CAMPO DE CONCENTRACIÓN Y CASTIGO DE VERNET D´ARIEGE: 6226 DEPORTADOS.

abril 28, 2017

Hemos recibido por email la siguiente información.

Escalofriante pero que debemos conocer.

Gracias a L´Amicale des Anciens Internés Politiques et Resistants del campo de concentración de Vernet d´Ariege.

Os dejo el texto original y los dos PDF que acompañan este enorme trabajo de investigación de la AIPRde VD.

Los contactos por email y teléphono se encuentran en bajo de página.

Lors des recherches effectuées aux Archives Départementales de l’Ariège sous la houlette de l’Amicale des Anciens Internés Politiques et Résistants du camp de concentration du Vernet d’Ariège, nous avons répertorié 55 convois de déportation partis du camp de concentration du Vernet d’Ariège & personnes déportées entre le 25 juillet 1940 & le 30 juin 1944, date de la fermeture de ce camp de concentration le plus répressif de France. 

La date du 25 juillet 1940 a attiré notre attention. En effet, si on étudie la chronologie de cette période, à savoir :

· 22 juin 1940, signature de la convention d’armistice

· 10 juillet 1940, Pétain reçoit les pleins pouvoirs

· 25 juillet 1940, convoi de 178 étrangers indésirables remis aux autorités allemandes à Chalon-sur-Saône

Nous pouvons en déduire qu’une des premières mesures politiques du gouvernement de l’État Français Fasciste a été de livrer ces 178 internés politiques aux autorités allemandes. C’est le premier convoi de déportation de France qui est parti du camp de concentration du Vernet d’Ariège, ce 25 juillet 1940. Cet acte marque le début de la COLLABORATION française avec l’occupant allemand.

Ce convoi d’hommes était composé de : 125 Allemands, 12 Autrichiens, 12 Belges, 10 Polonais, 10 Tchécoslovaques, 2 Apatrides allemands, 2 Luxembourgeois, 2 Sarrois, 1 Estonien, 1 Français, 1 de nationalité indéterminée.

Vous trouverez en PJ

· un texte de présentation & d’argumentation de nos dernières recherches

· un tableau présentant les 55 convois & les 6226 déportations recensées

 @mic@lement

Raymond Cubells, président de l’Amicale des Anciens Internés Politiques et Résistants du camp de concentration du Vernet d’Ariège, téléphone : 06.79.90.30.48


Treinta y ocho años sin él…

noviembre 17, 2013

 

Portada del diario ABC de 1975

Portada del diario ABC de 1975

Sigue causándome la misma felicidad que aquél lejano 20 de noviembre de 1975 y que recuerdo junto a un hoyo de tierra excavado a mano y que podría haber sido la premonición de mi futuro memorialista; pero poco tenía que ver, ¡Estábamos en la calle jugando a las canicas porque no había colegio! El caudillo había muerto. La alegre inconsciencia ignorante pudiera haber sido también premonitoria de la algarabía y satisfacción de saber que el yugo del pueblo se marchaba con sus treinta y nueve años de aplastante presencia golpista y represora.

Con doce años, uno tenía suficiente con saber que aquel señor bajito y calvo, de voz afeminada y vestido de militar era el padre de la patria, el salvador de la ignominia de las huestes rojas, el baluarte de la cristiandad y el protector de una España grande y libre. Que los estíos, eran para muchos aquellos  veranos en los campamentos con la cara al sol y la camisa nueva,  o felizmente sin el rígido orden colegial y la presencia del susodicho en las aulas mirándote inquisidoramente; y que españoles éramos todos. ¿Por qué nos íbamos a preocupar de los más de 143.353 desaparecidos forzosos y reconocidos, o los más de 450.000 exiliados, o los 250.000 encarcelados en la posguerra, etc., etc.?

Treinta y ocho años después esa figura paternal que escondía al peor de los demonios nacionales sigue estando presente en nuestras vidas, sigue dejando volar su sombra entre los pilares de aquel pretérito imperio de terror y los actuales entresijos de una administración obsoleta y polvorienta custodiada por los fieles adláteres a su figura o al Movimiento Nacional, consolidados por un Jefe de Estado que fue delfín suyo bajo juramento perpetuo (a las hemerotecas me remito) y un sistema de control mimetizado de falsas libertades y reconocimientos demócratas que velan todavía por el legado  del “atado y bien atado”.

Treinta y ocho años sin él, treinta y ocho años tardó en morirse, pero al fin la palmó. Pero lo peor de todo es que tengo la impresión de que el tiempo anda todavía detenido en aquél día en el que jugábamos felices a las canicas porque no teníamos que ir al colegio. Que las cosas poco han cambiado en lo fundamental y no sólo en la apariencia.

Dentro de tres días, el 20 de noviembre, volverán los recuerdos para todos; los del yugo y flechas, las camisas azules, las águilas imperiales rojigualdas y el brazo en saludo cesariano para campar conmemorativamente en el recuerdo y añoranza memorial de aquel tiempo pasado en el que todos éramos felizmente ciegos, tristemente vencidos o simplemente cobardes y conformistas; mientras que ellos, los acólitos al pensamiento unidireccional dirigido eran la clase predominante, realmente feliz y ahora evocadora de otros tiempos mejores. Por otro lado, los falsamente felices enarbolarán sus puños al aire junto a sus banderas tricolores, rojas o rojigualdas constitucionales, para recordar y festejar al mismo tiempo que, con su marcha, todavía queda mucha España que limpiar y sobre todo que recuperar para poder pasar ésa página pendiente de nuestra historia.

Treinta y nueve años con él, más treinta y ocho sin él y, bajo tierra sigue estando su firma en bolígrafo de color rojo.

Jordi Carreño Crispín

Vicepresidente de la A. I La Memoria Viv@


La narrativa de las pistolas

noviembre 17, 2013

Dionisio Ridruejo (a la izquierda) realiza el saludo fascista junto a Franco ante la tumba de José Antonio Primo de Rivera, / efe

Madrid 16 NOV 2013

El catedrático José-Carlos Mainer amplía su clásico ensayo ‘Falange y literatura’ con una mirada menos benévola hacia los escritores que abrazaron el fascismo

En 1971 las palabras tenían otra carga. Una como fascismo, por ejemplo, podía hundir un proyecto. Así que José-Carlos Mainer (Zaragoza, 1944) espolvoreó con prudencia el término por su antología de escritores falangistas para sortear la censura. Gracias a cautelas como esa, su ensayo Falange y literatura salió airoso del escrutinio previo de los vigías del régimen y se convirtió en un clásico cuyas huellas pueden rastrearse en estudios y novelas posteriores. “A lo mejor ahora hubiera titulado Fascismo y literatura en España,pero no me planteé el problema para esta reedición. El libro tenía que ser fiel al título original”, precisa.

El fascismo, “una patología internacional de la conciencia política”, en palabras del catedrático de Literatura, alimentó como fenómeno cultural una “importante zona (aunque errónea) de la modernidad”. Una parte de la literatura se tiñó de misiones ineludibles, pistolas briosas y virilidades desenfundadas.

Cuatro décadas después de aquella primera edición de la editorial Labor, Mainer ha aceptado revisar —y ampliar casi hasta construir un libro nuevo, ahora en RBA— su estudio sobre los intelectuales que se embutieron en una camisa negra —a veces literal como José María Pemán o Dionisio Ridruejo— en la primera mitad del siglo XX. Ha dinamitado las cautelas de entonces y también, como él mismo confiesa en su introducción, su “benevolencia” hacia los protagonistas. “En parte había un deseo de decir que dentro del mundo de los que ganaron la guerra, ellos eran mejores. Ahora eso está más matizado. Es evidente que fue el parapeto al que se acogieron muchos que no se sentían cómodos en el catolicismo y también que Falange fue un buen escape en algún momento para personas que tenían puntos oscuros en su pasado”.

La antología comienza con piezas de precursores como Luys Santa Marina, que en 1924 publicó Tras el águila del César. Elegía del Tercio (una invención de su experiencia militar en el Rif), o Rafael Sánchez Mazas, acaso el falangista más revivido en democracia gracias a la novela Soldados de Salamina, de Javier Cercas, que evidenció sus simpatías en el artículo que recogía la toma del poder de Mussolini en 1922: “Esta noche de sábado, del 28 de octubre, Caballo y Rey han cantado ‘las cuarenta’ a todo un naipe obscuro de demócratas, de socialistoides, de politicantes, de memos seudocontemporáneos, de crédulos, de antipatriotas y de toda la banda averiada que Italia ha padecido cincuenta años y ha hecho padecer, como engañabobos, a Españas de Ferrer o a Francias de Dreyfus”. Cierran la selección textos de Jacinto Miquelarena, Agustín de Foxá, Álvaro Cunqueiro y Ángel María Pascual, que Mainer aglutina bajo “los caminos del humor y la fantasía”.

Todos son, pero no todos están. El volumen se ha enriquecido con nuevos textos de autores como Julián Ayesta o Ángel María Pascual que no figuraban en la versión original, aunque perduran algunas ausencias. Mainer no logró la autorización de los descendientes de José María Castroviejo, escritor y director de El pueblo gallego, y de Ramiro Ledesma Ramos, el fundador de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalistas (JONS), asesinado en Madrid al comienzo de la guerra, para incluir sus obras. “Castroviejo fue de las JONS, y sentimentalmente era carlista, pero elaboró una imagen de sí mismo valleinclanesca”. Mainer compara textos en los que ensalzaba el heroísmo de los civiles alemanes que soportaban los bombardeos aliados frente a otros en los que se burlaba de los civiles de París durante la ocupación nazi.

El falangismo no es un pasado cómodo. Ya no lo era en 1971, cuando la historia corría en dirección opuesta. Varios autores no le perdonaron a Mainer su inclusión en la obra. Excepcionales fueron los aplausos, aunque los hubo: Luis Felipe Vivanco y, en especial, Dionisio Ridruejo, el caso más singular por su evolución política: del desencanto fascista a la lucha por la democracia. Hubo casi tantas maduraciones como individuos. “Algunos perseveraron patéticamente en sus ideales hasta su muerte. Ernesto Giménez Caballero escribió en los noventa una carta en Abc en la que pedía ser enterrado junto a José Antonio en el Valle de los Caídos”.

Buena parte comenzó a alejarse del falangismo, y del culto a la violencia, en plena dictadura, en sintonía con la declinación del fascismo en Europa. Con desigual cargo de conciencia. “Gonzalo Torrente Ballester, que acepta mal no ser un escritor de referencia en los cuarenta y vive de lo que los periódicos del partido le proporcionan hasta que rompe discretamente a partir de los cincuenta, es el que ha borrado más deliberadamente las huellas”, señala Mainer, que considera la novela Javier Mariño —cuyo final fue modificado por el escritor— la más fascista de todas.

José María Pemán se enfundó la camisa azul en la guerra y desató el delirio de los suyos con Poema de la bestia y el ángel (1938). “Fue un caso aparte porque rápidamente vuelve al monarquismo y se va dulcificando”. También singular fue la trayectoria de Pedro Laín Entralgo, “una cabeza privilegiada que a partir de 1956, cuando cesó como rector, no perdió las prerrogativas pero fue mudando hacia un espíritu liberal”. Sus memorias, Descargo de conciencia (1976), son un ejercicio de “cautelas y ocultaciones parciales”, en opinión de Mainer.

Sostiene Andrés Trapiello en Las armas y las letras que los escritores falangistas pertenecen al grupo de los que ganaron la guerra y perdieron la literatura, aunque en opinión del poeta Luis García Montero, la literatura estaba en otra parte. José-Carlos Mainer zanja salomónico: “Las dos cosas son ciertas. El fascismo es un mal consejero. Lo peor que les pudo ocurrir fue haber ganado la guerra. Pero por supuesto la literatura estaba en los escritores del exilio”.

http://elpais.com/cultura/2013/11/16/actualidad/1384626363_153772.html


143.353 desaparecidos en la Guerra Civil y la dictadura del general Franco

octubre 23, 2013

…22/09/2008…

y a fecha de hoy, 23/10/2013, seguimos sin ser atendidos por el Estado español..

 

http://www.rtve.es/noticias/20080922/garzon-recibe-143353-nombres-desaparecidos-guerra-civil-franquismo/161905.shtml


Martín Villa sobre la querella de crímenes del franquismo: “Secreto de sumario”

octubre 16, 2013
Europa Press, 09-10-2013 – 11 octubre 2013

martin-villa-fascista-webEn la querella Argentina se solicitan órdenes de detención internacional contra él

 MADRID, 9 Oct. (EUROPA PRESS) –

QUERELLA INTERPUESTA EN ARGENTINA

“Secreto de sumario”, ha respondido el exministro y exvicepresidente del Gobierno Rodolfo Martín Villa, al ser preguntado por Europa Press sobre la querella interpuesta en Argentina en la que se solicitan órdenes de detención internacional contra él, que fue nombrado ministro tras la muerte del general Franco, así como dos ministros franquistas, dos jueces y cuatro policías por delitos de genocidio y lesa humanidad cometidos durante la dictadura española.

Así se ha expresado Martín Villa, al término de un coloquio organizado por la Asociación para la Defensa de la Transición en el que ha participado como ponente. Martín Villa fue ministro tras la muerte de Franco y miembro de los gobiernos democráticos de Adolfo Suárez y Leopoldo Calvo-Sotelo para acabar siendo vicepresidente con este último.

Los querellantes piden a la Justicia argentina que impute también a los ministros José Utrera Molina –suegro del ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón– y Fernando Suárez; así como a los exjueces Rafael Gómez Chaparro y Jesús Cejas Mohedano.

La acción judicial también está dirigida contra los exagentes de la Brigada Político Social (BPS) Juan Antonio González Pacheco, alias ‘Billy el Niño’, y José Ignacio Giralte González, contra el exescolta Celso Galván Abascal y el ex guardia civil Jesús Muñecas Aguilar por “consentir” torturas bajo el régimen. Todos ellos se enfrentan a penas de entre 8 a 30 años de cárcel.

El pasado mes de septiembre, la magistrada argentina María Servini dictó una resolución en la que recogía la orden internacional de detención preventiva, con fines de extradición, para Muñecas Aguilar, Galván Abascal, Giralte González y González Pacheco, alias ‘Billy El Niño’.

DEBATE EN EL SENADO

Precisamente hoy, representantes del PSOE, Izquierda Plural (IU-ICV-CHA), ERC y Amaiur han reclamado en el Pleno del Senado que el nuevo Código Penal profundice en el castigo a la apología del franquismo, durante una moción promovida por CiU para equiparar la dictadura española con el nazismo y tipificar su exhibición o justificación.

Durante la sesión se ha debatido sobre la investigación abierta en Argentina por las desapariciones del franquismo y la libertad condicional concedida recientemente al exgeneral de la Guardia Civil Enrique Rodríguez Galindo.

http://www.europapress.es/nacional/noticia-martin-villa-querella-crimenes-franquismo-secreto-sumario-20131009191913.html / A través del Foro por la Memoria


La memoria más cruenta…

octubre 16, 2013

Un libro rememora el bombardeo sufrido por Jaén en 1937 por tropas de la Legión Cóndor

Jaén 10 OCT 2013

 Fotografía del bombardeo de Jaén el 1 de abril de 1937 tomada desde uno de los aviones que participó en el ataque.
 
Los poetas Miguel Hernández y Rafael Porlán fueron testigos excepcionales de uno de los episodios más cruentos de la Guerra Civil española. Ambos se encontraban en Jaén cuando, el 1 de de abril de 1937, tropas aéreas de la Legión Cóndor infligieron un severo y cruel bombardeo sobre la ciudad. Un ataque que quedó plasmado luego, con gran realismo y emotividad, en los versos de Miguel Hernández, entonces enrolado en el Altavoz del Frente, un órgano encargado de la propaganda de la zona republicana, y también en la obra del poeta cordobés Rafael Porlán.

El bombardeo de Jaén es el título del libro del que es autor Juan Cuevas Mata, licenciado en Historia Contemporánea y Bibliotecario del Ayuntamiento de Jaén. Cuevas ha recurrido a fuentes archivísticas, hemerográficas, bibliográficas y a testimonios de algunos jiennenses que vivieron aquel drama, saldado con 285 víctimas mortales, 157 durante el ataque aéreo y otros 128 presos fusilados posteriormente.

“Todavía quedaban aspectos oscuros de este bombardeo, sobre todo los relacionados con la operación militar, que ahora se esclarecen con la aportación de documentos procedentes de archivos militares, cerrando así un capítulo de la historia de la Guerra Civil en Jaén”, señala el historiador jiennense, que dedica esta obra a todas las personas, en especial a los más jóvenes, que “tienen derecho a conocer la verdad de lo ocurrido en aquel momento histórico”.

http://ccaa.elpais.com/ccaa/2013/10/10/andalucia/1381421243_769497.html

El ataque aéreo del 1 de abril de 1937 se produjo en represalia por el bombardeo llevado a cabo horas antes sobre Córdoba por la aviación gubernamental republicana. “La conmoción causada en la ciudad se tradujo en una frenética actividad cuyo objetivo era dotar a sus vecinos con los refugios antiaéreos suficientes para guarecerse en caso de un nuevo ataque”, subraya Juan Cuevas.

“Con esta obra se da un paso importante, para Jaén y para el conjunto de Andalucía, en la reconstrucción de una visión fidedigna de lo que supuso la agresión armada contra el legítimo orden republicano para el pueblo andaluz que lo sustentaba. Esta es la mejor forma de reparar al menos parcialmente el dolor causado a las víctimas y, al mismo tiempo, de fortalecer nuestra convivencia sustentada en valores democráticos que deben ser profundos para que sean ciertos”, indicó Luis Naranjo, director general de la Memoria Democrática de la Junta de Andalucía, durante la presentación de este libro, este jueves en Jaén.


‘De aquellos polvos vienen estos lodos’: los gestos franquistas no sólo son de los ‘cachorros populares’

septiembre 15, 2013

Un alcalde del PP en Ourense presume del ‘Cara al Sol’ en la sintonía de su móvil y tiene en su despacho un retrato de Franco.

El alcalde de Beade, en Ourense, Senén Pousa (PP). EFE/Archivo

Altos cargos del PP han tenido que salir a desligar al partido de los gestos franquistas  de varios dirigentes de Nuevas Generaciones que han circulado por las redes sociales y de los que ELPLURAL.COM se ha hecho eco. Ayer mismo destapábamos el pasado fascista del coordinador General de Presidencia de la Junta de Andalucía, Juan Parejo, que se fotografió en su adolescencia haciendo el saludo nazi. Tras ser descubierto, se justificó hablando de un error de juventud.

Un alcalde con el Cara al Sol
Sin embargo, no se trata sólo de expresiones de esa organización juvenil. Ya se sabe que de aquellos polvos vienen estos lodos. Provienen, también, de personas que ocupan cargos institucionales, como es el caso del alcalde de Beade, en Ourense, Senén Pousa, que presume de tener en su móvil como sintonía principal el Cara al sol y tiene en su despacho un retrato de Franco. La oposición pide su dimisión.

Misas en honor de Franco y retrato del dictador
Anova, de Alternativa Galega de Esquerda (AGE), ha criticado en un comunicado los “desmanes fascistas” del alcalde de Beade, a quien acusan de “presumir” de tener “el Cara al sol” como tono de móvil, un hecho que “no se puede permitir”, porque es hacer “apología del fascismo y del dictador”, y ha recordado que a partir del próximo 1 de diciembre podrán ser sancionados los Estados que no penalicen el fascismo.

Anova ha exigido la dimisión de Senén Pousa así como la retirada de subvenciones al Ayuntamiento hasta que no se solvente esta situación y “se respete la Ley de Memoria Histórica” por un alcalde que es “conocido” en la provincia, entre otras cuestiones, por presenciar misas en honor de Franco y tener un retrato del dictador en su despacho.

Xuventudes Socialistas dice que no se puede consentir estos actos en una democracia
Para las Xuventudes Socialistas de Galicia (XSG), “en una democracia no se puede consentir que un municipio esté en las manos de un hombre que tiene un retrato de un dictador en su despacho y se jacte de haber dado misas en los aniversarios de su muerte”, apuntan en un comunicado.

BNG pedirá la reprobación de Pousa
En el mismo sentido, el BNG anunció que presentará una iniciativa la próxima semana en el Parlamento de Galicia para pedir la reprobación del alcalde de Baralla y, por extensión, del regidor de Beade, por sus últimas declaraciones. Según la diputada del BNG en la provincia de Ourense, Tereixa Paz, es “lamentable” que se sigan aceptando este tipo de manifestaciones, que representan prácticamente “apología” del régimen franquista.

La diputada de BNG ha mostrado su “sorpresa” por la “permisividad” de la dirección del PPdeG al no condenar este tipo de actitudes que “no son aisladas”, en el seno del partido.

El alcalde dice que es una polémica creada “por unos cuantos”
El alcalde, en cambio, se lo toma con calma y se resite a entrar en la polémica, que, según afirma, ha sido creada “por unos cuantos”.  Senén Pousa ha advertido a los críticos que  él también “podría responder a algunos de forma ofensiva”. En declaraciones a EFE, ha asegurado que no le “preocupa lo que se pueda decir” de él. “Soy dueño de mi vida” y, por tanto, “sé lo que digo y lo que hago”, ha añadido.

http://www.elplural.com/2013/09/13/de-aquellos-polvos-vienen-estos-lodos-los-gestos-franquistas-no-vienen-solo-de-los-cachorros-populares/


La importancia del acto de El Mazucu…

septiembre 15, 2013
Rubén Norniella, 12 Sep 2013 – 13 septiembre 2013

142802921La agresión al monolito demuestra la necesidad de poner en marcha el triple principio: verdad, justicia y reparación

 LA IMPORTANCIA DEL ACTO DE EL MAZUCU…

Un pueblo que olvida su historia es un pueblo sin futuro, ya que está condenado sin remisión a repetirla. Este aforismo resulta incuestionable cuando observamos hasta qué punto la Transición Política Española es ya un fracaso absoluto y la puesta en marcha de una segunda Transición es una evidencia cada vez menos cuestionada. En ese sentido, el acto que se va a celebrar este sábado en el Altu de El Mazucu se ofrece como un camino ineludible hacia la regeneración democrática.

Todos  los países europeos, incluso los latinoamericanos, que sufrieron el fascismo han realizado una ineludible catarsis democrática. El principio de “verdad, justicia y reparación” es el principio irrenunciable hacia una verdadera democracia.

En España no se estableció la verdad histórica sobre el franquismo, lo que ha permitido que el revisionismo histórico de pseudohistoriadores como Pio Moa traten de disfrazar lo ocurrido. Se recurre –como bien explicaba Gerardo Iglesias en la Mesa Redonda celebrada el pasado martes en Oviedo- a mentiras como que “en ambos bandos hubo cosas”, para tratar de igualar a los depositarios de la voluntad popular –la Republica-, con los golpistas que se alzaron contra dicha voluntad, con el apoyo del fascismo internacional –nazis y fascistas italianos-.

Tampoco se hizo justicia. Ni se juzgó al franquismo –ni siquiera ha habido una condena institucional al franquismo, ya que el PP lo ha impedido-, ni se anularon las sentencias del aquel Régimen. Algo que hace que los que lucharon por la única democracia plena que ha conocido España en toda su existencia, sean considerados legalmente como bandoleros. Curiosamente, esos mismos hombres son considerados héroes en toda Europa por su lucha contra el nazismo y han sido distinguidos con los máximos honores en la vecina Francia. Este hecho da una idea clara de nuestra calidad democrática.

Por último, tampoco ha existido una reparación a las víctimas. Al contrario: muchos de ellos continúan en las cunetas, no se ha realizado una investigación oficial sobre los asesinatos y desapariciones y el trabajo que debía realizar el Estado lo tienen que realizar penosamente y sin apenas recursos las Asociaciones Memorialistas. Tampoco se ha esclarecido ni reparado a las víctimas del trabajo esclavo, ni se han establecido indemnizaciones por parte de las empresas que se vieron favorecidas por dicho trabajo. Muchas de ellas son hoy algunas de las mayores y más prosperas empresas del país. Ahí tienen una de las claves por las cuales existe tanto miedo a la memoria histórica.

Además, las estructuras judiciales, económicas y financieras del franquismo han pervivido hasta hoy. La legalidad franquista sigue estando en vigor. Esa es la consecuencia de la máxima de Torcuato Suárez Miranda –el arquitecto asturiano de la Transición-: “de la ley a la ley”.

Ese pretendido paso de una dictadura fascista a una presunta democracia sin desmontar las estructuras de la dictadura tenían una consecuencia previsible aunque ignorada entonces: si  pervivían las estructuras, también lo harían los “vicios” del sistema, su corrupción… En esas estamos. Ahora, la crisis ha hecho reventar las alcantarillas del sistema y la mierda ha llegado a la calle.

Otra consecuencia lamentable de la Transición es la de ver como la difamación permanente que el franquismo hizo de la Republica continua hoy con la misma tónica. La II Republica supuso que, por primera vez en España, se pusieran en marcha reformas que ya se habían realizado en toda Europa tras la Revolución Francesa, pero que no llegaron a España, en la que manteníamos una estructura pseudofeudal. La resistencia a tales medidas por parte de dicha estructura, apoyadas por la derecha española –por la cual jamás pasaron las ideas de la Ilustración-, de corte integrista en lo religioso y nacional-centralista, en lo administrativo, fue tal que Gil Robles, líder de la Ceda, no tenía reparo alguno en amenazar en la prensa de la época, que acabarían con las citadas reformas “por las buenas o por las malas”. A ello se le sumaba la labor de la integrista iglesia católica española, que espoleaba a los suyos desde los púlpitos. La misma Iglesia que tuvo un labor protagonista –a veces, incluso, con pistola en mano- en la Represión. Jamás  han pedido perdón por esa participación.

Esa ignorancia no ha servido –sino todo lo contrario- para cerrar y cauterizar heridas, como se ha venido sosteniendo. La también muy manida frase de “esas cosas mejor no revolverlas” es una de las más lamentables de este periodo. Esta frase –como muy bien reseñaba Gerardo Iglesias el martes- no es sino una amenaza por parte de los vencedores de la Guerra. Si a esto lo llaman ellos “cerrar heridas”, ya me contaran ustedes…

Ahora, observamos como las  clases dirigentes europeas y mundiales están aboliendo a un ritmo frenético todas las conquistas sociales logradas por los trabajadores tras la II Guerra Mundial. Están haciendo exactamente lo mismo que lo que hizo la Ceda de Gil Robles durante el llamado “bienio negro” de la II Republica. No es nuevo: lo que está ocurriendo se parece como una gota de agua a otra a lo que ocurrió tras el “crack del 29” y que derivó después a la II Guerra Mundial.

Dicen que la Transición Española la diseñó Henry Kissinguer con el propio Franco. También se ha hablado muchas veces de la “conexión alemana”, una operación con Billy Brand a la cabeza, para refundar una socialdemocracia española “a la europea”. De hecho, tras el Congreso de Suresnes, el PSOE renovado logró desplazar al histórico. La deriva hacia posiciones liberales por parte del PSOE es un hecho indiscutible…

También el papel de Santiago Carrillo y el PCE ha sido ampliamente discutido. Su papel en la Transición ha sido muy cuestionado y está lleno de errores garrafales. La izquierda institucional española ha sido muchas veces cuestionada. Y no sin razón…

Por esto, porque si queremos tener de verdad una democracia sin corrupción, sin los viejos vicios de la dictadura, el establecimiento de una segunda Transición, en la que se pongan en valor los preceptos de “verdad, justicia y reparación” son absolutamente vitales. De ahí que el acto de este sábado en El Mazucu sea vital…

En estos momentos, rescatar la verdad y ponerla en el primer plano político de la actualidad es imprescindible. Es una labor previa para poder tener una democracia de calidad. El sábado se va a homenajear a los que combatieron por la única democracia plena que España ha conocido en toda su historia. Ellos lucharon por nuestros derechos, por un futuro mejor para nosotros. Y lo pagaron con su vida. Merecen nuestro eterno reconocimiento.

El acto sirve además como devolución de otro realizado en el municipio vasco de Larrabetxu, en el que recientemente se homenajeó a los combatientes asturianos que murieron en la batalla que se produjo en ese municipio. No es solo un homenaje a los combatientes vascos y asturianos, sino a todos los combatientes que dieron su vida en la batalla más importante del Frente Norte y que serviría de manera importantísima en cómo se combatiría en la II Guerra Mundial. La “Legión Condor” alemana fue determinante para que los rebeldes franquistas vencieran en aquella batalla.

Una placa fascista que homenajea a los aviadores nazis continua, incólume, en el Alto de El Mazucu desde hace 70 años. España debe de ser el único país en el que aún continúan en pié unos monumentos que son considerados delito en el resto de Europa….

Mientras tanto, el monolito colocado también en El Mazucu para homenajear a los combatientes republicanos ha sufrido un atentado fascista: la placa ha sido arrancada y el monolito se ha visto mancillado con una pintada franquista. Esto demuestra, una vez más, la necesidad de poner en marcha el triple principio: verdad, justicia y reparación.

Rubén Norniella,  Periodista y miembro de la Junta Directiva de FAMYR


77 años depués, sin Verdad Justicia y Reparación oficiales.

septiembre 13, 2013

Hoy 13 de septiembre de 2013 hace, día por día,  77 años que las tropas franquistas secuestraron, a mi abuelo paterno Wenceslao Romero de Castilla López, de 42 años, ferroviario, en Mérida (Badajoz). Le llevaron a un cuartelillo de la Guardia Civil en los aledaños de la plaza central emeritense, donde estuvo retenido 3 días. Posteriormente desapareció.

Obra en mi poder un certificado de defunción registrado el mes de febrero del 37 (“muerto por arma de fuego”) sin reconocimiento médico-legal y sin lugar de enterramiento, el 16 de septiembre de 1936… Nueve huérfanos y una viuda.

libro La columna de la Muerte. F. Espinosa Maestre

Hace pocos años otro documento, una declaración jurada hecha en 1978 por un ciudadano emeritense al Alcalde de esta ciudad, llegó a mis manos. La persona, que por discreción no nombro, jura que conocía a mi abuelo y a su familia y que le consta que fue fusilado por las tropas franquistas delante de las tapias del cementerio local. Esta persona, ya fallecida, era un conocido e importante empresario en esta localidad.

Victor Santos Asensio y Wenceslao Romero de Castilla Lopez, asesinados en Mérida.

Victor Santos Asensio y Wenceslao Romero de Castilla Lopez, asesinados en Mérida.

Contaré ahora algo ocurrido 3 años después del asesinato de Wenceslao en esa misma ciudad.

Mi abuelo materno, Eustaquio Ramos Muñoz, fue encarcelado en marzo del 39 y pasó del campo de concentración de Plasencia (Cáceres) a otro en Palma de Mallorca ( Las Islletas) y de ahí a la Provincial de Cáceres. Tres años fueron su reclusión. Antes de fallecer en diciembre del 75 escribió sus memorias y en ellas relata  sus vivencias y el traslado de un centro de reclusión a otro, cito aquí textualmente la parte que cuenta su llegada en tren a Mérida antes de ir a Cáceres en marzo del 40 después de 8 días de transporte : “…así aguantamos 8 días; después nos esposaron más fuerte y cuando llegamos a Mérida no se veían las esposas, estaba como para reventar y llamar a los guardias 90 cosas; enseguida que llegamos nos metieron en un convento, sucio y húmedo; y los que venían conmigo ya los estaban esperando sus mujeres con mucho pan y latas de sardinas y atún y llenaron una bolsa de pan y sardinas; cuando llegaron al día siguiente para llevarnos a Cáceres se despidieron todos de mí y el guardia al ver que tenía las manos  hinchadas me dijo que si me convenía que me atara la pierna al banquillo del tren les dije que sí, esos guardias de la provincia de Cáceres parecían que eran mejores…”

texto Mérida Eustaquio

 Para que conste, en Memoria de mis dos abuelos y de todos sus compañeros de infortunio.

 ¡Verdad, Justicia y Reparación!

Pedro Vicente Romero de Castilla Ramos.


Gerardo Iglesias: “España es el único país que sufrió el fascismo y no lo ha condenado”

septiembre 8, 2013

Público, 03/09/2013 – 4 septiembre 2013

Sucedió al mítico Carrillo al frente del PCE y se inventó Izquierda Unida, un proyecto en el que ahora cree mucha gente. Pero quedó fuera de juego. Ahora, vuelve para reivindicar la guerrilla antifranquista. Es Gerardo Iglesias.

 

Gerardo Iglesias, en la inauguración de la exposición sobre la guerrilla antifranquista en Asturias.

Gerardo Iglesias, en la inauguración de la exposición sobre la guerrilla antifranquista en Asturias.MARCOS VEGA.

Usted lleva veinte años fuera del mundo y, de pronto, se interesa por los guerrilleros antifranquistas, a los que les ha dedicado un libro y, ahora, una exposición. ¿Por qué?

Porque hay que reconocer lo que hicieron aquellas gentes. En Asturias, que es donde yo me centro, la guerra terminó en 1937 y la gente se echó al monte huyendo de la represión, con una mano atrás y otra delante, para escapar de una muerte segura. Anduvieron ‘fugaos’ (huídos, se dice en otras partes de España) hasta que quedó claro que la guerrilla era inútil, porque los aliados no iban a venir a España, tras Italia y Alemania, una vez derrotados Mussolini y Hitler.

¿Hasta cuándo dura la guerrilla?

Aquí, hasta 1952, que es cuando Ramón González, ‘Ramonón’, se pega un tiro porque está cercado en La Camocha. Pero en otros lugares de España, hasta bien entrados los sesenta.

¿Qué responsabilidad tienen los Cuerpos de Seguridad (el Ejército, la Policía, etcétera) y cuál la Falange en la represión?

Falange la tiene toda. Sus miembros eran gente de la zona e informaban sobre sus vecinos; también conocían el monte, así que con frecuencia el Ejército llegaba cuando los falangistas ya habían actuado.

Los falangistas y demás…

Hombre, sí; decir ‘los falangistas’ es una forma de hablar: los falangistas, los del Somatén, los partidarios de Franco, los de derechas…

Los fascistas, digamos; por usar un término más internacional.

Si, sí; los fascistas. España es el único país del mundo que sufrió el fascismo y no lo ha condenado.

Volvamos a los guerrilleros: ¿cómo vivía aquella gente, en su día a día?

Bueno, pues de forma muy distinta a como se lo imagina la gente, que ha sido educada por el Cine y piensa en los antifascistas como en los resistentes de Francia.

Pero no había una España libre, como había una Francia libre…

Claro que no; por eso digo que aquí las cosas eran distintas.

¿Más como en la guerrilla de Sierra Maestra, en la Cuba de Batista?

Si quieres verlo así…

No. Sólo trato de poner imágenes evocables por la gente…

Entonces sí.

Seguimos con la Historia y llegamos a la muerte de Franco. ¿Qué pasa con los guerrilleros?

Que son abandonados por el imaginario colectivo de los españoles, volcado en sacar adelante una Transición a la que, luego, se la considera modélica.

Pero que no lo es.

Claro que no, porque se basa en la desmemoria. Y de ahí esta exposición.

http://www.publico.es/466104/gerardo-iglesias-espana-es-el-unico-pais-que-sufrio-el-fascismo-y-no-lo-ha-condenado


«El franquismo sigue presente en las instituciones españolas»

mayo 26, 2013

El ex fiscal anticorrupción Carlos Jiménez Villarejo afirma que «el uso  de material antidisturbios rememora las formas de represión de la  dictadura»

JAVIER CORIABarcelona26/05/2013

 

Carlos Jiménez Villarejo, exfiscal anticorrupción Carlos Jiménez Villarejo. FRANCESC SANS

Carlos Jiménez Villarejo, exfiscal anticorrupción Carlos Jiménez Villarejo. FRANCESC SANS

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El pasado 24 de mayo, tuvo lugar en Barcelona un acto público en memoria de Yolanda González, la joven dirigente estudiantil que fue asesinada por un comando fascista de Fuerza Nueva en 1980, y cuyo asesino, Emilio Hellín, trabaja como asesor y perito informático para las fuerzas de seguridad del Estado, según publicó El País. Uno de los intervinientes en la reunión, fue el ex fiscal anticorrupción de la Audiencia de Barcelona, Carlos Jiménez Villarejo (Málaga, 1935), que se siente muy cercano a este caso y asesora a los hermanos de Yolanda.

«Acabo de estudiar [se refiere Virallejo al ensayo que escribió junto al magistrado Antonio Doñate recientemente publicado Jueces, pero no parciales. La pervivencia del franquismo en el poder judicial] cómo el franquismo sigue presente, de muchas maneras, en la sociedad española, en las instituciones llamadas democráticas, y particularmente en la magistratura. Que una persona condenada en su día por un asesinato gravísimo, aparte de otros delitos con múltiples agravantes, y que además cumplió la pena en unas condiciones muy favorables por parte de los jueces de vigilancia penitenciaria, que ninguno de los jueces que favorecieron su fuga fuera sancionado penalmente, pese haber estado huido durante tres años y siete meses en Paraguay al servicio de la dictadura militar de Alfredo Stroessner… en fin, que todo eso ocurra, y que volvamos a reunirnos para hablar de esto demuestra que hay una auténtica pervivencia de valores autoritarios, propios del sistema totalitario franquista en ciertos sectores de la magistratura, aunque no hay que generalizar, porque hay jueces de muchas clases».

Emilio Hellín cambió su nombre de pila por el de Luis Enrique y desde su empresa, News Technology Forensics, ha trabajado desde 2006 como asesor de criminalística de la Guardia Civil y dando cursos de rastreo informático y espionaje electrónico a la Policía Nacional, la Ertzaintza y los Mossos d’Esquadra.

¿Un crimen de Estado?

Además de los autores materiales del asesinato, Hellín y Velázquez, fueron colaboradores necesarios y condenados por ello Félix Pérez Ajero, José Ricardo Prieto, David Martínez Loza, ex guardia civil y Jefe Nacional de Seguridad del partido de Blas Piñar, Fuerza Nueva.

Emilio Hellín fue condenado a 43 años de prisión, aunque el código penal contemplaba los 30 años como pena máxima, sólo cumplió 14 años de cárcel, protagonizando dos intentos de fuga y la evasión citada a Paraguay, tras un permiso penitenciario. Cuando cometió el crimen, Hellín se refugió en casa de un policía de Victoria, y las sospechas de las vinculaciones del ultra con la policía y el ejército eran más que evidentes. En sus intentos de fuga, recibió armas y la Brigada Anticorrupción de la Policía investigó a varios funcionarios de la comisaría del distrito de Ventas, de Madrid, por facilitar cartulinas originales para falsificar el carné de identidad que Hellín utilizó para huir a Paraguay. Las armas utilizadas en el asesinato y los sofisticados aparatos de escucha que utilizaba esta banda criminal hacen pensar en las implicaciones de los aparatos del Estado, pese a ello ninguna investigación ni responsabilidad política fue depurada.

«No se puede hablar del pasado como quien habla de la guerra de la independencia de 1714»

Jiménez Villarejo considera que éste es uno de los problemas que tenemos pendientes de resolver y que se expresa de muchas maneras: «Todas las sentencias dictadas por los Consejos de Guerra y el Tribunal de Orden Público contra centenares de miles de españoles, republicanos, demócratas, etc., condenados injusta e ilegalmente, siguen sin ser anuladas porque el Tribunal Supremo se niega a hacerlo. Esto es una muestra del reconocimiento de la validez de la represión franquista por parte de la justicia española actual».

«Luego hay unos datos que aparecen dispersos en los medios», sigue Jiménez Villarejo. «Por ejemplo, el día 25 de junio está citado a declarar como imputado un periodista por haber hecho unas manifestaciones sobre la Falange Española de las JONS, y la vinculación de ese partido único de la dictadura con los crímenes de lesa humanidad cometidos durante la Guerra Civil y la dictadura. Un juez le ha abierto una causa a ese periodista [Gerardo Rivas, de elplural.com] por injurias graves a la Falange. ¿Cómo a estas alturas un juez de instrucción de España puede considerar injurias el hablar de los crímenes cometidos por la sublevación militar del general Franco, y dictador después, y la Falange que eran parte del aparato represor del franquismo?», se pregunta el ex fiscal. «Con los favores y complicidades que ha habido con Emilio Hellín, que aparte de hacerle cumplir una pena lo más corta posible y en las mejores condiciones posibles, y después de una manipulación para ocultar su identidad que podía ser conocida, parece incomprensible que fuera contratado, con dinero público, por los servicios policiales de los gobiernos democráticos», insiste Jiménez Villarejo, que cree que el gobierno debe contestar a la proposición no de ley que han formulado los grupos parlamentarios [PSOE, CiU, Izquierda Plural y EAJ-PNV] a propuesta de los familiares».

 Sobre la querella argentina contra los Crímenes del Franquismo, Villarejo opina que, hasta ahora, el Ministerio de Justicia, que tramita las comisiones rogatorias que tienen que atravesar primero el ámbito gubernamental y luego pasar al ámbito judicial, «ha puesto toda clase de dificultades y obstáculos para que se practiquen diligencias». «Como las que se iban a practicar hace un mes [se refiere a las videoconferencias en el consulado de Argentina] y que no se pudieron practicar por unos supuestos problemas técnicos que yo creo que eran políticos. El gobierno español se opone frontalmente a que se investiguen aquí los crímenes del franquismo. Tengo mis reservas que todo eso llegue a buen puerto, pero ojalá que se consiga superar esos obstáculos por la justicia argentina».

«La represión hoy también tiene lugar, y ahí están las pelotas de goma para demostrarlo»

Desde distinto frentes, la iniciativa de Justicia Universal que están haciendo patente los más de 300 querellantes, es atacada con la consabida cantinela de que no es bueno abrir viejas heridas y que los problemas de la sociedad española hoy son otros: «Los problemas de la sociedad son muchos, entre ellos éste. Hay problemas que vienen del pasado y que persisten, y siguen siendo problemas, porque no se han afrontado en su momento y siguen presentes. Si hay más de cien mil desaparecidos distribuidos por las tierras de España, y de Catalunya también, y nadie ha hecho nada, ni siquiera la justicia, para conocer e identificar esos restos y darles un entierro digno como merecen y exigen la convenciones internacionales, pues eso es una asignatura pendiente. Un monje de Montserrat que ha estudiado el nacionalcatolicismo del franquismo, Hilario Raguer, dijo: ‘No se pueden cerrar en falso las heridas infectadas’. Esto no es una herida cualquiera, es una herida que afecta a una parte muy importante de la sociedad española, y no se puede hablar del pasado como quien habla de la guerra de la independencia de 1714, por ejemplo».

Jiménez Villarejo denuncia la «corrupción generalizada del sistema político que, con sus 500 casos abiertos, está colapsando los juzgados españoles» y las acusaciones de nazismo que algunos lanzan sobre ciudadanos que ejercen el derecho a manifestación. «Eso no es admisible bajo ningún concepto, responde al estado de crispación en que vivimos, esos términos hay que aplicárselos a quien corresponda», afirma. «La represión hoy también tiene lugar, y ahí están las pelotas de goma para demostrarlo. En estos días están declarando numerosos Mossos d’Esquadra, ya veremos en qué queda, no lo sé, pero de entrada han sido llamados a declarar como imputados, cosa la que Infanta no ha podido hacer, por ejemplo. Los daños causados por el uso de material antidisturbios tan violento son muy graves. Son formas de represión que rememoran a las formas de represión franquista, salvando las distancias».

http://www.publico.es/456038/


“¡Han matado a Yolanda!”

marzo 3, 2013

El novio y las amigas de la estudiante asesinada en 1980 por el ultra Emilio Hellín, hoy asesor de la Policía y la Guardia Civil, reconstruyen uno de los crímenes más brutales de la Transición

Yolanda González, abajo, en una fiesta de militantes del PST.

El modesto apartamento de 60 metros cuadrados —cocina, un pequeño salón y tres dormitorios— en el número 101 de la calle Tembleque, en el madrileño barrio de Aluche, estaba ordenado y las luces encendidas. Alejandro Arizcun, de 28 años, economista de la UGT, regresó pasadas las doce de la noche del viernes 1 de febrero de 1980. Ni Yolanda González Martín, su novia de 19 años, ni Mar Noguerol, la otra compañera de piso, estaban en casa. No le extrañó. Yolanda pertenecía a la coordinadora de enseñanza media y participaba en una huelga general. Creyó que estaría en alguna reunión o que dormía en casa de amigas.

El sábado día 2 Alejandro despertó solo y salió de su habitación. Su primer pensamiento fue para Yolanda, la estudiante a la que había conocido en agosto de 1978 durante una reunión política en un pueblo de Girona, la chica de enormes ojos marrones que a sus 17 años había dejado a sus padres y dos hermanos en Deusto (Vizcaya) para irse a vivir junto a él la aventura más intensa de su vida. “De pronto me alarmé porque sobre la mesa del salón vi su bolso, su cartera y su DNI. Pensé que estaba detenida porque era una activista estudiantil. Llamé a varias comisarías de policía y fui a los juzgados de Plaza de Castilla. Pregunté, pero nadie sabía nada. Por la tarde llamé a la sede del Partido Socialista de los Trabajadores (PST) y me dijeron que me pasara por allí”, recuerda ahora Arizcun, de 61 años, profesor de Economía en la Universidad Pública de Navarra.

Aquella mañana gris de febrero Mar Noguerol, de 19 años, estudiante de Económicas, la compañera de piso de Yolanda, también pensó que su amiga estaba detenida, también se fijó en el bolso sobre la mesita del salón, también se inquietó. Y recordó que la noche anterior las luces estaban encendidas. Salió de casa con dos chicos gallegos a los que habían invitado a pasar la noche y cuando regresaron a recoger sus cosas por temor a que les detuvieran también a ellos, se encontraron a varios policías de paisano registrando la vivienda. “Me llevaron a la Dirección General de Seguridad (DGS) con los dos chicos. Nos interrogaron durante varias horas preguntándonos si eramos de ETA. Que quiénes eramos, que en dónde militábamos… Un montón de policías distintos haciendo siempre las mismas preguntas. No entendíamos nada. Todo era una locura”.

Alejandro, su novio: «Me dijeron que la radio había informado de su muerte. Se me hundió el mundo»

En la sede del PST, el partido en el que militaba Yolanda, en el número 22 de la Gran Vía, en pleno centro deMadrid, decenas de militantes se preguntaban por el paradero de Yolanda. Entre ellas Rosa Torres, de 19 años, su mejor amiga. “A las seis y media de la tarde, el local estaba a rebosar. Participábamos en una lucha muy gorda, en pleno conflicto estudiantil, por lo que todos creímos que la habían detenido porque ella era miembro de la Coordinadora. Discutíamos sobre cómo continuar el conflicto. De pronto Mónica, la más veterana, una uruguaya que tendría unos 30 años, interrumpió la reunión y dijo: ‘Yolanda ha aparecido muerta’. Se cortó todo, la gente empezó a llorar. Mónica gritó: ‘Calma a todo el mundo”.

Alejandro Arizcun llegó caminando a la sede del PST. Le extrañó que hubiera tanta gente. Las miradas de algunos militantes y amigos se dirigieron hacia él, pero no supo interpretarlas. “Cuando entré me dijeron que la radio había informado que habían asesinado a Yolanda, que habían encontrado su cuerpo en una carretera. Se me hundió el mundo”. Muy cerca de allí, en la sede de la DGS, en la Puerta del Sol, uno de los policías que interrogaba a Mar Noguerol le espetó: “Han matado a tu amiga. Tienes que acompañarnos al Instituto Anatómico Forense a reconocer su cadáver”. “Me quedé sin habla, en estadoshock”, recuerda ahora Mar, su compañera de piso, de 52 años y madre de dos hijas.

Yolanda González Martín, en 1980, en Navarra.

Yolanda, la joven estudiante de electrónica en el centro de Formación Profesional de Vallecas, la chica de ojos color miel que encandilaba a todos por su fuerza y serenidad estaba allí, en la morgue del frío Instituto Anatómico Forense, en Atocha. De su cuello colgaba una cruz Lauburu regalada por el comité de empresa de una factoría vasca en reconocimiento a su lucha por los derechos de los trabajadores, de hombres y mujeres como su padre, un burgalés soldador metalúrgico en Nife que se trasladó con su familia a Deusto en busca de trabajo. La noche anterior los militantes de Fuerza Nueva Emilio Hellín Moro, de 33 años, e Ignacio Abad Velázquez, estudiante de Químicas, habían secuestrado a Yolanda en su piso de la calle Tembleque y la habían trasladado en coche hasta un descampado de San Martín de Valdeiglesias, a las afueras de Madrid. Allí, Hellín la obligó a bajar del vehículo y le disparó dos tiros en la cabeza a menos de un metro de distancia. Abad la remató y su disparo atravesó un brazo. El Batallón Vasco Español, antecesor de los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL), reivindicó el crimen. Desde su aparición en 1978 sus comandos habían asesinado dentro y fuera de España a 12 personas.

Mar Noguerol regresó a la DGS en la Puerta del Sol y siguió declarando durante horas. “Les conté toda nuestra trayectoria política y dejé bien claro que ninguno de nosotros, ni el PST tenía nada que ver con ETA. Estábamos radicalmente en contra de la violencia. Firmé mi declaración y regresé a la sede del partido en la Gran Vía. Era de noche. Recuerdo aquel día en color gris. Fue un día de horror. Fue algo inesperado para lo que no estábamos preparados”. Todos los amigos y compañeros de Yolanda estaban en el local de Gran Vía 22 preocupados, también, por Mar porque ignoraban que la policía la había llevado a declarar a la DGS. Todos sabían ya que Yolanda había sido asesinada, que había muerto sola.

Los militantes del PST, partido escindido del PSOE, creyeron que Yolanda no sería la única víctima. Días antes de su asesinato miembros de la ultraderecha habían matado a otro joven en Madrid y atacado con bates de béisbol a estudiantes que se manifestaban durante la huelga general de enseñanza. Arizcun, el novio de Yolanda, no regresó al piso de la calle Tembleque. Él no militaba en ningún partido, pero también se sintió objetivo. “Pensé que se había desatado una caza de brujas, que venían a por nosotros. Hablé con mis padres, que habían hablado conJuan José Rosón (entonces gobernador civil de Madrid) y dormí en casa de un amigo. Creía que vendrían también a por mí”.

Mar, la compañera de piso: la policía me dijo:  tienes que venir a reconocer su cadáver. me quedé sin habla, en estado de shock»

Alfonso Arague, miembro también de la coordinadora de enseñanza, lo recuerda así: “Empezamos a tomar medidas. Sobre todo la gente que estaba en el ojo del huracán: no volver a casa, esconder papeles de la huelga”. En casa de Marta Cardaba, otra amiga de Yolanda y militante del PST, durmieron esa noche 20 personas: “Necesitábamos estar juntos y sentirnos apoyados. Estábamos muy asustados y tristes”. Rosa Torres apostilla: “Éramos muy jóvenes y necesitábamos arroparnos”.

Amigos de Yolanda reunidos el miércoles en Madrid / CARLOS ROSILLO

En Deusto, en el domicilio de la familia de Yolanda, sus padres, Eugenio y Lidia, y sus hermanos Amaya, de 20 años, y Asier de 6, habían recibido la noticia horas antes de una forma insólita. “Un tío mío, hermano de mi padre, había oído la noticia por la radio y se presentó en casa para contárnoslo”, recuerda Asier, que sigue viviendo en el País Vasco al igual que sus padres, de 79 y 72 años respectivamente. Amaya reside ahora en Francia. Nadie de la Dirección General de la Policía contactó con ellos para comunicarles la tragedia. Sí lo hizo horas después el gobernador Rosón.

El velatorio se celebró el domingo por la tarde en la escuela de Vallecas donde estudiaba Yolanda. Duró toda la noche y acogió a miles de personas. Alejandro Arizcun conoció allí a los padres de su novia. “Los vi por primera vez”, recuerda. “Yolanda es vuestra, organizarlo todo como queráis nos dijo su madre. No nos cuestionaron nada, no nos recriminaron nada. Se adhirieron a lo que Yolanda había sido”, relata Mar, su compañera de piso. Marta Cardaba se ocupó de acompañar a la familia en aquellas horas. “¿Qué les podía decir yo si solo tenía 22 años? Tengo un recuerdo de una familia serena. Confiaban en nosotros. La unión fue total”, dice.

Rosa, su mejor amiga: «De pronto Mónica interrumpió la reunión y nos dijo: Yolanda ha aparecido muerta. Se cortó todo»

El lunes se celebró un funeral en la iglesia de Vallecas Dulce Nombre de María y luego una manifestación multitudinaria desde allí hasta el Centro de Formación Profesional, donde se colocó una placa en su recuerdo. Subidos en un templete, Alfredo Arague y Enrique del Olmo, secretario del PST, pronunciaron sus discursos. “Fue emotivo, emocionante y muy triste”, recuerda Enrique, de 60 años. Al día siguiente, martes, el cadáver de la joven de ojos color de miel regresó a Bilbao en un coche fúnebre, la tierra de la que salió dos años antes tras la estela de su novio y empujada por un sueño profundo y obsesivo que la movía desde los 16 años: luchar por un mundo mejor.

La respuesta estudiantil y sindical al asesinato de Yolanda González fue inmediata. El martes se convocó una asamblea en Industriales en la que se debatieron las movilizaciones. En las primeras filas y observándolo todo estaba Ignacio Abad Velázquez, el estudiante de Químicas y militante de Fuerza Nueva que había acompañado a Emilio Hellín, el tipo que remató a la joven cuando yacía en el descampado de San Martín de Valdeiglesias. El Batallón Vasco Español aseguró que su muerte era la respuesta al asesinato de seis guardias civiles en un atentado, pero la realidad es que Yolanda nunca tuvo nada que ver con la organización terrorista. “Era muy pacifista, siempre estuvo enfrentada a la lucha armada. Hasta su partido había hecho una condena expresa a la violencia de ETA”, recuerda su novio. Alejandro declaró en la DGS 48 horas después de la muerte de Yolanda y se fue dos semanas a casa de un familiar a Mallorca para no aparecer por el piso de Tembleque.

Marta, amiga: «Me ocupé de acompañar a los padres. ¿Qué les podía decir yo si tenía 22 años».

El 7 de febrero, seis días después del crimen, Enrique del Olmo, el secretario del PST, recibió una llamada del Gobierno Civil de Madrid. Rosón, el ministro del Interior, y el comisario Francisco de Asís querían verle. “Nos dijeron que el caso estaba resuelto. ‘Hemos detenido a los presuntos culpables’, dijo el comisario. Más tarde lo hicieron público, pero nos avisaron antes”. Rosa Torres, la amiga íntima de Yolanda, había recibido una llamada de la Policía en la tienda de muebles donde trabajaba en la madrileña calle del Capitán de Haya. “El agente me dijo: ‘ya no hace falta que venga a declarar porque tenemos detenidos’. Ese mismo día Hellín y Abad confesaron el asesinato. En el registro de la escuela de electrónica de Emilio, en el número 1 de la calle San Roque, se descubrió un arsenal de armas y explosivos. Era el material del Grupo 41 de Fuerza Nueva que dirigía Hellín y con el que preparaban otros atentados. Nunca se descubrió quién señaló a Yolanda como objetivo, aunque Alejandro, su novio, siempre sospechó que las actividades de Hellín como técnico en electrónica e informática tuvieron algo que ver con la escuela profesional de Vallecas donde la joven estudiaba electrónica. Hellín aseguró en el juicio que fue David Martínez Loza, ex guardia civil y jefe de seguridad de Fuerza Nueva, quién le ordenó secuestrar a Yolanda.

¿Por qué mataron a Yolanda? Su amiga Rosa Torres asegura tener una respuesta: “No la mataron porque sospecharan que era de ETA, la mataron para terminar con el movimiento estudiantil. Y lo cierto es que lo consiguieron porque hubo mucho miedo. Hellín fue solo una pieza, fue el que realizó el encargo. Estoy convencida. Ella tenía un proyecto en la cabeza, era trabajadora y muy responsable, era capaz de conseguir lo que quisiera. Pensaron que era peligrosa”. Mar, su compañera de piso, añade: Éramos producto de una época. Su asesinato fue uno de los coletazos del régimen. Veo un paralelismo con la situación que vivimos ahora”.

La investigación de EL PAÍS sobre la vida oculta de Emilio Hellín Moro, su cambio de nombre por Luis Enrique y sus trabajos de formación, informática forense y telecomunicaciones para el Servicio de Criminalística de la Guardia Civil, la Policía Nacional, la Ertzaina y los Mossos d’Esquadra han enfrentado de nuevo a los recuerdos a los amigos y familiares de Yolanda. Su novio lo explica así: “Durante años no he tenido respuestas a muchas preguntas. Durante un tiempo puse una barrera protectora, luego fueron fluyendo las emociones y los recuerdos. Esta revelación nos ha vuelto a enfrentar con la realidad de lo que ocurrió”. Amaya, la hermana mayor de Yolanda, asegura que conocer que el asesino— condenado a 43 años, de los que cumplió 14 incluyendo los 3 que pasó fugado en Paraguay— trabaja para las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado es “otro balazo en su cuerpo” y “una puñalada en el corazón de su familia”.

Durante años algunos de los amigos que vivieron aquel gris fin de semana de febrero en el que asesinaron a Yolanda no hablaron del tema. Cada uno intentó seguir adelante a su manera. Mar puso a una de sus hijas el nombre de Lidia, el mismo de la madre de su compañera. Rosa, su mejor amiga, se refugió en una burbuja. “No podía dejar de pensar una y otra vez qué habría pasado si esa noche Yolanda no hubiera ido a casa”, confiesa ahora. Han pasado 33 años y todavía se hace esa pregunta.

Vídeo realizado por los amigos y familiares de Yolanda con motivo de un reciente aniversario.

http://elpais.com/politica/2013/03/01/actualidad/1362169988_821723.html


Los niños de Gernika

diciembre 2, 2012

El 26 de abril de 1937, 5.771 bombas de la aviación alemana e italiana redujeron a cenizas la ciudad vasca. 75 años después, ‘Público’ recupera la memoria viva de los supervivientes del bombardeo.

ALEJANDRO TORRÚS Madrid 01/12/2012

Gernika tras el bombardeo. Centro de Documentacón sobre el Bombardeo de Gernika. Fundación Museo de la Pazde Gernika'

Gernika tras el bombardeo. Centro de Documentacón sobre el Bombardeo de Gernika. Fundación Museo de la Paz de Gernika»

Luis Irondo tenía 14 años el 26 de abril de 1937. Volvía a su casa tras terminar su jornada laboral en un banco en el que trabajaba “haciendo los recados” desde que comenzó la guerra civil. Cuando cayeron las primeras bombas Luis estaba en la plaza del Ayuntamiento. Ese día, lunes, había mercado. La multitud que se concentraba en la plaza huyó despavorida con la primera explosión. Luis, de 91 años, recuerda cómo se refugió en uno de los cuatro búnkers de la plaza: “Estaban sin terminar. No había sistemas de ventilación ni luz. Apenas podíamos respirar. Recuerdo que un señor encendió una cerilla para poder ver y se apagó por la falta de oxígeno. Pensábamos que íbamos a morir enterrados vivos”.

Andone Bidaguren estaba en su casa situado en un barrio periférico del pueblo junto a sus padres y sus cinco hermanos. Con el ruido de las primeras bombas tres de los hermanos huyeron despavoridos de la casa. Andone, que tenía nueve años en 1937, y dos de sus hermanos se refugiaron dentro de la ría. Allí permanecieron durante cinco horas. Inmóviles. Más tiempo incluso del que duró el bombardeo. “Teníamos tanto miedo que no sentíamos frío. Cuando todo acabó mi padre nos buscó y nos gritó que volviéramos a casa. Decía que si teníamos que morir debíamos hacerlos todos juntos”, recuerda a Público Andone Bidaguren, de 84 años.

«Pensaba que íbamos a morir enterrados vivos», recuerda Luis Irondo

José Moreno, de 92 años, lo vio todo desde lo alto de una montaña cercana a Gernika, en Lemona. Era gudari (soldado del ejército vasco durante la guerra civil). Combatía como fusilero en el Batallón San Andrés. En 1937 tenía 17 años. “Sólo se podía distinguir una cortina de humo enorme y fuego. Fuego por todas partes. Yo me apunté al ejército por la impotencia que uno siente cuando ve que están invadiendo tu país, tu tierra. Teníamos que luchar para defender lo nuestro de alemanes e italianos”, rememora José para Público.

De lo que sucedió en Gernika entre las cuatro y las seis y media de la tarde de aquel 26 de abril de 1947, cuando la localidad sufrió el que fue el primer gran ensayo de un bombardeo a gran escala sobre una población civil, sobrevive el recuerdo de niños y adolescentes. La vida, para ellos, se detuvo en ese instante. De todo lo que han vivido en sus vidas lo único que están seguros que nunca olvidarán es el bombardeo de Gernika. Las palabras se les atragantan cuando avanzan sus recuerdos. Cada uno de los protagonistas sufrió este dramático episodio desde una posición distinta al otro, pero todos coinciden en un aspecto: el fuego. “Había fuego por todas partes y olía a carne quemada”, resume Luis Irondo.

Durante las semanas previas corría el rumor de que el pueblo podía a ser bombardeado. El miedo estaba más presente si cabe desde el 31 de marzo cuando Durango, localidad de Vizcaya, fue calcinada por la aviación italiana. Luis Irondo recuerda que durante su infancia nadie contemplaba la posibilidad de una guerra. “Eso eran cosas del pasado”, dice. “Durante las fiestas, un pariente de la familia, muy anciano nos hablaba de la guerra carlista y la crudeza de la guerra y mis padres le tomaban el pelo. Él repetía: ‘No sabéis lo que es la guerra’. Poco tiempo después la conocimos en primera persona”, señala Luis.

Los aviones alemanes e italianos que atacaron Gernika dejaron el pueblo completamente devastado. Desde el cielo cayeron 5.771 bombas. La mayoría de ellas cilíndricas, fabricadas con piedra y con hierro. Todo Gernika, menos la fábrica de armas, ardió. La mayoría de los 6.000 habitantes con los que contaba la población se tuvo que marchar con lo puesto. No tenían una casa a la que volver. Andone Bidaguren, y su familia, permaneció en el pueblo. Al día siguiente del bombardeo, como cada día, Andone bajó hasta el pueblo para trabajar en la panadería. Ese día conoció al hijo del dueño del negocio, Ángel Santos, quien doce años después se convertiría en su marido.

Luis Orondo, por el contrario, tuvo que exiliarse junto a su familia. En Gernika ya no tenían nada. La tienda de muebles de la familia y su hogar había sido destruido. “Fuimos a Santander dondepudimos coger un barco inglés que había conseguido salvar el bloqueo marítimo de los franquistas”, recuerda. El barco los dejó en Burdeos, desde donde viajaron a París y a Bernon, posteriormente, donde se convirtió en el intérprete de la colonia española con lo poco que había aprendido en la escuela. Un año después él, su madre y sus hermanas consiguieron ponerse en contacto con su padre, que había permanecido en Euskadi, y regresaron.

Moreno vio el bombardeo desde Lemona donde combatía en el frente

A José Moreno lo apresaron las tropas italianas poco tiempo después. Tras una breve estancia en el campo de concentración de Langreo fue enviado a Zaragoza para realizar trabajos forzosos. “Nos trasladaron en antiguos vagones para el ganado con una lata de carne y un chusco de pan para cuatro personas. Ya en en el campo de trabajo hubo alguien que cantó viva Franco y yo me cagué en todos los fascistasy estuve paseándome de cárcel en cárcel durante años”, recuerda Moreno.

Imposible determinar víctimas

Aún hoy resulta imposible determinar cuántos personas fallecieron en el ataque a Gernika. La directora del Museo de la Paz de la localidad vasca, Iratxe Momoitio, explica a Público que la cifra de fallecidos varía considerablemente según el investigador. “Hay quien habla de alrededor de 250 personas y otras fuentes barajan una cifra de víctimas que supera las 1.000 personas”, explica  Momoitio.

La clave de la confusión está en que apenas tres días después del bombardeo las tropas del general Mola entraron en la ciudad e impusieron la ley del silencio. El bombardeo, según la versión oficial, había sido causado por los “rojos separatistas”. Aún a día de hoy, el Estado español no se ha pronunciado sobre este hecho. Alemania, sí. En 1977 pidió perdón. Andone aún espera que el Estado español haga lo mismo y que los muertos de Gernika puedan tener una placa en el cementerio que indica que son víctimas de la guerra.

Olvidar lo que ocurrió es imposible. Perdonar, sí. Lo sorprendente de Gernika es que mantenemos contacto con supervivientes alemanes y con víctimas del bombardeo de Dresden, una ciudad preciosa bombardeada por los aliados cuando la guerra ya la tenían ganada. Ahora también estamos en contacto con Nagasaki, que sufrió la bomba atómica. El único objetivo de nuestra unión, la de los pueblos no la de los políticos, es recordar al mundo que lo que ha sucedido en nuestras ciudades no puede volver a suceder nunca más”, sentencia Luis.

 Estado de la ciudad de Gernika tras el bombardeo. Centro de Documentacón sobre el Bombardeo de Gernika. Fundación Museo de la Pazde Gernika.

 “La historia oficial no siempre dice la verdad”

Con el propósito de conservar la memoria oral de Euskadi, el periodista Aitor Azurki publicó en 2011 el libro Maizales bajo la lluvia, una obra que traslada a los lectores al 1936 de Euskadiy narra todo lo sucedido durante los tres años de guerra civil desde la voz de los protagonistas. Once testigos recuerdan su trayectoria como combatientes en la guerra contra Franco y su posterior destino tras el fatídico desenlace de la contienda. “La memoria oral sirve para combatir la historia oficial. Se ha demostrado que la historia que pasa a los libros muchas veces no dice la verdad. Dentro de cada página de historia hay pequeñas historias que no deben perderse. Este libro trata de guardarlas para siempre.

Para ello, Azurki enlaza los testimonios de once vascos que sufrieron en sus carnes la crudeza de la guerra civil. Cada uno de ellos es de una ideología distinta pero todos ellos están unidos en un mismo eje: la República. “Realizando este libro descubrí la humanidad, las ganas de vivir y de luchar de personas que perdieron todo por culpa de la guerra y han sabido remontar y rehacer su vida sin rencor y deseo de revancha. Todas ellas tienen un áurea especial. Nos va a costar encontrar gente como esta cuando desaparezcan”, finaliza.

http://www.publico.es/espana/446735/los-ninos-de-gernika


La matrona de los exiliados…

octubre 25, 2012

Elisabeth Eidenbenz, una joven maestra suiza, ayudó a nacer a 597 niños entre 1939 y 1944, la mayoría hijos de exiliados republicanos que permanecían en campos de concentración en Francia, entre 1939 y 1944.

ALEJANDRO TORRÚS Madrid 20/10/2012

Elisabeth sostiene en brazos a un niño nacido en la maternidad. Imagen cedida por la asociación 'També hi son'.

Elisabeth sostiene en brazos a un niño nacido en la maternidad. Imagen cedida por la asociación ‘També hi son’.

En mitad de la desolación de los campos de concentración del sur de Francia, donde se hacinaban los cerca de 500.000 republicanos españoles que atravesaron la frontera de los Pirineos, hubo una joven maestra suiza que se dedicó a buscar y recoger a las mujeres embarazadas. Elisabeth Eidenbenz, que así se llamaba la joven, había llegado a España el 24 de abril de 1937 como enfermera voluntaria de la Asociación de Ayuda a los Niños de la Guerra y se había marchado junto a los exiliados al sureste de Francia, cuando cayó la República. Allí buscó un lugar donde crear una maternidad. Lo encontró en un antiguo palacete abandonado en la pequeña ciudad de Elna, donde fundó un espacio de paz y humanidad en medio de una Europa en guerra en el que nacieron 597 niños. La mayoría, hijos de exiliados republicanos que se encontraban en los campos de concentración de Francia, aunque también fueron atendidas madres judías que huían de los nazis.

“Era el mes de abril y por los altavoces del campo informaron de que Franco había ganado la guerra –relata Remei Oliva en el libro de la historiadora Assumpta Montellà La maternidad de Elna– ya hacía meses que estábamos rodeados de alambres, vigilados como criminales y mal alimentados. La sarna, el polvo y la arena fina se colaban por todas partes, la ropa, la comida, los ojos (…). Yo no quería que mi hijo naciera en estas condiciones. Tenía miedo de que no sobreviviera. Había visto con mis ojos cómo morían los hijos de otras mujeres”. La mortalidad infantil en los campos de concentración del sur de Francia superaba el 90%.

“En la enfermería me informaron de la apertura inminente de una maternidad para los refugiados. Se encargaba de todo una mujer muy joven, extranjera, pero no era francesa. La había visto alguna vez hablando con mujeres embarazadas. Llevaba un delantal blanco y siempre iba muy limpia, con el pelo largo recogido en una trenza replegada en un moño. Le llamaban la señorita Isabel”, prosigue Remei Oliva. El 7 de diciembre de 1939 nació el primer bebé en la recién creada maternidad. Su nombre: José Molina.

A José Molina le siguieron una larga lista de niños de republicanos exiliados. Adela Aguado, Alberto Álvarez, Azucena Baquero, Faustino Bretos, etc. Entre ellos, Celia García, que nació el 14 de febrero de 1941 y permaneció en la maternidad hasta abril de 1944, cuando soldados de la Alemania nazi clausuraron la institución. Celia, recuerda para Público desde su casa en Perpiñán lo que significó la pequeña isla de paz de Elisabeth Eidenbenz.

«En la maternidad no había judíos ni cristianos. Todos eran iguales», recuerda Celia, quien nació allí en el año 1941

“Mi madre me contaba que cuando acudió a la maternidad fue maravilloso. Siempre decía que allí fue recibida como una persona y no como un animal, que era como se había sentido hasta el momento en Francia. Allí las madres estaban unidas y todas eran iguales. No había ni blancos, ni negros, ni judíos, ni cristianos. Todos iguales”, recuerda Celia, que señala que la maternidad es uno de los lugares más importantes de su vida, ya que fue en sus jardines donde vio por primera vez a su padre con tres años de edad.

Marruecos, el paritorio

La maternidad estaba instalada en un palacete de tres pisos construido en 1900. Un espacio de tranquilidad y relativo confort que contrastaba con la Europa de destrucción de la época. El espacio disponía de aproximadamente 50 camas, distribuidas por habitaciones de entre cuatro y ocho camas cada una. La mayoría de estas habitaciones habían sido bautizadas con nombres de ciudades españolas: Barcelona, Bilbao, Madrid, Santander, Sevilla y Zaragoza. El paritorio se llamaba Marruecos.

“Cuando llegamos a las puertas de la maternidad ya nos esperaba la señorita Isabel. La casa era preciosa y estaba muy limpia. Ella nos explicó las cuatro normas y nos dijo que las mujeres que se encontraran bien y con ánimo podían colaborar en las tareas de la casa. Quien pudiera planchar, que planchara, quien estuviera más fuerte, limpiaba las baldosas, los platos… Trabajo había para todo el mundo”, explica Joana Pascual, exiliada española en la maternidad de Elna, que recoge Assumpta Montellà en su obra.

                                                                     Sergio Barba junto a una de las enfermeras

Entre esas madres que se quedaron en la  maternidad a cuidar del resto y a ayudar en el mantenimiento del hogar está la madre de Celia, de quien heredó el nombre. “Mi madre siempre decía que en la maternidad pasó los cuatro mejores años de su vida en Francia. Después, todo fue luchar y luchar. La integración en Francia no fue nada fácil”, señala Celia.

Apenas dos meses después de Celia nació en la Maternidad Sergio Barba. Era el 12 de abril de 1941, ya habían pasado casi 10 años desde el advenimiento de la II República española y sus partidarios debían parir fuera de su país. Barba se quedó a vivir en Francia. Allí preside la FFREEE, la asociación de los hijos e hijas de españoles de Republicanos Españoles y Niños del Exilio. Barba, desde Francia, recuerda para Público la labor de la señorita Isabel.

“Mi madre siempre me habló de la suerte que tuvo de poder darme a luz en la Maternidad. Siempre decía que Elisabeth era una mujer estupenda, que cuidaba de todas y cada una de las mujeres y que había conseguido crear un ambiente caluroso, como de una gran familia. Pero lo formidable y fantástico fue que hubiese un lugar para las madres republicanas españolas y después para las madres judíos y gitanas perseguidas por los nazis”, señala Barba.

Refugio para mujeres judías

Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial, la Maternidad acogió también a madres judías que huían de la persecución nazi. Se calcula que nacieron allí alrededor de 200 niños judíos. La voluntad de Elisabeth de proteger a los niños y madres judíos de la barbarie alemana hizo que la Gestapo visitase frecuentemente la Maternidad. Celia García recuerda una de las visitas de la Policía alemana que le contó su madre.

“Mi madre me dio la vida. Elisabeth, la esperanza en el género humano”, dice Barba, hijo de exiliados españoles “Un día Elisabeth fue al hospital de Perpiñán y vio a una Lucie, una chica judía embarazada de 18 años. Elisabeth se la llevó a la maternidad y trató de protegerla. Pero poco tiempo después la Gestapo se presentó en la Maternidad y la reclamó. La matrona les dijo que Lucie no estaba allí, pero los alemanes dijeron que si no entregaban a la chica se la llevarían a ella y a otras mujeres presas. Finalmente, la tuvo que entregar a los alemanes. La cogieron, le pegaron, la tiraron al suelo, le escupieron (…). Eso la señorita Elisabeth no se lo pudo perdonar nunca” relata Celia.

Finalmente, durante la Pascua de 1944 el ejército alemán, en uno de sus últimos coletazos, cerró la Maternidad, poniendo punto y final a uno de los cientos de episodios olvidados de la Guerra Civil española y la Segunda Guerra Mundial. Elisabeth desapareció entonces de la vida de los casi 600 niños a los que ayudó a nacer, aunque ellos nunca lo olvidaron.

El reencuentro

El palacete estuvo abandonado hasta que un artesano vidriero francés lo adquirió en la década de los noventa sin saber el pasado del edificio. En 2001, el artista conoció a Guy Eckstein, uno de los niños judíos que había nacido en la Maternidad, quien se acercó hasta el palacete para conocer el lugar donde había nacido. En 2002, el ayuntamiento de la ciudad le dedicó un homenaje institucional a la matrona de los exiliados, entregándole la Medalla de los Justos Entre las Naciones, otorgada por el Estado de Israel. Al acto acudieron algunos de los 597 niños a los que la señorita Isabel había ayudado a nacer.

En 2004 el edificio fue adquirido por el Ayuntamiento de Elna, gobernado por Nicolás García, nieto de españoles exiliados en Francia que lo convirtió en un espacio de recuerdo a las víctimas de la barbarie y a la labor de Elisabeth. Sergio Barba resume en una sola frase todo lo que ha aprendido de la labor de la señorita Isabel. “Mi madre me dio la vida. Elisabeth, la esperanza en el género humano”, concluye.

Foto de familia en el reencuentro de 2002. En el centro de la imagen vestida de gris se encuentra Elisabeth.

*Actualmente se está celebrando la exposición La maternidad de l’Elna en el casal Les Monges(Roda de Berà, Tarragona). Organiza la Asociación També hi som.

 http://www.publico.es/espana/444201/la-matrona-de-los-exiliados


Franco y el exterminio…

septiembre 30, 2012

Una investigación desvela que Franco dejó morir a miles de judíos que tuvo en su mano salvar

Franco y el exterminio

Durante toda su vida, Francisco Franco se refirió a un abstracto peligro judío (masónico y comunista, también) como el mayor enemigo de la España construida tras su victoria en la guerra civil de 1936-1939. Obsesionado con esta idea hasta el fin de sus días, el Caudillo se refirió una vez más a los judíos en su último discurso de 1 de octubre de 1975, poco antes de morir.

Los años y la tergiversación de la historia hicieron que su antisemitismo se diluyera como un azucarillo en la patética frase referida. Sin embargo, es obvio que en sus encendidos discursos Franco no dejó de mostrarse antisemita, pero nunca reveló que su odio-temor había tenido durante la Segunda Guerra Mundial una repercusión criminal sólo descubierta gracias al contenido de decenas de documentos secretos desclasificados, encontrados en los archivos de Estados Unidos, Reino Unido y Holanda.

Hasta ahora nadie pensaba en Franco cuando se hablaba del holocausto, como si la España pronazi de principios de los cuarenta, claramente dibujada por los documentos que un día fueron secretos, hubiera visto de lejos cómo la Alemania nazi deportaba y asesinaba a millones de judíos y otras minorías.Pero la realidad, espantosa, que aflora en los documentos citados muestra que Franco pudo salvar a decenas de miles de sefardíes, pero prefirió dejarlos morir a pesar de reiterados ultimátums alemanes que le advertían de las medidas extremas (léase exterminio) de que serían objeto si su España no aceptaba acogerlos.

El corolario de la investigación documental que se recoge en el libro que adelantamos tiene varios puntos esenciales; el primero de los cuales es que apenas quedan dudas de que los nazis alentaron el golpe de Estado de julio de 1936, al que no dejarían de apoyar hasta la victoria en 1939. Como consecuencia del sostén germano, Franco inclinó dramáticamente los destinos de España del lado alemán y no del italiano. Los alemanes influyeron en toda la política y la economía española, prensa incluida, y una vez iniciada la Segunda Guerra Mundial las relaciones entre la cúpula del nazismo y Franco y sus ministros fue muy estrecha, y la nueva Alemania, cuyo imperio tenía que durar mil años, tuvo un exquisito trato de favor hacia el Generalísimo. Esta deferencia se tradujo en la oferta nazi de hacerse cargo de los judíos españoles esparcidos por Europa a los que tenían previsto asesinar industrialmente. Pero Franco no los salvó, a sabiendas de lo que les iba a suceder, muy bien informado por los embajadores españoles testigos de excepción de las deportaciones. De esta forma, la dictadura española se convirtió en cómplice activo del holocausto.

El ofrecimiento nazi de enviar a España a los spanischer Juden (judíos españoles), como designan los nazis a los judíos en todos sus documentos, no se produjo en una ocasión anecdótica que pasó rápidamente al olvido. Al contrario. Se trató de un tema de gran calado que generó cientos de documentos, telegramas, órdenes y contraórdenes procedentes del departamento de asuntos judíos del Ministerio de Asuntos Exteriores alemán, de la embajada de Alemania en Madrid y del Ministerio de Asuntos Exteriores español. Y es que, tratado como un amigo muy especial, el III Reich brindó a Franco la entrega de miles de judíos repetidas veces, por escrito, por comunicación diplomática verbal con reiterada insistencia de los embajadores alemanes. Tanto se esmeraron con su amigo español, que los nazis mantuvieron presos pero sin deportar a muchos judíos en espera de una respuesta positiva de Franco que nunca llegó. Mientras tanto, los alemanes ampliaron por propia iniciativa el plazo límite de entrega (marzo y abril de 1943) para dar tiempo a una respuesta de Franco.

¿La oferta nazi contenía cierta piedad hacia los judíos sefardíes? No. No se trataba de eso. Era la deferencia al amigo y al mismo tiempo una medida para abaratar los costes del exterminio. Es decir, antes de proceder a aplicar en toda su dimensión la solución final, el gobierno del Reich dio la oportunidad al amigo Franco de decidir sobre la suerte de los spanischer Juden, de tal suerte que si los acogía para tomar sus propias medidas contra ellos –como suponían que sucedería–, el operativo nazi de exterminio humano se vería sustancialmente reducido.

El régimen sintonizaba totalmente con Berlín y, a pesar de los reiterados ultimátums alemanes –obviamente secretos– que advirtieron explícitamente al gobierno español de las medidas extremas de que sería objeto el colectivo judío, Franco se opuso a salvarlo, pero no olvidó reclamar las propiedades y el dinero de los aniquilados, considerados, por tanto, ciudadanos españoles en toda regla.

Esta historia tiene otra cara trágica, pero muy honrosa. Mientras se producían las deportaciones y España negaba el pan y la sal a miles de seres humanos, unos horrorizados diplomáticos españoles actuaban por su cuenta y en contra de las órdenes emanadas de Madrid. Falsificaron documentos y lograron salvar a cientos de personas. Todos alertaron a Madrid del genocidio en telegramas secretos, y dos de ellos, Ángel Sanz Briz, desde Budapest (Hungría), y Julio Palencia, de la legación de España en Sofía (Bulgaria), fueron crudamente explícitos en sus mensajes. El primero, conocedor del llamado «protocolo de Auschwitz», avisó de las matanzas en cámaras de gas, y el segundo, testigo presencial desde su embajada, escribió a Madrid avisando del desastre humano.

Tres años después, cuando la guerra mundial cambió de curso y los aliados presionaron a Franco, este se apropió de los actos heroicos de estos diplomáticos para ganarse la benevolencia de los vencedores.

El libro lo explica cómo tras la muerte de Franco, Don Juan Carlos hizo todo lo posible por dejar atrás aquel pasado oscuro. Poco después de su llegada al trono, ya con una España nueva, Don Juan Carlos sería el primer jefe de Estado español que rendía homenaje en el Yad Vashem a las víctimas del holocausto.

http://www.diariodemallorca.es/sociedad-cultura/2012/09/28/franco-exterminio/797158.html