La orden de exhumar los cuerpos de siete represaliados constituye para los familiares «un hecho histórico»
La juez que reparó 73 años de olvido…
junio 14, 2009Sevilla pone una calle en recuerdo de un defensor del Madrid republicano…
junio 14, 2009El anarquistaMelchor Rodríguez detuvo la represión franquista en el Madrid republicano.
Una calle del sevillano barrio de Valdezorras ha sido rotulada hoy con el nombre del anarquista sevillano Melchor Rodríguez, quien desde su cargo de delegado especial de Prisiones en el Madrid sitiado de la Guerra Civil se consagró a salvar vidas, lo que le valió el mote de El Ángel Rojo.
La calle está situada en la Verea de San Cayetano, en Valdezorras, barrio directamente relacionado con los «trabajos forzados» de los presos políticos del franquismo que construyeron el Canal de los Presos. Al acto ha asistido el nieto de Melchor Rodríguez, Melchor Leal, quien expresó su agradecimiento por que los sevillanos no se hayan olvidado de su abuelo.
El rótulo de la calle estaba cubierto por una bandera roja y negra y por otra republicana, por la vinculación del homenajeado a las instituciones republicanas.
El responsable del sindicato CGT en Sevilla, Cecilio Gordillo, dijo que también se le ha solicitado el rótulo de otra calle con el nombre de Melchor al Ayuntamiento de Madrid, donde transcurrió su actividad profesional, y que la iniciativa de Sevilla no partió de CGT sino de la sugerencia anónima de un ciudadano.
El periodista Alfonso Domingo, que ha rastreado la vida de Melchor Rodríguez, que fue una especie de «Schindler» español, no ha podido asistir al acto por hallarse, precisamente, en la Feria del Libro de Madrid firmando ejemplares de su biografía El ángel rojo.La historia de Melchor Rodríguez, el anarquista que detuvo la represión en el Madrid republicano.
«A las barricadas»
Según su biógrafo, Melchor salvó, directa o indirectamente, al general Muñoz Grandes, quien recién terminada la Guerra tuvo la gallardía de testificar a su favor cuando se le pedía pena de muerte, al general Carrasco Verde, al futbolista Ricardo Zamora, a los falangistas Rafael Sánchez Mazas y Raimundo Fernández-Cuesta.
También a dos hermanos Luca de Tena, al locutor Bobby Deglané, al doctor Mariano Gómez Ulla, a Valentín Gallarza y al mismo Ramón Serrano Suñer, ministro y cuñado de Franco, entre otras muchas personas anónimas adscritas al bando nacional.
En el entierro de Melchor, en 1972, en pleno franquismo, se cantó «A las barricadas», Martín Artajo leyó un poema y rezó un Padrenuestro, el féretro se cubrió con una bandera rojinegra y anarquistas y franquistas se fundieron en un mismo adiós.
Fuente: Público.es /
http://www.publico.es/espana/232076/sevilla/dedica/calle/angel/rojo
La pista perdida del hombre de Hitler en España…
junio 14, 2009Thomsen, jefe del Partido Nazi en España, dejó dos álbumes al huir en 1945. Contienen cientos de fotos de la época con actos nazis en ciudades españolas. Reflejan la admiración falangista por los nazis.
Han estado en casa de un asturiano que lo conoció cuando estudiaba en Madrid.
Su mujer las encontró en el desván de su casa cuando se disponía a limpiar.
Thomsen despreciaba a los falangistas, pese a la admiración de éstos.
«Era un hombre muy serio. Su estatura sobrecogía, parecía una estatua de dos metros. Era el clásico alemán que impresionaba a todo el mundo». El hombre así descrito se llamaba Hans Thomsen y fue el jefe del Partido Nacionalsocialista (NSDAP) en España desde 1939 hasta la derrota alemana en la Segunda Guerra Mundial.
Un hombre serio y sobrecogedor que sólo sonreía cuando estaba con su mujer y sus hijos y que, al abandonar Madrid reclamado por los aliados, desapareció de la Historia dejando tras de sí dos álbumes de fotos de las actividades nazis en España. 450 imágenes inéditas ocultas durante más de 60 años. Hasta ahora.
La pista perdida que Thomsen dejó en Madrid estaba oculta en el desván de una casa de pueblo en el concejo asturiano de Ponga, cerca de Cangas de onís. Hace unos meses Rosa López, de 57 años, subió un día al desván para limpiar. Al abrir una de las polvorientas cajas de cartón apareció un gran libro marrón, encuadernado en cuero, con el escudo del Tercer Reich. La mujer no daba crédito a lo que veía. En la primera página, la rúbrica de Himmler, el comandante en jefe de las SS, el ejecutor del Holocausto. La fecha: 21 de octubre de 1940. La ciudad: Madrid.
El álbum de Thomsen
Bajo el gran libro de firmas, duras y angulosas firmas alemanas, se escondían los dos álbumes de fotos de tapas repujadas a mano y gruesas hojas de fibra vegetal tintada. Cientos de fotos: la calle de Alcalá flanqueada de inmensas esvásticas, Las Ventas a reventar de gente brazo en alto, cruces gamadas en el Monasterio del Escorial. Altos cargos franquistas y la cúpula del Estado Nazi en San Sebastián, Valencia, Barcelona, Toledo. Niños saludando marciales ante gigantescos retratos del Führer. Páginas y páginas de fotos nunca vistas del encuentro entre Franco y Hitler en Hendaya. Tétricos ataúdes cubiertos por banderas nazis. Y siempre aquel hombre. Un hombre muy alto y sobrecogedor.
– ¿Qué es todo esto, Manuel?
Manuel Sánchez Bretón, el marido de Rosa, tiene 90 años y aún recuerda a Hans Thomsen, aquel impresionante alemán que, dice, «parecía una estatua de dos metros». Un ‘gigante’ a quien conoció cuando estudiaba Ingeniería de Caminos en Madrid y de cuya historia acabaría siendo custodio.
Cuando Thomsen abandonó Madrid, entregó sus fotos a su vecino Andrés Rodríguez-Villa, procurador falangista en Cortes. Y éste decidió quitárselas de encima -no fuera a ser- confiándoselas a su amigo Manuel, un estudiante asturiano de 24 años que vivía en una pensión de la calle Arenal. Se quedaron en Madrid con él hasta que volvió a Asturias en 1970. Las guardó en el desván del pueblo. Y no las volvió a mirar.
«Estuve en casa de Thomsen dos o tres veces con Rodríguez-Villa. Allí conocí a su mujer, Lizzie, y a sus hijos, cuatro o cinco chavales de entre 5 y 12 años. Cuando Villa me dio los libros para que los guardara, él no le dio mayor importancia y a mí tampoco me sorprendió. Nunca me pidieron que hiciera nada por ellos, ni que entrara en el partido. En aquella casa nunca se hablaba de política», cuenta Manuel.
Desprecio a los falangistas
Thomsen no hablaba de política en casa (un chalé de la colonia de El Viso) porque bastante tenía fuera, encargado de resucitar las escuálidas fuerzas del partido en Madrid. Durante la Guerra Civil vivían en España entre 15.000 y 30.000 alemanes (según las fuentes) pero muy pocos, sólo unos 700, engrosaban las filas nacionalsocialistas. Sin embargo, una vez acabada la contienda en 1939, los alemanes residentes en España se lanzaron en masa a por carnés del partido. Tenían miedo.
Sin embargo, pese a la germanofilia sin tapujos de la que hacía gala la plana mayor de la falange en los primeros años del franquismo, los informes que Thomsen enviaba a Berlín eran demoledores.
«El jefe del partido nacionalsocialista en España, Thomsen, nos informa sobre la situación allí», anota Goebbels en su diario en 1941. «Franco y Súñer están totalmente entregados al clericalismo, carecen de apoyo popular, ni siquiera han comenzado a ocuparse de cuestiones sociales. Hay un caos tremendo. La Falange no tiene ninguna influencia. Mucha grandeza pero nada detrás».
Fuente: El Mundo.es /Josefa Paredes | Madrid
Actualizado domingo 14/06/2009
http://www.elmundo.es/elmundo/2009/06/14/espana/1244944874.html
Las fotos de Centelles descubren a Francia el horror de sus campos…
junio 14, 2009- El museo del Jeu de Paume exhibe las imágenes de la guerra y del exilio en Bram.
- • El fotoperiodista catalán se consagra en París como un autor internacional.
La mujer no da crédito a sus ojos. «¿De verdad que esto sucedió en el sur de Francia?», pregunta incrédula ante la visión de las fotografías de Agustí Centelles sobre la vida de los republicanos españoles en el campo de refugiados de Bram, que se exhiben por primera vez al otro lado de los Pirineos en el Jeu de Paume de París. La exposición Agustí Centelles, diario de una guerra y de un exilio, inaugurada ayer, levanta uno de los tabús de la historia de Francia: el trato indigno que dio el país de los derechos humanos a los 550.000 hombres y mujeres que cruzaron la frontera huyendo de la represión franquista.
Coincidiendo con el centenario del nacimiento de Centelles y el 70° aniversario del fin de la guerra civil, el fotoperiodista recibe un reconocimiento que no había tenido hasta ahora. «Entrando en el circuito de uno de los templos europeos de la fotografía como es el Jeu de Paume, Centelles se consagra como autor internacional», resume Miquel Berga, comisario de la exposición.
El que también fue comisario de la retrospectiva de la Virreina de Barcelona ha seleccionado un centenar de clichés: una cuarentena reflejan la guerra civil pero la mayoría, pensando en el impacto que supone para el público francés, que plasman la miseria de Bram «Es un episodio casi desconocido, que provoca malestar. Y Bram era el campo bueno, en las playas de Argelers la situación era peor», explica Berga. Teniendo en cuenta este contexto, su criterio ha sido «mostrar las dificultades pero sin dar pie a pensar que era un campo de exterminio».
CONDICIONES INFRAHUMANAS / Las imágenes, acompañadas de un diaporama y la lectura del diario de Centelles, desvelan las condiciones infrahumanas de los 17.000 hombres recluidos en Bram durante nueve meses. A diferencia de las fotografías de Robert Capa, que visitó el campo un día, las del exiliado están tomadas desde dentro, una posición «única en las historia de la fotografía del siglo XX», según Berga. Centelles se las ingenió para montar un precario laboratorio donde revelar la desolación captada por su Leica. Mientras, escribía un diario dedicado a sus hijos. Sergi y Octavi Centelles desbordaban orgullo ayer en París: «Esto no es el colofón: esperamos que sea un puente para cruzar el charco. El sueño de nuestro padre era exponer enen Estados Unidos»

El campo de refugiados de Bram en 1939. Foto: agustí centelles / archivo centelles / adagp

Escolares madrileños refugiados en Barcelona, en septiembre de 1936. Foto: AGUSTÍ CENTELLES

Un miliciano parte hacia el frente (Barcelona, 25 de julio de 1936). Foto: agustí centelles / archivo centelles / adagp
Auschwitz necesita reformas…
junio 14, 2009Tras 64 años de historia, el museo del horror nazi pide ayuda internacional para sobrevivir.
El 14 de junio de 1940 llegaron los primeros prisioneros al campo de concentración nazi de Auschwitz I, punto de partida de una red de centros de exterminio en los que murieron más de un millón de personas: el 90% de ellos, judíos; el resto, opositores, homosexuales, gitanos y discapacitados.
64 años después de la liberación del complejo, este memorial, cementerio y museo del horror lucha por sobrevivir en plena crisis económica. Las 200 hectáreas que componen Auschwitz necesitan reformas y un mantenimiento constante.
Un consejo formado por ex prisioneros, historiadores y expertos administra el Museo Estatal de Auschwitz, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1979, bajo la tutela del Gobierno polaco. El año pasado, el Gobierno se hizo cargo del 97% del presupuesto del centro, con el que se hizo frente a los costes materiales de la conservación y de las 250 personas que allí trabajan.
El museo, con edificios vetados al público, necesita una inyección urgente de 120 millones de euros, según el Gobierno polaco
El problema, según el portavoz del museo, Jarek Mensfelt, es que este dinero no basta para conservar el museo. «Si no se hace algo, dentro de 20 años no quedará nada», asegura Mensfelt. Con el campo, desaparecería el mayor vestigio del Holocausto, compuesto por cámaras de gas, barracones, torres de vigilancia y otros símbolos de represión y perversión. En 2008, un millón de personas visitaron el lugar de manera gratuita.
El museo que se encuentra en los alrededores de Oswiecim, al sur del país necesita una inyección urgente de 120 millones de euros, según dijo hace unos meses el primer ministro polaco, Donald Tusk. Una muestra del deterioro son los dos tercios de los edificios de ladrillo cerrados al público «por su inseguridad».
«Si no se hace algo, dentro de 20 años no quedará nada», asegura el portavoz del centro. Desaparecería el mayor vestigio del holocausto
Una parte de ese dinero se dedicaría a la creación de un depósito especializado para los documentos, objetos y artefactos, así como a actualizar la exposición del museo. «Esta es la muestra más antigua del mundo sobre el tema se abrió en 1955. Sin embargo, la exhibición no está orientada a los visitantes que nacieron después de la guerra. Ahora acabamos de iniciar los trabajos para preparar algo más moderno para las nuevas generaciones», explica Mensfelt.
Para intentar dar una solución al problema económico del Museo, el ex prisionero Wladyslaw Bartoszewski creó en abril de este año la Auschwitz-Birkenau Foundation bajo el lema «Salvaremos del olvido lo que ellos intentaron destruir». La frase hace referencia a las demoliciones realizadas por los nazis a su salida de Auschwitz con la intención de ocultar las pruebas del exterminio. Según explica Mensfelt, «la fundación pretende establecer un fondo eterno cuyos intereses se emplearían en los trabajos de conservación rutinarios que los especialistas estiman en al menos cuatro millones de euros al año».
El director del museo y el Gobierno Polaco han expresado su deseo de que los países de la Unión Europea se involucren en la conservación de este patrimonio. En respuesta, la UE ha anunciado esta semana una aportación de 4,2 millones de euros para hacer frente al deterioro. Un primer paso, todavía insuficiente, pero que permitirá comenzar los trabajos que necesita el campo. «Este museo es uno de los pilares que ha hecho posible la construcción de la UE. Llevamos tres generaciones viviendo en paz y de ahí la importancia de que se conserve para las futuras generaciones» concluye Mensfelt.
Fuente: Público.es /JOSÉ PUJOL – OSWIECIM (POLONIA) – 14/06/2009
2.000 familias reclaman el dinero incautado por Franco…
junio 14, 2009Se calcula que en 1938 las autoridades franquistas encautaron al menos 3.560 millones de pesetas de la época que nunca se devolvieron.
Alrededor 2.000 familias de toda España solicitan recuperar el dinero, emitido por el bando republicano, que les fue incautado por el régimen franquista a partir de 1938 y hasta entrada la posguerra. Todas ellas se han asociado en la Agrupación de Perjudicados por la Incautación del Gobierno Franquista (Apigf), que se dedica a recoger copias de todos los recibos que emitieron las autoridades cuando les requisaron el dinero.
«Muchos somos catalanes porque en esta comunidad la asociación ha tenido mucha repercusión en los medios», aseguró que una de las impulsoras de dicha entidad, Lidia Jiménez que, junto a otros asociados, se reunieron hoy en Barcelona para estudiar qué posibilidades tienen para recuperar el dinero incautado.
«Pedimos justicia, que a los perjudicados se nos devuelva el dinero incautado»
A los abuelos maternos de Lidia les incautaron 1.365 pesetas y a cambio, recibieron un recibo, que fue la dote la madre de Lídia, Montserrat Capdevila, quien ha acudido desde los años 60 al Banco de España en continuas ocasiones para intentar cobrarlo.
«La respuesta siempre ha sido la misma, que aún no tocaba», precisó Jiménez, quien indicó que la reivindicación de la asociación es que se reconozca la confiscación y se restituya a los afectados y sus descendientes el dinero con un valor actualizado al curso. Estiman que una peseta de la época de 1936 son ahora 2,85 euros.
El dinero Republicano
En 1938, en plena Guerra Civil, un decreto del Ministerio de Hacienda del gobierno franquista, con sede en Burgos, ordenó la prohibición de «la tenencia de papel moneda puesto en curso por el enemigo», según reza el Boletín Oficial del Estado (BOE).
«La respuesta siempre ha sido la misma, que aún no tocaba»
Esta orden gubernativa ordenaba la incautación del papel moneda impreso por el Gobierno Republicano a partir de 1936, que también pusieron en circulación algunos ayuntamientos situados en territorio republicano e incluso cooperativas.
Con esta finalidad, se creó el Fondo de Papel Moneda puesto en Circulación por el Enemigo, de acuerdo con un decreto del Ministerio de Economía franquista.
Vecinos de toda España tuvieron que entregar sus ahorros al Banco de España, entidades bancarias privadas y a los Ayuntamientos, y nunca cobraron la cantidad abonada. Eso sí, todas ellas recibieron un recibo oficial donde se certificaba la cantidad entregada, aunque Apigf tiene constancia de que en algunas poblaciones rurales, en vez de recibos se repartieron cruces.
Historiadores que colaboran con la entidad tuvieron acceso a los libros de actos del Archivo Histórico del Banco de España, y comprobaron que, según los registros de la época, se reconoce que al menos se incautaron y no se devolvieron 3.560 millones de pesetas de la época, «aunque la cifra total podría superar los 5.000 millones de entonces», precisó Jiménez.
Hay aproximadamente unas 1.200 familias afectadas que viven en Cataluña. El resto, unas 800, viven en el resto de España. «Incluso tenemos casos de emigrantes españoles en Colombia, Francia, Italia y Uruguay», añadió Jiménez, que también explicó que tienen afectados a quienes les incautaron viviendas y vehículos, y que no recibieron nada a cambio.
Fuente: Público.es /