La fosa que vio el niño Leandro…

julio 6, 2011

Exhumados medio centenar de republicanos en Burgos gracias al recuerdo de un testigo que entonces tenía 14 años

DIEGO BARCALA GUMIEL DE IZÁN (BURGOS) 06/07/2011

Excavación, ayer, en la fosa común que los falangistas utilizaron en 1936 para sus asesinatos en Gumiel de Izán (Burgos). MÓNICA PATXOT

Excavación, ayer, en la fosa común que los falangistas utilizaron en 1936 para sus asesinatos en Gumiel de Izán (Burgos). MÓNICA PATXOT

Un crucifijo de plata de diez centímetros dentro de un saco de cuero. Al lado, un esqueleto pegado a unas suelas de goma marca Codina de unas alpargatas. Son las pocas pistas que la exhumación de la fosa común de Gumiel de Izán (Burgos) había dejado ayer a la vista. De momento, 45 cuerpos de republicanos fusilados, previsiblemente en el verano de 1936, son reconocibles en una fosa común de cerca de 35 metros en forma de media luna junto a la antigua carretera nacional de Burgos. Una de las hipótesis es que los asesinados fueran 60 trabajadores ferroviarios fusilados el 16 de agosto.

«Aquí me llevó un vecino al que había traído en su día un pastor que sabía dónde estaban los muertos. Excavamos en noviembre con la pala y salieron unos huesos», explica Fernando García, vecino de Aranda de Duero que, desde que recuperó los restos de su abuelo en 2003 en la cercana localidad de Villamayor de los Montes, ha contribuido a la búsqueda de las numerosas fosas comunes perdidas junto a la cuneta de la antigua N-1.

La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) de Burgos ha recuperado en la última década más de 500 cuerpos en esta zona, donde las represalias fueron severas tras el rápido triunfo del golpe militar del 18 de julio. «La represión acabó en la comarca de Aranda de Duero con cerca del 2% de la población: unas 1.500 personas», explica el investigador José María Rojas.

La localización del lugar exacto de la matanza fue posible gracias a un testigo directo. «Leandro Pérez tenía 14 años cuando vio la zanja abierta. Trabajaba en una de las viñas de Gumiel que todavía están alrededor del lugar y aún recuerda lo que observó en 1936», explica José Ignacio Casado, miembro de la ARMH de Burgos.

En seis tandas

La identificación de los restos encontrados será difícil. Los cuerpos fueron llevados al mismo lugar oculto entre viñedos en seis tandas diferentes, sin dejar rastro de su origen. «Cada uno de los enterramientos se distingue por un talud. Puede que haya tres niveles de cuerpos superpuestos», explica el médico forense de la Sociedad de Ciencias Aranzadi Francisco Etxeberria. Entre cuerpo y cuerpo se ha solidificado la cal que echaron sobre los muertos generando moldes en los que se distingue la tela de pana de sus prendas.

«Puede que esa ropa sea de un uniforme pero aquí, aunque les mataran en verano, refresca por las noches y el pantalón de pana era la prenda básica», analiza Rojas. No hay dudas de que los fusilados eran vecinos de la zona pero no se sabe dónde pasaron sus últimas horas. «Cada pueblo improvisó su cárcel. En Aranda se llegó a adaptar un colegio, pero los archivos fueron destruidos, no como en Burgos, donde los que eran sacados, eran registrados», añade.

El encargado de leer esas fatídicas listas en la cárcel de Burgos era Vicente García, el padre del vecino de Aranda de Duero que contribuyó a localizar la fosa de Gumiel. «Mi padre estaba preso en Burgos desde la manifestación del 1 de mayo. Como sabía leer y escribir, se ganó la confianza de don Simplicio, que era el encargado de la prisión. El 16 de agosto, le tocó leer los nombres de los que iban a ser fusilados ese día y estaba su nombre. Se puso a llorar y don Simplicio le perdonó la vida. En mi casa siempre se ha celebrado el 16 de agosto, pero en el franquismo decíamos que era por San Roque», relata Fernando.

Ese 16 de agosto de 1936 fueron represaliados precisamente 60 trabajadores del ferrocarril en Aranda de Duero. Antes de saber que los enterrados en Gumiel habían sido llevados en tandas, existía la hipótesis de que fueran ellos los que habían sido enterrados de una vez en la fosa. «Tenían un trabajo más estable que otras personas y eso les hacía más inquietos en el sindicalismo. Igual que ahora», explica Rojas.

Entre los restos no han aparecido objetos que pueda identificar a las víctimas. «Hay esqueletos de varias edades. Dos o tres son de 17 años pero los hay también de avanzada edad», detalla el antropólogo de la Universidad Autónoma de Madrid, Luis Ríos, colaborador en la excavación.

El ferroviario tuerto es la única pista

Durante la mañana de ayer apareció entre los restos una calavera con un ojo de cristal. Esta característica física podría ayudar de manera decisiva a identificar los esqueletos. Una vecina de Aranda de Duero llegó a explicar a los investigadores de la ARMH que su padre, ferroviario de profesión, había sido fusilado en agosto de 1936 y que era tuerto, pero, debido a su corta edad en aquella época, apenas tenía 1 año y medio, desconoce si llevaba un ojo de cristal. Los próximos análisis de ADN determinarán si esta mujer recupera los restos de su padre 75 años después.

Público.es:

http://www.publico.es/especiales/memoriapublica/385500/fosa/vio/nino/leandro


¡Aquí está mi hija, a la que una monja dio por muerta¡

julio 3, 2011

Reencuentro maternofilial en Castellón 37 años después, tras la confirmación del parentesco por pruebas de ADN

 

PABLO FERRI – Valencia – 02/07/2011

 

El laboratorio ha confirmado un nuevo caso de niños robados en Castellón. Begoña Juez, bilbaína de nacimiento, dio a luz hace 37 años a una niña en el hospital general de esta ciudad. «Tenía 19 años», relata. «Recuerdo esperar en una sala con pilas grandes a los lados; recuerdo que un médico me auscultó la barriga y lo siguiente en mi memoria es ya la habitación después de dar a luz. Entonces, una monja entró y me dijo que había tenido una niña, pero que había muerto. Luego me trajo la comida». Pero su hija está viva. Y se han reencontrado.

 

 

Imagen de Marta.-

El laboratorio ha confirmado un nuevo caso de niños robados en Castellón. Begoña Juez, bilbaína de nacimiento, dio a luz hace 37 años a una niña en el hospital general de esta ciudad. «Tenía 19 años», relata. «Recuerdo esperar en una sala con pilas grandes a los lados; recuerdo que un médico me auscultó la barriga y lo siguiente en mi memoria es ya la habitación después de dar a luz. Entonces, una monja entró y me dijo que había tenido una niña, pero que había muerto. Luego me trajo la comida». Pero su hija está viva. Y se han reencontrado.

Se trata de una nueva prueba del robo generalizado de recién nacidos en España entre las décadas de 1950 y 1990. De hecho, el Fiscal General del Estado, Cándido Conde-Pumpido, explicó hace unos días en Valencia que se habían detectado «tramas en algunos lugares concretos del país» con ese objetivo. Conde-Pumpido informó además de que la fiscalía investigaba 849 posibles casos de niños robados en toda España. Marta, la hija de Begoña, no murió. Una familia de un pueblo de Castellón la adoptó, pero ella, que «siempre» sospechó, empezó a buscar a su madre biológica en marzo. «Tenía el nombre y sus dos apellidos», recordaba ayer, «los había encontrado en la escritura de adopción de mis padres [adoptivos] y los había metido en buscadores de Internet pero no había encontrado nada».

Fue a través de las redes sociales. «Me acuerdo perfectamente del día», cuenta. «Una chica que tenía de amiga en Facebook se me puso a hablar. Yo no la conocía, pero como soy militante del PP pensé que me habría agregado de ahí. Empezamos a hablar y al rato me contó que investigaba cosas. Yo la animé a ver si encontraba a mi madre, aunque tampoco pensé que me fuese a decir algo», rememora. A los tres días le mandó un correo. «Me dijo que procedía de Bilbao», concreta, «me dio el teléfono de uno de los hermanos de Begoña y le llamé». Ese fue el primer contacto.

Marta y Begoña se conocieron en mayo. Después de varias llamadas de teléfono y otras tantas sesiones de webcam, la madre voló de Tenerife, donde vive actualmente, a Castellón. Se pasó una semana en casa de Marta. «Cuando llegó nos quedamos mudas, no hablábamos, ni siquiera podíamos llorar», explica Marta. «Nos dimos abrazos muy fuertes y no paramos de hablar hasta las 5.23 de la madrugada del día siguiente». Se dio cuenta de que ambas son muy habladoras, de que cruzan los dedos «de una forma muy característica», y se sorprenden de que emplean la misma coletilla, «a tomar por saco»…

Begoña volvía a Castellón muchos años después, tiempo insuficiente, sin embargo, para olvidar las circunstancias que rodearon el nacimiento de Marta. «Llegué a Castellón ya embarazada y con una niña pequeña [la hermana de Marta que, curiosamente, se llama así también]». «Entre al servicio doméstico de una casa porque mi pareja me había abandonado y a los pocos meses di a luz», matiza. «Con el tiempo y la experiencia, he parido dos veces más, me di cuenta de que había sido todo muy raro. Tenía la sensación de que me querían echar del hospital rápido y la monja me había dicho que el hospital se ocuparía de todo, que no me preocupara». «Yo era una niña… ¿qué iba a hacer?», asume.

El ADN ha demostrado ahora que son madre e hija. Amaya Gorostiza, del laboratorio Genómica en Madrid, así lo asegura.

El País.com:

http://www.elpais.com/articulo/sociedad/hija/monja/dio/muerta/elpepusoc/20110702elpepisoc_4/Tes


Herida sin cerrar…

mayo 5, 2011

Sin restos de fusilados en Torrent

La frustración se asoma a muchos de los procesos abiertos por la recuperación de la memoria histórica.El caso del cementerio de Torrent -en el que se buscaban los cuerpos de dos fusilados de Aldaiano ha escapado a la decepción.

Hace dos años los familiares del alcalde y teniente de alcalde de Aldaia en la II República acudieron al Grupo para la Recuperación de la Memoria Histórica. Querían recuperarlos restos de sus familiares, fusilados el 8 de mayo de 1939 y enterrados en Torrent, según los documentos que tenían. No han aparecido tras la exhumación, aunque sí otros restos de enterramientos posteriores.

El mismo día se fusiló al secretario de Justicia, Manuel Sanz, también de Aldaia. Tras una exhumación «irregular», sus restos se entregaron a la familia en 1955. Ahora están pendientes de los resultados del ADN para comprobar si son los suyos.

«Estos casos son tristes, porque era generalizado matar a personas y, después, su nombre y su memoria, lo que demuestra una actitud hostil hacia la memoria», afirmó Matías Alonso, coordinador del grupo.

Los familiares admitieron «no poder ir más allá» y resaltaron que les gustaría que «se reconociera su dignidad». «Si las autoridades quisieran hacerles un homenaje estaríamos encantados», insistió Vicent Sanz, sobrino de Manuel Sanz.

Ésta es la tercera exhumación que se realiza en la Comunitat Valenciana. Las primeras fueron en Benagéber y Albalat dels Tarongers. Se identificó 17 personas, cuyos restos se entregaron a las familias en unas ceremonias públicas.

ADN.es vía google noticias

La exhumación de víctimas del franquismo en Torrente finaliza sin éxito al no hallar restos de las personas buscadas.

Foto de la Noticia

Foto: EUROPA PRESS

VALENCIA, 4 May. (EUROPA PRESS) –

   Familiares de víctimas del franquismo han asegurado este miércoles que no han encontrado restos de sus allegados en las fosas comunes donde fueron enterrados, tras la exhumación que se ha llevado a cabo en el cementerio de Torrente (Valencia).

   El coordinador del Grupo para la Recuperación de la Memoria Histórica de la Fundació Societat i Progrés, Matías Alonso, ha comparecido en rueda de prensa, acompañado de tres familiares de víctimas del franquismo, vecinos de Aldaia (Valencia), que fueron fusilados en 1939.

   En concreto, en el acto han intervenido la nieta del entonces alcalde republicano de Aldaia José Martínez Lluna; el sobrino de un secretario de juzgado Manuel Sanz; y el hijo del que fue segundo alcalde del municipio y delegado de UGT regional, Salvador Vilanova.

   Los familiares solicitaron ayuda al Grupo para la Recuperación de la Memoria Histórica, que inició los trámites para la exhumación de la que ya ha concluido el trabajo de campo, pero «sin éxito», ya que «no han aparecido los restos de personas que estuvieron allí», ha asegurado Matías Alonso.

   A su juicio, se trata de «un caso triste», puesto que «no han aparecido los restos que los familiares llevan 70 años buscando» y ha denunciado que, durante los años del franquismo, fue una «práctica generalizada matar a personas y practicar un desprecio a sus restos y a sus memorias».

   Para el coordinador del Grupo para la Recuperación de la Memoria Histórica, «este caso tiene que servir de aviso» y ha advertido a otras personas de los diferentes puntos de España de que, quizá, «han estado honrando unos restos que no eran de sus familiares».

   Alonso ha hecho hincapié en que el «único delito» de los fusilados fue «tener una ideología, pensar de una manera determinada y que el final de la guerra les pilló ocupando alcaldías y otros cargos para que sus pueblos funcionaran». En su opinión, la «asignatura pendiente» de la democracia española es la memoria histórica.

TRES FILAS DE CUERPOS

   Por su parte, el sobrino de Manuel Sanz, Vicent Sanz, ha explicado que han detectado la existencia de «tres filas de enterramientos» –unos cuerpos encima de los otros–, que pertenecen a personas muertas después del año 1939. Además, «ninguno de los huesos tiene heridas de bala», ha indicado.

   Asimismo, Vicent Sanz ha explicado que en 1955 su familia pidió la exhumación de su tío del cementerio de Torrente y se entregaron unos restos que fueron enterrados en el camposanto de Aldaia.

   Por el momento, están a la espera de conocer los resultados de la prueba de AND, pero, en principio, los análisis que se han realizado «no son muy esperanzadores» y ponen de manifiesto la posibilidad de que esos restos no pertenezcan a su tío y que, de hecho, sean de varias personas, puesto que, por ejemplo, aparecen algunos huesos por duplicado.

   Vicent Sanz ha agradecido la colaboración del Arzobispado de Valencia, así como de la Parroquia de la Asunción de Torrente –de la que depende el cementerio del municipio–, y del Ayuntamiento de Aldaia.

   Por su parte, la nieta del que fue alcalde republicano ha lamentado que «se aplicó la ley de rebelión que era militar a civiles» y ha asegurado que los familiares que quienes murieron «sufrieron mucho».

   Por otro lado, el hijo de quien fue teniente de alcalde de Aldaia y delegado de UGT regional ha denunciado que la Junta Rectora de la parroquia de Torrente «no ha querido decirnos exactamente dónde pueden estar» los cuerpos de sus familiares a pesar de que, según ha asegurado, lo saben.

Europa Press vía google noticias


LOS FUSILADOS DEL FRANQUISMO…

mayo 3, 2011

El gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero prometió publicar la próxima semana un mapa con la localización de algunos de los enterramientos clandestinos que realizó el franquismo durante la guerra y la dictadura.

Página/12 / Luciana Bertoia / 29-04-2011

Los familiares quieren una tumba en la que llorar a sus muertos o llevarles una flor en su memoria. A más de 35 años del final de la dictadura de Francisco Franco, España sigue desenterrando a los fusilados. Unas dos mil fosas comunes están diseminadas por el territorio ibérico y la mayoría de ellas siguen cerradas. El gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero prometió publicar la próxima semana un mapa con la localización de algunos de los enterramientos clandestinos. Los familiares saben que es un pequeño avance después de décadas de postergación, pero también son conscientes de que sigue pesando sobre sus espaldas la responsabilidad de buscar, desenterrar e identificar a sus muertos.

La dictadura de Franco gobernó y moldeó a España durante 40 años. Sus consecuencias siguen haciéndose presentes, más allá de las ausencias que ocasionó. Más de 30 mil niños fueron arrancados de los brazos de sus madres republicanas para protegerlos del “gen rojo”. La mayoría de ellos, hombres y mujeres que en algunos casos superan los 70 años, siguen sin saber su verdadera identidad. La cifra total de los desaparecidos supera con creces los 100 mil. Todos ellos enterrados en cerca de unas 2000 fosas clandestinas.

Pese a la represión y al temor, los familiares nunca abandonaron su deseo y su derecho de llevar una flor al lugar donde sospechaban que estaban sus seres queridos. Desde los años ’70, algunos se pusieron una pala y un pico al hombro y hozaron la tierra para recuperar lo que es suyo. Recién en el año 2000, las inhumaciones empezaron a ser realizadas por un equipo científico, al que debieron convocar y pagar los parientes de las víctimas. Desde entonces, la Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) estima que se encontraron poco más de 5000 restos. En 2007, algunos organismos de derechos humanos respiraron esperanzados cuando se aprobó la Ley de Memoria Histórica. Pero a tres años de su sanción, esa norma cosechó más deudas que conquistas. “El gobierno está teniendo una aplicación muy tibia y rácana de los postulados que plantea la ley”, denunció a este diario Gaspar Llamazares, vocero de Izquierda Unida en el Congreso español.

Emilio Silva, presidente de ARMH, desenterró hace diez años a su abuelo que había sido fusilado por los falangistas en 1936, cuando se inició la Guerra Civil Española. Silva criticó al Ejecutivo español por haberlos dejado solos. “El gobierno en la Ley de Memoria Histórica no quiso responsabilizarse de la búsqueda”, remarcó por teléfono desde Madrid, consultado por Página/12. A través de esa norma, las autoridades se comprometen a colaborar con los particulares en la localización e identificación de las víctimas. También se establece que el gobierno debe confeccionar un mapa que incluya los lugares donde hay enterramientos clandestinos.

Días atrás, el ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, informó que el mapa estaría listo para la semana que viene, aunque ese anuncio generó suspicacias dentro de las organizaciones. “Es un trocito del mapa. No es el mapa en su totalidad, es una parte que integra a las comunidades autónomas”, destacó Silva. “Estamos bastante enfadados porque nosotros lo que le pedimos al gobierno es que ayude a las familias. Pero además de no ayudarlas, va a meter esto del mapa en la contienda electoral porque lo van a hacer público el 6 de mayo, que es cuando arranca la campaña para las elecciones municipales y autonómicas”, se enojó. “El mapa es útil, pero es más útil que ayude a los familiares que tienen más de 80 años y que están esperando morirse habiendo identificado a los seres queridos a los que buscan”, completó el nieto de represaliados del franquismo.

Las familias siguen siendo las que llevan adelante la búsqueda. Si bien el gobierno dedica cerca de nueve millones de dólares para la aplicación de la Ley de Memoria Histórica, eso no parece ser suficiente. “En el fondo, esto es como una especie de autoservicio, en donde las familias tienen que proporcionarse autoverdad, autojusticia y autorreparación. Realmente, el gobierno español está eludiendo su responsabilidad”, subrayó el titular de la ARHM. “Consideramos que el gobierno también debe intensificar la colaboración económica con las asociaciones de memoria para que se puedan llevar a cabo estos desenterramientos y los análisis de estas fosas, que se sabe dónde se encuentran, pero falta el impulso judicial, económico y político para que se pueda actuar sobre ellas”, apuntó Llamazares.

La búsqueda se realiza sin ninguna presencia del Estado, más allá de la subvención que se les otorga a las asociaciones para que puedan contratar a un arqueólogo. El resto lo hacen los voluntarios. “Cuando aparecen los restos, nosotros lo denunciamos a los jueces. Según las leyes españolas, la aparición de restos humanos con signos de violencia requiere de la presencia inmediata de un juez. Pero nunca, salvo en tres casos, va un juez”, explicó Silva. “Son magistrados que están incumpliendo las leyes conscientemente. Nosotros vivimos en el mundo del revés. El juez que investiga es un delincuente y con el que no investiga, no pasa nada”, se lamentó.

Quien sí intentó sanar las heridas que tienen los parientes de los represaliados fue el juez Baltasar Garzón, pero el Tribunal Supremo de España entendió el año pasado que su osadía merecía ser castigada con la suspensión. Por eso, el magistrado que supo perseguir a los represores argentinos y chilenos debió migrar de su despacho en la Audiencia Nacional a la espera de que se realice el juicio por el supuesto cargo de prevaricato. “Hay una hipocresía judicial. Nadie o casi nadie ponía reparos a que la Audiencia Nacional interviniera por los crímenes cometidos por las dictaduras chilena y argentina. Pero eso mismo debería suceder con lo que es nuestra propia historia, o sea, con lo que fue la guerra civil y la dictadura franquista”, reclamó Llamazares.

Hasta que no decida la situación de Garzón, las causas vinculadas a la represión del franquismo seguirán durmiendo en un cajón. Los familiares, con las esperanzas intactas pero con sus espaldas más cansadas, volverán a tomar las palas para desenterrar a sus muertos.

http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-167241-2011-04-29.html


En busca del abuelo…

abril 27, 2011

A iniciativa de la familia Pereda, localizan en una fosa común del alto de la Mazorra los restos de unos once fusilados en 1936, entre los que se halla Agapito Pereda, vecino de Quisicedo

Pedro Pereda, hijo del desaparecido Agapito, observaba ayer los trabajos de localización de la fosa común.

M.A. Valdivielso
A. Castellanos / El amiñé

Agapito Pereda Martínez tenía 40 años, una esposa de 36 y cuatro hijos, el menor de solo un año y medio, cuando fue detenido en Quisicedo (Merindad de Sotoscueva) y conducido a la cárcel de Villarcayo. Era noviembre de 1936. Dos días después fue fusilado. Testigos presenciales de su enterramiento en una fosa común dieron pistas a su familia que ayer pudo presenciar su localización en el Alto de la Mazorra, en las cercanías de la valdivielsana ermita de la Hoz.
Isabel Pereda, de 88 años de edad, contaba con solo 13 cuando se llevaron a su padre de casa y le partieron la cara de un culatazo en su presencia. Ayer pudo observar junto a su hijos Pedro y Elisa, nietos de Agapito, los trabajos de localización de la fosa que apenas duraron un par de horas. Como explica Elisa Pereda Pereda, «contábamos con encontrar unos cinco cuerpos, todos ellos de vecinos de Quisicedo que fueron fusilados a la vez, pero hemos comprobado que son más». Un testigo presencial de la cercana localidad de Dobro y que tenía solo 9 años cuando se produjo el fusilamiento en aquel lugar, calcula que pueden haber unas once personas allí enterradas, dos de ellas mujeres y una de las cuales estaba embarazada de ocho meses. Los expertos de la Sociedad Aranzadi exhumarán sus restos el próximo mes de mayo y muchas incógnitas quedarán desveladas.
La familia Pereda, que cuenta con una subvención del Ministerio de la Presidencia gracias a la Ley de Memoria Histórica, ya ha localizado a cinco familias oriundas de Quisicedo y Villamartín de Sotoscueva, que con casi toda probabilidad tengan a sus antepasados en la misma fosa. Pero ahora han aparecido más cuerpos, por lo que invita a otras familias de Las Merindades a entrar en contacto con ella y así poder recoger los restos de sus seres queridos. «Nos gustaría contactar con todas las familias y en el momento de la identificación poder entregarles los restos», señaló ayer Elisa Pereda, quien inició la búsqueda de su abuelo hace más de una década.
Entonces, fue cuando testigos presenciales ubicaron su enterramiento en el puerto de La Mazorra. Después conoció la fosa común hallada en el cementerio de Valdenoceda y en la que han aparecido los restos de 151 presos del penal de la localidad enterrados entre 1938 y 1943. Se puso en contacto con la asociación de familiares creada y logró allanar el camino para conocer cómo obtener una ayuda y comenzar el proceso de identificación de su abuelo.
La familia Pereda, en parte ya afincada en la provincia de Vizcaya y en parte en Villarcayo, sigue manteniendo los vínculos con Villarcayo y con la Merindad de Sotoscueva. Elisa habla sin rencor del pasado. «Mi abuelo no estaba metido en política ni en nada, lo detuvieron por una cuestión de venganzas personales», relata. En su partida de defunción no consta dónde se produjo su fallecimiento, porque sencillamente aparece como «desaparecido». Ahora, su hija y sus nietos ya están prácticamente seguros de haberlo hallado 75 años después. Las pruebas de ADN corroborarán sus esperanzas. Quien desee contactar con esta familia puede hacerlo en el 653 702 555. 

Diario de Burgos


El PSC promoverá censo de fosas e identificación de víctimas de la represión

abril 25, 2011
23-04-2011 / 12:50 h

Santa Cruz de Tenerife, 23 abr (EFE).-

El PSC-PSOE promoverá la elaboración de un censo de fosas y la identificación de cadáveres de las víctimas de la guerra civil y la represión franquista, ha indicado hoy en un comunicado el lista de ese partido al Parlamento canario por Tenerife, Francisco Hernández Spínola.

Francisco Hernández Spínola señala que el PSOE colaborará con el Gobierno de España para ejecutar la Ley de Memoria Histórica, aprobada en 2007, y articulará convenios con las corporaciones locales y las asociaciones para la recuperación de la Memoria Histórica de las islas, como acordó en 2008 el Parlamento de Canarias, institución cuyo mandato «ha obviado una vez más el actual Ejecutivo canario».

El objetivo del PSOE de Canarias es restablecer el honor y la dignidad de las víctimas y sus familiares, una cuestión que es de justicia histórica, destaca Francisco Hernández Spínola, quien también considera que acabar con la discriminación a las víctimas consolida la democracia.

El candidato socialista afirma que el presidente del Gobierno canario, Paulino Rivero, ha incumplido la promesa hecha a las asociaciones para la recuperación de la memoria histórica de Tenerife, La Palma y Gran Canaria de crear una comisión para elaborar el censo de fosas y la identificación de los cadáveres con pruebas de ADN.

Las peticiones de las asociaciones canarias han sido desatendidas por el presidente del Gobierno de Canarias, quien se comprometió a elaborar un convenio dirigido a la aplicación del protocolo para la exhumación de cadáveres y otro para realizar un mapa de fosas, insiste Francisco Hernández Spínola.

ABC.es vía google noticias


Víctimas del franquismo piden a Caamaño ayuda para buscar a los desaparecidos

abril 11, 2011

La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) ha remitido una carta al ministro de Justicia, Francisco Caamaño, para pedirle que su Departamento se responsabilice de la búsqueda de los desaparecidos durante el franquismo.

En la misiva, el presidente de la ARMH, Emilio Silva, confía en que el Ministerio de Justicia ayude con recursos públicos a facilitar las identificaciones mediante pruebas de ADN y apoye a los equipos que trabajan en las exhumaciones.

Desde hace más de diez años, la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica busca a los desaparecidos que se encuentran en fosas comunes como consecuencia de la represión franquista, recuerdan en el escrito remitido al ministro.

«Durante 35 años de democracia -señala la ARMH-, desde la muerte del dictador Francisco Franco, las familias de esos hombres y mujeres, que desaparecieron forzosamente, no han podido ejercer los derechos que tiene el deber de garantizarles un Estado democrático».

Este colectivo lamenta la desprotección, el abandono y el maltrato que sufren las víctimas por parte del Estado español debido a la ausencia de medidas para paliar su sufrimiento.

A su juicio, «el Estado español vive ajeno al drama de miles de familias que buscan a sus seres queridos y esa forma degradante de tratarlas, como si fueran insignificantes, poco tiene que ver con los derechos que debe garantizar, para situaciones tan graves, una justicia democrática».

Los familiares de los 113.000 hombres y mujeres que todavía se encuentran en fosas comunes consideran en la carta «una gravísima discriminación» que hace unas semanas el ministro de Justicia haya ofrecido a las familias de los bebés robados durante el franquismo el acceso a los recursos para la identificación mediante pruebas de ADN con los que cuenta su Ministerio.

Para la ARMH, la decisión no parece derivada de la limitación de recursos y el consiguiente establecimiento de prioridades, sino del impacto mediático del delito de tráfico de bebés.

Ahora, la asociación espera que el ministro de Justicia garantice la igualdad en el acceso a los recursos públicos dedicados a la justicia y le insta a aplicar el derecho para que los familiares de los desaparecidos puedan enterrar dignamente a sus seres queridos.

Como ejemplo le adjuntan la biografía de Jesús Pueyo Maisterra, un hombre natural de la localidad zaragozana de Uncastillo, que tiene siete familiares directos desaparecidos, entre ellos su padre.

Pueyo nació el 21 de agosto de 1921, vive en Hendaya y a pesar de haberse dirigido desde hace décadas a numerosas instituciones públicas del Estado español nunca ha recibido la ayuda a la que tiene derecho, resalta la ARMH.

ADN.es vía google noticias


Historia de la desaparición…

abril 10, 2011

RICARD VINYES

Desaparecidos es uno de los resultados del proyecto fotográfico con el que Gervasio Sánchez aborda el mecanismo represivo más hiriente y complejo acontecido tras la Segunda Guerra Mundial: la desaparición forzosa. Su aproximación al tema se exhibe en estos días a través de sendas exposiciones simultáneas producidas en tres instituciones distintas y distantes, el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona, La Casa Encendida, en Madrid, y el hermoso edificio del Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León. El material es sencillamente bueno, y los paneles que acompañan cada sección son exactos en lo que dicen y diestros en lo que miran. Para colmo, el catálogo es una maravilla útil. Nada de todo eso es frecuente, y aún menos que coincida, enlace y fusione en un solo producto destinado a reconstruir, un poco más, la historia natural de la desaparición forzosa, un fenómeno genuino en el índice de crímenes de Estado.
Si hablamos de ese tipo de crímenes, el Holocausto aparece siempre por la conmoción que provocó. Pero la singularidad del Holocausto no reside en el volumen de atrocidades y muertes, ni en la técnica utilizada, ni en la forma de proceder. Su novedad reside primero en que fue un crimen con una motivación ontológica, pues se trataba de exterminar, en sentido literal y estricto, a personas por las características de su naturaleza “racial” –los judíos, los gitanos y en otra medida los eslavos– independientemente de su credo político. La presencia y destrucción de otros perseguidos y cautivos no daba sentido al Läger, el exterminio no se había preparado para ellos, aunque ellos murieran en las mismas condiciones que los judíos y con el mismo trato y sufrimiento. La segunda característica del Holocausto fue, como nos contó Hannah Arendt, la tremenda divergencia entre la atrocidad de los crímenes y la normalidad con la que estos se producían, una divergencia que ha dejado instalado para siempre el estremecimiento y la perplejidad en el patrimonio humano.
Cuando parecía que todo estaba explorado a propósito de los crímenes de Estado, la desaparición forzosa presentó una muerte nueva y sin antecedente. Ya no se trataba de la represión tradicional –antigua, brutal y continua– sobre los dirigentes de los movimientos sociales, sino del exterminio de individuos considerados no funcionales –no aptos– para el sistema a causa de sus opciones políticas, esa era la diferencia con el Holocausto, la novedad. La desaparición forzosa desquició la concepción de la muerte que tienen la mayoría de culturas, pues al no ser ni vida ni muerte, la desaparición hizo inoperantes los marcos sociales básicos para la evocación: rompió el tiempo, el espacio y el lenguaje.
En la línea del tiempo, la muerte quedaba en suspenso y desaparecía la distinción entre pasado y presente –en realidad desaparecía el tiempo en sí mismo– generando círculos y ciclos de angustia y expectativa sin ningún límite. Era de suponer que el desaparecido estaba prisionero, pero en dónde, en qué espacio, no había ninguna posibilidad de construir una representación espacial del lugar en el que podía encontrarse cautivo, ni en qué condiciones se hallaba. El terror no procedía de la magnitud del crimen, sino de su indeterminación. El desconcierto y el pánico generados y expandidos por esta situación provocaron huecos en el lenguaje y en la transmisión de lo que había sucedido al limitar lo que podía ser contado a otros sobre el ausente y el porqué de su ausencia. Entre los afectados, todo eso obstruyó la transmisión de la historia familiar y del conocimiento en general, aunque este último es un tema largo y denso que debe ser tratado sin estropear la complejidad que contiene.
Para la desaparición se instituyeron áreas especiales escondidas a la mirada, centros clandestinos de detención donde todo era posible, incluido el final habitual: la muerte y la desaparición posterior del cuerpo en los espacios infinitos del océano y el desierto. No se trataba de una muerte en privado, sino de una muerte sin identidad, por lo que el centro clandestino no era sólo un espacio institucional de vulneración y muerte, sino de organización del olvido porque la muerte indeterminada y anónima confirmaba la inexistencia del ciudadano, era el modelo de perfección criminal soñado. Y, sin embargo, se partió el sueño, más que por la acción de la memoria, por la apelación e indagación permanente de una parte de los afectados y de esos sectores de la sociedad que se niegan a aceptar lo que es inaceptable.
Gervasio Sánchez muestra en su retrato la transversalidad de la desaparición, de este a oeste y de norte a sur, ofreciendo una información que el tiempo y el conocimiento deberán contribuir a clasificar y ordenar para impedir que una generalización del tema, inconsistente pero protegida por el dolor que causa esa forma de muerte, enturbie la capacidad para comprender el fenómeno de la desaparición forzosa. Al fin y al cabo resulta poco adecuado ubicar las fosas de la Guerra Civil española en el fenómeno de la desapa-
rición forzosa. El promotor no fue el Estado, sino militares rebeldes, fascistas, eclesiásticos y militantes de derechas nublados de odio y orgullo de clase que precisamente luchaban y mataban para limpiar y construir un Estado nuevo porque aún no lo tenían. Por lo demás, nunca escondieron la fuerza del terror que practicaban en el momento de las acciones; al contrario, alardearon de su propia violencia. Y además se produjo en el marco de una guerra convencional y civil. Pero sí es cierta una coincidencia, el daño causado es irreparable en todos, y por tanto imperdonable.

Ricard Vinyes es historiador

Ilustración de Mikel Casal

http://blogs.publico.es/dominiopublico/3251/historia-de-la-desaparicion/


Ourense. Exposición: «Abriendo fosas, recuperando dignidades»…

abril 3, 2011

Permítanme que les informe de la próxima presencia en Ourense, en el Ateneo ( c/ Curros Enríquez, 1) de la exposición : «Abriendo fosas, recuperando dignidades», de los días 12 al 30 del presente mes de abril, todos los días de la semana, por la mañana y por la tarde; que les invite a visitarla, y que les recomiende no perder la ocasión de conocer tan magnífica exposición.

Les invito también a asistir a la Inauguración de la misma, que tendrá lugar el día 14 de abril, a las 12:00 horas, y en la que estará presente una representación del equipo de arqueólogos y voluntarios de la ARMH, precisamente las personas que realizan las labores que la exposición muestra.
Los cuarenta paneles de que consta la exposición han sido elaborados por la Sociedad de Ciencias Aranzadi (con la ayuda del Departamento de Justicia y Adminstración Pública del Gobierno Vasco), y en ellos se explican en cinco bloques y con imágenes y textos todos los pasos que una asociación como la ARMH recorre desde que, después de una petición de familiares, se investiga un caso de desaparecidos en la guerra civil o en el franquismo hasta que los restos son devueltos a las familias y honrados públicamente. Dentro de la exposición se muestra una impresionante fotografía a tamaño real de una fosa común exhumada en el monte burgalés de La Andaya.

 

Les acompaño cartel de la exposición e invitación a la misma, y también un reciente artículo de prensa (al que también pueden enlazar desde http://www.leonoticias.com/frontend/leonoticias/La-Trastienda-De-La-Memoria-Historica-vn68258-vst306 ) que explica y resume las labores y cometidos de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH), que es la entidad que trae ahora al Ateneo de Ourense y organiza la exposición, con la colaboración (que desde aquí agradecemos) del propio Ateneo y de laFundación 10 de Marzo del Sindicato Nacional de Comisiones Obreras de Galicia.

Las fotografías que se adjuntan corresponden a las fechas del pasado octubre en las que la exposición se presentó en el campus de la Universidad de León en Ponferrada.

Les agradezco el envío de esta información a quienes crean que pueda interesarle.
José Cabañas González
988 243 809 – 696 540 133
jiminiego@mundo-r.com
www.jiminiegos36.com

Familiares de los desaparecidos del franquismo acusan a Caamaño de discriminarles frente a los de los niños robados

abril 3, 2011

viernes, 1 de abril, 12.14

La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica presentará una queja ante Justicia MADRID,

(EUROPA PRESS) La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) ha acusado este viernes al ministro de Justicia, Francisco Caamaño, de discriminar a los familiares de los desaparecidos del franquismo frente a los de los niños robados, y ha anunciado que presentará una queja la próxima semana ante el Ministerio.

El presidente de la ARMH, Emilio Silva, ha denunciado que el ministro de Justicia, quien –recuerda en una nota– el pasado 16 de febrero se reunió con los familiares de los niños robados del franquismo y les ofreció los recursos de análisis de ADN del Ministerio, que los familiares de los desaparecidos solicitan desde hace años, está haciendo uso de «una doble moral intolerable en una democracia», a pesar de que considera que cumplió con su deber.

«No se puede aceptar que un ministro de Justicia actúe dependiendo del impacto mediático de unos hechos y no de la gravedad del delito», ha apuntado Silva, según el cual «cada día mueren familiares de desaparecidos que llevan décadas esperando a que el Estado cumpla sus deberes». «El ministro debe ofrecer ADN para los familiares de los bebés robados y también para los de los asesinados que se encuentran en fosas comunes», ha aseverado.

En el mismo sentido, ha acusado a Caamaño de incumplir el Artículo 14 de la Constitución sobre la igualdad de todos los españoles ante la Ley. Además, ha señalado que la Convención Internacional para la Protección de Todas las Personas contra las Desapariciones Forzadas, que entró en vigor el pasado diciembre, tras ser ratificada por veinte países, «obliga al Estado a erradicar las desapariciones y cada día que pasa se sigue incumpliendo».

«Desde el Estado se está negando auxilio a las familias que han sufrido el peor delito que existe en el derecho penal. El desaparecido es detenido ilegalmente, torturado, asesinado y su cadáver oculto, lo que se convierte en una tortura permanente para su familia. No ayudarle es tratarlo de modo degradante», ha declarado.

Europa Press via Yahoo! España Noticias