La Memoria Histórica y el día de la marmota.

septiembre 15, 2013

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Van pasando los días, meses y años, así hasta sumar los setenta y siete años, un mes y quince días en el que el tiempo se detuvo en el reloj republicano español desde aquel maléfico 18 de julio de 1936 en que un grupo de “salvapatrias” se levantaron en armas y con fuego y sangre impusieron su supremacía fascista ante sus propios hermanos escribiendo así las páginas más negras de nuestra historia hasta nuestros días.

 El tiempo pasa inescrutablemente y las gentes y los paisajes cambian, pero la memoria y el olvido siguen igual. Anclados en el tiempo de la vergüenza y la represión, el tiempo del asesinato impune, de la injusticia impuesta por los símbolos de Dios, la patria y el Caudillo; del exilio y la separación; de las persecuciones y las vejaciones; de los paseos nocturnos y los desaparecidos; de las cunetas, fosas y cementerios esparcidos por toda la tierra de los hijos de la piel de toro; del tiempo del silencio y el miedo; del olvido a la fuerza y la desmemoria histórica. El tiempo de borrar el pasado como si nada hubiera sucedido, como si las vidas no hubieran existido y como si todo aquello estuviese a años luz de las nuestras.

 Pero la realidad es muy diferente pese al tiempo que ha pasado, porque la sangre de aquellos que fueron vencidos sigue derramándose cada día en la memoria de sus predecesores, el dolor pasa de generación en generación, de padres y madres a hijos, y de estos a los suyos y así sucesivamente como la única herencia que pueden dejar aquellos que ya no están. Solo pueden dejarnos la memoria y la dignidad perdida por los que se marcharon, desaparecieron, perdieron todos sus bienes y la libertad o murieron defendiendo la legalidad rojigüalda y morada.

Seguimos levantándonos cada mañana viendo la soga del pasado en nuestro presente con la presencia de las reminiscencias plantadas en el sistema por el franquismo, por el silencio de los gobiernos en democracia que han obviado hacer memoria mirando hacia otro lado y a base de eufemismos, con una cobardía supina que solo es merecedora del desprecio y descrédito que el pueblo siente por unos gobernantes preocupados más por sus sillones y cuentas bancarias que por sus propios electores. Y así llegamos a los capítulos donde cualquier acto que implique el reconocimiento o la reparación del daño causado es cercenado por esos dirigentes zafios y ladinos, cobardes e hipócritas que nos mantienen la memoria anclada en el mismo día que todo empezó. Y nos despertamos una y otra vez en el mismo lugar, como si tratáramos de despertar el día de la marmota para repetir una y otra vez los mismos errores: la injusticia del olvido, la injusticia del derecho y la injusticia de la mentira y la injusticia de la impunidad.

Y así es como los memorialistas revivimos cada día nuestro particular día de la Memoria Histórica y particular día de la marmota, intentando cambiar pequeñas cosas que nos permitan despertar finalmente de la pesadilla del olvido y así podamos de una vez pasar página haciendo justicia y honor a la historia con la verdad completa y no capada por el águila imperial o el yugo y las flechas como nos han recordado estos días. Pasar página para perdonar y sin olvidar nunca lo acontecido continuar con nuestras vidas hacia un futuro diferente sin tener que repetir un día tras otro esos anhelos de “Verdad, justicia y reparación”; para seguir caminando por una España moderna.

 Jordi Carreño Crispín

Vicepresidente de la A.I. La memoria Viv@

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PP y PSOE impiden el derribo de una cruz franquista en Vigo

septiembre 15, 2013

El PSOE ha reconocido un pacto con el Obispado que incluía el mantenimiento de la cruz

La cruz del monte vigués de O Castro / LALO R. VILLAR

El BNG se ha quedado soloen su pretensión de demoler la gran cruz del monte vigués de O Castro. El rechazo del PP y la abstención del PSOE han impedido que prosperase en el pleno municipal una moción nacionalista que instaba al Gobierno local a derribar la denominada Cruz de los Caídos, inaugurada por Franco en 1961. Socialistas y populares se han referido a una acuerdo del Ayuntamiento de 1981 en el que se decidió que el monumento representara a todos los caídos en la guerra civil para justificar su rechazo a la iniciativa.

La moción, defendida por la portavoz del BNG, Iolanda Veloso, instaba al gobierno local a eliminar de la ladera del monte de O Castro, enfrente mismo del Ayuntamiento, un símbolo que “no es un monumento religioso ni un homenaje a todos los caídos, sino un emblema fascista”. El BNG pretendía cumplir así la Ley de Memoria Histórica, aprobada por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.

El concejal del PSOE Carlos López Font ha reivindicado que los socialistas “siempre han estado preocupados por la memoria histórica”, y ha repasado las actuaciones del gobierno local para dar cumplimiento a la citada ley, como la retirada de símbolos de fachadas de edificios institucionales o religiosos. Sin embargo, ha apuntado que “la fijación puede convertir en un símbolo lo que no lo es”, en alusión al acuerdo de 1981. “Hoy, la cruz de O Castro es solo eso, una cruz”, ha sentenciado. En su intervención, Font ha reconocido implícitamente un pacto con el Obispado que incluía el mantenimiento de la cruz en el céntrico monte vigués, en contrapartida por la retirada de los símbolos falangistas de las iglesias. El concejal del PP Roberto Relova, mientras, se ha limitado a precisar que el grupo popular declara “un apoyo total” al acuerdo municipal de 1981.

Veloso ha replicado a PP y PSOE que el acuerdo de junio de 1981 fue un intento de “reescribir la historia”. “Tirar la cruz de O Castro es una cuestión de justicia”, ha reclamado, para lamentar que en Vigo persistan “vestigios” de la dictadura cinco años después de que se promulgara la Ley de Memoria Histórica.

La moción rechazada incluía la eliminación de distintas referencias franquistas del callejero de Vigo y su sustitución por nombres de “personas republicanas luchadoras”. Reclamaba asimismo la colocación de un panel de advertencia próximo a los restos del capitán Carrero, quien en agosto de 1936 mandó el pelotón de ejecución que acabó con la vida del alcalde de Vigo, Emilio Martínez Garrido, y de otros siete socialistas y republicanos, que indique “que fue un criminal fascista”. Otro de los puntos de la iniciativa, que el BNG ha rechazado votar por separado, como le solicitaba el PSOE, consistía en adherirse al proceso judicial en Argentina contra los delitos de genocidios cometidos por la dictadura franquista.

http://ccaa.elpais.com/ccaa/2013/09/09/galicia/1378749871_316642.html


‘De aquellos polvos vienen estos lodos’: los gestos franquistas no sólo son de los ‘cachorros populares’

septiembre 15, 2013

Un alcalde del PP en Ourense presume del ‘Cara al Sol’ en la sintonía de su móvil y tiene en su despacho un retrato de Franco.

El alcalde de Beade, en Ourense, Senén Pousa (PP). EFE/Archivo

Altos cargos del PP han tenido que salir a desligar al partido de los gestos franquistas  de varios dirigentes de Nuevas Generaciones que han circulado por las redes sociales y de los que ELPLURAL.COM se ha hecho eco. Ayer mismo destapábamos el pasado fascista del coordinador General de Presidencia de la Junta de Andalucía, Juan Parejo, que se fotografió en su adolescencia haciendo el saludo nazi. Tras ser descubierto, se justificó hablando de un error de juventud.

Un alcalde con el Cara al Sol
Sin embargo, no se trata sólo de expresiones de esa organización juvenil. Ya se sabe que de aquellos polvos vienen estos lodos. Provienen, también, de personas que ocupan cargos institucionales, como es el caso del alcalde de Beade, en Ourense, Senén Pousa, que presume de tener en su móvil como sintonía principal el Cara al sol y tiene en su despacho un retrato de Franco. La oposición pide su dimisión.

Misas en honor de Franco y retrato del dictador
Anova, de Alternativa Galega de Esquerda (AGE), ha criticado en un comunicado los “desmanes fascistas” del alcalde de Beade, a quien acusan de “presumir” de tener “el Cara al sol” como tono de móvil, un hecho que “no se puede permitir”, porque es hacer “apología del fascismo y del dictador”, y ha recordado que a partir del próximo 1 de diciembre podrán ser sancionados los Estados que no penalicen el fascismo.

Anova ha exigido la dimisión de Senén Pousa así como la retirada de subvenciones al Ayuntamiento hasta que no se solvente esta situación y “se respete la Ley de Memoria Histórica” por un alcalde que es “conocido” en la provincia, entre otras cuestiones, por presenciar misas en honor de Franco y tener un retrato del dictador en su despacho.

Xuventudes Socialistas dice que no se puede consentir estos actos en una democracia
Para las Xuventudes Socialistas de Galicia (XSG), “en una democracia no se puede consentir que un municipio esté en las manos de un hombre que tiene un retrato de un dictador en su despacho y se jacte de haber dado misas en los aniversarios de su muerte”, apuntan en un comunicado.

BNG pedirá la reprobación de Pousa
En el mismo sentido, el BNG anunció que presentará una iniciativa la próxima semana en el Parlamento de Galicia para pedir la reprobación del alcalde de Baralla y, por extensión, del regidor de Beade, por sus últimas declaraciones. Según la diputada del BNG en la provincia de Ourense, Tereixa Paz, es “lamentable” que se sigan aceptando este tipo de manifestaciones, que representan prácticamente “apología” del régimen franquista.

La diputada de BNG ha mostrado su “sorpresa” por la “permisividad” de la dirección del PPdeG al no condenar este tipo de actitudes que “no son aisladas”, en el seno del partido.

El alcalde dice que es una polémica creada “por unos cuantos”
El alcalde, en cambio, se lo toma con calma y se resite a entrar en la polémica, que, según afirma, ha sido creada “por unos cuantos”.  Senén Pousa ha advertido a los críticos que  él también “podría responder a algunos de forma ofensiva”. En declaraciones a EFE, ha asegurado que no le “preocupa lo que se pueda decir” de él. “Soy dueño de mi vida” y, por tanto, “sé lo que digo y lo que hago”, ha añadido.

http://www.elplural.com/2013/09/13/de-aquellos-polvos-vienen-estos-lodos-los-gestos-franquistas-no-vienen-solo-de-los-cachorros-populares/


Las víctimas de Ribadelago también son memoria histórica

septiembre 15, 2013
Público, – 14 septiembre 2013

La rotura en 1959 de la presa de la Vega de Tera, que acabó con la vida de 144 vecinos, se debió a fallos en la construcción. La empresa Moncabril tuvo que pagar casi 20 millones de pesetas en indemnizaciones, pero los responsables fueron absueltos tras recurrir la sentencia. El régimen mandó alzar un nuevo pueblo: Ribadelago de Franco.

Felipe el Ciego, con el bebé en brazos, y parte de su familia, que lograron sobrevivir.

Felipe el Ciego, con el bebé en brazos, y parte de su familia, que lograron sobrevivir.

FÉLIX POBLACIÓN Madrid 14/09/2013

Quienes visiten el atrayente Parque Natural del Lago de Sanabria y Alrededores y mantengan una mínima relación con sus lugareños, siempre encontrarán en sus charlas una referencia a la tragedia humana vivida en la localidad de Ribadelago una fría noche de enero de 1959. La rotura de la presa de la Vega del Tera, mientras el pueblo dormía, acabó con la vida de 144 vecinos, de los que solo se recuperaron 28 cadáveres. Los restantes quedaron sumergidos en las profundidades del lago glaciar, pues como expusieron públicamente las autoridades del viejo régimen, tan sagrada es la tierra como el agua para enterrar a los muertos. Eso sí, después de que los equipos de submarinistas se retirasen, esas mismas autoridades decretaron prohibir la pesca en el lago.

La rotura de la presa, colmada por las abundantes lluvias invernales, se debió a fallos en la construcción y a la mala calidad de los materiales empleados. Los propios vecinos del pueblo eran conscientes de la chapuza, pues se percibían filtraciones de agua de hasta 10 centímetros. Todo ello trajo consigo el estruendo que se dejó oír aquella gélida noche en que el termómetro marcaba 18 grados bajo cero. Más de ocho millones de metros cúbicos de agua se deslizaron como una ruidosa tronada por un desnivel de casi 400 metros, arrasando sobre todo la parte izquierda del pueblo -situado a ocho kilómetros-  bajo una ola de nueve metros de altura, cargada de barro, hielo y rocas. Quienes conozcan la zona y hayan observado la placidez de las noches de estío y la sonoridad que tienen en el valle las esquilas del ganado, se podrán imaginar el estruendo de aquel montaraz tsunami, así como lo repentino e intenso del pánico que asaltaría el sueño del vecindario para convertirlo en la más inusitada y atroz de las pesadillas.

 

Y después, la emigración y la pesadilla pegada a la memoria

Ángel, que tenía once años entonces, me cuenta in situ que perdió trece familiares esa noche y que él se salvó porque no durmió con el resto de sus primos en la casa de la abuela. “En aquellos años no se gastaban psicólogos, así que los que éramos chavales hemos tenido que vivir para siempre con el recuerdo muy vivo de aquella desgracia, bien pegado a la memoria. Mi mujer todavía tiene pesadillas por las noches y debo despertarla. Nunca olvidaré el aspecto del pueblo a la mañana siguiente, con los cadáveres flotando en el agua o tirados por cualquier parte. Hubo vecinos que se salvaron por subir a la espadaña de la iglesia. Murieron más mujeres y niños que hombres porque muchos hombres trabajaban de aquella en Galicia”

Los nombres femeninos, en efecto, son mayoría en la lista inscrita en el modesto monumento que recuerda el hecho, situado frente al mismo cañón del río Tera por donde les llegó la muerte. La empresa Moncabril fue condenada a pagar casi 20 millones de pesetas para indemnizar a las víctimas, pero muchas de esas indemnizaciones no se hicieron efectivas por la desaparición en el lago de la mayor parte de los fallecidos. Las que se entregaron se establecieron según un baremo que valoraba a los hombres en 95.000 pesetas, a las mujeres en 80.000 y a los niños en 25.000. Al director, dos ingenieros y un perito de la citada empresa se les condenó a un año de cárcel, pero tras recurrir fueron absueltos.

El viejo régimen hizo construir un nuevo pueblo, cercano al arrasado, al que puso por nombre Ribadelago de Franco, en agradecimiento al dictador, y que se supone debe llamarse ya oficialmente Ribadelago Nuevo, tal como figura en el rótulo de la carretera.

Su trazado urbano y tipo de construcción prefabricada responden con sus casas blancas y sus patios encalados al de cualquier pueblecito andaluz. Levantado en una zona donde no da el sol en invierno, y teniendo en cuenta las bajas temperaturas de la montaña, es lógico que una parte de la población haya retornado al viejo emplazamiento.

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Por un Museo de la Memoria en Ribadelago

Acuciados por la desolación y la atroz vivencia sobrevenidas, buena parte del vecindario de Ribadelago se vio obligado a emigrar a otros puntos del país, como la familia de Ángel que lo hizo al País Vasco. “Si esto de Ribadelago hubiese ocurrido en otro lugar de España -nada le digo si hubiera sido en Euskadi o Cataluña-, se recordaría mucho más, pero Zamora sigue siendo la provincia del olvido, antes y ahora, antes porque callábamos por fuerza y ahora porque los políticos no cumplen lo que prometen y la gente no se lo exige”.

Se había pensado en un Museo de la Memoria de Ribadelago, coincidiendo con los cincuenta años de la catástrofe. Para ello, la Asociación Hijos de Ribadelago dispone de un buen material documental que ya ha sido expuesto en varias ciudades del país. Tal museo, que debería haber sido inaugurado el año pasado, sería un homenaje a las víctimas y podría atraer a muchos visitantes de la zona, sigue pendiente. El alcalde pedáneo del pueblo, Alfredo Puente, recuerda que hasta vino el anterior delegado del Gobierno en Castilla y León hace un par de años para revisar el lugar donde se iba a montar, dado que el viejo albergue de la localidad fue cedido por la Diputación de Zamora al Gobierno anterior y este lo cedió a su vez al municipio con ese fin.

Mientras eso no ocurra, solo un pequeño y artesanal panel, en el centro de Interpretación del Monasterio de San Martín de Castañeda, informa al visitante  del Parque Natural del Lago de Sanabria de lo que ocurrió aquella fría noche de enero de 1959 en la vecina localidad sanabresa. En ese centro están las fotografías que tanto conmovieron a la opinión pública en su día, entre ellas la de la familia de Felipe el Ciego (Felipe San Román), que gracias a la ayuda de su mujer pudo salir con su bebé de catorce meses por un agujero abierto en la techumbre de pizarra, algo que la madre no pudo lograr. Es muy probable que esa fotografía haya inspirado el cartel del film de Mario Camus Los santos inocentes (1984). Más todavía que los desheredados personajes de la novela de Miguel Delibes, las víctimas de Ribadelago tienen bien merecido ese título. Rescatar su memoria sería como aliviar en parte el peso del olvido en que quedaron sumergidos, bajo las profundas aguas del lago, más de un centenar de cadáveres.

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http://www.publico.es/468068/las-victimas-de-ribadelago-tambien-son-memoria-historica


La importancia del acto de El Mazucu…

septiembre 15, 2013
Rubén Norniella, 12 Sep 2013 – 13 septiembre 2013

142802921La agresión al monolito demuestra la necesidad de poner en marcha el triple principio: verdad, justicia y reparación

 LA IMPORTANCIA DEL ACTO DE EL MAZUCU…

Un pueblo que olvida su historia es un pueblo sin futuro, ya que está condenado sin remisión a repetirla. Este aforismo resulta incuestionable cuando observamos hasta qué punto la Transición Política Española es ya un fracaso absoluto y la puesta en marcha de una segunda Transición es una evidencia cada vez menos cuestionada. En ese sentido, el acto que se va a celebrar este sábado en el Altu de El Mazucu se ofrece como un camino ineludible hacia la regeneración democrática.

Todos  los países europeos, incluso los latinoamericanos, que sufrieron el fascismo han realizado una ineludible catarsis democrática. El principio de “verdad, justicia y reparación” es el principio irrenunciable hacia una verdadera democracia.

En España no se estableció la verdad histórica sobre el franquismo, lo que ha permitido que el revisionismo histórico de pseudohistoriadores como Pio Moa traten de disfrazar lo ocurrido. Se recurre –como bien explicaba Gerardo Iglesias en la Mesa Redonda celebrada el pasado martes en Oviedo- a mentiras como que “en ambos bandos hubo cosas”, para tratar de igualar a los depositarios de la voluntad popular –la Republica-, con los golpistas que se alzaron contra dicha voluntad, con el apoyo del fascismo internacional –nazis y fascistas italianos-.

Tampoco se hizo justicia. Ni se juzgó al franquismo –ni siquiera ha habido una condena institucional al franquismo, ya que el PP lo ha impedido-, ni se anularon las sentencias del aquel Régimen. Algo que hace que los que lucharon por la única democracia plena que ha conocido España en toda su existencia, sean considerados legalmente como bandoleros. Curiosamente, esos mismos hombres son considerados héroes en toda Europa por su lucha contra el nazismo y han sido distinguidos con los máximos honores en la vecina Francia. Este hecho da una idea clara de nuestra calidad democrática.

Por último, tampoco ha existido una reparación a las víctimas. Al contrario: muchos de ellos continúan en las cunetas, no se ha realizado una investigación oficial sobre los asesinatos y desapariciones y el trabajo que debía realizar el Estado lo tienen que realizar penosamente y sin apenas recursos las Asociaciones Memorialistas. Tampoco se ha esclarecido ni reparado a las víctimas del trabajo esclavo, ni se han establecido indemnizaciones por parte de las empresas que se vieron favorecidas por dicho trabajo. Muchas de ellas son hoy algunas de las mayores y más prosperas empresas del país. Ahí tienen una de las claves por las cuales existe tanto miedo a la memoria histórica.

Además, las estructuras judiciales, económicas y financieras del franquismo han pervivido hasta hoy. La legalidad franquista sigue estando en vigor. Esa es la consecuencia de la máxima de Torcuato Suárez Miranda –el arquitecto asturiano de la Transición-: “de la ley a la ley”.

Ese pretendido paso de una dictadura fascista a una presunta democracia sin desmontar las estructuras de la dictadura tenían una consecuencia previsible aunque ignorada entonces: si  pervivían las estructuras, también lo harían los “vicios” del sistema, su corrupción… En esas estamos. Ahora, la crisis ha hecho reventar las alcantarillas del sistema y la mierda ha llegado a la calle.

Otra consecuencia lamentable de la Transición es la de ver como la difamación permanente que el franquismo hizo de la Republica continua hoy con la misma tónica. La II Republica supuso que, por primera vez en España, se pusieran en marcha reformas que ya se habían realizado en toda Europa tras la Revolución Francesa, pero que no llegaron a España, en la que manteníamos una estructura pseudofeudal. La resistencia a tales medidas por parte de dicha estructura, apoyadas por la derecha española –por la cual jamás pasaron las ideas de la Ilustración-, de corte integrista en lo religioso y nacional-centralista, en lo administrativo, fue tal que Gil Robles, líder de la Ceda, no tenía reparo alguno en amenazar en la prensa de la época, que acabarían con las citadas reformas “por las buenas o por las malas”. A ello se le sumaba la labor de la integrista iglesia católica española, que espoleaba a los suyos desde los púlpitos. La misma Iglesia que tuvo un labor protagonista –a veces, incluso, con pistola en mano- en la Represión. Jamás  han pedido perdón por esa participación.

Esa ignorancia no ha servido –sino todo lo contrario- para cerrar y cauterizar heridas, como se ha venido sosteniendo. La también muy manida frase de “esas cosas mejor no revolverlas” es una de las más lamentables de este periodo. Esta frase –como muy bien reseñaba Gerardo Iglesias el martes- no es sino una amenaza por parte de los vencedores de la Guerra. Si a esto lo llaman ellos “cerrar heridas”, ya me contaran ustedes…

Ahora, observamos como las  clases dirigentes europeas y mundiales están aboliendo a un ritmo frenético todas las conquistas sociales logradas por los trabajadores tras la II Guerra Mundial. Están haciendo exactamente lo mismo que lo que hizo la Ceda de Gil Robles durante el llamado “bienio negro” de la II Republica. No es nuevo: lo que está ocurriendo se parece como una gota de agua a otra a lo que ocurrió tras el “crack del 29” y que derivó después a la II Guerra Mundial.

Dicen que la Transición Española la diseñó Henry Kissinguer con el propio Franco. También se ha hablado muchas veces de la “conexión alemana”, una operación con Billy Brand a la cabeza, para refundar una socialdemocracia española “a la europea”. De hecho, tras el Congreso de Suresnes, el PSOE renovado logró desplazar al histórico. La deriva hacia posiciones liberales por parte del PSOE es un hecho indiscutible…

También el papel de Santiago Carrillo y el PCE ha sido ampliamente discutido. Su papel en la Transición ha sido muy cuestionado y está lleno de errores garrafales. La izquierda institucional española ha sido muchas veces cuestionada. Y no sin razón…

Por esto, porque si queremos tener de verdad una democracia sin corrupción, sin los viejos vicios de la dictadura, el establecimiento de una segunda Transición, en la que se pongan en valor los preceptos de “verdad, justicia y reparación” son absolutamente vitales. De ahí que el acto de este sábado en El Mazucu sea vital…

En estos momentos, rescatar la verdad y ponerla en el primer plano político de la actualidad es imprescindible. Es una labor previa para poder tener una democracia de calidad. El sábado se va a homenajear a los que combatieron por la única democracia plena que España ha conocido en toda su historia. Ellos lucharon por nuestros derechos, por un futuro mejor para nosotros. Y lo pagaron con su vida. Merecen nuestro eterno reconocimiento.

El acto sirve además como devolución de otro realizado en el municipio vasco de Larrabetxu, en el que recientemente se homenajeó a los combatientes asturianos que murieron en la batalla que se produjo en ese municipio. No es solo un homenaje a los combatientes vascos y asturianos, sino a todos los combatientes que dieron su vida en la batalla más importante del Frente Norte y que serviría de manera importantísima en cómo se combatiría en la II Guerra Mundial. La “Legión Condor” alemana fue determinante para que los rebeldes franquistas vencieran en aquella batalla.

Una placa fascista que homenajea a los aviadores nazis continua, incólume, en el Alto de El Mazucu desde hace 70 años. España debe de ser el único país en el que aún continúan en pié unos monumentos que son considerados delito en el resto de Europa….

Mientras tanto, el monolito colocado también en El Mazucu para homenajear a los combatientes republicanos ha sufrido un atentado fascista: la placa ha sido arrancada y el monolito se ha visto mancillado con una pintada franquista. Esto demuestra, una vez más, la necesidad de poner en marcha el triple principio: verdad, justicia y reparación.

Rubén Norniella,  Periodista y miembro de la Junta Directiva de FAMYR


Privatización de la memoria histórica

septiembre 15, 2013

El Ayuntamiento de Arganda del Rey (Madrid) impide a la ARMH la exhumación de una fosa común dentro del cementerio y asigna la tarea a la empresa privada Funespaña

Funespaña remite a las familias una factura de 700 euros para realizar la exhumación sin garantías en la identificación.

La familia de Guillermo Palmero Muñoz espera poder realizar la exhumación con garantías de recuperar sin ninguna duda los restos del miliciano muerto en la Batalla del Jarama. Foto: ARMH.

La familia de Guillermo Palmero Muñoz espera poder realizar la exhumación con garantías de recuperar, sin duda alguna, los restos del miliciano muerto en la Batalla del Jarama. Foto: ARMH.

Hace menos de dos años que Carmelo Palmero se enteró de que su tío Guillermo lleva 74 años enterrado en una fosa común del Cementerio Viejo de Arganda del Rey, en Madrid. Cuando tenía 17 años, Guillermo Palmero marchó voluntario de su pueblo de Miguelturra en Ciudad Real para defender la República. Y poco más supieron de él. Se integró en la columna PUA (Pro Unidad Antifascista) que fue disuelta en varias brigadas y, en una de ellas, le mandaron a la Batalla del Jarama en el frente de Arganda. A los pocos días, le pegaron un tiro.

«Mi padre y mi madre me cuentan –explica Carmelo– que mi abuela se murió llorando pensando dónde estaría su hijo». Ese recuerdo es el que empuja a Carmelo y a su padre Mamés a exhumar los restos de su tío y llevarlos de vuelta a Miguelturra. 74 años después.

Lo que no esperaban los familiares de dos de los tres hombres enterrados en la fosa bajo ninguna lápida ni placa –Alfonso Fernández-Cabrera y Francisco Villar son los dos restantes– es que Funespaña, la empresa privada concesionaria de la gestión del cementerio, les citara para la exhumación enviándoles una factura de 727,62 euros y una advertencia de que su empresa «no puede garantizarle que los restos exhumados sean realmente los de su familiar».

Cuando Carmelo recibió esta notificación de Funespaña, el Ayuntamiento de Arganda ya había desestimado en dos ocasiones la intervención de los arqueólogos, antropólogos forenses e historiadores de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH). Palmero no se niega a pagar, si es necesario, pero no entiende que no le den garantías de recuperar sin margen de error los restos cadavéricos de su tío, algo que la ARMH sí le garantiza con pruebas de ADN.

Carmelo se había decidido a contactar con esta asociación después de casi un año de silencio administrativo del Ayuntamiento argandés desde el inicio de los trámites a comienzos de 2012. Ya en 2013, y tras la incorporación de la ARMH al proceso, el Consistorio autorizó la exhumación pero indicó que sería Funespaña, la empresa más potente de nuestro país en servicios funerarios, recientemente absorbida por Mapfre, quien procedería a ella.

La asociación que preside Emilio Silva solicitó hasta en tres ocasiones encargarse de la exhumación, avalando su actuación con un informe de intervención adaptado a los protocolos internacionales, sin coste para el Ayuntamiento ni las familias. La última negativa la recibieron a finales de junio. En ella, el servicio de letrados del Ayuntamiento, gobernado por el PP, expone los siguientes motivos: «Consta hoja del Libro de Enterramientos en el que están perfectamente identificados la fila y la sepultura donde se encuentran los cuerpos en el Antiguo Cementerio Municipal de Arganda del Rey. Por lo que no se trata de una fosa común, sino de un enterramiento regular en un cementerio público».

En una carta de respuesta, la ARMH replica que, según Naciones Unidas, una fosa común es aquella que tiene más de un cuerpo. Y en esta se encuentran tres. El único dato que aporta el Libro de Enterramiento es el orden en el que fueron arrojados los cuerpos. Se desconoce si fueron enterrados en féretro o si se encuentran o no en contacto directo los tres inhumados.

El siguiente motivo por el que el servicio jurídico del Ayuntamiento deja fuera a la asociación memorialista es que «la muerte se produjo en el frente de Arganda durante la denominada Batalla del Jarama. Es notorio que dicha batalla, al margen de otras consideraciones políticas enfrentó a dos ejércitos regulares, por lo que está excluido los elementos que legitimarían a la asociación peticionaria para su actuación. A saber, que se tratara el enterramiento de una fosa común, con cuerpos no identificados, y se tratara de personas desaparecidas violentamente durante la Guerra Civil o por represión política con posterioridad a la misma».

«Ponen en duda la violencia de la muerte de tres soldados. ¿Les parece poco violento desaparecer en medio de una guerra a 200 kilómetros del hogar y que tu familia desconozca tu paradero hasta hace dos años?», contesta la asociación.

Marco A. González, vicepresidente de la ARMH, recuerda además que para dictaminar si hubo o no una muerte violenta se necesita la intervención de un antropólogo forense durante la exhumación, así como el análisis posterior de los restos cadavéricos. «¿Garantiza Funespaña las medidas de cadena de custodia y de correcta extracción de las evidencias para su análisis? ¿Se van a preocupar de localizar los posibles proyectiles de arma de fuego que acrediten que se trata de una muerte violenta?», sigue preguntando la Asociación, sin conseguir respuestas. Tampoco eldiario.es, a la hora de publicar este artículo, ha conseguido contestación a estas cuestiones de Pilar Penalva, responsable de Funespaña en el Corredor del Henares.

«Para exhumar una fosa se necesita emplear una metodología arqueológica, pero exhumar no es simplemente excavar la fosa» escribe el prestigioso médico forense Francisco Exteberria en Diccionario de memoria histórica. «La exhumación no es sino una parte del proceso analítico que comienza en los archivos, sigue con los testimonios y finaliza en uno o varios laboratorios para, posteriormente, establecer los actos de reconocimiento público e institucional que sean pertinentes».

La historiadora Queralt Solé, que ha estudiado las fosas comunes de la Guerra Civil, coincide con Etxebarria al analizar el caso de Arganda: «La recuperación moral no va a suceder» tal y como el Ayuntamiento está planeando hacer la exhumación. Solé ve «absolutamente fuera de lugar» la resolución del Ayuntamiento que interpreta debe de estar hecha «desde el desconocimiento del trayecto de la Ley de Memoria Histórica en estos años». Respecto a la ARMH, Solé entiende que «están legitimados para intervenir porque las familias están pidiendo una exhumación técnica y les están negando este derecho».

Desde el punto de vista jurídico coincide con la historiadora el profesor de Filosofía del Derecho en la Universidad Carlos III José María Sauca Cano, quien manifiesta «cierta sorpresa por una resolución tan restrictiva». El artículo 11 de la Ley de Memoria Histórica favorece la colaboración de las Administraciones públicas con los particulares para la localización e identificación de las víctimas. «La Guerra Civil está incluida y un fallecimiento en el campo de batalla sigue siendo una desaparición violenta«, responde Sauca a las objeciones del Ayuntamiento de Arganda que pretenden dejar fuera la trinchera de la Batalla del Jarama como lugar de reparación de la memoria. Y, respecto a la identificación de los combatientes, «no se hizo entrega de los restos a los familiares y, por demás, parece que éstos no tuvieron noticia del lugar del enterramiento hasta fechas recientes. El hecho de que la Administración registrase la identidad de los fallecidos no resulta relevante. El dato es que sus familiares, que son quienes detentan el derecho a la memoria histórica, no lo conocían».

En entrevista telefónica con eldiario.es, la concejala delegada de Infancia, Familia, Juventud y Promoción de la Vida Saludable de Arganda, María Fernández Rufo, insiste en que al tratarse de «personas identificadas en un registro» el Ayuntamiento estaría «incumpliendo la Ley» si dejara hacer la intervención a la ARMH. «La Ley contempla los restos no identificados o los desaparecidos y estas personas están totalmente identificados con fila, sepultura, nombre, apellidos y edad», recalca la concejala, que quiere dejar claro que «a la familia no se le niega el apoyo ni se les ha obviado» y que si los familiares quieren una identificación de los restos tras hacer la exhumación, es necesario que pidan una orden judicial.

Sobre la pertinencia o no de la intervención de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, el abogado consultado indica que no le cabe duda de que «las consideraciones del artículo 11.1 de la Ley le resultan aplicables». «Luchar contra las voluntades es muy difícil», valora Francisco Etxebarria. «En este caso, la voluntad del Ayuntamiento es no dar el permiso. Y con eso está todo dicho». Si finalmente se realiza, esta fosa de Arganda del Rey sería la primera exhumación técnica realizada en la Comunidad de Madrid de víctimas de la Guerra Civil. Quizá por eso y en opinión del vicepresidente de la ARMH, los responsables políticos querían «una exhumación blanca, sin ruidos».

Para el profesor Sauca Cano, «las equiparaciones entre ejércitos regulares, necesidad de fosa común, cuerpos no identificados, etcétera, son consideraciones de mayor o menor pertinencia de conformidad con las leyes de la guerra pero fuera del ámbito de la llamada Ley de Memoria Histórica. Entre otras cosas, esta Ley reconoce un derecho a las víctimas y/o sus familiares precisamente para ese tipo de casos«.

http://www.eldiario.es/sociedad/Privatizacion-memoria-historica_0_173933464.html


«El olvido es lo peor que nos puede pasar, aquí se pone nombre y rostro a los compañeros»

septiembre 15, 2013
El Comercio, 11.09.13 – 13 septiembre 2013

Quico’ pasó cuatro largos años en los montes de León; ‘Sole’, dos en la zona del Levante y Aragón. Ambos son ex guerrilleros que buscan recuperar la memoria histórica

«El olvido es lo peor que nos puede pasar, aquí se pone nombre y rostro a los compañeros»

Fransciso y Esperanza Martínez, ‘Quico’ y ‘Sole’, ayer en la exposición ‘Guerrilleros antifranquistas’. :: S. S. M.

En la plaza de Trascorrales ayer por la tarde no quedaba un hueco libre. Decenas de ciudadanos escuchaban los testimonios de dos miembros del movimiento guerrillero antifranquista; de Francisco Martínez y Esperanza Martínez, de ‘Quico’ y ‘Sole’, mientras quienes no pudieron contar su historia les miraban desde las paredes de la sala. «Aquí nos sentimos en lo nuestro. Conocimos a algunos de los compañeros asesinados que forman parte de esta exposición, que pone nombre y rostro a quienes el sistema democrático puso en el olvido», comentaban minutos antes de que diera comienzo la mesa redonda entorno a la muestra de Gerardo Iglesias.

Dicen que lo peor para ellos es ese olvido, esa «indiferencia ante las personas que lucharon contra la dictadura, solo para que el pueblo fuera libre». Ellos lo hicieron cada uno en su zona, cada uno con una historia que es la de muchos otros. Con permiso de ‘Quico’, las mujeres primero.

«No se ve la historia de muchas mujeres, pero jugaron un papel fundamental en las guerrillas. Sobrevivieron gracias al trabajo de las mujeres», defiende Esperanza Martínez, de 86 años, ‘Sole’ de seudónimo. Nació a 15 kilómetros de Cuenca, en una casería donde sus padres se dedicaban a la agricultura. Con 19 años comenzó a colaborar con la guerrilla. «Mis padres votaron en el 36 al Frente Popular, y yo me sentía contenta con la ayuda que ofrecía». Iba con su burra a Cuenca a comprar los enseres que los guerrilleros necesitaban. Hasta que visitas de mendigos, que no eran tales, comenzaron a sucederse en su hogar. No tuvieron más remedio que esconderse en el monte durante dos años. Su padre y su cuñado fueron asesinados y en 1952, cuando se deshizo la guerrilla de Levante y Aragón se fue al exilio, a Francia. Desde allí cruzó a pie una vez para trasladar a otros guerrilleros. En un segundo viaje fue arrestada y pasó 15 años en prisión. Pensaba que todo aquello sería reconocido, contado con la llegada de la democracia. «No fue así, por eso trabajamos en la caravana de la Memoria Histórica para que los jóvenes conozcan su identidad», cuenta.

Francisco Martínez, ‘Quico’ de apodo, de 88 años, también participa en esa ruta por todo el país. Natural del Bierzo, conoció desde niño a los «huidos de la revolución del 34», personas que el causaron «un impacto tremendo». Ya de niño vio muchos asesinados y decidió apoyar al movimiento guerrillero. Luego con su trabajo en la mina conoció a otras personas con las que forjó su identidad comunista.

Desde 1947 a 1951 vivió en los montes de León hasta que la última guerrilla de esa zona se disolvió. Residió en París hasta el año 90, aunque antes viajó a España. «En 1985 vine porque no estaba pasando nada con todas esas personas que murieron asesinadas. Vi que nadie les reconocía, que había una gran frustración y miedo», rememora. Por eso, ambos agradecen a la ciudad y al Gobierno local la muestra que «hace que vivamos porque no nos olvidan».

http://www.elcomercio.es/v/20130911/oviedo/olvido-peor-puede-pasar-20130911.html