Oración incómoda para Adolfo Suárez…

marzo 23, 2014

22 mar 2014

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Se va la niñez de España con la muerte de Adolfo Suárez. Qué recuerdos, cuando España era un juguete. Las revistas de entonces anunciaban unos plásticos mágicos y muy baratos que, pegados a la pantalla de tu televisor en blanco y negro, te pasaban los programas a tecnicolor. También se promocionaban mucho unas gafas maravillosas que atravesaban la ropa y te permitían ver a las chicas en biquini en cualquier circunstancia, aunque fuera invierno, vistieran hondos abrigos y pasaran fugazmente por la acera debajo de un paraguas. Todo le parecía posible a un niño en aquella España niña, como quedó demostrado un día de 1976, cuando el hermano mayor de tu mejor amigo te enseñó a Marisol desnuda en la revista Interviú. Buscando en el baúl de los recuerdos, uuhh, te das cuenta de que todo aquel tiempo fue pura magia. Con sus trampas y sus prestidigitadores. Con sus elefantes y también con sus payasos. Con sus domadores y sus leones domados.

Se muere Adolfo Suárez y se muere la niñez de esta España que nunca fue niña. Qué viejos hemos nacido.

Se muere Adolfo Suárez.

ariasCuando yo era un niño y mi abuelo nos obligaba a ver el parte de las tres, salía Adolfo Suárez en la televisión diciendo lo de “puedo prometer y prometo” y parecía que la tele se ponía ella sola en tecnicolor. Nadie estábamos acostumbrados a ver a un hombre joven en la televisión, salvo a Raphael y a Julio Iglesias. Y menos en el parte y gobernando. Hasta los niños nos dábamos cuenta de que España se estaba poniendo ye-yé, y les levantábamos las faldas a las niñas sin amenaza de garrote vil. Los Chiripitifláuticos estaban sustituyendo a Arias Navarro. Y sonaba el Habla pueblo, habla en las radios. Cuando hacía tantas décadas que nadie nos llamaba pueblo ni nos dejaba hablar. Y resplandecía tenuemente en la sentina de nuestra Historia un atisbo de hermosura.

Como una perla que brilla en un saco de mierda por un segundo.

Si dejas pasar ese segundo, ya nunca encontrarás la perla.

Y eso es lo que le pasó a Adolfo Suárez. Y a la niñez de España.

umbral_universidad_fancia_001Carmen Díez de Rivera, bella, sabia e hija ilegítima de Serrano Suñer, hoy muerta y entonces negrita fresca y copa joven de Francisco Umbral, fue desde 1976 (y antes) consejera áulica de Adolfo Suárez. No solo ejerció como jefa de Gabinete del presidente predemocrático. Siendo Adolfo Suárez lector escaso, enseñó al presidente a leer a los clásicos y a silabear discursos escritos por ella. Después, yo creo porque se aburrió de Suárez, la chavala se largó con Ridruejo y con el PSOE, para más tarde volver. A Carmen Díez de Rivera se la conocía como “la musa de la Transición”, pero ya nadie se acuerda de ella porque ya no creemos en las musas y todo el mundo sabe que nunca existió tal Transición.

Pero en aquella España niña sí creíamos en las musas. Cuando España era un juguete en nuestras manos.

Se muere Adolfo Suárez y España ya no es un juguete. Y ya no está en nuestras manos. Nunca estuvo en nuestras manos. Ni siquiera en el tiempo de las musas ilegítimas de Serrano Suñer. Suárez pactó con la oligarquía la abolición del posfranquismo de Fraga, la domesticación atlantista del PSOE y el centrismo miedoso del pueblo con el fin de que todo cambiara para que todo siguiera igual. Como ahora seguimos comprobando los que somos pacientes con la Historia.

Hay seis millones de parados en España que hoy pueden alabar en pompa fúnebre a Adolfo Suárez por lo que pudo hacer, pero no por lo que hizo. Somos tan patanes que seguimos justificando y jactándonos de nuestro pasado cuando nuestro presente es una inmundicia. Como si la inmundicia de hoy no fuera consecuencia de aquel pasado. Del pasado que fuimos construyendo –no eludamos responsabilidades– con Adolfo Suárez, con Calvo-Sotelo, con Felipe González, con José María Aznar, con José Luis Rodríguez Zapatero, con Mariano Rajoy. Ninguno supimos jugar cuando España era un juguete. Por mucho que los presidentes del pasado se me mueran, yo no puedo redactarles un responso amable viendo cómo está de roto hoy el juguete. Mi más sentido pésame a la familia de Adolfo Suárez y a la de aquel juguete niño que se rompió.

http://blogs.publico.es/rosa-espinas/2014/03/22/6245/


Borrar a Franco no es la solución

marzo 15, 2014

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Cada vez más España se aleja de su historia, renuncia a la justicia legal e histórica con la negación de su propio pasado, renuncia a un futuro sin complejos, libre y democrático con la aceptación de sus pretéritos acontecimientos históricos y a las efemérides negadas con la injusticia y el olvido.

La Guerra civil, la posguerra y los distintos procesos históricos de la dictadura franquista (la dictadura militar y represiva, la dictablanda o desarrollismo) no pueden quedar en meras anécdotas históricas, es una impunidad que no nos podemos permitir. El franquismo existió, y como consecuencia de él España se desangró durante y posteriormente al golpe de Estado militar africanista contra el gobierno legítimo e inoperante de la II República, Tuvo más que consecuencias políticas, económicas, sociales e históricas, tuvo desgraciadamente consecuencias humanas, vidas; y por tanto, tuvo consecuencias jurídicas irresolutas al día de hoy.

Para hacer justicia bajo mi humilde punto de vista y opinión es necesario recuperar la memoria histórica en su totalidad, es decir, mantener el recuerdo de los hechos acontecidos totalmente, lo que implicaría no únicamente a la documentación, información y difusión de los mismos, sino que también debería incluir la aplicación y el reconocimiento de las leyes internacionales al respecto de los delitos contra «lesa humanidad» de todos aquellos que estuvieran afectados por los mismos. Fomentar la conmemoración de las fechas más significativas y relacionadas con estos hechos,  y sobre todo, el mantenimiento del recuerdo a través de toda su simbología, documentación escrita, fotográfica y audiovisual, soportes artísticos, artículos y materiales, elementos sociales y antropológicos que formaron parte del período histórico. ¿Cómo? Fácil, con diferentes museos, zonas geográficamente marcadas o señaladas de interés histórico nacional, con bibliografía y sobre todo en la enseñanza a las nuevas generaciones de dicha etapa.

El Estado debería ser albacea, protector, garante y difusor de su propia historia y del derecho que a ella le asiste. Ése, es el único modo de hacer honor a la memoria histórica y al reconocimiento de la misma, a todos sus afectados y familiares, a todo un país. Para llegar al perdón no hay que olvidar, sino recordar por qué nos debemos perdón, y así, con el recuerdo permanente intentar evitar cometer los mismos errores del pasado y sobre todo sus consecuencias.

Para pasar página la solución no está en el olvido, en retirar sólo símbolos que nos ofenden más o menos, en esconder en archivos polvorientos vidas y sentencias, ocultar asesinatos en cunetas, barrancos y tumbas comunes, y en borrar de la memoria al mayor icono de esta tragedia, borrar a Franco. La solución pasa precisamente por todo lo contrario, por reconocer el mal, condenarlo, reinsertar las víctimas y su memoria y castigar jurídicamente, aunque sea por reconocimiento a los culpables de todas las tropelías e injusticias cometidas, mantener en el recuerdo y la memoria colectiva a las víctimas pero también a sus verdugos.

La historia no está completa si obviamos o cercenamos parte de ella, si además no le hacemos justicia, entonces estamos volviendo a condenar a todos los actores de la misma. Borrar a Franco y adláteres no es la solución.

 Jordi Carreño Crispín (Vicepresidente de La Memoria Viv@)


Treinta y ocho años sin él…

noviembre 17, 2013

 

Portada del diario ABC de 1975

Portada del diario ABC de 1975

Sigue causándome la misma felicidad que aquél lejano 20 de noviembre de 1975 y que recuerdo junto a un hoyo de tierra excavado a mano y que podría haber sido la premonición de mi futuro memorialista; pero poco tenía que ver, ¡Estábamos en la calle jugando a las canicas porque no había colegio! El caudillo había muerto. La alegre inconsciencia ignorante pudiera haber sido también premonitoria de la algarabía y satisfacción de saber que el yugo del pueblo se marchaba con sus treinta y nueve años de aplastante presencia golpista y represora.

Con doce años, uno tenía suficiente con saber que aquel señor bajito y calvo, de voz afeminada y vestido de militar era el padre de la patria, el salvador de la ignominia de las huestes rojas, el baluarte de la cristiandad y el protector de una España grande y libre. Que los estíos, eran para muchos aquellos  veranos en los campamentos con la cara al sol y la camisa nueva,  o felizmente sin el rígido orden colegial y la presencia del susodicho en las aulas mirándote inquisidoramente; y que españoles éramos todos. ¿Por qué nos íbamos a preocupar de los más de 143.353 desaparecidos forzosos y reconocidos, o los más de 450.000 exiliados, o los 250.000 encarcelados en la posguerra, etc., etc.?

Treinta y ocho años después esa figura paternal que escondía al peor de los demonios nacionales sigue estando presente en nuestras vidas, sigue dejando volar su sombra entre los pilares de aquel pretérito imperio de terror y los actuales entresijos de una administración obsoleta y polvorienta custodiada por los fieles adláteres a su figura o al Movimiento Nacional, consolidados por un Jefe de Estado que fue delfín suyo bajo juramento perpetuo (a las hemerotecas me remito) y un sistema de control mimetizado de falsas libertades y reconocimientos demócratas que velan todavía por el legado  del “atado y bien atado”.

Treinta y ocho años sin él, treinta y ocho años tardó en morirse, pero al fin la palmó. Pero lo peor de todo es que tengo la impresión de que el tiempo anda todavía detenido en aquél día en el que jugábamos felices a las canicas porque no teníamos que ir al colegio. Que las cosas poco han cambiado en lo fundamental y no sólo en la apariencia.

Dentro de tres días, el 20 de noviembre, volverán los recuerdos para todos; los del yugo y flechas, las camisas azules, las águilas imperiales rojigualdas y el brazo en saludo cesariano para campar conmemorativamente en el recuerdo y añoranza memorial de aquel tiempo pasado en el que todos éramos felizmente ciegos, tristemente vencidos o simplemente cobardes y conformistas; mientras que ellos, los acólitos al pensamiento unidireccional dirigido eran la clase predominante, realmente feliz y ahora evocadora de otros tiempos mejores. Por otro lado, los falsamente felices enarbolarán sus puños al aire junto a sus banderas tricolores, rojas o rojigualdas constitucionales, para recordar y festejar al mismo tiempo que, con su marcha, todavía queda mucha España que limpiar y sobre todo que recuperar para poder pasar ésa página pendiente de nuestra historia.

Treinta y nueve años con él, más treinta y ocho sin él y, bajo tierra sigue estando su firma en bolígrafo de color rojo.

Jordi Carreño Crispín

Vicepresidente de la A. I La Memoria Viv@


«Cartas con respuesta»: Todos somos el Valle de los Caídos

noviembre 16, 2013
Carta con respuesta

A los herederos del franquismo no les interesa el dolor de los asesinados, nunca han hecho nada y nunca lo harán. Mientras no se cierre esa herida abierta, los que claman justicia seguirán sangrando. No es justo, pero está claro que para «ellos» la justicia es solo una palabra con la que se llenan la boca y no precisamente para respetarla. Juanitadinamita

05/11/2013 –

A mí también me ha interesado mucho el artículo de Ignacio Escolar y he leído con atención los comentarios. Como de costumbre: ellos y nosotros. Ellos son los “herederos del franquismo”; nosotros, unos angelitos, que reclamamos la herencia de una República sensata, aseada y progresista, el clásico abuelito encantador, pero inventado. Pues bien, el caso es que tengo mis dudas de que ése sea el argumento de la película.

La Transición comienza hacia 1972, el día en que Vernon Walters, embajador volante de Estados Unidos, se entrevista con Franco (y muchas otras personas) para asegurarse de que el plan diseñado en Langley y en el Departamento de Estado puede funcionar en un lejano y pintoresco país como España. (Y funcionó, desde luego, al milímetro. Quien esté interesado puede leer Las claves de la transición 1973-1986 (para adultos), de Alfredo Grimaldos. Pero eso es otra historia).

Franco le dijo entonces al americano una frase que merece ser recordada: “Mi verdadero monumento no es aquella cruz en el Valle de los Caídos, sino la clase media española”.

Tenía toda la razón aquel tirano retaco y de aflautada voz que se hacía llamar Caudillo al ofrecer a Vernon Walters la clase media como garantía de que, tras su muerte, aquí no iba a pasar nada. La acogedora clase media franquista siempre elegirá el orden antes que la libertad; la reforma, frente a la ruptura; el consenso, en lugar del enfrentamiento. Así nos ha ido y así nos va. Con decir que aquí se sigue votando al PSOE sólo por miedo (a la derecha) está todo dicho. Grabados al encáustico tiene la clase media en su alma (de cántaro) los dos principios del franquismo: tú no te signifiques, y tengamos la fiesta en paz.

Pues bien, esa clase media somos nosotros, amigos. No todos, pero sí muchos de los que aquí escribimos. Hijos del desarrollismo de los sesenta y amamantados con los timoratos valores de los XXV Años de Paz, esa celebración que maquinó Fraga y presidieron juntos Franco y el que ahora es Juan Carlos I.

Los herederos del franquismo (también) somos nosotros, me temo. Y por supuesto el PSOE, un partido creado (en Suresnes) con la finalidad de expulsar de la Transición a la izquierda (los comunistas).

Ese abuelito republicano tan razonable y conciliador al que hay que adherirse y el papá franquista al que hay que rechazar componen una herencia mancomunada la mar de presentable y progresista.

Hay otra herencia, pero no viene de aquella República burguesa y bienintencionada, sino de la lucha obrera y revolucionaria, de esa otra República en la que se quemaban iglesias y se les daba su merecido a los señoritos. A ver si me explico con un ejemplo: una vez le oí decir en Gales a Antony Beevor: “La guerra la ganaron los franquistas y hubo cuarenta años de dictadura. Si la hubieran ganado los republicanos, la dictadura habría durado hasta 1989”. Es decir, hasta la caída del muro de Berlín. Ésa es la República cuya herencia nadie reclama ni siquiera a beneficio de inventario.

Hay otra herencia, pero ¿quiénes son sus herederos? Que levanten la mano.

No, desde luego, la clase media. No, nosotros. No, los partidarios del consenso y de la transacción.

La clase media, como los gases nobles, tiende a ocupar todo el espacio disponible; y el gran éxito franquista fue persuadir a una parte nada pequeña de la población de que eran clase media. En otras palabras, destruir la conciencia de clase.

Podemos retirar estatuas y hasta volar con dinamita la cruz de granito del Valle de los Caídos, pero el verdadero monumento funerario de aquel general despiadado sigue en pie. Mirad: somos nosotros.

Como en aquel famoso telegrama, bien podríamos decir: “El enemigo está dentro. Disparad contra nosotros”.

http://www.eldiario.es/cartaconrespuesta/Valle-Caidos_6_193590640.html


Cinco años contra el olvido y la impunidad del franquismo…

noviembre 9, 2013

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Cinco años cumple hoy La Memoria Viv@. Parece que fue ayer cuando Pedro y yo decidimos viajar por nuestra cuenta en este camino de la recuperación de la memoria histórica, viajar juntos, incluso en la distancia compartiendo historias, espacios, confesiones, actos, actividades; y sobre todo, sueños.

Sí, sueños de conseguir pequeños logros que aportasen un granito de arena en este desierto de abandono y desmemoria histórica para con las víctimas de la Guerra Civil, la posguerra y la posterior represión franquista y que al día de hoy siguen penando en , el olvido del país, sus políticos y la propia historia, todo por arte y obra de un sistema propiciado por el sátrapa dictador golpista, sus adláteres y posteriores hijos y delfines añorantes de esa España casposa y enmohecida del pensamiento único, de la España del “Una, grande y (eufemísticamente) libre” que a base de palo largo y mano dura fue consiguiendo imponer sus criterios fascistas con el terror, la represión y el asesinato impune por gracia del caudillo y amparada en el nombre de Dios. “Todo por la patria”, y eso incluía la limpieza ideológica, el asesinato selectivo, el destierro voluntario para evitar males mayores, las desapariciones forzosas, los robos de vidas y expolios materiales, la pérdida de libertades, el acoso y derribo de todo aquél considerado sospechoso de no encajar con las retrógradas ideas de aquellos salvapatrias licenciados y duchos en todas las artes de persecución y eliminación del pensamiento libre; y que hoy en día todavía permanecen vigentes, vigilantes y activos en la premisa de cumplir los objetivos del Movimiento Nacional y sobre todo, los de su líder al dejar su impronta con el “atado y bien atado” en manos de su protegido y actual jefe de Estado.

Cinco años del nacimiento de estas páginas que han dejado un balance de más de 1.156.000 entradas, 846.462 visitas de direcciones ip, 6.409 comentarios, 3.937 artículos y casi un centenar de actos y actividades de participación de los miembros fundadores y colaboradores de esta pequeña asociación independiente. Quizá las estadísticas no sean más que números, pero detrás de cada uno de ellos, hay una historia.

Pedro Vicente Romero de Castilla y Jordi Carreño Crispín, fundadores de "La Memoria Viv@"

Pedro Vicente Romero de Castilla y Jordi Carreño Crispín, fundadores de «La Memoria Viv@»

Hace ya cuatro años de nuestro encuentro en Casavieja y cinco de la fundación, y solo puedo decir que soy el primer sorprendido por la repercusión y sobre todo por la colaboración de todos los que de un modo u otro participáis de este pequeño gran proyecto, porque en definitiva, Pedro y yo lo creamos por y para vosotros, para que nuestra plataforma pasara a ser finalmente propiedad vuestra, y cinco años después así es. Es vuestra plataforma y al de todos los olvidados, por eso solo puedo deciros: ¡Gracias a todos! Por estar ahí, con nosotros en esta lucha que es una carrera de fondo contra el tiempo y el olvido obligado e impune. ¡Salud, Memoria y República!

Jordi Carreño Crispín

Vicepresidente de la A.I. La Memoria Viv@


Alberto San Juan: “Lo que se nos ha contado desde la Transición ha sido una estafa”

octubre 16, 2013
El Asombrario & Co. 09/10/2013 – 11 octubre 2013

Alberto_San_Juan_20mEl cuento con el que me han dormido en la infancia y en la juventud era mentira y resultó ser una pesadilla 

PAULA CORROTO

El actor recupera Autorretrato de un joven capitalista español en el teatro Alfil de Madrid y prepara para diciembre un cambio de la también madrileña sala Triángulo para transformarla en el Teatro del Barrio, su contribución artística a los movimientos sociales que claman por el cambio de sistema.

Hace unos meses, el actor Alberto San Juan (Madrid, 1968) se encontraba sin trabajo y lleno de deudas. Atrás había quedado la época de las películas, los premios y las obras de teatro con Animalario. También la entrada del dinero y los viajes. Y todo esto, que como él dice “sucedió en cinco minutos”, decidió contarlo en el texto teatral Autorretrato de un joven capitalista español, estrenado en la sala Triángulo y que ahora se puede ver todos los miércoles en el teatro Alfil de Madrid. Un monólogo de más de hora y media en el que San Juan intenta explicar su desastre personal –y el de otros tantos ciudadanos- a partir del relato mítico de la Transición  y la posterior Democracia. Pero no es su único proyecto ligado a la situación actual. A partir de diciembre se hará cargo de la sala Triángulo para transformarla en el Teatro del Barrio, donde habrá propuestas lúdicas que reflexionen sobre los movimientos sociales y lo que está ocurriendo. Es, cómo él sostiene en esta entrevista, su “humilde” contribución a un movimiento social cada vez más extendido que clama por un cambio del sistema.

¿Cómo nace ‘Autorretrato de un joven capitalista español’?

De una doble necesidad. Una, la económica. No tenía trabajo y tenía que inventármelo. Y otra, la necesidad de hablar en mi trabajo de lo que está ocurriendo ahora, aquí, en la comunidad en la que vivo. Yo adoro el repertorio dramático universal, pero en este momento, por primera vez en mi vida, no tenía ganas de hacer Otelo, ni Esperando a Godot ni Tío Vania, que son tres obras que me fascinaría hacer. Necesitaba hacer algo sobre lo que está pasando.  Yo no creo que [con esta obra] esté haciendo nada especial, sino que con mi trabajo contribuyo humildemente al movimiento ciudadano que cada día está más articulado y está más extendido por un cambio social.

La obra está marcada por la sensación de fraude en toda una generación que estudió, que creía en un futuro, que creyó tenerlo y que ahora se encuentra con la nada.

Era mentira. Hemos sido engañados. Los principales engaños fueron que vivíamos en una democracia donde colectivamente decidíamos cómo funciona esta sociedad y que era la sociedad del Bienestar. Era mentira. Y no porque haya llegado un tsunami y haya destruido las infraestructuras, sino porque el desmantelamiento del Bienestar estaba planificado. La crisis del sistema financiero era previsible y simplemente se ha dejado que suceda para que se desarrolle esta etapa del capitalismo que consiste ya en la guerra abierta contra el ser humano.

¿La culpa es nuestra por habérnoslo creído? Tú mismo dices en la obra que hubo un tiempo en el que compraste una casa, dos coches, viajes maravillosos a Europa todos los fines de semana…

Todos tenemos una parte de responsabilidad. Cuando vives con los ojos cerrados, como me pasaba a mí, te los han cerrado, pero tú no los abres, así que evidentemente tenemos una responsabilidad. Ahora, no es la misma responsabilidad la que tiene mi madre como la que tiene el señor Botín. Yo creo que no habría tiranos si no hubiera esclavos, pero no tienen la misma responsabilidad ni mucho menos.

En la obra hay un ajuste de cuentas con la Transición.

Yo he crecido con un relato mítico de mi país. Un relato mítico fundacional. Desde pequeño se me ha contado que esta es una sociedad democrática que comienza en 1975 gracias a la generosidad y la inteligencia de los padres de la patria, héroes fundadores gracias a los cuales, como decía Baltasar Garzón hace unos días, se hizo la paz, la democracia y la prosperidad. Y que fue una Transición modélica, exportable, hecha por seres superiores, por las elites de referencia, como dice Felipe González. Y me he dado cuenta de que esas élites eran poco más que una mafia que, diciendo servir al conjunto de los intereses de los ciudadanos, servía a los intereses privados de unos pocos, de los mayores poderes económicos. Fue una absoluta estafa. El cuento con el que me han dormido en la infancia y en la juventud era mentira y resultó ser una pesadilla.

¿Si no hubiera habido crisis económica, estas altísimas cifras de paro etc, si continuaras viviendo bien, seguirías creyéndote este cuento?  Porque lo cierto es que hasta hace cinco años apenas se criticaba a la Transición.

La autoconciencia ha despertado en los últimos cinco años, desde luego. En las librerías especializadas había libros que lo contaban desde siempre, pero, ¿quiénes los leían? Cuatro. Y esos cuatro lo contaban y la gente se descojonaba. Ha habido esta crisis como la hubo en los setenta y en 1929. Pero desde los años setenta ha habido muchas crisis lo que ocurre es que esta es más fuerte. Pero entra en la lógica del capitalismo. Las bases del supuesto estado social español eran tan débiles que estaban condenadas, preparadas para ser rotas. Acabamos de comprar una vacuna para él [y señala a su hijo Máximo, de dos meses] que la Comunidad de Madrid dice que es obligatoria. Cuando ella [y  señala a su chica] tuvo su anterior hijo, que tiene cuatro años, era gratuita, y ahora vale 76 euros. Son tres dosis. Y hay mucha gente que no puede pagarlo. ¿Qué hace? No vacunar a un niño de dos meses porque no puede pagarlo. Eso es terrible.

¿Eso es lo que diferencia a esta crisis de las que hemos tenido anteriormente, como la de los noventa, después de los JJOO y la Expo? ¿Es una crisis que dispara al estómago de una generación que hasta ahora siempre lo ha tenido lleno?

Esta crisis es especial por su extensión y afecta a mucha más gente. Para un sector de la población esta crisis es lo de siempre: miseria, sólo que más, porque ahora hay menos cobertura social. Y sí, yo creo que tiene mucho que ver con eso que dices de nuestra generación. Para mi padre, el hecho de que no hubiera dictadura formal es fundamental y para él, criticar la Transición es muy duro. Yo no comparo lo que hay con una dictadura sino con lo que creo que debería ser una democracia. Por tanto, para mí es absolutamente, no solo cuestionable, sino de obligado cambio este sistema. Entiendo que quien ha vivido la dictadura me diga, “mira, no compares, una cosa era Franco y otra cosa esta”.

Y que puedas salir al teatro y hacer esta obra, que no te va a pasar nada.

Sí, pero ¿existe algún canal de televisión que diga eso? ¿Cuál es la capacidad de difusión de otras ideas? Los canales masivos de información están absolutamente bajo control con lo cual, la libertad de expresión es muy relativa.

Te comentaba lo de la generación porque en el monólogo afirmas que mientras la generación que era joven en los setenta “ascendió” de clase, sus hijos la han bajado: las casas son más pequeñas, ganan menos, no tienen coches…

Hemos vuelto a nuestro lugar natural, sí. Para los padres debe ser súper triste. Mi padre cuando visitaba nuestras casas se ponía triste. Pero en vez de pensar en qué sociedad vivíamos, decía, “qué hemos hecho mal”. Nuestros padres han tenido que dar dinero a todos, a sus padres, a nosotros. Es la gente que está sosteniendo a gran parte de la sociedad cuando debería estar disfrutando de su jubilación y ahorros.

Aun así los sondeos no reflejan una gran caída en votos para el PP o incluso el PSOE.

El discurso del Gobierno es de amenaza porque dicen, “esto es malo”, pero la alternativa es el fin del mundo. Y entonces… Yo creo que ahora ha habido una toma de conciencia por la cual la mayoría de la sociedad piensa que este sistema no vale, pero todavía es minoritaria la idea de que hay otros sistemas posibles y de que es posible organizar desde la base social otro sistema. Eso la gente todavía no se lo cree.

En la obra criticas por igual al PP y al PSOE, ¿crees que son lo mismo?

No, no son iguales. El PP es el heredero directo del franquismo en mucho casos por vía familiar y en otros no. Y hacen una política coherente con su tradición, que es la de privilegiar a las clases más poderosas económicamente, lo que pasa es que partir de la Transición lo revisten de un discurso democrático. EL PSOE ha hecho una política de fondo estructural social y económica muy parecida, es decir, capitalista, y por tanto, que privilegia a los mismos sectores poderosos a través de dejar puertas abiertas para ir desmantelando los mismos sistemas sociales que ellos han contribuido a crear. Pero luego el PSOE tiene una responsabilidad específica y es ocupar nominalmente el espacio de la izquierda para hacer una política que no era de izquierdas. Y eso es muy grave. Aquella frase de Eduardo Haro Tecglen sobre que Felipe González había dinamitado la posibilidad de la izquierda en este país, es muy acertada. Y luego, creo que el PCE tiene una parte muy importante de responsabilidad. Yo he votado siempre a Izquierda Unida, pero creo que no puedo volver a votar a IU mientras IU no se aclare hasta qué punto está dentro o fuera de este sistema. Creo que IU tiene que iniciar algún camino de rebelión o transgresión porque si no lo que va a conseguir es tener 30 diputados en el parlamento y eso no sirve para nada. Creo que el PCE también ha contribuido a que este sistema sea lo que es. Los militantes comunistas se han dejado la vida, pero la dirección del PCE  ha colaborado en que esto sea lo que es. Y si en IU siguen ocupando puestos de responsabilidad gente corrupta como Morales Santín, que era el viceconsejero de Cajamadrid, eso no puede ser. IU tiene que sumarse al movimiento ciudadano para crear otro mundo.

Lo que dices es lo que mucha gente piensa de los grandes partidos y que ahora se encuentra ante la tesitura de a quién votar, un pensamiento que lleva directo hacia la abstención.

Ahora mismo hay gente como Izquierda Anticapitalista o en Cataluña la CUP, que creo que son distintos, pero tiene que surgir una alternativa electoral, donde las listas sean abiertas, el funcionamiento interno sea democrático, los cabezas de lista sean elegidos por la bases… Un camino es lo que han impulsado en Cataluña Arcadi Olivares, Teresa Forcadas y Ester Vivas, que es el Proceso Constituyente, un proceso democrático, desde abajo, y que lleva su ritmo. Tiene que surgir una nueva Constitución hecha, no por los padres, sino por aquellos a los que consideraban hijos. Tiene que haber un debate social sobre cómo queremos que sean las leyes fundamentales.

También se apunta que puede estar habiendo una cierta radicalización de los movimientos sociales con manifestaciones como la pasada ‘Jaque al rey’. ¿Estás de acuerdo con esto?

Para mí ser radical es imprescindible hoy en día. No vale una reforma, es necesaria una ruptura. Igual que en la Transición donde se hizo una reforma y no valía. No se puede reformar el fascismo, no se puede reformar el capitalismo. Hay que romper con ello para crear otra cosa.

¿Y el peligro del populismo?

Puede surgir, y de hecho hay señales de agitación fascista y neonazi. Y no se trata con el mismo rigor a quienes desde el poder se les tacha de radicales de derechas o radicales de izquierdas. La dureza con la que se ha tratado al mundo abertzale es una cosa; la suavidad con la que se trata al mundo de extrema derecha e incluso neonazi, es muy distinta.

¿Has tenido problemas con esta obra?

No. Siempre he pensado que algún día saltaría un militante del PP o del PSOE al escenario, pero no. Sí he hablado con mucha gente, sobre todo antiguos militantes del PCE que han ido a verla. Pero no, no he tenido problemas, aunque es cierto que hace mucho tiempo que no tengo trabajo. Estuve haciendo una telenovela [Gran Reserva] a base de llamar yo a muchos directores de casting, productoras… Y sí he tenido discusiones con gente del mundo del cine, sobre todo en el sector de la producción, que dicen que los posicionamientos políticos públicos por parte de algunos compañeros sí han hecho mucho daño al cine español. Y de hecho, en los últimos Goya se desató toda una discusión al respecto.

¿Crees que hay algún tipo de venganza por parte del Gobierno hacia el sector del cine?

Creo que hay una guerra del poder contra el pueblo. Nunca ha habido una guerra contra la pobreza, pero hoy hay una guerra contra el pobre. Y evidentemente, igual que privatizan ahora el teatro Fernán-Gómez, quizá lo hagan con el Price y después con el Matadero… ¿Por qué van a respetar las infraestructuras públicas culturales si no respetan las sanitarias? Que dentro de eso le metan una caña especial al mundo del cine como han hecho con los presupuestos, quizá haya en ello algo de venganza, pero es en medio de tal ataque que no me llama la atención. Han dejado al cine al borde de la desaparición. Y un país sin cultura y sin educación está condenado al esclavismo. En cualquier otro país, Javier Bardem sería tratado de la hostia [sic] y aquí lo ponen a parir porque expresa su desacuerdo con la política del Gobierno, como es su derecho legítimo. Sí, creo que la gente del cine le toca los huevos [al Gobierno].

Y, sin embargo, en estos presupuestos se ha insuflado más dinero al teatro. ¿Es una victoria de las gentes del teatro?

No lo sé. Quizá hay grandes productoras comerciales que hacen su labor de diálogo con las administraciones. Pero estamos en una situación en la que muchas compañías de teatro independiente han cerrado, también han cerrado salas péquelas, aunque otras hayan abierto porque hay una necesidad de contestar al saqueo. La crisis afecta al ámbito teatral como a todos, y está muy difícil. Todos los sueldos han bajado, se trabaja por mucho menos… Y eso no es tanto problema con los sueldos de los protagonistas, pero sí de los secundarios.

¿Y se tiene pensado hacer algo desde el gremio?

Desde el sindicato de la Unión de Actores de Madrid se está intentando crear una plataforma que reúna a todos los artistas escénicos de España, actores, bailarines etc, y técnicos. Una confederación sindical del espectáculo con representación sindical porque ahora los convenios del teatro y el cine los negocian CCOO y UGT. Hay un intento de crear una marea de la cultura, y la gente se está moviendo. En mi caso voy a abrir un teatro en Lavapiés donde estaba la sala Triángulo. Se va a llamar Teatro del Barrio y va a ser un proyecto que consiste en sumarse a este movimiento ciudadano para promover un cambio desde el teatro. Será un teatro con una programación que hable de lo que está pasando aquí y ahora. Y haciéndolo desde la alegría y el humor. Rechazamos la solemnidad y la amargura y la tristeza y la depresión, porque son una victoria del sistema. Un individuo en depresión ha sido conquistado por el sistema. Por eso reivindicamos la alegría y la fiesta. No olvidarnos que la vida puede ser en gran parte una fiesta. Habrá también un curso de enero a diciembre de Historia Contemporánea de España. Están colaborando Emilio Silva, Juan Carlos Monedero, Ariel Jerez, que es el vicedecano de Políticas de la Complutense, y Pablo Sánchez León, que es otro historiador. Va a ser contar la Historia de España desde la II República hasta hoy para tratar de contrastar el relato dominante sobre la II República, el franquismo, la Transición y la Democracia posterior.

Ahora que nombras esta unión sindical, con respecto a los sindicatos actuales, ¿crees que ya no sirven?

Los actuales no. Las centrales sindicales deberían romper con el sistema. Si IU o los sindicatos quieren defender a la clase trabajadora, tienen que posicionarse desde la clase trabajadora frente a un poder que está sirviendo a los mayores capitales. Los sindicatos, CCOO y UGT, están a medio camino, y lo están desde la Transición. Están a todo, con los trabajadores y con la CEOE. Y han firmado muchas reformas laborales. Y cuando se les dice, “montad una huelga general potente”, te dicen que no tienen fuerza. Y, ¿por qué no la tienen? Porque no se cree en ellos. La Patronal quiere la destrucción de los sindicatos, y si desde el poder se les ha dejado espacio no es para que se desarrollen sino para que disminuyan hasta desaparecer. Tienen que aclararse, ¿seguir en el sistema o arriesgarse? Ahora bien, creo que una organización sindical es absolutamente necesaria.

Otro lema que está en la calle: ¿todos los políticos son malos, son corruptos?

No, no diría eso en ningún caso. Malo es una palabra que no utilizaría porque una cosa es que una persona haga el mal, pero los malos solo existen en los cuentos. Pero sí hay personas que hacen el bien y otras que hacen el mal. Yo creo que políticos somos todos, incluso los que dicen que pasan de política. Pero los profesionales para mí es un gremio muy dudoso. Para mí la política la tendrían que hacer los ciudadanos, arquitectos, ingenieros, albañiles, pescaderos… No entiendo la profesión de político. El ingeniero que deje la ingeniería para dedicarse a la política, mientras lo haga tiene que ganar un sueldo por ello, un sueldo digno, sin ningún privilegio. Pero creo que las administraciones actuales están secuestradas por el poder económico. Y la clase política profesional son los funcionarios de ese secuestro.

¿Te gustaría que fuera a verte al teatro Ana Botella?

Me da un poco igual. Me gustaría charlar con ella, pero como estudio antropológico. Viene gente que me interesa mucho. Gente del mundo académico, periodístico o político. Y creo absolutamente en diálogo como forma resolver las cosas. Pero para mí el ejemplo de acción es la PAH porque llevan la acción al extremo de la transgresión. Están planteando que las leyes son injustas y que hay que desobedecerlas, y lo hacen desde el pacifismo. Cuando ocupan una sede no pegan a nadie, les pegan a ellos en todo caso. Y donde no hay una sola Ada Colau sino cientos. Son gente que no repiten un discurso de libro sino que hablan de lo que les pasa y lo que necesitan. Y lo que necesita uno es lo que necesitamos todos.

Esta apertura de nuevas salas, el movimiento ciudadano… Recuerda un poco a lo que hemos leído sobre lo que ocurría en los setenta.

La efervescencia de los años setenta es brutal y se acabó con la llegada de PSOE al poder. Hay una relación entre la España de la II República, la Transición y ahora. Un contexto de crisis económica fuerte, una deslegitimización de la clase política,  y una efervescencia social diciendo a ver cómo vivimos. La II República terminó a sangre y fuego, la Transición se disolvió porque se traicionó en la izquierda, y ahora vamos a ver qué pasa. La llegada del PSOE al poder hizo desaparecer la cultura crítica. Esto ya lo dice Sánchez Ferlosio de finales de los ochenta. El PSOE atrajo a una serie de intelectuales a su órbita de influencia anulando su capacidad crítica y colmándolos de parabienes, y a los que no anuló su capacidad crítica los marginó, como por ejemplo Javier Krahe.

¿Añoras la época de Animalario, los premios, los aplausos?

Añoro Animalario. Muchísimo. Animalario ha tenido dos etapas. En la primera todo lo hacíamos sin un duro y no cobrábamos casi nunca. Y éramos felices. En la segunda etapa nos alegrábamos mucho que nos dieran premios y nos llamaran del CDN o del Festival de Mérida. Pero sabíamos que hoy eran unos y mañana serían otros. Era algo caprichoso. Lo que añoro es Animalario, a las personas, a Andrés Lima, Willy Toledo, Roberto Álamo… Pero ya volveremos a trabajar juntos.

http://elasombrario.com/2013/10/09/alberto-san-juan-lo-que-se-nos-ha-contado-desde-la-transicion-ha-sido-una-estafa/


La Memoria Histórica y el día de la marmota.

septiembre 15, 2013

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Van pasando los días, meses y años, así hasta sumar los setenta y siete años, un mes y quince días en el que el tiempo se detuvo en el reloj republicano español desde aquel maléfico 18 de julio de 1936 en que un grupo de “salvapatrias” se levantaron en armas y con fuego y sangre impusieron su supremacía fascista ante sus propios hermanos escribiendo así las páginas más negras de nuestra historia hasta nuestros días.

 El tiempo pasa inescrutablemente y las gentes y los paisajes cambian, pero la memoria y el olvido siguen igual. Anclados en el tiempo de la vergüenza y la represión, el tiempo del asesinato impune, de la injusticia impuesta por los símbolos de Dios, la patria y el Caudillo; del exilio y la separación; de las persecuciones y las vejaciones; de los paseos nocturnos y los desaparecidos; de las cunetas, fosas y cementerios esparcidos por toda la tierra de los hijos de la piel de toro; del tiempo del silencio y el miedo; del olvido a la fuerza y la desmemoria histórica. El tiempo de borrar el pasado como si nada hubiera sucedido, como si las vidas no hubieran existido y como si todo aquello estuviese a años luz de las nuestras.

 Pero la realidad es muy diferente pese al tiempo que ha pasado, porque la sangre de aquellos que fueron vencidos sigue derramándose cada día en la memoria de sus predecesores, el dolor pasa de generación en generación, de padres y madres a hijos, y de estos a los suyos y así sucesivamente como la única herencia que pueden dejar aquellos que ya no están. Solo pueden dejarnos la memoria y la dignidad perdida por los que se marcharon, desaparecieron, perdieron todos sus bienes y la libertad o murieron defendiendo la legalidad rojigüalda y morada.

Seguimos levantándonos cada mañana viendo la soga del pasado en nuestro presente con la presencia de las reminiscencias plantadas en el sistema por el franquismo, por el silencio de los gobiernos en democracia que han obviado hacer memoria mirando hacia otro lado y a base de eufemismos, con una cobardía supina que solo es merecedora del desprecio y descrédito que el pueblo siente por unos gobernantes preocupados más por sus sillones y cuentas bancarias que por sus propios electores. Y así llegamos a los capítulos donde cualquier acto que implique el reconocimiento o la reparación del daño causado es cercenado por esos dirigentes zafios y ladinos, cobardes e hipócritas que nos mantienen la memoria anclada en el mismo día que todo empezó. Y nos despertamos una y otra vez en el mismo lugar, como si tratáramos de despertar el día de la marmota para repetir una y otra vez los mismos errores: la injusticia del olvido, la injusticia del derecho y la injusticia de la mentira y la injusticia de la impunidad.

Y así es como los memorialistas revivimos cada día nuestro particular día de la Memoria Histórica y particular día de la marmota, intentando cambiar pequeñas cosas que nos permitan despertar finalmente de la pesadilla del olvido y así podamos de una vez pasar página haciendo justicia y honor a la historia con la verdad completa y no capada por el águila imperial o el yugo y las flechas como nos han recordado estos días. Pasar página para perdonar y sin olvidar nunca lo acontecido continuar con nuestras vidas hacia un futuro diferente sin tener que repetir un día tras otro esos anhelos de “Verdad, justicia y reparación”; para seguir caminando por una España moderna.

 Jordi Carreño Crispín

Vicepresidente de la A.I. La memoria Viv@

memoria-viva


El Rey con Videla sobre una balsa de muertos

mayo 19, 2013

Durante los días que el rey Juan Carlos I estuvo con Videla desaparecieron al menos 10 ciudadanos. Imposible que el monarca no oyera los gritos que ya circulaban por el mundo entero.

Cristina FallarásFollow @fallaras

Los Reyes reciben al dictador argentino Videla.

Los Reyes llegan a Argentina y son recibidos por el dictador argentino Rafael Videla, en 1978.

El 26 de noviembre de 1978 el rey Juan Carlos I de España viajó a Argentina. Al día siguiente, lunes 27, se encontró con el presidente argentino de facto Rafael Videla. Aquel mismo lunes desaparecieron a Alfredo Antonio Giorgi y Calos Santiago Mires, de quienes no sé nada más que eso, que los desaparecieron, quien sabe si mientras Videla pronunciaba ante el rey español sus palabras de bienvenida:»Este es un día de memorable encuentro filial. Todos los argentinos lo hemos aguardado con desbordante afecto, conscientes de su transcendencia y su dinámica proyección de futuro”. Memorable. Transcendencia. Futuro.

Al día siguiente, martes 27, desaparecieron a Hernando (Tito) Deria, Gertrudis Marta (Lucy) Laczik de Poblete, Hugo Alberto Merolo, Claudia Victoria Poblete Hlaczik, Jose Liborio (Pepe) Poblete Roa y Marta Inés Vaccaro de Deria. Nada más sé de ellos, solo que los desaparecieron mientras el rey de España, de la España democrática en construcción, se encontraba con los dirigentes de un Congreso que ya no existía, porque Videla y compañía lo habían disuelto, como habían prohibido los partidos políticos, pero qué le iban a importar al monarca los partidos, a él, que acababa de ser designado por un dictador, de oca a oca y tiro porque me toca. Al muerto se le puede llamar realpolitik y sentarlo a cenar, que no abrirá la boca.

Suele suceder que si uno construye sobre un terreno que alberga una balsa, en algún momento la casa empieza a resquebrajarse. Si la balsa es de aguas negras, de material en descomposición, poco a poco las tuberías se arrancan a exhalar un tufo repugnante y constante. Si esa poza oscura guarda un cadáver, cien cadáveres, mil cadáveres, el hedor de la muerte acabará haciendo la vida imposible. Y además, las grietas.

Los muertos de la balsa gritaban, majestad, usted los oyó gritar allí, era imposible no hacerlo, miles de personas en campos de concentración, en salas de tortura, en cárceles clandestinas, en talleres de horror, concentrados, gritando. Imposible no oírlos. Si hasta yo los oigo ahora, a través de los años. Las vendas que les cubrían los ojos en los campos constantemente, días, semanas, ¿sabe, majestad que se volvían de cemento? Después de jornadas de sudor, lágrimas y sangre, se endurecían como el vidrio y cortaban el tabique, la nariz. Usted oyó los desgarrones de los vientres abiertos, oyó el berrido de aquel hombre a cuyo hijo dieron picana ante su desesperación, oyó a la madre que moría reventada en el parto pro robo, a la cría violada hasta la muerte a jirones, el grito del tipo que recibió la foto de su madre sobre el suelo, desnuda, montada por los perros de los militares, tuvo que oírlos, como el murmullo de los curas católicos que confesaban a los torturadores, pobres chicos, que alivien sus conciencias. Usted estaba allí y tuvo que oírlo, majestad, porque usted estaba allí el día que le reventaron la cabeza al chaval de una patada, y sabía, claro que sabía, usted estaba recibiendo su premio de manos de quien ordenaba una madera más entre las piernas. Todo está AQUÍ guardado, narrado hasta la náusea, búsquese, busque lo que sucedió exactamente aquellos días, identifique el grito que decidió no oír y que olvidó.

El dictador argentino Videla entrega una placa al rey Juan Carlos

El dictador argentino Videla rinde homenaje al rey Juan Carlos.

Allí estuvo usted, Juan Carlos, y allí se quedó, porque él, el máximo responsable del horror extremo, sonreía, y sus generales sonreían, y sus perros sonreían. Y todo era gracias a usted.

Estamos sentados a la mesa. No dejo de darle vueltas a su foto con Videla, majestad, y me decido a preguntarle a Raúl Argemí, con quien comparto casa e hija: «En el 78, cuando el rey de España visitó Argentina yo estaba preso en los pabellones de la muerte, Unidad 9 de La Plata. Así se les conocía internacionalmente, pabellones de la muerte. Él también, claro, ¿cómo no iba a conocerlos? Estábamos ahí los tipos que consideraban que habíamos sido jefes en la guerrilla, y cada vez que sucedía algo que les molestaba a los militares, algo como una denuncia internacional, sacaban a uno y ya no volvía, como Gonzalo Carranza, cuya madre vivía a las afueras de Barcelona, como tantos… Si no nos desaparecían a todos era porque en Francia, Holanda, Bélgica, Suecia, Suiza y algún otro país hacían el seguimiento de todos nosotros, y no se atrevían a cargarse con ese escollo. Si no nos mataron a todos, fue por la presión internacional. Y entonces, ante el aislamiento internacional y las denuncias de desapariciones y cárceles clandestinas que corrían por muchos países, España, en la figura de su Rey, reconoció con su visita a la Junta militar».

Y sobre esa balsa de putrefacción construimos nosotros todo esto. Nosotros, que también sabíamos todos estos años y hemos estado mudos. Nosotros que ahora nos sorprendemos con el hedor y las grietas, con este temblor negro que sube desde los cimientos.

http://www.eldiario.es/zonacritica/rey-Videla-balsa-muertos_6_91400879.html


Preston desmitifica a Santiago Carrillo

abril 7, 2013

El historiador escribe una polémica biografía del dirigente comunista, repleta de traiciones y purgas…

Santiago Carrillo, de pie, entre Enrique Líster, Francisco Antón, Dolores Ibárruri y Joan Comorera, en Toulouse en 1945.  / archivo enrique líster (efe)

De Carrillo se han escrito montones de cosas. Elogiosas y muy críticas. La biografía que ahora aporta Paul Preston (Liverpool, 1946) se suma a las segundas. Y dado que Preston no es un antiguo correligionario resabiado ni un revisionista de la historia, sino uno de los mayores especialistas en el siglo XX español, su demoledor y controvertido retrato del principal líder de la oposición antifranquista arrancará sarpullidos. El zorro rojo (Debate) se puso en marcha tras la muerte de Carrillo pero buena parte del material empleado estaba en manos de Preston desde hace décadas. Después de su tesis doctoral, el historiador comenzó a investigar a la oposición antifranquista. El Partido Comunista de España (PCE) era la columna vertebral de aquel movimiento que, pese a sus intentonas, no logró acabar con la dictadura. “Luego la Transición se desarrolló de otra forma, no vino por la lucha antifranquista, que es la historia de un fracaso”, esgrime Preston en su casa de Londres ante un té humeante y un ventanal con vistas a un jardín nevado que contraría el reloj estacional.

Tras el fallecimiento de Carrillo, el pasado 18 de septiembre, varias editoriales le pidieron una biografía. “La tenía casi hecha, me puse a redactarla de forma coherente y lo que salió de mi encuentro con la documentación no era lo que me esperaba”, confiesa. Lo que salió es una visión desmitificadora, corrosiva. “Quedará claro que Carrillo poseía algunas cualidades en abundancia: capacidad de trabajo, ímpetu y aguante, destreza en la oratoria y escritura, inteligencia y astucia. Por desgracia, quedará igualmente claro que la honestidad y la lealtad no figuraban entre ellas”, sostiene el historiador, que le compara a Franco en el afán por reinventar su pasado y la crueldad.

Carrillo (Gijón, 1915-Madrid, 2012) vivió tanto que tuvo varias vidas. Nació en una casa pródiga en niños, afectos y conciencia obrera. Su padre, Wenceslao, era correligionario y amigo del socialista Francisco Largo Caballero. Fue precoz en militancia y responsabilidades políticas. “Si este Gobierno, entregado a las derechas, no rectifica, serán estas Juventudes las que asalten el poder, implantando su dictadura de clases”, arengaba en un mitin ante unos 80.000 jóvenes en 1934, cuando tenía ¡19 años!

Después de 17 meses en la cárcel a raíz del fracaso de la huelga de ese año, Carrillo viajó a Rusia. Le deslumbró. “Tuvo la sensación de que el PSOE era un partido del pasado”, escribe Preston. Ya estaba en la pista de despegue hacia el comunismo. A la vuelta comienza la guerra. Carrillo formaliza su ingreso en el PCE al tiempo que se desarrollan los sucesos de Paracuellos, el episodio que le perseguiría como un fantasma toda su vida, favorecido porque nunca dio una explicación sincera sobre los hechos, según Preston. Entre 2.000 y 2.500 presos fueron asesinados tras ser sacados de las cárceles en una operación que perseguía limpiar Madrid de sospechosos quintacolumnistas. Preston da una versión equilibrada entre quienes eximen y quienes culpan en exclusiva a Carrillo, y que ya figuraba en su libro El holocausto español (2011). “La autorización, la organización y la materialización de lo sucedido a los prisioneros involucró a muchas personas. Sin embargo, el puesto de Carrillo como consejero de Orden Público, sumado a su posterior relevancia como secretario general del Partido Comunista, supuso que le fuera achacada toda la responsabilidad de las muertes. Eso es absurdo, pero no significa que no tuviese ninguna responsabilidad”, escribe el biógrafo.

En febrero de 1939, Carrillo cruza la frontera. En París recibe la noticia del golpe de Casado contra Negrín y, lo que es peor, el apoyo de su padre a la operación, que le empuja a escribir una aireada carta en la que rompe con él. No volvieron a verse hasta dos décadas después. “Se puede interpretar que pone el partido por delante o que se pone a sí mismo por delante. El hilo conductor es siempre el egoísmo y la ambición”, afirma Preston.

El exilio acoge la peor cara del líder comunista. “Fue donde encontré sorpresas más desagradables. Saca conclusiones triunfalistas que despilfarran el heroísmo de muchos militantes de base y, por otro lado, sus interrogatorios son dignos del KGB”, plantea. El historiador sospecha que “fue reclutado” en su viaje a Moscú en 1936 y que posteriormente podría haber recibido una formación especial dadas las brutales técnicas de interrogatorio que aplicaría a comunistas caídos en desgracia. El hispanista achaca su progresivo ascenso hasta la cima del PCE a maniobras, mentiras y purgas de quienes podían ensombrecer su camino, como Jesús Monzón, cerebro de la fallida invasión del Val d’Aran, condenado a 30 años de cárcel, víctima de un intento de asesinato en prisión y expulsado del PCE. Algunos colaboradores de Monzón son asesinados, según declararon más tarde dirigentes comunistas, por “orden directa de Carrillo y La Pasionaria”. En sus memorias, el propio Carrillo escribía: “En aquellos momentos, no había que dar esas órdenes; quien se enfrentaba con el partido, residiendo en España, era tratado por la organización como un peligro. Ya he explicado que la dureza de la lucha no dejaba márgenes”.

Las expulsiones y purgas dentro del PCE, según Preston, tenían más que ver con el afán de congraciarse con el Kremlin que con la lucha contra la dictadura. Hasta 1953, cuando muere Stalin, el aparato español reproduce lo peor del estalinismo. Aunque algunos métodos perdurarán, hasta el extremo de que Preston titulará las versiones de la biografía en otros idiomas como El último estalinista. “Uno a uno, dio la espalda a aquellos que le ayudaron: Largo Caballero, su padre, Segundo Serrano Poncela, Francisco Antón, Fernando Claudín, Jorge Semprún, Pilar Brabo, Manuel Azcárate o Ignacio Gallego”, escribe.

El Carrillo de la Transición es otro. “Hizo cosas por un lado pragmáticas para mantener al PCE en el tablero, pero que contribuyeron a disminuir el entusiasmo de las masas. Su manera de dirigir siempre fue autoritaria, imponiendo y no explicando”, indica Preston. Una gestión que acabó devorándole y expulsándole del partido en 1985. El único gesto de grandeza que el hispanista no rebate es el del 23-F, cuando Carrillo permanece sentado en su asiento. El único que mantiene el tipo junto a Suárez y Gutiérrez Mellado. Creía, sin ninguna duda, que le iban a matar y pensó que el secretario general del PCE no podía morir como un cobarde.

http://elpais.com/cultura/2013/04/05/actualidad/1365189633_497653.html


Memoria crítica

marzo 30, 2013

El saber mejora y libera, la ignorancia embrutece…

Alumnos del Instituto-Escuela de Barcelona durante una fiesta de fin de curso en 1932.

26 MAR 2013

En España algo que nunca ha faltado son los defensores de la ignorancia. Tradicionalmente, solían pertenecer a los gremios más reaccionarios, y por lo tanto más interesados en la sumisión analfabeta de las mayorías. Nada como la ignorancia para asegurar la fe en los milagros y la reverencia hacia los terratenientes, y para asegurarles a estos las masas de jornaleros dispuestos a trabajar a cambio de salarios de limosna en sus latifundios, y en caso necesario a dejarse poner uniformes y a servir de carne de cañón en las guerras, marcando el paso en los desfiles ante el Santísimo y la bandera a los sones de un pasodoble patriótico. Predicadores de los catecismos socialistas utópicos del siglo XIX alentaban con una misma elocuencia las cooperativas obreras y la instrucción pública, y las primeras mujeres rebeldes que reclamaban la igualdad con valentía inaudita celebraban el aprendizaje y el conocimiento como herramientas necesarias para conseguirla.

Los socialistas y los anarquistas competían fieramente y a veces violentamente entre sí, e imaginaban paraísos obreros incompatibles, pero tenían en común una pasión idéntica por la educación. El saber mejoraba y liberaba; la ignorancia embrutecía. La reacción levantaba iglesias, cuarteles, conventos, plazas de toros; ser progresista —noble palabra liberal que en nuestra juventud quedó encogida y amputada y caricaturizada en el término “progre”— significaba, prioritariamente, levantar escuelas e institutos de enseñanza media desde los cuales irradiara el entusiasmo del conocimiento, la eficacia práctica y cívica de la racionalidad. Aprender mejoraba la vida de las personas y fomentaba la prosperidad del país, al permitir el despliegue colectivo de las formas más variadas del talento individual. En medio de las nieblas místicas del 98, inteligencias tan apegadas a la realidad de las cosas como la de Joaquín Costa, Giner de los Ríos y Santiago Ramón y Cajal proponían remedios muy semejantes para sacar al país del atraso y la abismal injusticia: escuela y despensa, regadíos, preparación técnica y científica, trabajo fértil y no humillante, estudio. A la II República le dio tiempo a hacer pocas cosas, pero algunas de las prioritarias fueron las escuelas y los institutos, y unos planes de bachillerato tan rigurosos que ni el franquismo pudo desguazarlos del todo. Que los matarifes del ejército sublevado en julio de 1936 se dieran tanta prisa en ejecutar a los maestros de escuela es el indicio de otro orden de prioridades.

Una de las sorpresas más desagradables de la democracia fue que la izquierda abandonara su viejo fervor por la instrucción pública

Una de las sorpresas más desagradables de la democracia fue que la izquierda abandonara su viejo fervor por la instrucción pública para sumarse a la derecha en la celebración de la ignorancia. Y así se ha dado la paradoja de que al mismo tiempo que se cumplía el sueño de la escolarización universal triunfaba una sorda conspiración para volverla inoperante. La izquierda política y sindical decidió, misteriosamente, que la ignorancia era liberadora y el conocimiento, cuando menos, sospechoso, incluso reaccionario, hasta franquista. En otra época los argumentos contra el saber oscilaban entre un amor roussoniano por el niño como buen salvaje y una afición maoísta por convertir la mente en una pizarra en blanco en la que se inscribirían con más facilidad las consignas políticas. Ahora, como no podía ser menos, los celebradores del analfabetismo feliz echan mano de las nuevas tecnologías: ¿Quién necesita aprender nada, si todo el conocimiento está fácilmente, risueñamente disponible, con solo teclear en un teléfono móvil? Gracias a Internet, ejercitar y alimentar la memoria es una tarea tan obsoleta como aprender a cazar con arcos y flechas. Lo que hace falta no es embutir en los cerebros infantiles o juveniles “contenidos” que en muy poco tiempo se quedarán anticuados, y a los que en cualquier caso se puede acceder sin ninguna dificultad, sino alentar “actitudes”, otra palabra fetiche en esa lengua de brujos. Que el niño no aprenda, sino que aprenda a aprender, repiten, que desarrolle su creatividad, espíritu crítico, a ser posible transversalmente, etcétera.

Tanta palabrería de sonsonete científico encubre nociones extraordinariamente primitivas sobre la inteligencia y sobre la memoria: como si ésta fuera un fardo que pesará más cuanto más se cargue en ella, un almacén en el que los conocimientos aguardan a ser reclamados, como se recupera un archivo en un ordenador. Ni la curiosidad, ni el espíritu crítico, ni la tan celebraba creatividad se sustentan en el vacío. En los estudios más competentes sobre el funcionamiento de la inteligencia creativa se descubre cada vez más el valor de lo que se llama “working memory”: la memoria que trabaja, la memoria activa, la que compara ágilmente una experiencia inmediata con otras anteriores o con ejemplos aprendidos en los repertorios culturales, la que al poner juntos elementos en apariencia lejanos entre sí descubre conexiones y posibilidades nuevas. Es una poderosa y muy bien adiestrada memoria visual la que permite a un artista vislumbrar lo excepcional en lo común, lo semejante en lo que parecía diverso —y también a distinguir entre lo verdaderamente nuevo y la moneda falsa de la moda, y a saber que en la plena originalidad hay siempre un fondo inmemorial de experiencia del mundo—.

Que tanta información sea ahora accesible es una razón para instruirnos en el rigor del conocimiento, no para desdeñarlo como innecesario

El conocimiento histórico o científico no son fardos inertes que estarán esperando a ser consultados en la Wikipedia, igual que un aparador inútil que acumula polvo en un guardamuebles. Lo que sabemos del pasado sucede en el presente, porque nos ayuda en la tarea imperiosa de intentar comprenderlo, y por lo tanto nos pone en guardia contra las manipulaciones y los groseros embustes a los que son tan aficionadas las castas políticas y los ideólogos. Sin una conciencia histórica informada y activa no hay manera de valorar lo que sucede ahora mismo, porque no hay términos de comparación con lo que sucedía hace muy poco o hace mucho; y tan necesaria como la conciencia histórica es un grado solvente de conciencia geográfica: la idea tribal de que el lugar de uno es el centro del mundo tendrá menos fervorosos adeptos si en la escuela y en el instituto se enseña la amplitud y la variedad de los paisajes y de las formas de vida.

Que tanta información sea ahora inmediatamente accesible es una razón más para instruirnos en el rigor del conocimiento, no para desdeñarlo como innecesario: igual que la sensibilidad literaria se educa leyendo, y el oído escuchando, y la mirada viendo arte, la inteligencia crítica se afila aprendiendo a distinguir la información sólida y contrastada de la propaganda, el bulo y la calumnia. El saber despierta el apetito de saber más; la ignorancia sólo alimenta ignorancia y desgana.

En la izquierda, cualquier crítica del estado actual de la educación activa como un anticuerpo la acusación de nostalgia del franquismo. La derecha se ríe con esa sonrisa cínica del ministro de Educación: ellos van a lo suyo, a desmantelar lo público y favorecer los intereses privados y el dominio de la Iglesia, y en cualquier caso siempre tienen medios para costear estudios de élite y másteres a sus hijos. Es la clase trabajadora la que paga el precio de tantos años de despropósitos. De nuevo la ignorancia es el mayor obstáculo para salir de la pobreza. Quizás no falta mucho tiempo para que aparezcan de nuevo visionarios que vayan predicando por los barrios populares la utopía liberadora de la instrucción pública.

http://www.antoniomuñozmolina.es

http://elpais.com/cultura/2013/03/26/actualidad/1364312572_805278.html


Banderas, agitador de sentimientos

marzo 3, 2013

El actor revive el asesinato de García Caparrós en un emotivo discurso.

 Sevilla 28 FEB 2013 

“El disparo que te mató podría haberse alojado en cualquiera de los que estábamos cerca de ti. Podría haber sido para mí y todo lo que desde entonces me ha acontecido habría sido borrado. Las cosas que he visto, la gente que he amado, la hija que tuve, las batallas que gané y las que perdí no existirían. Eso es lo que te fue robado. Por eso hoy se te hace justicia, tu gente te quiere devolver lo que se te arrebató”. Cuando el actor Antonio Banderas pronunció ayer estas palabras, las lágrimas de casi todos los presentes, hasta ese momento más o menos contenidas, corrieron mejillas abajo sin tapujos.

Revivieron (algunos) o imaginaron (otros) cómo debieron ser esos últimos momentos de la vida del joven sindicalista Manuel José García Caparrós, asesinado en Málaga el 4 de diciembre de 1977 en la manifestación que reivindicó la autonomía de Andalucía.

Banderas, García Caparrós y la pintora sevillana Carmen Laffónrecibieron ayer en Sevilla el título de Hijos Predilectos de Andalucía, la máxima distinción que concede la Junta. En el acto, que se celebró en el Teatro de la Maestranza y con la presencia del Gobierno andaluz al completo, el presidente andaluz, José Antonio Griñán, entregó también las 12 Medallas de Andalucía. El director de cine sevillano Alberto Rodríguez, el cantaor jiennense Manuel Gerena, la bailarina y coreógrafa jiennense María Rosa Orad, el editor catalán José Manuel Lara y el pintor granadino Miguel Rodríguez-Acosta se encuentran entre los galardonados. La lista la completan la doctora Marina Álvarez Benito, el empresario Manuel Barea, el directivo de la ONCE Patricio Cárceles, el deportista José Manuel Sierra, el periodista Enrique García y la empresaria Dolores Ascensión Gómez Ferrón.

Banderas, quien pronunció el discurso de agradecimiento en nombre de los premiados, revivió su experiencia al narrar el trágico suceso y, justamente por eso, sus palabras fueron tan sinceras y emotivas. “García Caparrós había caído abatido por un disparo que hizo diana en el corazón de todos los andaluces”. Tras estas palabras, el actor, director y productor malagueño, casado con la actriz Melanie Griffith y que reside en Hollywood, aseguró que nunca ha perdido el contacto con su tierra. “En estos momentos, Andalucía para mí es una necesidad, por eso vuelvo y nunca me separo del todo”, añadió.

Andalucía para mí es una necesidad, por eso vuelvo”

afirma el cineasta

El actor hilvanó un relato para pasar, casi con un lenguaje cinematográfico, por la vida y la obra de todos los premiados. Pero fue el último de la lista, García Caparrós, para quien reservó los mejores planos de esta especie de travelling.

Banderas contó lo que pasó aquel 4 de diciembre en primera persona, porque él también participó en esa manifestación cuando tenía 17 años y estaba ensayando una obra con el grupo independiente Dintel. Dejaron el ensayo y se sumaron a la multitud, a una movilización que comenzó con “sonrisas en las caras de todos” y terminó con “el reflejo del miedo”. “No lo supe entonces, pero a muy pocos metros de donde yo me encontraba, la vida de Caparrós había pasado del blanco y verde de la mañana, al negro eterno de lo irreversible”.

El actor aseguró que el discurso lo había escrito él mismo, “sobre todo en los aviones”, y que la parte de García Caparrós “fluyó de manera natural con una escritura casi automática”. Banderas hizo también referencia a la “maldita crisis” que asuela Andalucía pero, a pesar de ello, afirmó estar “lleno de esperanza”. Aunque comenzó diciendo que “el ‘yo’ es feo”, trufó su discurso con algunas referencias personales que arrancaron el aplauso del público en varias ocasiones, especialmente cuando se referían al asesinato de García Caparrós, cuya medalla recogió su hermana pequeña, Dolores, una mujer luchadora que siempre lleva consigo el DNI de Manuel José. “Lo he oído con mucha emoción, como si estuviera viendo todo lo que ocurrió”, afirmó Dolores después de la ceremonia. “Ha sido el mejor discurso del 28-F que he oído nunca”, comentaron varios asistentes al acto. Y es que Banderas hizo uso de su profesión para dotar su intervención de momentos de tensión y otros en los que dio pie a la risa.

Carmen Laffón, García Caparrós y Banderas, nuevos Hijos Predilectos

Lo hizo especialmente al citar los méritos de la capitana de corbeta Esther Yáñez, de San Fernando, la primera mujer en ingresar en la Armada española y en dirigir un barco de guerra. “Si alguien me la hubiese presentado fuera de este contexto, yo le habría preguntado:

—¿Cómo se llama?

—Esther.

—Bonito nombre.

—¿Y de dónde es?

—De Cádiz

—Bonita tierra.

—¿Y a qué se dedica?

—Soy capitán de corbeta.

—En ese momento se me habría escapado un ‘¡Ole! Con las bombas que tiran los fanfarrones, se hacen las gaditanas tirabuzones…”

Aunque la mayor parte de su intervención tuvo un tono serio y emotivo. “Yo no tendría vergüenza ni agallas para mirarme mañana al espejo, si solo dedicara este momento a lanzar alabanzas y piropos a la tierra a la que todos los que aquí estamos amamos profundamente”, dijo Banderas tras hacer referencia a la crisis que azota especialmente a esta comunidad.

Tras los discursos, el actor dijo que compartía la impotencia que sentían los que, paralelamente a la celebración del acto, se manifestaban en la calle. “Las cosas están pasando de castaño oscuro, se están poniendo muy agrias. Pero quiero ser optimista y espero que algún día podamos mirar atrás y ver esto como algo de lo que aprender. Tenemos que tener claro que no vamos a volver al lugar en el que estábamos: la especulación del ladrillo”.

En este sentido, Banderas aclaró que las obras en su casa de Marbella no tienen nada que ver con el procedimiento judicial abierto. Lo que se está haciendo es retranquear un muro del chalé para construir un paseo. “Pase lo que pase con la casa, no voy a protestar, aunque me la quemaran. No voy a hacer daño a mi tierra para que The Times publique que las inversiones en Andalucía no son fiables”, prometió.

A una tierra a la que Banderas siente “palpitar” y se conmueve. “En la que entiendo el ritmo de la vida y acepto la certeza de la muerte”, confesó a un público completamente entregado.

video:


“¡Han matado a Yolanda!”

marzo 3, 2013

El novio y las amigas de la estudiante asesinada en 1980 por el ultra Emilio Hellín, hoy asesor de la Policía y la Guardia Civil, reconstruyen uno de los crímenes más brutales de la Transición

Yolanda González, abajo, en una fiesta de militantes del PST.

El modesto apartamento de 60 metros cuadrados —cocina, un pequeño salón y tres dormitorios— en el número 101 de la calle Tembleque, en el madrileño barrio de Aluche, estaba ordenado y las luces encendidas. Alejandro Arizcun, de 28 años, economista de la UGT, regresó pasadas las doce de la noche del viernes 1 de febrero de 1980. Ni Yolanda González Martín, su novia de 19 años, ni Mar Noguerol, la otra compañera de piso, estaban en casa. No le extrañó. Yolanda pertenecía a la coordinadora de enseñanza media y participaba en una huelga general. Creyó que estaría en alguna reunión o que dormía en casa de amigas.

El sábado día 2 Alejandro despertó solo y salió de su habitación. Su primer pensamiento fue para Yolanda, la estudiante a la que había conocido en agosto de 1978 durante una reunión política en un pueblo de Girona, la chica de enormes ojos marrones que a sus 17 años había dejado a sus padres y dos hermanos en Deusto (Vizcaya) para irse a vivir junto a él la aventura más intensa de su vida. “De pronto me alarmé porque sobre la mesa del salón vi su bolso, su cartera y su DNI. Pensé que estaba detenida porque era una activista estudiantil. Llamé a varias comisarías de policía y fui a los juzgados de Plaza de Castilla. Pregunté, pero nadie sabía nada. Por la tarde llamé a la sede del Partido Socialista de los Trabajadores (PST) y me dijeron que me pasara por allí”, recuerda ahora Arizcun, de 61 años, profesor de Economía en la Universidad Pública de Navarra.

Aquella mañana gris de febrero Mar Noguerol, de 19 años, estudiante de Económicas, la compañera de piso de Yolanda, también pensó que su amiga estaba detenida, también se fijó en el bolso sobre la mesita del salón, también se inquietó. Y recordó que la noche anterior las luces estaban encendidas. Salió de casa con dos chicos gallegos a los que habían invitado a pasar la noche y cuando regresaron a recoger sus cosas por temor a que les detuvieran también a ellos, se encontraron a varios policías de paisano registrando la vivienda. “Me llevaron a la Dirección General de Seguridad (DGS) con los dos chicos. Nos interrogaron durante varias horas preguntándonos si eramos de ETA. Que quiénes eramos, que en dónde militábamos… Un montón de policías distintos haciendo siempre las mismas preguntas. No entendíamos nada. Todo era una locura”.

Alejandro, su novio: «Me dijeron que la radio había informado de su muerte. Se me hundió el mundo»

En la sede del PST, el partido en el que militaba Yolanda, en el número 22 de la Gran Vía, en pleno centro deMadrid, decenas de militantes se preguntaban por el paradero de Yolanda. Entre ellas Rosa Torres, de 19 años, su mejor amiga. “A las seis y media de la tarde, el local estaba a rebosar. Participábamos en una lucha muy gorda, en pleno conflicto estudiantil, por lo que todos creímos que la habían detenido porque ella era miembro de la Coordinadora. Discutíamos sobre cómo continuar el conflicto. De pronto Mónica, la más veterana, una uruguaya que tendría unos 30 años, interrumpió la reunión y dijo: ‘Yolanda ha aparecido muerta’. Se cortó todo, la gente empezó a llorar. Mónica gritó: ‘Calma a todo el mundo”.

Alejandro Arizcun llegó caminando a la sede del PST. Le extrañó que hubiera tanta gente. Las miradas de algunos militantes y amigos se dirigieron hacia él, pero no supo interpretarlas. “Cuando entré me dijeron que la radio había informado que habían asesinado a Yolanda, que habían encontrado su cuerpo en una carretera. Se me hundió el mundo”. Muy cerca de allí, en la sede de la DGS, en la Puerta del Sol, uno de los policías que interrogaba a Mar Noguerol le espetó: “Han matado a tu amiga. Tienes que acompañarnos al Instituto Anatómico Forense a reconocer su cadáver”. “Me quedé sin habla, en estadoshock”, recuerda ahora Mar, su compañera de piso, de 52 años y madre de dos hijas.

Yolanda González Martín, en 1980, en Navarra.

Yolanda, la joven estudiante de electrónica en el centro de Formación Profesional de Vallecas, la chica de ojos color miel que encandilaba a todos por su fuerza y serenidad estaba allí, en la morgue del frío Instituto Anatómico Forense, en Atocha. De su cuello colgaba una cruz Lauburu regalada por el comité de empresa de una factoría vasca en reconocimiento a su lucha por los derechos de los trabajadores, de hombres y mujeres como su padre, un burgalés soldador metalúrgico en Nife que se trasladó con su familia a Deusto en busca de trabajo. La noche anterior los militantes de Fuerza Nueva Emilio Hellín Moro, de 33 años, e Ignacio Abad Velázquez, estudiante de Químicas, habían secuestrado a Yolanda en su piso de la calle Tembleque y la habían trasladado en coche hasta un descampado de San Martín de Valdeiglesias, a las afueras de Madrid. Allí, Hellín la obligó a bajar del vehículo y le disparó dos tiros en la cabeza a menos de un metro de distancia. Abad la remató y su disparo atravesó un brazo. El Batallón Vasco Español, antecesor de los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL), reivindicó el crimen. Desde su aparición en 1978 sus comandos habían asesinado dentro y fuera de España a 12 personas.

Mar Noguerol regresó a la DGS en la Puerta del Sol y siguió declarando durante horas. “Les conté toda nuestra trayectoria política y dejé bien claro que ninguno de nosotros, ni el PST tenía nada que ver con ETA. Estábamos radicalmente en contra de la violencia. Firmé mi declaración y regresé a la sede del partido en la Gran Vía. Era de noche. Recuerdo aquel día en color gris. Fue un día de horror. Fue algo inesperado para lo que no estábamos preparados”. Todos los amigos y compañeros de Yolanda estaban en el local de Gran Vía 22 preocupados, también, por Mar porque ignoraban que la policía la había llevado a declarar a la DGS. Todos sabían ya que Yolanda había sido asesinada, que había muerto sola.

Los militantes del PST, partido escindido del PSOE, creyeron que Yolanda no sería la única víctima. Días antes de su asesinato miembros de la ultraderecha habían matado a otro joven en Madrid y atacado con bates de béisbol a estudiantes que se manifestaban durante la huelga general de enseñanza. Arizcun, el novio de Yolanda, no regresó al piso de la calle Tembleque. Él no militaba en ningún partido, pero también se sintió objetivo. “Pensé que se había desatado una caza de brujas, que venían a por nosotros. Hablé con mis padres, que habían hablado conJuan José Rosón (entonces gobernador civil de Madrid) y dormí en casa de un amigo. Creía que vendrían también a por mí”.

Mar, la compañera de piso: la policía me dijo:  tienes que venir a reconocer su cadáver. me quedé sin habla, en estado de shock»

Alfonso Arague, miembro también de la coordinadora de enseñanza, lo recuerda así: “Empezamos a tomar medidas. Sobre todo la gente que estaba en el ojo del huracán: no volver a casa, esconder papeles de la huelga”. En casa de Marta Cardaba, otra amiga de Yolanda y militante del PST, durmieron esa noche 20 personas: “Necesitábamos estar juntos y sentirnos apoyados. Estábamos muy asustados y tristes”. Rosa Torres apostilla: “Éramos muy jóvenes y necesitábamos arroparnos”.

Amigos de Yolanda reunidos el miércoles en Madrid / CARLOS ROSILLO

En Deusto, en el domicilio de la familia de Yolanda, sus padres, Eugenio y Lidia, y sus hermanos Amaya, de 20 años, y Asier de 6, habían recibido la noticia horas antes de una forma insólita. “Un tío mío, hermano de mi padre, había oído la noticia por la radio y se presentó en casa para contárnoslo”, recuerda Asier, que sigue viviendo en el País Vasco al igual que sus padres, de 79 y 72 años respectivamente. Amaya reside ahora en Francia. Nadie de la Dirección General de la Policía contactó con ellos para comunicarles la tragedia. Sí lo hizo horas después el gobernador Rosón.

El velatorio se celebró el domingo por la tarde en la escuela de Vallecas donde estudiaba Yolanda. Duró toda la noche y acogió a miles de personas. Alejandro Arizcun conoció allí a los padres de su novia. “Los vi por primera vez”, recuerda. “Yolanda es vuestra, organizarlo todo como queráis nos dijo su madre. No nos cuestionaron nada, no nos recriminaron nada. Se adhirieron a lo que Yolanda había sido”, relata Mar, su compañera de piso. Marta Cardaba se ocupó de acompañar a la familia en aquellas horas. “¿Qué les podía decir yo si solo tenía 22 años? Tengo un recuerdo de una familia serena. Confiaban en nosotros. La unión fue total”, dice.

Rosa, su mejor amiga: «De pronto Mónica interrumpió la reunión y nos dijo: Yolanda ha aparecido muerta. Se cortó todo»

El lunes se celebró un funeral en la iglesia de Vallecas Dulce Nombre de María y luego una manifestación multitudinaria desde allí hasta el Centro de Formación Profesional, donde se colocó una placa en su recuerdo. Subidos en un templete, Alfredo Arague y Enrique del Olmo, secretario del PST, pronunciaron sus discursos. “Fue emotivo, emocionante y muy triste”, recuerda Enrique, de 60 años. Al día siguiente, martes, el cadáver de la joven de ojos color de miel regresó a Bilbao en un coche fúnebre, la tierra de la que salió dos años antes tras la estela de su novio y empujada por un sueño profundo y obsesivo que la movía desde los 16 años: luchar por un mundo mejor.

La respuesta estudiantil y sindical al asesinato de Yolanda González fue inmediata. El martes se convocó una asamblea en Industriales en la que se debatieron las movilizaciones. En las primeras filas y observándolo todo estaba Ignacio Abad Velázquez, el estudiante de Químicas y militante de Fuerza Nueva que había acompañado a Emilio Hellín, el tipo que remató a la joven cuando yacía en el descampado de San Martín de Valdeiglesias. El Batallón Vasco Español aseguró que su muerte era la respuesta al asesinato de seis guardias civiles en un atentado, pero la realidad es que Yolanda nunca tuvo nada que ver con la organización terrorista. “Era muy pacifista, siempre estuvo enfrentada a la lucha armada. Hasta su partido había hecho una condena expresa a la violencia de ETA”, recuerda su novio. Alejandro declaró en la DGS 48 horas después de la muerte de Yolanda y se fue dos semanas a casa de un familiar a Mallorca para no aparecer por el piso de Tembleque.

Marta, amiga: «Me ocupé de acompañar a los padres. ¿Qué les podía decir yo si tenía 22 años».

El 7 de febrero, seis días después del crimen, Enrique del Olmo, el secretario del PST, recibió una llamada del Gobierno Civil de Madrid. Rosón, el ministro del Interior, y el comisario Francisco de Asís querían verle. “Nos dijeron que el caso estaba resuelto. ‘Hemos detenido a los presuntos culpables’, dijo el comisario. Más tarde lo hicieron público, pero nos avisaron antes”. Rosa Torres, la amiga íntima de Yolanda, había recibido una llamada de la Policía en la tienda de muebles donde trabajaba en la madrileña calle del Capitán de Haya. “El agente me dijo: ‘ya no hace falta que venga a declarar porque tenemos detenidos’. Ese mismo día Hellín y Abad confesaron el asesinato. En el registro de la escuela de electrónica de Emilio, en el número 1 de la calle San Roque, se descubrió un arsenal de armas y explosivos. Era el material del Grupo 41 de Fuerza Nueva que dirigía Hellín y con el que preparaban otros atentados. Nunca se descubrió quién señaló a Yolanda como objetivo, aunque Alejandro, su novio, siempre sospechó que las actividades de Hellín como técnico en electrónica e informática tuvieron algo que ver con la escuela profesional de Vallecas donde la joven estudiaba electrónica. Hellín aseguró en el juicio que fue David Martínez Loza, ex guardia civil y jefe de seguridad de Fuerza Nueva, quién le ordenó secuestrar a Yolanda.

¿Por qué mataron a Yolanda? Su amiga Rosa Torres asegura tener una respuesta: “No la mataron porque sospecharan que era de ETA, la mataron para terminar con el movimiento estudiantil. Y lo cierto es que lo consiguieron porque hubo mucho miedo. Hellín fue solo una pieza, fue el que realizó el encargo. Estoy convencida. Ella tenía un proyecto en la cabeza, era trabajadora y muy responsable, era capaz de conseguir lo que quisiera. Pensaron que era peligrosa”. Mar, su compañera de piso, añade: Éramos producto de una época. Su asesinato fue uno de los coletazos del régimen. Veo un paralelismo con la situación que vivimos ahora”.

La investigación de EL PAÍS sobre la vida oculta de Emilio Hellín Moro, su cambio de nombre por Luis Enrique y sus trabajos de formación, informática forense y telecomunicaciones para el Servicio de Criminalística de la Guardia Civil, la Policía Nacional, la Ertzaina y los Mossos d’Esquadra han enfrentado de nuevo a los recuerdos a los amigos y familiares de Yolanda. Su novio lo explica así: “Durante años no he tenido respuestas a muchas preguntas. Durante un tiempo puse una barrera protectora, luego fueron fluyendo las emociones y los recuerdos. Esta revelación nos ha vuelto a enfrentar con la realidad de lo que ocurrió”. Amaya, la hermana mayor de Yolanda, asegura que conocer que el asesino— condenado a 43 años, de los que cumplió 14 incluyendo los 3 que pasó fugado en Paraguay— trabaja para las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado es “otro balazo en su cuerpo” y “una puñalada en el corazón de su familia”.

Durante años algunos de los amigos que vivieron aquel gris fin de semana de febrero en el que asesinaron a Yolanda no hablaron del tema. Cada uno intentó seguir adelante a su manera. Mar puso a una de sus hijas el nombre de Lidia, el mismo de la madre de su compañera. Rosa, su mejor amiga, se refugió en una burbuja. “No podía dejar de pensar una y otra vez qué habría pasado si esa noche Yolanda no hubiera ido a casa”, confiesa ahora. Han pasado 33 años y todavía se hace esa pregunta.

Vídeo realizado por los amigos y familiares de Yolanda con motivo de un reciente aniversario.

http://elpais.com/politica/2013/03/01/actualidad/1362169988_821723.html


A mi abuelo Wenceslao y a todos los represaliados por el franquismo.

octubre 3, 2012

«Fuisteis voces acalladas por defender la Libertad»
En las tapias del cementerio de Merida 2012. Foto Isabel

Queridos y anhelados abuelos, que no hemos llegado a conocer, asesinados y tirados en fosas comunes a lo largo y ancho de este País: sois hoy en día sujetos de  desaparición forzosa y lleváis 76 años así.

Desgraciadamente y es nuestro gran pesar, en 2012, no tengo buenas noticias que contaros, nuestros gobernantes que se autoproclaman representantes de nuestro Pueblo (solo representan a sus votantes y no son la mayoría de la población) hacen gala, cada día con más soberbia, de talante fascista, claramente herederos ideológicos del franquismo, y están machacando los derechos sociales que se habían conseguido. La “pobre “Ley de Memoria Histórica que a duras penas salió a delante, con enormes carencias eso sí, ya es papel mojado: el Estado no se hace cargo de la Verdad, Justicia y Reparación. Sus Tribunales han conseguido aniquilar el esfuerzo de un Juez valiente inhabilitándole y creando jurisprudencia con la que chocamos cada vez que exhumamos vuestros restos mortales archivando nuestras denuncias: Ley de amnistía, Transición y prescripción de los hechos… marginando así los compromisos de vigilancia del respeto de los Derechos Humanos  a los cuales estamos sujetos.

 El País está sumido en una gran depresión económica y social y con ese pretexto las partidas económicas destinadas a subvencionar vuestras exhumaciones han desaparecido: no habrá ni un duro más , ni para la Historiografía y su divulgación ni para los trabajos de exhumación de vuestros restos mortales , echan más tierra encima de vuestras fosas comunes, cuando no  cemento. Más amnesia, más olvido y por supuesto ningún reconocimiento ni reparación: no hay duda, son herederos ideológicos de aquellos que os asesinaron.

Hoy mismo son noticia las pretensiones de estos políticos para limitar el derecho de manifestación de un Pueblo que ya no aguanta tanto recorte en favor de los más pudientes y los bancos que son los responsables de este gran descalabro económico. Regreso a un Estado dictatorial. Mientras tanto los cuerpos de Seguridad intervienen en las manifestaciones con desmesura y desproporcionalidad, lo de aquellos polvos y estos  lodos se aplica muy bien en este caso.

Lo único bueno que os tengo que contar es nuestra inquebrantable voluntad de seguir reclamando Verdad Justicia y Reparación para vosotros y vuestros familiares. Sin subvenciones, sin apoyo Estatal, con impedimentos jurídicos y con presiones políticas pero seguimos adelante y si fuese necesario volveremos a los tiempos de la pala y el pico, entre amigos, para sacaros de las ignominiosas fosas donde yacéis. Por otra parte también intentamos a través de  una Red de Apoyo a la Querella Argentina de poner este Gobierno contra la pared y obligarle a cumplir con sus obligaciones en el Derecho Internacional. Puede que otra venga desde México y otra desde Francia. Lo intentamos, queridos abuelos.

Ahora que se nos echa encima el Otoño os recordamos otra vez más, abuelo Wenceslao, abuelos de Casavieja, aquel Otoño del 36 os asesinaron, este Otoño del 2012 seguimos con la lucha.

Abro en grande los brazos como si pudiera acogeros todos cerca de mi corazón.

Pedro Vicente Romero de Castilla Ramos.


En la muerte de Rodrigo Moreno, un comunista contra Carrillo

septiembre 30, 2012

Fue fundador y ex-responsable político del Partido Comunista del Pueblo de Catalunya. Con los militantes expulsados de la dirección del PCE, colaboró en la fundación del Partido Comunista de los Pueblos de España.

FÉLIX POBLACIÓN Madrid 29/09/2012

Rodrigo Moreno Planisolis. PCPC

Rodrigo Moreno Planisolis. PCPC

Rodrigo Moreno Planisolis, fundador y ex-responsable político del Partido Comunista del Pueblo de Cataluña (PCPC), falleció el pasado martes en Lleida. Natural de la localidad oscense de Fonz (1921), sólo pudo estudiar hasta los doce años en la escuela primaria de Monzón. Incorporado a las Juventudes Socialistas Unificadas, fue uno de aquellos adolescentes que combatieron en la Guerra de España en defensa de la República, concretamente en la 27 división Karl Marx. Durante el exilio en Francia, hubo de vivir la miseria y desolación de los campos de concentración en san Lorenzo de Cerdans y Septfonds.

Participó en la lucha clandestina contra los nazis y posteriormente en la lucha antifranquista, por la que fue encarcelado, vivió seis años en la clandestinidad y fue deportado. En 1966, después de duros años de trabajo en explotaciones forestales y canteras, se estableció en Alcarràs (Lérida) con su familia y se dedicó a la albañilería, no cejando en su lucha clandestina contra la dictadura. En 1979 fue elegido concejal del ayuntamiento de esa localidad por el PSUC, cargo que abandonó en 1981 por no estar de acuerdo con la política reformista de la dirección, que consistía en la defensa de los Pactos de la Moncloa. Con los militantes comunistas disidentes que habían sido expulsados de la dirección del Partido Comunista de España (PCE), que entonces encabezaba el recientemente fallecido Santiago Carrillo, colabora en la fundación del Partido Comunista de los Pueblos de España (PCPE).

Fue muy activa la trayectoria de Rodrigo Moreno en múltiples luchas sociales a lo largo de los últimos treinta años. Entre ellas cabe destacar su participación en la campaña contra el ingreso de España en la OTAN (1984-1985). También prestó su colaboración en las reivindicaciones de los colonos de Montagut (1988-1991), por la cual hubo de ir a los tribunales junto a otros miembros de Unió de Pagesos. En 1991, al lado del cristiano Eulogio Vallina, impulsó un movimiento unitario de rechazo contra la primera Guerra del Golfo, que trajo consigo dos manifestaciones multitudinarias por las calles de Lleida. Participó en 1990 en la Brigada Solidaria Internacional José Martí con objeto de ayudar al pueblo cubano frente al bloqueo económico impuesto por Estados Unidos contra aquel país. En 1993 fundó con otros compañeros el Casal Amigos de Cuba de Lleida, del que ha formado parte de su Junta Directiva hasta el final.

En 2002 dio a conocer la primera parte de sus Memorias de un comunista, en las que da cuenta de su biografía hasta 1966, fecha de su regreso a España. En este libro analiza y defiende su postura ideológica, opuesta a la de Santiago Carrillo por su política eurocomunista, basada en el abandono de los principios del marxismo-leninismo y en la defensa de la reconciliación nacional, que para el fallecido militante comportaba un pacto con el franquismo.

Rodrigo Moreno Planisolis mantuvo su entusiasta actividad hasta los últimos meses de su vida. Hace dos años participó en el encuentro «Enlazando culturas», que contó con la presencia del presidente de Bolivia, Evo Morales. En diciembre de 2010 asistió como delegado al IX Congreso del PCPE, cuyo acto de presentación en la Universidad de Lleida corrió a su cargo, en compañía de la hija de Che Guevara, Aledia Guevara. El año pasado leyó una ponencia en la biblioteca pública de Lleida sobre el golpe de Estado del 23-F, cuestionando el papel del rey Juan Carlos I como salvador de la democracia. Ya gravemente enfermo, el pasado 14 de abril, asistió al homenaje que se le ofreció en Casal Amigos de Cuba en Lleida donde se hizo un balance de su generosa y larga trayectoria en defensa de las ideas que profesó siempre, desde aquella temprana adolescencia combativa en lucha contra el fascismo 76 años atrás.

En la muerte de Rodrigo Moreno, un comunista contra Carrillo (Público.es)


Claves para entender qué es la Justicia Transicional…

septiembre 23, 2012

Joana Lumbierres. United Explanations, 19/09/2012 – 20 septiembre 2012

¿Qué sucede cuando un Estado se enfrenta un pasado donde se han producido grandes violaciones de derechos humanos?

JOANA LUMBIERRES

Transcurrido más de un año desde la caída de los regímenes autoritarios de Ben Ali y Hosni Mubarak, Túnez y Egipto se encuentran en pleno proceso de transición hacia la democracia. Entre muchas de las cuestiones a las que deben enfrentarse está la de cómo afrontar las vulneraciones de derechos humanos perpetradas por los regímenes anteriores.

Esta cuestión no es particular de Túnez ni de Egipto, sino que surge en todo proceso de transición cuando un Estado se encamina hacia la democracia.

Una aproximación al concepto de Justicia Transicional

¿Qué sucede cuando un Estado se enfrenta a la superación de un conflicto, una revolución o un pasado autocrático donde se han producido grandes violaciones de derechos humanos?

Una primera reacción podría ser no encararse con ese pasado, hacer “tabula rasa” y sólo enfocar el futuro. Sin embargo, parece difícil volver a empezar y alcanzar una reconciliación sin afrontar las causas que llevaron al conflicto y sin que las víctimas se hayan visto reparadas. Los retos que debe afrontar el Estado son enormes y son cruciales cada uno de los pasos hacia la construcción de una democracia sólida. Se trata de una encrucijada donde los equilibrios deberán ser manejados con destreza ya que hay muchos intereses en juego y unas víctimas que buscaran reparación en un contexto institucional muy frágil.

Es en este contexto que entra en juego el concepto de Justicia Transicional. El Centro Internacional de Justicia Transicional, organismo clave en la materia, define la Justicia Transicional como “el conjunto de medidas judiciales y políticas que diversos países han utilizado como reparación por las violaciones masivas de derechos humanos. Entre ellas figuran las acciones penales, las comisiones de la verdad, los programas de reparación y diversas reformas institucionales.”

La variedad de mecanismos que se plantean y las múltiples experiencias a las que han hecho frente los Estados han generado un gran interés entre los expertos, las organizaciones internacionales y las organizaciones no gubernamentales, quienes han debatido sobre qué es exactamente la Justicia Transicional y cuando empezó.

Las decisiones que tiene que tomar el Estado en el proceso de transición vendrán marcadas, entre otras cosas, por cómo de represivo era el régimen saliente, cómo se ha producido dicho cambio de poder- si el régimen ha sido derrocado de manera violenta o se han producido una salida negociada-, cómo ha conseguido organizarse la sociedad civil y cómo ha sido la respuesta de la Comunidad Internacional.

Los desafíos del Estado en transición

El Estado debe afrontar la reconstrucción de una sociedad que ha quedado dividida, y en la que se ven unos a otros con recelo.

La finalidad de la reconstrucción es que no se vuelvan a repetir las violaciones de derechos humanos cometidas y que el conflicto no vuelva a iniciarse. Para ello, deberán indagar en las causas que dieron lugar al conflicto y reformar aquellas instituciones que se vieron implicadas.

Eso representa un gran desafío si además se tiene en cuenta que un Estado que sale de un conflicto a menudo no cuenta con los recursos económicos, materiales y personales suficientes para atender las necesidades que en ese momento requiere la población: reconstrucción de hospitales y escuelas, acceso a alimentos de primera necesidad y a agua, reintroducción al mundo laboral. Además, sus instituciones y fuerzas de seguridad son frágiles y muchas veces aún controladas, en parte, por aquellos que causaron los abusos.

Por ello, en muchos de los procesos de transición que conocemos se ha implicado la Comunidad Internacional, que ha suplido las carencias del Estado en cuestión. Por ejemplo, en los casos de Túnez y Egipto las Naciones Unidas está ayudando a las instituciones nacionales en el proceso de redacción de una nueva Constitución, en la organización de nuevas elecciones, en la formación de los nuevos cuerpos de seguridad, fomentando políticas de empleo para los jóvenes, etc.

Cómo reparar a las víctimas, un tema a debate

Y en el centro de todo Proceso de Justicia Transicional: las víctimas, que tienen el derecho a saber la verdad sobre lo que ocurrió con sus seres queridos, a que se les reparen por el daño sufrido y que los culpables sean procesados y rindan cuentas, para poder así restituirles la dignidad. Y es en este terreno donde se producen los dilemas que más han interesado a los estudiosos del  tema.

Una de las cuestiones que más se ha discutido es si en estos períodos de transición se deben conceder amnistías a los responsables de las violaciones de derechos humanos en aras de no poner en peligro el proceso de paz y la estabilidad del país. Este clásico dilema dio un giro de 180 grados cuando en el año 1998 se aprobó el Estatuto de Roma por el cual se creaba la Corte Penal Internacional que entró en funcionamiento el 1 de julio de 2002.

A partir de ese momento, quedó establecido que los responsables de los delitos de genocidio, crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad no pueden quedar impunes, deben ser juzgados y sancionados, si es el caso. Las amnistías totales ya no son aceptadas en el Derecho Internacional. La cuestión ahora es valorar si sólo con esta persecución penal los derechos de las víctimas quedan satisfechos y éstas se sienten efectivamente reparadas.

Un destacado caso de amnistía total es el de España, muchas veces puesto como ejemplo de transición exitosa. En 1977 se dictó la famosa ley de amnistía por la cual todos los actos de intencionalidad política y cualquiera que fuera el resultado, tipificados como delitos y faltas realizados con anterioridad al 15 de diciembre de 1976 eran amnistiados.

Por otra parte, difícilmente un Estado podrá juzgar a todos los responsables de las violaciones de derechos humanos acaecidas. En la mayoría de casos, muchos son los implicados y pocos los recursos que se pueden destinar a su enjuiciamiento. Por ello, hay que buscar formas alternativas de reparación de las víctimas. Entre estas fórmulas destacan, por la importancia que han tenido en diferentes procesos, las Comisiones de la Verdad.

Comisiones de la Verdad

Las Comisiones de la Verdad permiten a las víctimas contar su parte de la historia, descubrir qué pasó con sus seres queridos, quien estuvo implicado y profundizar en las causas que llevaron al estallido del conflicto.

El caso paradigmático de Comisión de la Verdad que contribuyó de forma decisiva a la reconciliación social fue la de Sudáfrica después del apartheid. En ese caso, a los responsables que comparecían frente a la Comisión y relataban lo ocurrido se les garantizaba que no serían perseguidos penalmente.

Muchas de esta Comisiones de la Verdad tienen un efecto catártico en la sociedad ya que permiten la construcción de un pasado común y una comprensión pública de las violaciones de derechos humanos. En algunas ocasiones los Informes que elaboran dichas Comisiones incluyen recomendaciones al Estado o son la base para posteriores persecuciones penales.

La búsqueda del equilibrio: un enfoque holístico de la Justicia Transicional

Visto lo anterior, está claro que existen múltiples instrumentos. No obstante, la Justicia Transicional debe alejarse de las concepciones que sólo abogan por las persecuciones penales o aquellas que sólo dan valor a las Comisiones de la Verdad. Más bien se trata de buscar el equilibrio entre los distintos elementos: acciones penales, las reparaciones de las víctimas – ya sean de tipo económico o simbólico en forma de disculpa pública o memoriales-, las reformas de las instituciones y la destitución de los funcionarios implicados en las violaciones y la creación de Comisiones de la Verdad.

Asimismo, es imprescindible recordar que cada proceso de transición es único y deberá circunscribirse a las particularidades del contexto concreto para poder tener unas mínimas garantías de éxito, no repetición del conflicto y máximo apoyo de los nacionales del país.

Los nuevos retos de la Justicia Transicional

Se podría considerar que hemos entrado en una nueva etapa en la concepción de la Justicia Transicional marcada por la globalización, y los importantes retos de las relaciones internacionales y el Estado de derecho en el siglo XXI: la inmigración, la lucha contra el narcotráfico, el comercio de seres humanos, el crimen organizado, etc. Nuevos actores internacionales como las organizaciones no gubernamentales, la sociedad civil y las organizaciones internacionales tienen un papel relevante en la construcción de esta nueva concepción de la Justicia Transicional.

Prueba de ello es que Naciones Unidas en los últimos tiempos ha realizado un amplio trabajo alrededor de la noción de Estado de Derecho y de Justicia Transicional, realizando incluso una terminología común sobre el tema y uniéndolo de manera inseparable a los derechos humanos. Se han superado antiguos dilemas y surgen otros. Veamos si la Comunidad Internacional es capaz de lidiar con ellos y construir una visión holística de la Justicia Transicional que tenga en cuenta todos sus elementos.

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