillo se refirió una vez más a los judíos en su último discurso de 1 de octubre de 1975, poco antes de morir.

Los años y la tergiversación de la historia hicieron que su antisemitismo se diluyera como un azucarillo en la patética frase referida. Sin embargo, es obvio que en sus encendidos discursos Franco no dejó de mostrarse antisemita, pero nunca reveló que su odio-temor había tenido durante la Segunda Guerra Mundial una repercusión criminal sólo descubierta gracias al contenido de decenas de documentos secretos desclasificados, encontrados en los archivos de Estados Unidos, Reino Unido y Holanda.

Hasta ahora nadie pensaba en Franco cuando se hablaba del holocausto, como si la España pronazi de principios de los cuarenta, claramente dibujada por los documentos que un día fueron secretos, hubiera visto de lejos cómo la Alemania nazi deportaba y asesinaba a millones de judíos y otras minorías.Pero la realidad, espantosa, que aflora en los documentos citados muestra que Franco pudo salvar a decenas de miles de sefardíes, pero prefirió dejarlos morir a pesar de reiterados ultimátums alemanes que le advertían de las medidas extremas (léase exterminio) de que serían objeto si su España no aceptaba acogerlos.

El corolario de la investigación documental que se recoge en el libro que adelantamos tiene varios puntos esenciales; el primero de los cuales es que apenas quedan dudas de que los nazis alentaron el golpe de Estado de julio de 1936, al que no dejarían de apoyar hasta la victoria en 1939. Como consecuencia del sostén germano, Franco inclinó dramáticamente los destinos de España del lado alemán y no del italiano. Los alemanes influyeron en toda la política y la economía española, prensa incluida, y una vez iniciada la Segunda Guerra Mundial las relaciones entre la cúpula del nazismo y Franco y sus ministros fue muy estrecha, y la nueva Alemania, cuyo imperio tenía que durar mil años, tuvo un exquisito trato de favor hacia el Generalísimo. Esta deferencia se tradujo en la oferta nazi de hacerse cargo de los judíos españoles esparcidos por Europa a los que tenían previsto asesinar industrialmente. Pero Franco no los salvó, a sabiendas de lo que les iba a suceder, muy bien informado por los embajadores españoles testigos de excepción de las deportaciones. De esta forma, la dictadura española se convirtió en cómplice activo del holocausto.

El ofrecimiento nazi de enviar a España a los spanischer Juden (judíos españoles), como designan los nazis a los judíos en todos sus documentos, no se produjo en una ocasión anecdótica que pasó rápidamente al olvido. Al contrario. Se trató de un tema de gran calado que generó cientos de documentos, telegramas, órdenes y contraórdenes procedentes del departamento de asuntos judíos del Ministerio de Asuntos Exteriores alemán, de la embajada de Alemania en Madrid y del Ministerio de Asuntos Exteriores español. Y es que, tratado como un amigo muy especial, el III Reich brindó a Franco la entrega de miles de judíos repetidas veces, por escrito, por comunicación diplomática verbal con reiterada insistencia de los embajadores alemanes. Tanto se esmeraron con su amigo español, que los nazis mantuvieron presos pero sin deportar a muchos judíos en espera de una respuesta positiva de Franco que nunca llegó. Mientras tanto, los alemanes ampliaron por propia iniciativa el plazo límite de entrega (marzo y abril de 1943) para dar tiempo a una respuesta de Franco.

¿La oferta nazi contenía cierta piedad hacia los judíos sefardíes? No. No se trataba de eso. Era la deferencia al amigo y al mismo tiempo una medida para abaratar los costes del exterminio. Es decir, antes de proceder a aplicar en toda su dimensión la solución final, el gobierno del Reich dio la oportunidad al amigo Franco de decidir sobre la suerte de los spanischer Juden, de tal suerte que si los acogía para tomar sus propias medidas contra ellos –como suponían que sucedería–, el operativo nazi de exterminio humano se vería sustancialmente reducido.

El régimen sintonizaba totalmente con Berlín y, a pesar de los reiterados ultimátums alemanes –obviamente secretos– que advirtieron explícitamente al gobierno español de las medidas extremas de que sería objeto el colectivo judío, Franco se opuso a salvarlo, pero no olvidó reclamar las propiedades y el dinero de los aniquilados, considerados, por tanto, ciudadanos españoles en toda regla.

Esta historia tiene otra cara trágica, pero muy honrosa. Mientras se producían las deportaciones y España negaba el pan y la sal a miles de seres humanos, unos horrorizados diplomáticos españoles actuaban por su cuenta y en contra de las órdenes emanadas de Madrid. Falsificaron documentos y lograron salvar a cientos de personas. Todos alertaron a Madrid del genocidio en telegramas secretos, y dos de ellos, Ángel Sanz Briz, desde Budapest (Hungría), y Julio Palencia, de la legación de España en Sofía (Bulgaria), fueron crudamente explícitos en sus mensajes. El primero, conocedor del llamado «protocolo de Auschwitz», avisó de las matanzas en cámaras de gas, y el segundo, testigo presencial desde su embajada, escribió a Madrid avisando del desastre humano.

Tres años después, cuando la guerra mundial cambió de curso y los aliados presionaron a Franco, este se apropió de los actos heroicos de estos diplomáticos para ganarse la benevolencia de los vencedores.

El libro lo explica cómo tras la muerte de Franco, Don Juan Carlos hizo todo lo posible por dejar atrás aquel pasado oscuro. Poco después de su llegada al trono, ya con una España nueva, Don Juan Carlos sería el primer jefe de Estado español que rendía homenaje en el Yad Vashem a las víctimas del holocausto.

http://www.diariodemallorca.es/sociedad-cultura/2012/09/28/franco-exterminio/797158.html


En la muerte de Rodrigo Moreno, un comunista contra Carrillo

septiembre 30, 2012

Fue fundador y ex-responsable político del Partido Comunista del Pueblo de Catalunya. Con los militantes expulsados de la dirección del PCE, colaboró en la fundación del Partido Comunista de los Pueblos de España.

FÉLIX POBLACIÓN Madrid 29/09/2012

Rodrigo Moreno Planisolis. PCPC

Rodrigo Moreno Planisolis. PCPC

Rodrigo Moreno Planisolis, fundador y ex-responsable político del Partido Comunista del Pueblo de Cataluña (PCPC), falleció el pasado martes en Lleida. Natural de la localidad oscense de Fonz (1921), sólo pudo estudiar hasta los doce años en la escuela primaria de Monzón. Incorporado a las Juventudes Socialistas Unificadas, fue uno de aquellos adolescentes que combatieron en la Guerra de España en defensa de la República, concretamente en la 27 división Karl Marx. Durante el exilio en Francia, hubo de vivir la miseria y desolación de los campos de concentración en san Lorenzo de Cerdans y Septfonds.

Participó en la lucha clandestina contra los nazis y posteriormente en la lucha antifranquista, por la que fue encarcelado, vivió seis años en la clandestinidad y fue deportado. En 1966, después de duros años de trabajo en explotaciones forestales y canteras, se estableció en Alcarràs (Lérida) con su familia y se dedicó a la albañilería, no cejando en su lucha clandestina contra la dictadura. En 1979 fue elegido concejal del ayuntamiento de esa localidad por el PSUC, cargo que abandonó en 1981 por no estar de acuerdo con la política reformista de la dirección, que consistía en la defensa de los Pactos de la Moncloa. Con los militantes comunistas disidentes que habían sido expulsados de la dirección del Partido Comunista de España (PCE), que entonces encabezaba el recientemente fallecido Santiago Carrillo, colabora en la fundación del Partido Comunista de los Pueblos de España (PCPE).

Fue muy activa la trayectoria de Rodrigo Moreno en múltiples luchas sociales a lo largo de los últimos treinta años. Entre ellas cabe destacar su participación en la campaña contra el ingreso de España en la OTAN (1984-1985). También prestó su colaboración en las reivindicaciones de los colonos de Montagut (1988-1991), por la cual hubo de ir a los tribunales junto a otros miembros de Unió de Pagesos. En 1991, al lado del cristiano Eulogio Vallina, impulsó un movimiento unitario de rechazo contra la primera Guerra del Golfo, que trajo consigo dos manifestaciones multitudinarias por las calles de Lleida. Participó en 1990 en la Brigada Solidaria Internacional José Martí con objeto de ayudar al pueblo cubano frente al bloqueo económico impuesto por Estados Unidos contra aquel país. En 1993 fundó con otros compañeros el Casal Amigos de Cuba de Lleida, del que ha formado parte de su Junta Directiva hasta el final.

En 2002 dio a conocer la primera parte de sus Memorias de un comunista, en las que da cuenta de su biografía hasta 1966, fecha de su regreso a España. En este libro analiza y defiende su postura ideológica, opuesta a la de Santiago Carrillo por su política eurocomunista, basada en el abandono de los principios del marxismo-leninismo y en la defensa de la reconciliación nacional, que para el fallecido militante comportaba un pacto con el franquismo.

Rodrigo Moreno Planisolis mantuvo su entusiasta actividad hasta los últimos meses de su vida. Hace dos años participó en el encuentro «Enlazando culturas», que contó con la presencia del presidente de Bolivia, Evo Morales. En diciembre de 2010 asistió como delegado al IX Congreso del PCPE, cuyo acto de presentación en la Universidad de Lleida corrió a su cargo, en compañía de la hija de Che Guevara, Aledia Guevara. El año pasado leyó una ponencia en la biblioteca pública de Lleida sobre el golpe de Estado del 23-F, cuestionando el papel del rey Juan Carlos I como salvador de la democracia. Ya gravemente enfermo, el pasado 14 de abril, asistió al homenaje que se le ofreció en Casal Amigos de Cuba en Lleida donde se hizo un balance de su generosa y larga trayectoria en defensa de las ideas que profesó siempre, desde aquella temprana adolescencia combativa en lucha contra el fascismo 76 años atrás.

En la muerte de Rodrigo Moreno, un comunista contra Carrillo (Público.es)


Garzón: «No se puede construir el futuro sobre cientos de miles de cadáveres»

septiembre 30, 2012

El exjuez de la Audiencia Nacional ha reclamado la creación de una Comisión de la Verdad que investigue los crímenes del franquismo en un multitudinario acto en Madrid en el que participaron los líderes sindicales, el exfiscal Carlos Jiménez Villarejo, la actriz Pilar Bardem y la abogada laborista Cristina Almeida.

ALEJANDRO TORRÚS Madrid 29/09/2012

Baltasar Garzón acompañado de Cristina Almeida, izquierda, y Cándido Méndez y Toxo, a la derecha.

Baltasar Garzón acompañado de Cristina Almeida, izquierda, y Cándido Méndez y Toxo, a la derecha.EFE

Verdad, justicia y reparación. Este es el mensaje que el exjuez de la Audiencia Nacional, acompañado de los líderes sindicales y diversas personalidades de la justicia y la cultura, ha repetido hasta la saciedad en un acto organizado por la plataforma Solidarios con Garzón en el que han instado al Gobierno y a los parlamentarios a crear una Comisión de la Verdad que investigue los crímenes del franquismo y repare, “de manera integral”, a sus víctimas.

“El acto de hoy es una reivindicación de las víctimas del franquismo y también una manifestación de que no están siendo atendidas en su derecho a la verdad, la justicia y la reparación. Pedimos la creación de una Comisión por la Verdad. La investigación de los crímenes es algo que no debería preocupar a nadie tras 35 años de democracia. Sin embargo, hay una parte del espectro político español que de una forma absurda y negacionista se empeña en no reconocer los hechos del pasado y en no reconocer algo que nos reconciliaría a todos”, ha aseverado el exjuez durante el acto.

El juez, aclamado en todo momento por los centenares de asistentes al acto, ha instado a los asistentes a “no rendirse” y a no poner “punto y final” en su lucha. “Si en Argentina no lo hicieron, nosotros tampoco debemos de cejar en la lucha”, ha añadido Garzón, quien ha señalado que siente «vergüenza» porque no haya una «reparación» para las víctimas del franquismo después de 75 años, 35 de ellos en democracia. “En el único sitio donde se ha permitido hablar a las víctimas fue en el juicio contra mí. Y ese momento fue el único instante de dignidad del juicio”, ha señalado.

Nuevas vías en Argentina y México

«Hay un espectro político que de una forma absurda se empeña en no reconocer los hechos del pasado»

El exjuez, apartado de la carrera judicial tras ser condenado por ordenar escuchas entre imputados y sus abogados de la trama Gürtel, ha asegurado que la vías judiciales para juzgar y condenar el franquismo no están muertas y que “hay muchas opciones, más allá de esta Comisión de la Verdad”. “Hay muchas demandas interpuestas en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. La ONU y el Comité de Derechos Humanos también ha exigido a España que investigue esos crímenes y se anule la Ley de Amnistía de manera que los ciudadanos puedan saber qué es lo que ocurrió”, ha denunciado.

La opción más viable y que más rápido está avanzando es la querella que numerosas asociaciones de memoria histórica y víctimas del franquismo interpusieron en Argentina para que se investigue la dictadura española. Asimismo, las asociaciones de memoria también tratarán de iniciar un proceso judicial en México. A pesar de estas posibles soluciones, Garzón ha aseverado que le “gustaría” que se pudiera juzgar al franquismo en España “sin ningún tipo de confrontación ni discusión”. “Ya ha pasado suficiente tiempo. Los que están en el poder deberían asumir lo que está pasando”, ha afirmado.

Vergüenza

El exjuez de la Audiencia Nacional ha calificado de “vergonzoso” el hecho de que se tenga que organizar un acto como el de la mañana de este domingo para reclamar la creación de una Comisión de la Verdad ya que esta debería constituirse por “unanimidad en el Congreso y en el Senado”. “Deberían de darse cuenta [los políticos] y recapacitar. Hay una deuda enorme con todas las víctimas del franquismo”, ha añadido Garzón, quien se ha definido como “defensor de las víctimas” y ha advertido de que está dispuesto a continuar en este lucha “aquí y fuera, en los tribunales y fuera de ellos”. “En esta batalla todos tenemos que ganar. No se puedo construir el futuro sobre cientos de miles de cadáveres. Necesitamos respuestas y corresponde al Estado darlas”, ha concluido.

Sindicalistas en las fosas

A la petición de la Comisión de la Verdad y el homenaje a Baltasar Garzón por iniciar una investigar contra los crímenes del franquismo, también se han unido los líderes de UGT y CCOO, Cándido Méndez y Ignacio Fernández Toxo en recuerdo de los “sindicalistas y trabajadores que fueron vilmente asesinados por el régimen de Franco por el simple hecho de estar afiliados a un sindicato de trabajadores”.

Una víctima al PSOE, UGT y CCOO: «Os hemos echado de menos mucho tiempo»

En este sentido, Cándido Méndez, líder de UGT, ha avisado a aquellos que creen que el problema de la dictadura acabará con la desaparición de los últimos represaliados que la “lucha por la justicia, la verdad y la reparación” no es “cosa de viejos” sino que continúa viva en las nuevas generaciones. “Los viejos sufrieron tal humillación que pueden permanecer en silencio, pero sus hijos, sus nietos y sus bisnietos no lo harán hasta que no se salde esta deuda que se mantiene con las víctimas”, ha advertido.

“Ley de memoria, insuficiente”

El momento más emotivo del acto lo protagonizó Francisca Maqueda, miembro de la asociación de memoria histórica y justicia de Sevilla y víctima de la dictadura de Franco. “Nadie nos va a parar en nuestra lucha. Avisamos, tenemos todo el tiempo del mundo. No somos sólo nosotros, son también nuestros hijos, nietos y bisnietos los que continuarán esta lucha. Y lucharemos siempre porque sabemos que tenemos razón”, ha exhortado.

Asimismo, Maqueda reprochado a los líderes sindicales y al PSOE el “escaso apoyo” que a su juicio han brindado a las asociaciones de memoria histórica y a las víctimas. “Lo digo con todo el respeto del mundo. Gracias por venir hoy aquí, pero PSOE, UGT y CCOO, os hemos echado de menos a lo largo de todo este tiempo”, ha recriminado Maqueda, quien ha criticado la Ley de memoria de 2006 por considerarla “insuficiente”.

El acto también ha contado con la participación de la actriz Pilar Bardem, el exfiscal anticorrupción Carlos Jiménez Villarejo y la exdiputada y abogada laboralista Cristina Almedia, quien ha conducido el acto. Villarejo ha criticado que el Supremo se niegue a «anular» las sentencias de los Consejos de Guerra y ha denunciado que existen 2.311 fosas comunes en España en donde yacen miles de desaparecidos.

Por su parte, Cristina Almeida ha ejercido de presentadora y ha afirmado que mientras haya cadáveres enterrados en las cunetas, «siempre habrá heridas abiertas», y ha animado a la gente a que se unan a la petición de la Comisión.

Garzón: «No se puede construir el futuro sobre cientos de miles de cadáveres» (enlace Público.es)