Reclaman transformar el Valle de los Caídos en un memorial para las víctimas de la dictadura.

noviembre 24, 2013

 

EFE Madrid 23/11/2013

Un momento de la concentración convocada por el Foro por la Memoria de la Comunidad de Madrid para denunciar la permanencia del Valle de los Caídos como un mausoleo de Francisco Franco y un lugar de peregrinación del fascismo internacional.

Un momento de la concentración convocada por el Foro por la Memoria de la Comunidad de Madrid para denunciar la permanencia del Valle de los Caídos como un mausoleo de Francisco Franco y un lugar de peregrinación del fascismo internacional.EFE/J.J.Guillen

Alrededor de 300 personas se han concentrado este sábado frente al Valle de los Caídos para exigir al Estado «que ponga fin a ese lugar de culto fascista, símbolo de la impunidad del franquismo», y reclamar que se transforme en un memorial para las víctimas de la dictadura.

La concentración, que ha tenido lugar esta mañana y ha transcurrido con total normalidad bajo el lema Verdad, Justicia, Reparación y Antifascismo, estaba convocada por el Foro por la Memoria de la Comunidad de Madrid, el Foro Social de la Sierra y el CSO La Fabrika, y apoyada por la Coordinadora Contra la Impunidad del Franquismo y Coordinadora Antifascista.

Durante el acto se ha leído un manifiesto en el que se ha criticado al Estado porque, a juicio de los convocantes, sigue protegiendo a los «criminales franquistas». «Ni uno solo de los gobiernos de la democracia ha tenido la voluntad, ni la dignidad política, para cumplir con su obligación con respecto a las víctimas del franquismo. Y el Valle de los Caídos es la muestra más palpable de esa indignidad», se ha recriminado. También se ha comparado la situación en España con otros países de su entorno, en los que «los vestigios que rememoraban los fascismos del siglo XX han sido destruidos o reutilizados» para recordar a las víctimas.

Por ello, han reivindicado, entre otras cosas, transformar el Valle de los Caídos en un espacio dedicado a la memoria de las víctimas de la dictadura, así como exhumar los restos del dictador Francisco Franco y de José Antonio Primo de Rivera. Asimismo, han reclamado que se investigue el número y el origen de las miles de personas que están sepultadas allí, además de pedir que este lugar se retire de la propaganda turística de la Comunidad de Madrid.

http://www.publico.es/484459/reclaman-transformar-el-valle-de-los-caidos-en-un-memorial-para-las-victimas-de-la-dictadura


«Cartas con respuesta»: Todos somos el Valle de los Caídos

noviembre 16, 2013
Carta con respuesta

A los herederos del franquismo no les interesa el dolor de los asesinados, nunca han hecho nada y nunca lo harán. Mientras no se cierre esa herida abierta, los que claman justicia seguirán sangrando. No es justo, pero está claro que para «ellos» la justicia es solo una palabra con la que se llenan la boca y no precisamente para respetarla. Juanitadinamita

05/11/2013 –

A mí también me ha interesado mucho el artículo de Ignacio Escolar y he leído con atención los comentarios. Como de costumbre: ellos y nosotros. Ellos son los “herederos del franquismo”; nosotros, unos angelitos, que reclamamos la herencia de una República sensata, aseada y progresista, el clásico abuelito encantador, pero inventado. Pues bien, el caso es que tengo mis dudas de que ése sea el argumento de la película.

La Transición comienza hacia 1972, el día en que Vernon Walters, embajador volante de Estados Unidos, se entrevista con Franco (y muchas otras personas) para asegurarse de que el plan diseñado en Langley y en el Departamento de Estado puede funcionar en un lejano y pintoresco país como España. (Y funcionó, desde luego, al milímetro. Quien esté interesado puede leer Las claves de la transición 1973-1986 (para adultos), de Alfredo Grimaldos. Pero eso es otra historia).

Franco le dijo entonces al americano una frase que merece ser recordada: “Mi verdadero monumento no es aquella cruz en el Valle de los Caídos, sino la clase media española”.

Tenía toda la razón aquel tirano retaco y de aflautada voz que se hacía llamar Caudillo al ofrecer a Vernon Walters la clase media como garantía de que, tras su muerte, aquí no iba a pasar nada. La acogedora clase media franquista siempre elegirá el orden antes que la libertad; la reforma, frente a la ruptura; el consenso, en lugar del enfrentamiento. Así nos ha ido y así nos va. Con decir que aquí se sigue votando al PSOE sólo por miedo (a la derecha) está todo dicho. Grabados al encáustico tiene la clase media en su alma (de cántaro) los dos principios del franquismo: tú no te signifiques, y tengamos la fiesta en paz.

Pues bien, esa clase media somos nosotros, amigos. No todos, pero sí muchos de los que aquí escribimos. Hijos del desarrollismo de los sesenta y amamantados con los timoratos valores de los XXV Años de Paz, esa celebración que maquinó Fraga y presidieron juntos Franco y el que ahora es Juan Carlos I.

Los herederos del franquismo (también) somos nosotros, me temo. Y por supuesto el PSOE, un partido creado (en Suresnes) con la finalidad de expulsar de la Transición a la izquierda (los comunistas).

Ese abuelito republicano tan razonable y conciliador al que hay que adherirse y el papá franquista al que hay que rechazar componen una herencia mancomunada la mar de presentable y progresista.

Hay otra herencia, pero no viene de aquella República burguesa y bienintencionada, sino de la lucha obrera y revolucionaria, de esa otra República en la que se quemaban iglesias y se les daba su merecido a los señoritos. A ver si me explico con un ejemplo: una vez le oí decir en Gales a Antony Beevor: “La guerra la ganaron los franquistas y hubo cuarenta años de dictadura. Si la hubieran ganado los republicanos, la dictadura habría durado hasta 1989”. Es decir, hasta la caída del muro de Berlín. Ésa es la República cuya herencia nadie reclama ni siquiera a beneficio de inventario.

Hay otra herencia, pero ¿quiénes son sus herederos? Que levanten la mano.

No, desde luego, la clase media. No, nosotros. No, los partidarios del consenso y de la transacción.

La clase media, como los gases nobles, tiende a ocupar todo el espacio disponible; y el gran éxito franquista fue persuadir a una parte nada pequeña de la población de que eran clase media. En otras palabras, destruir la conciencia de clase.

Podemos retirar estatuas y hasta volar con dinamita la cruz de granito del Valle de los Caídos, pero el verdadero monumento funerario de aquel general despiadado sigue en pie. Mirad: somos nosotros.

Como en aquel famoso telegrama, bien podríamos decir: “El enemigo está dentro. Disparad contra nosotros”.

http://www.eldiario.es/cartaconrespuesta/Valle-Caidos_6_193590640.html


Víctimas del franquismo piden dejar de pagar la tumba del dictador

diciembre 2, 2012

La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica reclama a Rajoy que los represaliados no costeen con sus impuestos el mantenimiento del mausoleo de Franco.

PÚBLICO Madrid 20/11/2012

Imagen del documento.

Imagen del documento.

La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) ha remitido unacarta, entregada en el registro del Palacio de la Moncloa, en la que solicita el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que aplique y haga aplicar la legislación humanitaria que dicta los derechos de las víctimas de la dictadura. Por ejemplo, que las víctimas del franquismo dejen de pagar con sus impuestos la tumba del dictador.

Diez años después de que la Comisión Constitucional del Congreso de los Diputados condenara por primera vez la dictadura franquista y recomendara a las institucionesatender las reclamaciones de las familias de las víctimas del franquismo, la ARMH denuncia el maltrato que se les da a las víctimas cuando «están obligadas por el Estado a pagar con sus impuestos la tumba del dictador que tanto daño les causó». «Hablamos además de miles de familias que tienen a sus abuelos, tíos o hermanos en fosas comunes, sin que el Estado haya reparado ese daño», insiste la asociación en un comunicado.

La ARMH señala que en países como Portugal o Italia las tumbas de sus dictadores son responsabilidad familiar y no son tratadas como un bien público. En cambio, en España, la tumba de Franco, dentro del Valle de los Caídos, forma parte del patrimonio del Estado y se mantiene con fondos públicos, a los que contribuyen los familiares de los 113.000 desaparecidos como consecuencia de la represión.

La ARMH también exige que el Estado se haga cargo de las búsquedas de los desaparecidos y las desaparecidas, porque las existencia de cientos de fosas comunes «debería avergonzar a cualquier democracia y en especial a quien tiene la posibilidad real de resolver este problema».

http://www.publico.es/espana/446175/victimas-del-franquismo-piden-dejar-de-pagar-la-tumba-del-dictador


Del Valle de los Caídos al Ibex 35

noviembre 18, 2012

37 años después de la muerte de Franco, las empresas que se enriquecieron con la construcción de su mausoleo están entre las más poderosas e influyentes del país…

ALEJANDRO TORRÚS Madrid 18/11/2012

El Valle de los Caídos durante su construcción

El Valle de los Caídos durante su construcción

El régimen les dio poder, patrimonio y mano de obra casi esclava. La transición y la democracia, benevolente como con un hijo pródigo, no les pidió explicaciones por su pasado ni por el origen de sus riquezas. Su pasado se diluyó en el presente de la España democrática como un azucarillo en agua hirviendo y el futuro quedó a sus pies. Son las grandes empresas que apoyaron a Franco ensu cruzada, se beneficiaron de las concesiones estatales, utilizaron mano de obra casi esclava de presos republicanos y sentaron en sus consejos de administración a los exministros del régimen. Esta es la historia de los que una vez que el caudillo de España murió se autodefinieron como “demócratas de toda la vida”.

En agosto de 1936, el diario británico The Sunday Express publicó: “Franco se mantiene en la lucha. Pero, ¿cuál es el poder que lo dirige desde detrás de las sombras? Cuando un hombre levanta la mano, Franco obedece.Ese hombre es Juan March”.

Nadie puede imaginar que un golpe de Estado puede triunfar sin el apoyo de los grandes empresarios y Franco, juntos al resto de golpistas, encontró en Juan March al mecenas de su cruzada. March aseguró la vida de los familiares de los militares rebeldes, financió los aviones que trasladó a Franco al norte de África con la inestimable ayuda de varios responsables del diario ABC y negoció con alemanes e italianos la compra de armamento. ¿A cambio de qué?

“A cambio, en plena guerra civil, desde el cuartel general de Burgos, obtuvieron el control del sector bancario, su statu quo, las claves de la economía, el monopolio del sector financiero”, escribe Mariano Sánchez en la obra publicada en 2005 ‘Los banqueros de Franco’.

Nadie puede imaginar que un golpe de Estado puede triunfar sin el apoyo de los grandes empresariosEste pacto de Franco con March y el resto de banqueros significó la primera gran traición del general a los principios de Falange: la Banca no sería nacionalizada. Lo importante para el Generalísimo no era mantener su integridad ideológica. Franco no tenía ideología. El caudillo tenía poder político, adquirido mediante las armas, y no lo iba a perder bajo ningún concepto y mucho menos por programas políticos.

Al amparo de la dictadura franquista, Juan March realizó diversas operaciones financieras de gran calibre, como la compra de la Barcelona Traction, tras la que fundó Fuerzas Eléctricas de Cataluña, S. A (FECSA), quien se hizo con la práctica totalidad de la producción eléctrica en Cataluña.  FECSA construyó centrales térmicas y entró en el campo de la energía nuclear, motivado por las crisis del petróleo de los años 70.

Así, participó, junto con Électricité de France, Hidroeléctrica de Cataluña y ENHER en la construcción de la central nuclear de Vandellós, puesta en servicio en 1972. En 1983, FECSA instaló en solitario la central nuclear de Ascó, que comenzó a funcionar en 1983.

El rastro de March en el presente

 Todas estas operaciones convierten a FECSA en una empresa al alza, que comienza a cotizar en el IBEX 35 de la Bolsa española. Su camino en solitario llega hasta 1996 cuando el Grupo Endesa se hace con el 75% de las acciones de la compañía y su control absoluto.

Juan March falleció en 1962 pero sus nietos han sabido cumplir su legado. En 1988 la revista Forbes sitúa a los March entre las tres fortunas más importantes de España, junto a Ramón Arces, creador de El Corte Inglés, y los Botín. Su notoriedad en la democracia española y en las finanzas internacionales es ya indiscutible.

“La Fundación March, creada en 1955, cuenta con un patrimonio superior a los 15.000 millones de pesetras y recibe una inversión anual que rebasa los 1.000 millones. En la actualidad el patrimonio de los March se sitúa entre en el medio billón de pesetas, participan en el accionariado de 150 empresas y comandan un grupo empresarial que ha sido vanguardia en España en cuanto a bancos de negocios y que goza de una gran liquidez”, escribe Mariano Sánchez en su obra Los banqueros de Franco.

Entre la larga lista de empresas en las que la familia March está presente en el accionariado hay algunas muy reconocibles para el gran público como la constructora ACS (18,3%), presidida por el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez; Acerinox (24,2%), una de las compañías líder a nivel mundial en la fabricación de acero inoxidable o la empresa de seguridad Prosegur (10,0%).

La construcción del Valle de los Caídos

Ningún otro símbolo como el Valle de los Caídos refleja el funcionamiento de la oligarquía empresarial que rodeaba el régimen. Una obra faraónica que costó a las arcas públicas a lo largo de sus veinte años de construcción 2.421 millones de pesetas de la época, según datos de Mariano Sánchez. “Para entender la magnitud de la obra conviene comparar el coste con otras partidas de los Presupuestos. Así, hasta 1970 el Estado había dedicado 2.339 millones de pesetas para Educación, explica Mariano Sánchez, autor de obras como Los Franco S.A. o Los banqueros de Franco a Público.

El Valle de los Caídos refleja el funcionamiento de la oligarquía empresarial que rodeaba el régimenFranco eligió el 1 de abril de 1940, primer aniversario de la victoria de la entonces conocida como “Victoria de las armas de España”, para dar a conocer su proyecto. Fernando Olmeda, autor de El Valle de los Caídos. Una memoria de España, recoge en su obra las palabras pronunciadas aquel mismo día por  el coronel Valentín Galarza, subsecretario del a jefatura del Estado, en la lectura al Decreto que dispone la construcción del futuro monumento:

“La dimensión de nuestra cruzada, los heroicos sacrificios que la victoria encierra y trascendencia que ha tenido para el futuro de España esta epopeya no pueden quedar perpetuados por los sencillos monumentos con los que suele conmemorarse en villas y ciudades los hechos salientes de nuestra historia. Es necesario que las piedras que se levanten tengan la grandeza de los monumentos, que desafíen al tiempo y al olvido y que constituyan lugar de meditación y reposo en que las generaciones futuras rindan tributo de admiración a los que legaron una España mejor”.

La ejecución del gran sueño del generalísimo requirió un enorme financiero, pero sobre todo de personal. En 1942 el régimen se da cuenta de que además de obreros libres será necesario emplear batallones de presos en un país que continúa desangrando tras la cruenta guerra civil. Ese mismo año llega al Valle la Compañía del Batallón Disciplinario de Soldados Trabajadores Penados nº 95. Los presos visten gorro a rayas azules y blancas con una P que les identifica como presos. El periodista Rafael Torres, autor de Los esclavos de Franco, cifró en 20.000 los presos republicanos que participaron a precios muy por debajo del mercado y en condiciones de semiesclavitud en la construcción del sueño de Franco.

Los presos «alquilados»

Fernando Olmeda recoge en su obra dos testimonios de presos republicanos que detallan las condiciones de la obra. Trinitario Rubio lo describe de la siguiente manera:”Picábamos un metro cúbico de piedra, cargábamos vagonetas y empujábamos entre varios. Trabajábamos en condiciones difíciles, nos trataban de hijos de puta y rojos, cosa peor que los malos tratos”.

Segundo Fernández, de familia de agricultores de izquierdas, y condenado por tres consejos de guerra, resume en una frase su experiencia en la construcción del Valle de los Caídos: “Raro era el día que no morían uno o dos, y hasta tres, más por el hambre que por accidentes, porque la construcción del túnel casi no había empezado”.

La utilización de presos políticos como mano de obra ahorró al régimen 780 millones de euros

Nicolás Sánchez-Albornoz, director del Instituto Cervantes de 1991 a 1996 y condenado a trabajos forzados por el régimen en 1947, puso cifras al negocio redondo de las empresas y el régimen de Franco con los presos trabajadores. «El Valle era un gran negocio«, explica, «los que estábamos condenados a trabajar allí estábamos alquilados a las empresas que hacían la obra, Huarte y Banús, por 10,50 pesetas al día. A nosotros nos daban 50 céntimos a cada uno. Los patronos tenían obreros a precio de saldo y disciplinados», según recoge José María Calleja en un artículo publicado en el diario El País. De esta manera, Sánchez-Albornoz, actual miembro de la RAE, confiesa que estuvo “alquilado” a la empresa Huarte y Banús.

El periodista Isaías Lafuente se atrevió a cuantificar en su libro Esclavos por la Patria los beneficios obtenidos por el franquismo a costa de utilizar presos políticos para la realización de obras: más de 130.000 millones de pesetas, unos 780 millones de euros. Ello se deduce del estudio de las detalladas memorias anuales remitidas a Franco por el Patronato para la Redención de Penas entre 1939 y 1970, conservadas aún en los archivos de la Dirección General de Instituciones Penitenciarias. en su libro Esclavos por la patria.

Las empresas adjudicatarias y su beneficio

En sus inicios la obra se adjudica a tres grandes empresas, San Román, filial de Agromán, se encargará de la perforación de la roca para abrir en ella el agujero gigante que albergará la cripta,Estudios y Construcciones Molan se ocupará de la construcción del monasterio y Banús, gestionada por los dos hermanos Juan y José, se responsabilizará de la carretera que unirá la entrada con el Risco de la Nava.

Estas tres empresas, junto a la constructora Huarte y Cía que se uniría a las obras en 1952, dispusieron de mano de obra semiesclava para sus negocios privados por concesión del régimen de Franco. Así, en 1943 Agromán disponía de 250 presos republicanos trabajando en el Monumento, 100 en las obras de el Escorial Aguas y Escorial Arca de Juan y otros 140 en diversas obras repartidas en cuarteles y monasterios.

Banús, por su parte, disponía de 125 presos trabajando en la carretera que da acceso al Valle de los Caídos, 90 presos construyendo la estación de trenes de Chamartín (Madrid) y a 50 más en la base militar de Torrejón. En total llega a haber 141 batallones de presos republicanos repartidos por diferentes obras sólo en 1943, según recoge Olmeda en su obra.

¿Qué ha sido de estas empresas?

En 1943 había 141 batallones de presos republicanos realizando trabajos forzadosLa constructora Huarte, que acumulaba en 1975 un volumen de venta de 16.000 millones de pesetas, se fusionó en 1998 con Obrascón. Un año después, se incorpora al grupo la empresa Lain conformando el gigante constructor Obrascón- Huarte- Laín u OHL, como es más conocido. El grupo está presidido por Juan-Miguel Villar Mir, más conocido por haberse presentado a las elecciones a presidente del Real Madrid de fútbol. Aunque en su currículum figuran otros muchos cargos en la estructura del Estado franquista como haber sido Director General de Empleo en 1964 o presidente del Fondo Nacional de Protección del Trabajo en 1967.

Por su parte, la constructora Agromán fue fundada por José María Aguirre Gonzalo y José San Román en 1926, en tiempos de Primo de Rivera.  Gracias a sus negocios, Aguirre Gonzalo saltó pronto al mundo de la banca y presidió el Banco Guipuzcoano desde 1956 hasta que falleció en 1988. Además, ocupó la presidencia del Banco Español de Crédito desde 1970 hasta 1983 y del Banesto,  desde 1970 a 1984. No obstante, la estirpe familiar no terminó ahí ya que su hijo José María Aguirre González le sustituyó en el cargo de presidente del Banco Guipuzcoano hasta 1999.En 2010, este banco fue absorbido por el Banco Sabadell.  

Tras la construcción de la carretera, los hermanos Banús siguieron caminos diferentes siempre bajo el amparo del régimen. José Banús, conocido como el constructor del régimen, es el artifice de barrios emblemáticos de Madridi como el de la Concepción o el Barrio del Pilar, donde urbanizó una gran extensión de terreno, y de cuyos pisos sacaba un beneficio de unas 115.000 pesetas. De Madrid saltó a la Costa del Sol donde, en el verano de 1970, inauguró su proyecto más ambicioso: Puerto Banús. Su estrecha relación el régimen queda patente no sólo en sus negocios sino en sus distinciones: medalla al Mérito en el Trabajo, la gran cruz del Mérito Civil y la medalla de oro al Mérito Turístico. Sus descendientes heredaron un gran imperio con origen en la construcción del Valle de los Caídos y su amistad con el régimen de Franco.

Por otro lado, su hermano Juan Banús se quedó en Madrid y en su currículum figura la construcción de la lujosa ciudad satélite de Mirasierra, opulentas viviendas rodeadas de comercios y zonas de asueto. Sus hijos Juan y Antonio Banús Ferré tomaron el testigo inmobiliario de su padre y de su tío, especializándose cada uno en diferentes proyectos.

Juan Banús, fallecido en 2000, era el responsable de la lujosa área marbellí de Puerto Banús, lugar de veraneo de la jet set y de la familia real saudí, entre otras personalidades, mientras que Antonio Banús es propietario de un importante número de franquicias de la firma de moda italiana Benetton en España, gestor del hotel de cinco estrellas Mirasierra Suites y dueño de la bodega El Carabal, situada en Cáceres. Además, Antonio Banús posee el 100% del capital del grupo promotor inmobiliario Juban.

No obstante, en la larga lista de empresas que se beneficiaron de la barata mano de obra de presos republicanos figuran otras muchas sociedades que no participaron en la construcción del Valle de los Caídos o que su gran negocio con el régimen fue otro. Es el caso de Dragados y Construcciones, hoy también inversa en ACS, la constructora de Florentino Pérez.

Sin descuidar a amigos y los ministros

Pero no sólo empresarios se beneficiaron de las “bondades del régimen”. La democracia tampoco ha maltratado a los antiguos dirigentes franquistas, sus herederos directos o a los familiares de Franco. Hoy, muchos de estas personas tan cercanas al régimen, ya sea con lazos en el mundo de los negocios, familiares o políticos, siguen disfrutando de un papel importante en nuestra sociedad.

La democracia tampoco ha maltratado a los antiguos dirigentes franquistas, sus herederos directos o a los familiares de Franco

Así, según enumera Mariano Sánchez en su obra Los Franco S.A., las hermanas Alicia y Esther Koplowitz, a través del Imperio de Fomento de Construcciones y Contratas (FCC), poseen un patrimonio que ronda los 1.000 millones de euros; los descendientes de José Meliá Sinisterra, en el sector turístico (Hoteles Meliá), facturan anualmente más de 600 millones de euros, o Carmela Arias Díaz de Rábago, condesa de Fenosa y viuda de Pedro Barrié de la Maza, cuya fortuna personal alcanza los 240 millones de euros.

También llama la atención la puerta giratoria que unía a los ministros de Franco con los Consejos de Administración de las principales empresas españolas. De los 119 ministros de franco, 22 de ellos se sentaron en 29 consejos de administración de importantes entidades bancarias, nueve en bancos oficiales y cuatro en cajas de ahorros. Otros ocho ex ministros fueron presidentes y/o consejeros del Banco de España. En total, 43 ministros se convirtieron en destacados ejecutivos del sector bancario.

Pero no sólo ellos ocuparon esos puestos, también sus hijos. Sirve como ejemplo el reciente nombramiento de Nemesio Fernández Cuesta, hijo del ministro de Comercio en el penúltimo gobierno de Franco de igual nombre, como director General de Negocios de Repsol.

No obstante, no hay que buscar tan lejos para encontrar la alargada sombra del régimen. En la penúltima horneada de políticos de la derecha española se encuentran buenos ejemplos comoRodrigo Rato, hijo de Ramón de Rato, fundador junto a Millán Astray y Dionisio Ridruejo, entre otros, de Radio Nacional de España, así como propietario del Banco del Norte y del Banco Murciano.

José María Aznar, nieto de Manuel Aznar Zubigaray, periodista y político cercano a Falange que  fue director gerente de la agencia de noticias EFE y embajador español ante la ONU, Marruecos, y varios países de América.

http://www.publico.es/espana/446028/del-valle-de-los-caidos-al-ibex-35


Franco y Cuelgamuros: no tenemos derecho al olvido…

diciembre 17, 2011

nuevatribuna.es | Pedro L. Angosto | Actualizado 11 Diciembre 2011

Con mejor o peor destreza, mi intención al escribir sobre nuestro pasado reciente no es deleitar, mucho menos complacer a mandarines, sino tratar de mantener viva la memoria sobre un crimen tan brutal e indescriptible como poco difundido, con seriedad, por los medios de comunicación globales. Se habla con toda justicia de los crímenes de Hitler, de la diáspora judía, de las purgas estalinistas, de la brutalidad de Mussolini, de los “errores y daños colaterales” cometidos y perpetrados por el “emperador” Bush, pero apenas se dice nada de la dictadura más sangrienta y castradora, tanto por su intensidad como por su extensión en el tiempo, que haya existido en la Europa del pasado siglo: La presidida por el asesino iletrado Franco Bahamonde, sobre cuyos restos inmortales acaba de emitir disparatado dictamen una comisión de cartujos.

Sí, es cierto, la guerra civil española es uno de los episodios históricos sobre los que más libros se han escrito, pero también uno sobre los que menos se ha leído. Hay miles y miles de libros sobre la cuestión, muchos de ellos ilegibles, otros honrados y una minoría serios y rigurosos que casi nadie, después de comprarlos por tal o cual recomendación, ha sentido, siquiera, la curiosidad de ojear. A estas alturas, la desinformación intencionada sobre la terrible represión franquista, sin parangón en ningún país de nuestro entorno: Al lado de Franco, Mussolini fue “santo varón”, llega a niveles tan increíbles como insultantes. Hoy, en esta España que presume de moderna y potente, la inmensa mayoría de los españoles cierra los ojos ante un periodo de horror como pocas naciones han conocido, nuestros chavales apenas saben quien fue Franco, incluso algunos de ellos –no tienen la culpa, es lo que oyen, lo que se les enseña en los centro oficiales de la democracia, públicos o concertados parasitarios- se atreven a cantar himnos fascistas y a defender públicamente al estúpido genocida, al individuo más perverso que ha dado nuestra nación en toda su historia.

A menudo me he preguntado, con enorme ingenuidad, por qué ese silencio nacional e internacional sobre la tremenda represión que sufrió el pueblo español al acabar la guerra, por ese exilio que ha pasado a los anales de la historia como el más largo, prolongado y mutilador de los habidos en nuestro continente, por qué tanto “demócrata callado” ante la barbarie que se cometía en nuestro solar, por qué tanta polémica absurda sobre si unos y otros cuando no había unos y otros, cuando quienes incendiaron y planificaron un exterminio ideológico inaudito fueron los militares africanistas, la iglesia católica española y la plutocracia nacional con la ayuda de sus homólogos de todo el mundo. La respuesta no necesitaba tantos devaneos ni tanto tiempo perdido. Estaba a la vuelta de la esquina: Franco incendió España con la ayuda de Italia y Alemania, azuzando los bajos instintos de los mercenarios moros, acabó con la democracia, mató, torturó y expulsó del país, dejándolo huero, a cientos de miles de personas, entre las que estaban quienes formaban parte del verdadero Siglo de Oro de nuestra cultura, nuestra educación y nuestra ciencia: Los hijos de la Institución Libre de Enseñanza, la mejor generación de españoles que hayamos sido capaces de parir y formar. Jamás volvieron los muertos, jamás los desaparecidos, se ocultaron los torturados aterrados para contagiar su lógico miedo a sus hijos y nietos, se desperdigaron por más de cuarenta países los desterrados, los que todo lo habían entregado al engrandecimiento de su patria, los que la habían amado con toda su alma y se encontraron, de la noche a la mañana, en los campos de concentración de una Francia derrotada, pesimista y vergonzante o en los brazos siempre cálidos de México –deuda eterna con el pueblo mexicano, con Cárdenas y sus magníficos diplomáticos-, Cuba, Argentina, Chile y tantos países que se brindaron a dar cobijo a esa insólita “Numancia Errante” de que hablaba Luis Araquistain.

Las piedras de España fueron hechas añicos por quienes manoseando su nombre, acudieron a la Legión Cóndor para destruirla; las familias españolas fueron masacradas por quienes decían defender la familia; la cultura española fue exterminada por quienes hablaban de un nuevo amanecer; nunca, en nuestro largo deambular por la historia, el desorden y el crimen organizado campearon por nuestro solar como cuando los traidores decidieron usar las armas del pueblo contra el pueblo; jamás, España anduvo tanto tiempo entre tinieblas y sangre. Y, ¿Cómo, después de un drama tan inmenso y prolongado, nos olvidamos, se olvidaron de lo que habían hecho con España? El régimen de terror implantado por los africanistas fue de tal magnitud que explica por sí solo el silencio, la indolencia, la apatía, la abulia de los españoles que, como eunucos, quedaron dentro del inmenso campo de concentración en que convirtieron a España; en cuanto a las grandes democracias, su silencio, la ocultación del genocidio franquista, sólo se entiende por su complicidad con la tiranía: Inglaterra, Francia y Estados Unidos, cada cual a su modo, fueron colaboradores necesarios para el triunfo de los genocidas, fueron, por tanto, cómplices de los asesinatos, las desapariciones, los exilios, las torturas que durante décadas asolaron nuestro país. Francia, porque estaba sumida en el miedo y en la decadencia más absoluta; Inglaterra y Estados Unidos –que ayudaron a Franco desde el primer momento vendiéndole todo tipo de pertrechos y poniendo en marcha el calamitoso Comité de No-Intervención- porque preferían tener a un dictador sanguinario pero obediente al frente de los destinos de España, que a un gobierno democrático que defendiese la soberanía nacional.

Existen miles de metros de celuloide grabados por los nazis sobre la destrucción de España, sobre el genocidio, el holocausto y la diáspora española. Los nazis grababan todo lo que hacían en España para poder aplicarlo después con mayor eficacia; existen miles de fotografías sobre la destrucción de España en los archivos españoles pese al empeño que puso Franco en destruir todo vestigio del terror… Todavía espero ver una película como El Pianista, de Polansky, sobre nuestro drama; todavía aguardo oír a los grandes políticos, escritores, historiadores e intelectuales europeos y americanos hablar sobre el genocidio franquista; todavía espero que llegue el día en que no sea preciso escribir un artículo tan triste y desolado como el presente.

Hace setenta y dos años, en días de frío furioso, el ejército de la democracia española, el pueblo que se defendía en soledad contra el ataque del nazi-fascismo mundial, atravesaba la frontera de los Pirineos, agotadas sus fuerzas, sin resuello, sin moral, con hambre, con rabia, con impotencia. Después de luchar heroicamente para defender su libertad y la del mundo libre, fueron encerrados como criminales en campos de concentración que semejaban pocilgas. Muchos murieron en ellos, otros contribuyeron a liberar París, otros fueron llevados a los campos de exterminio nazis, otros devueltos a los patíbulos españoles, otros escaparon a México. Setenta y cinco años han pasado desde el comienzo del incendio; setenta y dos años del fin de una guerra que nunca debió ser y del inicio de una dictadura que no habría existido si las grandes democracias así lo hubieran querido tras el triunfo aliado: Setenta años de silencio, de ocultación, de hipocresía, ignominia internacional. Sólo México, una pequeña potencia convertida en gigante de la dignidad humana, del derecho de gentes, se atrevió a defender la causa de la democracia republicana española en todos los foros, contra todas las democracias que escondían la cabeza debajo del ala o veían con buenos ojos una dictadura en España. Son, las razones de un silencio ruin, de uno de los mayores escarnios históricos de nuestro tiempo al que sirve como colofón la victoria de los neofranquistas en las pasadas elecciones y la decisión de la comisión que otorga a la Iglesia católica la última decisión sobre el destino de los restos del genocida. Vergüenza es una palabra muy leve, no tenemos derecho al olvido. Pasen y vean.

nuevatribuna.es

http://www.nuevatribuna.es/articulo/espana/2011-11-30/franco-y-cuelgamuros-no-tenemos-derecho-al-olvido/2011113017121200850.html


‘Spain is different’…

diciembre 11, 2011

El “centro” español no se centra. Ante cualquier atisbo de normalización salta en bloque en defensa de unos valores que, a fuerza de defenderlos, van a acabar siendo eternos, tal y como los definía José Antonio Primo de Rivera. Ahora toca “el Valle de los Caídos”. Se estrena Rajoy en Europa y en compañía de Zapatero defenderá los intereses de Merkel y Sarkozy, entendiendo la sumisión como estrategia para ganar el afecto de esta parejita que, superadas sus diferencias atávicas, han decidido ejercer de jefes y poner orden en la tropa del Sur tradicionalmente dicharachera y descaradamente corrupta. Y ahora que salimos a Europa con la muchachada que promete “el cambio”, cabría preguntarles cómo verían que el monumento más gordo de Alemania estuviera dedicado a Hitler y le sirviera de mausoleo. Estaría bien que se echaran las manos a la cabeza, como hacemos quienes no sentimos simpatía alguna por el fascismo español, sus artífices y sus símbolos. Por eso nos sorprende que sean los allegados del dictador los que tengan la última palabra en el destino del siniestro monumento, cuando se están negando derechos fundamentales a las familias de muchos asesinados durante la guerra y posterior dictadura de Franco, cuyos cuerpos siguen en las cunetas, a mayor vergüenza y distinción de nuestros vecinos del norte. Y, además, tenemos cinco millones de parados que no deben servir de excusa ni pantalla para abordar estos temas. No los utilicen, como hacen habitualmente, sin el menor respeto, con las víctimas del terrorismo.

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Asuntos y cuestiones

El Gran Wyoming

http://blogs.publico.es/asuntosycuestiones/

 

Franco se saldrá con la suya…

diciembre 4, 2011

Juan Carlos Escudier

No contento con el engendro de un ley de la Memoria Histórica que salda los crímenes de la dictadura con diplomas a los represaliados y permite al Estado desentenderse de su obligación de localizar a los desaparecidos bajo las cunetas, el Gobierno decidió culminar su hazaña constituyendo una comisión de expertos para dictaminar qué se debe hacer con el Valle de los Caídos, una manera a lo Romanones de quitarse el muerto de encima. El estrambote ha sido la entrega del dictamen a un Ejecutivo en funciones, una nueva burla de quien no ha tenido arrestos para asumir sus responsabilidades.

Si esta extemporánea presentación del informe no era prueba suficiente del deseo del Gobierno socialista de hacer la estatua, su recomendación de elevar un memorial en piedra abunda en esa idea. Nada hay en él que se desconociera de antemano, empezando por la supuesta imposibilidad de identificar los restos de los republicanos enviados a Cuelgamuros, otra añagaza más porque una cosa es que dicha identificación sea muy costosa y otra que sea imposible. Si realmente se hubiera trabajado con la premisa de intentar devolver los restos a las descendientes de los allí inhumados, ¿por qué no hacerlo con los de José Antonio, sobre los que no cabe duda alguna?

Más inquietante aún es que la comisión dé por buena la propaganda franquista y proponga que el Valle de los Caídos se perpetúe como un monumento a la reconciliación, cuando en realidad debiera serlo a los horrores de la dictadura. Franco quiso hacerse enterrarse sólo junto a los suyos, y la razón del traslado de miles de asesinados por su régimen fue la oposición de los familiares del bando nacional y de muchos Ayuntamientos a vaciar sus cementerios y dejar enterrados allí sólo a los rojos.

Tan ofensivo como que Franco siga en el Valle y su momia no haya sido ya devuelta a su familia, es que la comisión establezca como requisito para el traslado la autorización de la misma Iglesia que antes le paseaba bajo palio. Se cuenta con que el PP no moverá un hueso; sólo falta saber cuánto han cobrado los señores comisionados por su sesudo memorando.

Público.es

http://blogs.publico.es/escudier/1145/franco-se-saldra-con-la-suya/


Asociación de Memoria Histórica critica al Gobierno…

diciembre 4, 2011

[youtube=http://youtu.be/Tz6NYR32OMg]

Vídeo: Asociación para Recuperación de Memoria Histórica Europa Press

 Deja «enterrado» el informe del Valle de los Caídos

MADRID, 30 Nov. (EUROPA PRESS) –

   La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) ha criticado las palabras del ministro de la Presidencia en funciones, Ramón Jáuregui, en las que reclamaba al líder del PP, Mariano Rajoy, que «no entierre en el cajón» el informe de la comisión sobre el futuro del Valle de los Caídos ya que precisamente ha sido su Gobierno quien ha dejado el asunto enterrado en un cajón.

   En una entrevista a RNE recogida por Europa Press, el presidente de la asociación, Emilio Silva, ha valorado que este informe sobre el futuro del Valle de los Caídos «se podría haber hecho hace tiempo». «El informe llega cuando este Gobierno habla de que otro Gobierno no lo entierre en un cajón y éste lo está dejando enterrado en un cajón», ha recalcado.

   Por ello, Silva ha señalado que estas conclusiones se podrían haber desarrollado hace cuatro años cuando se aprobó la Ley de la Memoria Histórica o hace siete de la creación de la Comisión para el estudio de las víctimas. «Ésto se podía haber hecho antes», ha reiterado.

«DEBERÍA OCURRIR CON NORMALIDAD»

   Silva ha reclamado que se paguen las deudas con las familias de las 130.000 personas que están todavía en fosas comunes y murieron asesinadas por la represión. «Es una cosa que debería ocurrir con total normalidad, lo gestione la izquierda o la derecha», ha manifestado.

   Al hilo de esto, ha valorado que nuestra democracia «todavía no ha sido capaz de poner orden en nuestro pasado. «Por ejemplo es el caso de Garzón, un ejemplo de la incapacidad que tiene todavía la sociedad española para ordenar el pasado reciente», ha puntualizado.

   En este sentido, el presidente de la asociación ha criticado que la persona más cercana al PP en la comisión, Miguel Herrero de Miñón, haya pedido que no se realice el traslado de los restos de Franco con argumentos «un tanto vetustos». «Los españoles estamos divididos por un montón de cosas, es un falso argumento cuando alguien no quiere defender esa situación», ha insistido.

   «Si se lo tenemos que solicitar al Gobierno como le solicitamos al Gobierno de José María Aznar que abriera las fosas comunes o se lo hemos solicitado a Zapatero se lo solicitaremos al siguiente», ha subrayado.

   Por otra parte, ha reconocido no entender que la Iglesia tenga que dar su visto bueno, debido a que los restos están ubicados en el interior de la Basílica. Silva ha recordado que se trata de un monumento propiedad del Estado que depende de Patrimonio Nacional y se sostiene con dinero público. «No entiendo que un Estado soberano sobre un edificio que pertenece al Patrimonio Nacional no pueda tomar esa decisión», ha concluido.

Europa press vía Google Noticias


El parque temático del franquismo…

diciembre 4, 2011

Amadeu Fabregat

 Siempre me pareció que había una contradicción entre la obsesión de Zapatero por desenterrar la memoria histórica y, al mismo tiempo, borrar parte de sus huellas. Borrado selectivo, en todo caso, como si el nuevo reetiquetado pudiera modificar piadosamente, con efecto retroactivo, los terribles acontecimientos del pasado. El voluntarismo aplicado a la historia. El zapaterismo ha sido muy amante de las grandes declaraciones, mientras la realidad se le escurría por los desagües del país. Sus cachorros quisieron reinventar la Transición, que ellos no pudieron protagonizar porque aún andaban de exámenes. También fue un régimen con poco sentido del humor, y menos aun de la ironía, valor a la baja gracias además al nuevo esquematismo que imparte Internet. Todos y todas acabaron por copiar las poses trascendentes del presidente, esa grave entonación que enfatizaba las palabras aunque perdiera de vista los hechos. Si uno le ponía un adjetivo ambiguo a una señora era condenado por machismo, y si profería una leve ocurrencia sobre la adopción homosexual ni te cuento. Durante la Transición, y bajo el primer felipismo, ya se hizo una limpia de emblemas del franquismo en calles y plazas, que tenia su sentido en aquellos momentos épicos de efervescencia democrática. Lo de quitar las estatuas ecuestres de Franco fue también un acto de justicia estética. Eran horrorosas, y las recuerdo como una panza montada encima de otra, la del caballo y la del achaparrado jinete. Es un enigma histórico que el dictador y su señora no mandaran fusilar al artista. Todavía hay muchas calles rotuladas con nombres representativos del franquismo, no tanto por voluntad de esos ayuntamientos como por la incultura de sus mandatarios, capaces de confundir al general Mola con un espía de Stalin. Zapatero se erigió en intérprete de la memoria histórica y llevó su fijación hasta los límites de la desmemoria, sin entender que era misión imposible de ejecutar porque los hechos sucedieron y el país está llenó de vestigios que aún los evocan y los convocan, y hay que dejar que cada cual se entienda o se desentienda con sus recuerdos. Ahora parece que casi nadie fue franquista en España, pero los partidarios del general acabaron siendo probablemente más numerosos que sus víctimas. La democracia la instauró el sucesor designado por el dictador, sin romper jurídicamente con el totalitarismo anterior. El arco parlamentario aceptó al denostado príncipe de España, hazmerreír de la izquierda clandestina y carne de cruelísimos chistes durante años. Todo muy poco ejemplar, si se observa con gafas severas. Pero así se escribe la historia, con renuncias y claudicaciones que con el paso del tiempo tendemos a olvidar porque recordarlo todo nos haría la vida insoportable. No quiero ni pensar lo que hubiera sido de nosotros con Rodríguez Zapatero liderando al PSOE de la Transición. El presidente en funciones ha pretendido despedirse con una gran traca, con el asunto de la tumba del general. Visité el Valle de los Caídos siendo un niño, en una memorable y supongo que franquista excursión escolar. Hace unos años volví para acompañar a unos periodistas bonaerenses que tenían curiosidad por el monumento. Imagino que a los argentinos les habría encantado enterrar a Evita en un mausoleo tan excesivo y costoso como éste. No me resultó nada grato. Fue como meterme en el túnel del tiempo del franquismo. Me sobrecogió penetrar en el recinto, y hasta miré con temor a los guardias civiles de la entrada. No había casi nadie en la basílica, y una señora escupió disimuladamente sobre la tumba del Caudillo. El desahogo me pareció poco higiénico pero pensé que sus razones tendría la dama. En lugar de borrar la historia que no nos gusta, un infantilismo muy aclamado por la izquierda trivial, resultaría más útil hacer imposible su olvido. Los llamados expertos han hablado de convertir aquello en un centro de meditación. Acaso pretendan traspasárselo al Dalai Lama. Mejor seria dejar el engendro arquitectónico como lo que es, una obra maestra del mal gusto, el parque temático del franquismo. Si el zapaterismo hubiera ejecutado todas sus mentecatas ideas sobre la memoria histórica, al final habríamos concluido que Franco nunca existió. La tumba del gallego es el vergonzoso recordatorio de que su régimen sólo acabó porque la naturaleza así lo quiso, que la mayor parte del país terminó por adaptarse a las circunstancias, gracias al bálsamo del progreso económico que hizo olvidar tantas otras cosas, y que únicamente una minoría arriesgó su vida para devolvernos la libertad. En el siglo XXI resulta estupendo ser antifranquista de diseño, ahora que ya no está el general para meternos en la cárcel, y queda superguay en Twitter. Aunque a mí, como a la mayoría de los españoles, me importe una berza el futuro del excelentísimo cadáver, tratamiento que no sé si continúa ostentando el anterior Jefe del Estado. El panteón real de El Escorial también está lleno de Habsburgos dementes y de Borbones canallas.

levante emv.com vía Google noticias

 


«Vamos a seguir hasta que desaparezca»

noviembre 20, 2011

Entrevista a Arturo Peinado

PÚBLICO.ES MADRID 20/11/2011

Arturo Peinado.

Arturo Peinado.

1- ¿Por qué ha acudido a la concentración?

Uno de mis abuelos fue fusilado por los franquistas y otro pasó ocho años en la cárcel. En mi familia nos consideramos herederos de víctimas del franquismo.

2 – ¿Cuáles son los objetivos que persiguen?

Tratamos de hacer una denuncia pública de que el Valle de los Caídos se ha convertido en una especie de parque temático del fascismo internacional. Todos los años viene de visita gente de extrema derecha de diferentes países del mundo. Este verano, la tumba de Rudolf Hess fue volada tras la denuncia de la iglesia que cuidaba el cementerio de que se estaba convirtiendo en un lugar de memoria del nacionalsocialismo.

3 – ¿Está España preparada para convertir el Valle en un centro democrático?

Desgraciadamente, 35 años después de la muerte del dictador, parece que no. Al menos, los políticos que han dirigido el país desde la Transición no han tenido el valor de hacer lo que había que hacer y convertir esto en un lugar de memoria democrática y no fascista.

4 – ¿Cree que será más fácil con el nuevo Gobierno?

Va a ser más o menos igual. La lucha continúa en la misma situación. Han dejado una patata caliente al nuevo Gobierno, pero sin ningún tipo de solución. Además, ya advirtió el Ejecutivo de Zapatero que iba a negociar el futuro del Valle con el Vaticano. Con el cambio, si va algún lado, es a peor. Vamos a seguir los años que hagan falta hasta que eso desaparezca.

http://www.publico.es/xalok/407902/seguir/desaparezca


Las víctimas del franquismo protestan en el Valle de los Caídos…

noviembre 20, 2011

Las asociaciones reclaman que el lugar deje de ser un «parque temático» del «fascismo internacional».

CAROLINA MARTÍN Madrid 19/11/2011

Doscientas personas piden un 'memorial anti-franquista' - ÁNGEL NAVARRETE

Doscientas personas piden un «memorial anti-franquista» – ÁNGEL NAVARRETE

Al grito de «¡Viva la República!» y bajo una intensa lluvia, más de un centenar de representantes de asociaciones de víctimas del franquismo se concentraron ayer frente al Valle de los Caídos un día antes del 36º aniversario de la muerte Francisco Franco. Este lugar «se ha convertido en un centro de atracción del fascismo internacional» están enterrados el dictador y el fundador de Falange, José Antonio Primo de Rivera, denunció el presidente del Foro Estatal de la Memoria, José María Pedreño, que espera verlo convertido pronto en un «memorial democrático».

Coincidiendo con la jornada de reflexión electoral y con un cambio de Gobierno en ciernes, las asociaciones por la memoria congregadas plantearon sus exigencias al nuevo Ejecutivo que salga de las urnas el 20-N para alcanzar una «solución justa» al mausoleo de granito.

Los familiares piden la «desacralización de la basílica» y que se desmantele la cruz

Así, durante la lectura del manifiesto, demandaron a los próximos mandatarios la «desacralización de la basílica, el traslado de la orden religiosa que custodia el Valle y el desmantelamiento de la gran cruz». La niebla que cubría la sierra madrileña impedía verla. También, la distancia con la concentración, situada en la misma carretera y a varios metros de la puerta que da acceso al Valle de Cuelgamuros.

Para los familiares de las víctimas que se dieron cita allí, «el monumento es un símbolo de la bochornosa complicidad de la Iglesia con la dictadura franquista y su pervivencia no hace sino perpetuar el recuerdo de esa herencia». Por otro lado, también reclamaron al próximo Gobierno que realicen la exhumación del dictador y del fundador de Falange, José Antonio Primo de Rivera, para que sean entregados a sus familias «inmediatamente».

Que el PP haga como Merkel

El Foro por la Memoria exige al PP que siga el ejemplo de Angela Merkel

Ante la previsible victoria del PP en las elecciones generales, Pedreño sostuvo que celebraría que los conservadores les dieran «la sorpresa de comportarse como sus socios europeos». En concreto, como la cancillería de Angela Merkel,que autorizó la demolición de la tumba del lugarteniente de Adolf Hitler, Rudolf Hess, y la incineración de sus restos.

Posteriormente, estos fueron arrojados al Báltico para «impedir que el enterramiento se convirtiera en un lugar de memoria y peregrinación neonazi», destacaron en el manifiesto. En este sentido, recordaron que el Valle de los Caídos es el único de los monumentos construidos como símbolo por los regímenes fascistas que sobrevive .

«Nosotros somos más humanitarios», matizó Pedreño al recordar que su petición implica entregar los restos a la familia. No obstante, el presidente de los foros duda de los cambios que traerá un Gobierno del PP. «Ya sabemos de qué pie cojea. Cuando se condenó el régimen franquista en el Parlamento Europeo, lo condenaron todas las fuerzas, salvo la ultraderecha polaca y el PP», recuerda Pedreño, que también apunta a las actuaciones contrarias de algunos ayuntamientos tras el 22-M, al «quitar calles a poetas para ponérselas a Primo de Rivera».

«El monumento es un símbolo de la complicidad de la Iglesia», afirman

Los familiares de las víctimas también reclamaron que se investigue «el número y el origen de los miles de personas allí sepultados» y que la Comunidad de Madrid retire el Valle de los Caídos como una de las paradas turísticas de «la ruta imperial» por la capital. Las organizaciones cuyos miembros llegaron de Málaga, Salamanca, Madrid, Segovia y Granada, entre otras ciudades exigieron «coherencia democrática y valor para poner fin de una vez a este gigantesco homenaje a la dictadura».

La jornada estaba deslucida por el mal tiempo, pero los asistentes no cejaron de ponerle buena cara coreando consignas contra el mausoleo como «Madrid será la tumba del fascismo», «Arriba, arriba, con la goma-2, que en el Valle se prepara, pim pam pum, la demolición» o «Benedictinos, guardianes y asesinos». Pero también se oyeron proclamas contra la monarquía. Además del rey, este año ha sido objeto de críticas su yerno.

Tareas pendientes

Durante la hora concedida por la delegación del Gobierno para concentrarse a las puertas del Valle, también se reivindicó el valor de la memoria. «El derecho a recordar no figura entre los derechos humanos consagrados por la ONU como dice Eduardo Galeano, pero hoy es más que nunca necesario reivindicarlo y ponerlo en práctica para evitar que se repita el pasado», subrayaron. Ese en el que la dictadura cometió muchos crímenes y cuyas víctimas no han recibido homenaje.

Un año más, Purificación Gallardo hizo su pequeño homenaje a su abuelo fusilado en 1940, cuyos restos no han recuperado de una fosa común, subiendo hasta el Valle de Cuelgamuros. Su deseo es conciso: «Verdad, justicia y reparación». Tres conceptos que no se han logrado en estos años. Gallardo se mostró «dolida» con el PSOE porque «tendría que haber hecho mucho más por la memoria histórica». En esta línea, Pedreño insiste en que el Gobierno de Zapatero «pasó de puntillas» por el problema, que «no es el fascismo, sino el franquismo sociológico que queda en el país».

http://www.publico.es/espana/407855/las-victimas-del-franquismo-protestan-en-el-valle-de-los-caidos


Pacto de silencio sobre el futuro del Valle de los Caídos…

octubre 2, 2011
Enrique Villalba. Madrid Diario, 30-09-2011 – 1 Octubre 2011

Este mes de octubre, la comisión del Valle de los Caídos debe emitir un veredicto sobre la naturaleza de la basílica mausoleo

Este mes de octubre, la comisión del Valle de los Caídos debe emitir un veredicto sobre la naturaleza de la basílica mausoleo. Es muy posible que la decisión influya en la campaña electoral, ya marcada por el día de su celebración, el 20 de noviembre. La trascendencia de la decisión ha motivado un pacto de silencio. Ni el Ministerio de Presidencia, que preside la mesa de debate, ni los comisionados, quieren hablar del asunto, tal y como pudo comprobar Madridiario.

La comisión, constituida el 29 de mayo de 2011, con el apoyo de todos los partidos políticos, pretende despolitizar el Valle de los Caídos y convertirlo en un lugar para la memoria y la reconciliación, sin pretensión de confrontación. Un día después, la Conferencia Episcopal se desvinculaba de la comisión, al preferir no tener representación directa en la misma.

Responde a la exigencia del artículo 16 de la Ley de Memoria Histórica de regir el lugar como un espacio exclusivamente de culto y como un cementerio público. Además, prohíbe realizar en todo el recinto actos de exaltación de la Guerra Civil, sus protagonistas o del Franquismo.

Esta declaración de intenciones no ha eximido a la comisión de polémica. Los principales puntos de fricción han sido: la propia denominación de espacio de reconciliación, la exhumación e identificación de los allí enterrados, la gestión del complejo por parte de monjes benedictinos y, sobre todo, el traslado de la tumba de Franco.

El cadáver del general quema en las manos de la comisión, por la potencia electoral que tendría su manipulación. El Gobierno planteó la posibilidad de su traslado al cementerio de El Pardo, al considerar que sería incompatible con el nuevo espíritu de la basílica, de uso exclusivamente sacro. Los más críticos, incluidos los descendientes del dictador, con esta posición incidieron en el uso como cementerio del lugar al ser una basílica, a lo que el ministro de Presidencia, Ramón Jáuregui, apostilló que el lugar es un cementerio para las víctimas del conflicto y el caudillo no lo fue. No ocurre lo mismo con José Antonio Primo de Rivera, fundador de la Falange Española y enterrado también en lugar destacado en el templo.

Otro punto complicado en el debate es la exhumación de los cadáveres enterrados en la basílica, tal y como exigen los familiares. Según datos de Patrimonio Nacional, en el lugar están enterrados 33.833 personas. Según esta misma fuente, 21.423 cuerpos ya estarían identificados. El problema es el de los cadáveres desconocidos (12.410). Los cadáveres de soldados republicanos y nacionales fueron trasladados de 1959 a 1983 desde cementerios y fosas comunes de varios lugares de España. Si bien es cierto que el gobierno franquista invitó públicamente a las familias de los fallecidos en los dos bandos de la Guerra a enterrarse en las capillas de la basílica, el historiador Joan Pinyol demostró que hubo traslados ilegales de cadáveres. Los cuerpos están mezclados y, tal y como explicó Alfredo Pérez Rubalcaba cuando era ministro de Interior, es casi imposible identificar los cadáveres. Lo que no se ha planteado es la declaración de las condiciones en las que trabajaron los presos republicanos. Según unas fuentes, lo hicieron en régimen de redención de penas y cobrando un salario similar al de los trabajadores libres. Para otra parte de la historiografía, trabajaron en condiciones de semiesclavitud. Las cifras de presos muertos en las obras oscila entre los 14 y los 27.000.

La denominación del Valle de los Caídos como espacio de reconciliación tiene un cariz más político que religioso. El origen del problema está en que Franco estableció en el decreto fundacional del ámbito, aprobado el 1 de abril de 1940, en el que se establecía que el lugar era un espacio de conmemoración de los caídos de la Cruzada. Al concluir la obra, entre 1957 y 1958, el decreto fundacional se modificó para que la basílica sirviese de mausoleo de la reconciliación, desde la religión. En 1960, el papa Juan XXIII secundó este documento. Sin embargo, a nivel político, el Gobierno democrático no consideró válida dicha declaración. Por eso, ahora se discute.

La situación de los monjes benedictinos de Silos que gestionan la basílica se trató en la visita del papa Benedicto XVI el pasado mes de agosto. Rouco evitó que Ratzinger visitase el lugar durante su paso por El Escorial, en plena Jornada Mundial de la Juventud.

El Gobierno trató de que el pontífice, a través de del secretario de Estado del Vaticano, Tasicio Bertone, mediase con la Conferencia Episcopal en el asunto del Valle de los Caídos. Según Jáuregui, hubo gran receptividad por parte del clero. El ministro garantizó que la basílica continuaría siendo espacio de culto y que la presencia de los monjes benedictinos en la abadía está garantizada. Lo que no trascendió es si los monjes seguirán siendo los gestores del templo y las dependencias anexas o estarán bajo la tutela de una fundación. También está asegurada la presencia de los símbolos religiosos. Especialmente, se conservarán la Gran Cruz, la más alta del mundo con 108 metros de longitud, y la Piedad, de Juan de Ávalos, que fue restaurada con polémica por Patrimonio Nacional. Es de suponer, en ejercicio de la Ley de Memoria Histórica, que los escudos y otra iconografía franquista sí sean retirados.

Otro elemento no comentado es si se recuperará para el uso el centro de estudios sociales del complejo, cerrado en 1982. En este organismo se dio formación acerca de doctrina social de la Iglesia y de otros estudios de búsqueda de la justicia social.

El Valle de los Caídos fue construido entre 1940 y 1958. Fue diseñado por Pedro Muguruza y Diego Méndez. Las esculturas fueron realizadas por Juan de Ávalos y el mosaico monumental por Santiago Padrós.

http://www.madridiario.es/2011/Septiembre/madrid/208033/valle-caidos-pacto-silencio-comision-transformacion-obispos-iglesia.html#.ToXOoVT7Gn0.twitter


El Papa, Cuelgamuros y la lógica soberana del fascismo español

agosto 31, 2011

Dibujo de J. Kalvellido

 

Por

Dos imágenes. Cajamarca, 1532, Pizarro se encuentra con Atahualpa y le hace un requerimiento para que se someta a la autoridad del emperador Carlos I y del Papá Clemente VI. Para ello le entrega una Biblia y ordena a “Felipillo” su traductor que le explique que allí está la palabra de Dios. Atahualpa, hijo de una milenaria cultura oral, se lleva la Biblia al oído y la tira al suelo porque no escucha nada. El gesto desata la furia de los españoles que realizan una matanza que se salda con el asesinato de 5.000 indígenas . Mediados de los ochenta, en plena democracia, un Instituto de Enseñanza Media, como muchos otros en aquella época, organiza una excursión para visitar, El Escorial, El Valle de los Caídos y el Palacio de la Granja, es decir, los dos palacios imperiales y el mausoleo fascista de un dictador que se creía heredero y continuador de esos dos imperios.  Durante el recorrido, entre bocadillos de tortilla de patata y hormonas desenfrenadas, no se hace ninguna reflexión crítica sobre la historia de estos lugares y nadie resulta sorprendido de que se nos anime a admirar la belleza y grandiosidad de los monumentos. Eso es España: un lugar donde el pasado violento se niega, se ignora, se trivializa o, pero aún, se celebra sin ningunos escrúpulos.

Los latinoamericanos que han venido he España a aplaudir al Papá harían bien recordando la complicidad de la Iglesia con La Conquista, la Cruz y la espada, harían bien recordando que, aunque haya teología de la Liberación e Iglesia de los pobres, ésta es precisamente la Iglesia que rechaza la curia romana, deberían recordar la imagen de un furibundo Juan Pablo II levantado por la solapa al sacerdote y ministro sandinista, Ernesto Cardenal, culpable tan sólo de haber luchado contra la miseria y la injusticia social. Esta historia, la de Iglesia que justificó la conquista y el genocidio de los pueblos originarios de América, la de la Iglesia de los latifundistas y los nobles, la de la Iglesia que facilitó que Franco desfilara bajo palio, es la que converge y cristaliza en el fastuoso monumento de la Santa Cruz del Valle de los Caídos.

Cuelgamuros, como llaman los presos al Valle de los Caídos, fue un campo de trabajos forzados y  es hoy un monumento fascista, probablemente el último que pueda visitarse en Europa sin otra mediación que una guía compuesta por Patrimonio Nacional que, al menos hasta hace poco, seguía exaltando las virtudes del régimen. La propia presencia de la cruz y la estrecha alianza de Franco con la jerarquía eclesiástica ha confundido a más de un politólogo, seguidor de las teorías revisionistas de Juan Linz, que consideran que la dictadura franquista fue un régimen autoritario, pero no fascista, pues el fascismo es incompatible con el catolicismo. No llamar a las cosas por su nombre es propio de quiénes se creen no sólo dueños del dinero, sino también de los adjetivos, pero lo cierto es que el fascismo español combinó perfectamente la existencia de “células cancerígenas” en la sociedad española –la anti-España, esa amalgama de comunistas, masones, feministas, homosexuales, judíos y en general cualquiera que pensara en una sociedad más justa – con la idea de la Guerra Civil como santa cruzada contra los enemigos de la Iglesia. Como muestra valga una de las muchas citas que pueden entresacarse de los escritos de Franco: “Nuestra cruzada  –escribe el dictador–no se libró contra nuestros hermanos españoles, sino contra todo el sistema que los aprisionaba. Así podemos decir que constituyó una verdadera guerra de Liberación, la indispensable operación quirúrgica que la gran invasión del mal nos exigía, llevada a cabo con el mismo dolor con que se amputa un miembro a un ser querido”.

Esta lógica responde a un concepto de soberanía específicamente fascista. Carl Schmitt, teórico de la Alemania Nazi y a la sazón uno de los maestros de Manuel Fraga, define el poder del soberano como aquél que es capaz de decidir entre la vida y la muerte de sus súbditos. El soberano está por necesidad a la vez dentro y fuera de la ley, puede suspender en cualquier momento el orden jurídico y sobre todo es capaz de dar muerte sin cometer un homicidio. La multiplicación de las metáforas biopolíticas (i.e. el cáncer marxista) y la retórica religiosa (la cruzada) son la expresión de ese poder soberano del dictador que autorizó en distintos grados, la supresión de los derechos civiles, la tortura y la muerte de todas y todos aquellos que consideraba infrahumanos.

El Valle de los Caídos es la expresión arquitectónica de ese poder soberano del que la Iglesia es cómplice y participe. El decreto mismo de fundación habla de un “lugar perenne de peregrinación en que lo grandioso de la naturaleza ponga un digno marco al campo en que reposen los héroes y mártires de la Cruzada”, pero además, cuando las cárceles franquistas empezaron a rebosar y el régimen se dio cuenta de que necesitaba mano de obra esclava para reconstruir el país, fue un jesuita, el padre Pérez del Pulgar, el que diseñó un “sistema de redención de penas” para justificar la existencia de campos de trabajo forzado, una expresión más del poder soberano del dictador. Pérez del Pulgar escribía en 1939, “es muy justo que los presos contribuyan con su trabajo a la reparación de los daños a que contribuyeron con su cooperación a la rebelión marxista” y así estableció un sistema por el cual determinados días de trabajo podían contribuir a la reducción de la condena. La idea transpiraba una tufillo de depuración espiritual, perdón y redención, pero en realidad se trataba de seguir imponiendo sobre los vencidos, la lógica soberana y deshumanizadora de los vencedores.

De ello habla muy elocuentemente el libro fundacional de Daniel Sueiro –La verdadera historia del Valle de los Caídos— en el hay un testimonio de un preso del Penal de Ocaña que cuenta que el mismo Juan Banús acudió al penal para proveerse de reclusos: “Me miró los dientes y me palpó los brazos; y me preguntó los años, claro, yo entonces tenía veinticinco, estaba en la flor de la vida, pero como no percibía alimentos de fuera de la prisión, pues estaba como un paraguas viejo, arrugado”. La cuestión, entonces, no sólo es sólo cuántos presos murieron en Cuelgamuros o si se vivía mejor allí que en la Prisión de Burgos, lo importante es que los presos eran pura vida desnuda, es decir, menos que humanos, no muy diferentes a un caballo. Esa lógica era la lógica soberana del fascismo español en su doble arista católica (la cruzada), y biopolítica (la enfermedad en el cuerpo social).

Con estos antecedentes sólo cabe calificar la consulta de José Luis Rodríguez Zapatero al Papá sobre el Valle de los caídos como una farsa total (Marx dixit: “la historia siempre se repite dos veces, primero como tragedia y después como farsa”). El Papá no tiene legitimidad ni derecho para decidir sobre el futuro de El Valle de los Caídos. Se trata de una cuestión de Estado en la que la Iglesia lo mejor que podría hacer es reconocer su complicidad en está historia de represión y terror para ganar al menos cierta legitimidad frente a la ciudadanía, no sería un mal principio para ganarse el respeto también de los laicos. Si alguien tiene que ser consultado sobre el futuro de El Valle de los Caídos son justamente los presos que con su sangre, su sudor y su libertad levantaron semejante testimonio de barbarie. Algunos, como Nicolás Sánchez Albornoz, ya han expresado en numerosas ocasiones que lo primero que tiene que pasar es que los cadáveres de Franco y José Antonio sean exhumados y devueltos a sus familias para que los entierren tan cristianamente como deseen. Mientras Franco y José Antonio sigan enterrados en Cuelgamuros (curioso para un dictador sólo autoritario ser enterrado al lado del fundador de la Falange), se seguirá cumpliendo la “ley del padre” y seguirá en funcionamiento el concepto de soberanía descrito anteriormente. De la pervivencia de esta forma de soberanía habla elocuentemente el doble rasero de la policía con los manifestantes laicos. La lógica soberana del estado de excepción antes de arrogarse el privilegio de matar impunemente, despoja a los sujetos de sus derechos; que haya quiénes puedan manifestar fervorosamente su fe y quienes sean apaleados por expresar su laicismo no es ajeno a esta lógica ni al testamento de Franco.

Por último, el Gobierno que preside José Luis Rodríguez Zapatero habla frecuentemente de transformar el Valle de los Caídos en un lugar para la reconciliación y el perdón. Hacer esto equivaldría a no cambiar absolutamente nada, puesto que en 1959, derrotadas las potencias del Eje y en otro contexto político, fue Franco mismo el que resignificó el monumento y lo transformó en lugar para la reconciliación y el olvido. El filósofo francés Jacques Derrida nos ha recordado en un texto deslumbrante sobre la memoria del Apartheid en  Sudáfrica que el perdón no puede ser un instrumento de gobernanza ni un cálculo político y que la experiencia de la justicia no debe quedar contaminada por los temas judeocristianos del perdón y la reconciliación. Dicho de otro modo: que se haga justicia o no es del todo independiente de que haya reconciliación y perdón.

Me consta que en la comisión interministerial para el futuro del Valle de los caídos hay gente valiosa como Francisco Ferrándiz, les animo a que piensen que lo que se necesita hacer en Cuelgamuros es Justicia, no electoralismo. El señor Rodríguez Zapatero todavía podría, como en Estrella Distante, la novela del chileno Roberto Bolaño, dejar una fulgurante estela al caer que nos deslumbrara a todos con un último acto de Justicia. Sin esperanza, con convencimiento.

Luis Martín-Cabrera es Profesor de Literatura y Estudios Culturales en la Universidad de California, San Diego y Coordinador de The Spanish Civil War Memory Project para recoger testimonios de supervivientes de la Guerra Civil y la represión franquista

El Papa, Cuelgamuros y la lógica soberana del fascismo español

 


Pajares de Adaja, 28 08 2011: homenaje con mucha dignidad

agosto 29, 2011

Flores del 28 08 2011. Foto LMV

Varias asociaciones y amigos memorialistas arroparon a los familiares de las víctimas de Pajares de Adaja.

El acto homenaje articulado sobre declaraciones reclamando una respuesta de nuestros gobernantes sobre el destino de los desparecidos de esta localidad (que se encuentran en Cuelgamuros , ver enlace aquí abajo), música en directo y poemas, se llenó de emoción respeto y dignidad. No caben más palabras. El sitio lo ocupan estas imagenes, sus nombres y sus familiares.

Placa en el monolito con los nombres y apellidos. Foto LMV

Poema en la otra parte del monolito. Foto LMV

Familiares de las víctimas, finalizando acto. Foto LMV

Un solidario, fraternal y respetuoso recuerdo desde La Memoria Viva.

En Pajares de Adaja (Ávila), homenaje a diez asesinados por la barbarie fascista, un encuentro lleno de emoción.


20-N: la memoria histórica hasta el final…

julio 31, 2011

Desde su primera legislatura, Zapatero ha buscado reabrir el enfrentamiento entre las dos Españas

En la imagen el Valle de los Caídos. El PSOE quiere que todos los restos relacionados con Franco salgan de allí

En la imagen el Valle de los Caídos. El PSOE quiere que todos los restos relacionados con Franco salgan de allí – Foto: Luis Díaz

30 Julio 11 – – J. Aguado

MADRID-  «Un ansia infinita de paz, el amor al bien y el mejoramiento social de los humildes». Así terminaba Zapatero el último párrafo de uno de los discursos más importantes de su vida: el de su investidura como presidente en 2004, su día de gloria, después de una intervención llena de propuestas que hoy habría que releer para comparar. Eran sus intenciones vitales. Su credo. Palabras bienintencionadas que cualquier militante de un partido político podría compartir. O no, porque más que el significado era su contexto lo importante: eran parte del testamento que dejó su abuelo, el capitán Juan Rodríguez Lozano, fusilado por los nacionales en la Guerra Civil.

Ahí estaba otra vez: la Guerra Civil. Regresar a ese pasado ha sido una constante durante las dos legislaturas del gobierno de Zapatero. Como económicamente no era posible desmarcarse de la derecha, había que recurrir a una política social que sí abriese diferencias y, sobre todo, a unos símbolos que dejasen claro de qué lado se estaba: «En unos momentos en que la izquierda y la derecha no tienen margen de maniobra para identificarse, la Memoria Histórica ha sido una de las señas de identidad de su proyecto–asegura el profesor Carlos Barrera de la Universidad de Navarra–. Sin ser un tema político fuerte, sí que ha marcado su proyecto, junto a otros asuntos, claro». La vuelta a la contienda del 36 y la posguerra y la búsqueda de la identidad del gobierno socialista en el poder comenzó con la devolución a Cataluña de  los llamados papeles de Salamanca y terminará en un nada inocente, el 20 de noviembre, «una fecha simbólica que creen les facilita una campaña a base de su grotesca “memoria”», dice Stanley G. Payne.

Entre medias se han retirado estatuas de Franco, se han cambiado nombres de calles, se ha hecho un mapa de fosas, se han exhumado cadáveres y se ha discutido hasta la extenuación sobre el papel del Valle de los Caídos en una España moderna.

Zapatero ha conseguido  el enfrentamiento que quizá buscaba, la polaridad que hace reaccionar a la derecha y poner encima de la mesa asuntos como Paracuellos. Su problema ha sido que ha la izquierda ha quedado claramente insatisfecha con su labor. Muchas palabras, pero pocos hechos.

Para algunos se pasó con sus intenciones, para otros apenas han sido más que intenciones con las que «no ha hecho nada», aseguraba ayer a este periódico José María Pedreño, presidente del Foro de la Memoria. Para él, lo que ha conseguido del gobierno socialista ha sido poco más que limosna. «Para levantar una fosa común hemos movido 100 voluntarios, que no han cobrado nada. Hacerlo con profesionales era más caro. La diferencia con otros gobiernos es que yo, ahora, al menos, podía pagarme la gasolina con lo que recibíamos». Pedreño, que tiene muy claro de qué lado está, acusa a Zapatero de haber sido «equidistante» en un asunto en el que, según él, no hay lugar para la equidistancia.

Aunque ha tenido consecuencias prácticas («el único aspecto positivo que puedo identificar es que ha dado subvenciones para excavar unas fosas y poder sepultar a los restos de algunos de los muertos, un porcentaje muy pequeño del numero total», dice Payne), la política memorialística de Rodríguez Zapatero ha sido útil electoralmente. Y puede que también peligrosa: «Ha sido un instrumento para dividir y para tratar de decir quiénes son demócratas y quienes no», asegura el historiador Fernando García Cortázar. «La resurreción de la Guerra Civil es el legado tristísimo de Zapatero, que el PSOE de Felipe González había desterrado en 1986 con un texto de Juan Pablo Fusi y firmado por el Gobierno español en el que se decía que la Guerra Civil era parte de la historia y del mundo y no debía servir para enfrentar a los españoles. Algo que ha desbaratado Zapatero con su torpeza y sectarismo».

Carlos Barrera añade otra pega: «¿Vale la pena esta controversia, la confrontación? Estábamos asentados en rocas firmes, la Transición era nuestro mito fundacional y esto ha hecho que ahora sea vista con defectos». El credo del abuelo de Zapatero se torció en alguna parte de los años de legislatura. Nada fue blanco y negro, faltaban los matices, la historia, por ejemplo, de que el abuelo de Zapatero participó con Franco en la represión de 1934 en Asturias contra los socialistas.

Twitter y las «elecciones generalísimas»
Si las elecciones coparon los comentarios ayer en Twitter, no fue menos comentada la fecha elegida. «Elecciones generalísimas» fue una de las expresiones más usadas y no faltaron tampoco las ocurrencias como «¿Será que los políticos pretenden sernos francos?». En clave política también hubo comentarios para todos los gustos: «Me gusta que la fiesta de la democracia sea el 20-N» o «Las elecciones, el 20-N, ¿márketing o casualidad?». No faltó tampoco el mal pensado que dijo que «las elecciones son una cortina de humo de Rubalbacaba para que no se hable del final de Supervivientes.

Leyes para reabrir las heridas
Ley de memoria histórica
Aprobada por el Congreso de los Diputados el 31 de coctubre de 2007, fue uno de los proyectos en los que más ímpetu puso Zapatero. Para la derecha abría viejas heridas y para la izquierda se quedaba corta.
Mapa de fosas
El pasado mes de mayo el Gobierno publicó el primer mapa de fosas en el que se localizaban «restos de personas desaparecidas violentamente durante la Guerra civil o la represión política posterior» y abrió una página web de la Memoria Histórica.
Archivo de Salamanca
Durante el ministerio de Carmen Calvo el Gobierno decidió devolver parte del Archivo General de la Guerra Civil a Cataluña. Fueron más de 500 cajas de documentación.
El Valle de los Caídos
La situación jurídica de El Valle de los Caídos ha sido uno de los temas centrales de debate durante el gobierno de Zapatero. Lo que a nadie había importado, de repente, se convirtió en una agria discusión que encendió los ánimos.

¿Qué más pasó el 20-N?
1841
La fecha elegida coincide con el día en que nació Víctor d’Hondt, el jurista belga que elaboró el sistema de reparto de escaños empleado en el sistema electoral.
1945
Otra de los hechos importantes un 20-N fue el inicio del juicio de Nuremberg contra una veintena de dirigentes nazis
1969
Los ciudadanos americanos convocan en Washington una manifestación multitudinaria para lograr la paz en Vietnam.

La Razón vía Yahoo noticias