La mujer, la memoria histórica y las dos caras de la moneda.

julio 20, 2013

Dos historias diferentes, un mismo padecer y sufrimiento. ¿Quién es el culpable? Da lo mismo, lo importante ahora es escucharlas a ellas para poder entenderlas; y quizás, los demás aprendamos algo y nos sirva para empatizar e iniciar ese proceso tan esperado de reparación, reconciliación, pero sin odios, sin olvido y con perdón. Dos mujeres dos historias, mil mujeres mil historias, millones de mujeres son la historia de un país, de nuestro país.

Hay un hecho innegable en la historia de nuestro país, hay una época de la misma a la que podemos considerar la etapa más oscura de ella; y eso, que ya desde tiempos pretéritos nuestra historia se escribe con sangre.

La “Guerra Civil” (a mí siempre me pareció un eufemismo y prefiero denominarla la…”Guerra incivilizada”) como todas las historias tiene un hechos irrefutables, los que sucedieron; pero los motivos, circunstancias, implicaciones y las visones que llevaron a esos acontecimientos pueden variar según le haya ido el baile a unos u otros, lo que sí está claro, es que hay como en casi todas las cosas de la vida difeerntes lecturas o  visiones, es como una moneda; y por tanto siempre hay dos caras. Pero, al fin y al cabo, la historia siempre la escriben los vencedores y,  los vencidos son las víctimas de estos mismos. Aún así, eso no significa que no hayan damnificados en ambas facciones, las vencidas y leales a la legitimidad vigente lo fueron en mayor número y forma y los partidarios de los golpistas salvapatrias también sufrieron en las zonas dominadas por el ejército popular republicano su particular calvario. Ambos sufrieron en sus propias carnes la insidia de la violencia, la sinrazón y el oscurantismo del ser humano, sea por interés, por dogma o váyase usted a saber el porqué ; y lo que es peor, por sendas partes se cometieron injusticias en inocentes, entre ellos los niños y, sobre todo las mujeres de este país. Eso no exime de responsabilidad a ninguno de los dos bandos, el golpista, y el gubernamental que tuvo el soporte de una mayoría de la población civil. La barbarie y la injusticia no entienden de colores.

Pero la “ilegitimidad del golpe de Estado”, la “represión salvaje” llevada a cabo durante y posteriormente a la Guerra Civil por los vencedores créó un nuevo orden con la instauración de un sistema de control civil basado en la falta de libertades, miedo, represión, adoctrinamiento  y el sistema de imposiciones entretejido en todos los estratos del poder por el llamado Movimiento Nacional, que han dejado a España sin poder cerrar una de sus etapas históricas más lamentables. No pretendo hacer juicio de valor al respecto, aunque haya dado mi visión a favor de la República de soslayo; entre otras cosas, porque el vencido es el que paga los platos rotos y el número de casos de violencia, represión, vejaciones, adoctrinamiento, exiliados, encarcelados, etc., ya sabemos a quién le corresponde por desgracia en saldo mayoritario y negativo. Ésa, también es una realidad. Como las de las cuentas, barrancos y fosas comunes sin reconocer todavía. Eso crea un hecho diferencial y agravio comparativo entre unos y otros que hay que solventar para pasar página.

Pero hoy os voy a presentar dos historias de las muchas que acontecieron en aquella España desde los fatídicos 17 y 18 de julio de 1936 y que se engloban en el período del enfrentamiento entre el bando sublevado y los defensores del gobierno legal de la II República (no voy a entrar a analizar las circunstancias, modos y formas que llevaron a tales hechos, simplemente me remito a lo objetivamente acontecido y demostrado por los datos y los hechos históricos); ya que posteriormente, el intervalo de espacio que supuso la posguerra con sus diferentes ciclos; desde la dictadura más cruel a la mal llamada «dictablanda» o era menos represiva del régimen franquista y que fue un intento aperturista del régimen caudillista de Franco que coincidió con su declive y final hasta llegar a la muerte del dictador y posterior transición a la democracia. Acciones que dejaron su impronta hasta el día de hoy.

Teniendo al día de hoy esta  cuenta pendiente por saldar todavía, me refiero al Estado con TODAS las víctimas de la Guerra, posguerra y represión franquista o republicana (aunque en este caso casi fue saldada). Y que nunca se saldará, ni habrá perdón si no se inicia un verdadero proceso de reparación y reconciliación con voluntad política. El tiempo ha pasado y todos nos merecemos descansar en paz, libertad y fraternalmente, pero sin olvidar lo acontecido. Es el único modo de que no vuelva a repetir.

Como siempre la moneda tiene dos caras, pero en esta moneda memorialista ambas caras son femeninas, quizás sea el modo de comprender mejor que la guerra las hacemos los hombres y que el coste lo pagan nuestras hacedoras. Insisto, la memoria no puede ser recuperada sino es completamente, y para ello, se deben reconocer y juzgar los hechos desde las dos facciones independientemente del resultado final que fue muy desfavorable por goleada al gobierno tricolor.

La memoria histórica en boca de las mujeres que la padecieron tanto o más que los combatientes, la memoria de las olvidadas, sufridas, vejadas, abandonadas, olvidadas, violadas, encarceladas, maltratadas, asesinadas, asustadas, huídas, etc., etc. Nuestras bisabuelas, abuelas, madres, tías, hermanas, las de ellas… las que en tiempo de guerra son dobles víctimas, las mujeres. ¡Por la justicia, verdad, reparación y la memoria…! Vaya en esta fecha tan señalada después de 77 años del alzamiento o golpe de Estado, del inicio de la “Guerra Incivil” mi más sincero y sentido homenaje a ellas, a todas las que fueron víctimas sin importarme si fueron rojas o azules, sólo el daño que padecieron. A ellas la historia no las juzgará, los juzgará a ellos, y con alguna excepción algunas serán oídas y recordadas, pero la mayoría seguirán olvidadas y muchas de ellas morirán en el silencio de sus malos sueños y temores sin que nadie se lo haya reconocido.

Soy memorialista, republicano confeso; pero ante todo soy un ser humano que cree en la libertad, la justicia y la igualdad, y hasta en esto, ellas pierden… ¡Por las mujeres, por todas las mujeres que padecieron la crueldad e inconsciencia del hombre! Sirva esto como mi pqueño homenaje a todas.

Jordi Carreño Crispín

Vicepresidente de la Memoria Viv@

1ª HISTORIA:

Ibón S.Rosales jueves, 18/07/13

La niña de la Guerra Civil que creció haciendo de espía para los franquistas…

  • A sus 93 años, María José del Pino recuerda el inicio de la Guerra Civil Española en el 77 aniversario del alzamiento nacional.
  • Llevó información a un prófugo franquista, soportó bombardeos y lo que llama «el amor libre de la República», esta es su historia.

 

Maria José del Pino Ferrer a los 17 años

María José del Pino tiene 93 años, pero aún recuerda con nitidez cómo un día hace hoy 77 años vio que, con patadas y empujones, sacaban de casa a sus vecinos en Málaga para nunca volver a verlos. Se los llevaron a dar ‘el paseo’. Su destino, una cuneta. Su final, una bala en la nuca. Había comenzado la Guerra civil.

El ejército liderado por el General Francisco Franco, que se levantó en armas contra el gobierno de la II República entre el 17 y el 18 de julio de 1936. Málaga pasó los nueve primeros meses con el bando republicano, nueve duros y catastróficos meses para esta abuela de familia conservadora.

«Mataron a dos amigos, los Barceló. Les pillaron repartiendo propaganda falangista y no lo dudaron ni un momento. Tenían solo 17 años», cuenta tranquila sentada en el sillón del salón de su casa en Madrid, donde lleva viviendo en Madrid desde que se casó con su ya fallecido marido, un oficial del ejército del aire.

Poco a poco, el miedo se fue extendiendo por las calles de la ciudad andaluza. María José tenía pavor dentro y fuera de casa. No había apenas comida. Los milicianos habían robado todas las gallinas de su casa para alimentar al ejército republicano. Ella y sus hermanos caminaban hasta la playa para coger los peces que se salían de las redes de los pescadores, los llevaban a su casa en cubos y su madre los cocinaba.

Además, estaban los bombardeos. «Íbamos a casa de nuestros vecinos los holandeses. Era el sitio más seguro al que podíamos acudir porque tenían la bandera holandesa». A María José aún le brillan los ojos, al recordarlo. «Empezábamos a sentir un ruido, y mi madre ya no soltaba el rosario en toda la noche…».

María José del Pino Ferrer en su casa de Moncloa

Durante aquellos meses María José, que aún no había cumplido la mayoría de edad, incluso tuvo que hacer de espía para el bando Nacional. “Mi padre tenía un amigo escondido en un bidón de agua que solo podía salir de noche. De día le buscaban para matarle», recuerda.

Todas las noches, apagaban las luces de casa y su padre se ponía los cascos de galena para escuchar la radio franquista, con extrema precaución, si te cogían los republicanos te mataban.

Su padre tomaba nota de los sitios por donde estaban pasando las tropas sublevadas y qué zonas de España estaban ya tomadas por el ejército. Después, le daba esas notas a su hija que se las escondía en el escote. Su cometido al día siguiente era llevarlas hasta el bidón de agua donde estaba el amigo de su padre escondido.

El ‘amor libre’ de la República

María José sufrió también en sus carnes lo que llama «el amor libre de la República». Según cuenta, consistía en que, si a un chico le gustabas, éste te llevaba consigo y te convertías en su propiedad, obligada a todo lo que él quisiera.

Un día se encontraba sentada en el tranvía cuando un joven miliciano comenzó a mirarla. Los ojos del chico recorrían su cuerpo de arriba abajo y su sonrisa la asustó. Comenzó a ponerse muy nerviosa. Se cambió de asiento, pero la persiguió, y comenzó a decirle que se fuera con él.

Asustada pero valiente, esperó a que el tranvía redujera la velocidad en una curva y saltó. No miró atrás, comenzó a correr todo lo que sus piernas le dejaron.

Una liberación

Pero el momento en el que más miedo pasó, y vio la muerte más de cerca, fue el día en que los nacionales ‘liberaron’ Málaga. Queipo de Llano, locutor de la radio franquista, anunció que las tropas estaban ya a las puertas de Málaga. A la anciana todavía se le ponen los pelos de punta cuando lo cuenta: «Nuestro mayor miedo era que hicieran la guerra dentro de la ciudad».

Estaba toda su familia con sus amigos holandeses, esperando. Empezaron a escuchar un ruido extraño. No eran bombas ni disparos. El ruido se hizo cada vez más audible y fue entonces cuando escucharon unos gritos: ‘¡Viva España, malagueños salgan de sus casas!’. Eran tanques, el ejército de Franco estaba entrando a la ciudad.

http://www.lainformacion.com/

2ª HISTORIA:

‘Las silenciadas’, la otra voz de la guerrilla antifranquista…

  • El documental ‘Las Silenciadas’ rescata a las mujeres de la resistencia
  • El director Pablo Ces da protagonismo a seis de ellas y a sus familias
  • La figura femenina fue clave tanto como enlace como de guerrilleras armadas
  • La Historia de España obvia la contribución de la mujer a la guerrilla
  • La historiadora Aurora Marco ha recogido sus testimonios en un libro

Natalia Puga | Vilagarcía de Arousa

Actualizado domingo 01/05/2011

Consuelo Rodríguez López, ‘Chelo’, pertenecía a una familia gallega de nueve miembros: sus padres y siete hermanos. La represión franquista posterior a la Guerra Civil le arrebató a sus padres (fueron asesinados tras la contienda) y a cuatro hermanos. Estas dramáticas circunstancias le hicieron reaccionar y pasarse al otro lado, al de la resistencia. Se convirtió en un enlace entre la ‘guerrilla’, que permanecía oculta en el monte con el resto de los opositores al régimen, pero acabó siendo identificada también por la Guardia Civil, de forma que se vio obligada a huir y esconderse en las montañas de Lugo. Allí le esperaban más desgracias. Participó en varios tiroteos y en uno de ellos falleció en sus brazos su ‘marido del bosque’. Después se exilió en Francia, donde vivió oculta hasta el fin de la dictadura.

‘Chelo’ tiene 91 años y sigue viva, pero no ha vuelto a Galicia. Sigue viviendo en Francia y allí le ha trasladado a su hijo sus experiencias y sufrimientos. Los testimonios de ambos son el nudo central del primer largometraje documental que se ha atrevido a narrar esa parte oculta de la historia de España, la de la resistencia, desde la óptica de la mujer. Porque ellas también jugaron un papel muy importante para que en Galicia los opositores al régimen mantuviesen una guerrilla activa hasta bien entrados los años 50, pero «apenas existe documentación sobre estas figuras claves en este momento histórico». A partir de las investigaciones de Aurora Marco, su madre, el joven director Pablo Ces les ha dado voz en un audiovisual con un título que resume perfectamente cómo fue la vida de estas mujeres, ‘As Silenciadas’ (‘Las Silenciadas’).

Esta mujer y sus desgarradores testimonios pueden aportar mucho a la historia de España. «Yo tengo 32 años y lo que me enseñaron en la escuela no tiene nada que ver con lo que aprendí ahora, a mí me enseñaron que la guerra en Galicia había sido rápida, pero fue uno de los sitios en donde más duró, hasta bien entrados los 50«, relata Pablo Ces, que da a una de las pocas guerrilleras que siguen vivas un protagonismo especial no sólo en su documental, sino también su página web. Una frase de ‘Chelo’ es su carta de presentación.

Familia de Consuelo Rodríguez López, 'Chelo', en O Barco de Valdeorras.

Familia de Consuelo Rodríguez López, ‘Chelo’, en O Barco de Valdeorras.

«Para mí fue un orgullo participar en aquella lucha. Fui varios años enlace y después pase a la guerrilla del monte, con armas y luchando con ellos. No queríamos el fascismo, luchábamos por la libertad, contra Franco. Los fascistas nunca nos pondrán en el lugar que nos corresponde, siempre nos rebajarán. Las guerrilleras éramos como todas las mujeres y nada teníamos que ver con la imagen que tenían de nosotras. Sabíamos cuál era nuestra lucha. Éramos dueñas de nuestros actos y no teníamos que dar explicaciones a nadie», describe esta particular heroína que se integró en el primer grupo organizado de guerrilleros que surgió en la España de la época: la Federación de Guerrillas León-Galicia.

Historias de vida

Su vida no es la única que protagoniza ‘Las Silenciadas’. Pablo Ces, que ha visto realidad su proyecto gracias a la productora gallega Mr Misto Films, ha querido recuperar «historias de vida de numerosas mujeres que vivieron en la clandestinidad y apoyaron el movimiento guerrillero. Por defenderlo, fueron duramente represaliadas: muerte, cárcel, tortura física y psicológica, exilio…». Recoge tres perfiles: «las que sufrieron la represión por ser la mujer de, las que eran enlaces o guerrilleras de llano y las que se echaron al monte y cogieron las armas».

Antonia Rodríguez y Clarisa Rodríguez, violada y asesinada estando embarazada.

Antonia Rodríguez y Clarisa Rodríguez, violada y asesinada estando embarazada.

La familia Valle Valle es otra de las protagonistas. Clotilde Valle, la cuñada del guerrillero ‘Bailarín’ cuenta la historia de la mujer del combatiente, su suegra, sus tres hermanas y su prima, que sufrieron represalias por estar emparentadas con él. «Sufrimos mucho, pasábamos mucho miedo porque cuando nos mandaban ir al cuartel ya pensábamos que podía pasar cualquier cosa», describe.

Dos enlaces de la zona de Meira, Clarisa Rodríguez y Carmen Geres, son las siguientes protagonistas. Una de ellas fue asesinada en unas circunstancias escalofriantes: «La llevaron para interrogarla y cuando apareció el cadáver estaba embarazada, la violaron y luego la mataron y dejaron en una cuneta. Nos cuenta la historia su hijo», explica el director.

Borradas de la historia

«Hubo un gran sector de la población que apoyó a esta guerrilla, si no no habría durado lo que duró y todo esto se desconoce. Mucho menos se sabe de las mujeres, que hicieron tanto labores de intendencia (trasladaban cartas, notas, armas; avisaban de los movimientos de la Guardia Civil, abrían casas de apoyo…) como algunas llegaron a coger los fusiles. A pesar de ser la columna vertebral de la resistencia antifranquista, siguen siendo ignoradas o olvidadas», indica. En este sentido, el documental, además de innovador, es pionero, pues hasta el momento la documentación que había en Galicia al respecto se limitaba a un libro reciente sobre la guerrillera Enriqueta Otero Blanco, María Dolores, y a algunas notas sueltas sobre otras resistentes.

Carmen Fernández Seguín, en la cárcel de Segovia.

Carmen Fernández Seguín, en la cárcel de Segovia.

«No hay ningún trabajo de conjunto que aborde su participación en aquellos años de la década de 1940, porque el silencio y los condicionantes de género ocultaron o borraron su historia», indican desde Mister Misto, por eso Pablo Ces ha querido aportar «un granito arena para que salga a la luz la historia, para que se sepa lo que ocurrió, sin levantar polvaredas, no para levantar heridas, sino para cerrarlas».

Carmen Rodríguez Nogueira es otra de sus historias. En su caso, «no fue enlace, pero le fusilaron al marido por ser republicano y los amigos del marido empezaron a ir por su casa para esconderse», cuenta. «Al final sufrió torturas y estuvo en la cárcel. Entrevistamos a su hijo y a sus nietas y fue muy emotivo, en especial cuando nos cuentan que de las palizas que le dieron tenía el cuerpo tan destrozado que con solo tocarle le salían cardenales».

El hijo de Carmen Fernández, enlace y guerrillera, relata los 13 años de su madre en prisión. Y el hermano pequeño de la familia de Os Buzos de Mugardos, Guillermo Gallego Abeledo, cuenta cómo sus tres hermanas mayores y su madre colaboraron con la guerrilla y acabaron pasando diez y doce años en la cárcel, para luego exiliarse.

El hilo conductor de todas estas historias son los historiadores Bernardo Maiz y Aurora Marco, que van hilvanando estas vidas con los acontecimientos ocurridos en la época de la posguerra en Galicia. La cinta se proyectó este sábado 30 de abril en la sede de la productora Mr Misto en el municipio de Vilagarcía de Arousa. La entrada era gratuita, «al terminar la proyección pone a disposición del público la ‘caldereta’, para aportar la cantidad de la entrada voluntaria según el gusto del espectador», cuenta Ces.

http://www.elmundo.es/elmundo/2011/05/01/galicia/1304248966.html


BUENAVENTURA DURRUTI

julio 1, 2013

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Jueves 4 de julio de 2013, a las 20:00h.

V.O. francés, subt. castellano.
Entrada libre hasta completar aforo.
 Teatro del Institut français de España en Madrid C/ Marqués de la Ensenada, 10 – 28004 Madrid  (Metro Colón)
En el marco del Seminario Internacional “El relato a prueba del pasado (2): imágenes de archivos y testimonios” organizado por la Casa de Velázquez.
Encuentro con Jean-Louis Comolli y Ginette Lavigne.
Sinopsis: El filme evoca el anarquista español Buenaventura Durruti, los años que precedieron a la Guerra de España y la primera fase del conflicto. Más que una biografía de Durruti, la película de Jean-Louis Comolli retrata un período histórico revolucionario, trazando la historia de la CNT, la gran central anarcosindicalista española, con más de un millón de afiliados en los años treinta, y la experiencia del comunismo libertario. Durruti es un filme sobre un vacío y una ausencia. ¿Qué queda hoy del anarquismo español? ¿Qué sobrevivió a la guerra, al franquismo, al exilio y al olvido? Comolli narra la historia de esa ausencia a través del registro de los ensayos de un grupo teatral catalán, Els Joglars, dirigido por Albert Boadella, combinado con el recurso creativo de imágenes y documentos de archivo, y cuestionando permanentemente los procesos de representación de la historia.
Jean-Louis Comolli: es realizador, teórico, crítico y profesor universitario. Referente fundamental del pensamiento y realización en el cine documental contemporáneo. Su carrera como cineasta se inició con La Cecilia (1975). Ha enseñado en universidades de Belo Horizonte, Barcelona, Estrasburgo, Ginebra, París, entre otras. Escribe en publicaciones como Trafic, Images documentaires, La imagen, Le Monde, Jazz Magazine, etc. Autor de La ville filmée (1994, con Gérard Althabe), Arret
sur l’histoire (1997, con Jacques Rancière), Filmar para ver (2001), y Ver y Poder (2007).