La hermana de Puig Antich y otras víctimas del franquismo viajan a Argentina para declarar ante la juez

diciembre 1, 2013

La delegación española ha concertado además una serie de reuniones para impulsar la investigación. Unas se celebrarán en la Comisión de Derechos Humanos del Congreso y otras con las Abuelas de Plaza de Mayo

EUROPA PRESS Madrid 28/11/2013

Familiares de víctimas del franquismo y portavoces de la oposición en el Congreso, en un acto hace unos días. EFE/Paco Campos

Familiares de víctimas del franquismo y portavoces de la oposición en el Congreso, en un acto hace unos días. EFE/Paco Campos

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http://www.publico.es/485422/la-hermana-de-puig-antich-y-otras-victimas-del-franquismo-viajan-a-argentina-para-declarar-ante-la-juez

Una treintena de víctimas del franquismo, entre ellas la hermana del joven Salvador Puig Antich, viajarán esta madrugada hasta Argentina para declarar ante la jueza María Servini que investiga los crímenes y las desapariciones ocurridas entre 1936 y 1977 y para recabar apoyos sociales e institucionales en el país.

La Coordinadora Estatal de Apoyo a la Querella Argentina (CEAQUA) ha informado de que los afectados harán 10.000 kilómetros en un periplo que se alargará hasta el 7 de diciembre y que una docena de querellantes serán los que presten declaración ante la magistrada.

Entre los viajeros se encuentran algunos de los que tenían previsto declarar desde España a través de las videoconferencias que fueron paralizadas el pasado mayo por el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación. Es el caso de Pablo Mayoral, Merçona Puig Antich y Andoni Txasko, que imputan a los exministros Fernando Suarez Gonzalez, Jose Utrera Molina y a Rodolfo Martin Villa, respectivamente. La plataforma considera sus interrogatorios «claves» para lograr su extradición.

Sin embargo, la plataforma lamenta que no todos los que debían realizar las videoconferencias podrán desplazarse a Argentina. «Por este motivo, una de las misiones de este viaje es trasladar a la jueza la urgencia e importancia de retomar un calendario de videoconferencias que se cumpla», destaca.

La delegación española ha concertado además una serie de reuniones para impulsar la investigación. Unas se celebrarán en la Comisión de Derechos Humanos del Congreso y otras con las Abuelas de Plaza de Mayo, con el Nobel de la Paz Adolfo Pérez-Esquivel o con el coordinador de la unidad especializada en casos de apropiación de niños, Pablo Parenti.

http://www.publico.es/485422


“Toma mi chaqueta porque mañana al amanecer nos fusilan”…

abril 29, 2012
Por

Francisco Merino Osuna, nace en la localidad cordobesa de Castro del Río en el año 1916. De profesión campesino, era hijo de Francisco Merino e Inés Osuna.
Marcado su destino por haber nacido en Castro del Río, baluarte del anarquismo de la campiña cordobesa, donde el anarquismo florece logrando una influencia decisiva entre los obreros y campesinos sin tierra, Francisco desde muy joven asume la ideología anarquista, utilizando esta a lo largo de toda su vida como  referente como filosófico social e ideológico.
Sin duda alguna en ello influyo el que le tocara vivir una época marcada por la agitación social y la efervescencia revolucionaria para las clases económicamente más desfavorecidas en una sociedad donde los oprimidos y explotados lucharán denodadamente por deshacerse del yugo de la opresión y la injusticia.

Los acontecimientos desatados a raíz del alzamiento militar del 18 de julio de 1936, sorprenderán a Francisco Merino Osuna ( un joven de apenas veinte años cumplidos) trabajando en el campo. Inmediatamente  de conocer la noticia regresara junto a toda la cuadrilla de jornaleros a ponerse a las ordenes del sindicato FAI-CNT.
Los días que acontecerán posteriormente, marcarán a toda una población que se vera envuelta en la defensa a ultranza de la localidad, contra los intentos militares de tomarla por las armas, ante la defensa organizada de las masas obreras, entre las que se encuentra Francisco.

Castro del Río, resistirá valientemente los envites de la artillería y la aviación enemiga y las incursiones de los legionarios y los moros, convirtiéndose en el último reducto “republicano” de la campiña, la última esperanza de salvación para miles de personas que huyen de sus localidades de origen al contemplar las detenciones, matanzas y asesinatos cometidos en las mismas tras caer en manos de las nuevas autoridades que inmediatamente aplican el bando de guerra e imponen el nuevo orden.
La resistencia será feroz y costara muchas vidas. En la misma participan miles de personas, casi todas encuadradas en las llamadas “centurias confederales”, dentro de la estructura militar organizada por la CNT para la defensa.
Con la caída de Castro del Río, la desbandada humana y el éxodo interior se producirá hacia la zona de Andujar y Jaén. Propiciando que miles de personas se desplacen hasta estas localidades cercanas. Francisco Merino Osuna, saldrá de Castro del Río también formando parte de este contingente humano.

Con su llegada a la localidad e Andujar, se alistará en el Ejercito Republicano, formando parte de la 25 Agrupación de Milicias Populares, siendo movilizado inmediatamente al frente de Ciudad Real.
Durante casi dos años permanecerá en este frente. Años durante los cuales unirá su vida para siempre a la de su esposa Carmen Trujillo García, de 17 años de edad, el día quince abril de mil novecientos treinta y ocho.

Enfermo de bronquitis aguda, ese mismo año a finales del verano, será de nuevo enviado a Andujar, esta vez a la Unidad de Infantería del Centro de Reclutamiento de Instrucción y Movilización n° 4 de Jaén, (C.R.I.M.N° 4) donde permanecerá hasta el final de la guerra.
Dotado de un salvoconducto, para trasladarse a la “Venta del Chano”, en Castro del Río ( lugar donde quiere fijar su residencia) obtiene la licencia el día 22 de marzo de 1939. Las comandancias militares de Villanueva de Córdoba y Bailen, sellarán el mismo a su paso por ellas.
Tras su llegada a la Venta del Chano a comienzos del mes de abril de 1939, Manuel rehace su vida junto a su esposa, y a su hijo Francisco nacido unos meses antes.
La guerra había terminado, pero la paz tardaría en llegar, como ocurre en todas las guerras y Francisco esta a punto de descubrirlo.

Será abordado un día de comienzos del mes de mayo en plena calle por “un señorito” que literalmente le dice “… ¡ rojillo, a ti tenia yo ganas de verte¡” , será acusado, detenido encarcelado.
La acusación de autor de un delito de rebelión militar , hará que el Consejo de Guerra Permanente de Urgencia de Castro del Río, dicte sentencia de pena de muerte, el día 13 de mayo de 1939 .

Su mujer y su familia, le visitarán en la cárcel local todos los días para llevarle la comida, hasta un día antes de su muerte.
” …, toma mi chaqueta y mis objetos personales, porque creo que mañana al amanecer nos fusilan.”
Fueron las últimas palabras que su esposa pudo cruzar con él. Su viuda la aprendió de memoria para estar segura de que jamás las podría olvidar.

El día 19 de junio de 1939, en las tapias del cementerio de Castro del Río, Francisco Merino Osuna, que contaba 23 años fue asesinado.Su cuerpo sin vida sería arrojado junto a otros a una fosa común en el interior del cementerio municipal.
Dejo viuda y un hijo de apenas un año. Manuel murió joven, muy joven, demasiado joven, nadie debería morir a esa edad …

Dos años más tarde, un cartero traería una carta a su esposa Carmen, enviada desde el Tribunal Regional de Responsabilidades Políticas. En la misma se le hacia saber a ella y a su hijo ( de tres años de edad), que el nuevo estado había abierto un expediente a su marido por observar que el caso de Francisco Merino había constituido un caso de responsabilidad política de carácter grave. Por lo que lo condenaban de nuevo ( pesar de llevar mas de dos años muerto) como incurso en un caso de responsabilidad política, a la sanción de “… pago de la cantidad de cien pesetas “.

El asesinato de Francisco Merino, sería registrado en el registro civil de Castro del Río, el mismo día 19 de junio de 1939.
Años mas tarde su viuda sería citada al Juzgado para que firmara unos documentos, que se negó a firmar. Amenazada con ser fusilada, se pretendió que Carmen firmase un documento en el cual se aseguraba que su esposo Francisco Merino, había muerto de muerte natural. Su viuda se negó rotundamente, gritando ¡ A Paco lo habeis matado ¡ ¡ Asesinos ¡.
Otra historia más , tan injusta, tan grave, tan triste … Manuel no tuvo suerte. Este país no tuvo suerte.
Este país, tuvo una vez una oportunidad, , no la tuvo la razón ni la tiene aún hoy la justicia … ni la libertad.

http://blogs.publico.es/memoria-publica/2012/04/25/toma-mi-chaqueta-porque-que-manana-al-amanecer-nos-fusilan/


Defensa firma convenios para digitalizar juicios sumarísimos del franquismo…

junio 30, 2011

Las actuaciones se enmarcan en la Ley 52/2007 por la que se reconocen y amplían derechos en favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la guerra civil.

Autor: EFE
Fecha de publicación: 29/6/201
El secretario de Estado de Defensa, Constantino Méndez, ha firmado hoy convenios con la Asociación de Estudios sobre la Represión en León y con la Fundación Luis Tilve de Santiago, que permitirán la organización y digitalización de procedimientos judiciales celebrados entre 1934 y 1960 en León, Asturias y Galicia.
Los archivos judiciales militares conservan en sus fondos abundante documentación sobre procedimientos sumarísimos instruidos durante la guerra civil y la dictadura.

Según informa Defensa, estos fondos, generados por la justicia militar y que hoy se custodian en dependencias del Ministerio, se encontraban hasta ahora dispersos por muy numerosas localizaciones y pendientes de un tratamiento profesional que garantizara su conservación y facilitara su consulta por ciudadanos e investigadores.

Además de los dos convenios firmados hoy, el Ministerio de Defensa ha suscrito recientemente acuerdos con la Universitat Jaume I de Castellón, con la Fundación Pablo Iglesias y con la Universidad del País Vasco.

Defensa informa de que está desarrollando desde 2009 un proyecto de digitalización de los fondos del Tribunal Militar Territorial Primero.

Se trata de documentación perteneciente a la antigua jurisdicción del Ejército de Tierra que comprende las provincias de Albacete, Alicante, Badajoz, Cáceres, Castellón, Ciudad Real, Cuenca, Guadalajara, Madrid, Toledo y Valencia.

Todas estas actuaciones se enmarcan en la Ley 52/2007 por la que se reconocen y amplían derechos y se establecen medidas en favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la guerra civil y la dictadura, conocida como Ley de la Memoria Histórica.

La Voz de Galicia vía Yahoo Noticias

Ilustración "Todos los rostros". Consejo de Guerra contra Joan Comorera


Un juez del TS defiende la «nulidad radical» de los juicios franquistas…

mayo 22, 2011

La Sala de lo Militar del Supremo niega la revisión de una condena a 30 años por un delito de «adhesión a la rebelión» por tres atracos de 1941

ÁNGELES VÁZQUEZ MADRID 20/05/2011 08:20

Fondos documentales del Archivo General de la Administración, trasladados a Salamanca. gabriel pecot

Fondos documentales del Archivo General de la Administración, trasladados a Salamanca. gabriel pecot

El goteo de peticiones de revisión de sentencias franquistas sigue llegando al Tribunal Supremo, pese a la Ley de Memoria Histórica. Y no siempre se refieren a personas conocidas, como el poeta Miguel Hernández o el anarquista Salvador Puig Antich. El último intento planteado ante el Alto Tribunal para revocar una condena a 30 años de prisión, en la que sólo se tenían en cuenta los «antecedentes izquierdistas» del condenado, ha vuelto a caer en saco roto.

La Sala de lo Militar del Supremo ha negado la autorización para solicitar la revisión de una condena a 30 años de cárcel impuesta por el Consejo de Guerra Permanente número 4 de Madrid el 15 de diciembre de 1942. Lo solicitaba Teresa Albiñana Ramis, viuda de Gonzalo de la Fuente Muñoz, condenado a 30 años de cárcel por adhesión a la rebelión, un delito que casa mal con lo que la sentencia citaba en su contra: tres atracos.

El recurso veía «absurdo» castigar unos robos como un delito de rebelión

El auto cuenta con el voto discrepante del magistrado José Luis Calvo Cabello que considera el consejo de guerra que le juzgó «un órgano ilegítimo, dependiente y parcial», lo que, a su juicio, debía ser suficiente para declarar «la nulidad radical» de la condena impugnada.

En su recurso, la mujer pretendía que se anulara la sentencia, declarando inocente a su esposo, que falleció en 1989, y que se le absuelva con todos los pronunciamientos favorables. Alegaba que la condena, por la que De la Fuente permaneció 16 años encarcelado, se debió «exclusivamente a sus antecedentes izquierdistas» por «haber sido voluntario durante el dominio rojo» y haber «ascendido a sargento».

La mujer sostenía que «la sentencia es un desatino, pues si bien se establece en los hechos probados que De la Fuente cometió diversos delitos comunes», en concreto tres atracos en pueblos y caminos vecinales en 1941, se le termina condenando por «un delito de adhesión a la rebelión». Al «absurdo» se añadió lo que era una práctica habitual en los consejos de guerrafranquistas, es decir, se impidió al acusado presentar pruebas e, incluso, designar a su propio abogado.

El magistrado discrepante dice que el tribunal fue «parcial e ilegítimo»

La mayoría de la Sala de lo Militar del Supremo niega la posibilidad de solicitar la revisión de la condena porque no se alega ningún hecho nuevo que justifique la revisión de la sentencia y considera que la revisión no es un cauce «apto para obtener la reparación de una eventual lesión de derechos fundamentales».

La Sala aduce que la revisión sólo es posible si se plantea alguno de los motivos tasados previstos en la Ley Procesal Militar y en la Ley de Enjuiciamiento Criminal, lo que no hace la recurrente, que considera un «absurdo» que unos atracos fueran juzgados por la justicia militar y no por la ordinaria.

La resolución alega que la «genérica alusión que la promotora de la revisión formula» no evidencia «la equivocación del fallo» y la inocencia del acusado, un requisito imprescindible para revisar la sentencia cuestionada.

Ilegítimos hasta para Franco

Calvo Cabello no comparte ese criterio. En su voto recuerda que en otras jurisdicciones se ha levantado la mano con las revisiones para cumplir el mandato constitucional de lograr que impere la justicia y que la propia Constitución serviría de hecho nuevo para la revisión.

Explica que el consejo de guerra que condenó a De la Fuente fue «un órgano ilegítimo» hasta para el propio régimen, al ser «continuidad» de los creados el 1 de noviembre de 1936, cuya «ilegitimidad vino a ser reconocida por la Ley de la Jefatura del Estado de 12 de junio de 1940». Sus miembros «no eran independientes de quien tenía el poder absoluto»: el general Franco. «Ni existía una independencia jurídica, ni podía negarse la posibilidad de que ese poder absoluto les beneficiara o perjudicara profesionalmente, según fueran sus decisiones».

Aunque ello ya debía ser suficiente para «fundar la nulidad radical del juicio», el voto añade que «no se practicó prueba alguna» en la vista que justificara la condena, lo que debía obligar a autorizar su revisión.

Una revisión y una declaración de injusticia

Ricardo Puente Rodríguez

La condena a muerte del propietario de Radio Málaga fue anulada por el Supremo porque se dictó después de una primera sentencia que lo absolvía. Se le acusaba de hacer interferencias para evitar las comunicaciones entre los sublevados. Fue la única revisión de sentencias franquistas autorizada en décadas por el Supremo.

Miguel Hernández

Con él se inauguró un nuevo criterio en la Sala Quinta del Alto Tribunal. La familia del poeta no podrá presentar un recurso de revisión contra la sentencia que lo condenó, pero la resolución de la Sala ya hacía lo que se habría conseguido con la revisión: declaraba «radicalmente injusto» ese fallo.

Público.es


Heredia, el seleccionador ‘paseado’

abril 25, 2011

¿Quién fue Joaquín Heredia? era presidente de Cruz Roja en león, funcionario de Hacienda y empleado de ferrocarril, seleccionador nacional de fútbol, donó las alhajas familiares a los sublevados del 36. Pero ningún aval le salvó del ‘paseo’ el 21 de noviembre

24/04/2011

José Luis Gavilanes Laso en el claustro de San Marcos, donde estuvo preso Heredia.

MÁS INFORMACIÓN

Una historia verdaderamente estremecedora, la de Joaquín Heredia Guerra, inscrito en el Registro Civil como fallecido por accidente de de guerra y que puede muy bien ser representativa del estigma moral que supone el paseo en la Guerra Civil», señala Alberto Reig Tapia en el prólogo del libro de José Luis Gavilanes Laso ¿Qué fue de Joaquín Heredia? Seleccionador nacional de fútbol. Prototipo de paseado de la Guerra Civil , que se presenta el martes en el Parador de San Marcos con la presencia anunciada del seleccionador nacional de fútbol Vicente del Bosque.

Joaquín Heredia Guerra, natural de Madrid, residía en León en 1936 donde trabajaba como funcionario de Hacienda y también como empleado de la Compañía de Ferrocarriles del Norte. Cuando se produjo el golpe del 18 de julio de 1936 era presidente de la Asamblea de Cruz Roja, se ocupó de recaudar fondos para montar un Hospital de Sangre en el que socorrer a los heridos de un bando y otro y era una persona aprecida en León. De nada le sirvió su trayectoria cuando entró en la rueda de la sinrazón. También fueron en balde los avales que escribieron a su favor el presbítero de Astorga, el inspector principal de la compañía de los Caminos de Hierro o el presidente delegado de Cruz Roja que le sucedió tras su detención el 15 de septiembre de 1936.

Cuando las autoridades militares le soltaron tras no poder demostrar que era «extremista» y que tampoco había presidido el mitin de Azaña en León, fue entregado a las autoridades civiles. Era 28 de octubre. En San Marcos, convertido en cárcel y campo de concentración, compartió celda con Victoriano Crémer y su amigo Hipólito Romero Flores, catedrático de Filosofía del instituto Padre Isla.

«Fue paseado el 21 de noviembre de 1936 en la finca propiedad de la Fundación Octavio Álvarez Carballo en La Mata del Moral, muy cerca de Mansilla de las Mulas. Se cree que allí hay una gran fosa colectiva de paseados», afirma José Luis Gavilanes.

Siguiendo la pista de Hipólito Romero Flores se encontró con la peripecia de su amigo y compañero. Más tarde descubrió, gracias a su afición al fútbol, que Joaquín Heredia Guerra había sido seleccionador nacional de fútbol en el año 1923 cuando el balompié no era más que un deporte incipiente.

Tras las arduas pesquisas que ha llevado a cabo para reconstruir la vida y los últimos días del malogrado seleccionador de fútbol -«a quien identificó casualmente en un libro memorial sobre la selección nacional-» José Luis Gavilanes ha llegado a la conclusión de que «hubo connivencia de las autoridades civiles en su fusilamiento» y también de que las razones no fueron únicamente su supuesta pertenencia a una logia masónica. «Hubo algo más: venganza u odio personal. Por eso no valieron ninguno de los avales que se presentaron a su favor», afirma.

Ediciones del Lobo Sapiens, de León, se adentra con este libro en uno de los capítulos más oscuros de León en el siglo XX. «La brutal represión» que tuvo como epicentro el hoy Parador de San Marcos y que «no encuentra explicación en una ciudad donde no se había producido ni una sola muerte desde que triunfó el Frente Popular en las elecciones de febrero de 1936», indica el autor.

Su teoría es que «el miedo» estuvo en la base de la barbarie. «La insurrección de 1934 en Asturias es un hito muy a tener en cuenta para explicar de qué modo se agudizó en León la tragedia de las dos Españas», subraya. «Es significativo que hombres relacionados con este juicio (el seguido en León contra Alfredo Nistal, socialista astorgano que participó en la rebelión) serán luego fusilados a los meses siguientes al comienzo de la guerra», hace notar Gavilanes.

En este sentido, recoge la teoría del periodista asturiano Santiago Blanco quien señala que en 1936 León era una ciudad «totalmente en manos de falangistas, policías antirrepublicanos y militares «ofendidos» por la revolución asturiana».

Sobre esta tesis se asienta la idea que «lo acontecido con Heredia es, además de paradigmático crimen contra los derechos humanos un hecho singular que revela como era imposible la imparcialidad del ser, la llamada tercera España, a la que sin duda Heredia y otras víctimas como él pertenecían».

Las pesquisas sobre Heredia Guerra empezaron en el Libro de San Marcos de Victoriano Crémer donde éste describe el momento en que el reo fue sacado de la celda con destino a su muerte. «Se le rompieron los cordajes de la templanza, de la discreción, del valor», relata Crémer.

Después encontró el poema que Hipólito Romero Flores le dedicó a los diez años de su muerte. El expediente militar de El Ferrol, archivos familiares y alguna que otra casualidad trazan el destino fatídico de Joaquín Heredia Guerra. La partida de defunción, que su mujer solicitó a los siete años de su fusilamiento, está firmada por el padrino y tío del escritor, Ricardo Gavilanes, a la sazón juez municipal en la posguerra leonesa.

Uno de los documentos esclarecedores sobre el ambiente leonés en los meses posteriores al golpe militar es el diario del alcalde de la ciudad Enrique González Luaces, quien sustituyó, «nombrado a dedo», al fusilado Miguel Castaño y que, por tanto, «no era nada sospechoso» de estar a favor de la República.

«… Se decía en corrillos que no se hacía justicia porque no había fusilamientos en Puente Castro y se empezaba a decir «en León no se hace nada» con tanta inconsciencia como falta de sentido. Ya se daban algunos paseos y aparecían cadáveres a las orillas de las carreteras, según supe después», escribe Luaces con fecha de 26 de julio de 1937.

El alcalde -«dice Gavilanes-» «estaba escandalizado de tanto horror en nombre de Dios, España y su revolución nacional sindicalista. El testimonio inédito -«el diario se encuentra en el Centro de Documentación de la Guerra Civil de Salamanca-» es recogido en el libro ¿Qué fue de Joaquín Heredia?, cuyo autor aporta otras declaraciones como las alusiones de Francisco Roa de la Vega a los Borge como algunos de los hombres que pudieron participar en los paseos.

Otra de las paradojas de la muerte de Heredia es que supuestamente fue ejecutado por estar en una lista de masones, pero le abren el expediente por pertenencia a la masonería cuando ya había sido fusilado. El expediente se sobreseyó por falta de pruebas, según consta en documento oficial.

También encuentra paradójico el autor que Heredia fuera fusilado sin piedad y sin que de nada sirvieran los avales a su favor «con menos cargos de los que tenía su amigo Hipólito Romero Flores». Claro que no contaba con ninguna influencia importante que pudiera rescatarle del penal, como le sucedió al catedrático que, providencialmente, fue trasladado a la cárcel de Valladolid y salvó la vida.

Paradójico también que Joaquín Heredia encontra la muerte en León, fuera de su Madrid natal a donde se dirigía pocos días después del golpe militar. «Se encontró con Hipólito en la estación y éste le desaconsejó ir a la capital tal y como estaban las cosas», explica Gavilanes a partir de un testimonio oral de Amparo, una mujer que lo conoció. «Su mujer, Julita, siempre reprochó que Romero Flores le diera ese consejo. «Si no le hubiera hecho caso… estaría vivo», solía decir», añade.

En Madrid era paseado, por el otro bando, el leonés Álvaro López Núñez, bajo acusaciones que siguen sin aclarar aunque «al parecer a quien buscaban era a su hija, también fusilada». De este paseo existe constancia fotográfica, aunque no se publica en el libro, pues los fusilamientos que se realizaron en el bando republicano «se documentaban», indica Gavilanes.

Precisamente, imágenes como las de López Núñez y su hija sirvieron a la Causa General del Franquismo, base de la represión, como acicate. Del otro lado, no hay fotos ni testigos. Hay muchas fosas con cientos de anónimos enterrados. Como en la que yace Joaquín Heredia en La Mata del Moral. Ese hombre que, oficialmente, falleció en «accidente de guerra» como dice el acta de defunción.

Diario de León vía google noticias


La Tate recupera al Miró político..

abril 12, 2011

El museo presenta la mayor retrospectiva del pintor en 50 años

CONXA RODRÍGUEZ LONDRES 12/04/2011

En 1973, el joven anarquista Salvador Puig Antich fue ejecutado. Se convirtió con su asesinato en el último muerto a garrote vil del franquismo. El pintor Joan Miró contaba entonces 80 años de edad y no quedó impasible ante el atroz acontecimiento: pintó La esperanza del condenado a muerte (1974), un tríptico de grandes dimensiones, un círculo de desgarrada línea negra sin cerrar en cada uno de los tres lienzos. El próximo 14 de abril, la Tate Modern de Londres inaugura la exposición con el título La escalera de la fuga, en la que se destaca la sensibilidad política del pintor catalán.

Según explica a Público Marko Daniels, uno de los dos comisarios de la muestra, hay una identificación de Miró con el joven anarquista y contra la represión de la dictadura: «Es un mensaje poderoso que acerca a Miró a su propio sentido de la mortalidad. Tiene 80 años y está al final de su vida, por eso reacciona con esta obra abstracta tan controlada». El efecto visual del tríptico también ha sido señalado por la relación con la caligrafía japonesa, tan admirada por el artista. La obra ha llegado a Londres desde la Fundación Miró de Barcelona, que aporta obras junto la National Gallery de Washington y la mencionada Tate. La exposición viajará en octubre a Barcelona y en 2012 a Washington.

La idea inicial de la exposición fue concebida por el anterior director de la principal institución inglesa de arte, el valenciano Vicente Todolí, que estos días remata la particular lectura que ha hecho de la obra de Miró. Sin embargo, nadie se percató hasta bien avanzado el diseño de la muestra que hasta por las fechas de inauguración y cierre será una exposición que definirá en todos los sentidos a Joan Miró: arranca el 14 de abril, el 80 aniversario de la proclamación de la Segunda República; y finaliza el 11 de septiembre, día nacional de Catalunya.

La guerra por su cuenta

«Fue puramente accidental, una coincidencia», asegura Marko Daniel, quien se muestra entregado a la trayectoria de Miró. El artista residió en París, al menos en los largos inviernos, hasta 1940, comprometiéndose desde allí con la defensa de la Segunda República Española en la Guerra Civil. La obra Aidez L’Espagne, un hombre con el brazo y el puño en alto, se ha convertido en un símbolo de la resistencia al golpe de Estado de 1936. De 1937 es Naturaleza muerta con zapato viejo, un retrato sublime de la Guerra Civil en la que la violencia está simbolizada en un tenedor clavado en una manzana.

«De las tres guerras que presenció, la española fue la que más le afectó»

«De las tres guerras que presenció, aunque no participó en ellas, la española fue la que más le afectó», cree Daniels. Cuando los nazis avanzaron hacia Francia en la Segunda Guerra Mundial, los personajes más ruidosos del grupo surrealista, Salvador Dalí y André Breton entre otros, huyeron a América. «Miró es, probablemente, el más surrealista de todos nosotros», escribió Breton. El artista catalán, más silencioso que su compatriota Dalí, se refugió, a partir de 1940, en Mallorca, de donde era su esposa, y continuó desarrollando su lenguaje pictórico, lo que él describió como «llevar la línea de paseo».

«El hecho de que evitase las guerras no significa que no cumpliese con su deber de ciudadano; participó, a su manera, con sus obras», añade Daniels. En Mallorca pintó Mayo 68, uno de sus trabajos más enérgicos, en el que plasmó con un festival de símbolos y colores la celebración de la libertad que reclamaban en París. En Barcelona le hacían la primera exposición retrospectiva y le colocaban una placa en su casa natal y, de paso, se reconciliaba con la simbiosis amalgamada entre un sustrato cultural y catalanista de la sociedad y el telón de la dictadura franquista.

Reencuentro en Londres

La exposición de la Tate Modern está integrada por unas 150 obras, la mayoría pinturas, media docena de dibujos y una docena de esculturas. Es la primera gran muestra del pintor en Reino Unido desde la retrospectiva que se le dedicó en 1964.

La figura de la escalera que da título a la muestra es recurrente en las imágenes creadas por Joan Miró. No sólo escaleras que conectan la tierra con el cielo o se encaraman al firmamento, sino que el artista hizo también una escultura, en 1971, de una escalera unida a la tierra que acaba con una cabeza: hombre y tierra. Para Marko Daniel, «la escalera es un símbolo muy visual y muy hermoso, con muchos significados; aquí nos permite abarcar toda la exposición porque Miró, a pesar de estar comprometido con todo lo que ocurría a su alrededor, de vez en cuando desconectaba y se escapaba o se fugaba».

Bajo las etiquetas de surrea-lista y abstracto, el pintor trabajó más de seis décadas, silenciosamente, un estilo vinculado a la naturaleza y al Mediterráneo. «Miró vivió casi todo el siglo XX; su obra es un testimonio de las convulsiones de ese tiempo, aunque la riqueza, la imaginería y la fuerza de sus cuadros van más allá de los acontecimientos históricos con los que tuvo que convivir», señaló Marko Daniels.

Público.es


Recurso al portazo del Supremo a Miguel Hernández…

abril 12, 2011

La nieta del poeta ha presentado un recurso por denegar la revisión de la sentencia que condenó a su abuelo a muerte

DIEGO BARCALA MADRID 12/04/2011

Miguel Hernández.

Miguel Hernández.

La nieta del poeta Miguel Hernández (Orihuela, 1910-Alicante, 1942), María José Hernández Izquierdo, ha presentado un recurso ante la Sala de lo Militar del Tribunal Supremo por denegar la revisión de la sentencia que condenó a su abuelo a muerte. El recurso considera contradictorio el rechazo de los jueces a analizar la nulidad del fallo pese a que considera «radicalmente injusta» e «ilegítima» la condena que llevó a la muerte en prisión al poeta.

El recurso de María José Hernández denuncia la incongruencia del Tribunal Supremo, que rechazó la admisión a trámite del recurso de nulidad porque la sentencia «carece actualmente de cualquier vigencia jurídica» y que, por tanto, es inexistente. Pero la familia del autor de El rayo que no cesa señala que ningún juez le ha declarado inocente y, por tanto, la condena sigue viva.

El Supremo se basa en la Ley de la Memoria para juzgar como «injusta» la decisión que llevó a la muerte a Hernández porque fue «política». Sin embargo, el recurso señala que esta misma ley dice que lo determinado en sus artículos no es incompatible con ejercer acciones legales.

La familia del periodista Julián Zugazagoitia, fusilado en 1940 tras un juicio similar al de Hernández, estudia también presentar un recurso en el Tribunal Supremo por la nulidad del fallo.

Público.es


Miguel Hernández era culpable…

marzo 24, 2011

23 mar 2011

RAMÓN SÁEZ

La Sala de lo Militar del Tribunal Supremo comunicó el mes pasado el auto por el que se niega a revisar la sentencia del Consejo de Guerra que condenó a muerte al poeta Miguel Hernández, por el delito de adhesión a la rebelión. Sostienen que la sentencia ha perdido vigencia jurídica. Se frustran así las expectativas que había abierto la Ley de Memoria Histórica sobre la anulación de las sentencias de los tribunales de la represión franquista y de reparación de sus víctimas. Lo primero que sorprende es que la revisión de las resoluciones de los consejos de guerra sea competencia de una sala militar, una excepción heredada de la Transición, hoy inexplicable. Es la misma sala que ha venido denegando sistemáticamente la revisión de las condenas a muerte pronunciadas por aquellos infratribunales, con base en una falsa seguridad jurídica.

La familia del poeta esgrimió dos argumentos. El primero, que Miguel Hernández era inocente, como demostrarían las notas de recomendación de cuatro justos, amigos del escritor, que se atrevieron a testimoniar que era persona buena y honrada. Es una estrategia equivocada, en la que incurre también la Sala del Supremo al señalar que la sentencia tenía un “manifiesto sesgo político e ideológico”. Al mirar de frente al horror no se le puede reconocer racionalidad jurídica alguna. Miguel Hernández era culpable de haber defendido la legalidad democrática, con la palabra, la poesía y la propaganda, frente a los criminales que se habían alzado e impuesto un orden de terror. Claro que no se había rebelado. Ni él ni tantos que fueron condenados; ni tampoco las decenas de miles de personas, hombres y mujeres, asesinadas en aplicación del bando de guerra, ejecuciones extrajudiciales de las que el Estado todavía no ha dado cuenta; véase el vergonzoso caso de las 17 Rosas de Guillena, mujeres de entre 20 y 70 años fusiladas en octubre del 36, que siguen aguardando en una fosa común de Gerena (Sevilla), ahora localizada, una subvención económica para que sus familiares puedan identificar y recoger sus restos.
Lo esencial es que aquellos consejos de guerra no eran tribunales ni sus sentencias actos de justicia, sino piquetes de verdugos y hechos de barbarie. Como dijo el Tribunal de Núremberg en la causa contra los juristas nazis, “el puñal del asesino se ocultaba bajo la toga del juez”.

También alegaron los familiares del poeta que la Ley de Memoria Histórica planteaba un hecho nuevo, al declarar la injusticia de las sentencias que dictaron los ilegítimos tribunales de la represión. Este motivo no ha sido analizado por la Sala Militar. Y parecía concluyente. Sostener que aquella sentencia carece de vigencia jurídica, como dice la exposición de motivos de la ley, es una constatación simple. El auto debió explicar qué alcance tiene la categoría vigencia, aplicada a la resolución radicalmente injusta de un tribunal ilegítimo, para impedir su anulación. La sentencia debió perder toda vigencia cuando el poeta murió en la soledad y la miseria del penal, hace ahora 69 años a causa, no lo olvidemos, de las condiciones infrahumanas del encierro que el Estado fascista impuso a los presos políticos. Hambre, frío y enfermedades, esa era la dieta para los que no fueron asesinados por las balas del pelotón de ejecución. La vigencia se refiere a la eficacia de un acto en el tiempo y en el espacio. La nulidad es la única manera de hacer justicia al condenado, expulsando la sentencia y estableciendo que nunca debió pronunciarse, como primera forma de reparación de un daño inconmensurable.

La seguridad jurídica vuelve a mencionarse a propósito de las resoluciones de los tribunales de excepción. En la sentencia que denegó la revisión del caso Grimau, fusilado en 1963, la Sala Militar dijo que “había que garantizar la seguridad jurídica que la sociedad requiere” y concluyó que “la Autoridad militar judicial, legítima a todos los efectos, la aprobó (la sentencia de muerte) por considerarla ajustada a la ley, quedando firme”. Firme sigue y sin reparar el crimen. Valga recordar que la pretensión de mantenimiento de las sentencias del terror es antijurídica, no sólo porque ahora lo diga la ley, sino porque no hay interés que tutelar salvo el honor de las instituciones de la dictadura, un Estado ilegal según el derecho internacional. Nada pinta la seguridad para analizar dicha cuestión, que es de estricta (in)justicia.

Con todo, hay que advertir que si la sentencia sólo perdió la vigencia, es porque mantiene el estatuto de acto del derecho. El problema de fondo es el de una cultura jurídico política que sigue creyendo que la Transición se hizo de la ley a la ley, como alegó el Tribunal Supremo para no tramitar la recusación contra los magistrados que juraron lealtad a la dictadura; una cultura que se resiste a admitir que la instauración de un Estado de derecho ha de representar necesariamente un corte profundo con el orden precedente del Estado policial, como reclama una verdadera cultura de la legalidad democrática.

Habrá de esperarse al pronunciamiento del Tribunal Constitucional o del Tribunal Europeo de Derechos Humanos; si no se estimaran las pretensiones de las víctimas, la decencia pública requerirá de una ley, como en Alemania respecto a los tribunales nazis, que anule las sentencias del horror. El daño causado por la condena a muerte del poeta Miguel Hernández sigue sin reconocimiento ni reparación. La presencia de aquellas sentencias infames compromete nuestro presente. Porque no son sentencias, sino crímenes de Estado.

Ramón Sáez es magistrado de la Audiencia Nacional

Ilustración de Mikel Casal

Público.es


Miguel Hernández y las sentencias vitalicias…

marzo 24, 2011

17 feb 2011

El consejo de guerra al que fue sometido Miguel Hernández incluyó medio año de angustia hasta que se le conmutó la pena de muerte por 30 años de reclusión. El Tribunal Supremo ha negado ahora a la familia de Miguel Hernández la posibilidad de presentar un recurso de revisión para anular esa primera sentencia. Con ello, dicho tribunal se atiene a lo dispuesto en la Ley de Memoria Histórica, evitando que ese caso pueda servir de precedente al de otros miles de sentenciados que sufrieron la misma pena.

Leo que fue especialmente cruel el comportamiento como fiscal de Arias Navarro, “El carnicerito de Málaga”, a quien le bastaba la delación de un adicto al régimen o la de un cura para que un grupo de veinte o treinta personas detenidas un viernes fueran condenadas un lunes sin posibilidad alguna de defensa. Tras unos días en prisión, eran fusiladas en las tapias del cementerio de San Rafael, el mismo lugar donde fueron halladas hasta 18 fosas con más de 250 cadáveres en alguna de ellas.

La justicia en España tiene una deuda con esos miles de víctimas del franquismo y ha perdido dignidad al llevar a los tribunales al juez Baltasar Garzón por tratar de investigar esos crímenes. Aparte de los asesinados sin ningún trámite, más de 4000 personas fueron fusiladas en la provincia de Málaga tras la celebración de juicios/farsa equivalentes al que condenó al poeta de Orihuela.

Hace algo más de un año firmé en Público un artículo (Miguel Hernández y Franco) en el que señalaba la gran paradoja de que Franco y Miguel Hernández, verdugo y víctima, compartieran el título de hijos predilectos de Alicante, pues una moción del PSOE para que se le retirara tal honor al extinto caudillo fue rechazada por el Partido Popular. Alegó el PP que un nombramiento así era vitalicio y no caducaba.

Lo mismo ocurre con las sentencias y condenas dictadas por razones políticas e ideológicas que la Ley de Memoria Histórica considera ilegítimas, pero no las anula. Sirva la voz de dos de nuestros mejores poetas víctimas de esa barbarie (García Lorca y Miguel Hernández) como mayor testimonio de tal ignominia.

Público.es


Miguel Hernández y las sentencias vitalicias…

febrero 20, 2011

17 feb 2011

El consejo de guerra al que fue sometido Miguel Hernández incluyó medio año de angustia hasta que se le conmutó la pena de muerte por 30 años de reclusión. El Tribunal Supremo ha negado ahora a la familia de Miguel Hernández la posibilidad de presentar un recurso de revisión para anular esa primera sentencia. Con ello, dicho tribunal se atiene a lo dispuesto en la Ley de Memoria Histórica, evitando que ese caso pueda servir de precedente al de otros miles de sentenciados que sufrieron la misma pena.

Leo que fue especialmente cruel el comportamiento como fiscal de Arias Navarro, “El carnicerito de Málaga”, a quien le bastaba la delación de un adicto al régimen o la de un cura para que un grupo de veinte o treinta personas detenidas un viernes fueran condenadas un lunes sin posibilidad alguna de defensa. Tras unos días en prisión, eran fusiladas en las tapias del cementerio de San Rafael, el mismo lugar donde fueron halladas hasta 18 fosas con más de 250 cadáveres en alguna de ellas.

La justicia en España tiene una deuda con esos miles de víctimas del franquismo y ha perdido dignidad al llevar a los tribunales al juez Baltasar Garzón por tratar de investigar esos crímenes. Aparte de los asesinados sin ningún trámite, más de 4000 personas fueron fusiladas en la provincia de Málaga tras la celebración de juicios/farsa equivalentes al que condenó al poeta de Orihuela.

Hace algo más de un año firmé en Público un artículo (Miguel Hernández y Franco) en el que señalaba la gran paradoja de que Franco y Miguel Hernández, verdugo y víctima, compartieran el título de hijos predilectos de Alicante, pues una moción del PSOE para que se le retirara tal honor al extinto caudillo fue rechazada por el Partido Popular. Alegó el PP que un nombramiento así era vitalicio y no caducaba.

Lo mismo ocurre con las sentencias y condenas dictadas por razones políticas e ideológicas que la Ley de Memoria Histórica considera ilegítimas, pero no las anula. Sirva la voz de dos de nuestros mejores poetas víctimas de esa barbarie (García Lorca y Miguel Hernández) como mayor testimonio de tal ignominia.

Público.es

Voz de memoria

Por Félix Población

 


Los consejos de guerra verán la luz…

febrero 6, 2011

Carmen Chacón Ministra de Defensa

El Ministerio de Defensa que dirige Carme Chacón elaborará este año un censo de las causas judiciales militares que se abrieron durante el franquismo, en aplicación de la ley de la memoria histórica. Una vez realizado el citado inventario, los responsables de la Subdirección General de Archivos empezarán la digitalización de toda la documentación, que incluye los consejos de guerra, para ponerlos a disposición del público y los investigadores que analizan ese período de la historia.

Tiempodehoy:

LA MINISTRA DE DEFENSA EN DEFENSA DE LA VERDAD…

Y así es como debería haber sido desde los inicios de la democracia por salud jurídica, de derecho e histórica de nuestro país. Hemos sido muy críticos con las actuaciones políticas gubernamentales con respecto a la recuperación de la memoria histórica de la Guerra Civil y la represión franquista, hemos sido escépticos también a las palabras vacías y que los hechos posteriores han corroborado por parte de los distintos miembros de los gobiernos y oposiciones de las diferentes legislaturas de nuestra democracia y, sobre todo, hemos sido fieles a nuestros principios de lucha e independencia que nos han permitido evaluar objetivamente cualquier acción e intervención política relacionada con tal fin. Por eso ante anuncios que parecían beneficiar las pretensiones del memorialismo y sobre todo, la de los familiares de las víctimas del franquismo siempre hemos sido cautos y hemos esperado el tiempo prudencial que nos permitan evaluar si el la intención venía acompañada de la acción correspondiente.

Pero esta vez suena diferente, quizás porque las palabras vienen de alguien a quién el propio estamento al que representa fue el primero en mirar de reojo y con escepticismo y se ha ganado el respeto de aquellos que en su día no veían a una mujer al frente del Ministerio de Defensa, quizás también, porque Carmen Chacón procede originariamente de una Comunidad Autónoma que creó el primer mecanismo gubernamental para el tratamiento y la investigación de la Guerra Civil y la represión franquista, dependiente de la Generalitat de Catalunya, «El Memòrial Democràtic»; y sobre todo, porque Carmen Chacón ya ha demostrado en sus distintas facetas de la vida pública que es una mujer en la que prevalece más la acción que la intención de sus actos y que además trabaja fuera del circulo mediático que otros tanto añoran. Así que esta vez daremos el beneplácito y el beneficio de la duda a la Sra. Ministra y esperemos que con su buena actuación logre transmitir al resto de la cúpula política que facilitar y recuperar la memoria empieza por perder el miedo a conocer la verdad, que el conocimiento precisamente enriquece todos los valores,  que la mejor defensa de la libertad viene con la defensa de la verdad y de la justicia, y que para cerrar heridas es imposible hacerlo si la hoja del cuchillo sigue lacerando la misma. Sra. Ministra, que sus palabras no queden sólo para las hemerotecas y que nunca debamos recurrir a ellas para recordárselas como otras tantas veces tuvimos que hacer con sus homólogo, incluidos sus propios compañeros de andadura y partido.

Jordi Carreno Crispín

Vicepresidente de la A. I. La Memoria Viv@

 


Centro Documental recibe 37.000 fichas condenados a muerte en el franquismo…

enero 26, 2011

Registro de condenado a muerte. Doc. Fotográfico de archivo


Madrid, 26 ene (EFE).-

La ministra de Cultura, Ángeles González- Sinde, ha anunciado hoy que el Centro Documental de la Memoria Histórica de Salamanca recibirá próximamente unas 37.000 fichas de condenados a la pena capital en causas abiertas por tribunales del franquismo entre 1938 y 1943.

González-Sinde ha realizado este anuncio en respuesta al diputado socialista Jesús Caldera, quien en la sesión de control al Gobierno en el Congreso se interesó por los fondos que se están incorporando al Centro de Salamanca por parte del Ministerio de Cultura.

En su respuesta, la ministra ha señalado que el Archivo General de la Administración tiene pendiente remitir las fichas de seguimiento de condenados, recibidas del Ministerio de Justicia, y ha precisado que éstas se trasladarán al Centro Documental de la Memoria Histórica de Salamanca o al futuro centro -ampliación del que ya existe- de la Plaza de los Bandos de la misma ciudad.

La responsable de Cultura ha destacado el «amplio» programa puesto en marcha por su Departamento para recuperar documentos que van desde 1936 y 1978 para el estudio de la guerra civil, la dictadura franquista, el exilio o la transición.

El primer paso, ha dicho, es recopilar todos los documentos existentes en otros archivos, comenzando por los fondos del Archivo de la Guerra Civil de Salamanca.

Además, ha señalado, se han integrado los fondos provenientes de «órganos represivos» del franquismo, como las 4.500 cajas del Tribunal Nacional de Responsabilidades Políticas y los documentos de organismos diversos, como las 4.020 cajas de la Causa General y los Tribunales de la República y las 141 cajas con documentación de campos de concentración, procedentes del Tribunal de Cuentas.

Según la ministra, se han incorporado también aproximadamente 30.000 negativos y positivos fotográficos de los archivos de distintos fotógrafos del periodo, adquiridos por el Ministerio de Cultura.

A este material se añaden «cuantiosas» donaciones de particulares, fondos de procedencia internacional, principalmente de exiliados en Francia, Rusia o México, y cerca 300.000 documentos digitales de Cruz Roja Internacional.

Todo ese material, según González-Sinde, tiene un valor «esencial» para el estudio y conocimiento de la historia reciente española «y de la represión política ejercida en España durante más de tres décadas», utilizando los propios testimonios documentales de los encausados, al igual que existen centros de esta naturaleza en los países europeos del entorno.

La ministra también ha precisado la «voluntad decidida» del Ministerio de digitalizar este Centro Documental para que investigadores y ciudadanos puedan acceder a su contenido a través de internet.

Caldera ha señalado que el Centro de Salamanca se ha convertido en un «centro de referencia» para ciudadanos e investigadores acerca de la «triste memoria» de la guerra civil, con el ánimo de que «hechos tan lamentables no vuelvan a repetirse».

El diputado socialista ha recordado las «apocalípticas» declaraciones realizadas «desde las filas conservadoras», y ha precisado que la salida de documentos «fue mínima» en comparación con «la gran cantidad de nueva documentación» que está llegando.

Caldera ha expresado también su deseo de que quienes descalificaron entonces «se avergüencen hoy de su comportamiento», al haberse logrado un centro que es «un extraordinario exponente de nuestra convivencia».

ABC.es vía google noticias

 


Fusilado por rojo perverso…

diciembre 26, 2010

El historiador Glicerio Sánchez rescata el sumario y el archivo de la familia Villalta, de Monòver, perseguida por el franquismo…

EZEQUIEL MOLTÓ – Alicante – 24/12/2010

La familia Villalta Gisbert.-

«Con estas pruebas el tribunal solo puede acusarme de socialista y de haber sido diputado», escribió Miguel Villalta desde la cárcel a su hermano. Pero no fue así, el régimen franquista achacó a este juez y político de Monòver todos los asesinatos cometidos en su pueblo, unas 20 personas, así como el resto de muertes de Alicante y Madrid, de donde fue gobernador civil.

El Gobierno repara la memoria de esta familia socialista

La prensa le tildó de ser un «propagandista de rojos»

La vida de Miguel Villalta y de su familia ha sido reconstruida por el historiador de la Universidad de Alicante Glicerio Sánchez, que acaba de publicar el libro La república decapitada. El caso de la familia Villalta Gisbert (Alicante 1939-1942), que se presentará el 12 de enero en el Fórum 80 Mundos de Alicante. El trabajo «refleja la aniquilación de las instituciones republicanas y la ejecución y represión de las personas que las representaron y defendieron», explica. En Monòver tradicionalmente se atribuía el fusilamiento de Villalta a cuestiones «económicas y políticas», pero una especie de silencio tácito planeaba sobre su figura. Villalta aprobó en 1929 las oposiciones de juez, escribió libros siguiendo «el estilo de Azorín», según el propio Gabriel Miró, militó en el PSOE como abogado y en 1936 fue elegido diputado. Cuando finalizó la guerra logró colocar en el buque Stranbook a su mujer, sus hijos y hermano, que se exiliaron en Argelia. Él se quedó esperando El marítimo, pero en ese barco solo subió el entonces gobernador civil de Alicante, Manuel Rodríguez, y sus colaboradores se quedaron en tierra. Villalta escapó y llegó a Monòver. Allí su tía carnal, María Gisbert, «soltera y muy de derechas», según el historiador, le dio cobijo durante casi dos años y medio, hasta que el 25 de octubre de 1941 una sirvienta descubrió al político y lo debió chivar a las autoridades. Miguel Villalta fue detenido, pasó 14 meses en la cárcel y fue fusilado. «He consultado el sumario completo, el archivo personal que ha custodiado Elisa Villalta, sobrina carnal, y la prensa de la época», asegura Sánchez, que destaca las cualidades profesionales del reo para defenderse del franquismo e ir desmontando las acusaciones. «Es el prototipo del perseguido por el franquismo, alguien que había que aniquilar, era un rojo perverso, con más males de los que hizo», concluye el historiador.

El diario Información se hizo eco de la detención de un «destacado propagandista de rojos» y cuestionaba su carrera política, en «la que encontró ancho campo para codicias e inmoralidades». Ahora, el Gobierno en octubre de 2009 comunicó a los familiares la «reparación y reconocimiento» personal a la figura de Miguel Villalta, víctima de unas sentencias «injustas e ilegítimas». Ahora con este libro su memoria y su testimonio no caen en el olvido.

El País.com (Edición Valencia)

 


Hombres honestos, a carta cabal…

diciembre 21, 2010

Extraños son los caminos por los que transitan los recuerdos en nuestra memoria. Rostros, nombres, sucesos, palabras, fechas e historias que forman parte de nuestras vidas vagan indefectiblemente por nuestro cerebro, pero sólo unos pocos se fijan en algunas de sus circunvoluciones, anclándose entre sus pliegues y enquistándose entre sus surcos y fisuras. Y allí –agazapados– permanecen, para que en ellos podamos solazarnos o a ellos queramos acudir cuando de no olvidar injustos e inexplicables agravios viejos se trate.

Porque, ¿qué otro sentimiento, sino el de agravio, puede embargar el espíritu de un pequeño de casi seis años cuando se sabe distinto a los demás chicos de la escuela y de la calle, por ser el hijo de un rojo preso en la cárcel? El niño apenas sabe de su padre, pues de él sólo conoce las borrosas facciones que pueden malentreverse en una antigua fotografía de cuando fue llamado a filas para servir en el ejército, antes de la guerra. Pero entiende –porque así se lo ha mentado su madre a media voz– que es un hombre a carta cabal, intachable, serio y honrado. Y que pronto, según ella le insiste, volverá a casa, si quiere Dios y consienten sus crueles captores.

Pero mientras, madre e hijo esperan, unas veces resignados, y desesperan, otras con amargura, porque la injusticia llegue a término. Mas esta semana parece diferente. Desde el domingo, la madre lleva horas atareada empaquetando con guita de cáñamo una vieja maleta de cartón con el asa rota, llena ya con varias mudas de ropa interior, un viejo sueter de grueso cuello alto preciso –y precioso– para el duro invierno que ha de avecinarse, varios saquitos de harina de almorta y de garbanzos y dos o tres piezas pequeñas de chacina curada del pueblo. Además, la madre ha ensogado una fuerte cuerda en torno al voluminoso rollo de un petate limpio de parasitos, que substituirá a la provisoria cama de urgencia sobre la que mal duerme el marido, poco más que un fino cobertor de tres o cuatro centímetros de espesor plagado de liendres y piojos. A todas luces, un humilde y exiguo fardo que a tenor de los meses de privaciones que su dificultoso atesoramiento paulatino ha representado a la pequeña familia, a buen seguro debiera suponer algún alivio al sufrido preso. 

En días previos y atendiendo a las indicaciones de su madre, del almanaque que está colgado sobre la alacena que se encuentra junto a la cocina de hierro el chico fue arrancando hojas hasta situarse en el jueves 24 de septiembre. Supo así el niño que hoy es el día de la Virgen de la Merced, patrona de los presos, y que bajo su advocación los guardianes toleran que en esta fecha los prisioneros, tras la misa y los saludos de rigor a Franco y al Glorioso Movimiento Nacional, puedan convivir con sus esposas e hijos durante un par de horas.

Y son esas horas, 70 años después, las que el niño guarda celosamente entre sus recuerdos como algo nítido, indeleble y grabado a fuego en su inocente memoria. El chico de entonces, llamado Eugeni de Domingo, rememora hoy vívidamente cómo a sus casi seis años le impresionaron pavorosamente las tétricas galerías de piedra, frías y obscuras, del Fuerte de San Cristóbal, en el monte de Ezkaba aledaño a la fría ciudad de Pamplona. Allí vio cómo sobre sus gélidos suelos los presos tendían unas finas mantas que hacían las veces de patético jergón. Y poco más allá, pudo observar cómo multitud de presos descompuestos se aliviaban con premura en el interior de una pequeña nave infecta, sin puertas y sin intimidad que hacía las veces de infrahumana letrina carente de alcantarillado, evacuando descontroladamente el resultado de la desacostumbrada ingesta de un rancho ligera y muy excepcionalmente enriquecido, quizás con un pequeño trozo de magro y un achicoriado cafe endulzado con una pizca de azucar.

Niños impresionados por estas tristes imágenes y presos apesadumbrados por el insuperable miedo posaron para esta fotografía, copias de la cual también habrían de servir como prueba de vida para aquellas familias de prisioneros que por su lejanía y carencia de medios no pudieron destacarse hasta Pamplona en aquella jornada de septiembre de 1942.


Hoy es 20 de diciembre del año 2010, 70 años después de aquella espantosa tragedia provocada por unos funcionarios armados y unos burgueses inmisericordes, traidores a su Constitución y a su Gobierno. Con esta fotografía –que reproduce en blanco y negro las vívidas imágenes que el 24 de septiembre de 1942 impregnaron los recuerdos de un niño– Eugeni de Domingo desea dignificar la memoria de su padre, Gregorio de Domingo Juarros, un hombre honesto que a pesar de carecer de filiación y simpatías políticas fue detenido la misma jornada del golpe de Estado, mediada la tarde del 18 de julio de 1936, a los 24 años de edad. Junto con su cuñado Gabino Cristóbal, ambos fueron hechos presos aquel día en la ciudad de Valladolid, enjuiciados por una jurisdicción ilegal, condenados por delitos inexistentes y trasladados más tarde a la prisión de San Cristóbal.

A los pocas semanas de haber sido tomada la instantánea, Gregorio de Domingo y Gabino Cristóbal fueron nuevamente trasladados, en este caso a la prisión de Ponferrada, localidad capitalina de la comarca del Bierzo, en León. Meses después y ya en 1943, fueron liberados condicionalmente y con destierro, tras siete años de secuestro, retención, torturas, malos tratos y privación de libertad ilegal e injustificada. Gregorio de Domingo murió el 27 de diciembre de 1968, a los 56 años. Hasta el último de sus días rememoró estremecido los padecimientos sufridos en las prisiones franquistas.

Hoy, Eugeni, una persona honesta, hijo de un hombre a carta cabal, nos cuenta: «Yo soy de los que están sentados sobre los hombros de su padre, el segundo niño por la izquierda. Los otros niños de la fotografía han de ser algunos como yo, muy mayores; ojalá haya alguno que hubiera abrazado a su padre a su salida en 1943 y que la vida les haya ido bien. Espero que les pueda servir para algo. Quizás la divulgación de la imagen les permitan reconocerse».

Publicado por Paco de Jerez:

http://todoslosrostros.blogspot.com/2010/12/hombres-honestos-carta-cabal.html


El impacto del franquismo en el Alto Palancia…

diciembre 5, 2010

El final de la guerra civil dio paso a una represión cruel contra quienes en 1936 se habían decidido por la defensa de la Constitución y la Segunda República. El periodista e historiador Ramón Marín analiza en La represión franquista en el Alto Palancia el impacto de esa violencia de Estado sobre los que perdieron la guerra y las claves de la represión: las fosas, los campos de concentración, los consejos de guerra, los fusilamientos, las cárceles, el exilio, la represión económica y el exterminio del maquis.

La obra se presentará al público el 10 de diciembre, a las 19.00, en el casino de la localidad de Segorbe.


 

El Caudillo y Dictador Francisco Franco Bahamonde, artífice de llevar a cabo el Golpe de Estado contra la II República, dirigir el bando Nacional durante la Guerra Civil y máximo responsable de la represión de su régimen (Fotografía de archivo)