Todos creían que era una espía…

septiembre 16, 2012

Perdió los brazos y aprendió a hacer cualquier cosa con los pies. Dio la vuelta al mundo. Pero republicanos y franquistas la enviaron a prisión…

16 SEP
Regina García López ‘La Asturianita’ disparando una escopeta.

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Lo nunca visto. El caso más portentoso de reformación humana mediante la voluntad. La artista sin brazos, ni los tiene ni los necesita. Es tiradora al blanco. Toca piano, violín, acordeón y xilófono. Es profesora de caligrafía. Es una excelente mecanógrafa. Juega al billar y a cartas. Conduce un automóvil con la ayuda de sus pies. Hace caricaturas de uno del público. Hace toda clase de labores propias de su sexo: corta, enhebra una aguja, cose…”. Así se anunciaba en 1933 la actuación en un teatro de Lleida de Regina García López, La Asturianita. Una mujer excéntrica con una vida de película, a la que republicanos y franquistas encarcelaron por el mismo delito: espiar para el bando contrario.

Regina García, segunda de ocho hermanos, había nacido en 1898 en Valtravieso, una aldea asturiana de 25 casas y 63 habitantes. Un accidente en el aserradero de su padre cuando tenía nueve años le arrancó los dos brazos. Un asturiano que se había hecho rico en Argentina se ofreció a pagar su educación en el Colegio del Asilo, donde iban los hijos de las mejores familias de Luarca. Más tarde, propuso a sus padres adoptarla y llevársela a Buenos Aires, pero estos no aceptaron. Incluso contrató a un especialista alemán para que le implantara unos brazos mecánicos. El experimento no funcionó.

Cuando Regina cumplió los 15 años le dijeron que tenía que dejar sitio a otra niña en el colegio. Para entonces, había decidido que quería ser maestra. “La gente le decía ‘¿pero cómo vas a ser maestra sin brazos? ¡Olvídate! Duerme, come, reza”, relata su hijo Marcelino, de 86 años. “Poco después intentó suicidarse tirándose desde un acantilado”. Aquel día vio, en el camino de regreso a casa, a unos titiriteros con monos que cogían cosas con las patas. “Mi madre pensó: ‘Si ellos lo hacen, yo también’. Y empezó a ensayar haciendo garabatos con los pies. Pensaron que estaba chiflada”. Fue la primera vez que la dieron por loca. La primera de muchas. Pero Regina iba a recorrer el mundo y a hacerse rica con aquella locura.

Debutó en el Teatro Jovellanos de Gijón, actuando para la infanta María Teresa de Borbón en 1917, y durante los años siguientes visitó 42 países de gira (Turquía, Egipto, Brasil, Argentina, Venezuela, EE UU…) con su espectáculo, siempre en teatros. Nunca quiso actuar en circos. En 1933, según recoge María Teresa Bertelloni, su nuera, en la biografía Regina García López, La Asturianita, fue recibida por el presidente Roosevelt en la Casa Blanca, adonde llegó, como era costumbre en sus actuaciones, conduciendo ella misma con los pies. El presidente estadounidense le tendió instintivamente la mano y La Asturianita le ofreció el pie.

En una de sus giras fue recibida por el presidente Roosevelt, que le extendió instintivamente la mano. Ella le ofreció el pie

En una de sus actuaciones, en Avilés, Regina conoció al que sería su marido, entonces, un admirador. Se casaron en 1922 y tuvieron tres hijos: María, Marcelino y Juan, este último nacido en mitad de una gira, en un barco de bandera alemana en aguas de las Azores. En 1928 se separaron. “Mi madre tenía una personalidad arrolladora. Era un cerebro y los hombres en aquella época querían ser tutores de las mujeres”, explica Marcelino. “Lo mismo que le atrajo de ella fue lo que les separó. Tengo la impresión de que mi padre se sentía desbordado por ella”.

El 27 de marzo de 1936, antes de comenzar una actuación en un teatro de Luarca, Regina quiso hablar de sí misma: “Los niños huían de mí… Obtuve las primeras revelaciones de la compasión, que hiere, que humilla. Las gentes derramaban sobre mí sus miradas piadosas. ‘¡Pobre manquina!’, decían. ‘¡Y para los suyos, qué carga!’. Esto amargaba mi espíritu. Con la voluntad hecha acción, aprendí, trabajé, gané, gasté, soñé, amé y realicé, porque dentro de mi cuerpo mutilado está el alma de una mujer de cuerpo entero…”. Y a continuación, presentó su gran proyecto, Selección, con el que pretendía recaudar fondos en sus giras para pagar los estudios a chavales de aldea sin medios pero con aptitudes.

Recibió muchas críticas por aquel proyecto, como recoge Luis González Fernández en Regina, el coraje de una mujer (Madu ediciones). El semanario La Democracia arremetió contra ella por pretender educar a los niños “sin Dios”. La Voz de Asturias la elogiaba: “Es excepcionalmente culta y siente inclinación fervorosa hacia la enseñanza (…) No veáis en ella el número de varietés, ved en ella a Regina García, altruista, filántropo, apóstol”.

La Asturianita pintando un cuadro

Es verdad que Regina era muy culta. Hablaba cinco idiomas: portugués, francés, inglés, alemán e italiano. Por eso el encargado de información del Ministerio de la Guerra, Ángel Pedrero, le propone trasladarse a Francia para espiar para la República. Regina se niega. Había llegado a Madrid poco antes de que estallara la Guerra Civil con un contrato en La Zarzuela para recaudar fondos para los niños de Luarca. Y en abril de 1937 es encarcelada en la prisión de Ventas, acusada de espiar para los franquistas.

Al caer Madrid en manos del bando nacional, el 1 de abril de 1939, Regina sale de la cárcel. Pero por poco tiempo. Para celebrar su libertad, decide ir al cine. Llevaba un vestido-capa que disimulaba su defecto y al terminar la película fue la única que no hizo el saludo fascista. “¡Brazo en alto!”, le gritó un falangista. “Yo no levanto el brazo ni aunque me lo pida el mismísimo Franco”, contestó. “Pues queda usted detenida”. El episodio lo cuenta ella misma en su diario y lo recuerda bien Marcelino: “Mi madre no se callaba nunca. Protestaba sin medir las consecuencias. Era muy temperamental”. Regina terminó mostrando al falangista que no tenía brazos y explicó que acababa de salir de la cárcel, donde la habían metido los republicanos. La dejaron marchar, pero ella vería varias veces a aquel falangista espiándola. Poco después, el Régimen le pide que colabore como soplona. Regina también se niega esta vez y es encarcelada de nuevo, ahora por los franquistas. La prisión de Ventas es ahora un penal abarrotado en el que ingresan cada día entre 80 y 100 reclusas, según recoge González Fernández en su libro. Durante su estancia será trasladada varias veces al psiquiátrico. Ella misma explica en su diario que tenía alucinaciones. “Voy perdiendo la noción de todo y los ruidos en mi imaginación son completamente distintos a lo que deben ser…”. El 5 de agosto de 1939, Regina oye llamar a 13 compañeras que serán fusiladas esa madrugada y pasarían a la historia como Las 13 rosas.

El 3 de marzo de 1942 se celebra su juicio. “Llevábamos seis años sin ver a mi madre y casi no llegamos ese día porque a mi tío le parecía un capricho gastar el dinero en que viajáramos a Madrid para el juicio”, recuerda Marcelino, que entonces tenía 16 años. El que no estuvo fue su marido.

El juicio dura ocho horas. Tres agentes franquistas la acusan de crear “una vasta organización internacional calificada por ella como Selección, de corte masón”. Falange dice que es “bastante peligrosa”. La policía militar de Madrid la considera, sin embargo, “afecta al glorioso movimiento nacional y políticamente de toda confianza, habiendo estado presa con los rojos la mayor parte de la guerra y adquiriendo su libertad el mismo día de la liberación de Madrid”. La Guardia Civil de Luarca advertía: “Muy propagandista del comunismo. Es peligrosísima para la causa ya que por su cultura se desenvuelve con mayor facilidad”. Y en el informe de Sanidad Militar se lee: “Habla en tono autoritario. Aunque perfectamente lúcida, sus contestaciones se desvían enseguida del tema principal a asuntos accesorios de que ella quiere hablar. Niega las sospechas que pesan sobre ella como espía internacional y dice que es víctima de una intriga. Los médicos que suscriben opinan que padece una parafrenia sistemática”. El fiscal pidió para ella la pena de muerte por “prestar servicios como confidente a las órdenes del subnegociado de servicios especiales del Estado Mayor Rojo”. Finalmente, fue absuelta por loca, pero enviada a un psiquiátrico.

Un año después, Regina seguía recluida en la sala de dementes de un hospital. Y allí murió el 19 de mayo de 1942. Su abogado llegó un día tarde: el 20 de mayo de 1942 pidió que le dieran la libertad total.

Los franquistas se incautaron de todos sus bienes. Marcelino cree que su madre no murió de tifus, como le dijeron, sino que fue envenenada. “En su diario había dejado escrito que temía por su vida”, explica. “No estaba loca, pero no era una mujer corriente. Yo la admiraba muchísimo, como si no fuera mi madre. Me parecía infalible”.

Regina García tenía 44 años el día que murió. Le había dado tiempo a recorrer el mundo, a enamorarse, a ser madre, a demostrarle a todos que podía hacer mucho más que comer, dormir y rezar.

http://elpais.com/politica/2012/09/14/actualidad/1347652102_676897.html


Asociación de Memoria Histórica critica al Gobierno…

diciembre 4, 2011

[youtube=http://youtu.be/Tz6NYR32OMg]

Vídeo: Asociación para Recuperación de Memoria Histórica Europa Press

 Deja «enterrado» el informe del Valle de los Caídos

MADRID, 30 Nov. (EUROPA PRESS) –

   La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) ha criticado las palabras del ministro de la Presidencia en funciones, Ramón Jáuregui, en las que reclamaba al líder del PP, Mariano Rajoy, que «no entierre en el cajón» el informe de la comisión sobre el futuro del Valle de los Caídos ya que precisamente ha sido su Gobierno quien ha dejado el asunto enterrado en un cajón.

   En una entrevista a RNE recogida por Europa Press, el presidente de la asociación, Emilio Silva, ha valorado que este informe sobre el futuro del Valle de los Caídos «se podría haber hecho hace tiempo». «El informe llega cuando este Gobierno habla de que otro Gobierno no lo entierre en un cajón y éste lo está dejando enterrado en un cajón», ha recalcado.

   Por ello, Silva ha señalado que estas conclusiones se podrían haber desarrollado hace cuatro años cuando se aprobó la Ley de la Memoria Histórica o hace siete de la creación de la Comisión para el estudio de las víctimas. «Ésto se podía haber hecho antes», ha reiterado.

«DEBERÍA OCURRIR CON NORMALIDAD»

   Silva ha reclamado que se paguen las deudas con las familias de las 130.000 personas que están todavía en fosas comunes y murieron asesinadas por la represión. «Es una cosa que debería ocurrir con total normalidad, lo gestione la izquierda o la derecha», ha manifestado.

   Al hilo de esto, ha valorado que nuestra democracia «todavía no ha sido capaz de poner orden en nuestro pasado. «Por ejemplo es el caso de Garzón, un ejemplo de la incapacidad que tiene todavía la sociedad española para ordenar el pasado reciente», ha puntualizado.

   En este sentido, el presidente de la asociación ha criticado que la persona más cercana al PP en la comisión, Miguel Herrero de Miñón, haya pedido que no se realice el traslado de los restos de Franco con argumentos «un tanto vetustos». «Los españoles estamos divididos por un montón de cosas, es un falso argumento cuando alguien no quiere defender esa situación», ha insistido.

   «Si se lo tenemos que solicitar al Gobierno como le solicitamos al Gobierno de José María Aznar que abriera las fosas comunes o se lo hemos solicitado a Zapatero se lo solicitaremos al siguiente», ha subrayado.

   Por otra parte, ha reconocido no entender que la Iglesia tenga que dar su visto bueno, debido a que los restos están ubicados en el interior de la Basílica. Silva ha recordado que se trata de un monumento propiedad del Estado que depende de Patrimonio Nacional y se sostiene con dinero público. «No entiendo que un Estado soberano sobre un edificio que pertenece al Patrimonio Nacional no pueda tomar esa decisión», ha concluido.

Europa press vía Google Noticias


MIllán Astray y la Memoria…

julio 31, 2011

La Justicia ha devuelto al general el título de hijo predilecto que le concedió La Coruña en 1922 y derogó el bipartito en pleno ataque de revanchismo

alfredo aycart
Día 29/07/2011

HAY algo cierto en el argumentario de los defensores de la sectaria Ley de la Memoria Histórica, uno más, y no el menos importante, de los engendros normativos perpetrados por el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero para amoldar la sociedad a sus planteamientos, que no principios, preconcebidos. No defraudan a la verdad los apologistas de la ley cuando precisan que los pueblos deben conocer su historia, como instrumento preventivo para evitar la repetición de sus episodios más atroces.

Lamentablemente, la beatífica expresión de buenas intenciones suele propiciar con este gabinete consecuencias terribles, que inciden en la crispación a la que aludía como deseada el aún titular del ejecutivo en una entrevista con uno de sus periodistas de cabecera. En la demoscópica apreciación de que hoy son más quienes se consideran seguidores de los derrotados en la guerra civil, entienden los socialistas que todo cuanto suene a recuperación de los bandos que protagonizaron la contienda beneficia los intereses que ahora representa Alfredo Pérez Rubalcaba.

El axioma merece una rectificación previa, porque muchos de esos descendientes de los derrotados votan ahora PP, al igual que muchos de los sucesores de los vencedores respaldan al PSOE, hasta el extremo de defender incluso a personajes como Manuel «Mansiones» Vázquez, José Bono, Manuel Chaves e incluso a Abel Caballero, el alcalde de Vigo que constituye en sí mismo una transgresión de la ley de memoria Histórica.

No hay calle de París, Lyon o Marsella que no recuerde a algún glorioso héroe, mariscal o artista francés. Las urbes inglesas son una apología de su memoria histórica, en la que se suman personajes controvertidos y contradictorios, pero todos complementarios. No ocurre lo mismo en España, donde persiste un acomplejamiento estúpido, ajeno al reconocimiento que merece por su Historia una de las naciones que más hicieron por la construcción de Europa y por la configuración del mundo actual. Al contrario, se siguen imponiendo iletrados eslóganes nacionalistas, envueltos en progresismo de fachada, que falsifican la realidad para intentar convertir a España en potencia colonialista de parte de su territorio.Una pequeña plaza de La Coruña recordaba a un paisano de la ciudad, el general Millán Astray, destacado participante de la guerra civil en el bando franquista, pero mucho antes fundador de la legión, cuyos tercios pasean ahora la bandera y el mejor nombre de España por todo el mundo.

El bipartito se empeñó en extirpar parte de la memoria de la urbe al repudiar al militar por su participación en el golpe. A tal fin renombraron en 2006 la plaza y retiraron la estatua. En pleno ataque de histérico revanchismo incluso derogaron el título de hijo predilecto que se le concedió ¡en 1922, nada menos que catorce años antes de que comenzara la terrible contienda! La justicia les ha quitado la razón al devolver la consideración al soldado desairado.

Y eso es una ciudad que dio ejemplo de convivencia al mantener durante todo el franquismo un escudo republicano en la cristalera de los salones que recorría el propio Franco en sus visitas anuales. Más dictadores que el dictador, los nacionalistas de la caverna insisten ahora en retirar de esas mismas cristaleras el escudo franquista que refleja otra parte de la historia de la urbe. Ignoran que la pervivencia de ambos símbolos, reflejo de distintas etapas históricas, es una clara muestra de la concordia a la que aspiran la inmensa mayoría de los ciudadanos.

ABC.es vía google noticias

Millán Astray


Gobierno y PP, dispuestos a alcanzar un consenso sobre el futuro del Valle de los Caídos…

mayo 5, 2011

Rubalcaba garantiza que no se traspasarán «las líneas rojas» recogidas en la llamada Ley de Memoria Histórica

MADRID, 4 (EUROPA PRESS)

El Gobierno y el PP se han mostrado dispuestos este miércoles a reformar por consenso el uso futuro del Valle de los Caídos en pro de la reconciliación, según han dejado claro el vicepresidente primero del Ejecutivo, Alfredo Pérez Rubalcaba, y el portavoz del PP en la materia, Jorge Fernández Díaz, en la Comisión Constitucional del Congreso.

Tras anunciar Rubalcaba la próxima creación de una comisión de expertos para presentar ideas en este sentido, Fernández ha asegurado que el PP está dispuesto a colaborar si el objetivo es realmente la reconciliación y si se respetan ciertas «líneas rojas», como el espíritu de lugar de culto y cementerio público del recinto, y el que la política quede «extramuros».

En su turno de réplica, el ‘número dos’ del Ejecutivo ha coincidido con él en que hay «líneas rojas», recogidas además en la llamada Ley de Memoria Histórica, y le ha garantizado que no se van a «traspasar».

La reforma del Valle de los Caídos es el único aspecto de la Ley de Memoria Histórica que se aprobó con acuerdo del PSOE y PP. En concreto, el artículo 16 dispone que el recinto «se regirá por las normas aplicables a los lugares de culto y a los cementerios públicos», y en él «no podrán celebrarse actos de naturaleza política ni exaltadores de la Guerra Civil, de sus protagonistas, o del franquismo».

Esas ‘líneas rojas’, en cambio, no son compartidas por ERC, cuyo portavoz, Joan Ridao, ha alegado que el recinto es más bien «un mausoleo dedicado al dictador» y al fundador de la Falange, José Antonio Primo de Rivera, no un cementerio civil ni un lugar de culto. Incluso ha dicho no entender por qué sigue oficiando allí la comunidad benedictina.

EL VALLE DE LOS CAÍDOS, UN SITIO «SINIESTRO»

De su lado, la representante de CC, Ana Oramas, ha opinado que España necesita un centro de reconciliación democrática de la Guerra Civil pero en un sitio «digno y agradable», y no «siniestro», «horroroso», que «mete miedo» y «que no tiene arreglo» como el Valle de los Caídos.

Oramas se ha mostrado segura de que muchos progresistas que no han visitado el Valle de los Caídos estarían de acuerdo con ella si se plantearan hacerlo, pero Rubalcaba le ha replicado que la reforma de los usos del recinto no es una cuestión de «estética», sino de que en él están «muy mal enterradas» unas 33.000 personas.

Por eso, al final de su intervención ha emplazado a todos los grupos a proponer nombres de expertos que puedan representarlos en la comisión que presentará propuestas para el futuro del Valle. El representante de CiU, Jordi Xuclà, ha pedido que la comisión presente pronto sus conclusiones para que la cuestión pueda resolverse en lo que queda de legislatura.

En el transcurso de la Comisión, Rubalcaba ha insistido en que la llamada Ley de Memoria Histórica siempre ha pretendido cerrar heridas y no abrirlas, y otros grupos han insistido en sus posiciones tradicionales al respecto: el PP acusando al Gobierno de no hacer una ley para el consenso y los grupos de izquierda reclamándole una posición más proactiva. Ridao ha llegado a tachar la aplicación de la ley de «pusilánime».

LA LEY NO HA QUEBRADO LA CONVIVENCIA EN ESPAÑA

En concreto, el ministro ha replicado a Jorge Fernández, diputado responsable del PP en este asunto, que la Ley de Memoria Histórica no ha creado tensión social ni ha quebrado la convivencia en nuestro país porque, según ha dicho, desde su promulgación «no ha pasado nada de esto», al contrario de lo que auguraba el primer partido de la oposición.

Al representante de Esquerra Republicana, Joan Ridao, que había cuestionado las prospecciones que se han hecho en las criptas del Valle de los Caídos, el ministro ha subrayado la seriedad del informe forense encargado por el Ministerio de Justicia, el cual, según ha insistido, ha revelado que la identificación de los cuerpos allí enterrados es «ciertamente difícil, prácticamente imposible».

«No es bueno abrir expectativas que no seamos capaces de colmar en un tema tan sensible y tan duro como es enterrar a alguien como Dios manda –ha abundado en este sentido–. Es mejor decir que es prácticamente imposible».

Por su parte, el portavoz socialista, Daniel Fernández, ha aprovechado su turno para pedir al PP un diálogo respecto a las exhumaciones de fosas de la Guerra Civil y el franquismo porque, según ha recalcado, las comunidades donde gobierna el PP son las menos activas en esta tarea.

Europa Press via Yahoo! España Noticias

Una turista saca una foto en el Valle de los Caídos. / Efe


De la Diagonal a Nou Barris, el largo exilio de la República…

febrero 3, 2011

La talla de Josep Viladomat pasó más de cuarenta años en dos almacenes municipales…

J.J. CABALLERO Barcelona 02/02/2011 1

Estatua de la República en la plaza de Llumajor. P.E

Estatua de la República en la plaza de Llumajor. P.E

La República volvió a las calles de Barcelona el 17 de mayo de 1986, sólo ocho días después de que el general Franco fuera descabalgado de su caballo en el patio de armas del castillo de Montjuïc para ser llevado al contiguo Museo Militar. El dictador fue descabalgado con el máximo sigilo, con apenas media docena de testigos y sin la presencia de cámaras. Separar el jinete del caballo fue imprescindible para introducirlos en el museo. El simbolismo de los dos hechos va más allá de la mera coincidencia de fechas, porque el autor de las dos esculturas era el mismo:Josep Viladomat.

En 1980 se estudió retornarla a su lugar original o colocarla en el patio del Ayuntamiento

La República fue a parar a un almacén municipal de la calle Wellington cuando fue retirada del obelisco de la Diagonal, aunque esto se supo muchos años después, porque se creía que había sido fundida. Y aún pasó unos cuantos años más en otro almacén. Cuando finalmente volvió a la calle fue situada en la plaza de Sóller, paso previo a la ubicación definitiva en la plaza Llucmajor. Sobre una peana diseñada por los arquitectos Helio Piñón y Albert Viaplana, la escultura, de cuatro metros y medio de altura y unos 1.500 kilos de peso, preside una de las plazas principales de Nou Barris, el distrito más combativo de Barcelona. A los pies de la estructura de hierro figura el medallón de piedra con el rostro de Pi i Margall.

El concejal Lluís Reverter -uno de los pocos socialistas que en aquellos tiempos no ocultaba sus simpatías monárquicas- fue el primero en intentar rescatar a la República de su ostracismo, en 1980. Propuso que fuera instalada en el patio del Ayuntamiento y también estudió devolverla a la parte superior del obelisco de la Diagonal, sin desmontar la escultura de Marès. Ninguna de las ideas prosperó y la obra no salió del almacén hasta 1983. Y lo hizo para viajar hasta Madrid, donde fue expuesta en la muestra «Cataluña en la España moderna».

En 1983 salió de un almacén para viajar hasta Madrid con la exposición «Cataluña en la España Moderna»

El motivo por el que el escultor que modeló la República se avino a crear un monumento dedicado a Franco tiene su historia. Josep Maria Huertas, Jaume Fabre y Pere Bohigas explican en «Los monumentos de Barcelona» una rocambolesca peripecia que les había narrado el mismo escultor y que estaba relacionada con una multa de tráfico que le impusieron en una visita a España (Viladomat residía en Andorra). La iniciativa partió del alcalde Josep Maria de Porcioles, que era también juez de Andorra. A pesar de las reticencias de Viladomat, Porcioles se salió con la suya y la estatua se colocó en el patio de Montjuïc en 1963. El escultor aprovechó un error en el proceso de fundición para borrar su firma y poner en su lugar el nombre del fundidor.

Público.es