La juez que reparó 73 años de olvido…

junio 14, 2009

La orden de exhumar los cuerpos de siete represaliados constituye para los familiares «un hecho histórico»

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El pasado viernes la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica completaba la exhumación en Santa Marta de Tera de siete cuerpos correspondientes a dos grupos de represaliados de la Guerra Civil. Las tareas habían empezado cinco días antes por resolución de la titular del Juzgado número 2 de Benavente, Tania María Chico, que daba curso así a una demanda presentada por familiares y asociación ante la Audiencia Nacional unos meses antes y remitida por el juez Baltasar Garzón a este tribunal.
Hace un mes los familiares de las víctimas se llevaron una sorpresa cuando el Juzgado les requirió para recoger sus testimonios. Era la primera señal de que su causa iba a contar con el amparo judicial. Los familiares de varios vecinos de la localidad leonesa de Destriana habían buscado desde hace años a sus muertos, y 73 años después de su desaparición se encontraron con que por fin la justicia se interesaba por su caso. Quizá había llegado el momento de que aquellos que un día quedaron en una cuneta pudieran contar su historia y recuperar la dignidad que nunca debieron de perder; ni ellos ni sus familias.
El anuncio de la exhumación fue recibido con nerviosismo. Algunos de los familiares más directos, hermanos o hijos de las víctimas, olvidaron el dolor físico de achaques y enfermedades, abandonaron su postración diaria y optaron por acudir hasta el cementerio próximo al río Tera para ser testigos de primera. Hasta 15 herederos de los represaliados leoneses han recordado junto a la fosa los acontecimientos de agosto de 1936, cuando los falangistas se llevaron en un camión a Baltasar Carbajo Vidales, Baltasar Valderrey Turrado, José Villalibre Toral y Aquilino Ortega Villahoz.
Durante la excavación, todos ellos han pasado por una experiencia única que no van a olvidar. Adhesiones, eco en la prensa nacional e internacional, intercambio con otros familiares, nuevos datos de la represión y de su propia historia. No ha faltado de nada en Santa Marta de Tera, ni siquiera el recelo de algunos vecinos a remover una tumba o viejos sentimientos.
Ellos mismos le han dado la consideración de momento histórico y afirman que se lo deben a la titular del Juzgado benaventano, que desde su responsabilidad ha aliviado su dolor, liberado su carga de años y propiciado que otras familias se animen a reclamar a sus allegados o que aquellos que recelaban pierdan el miedo a hablar de las injusticias que encierra una fosa común.
Trato humano
Baltasar Berciano Valderrey, de 48 años, a la vez familiar de víctima y miembro de la ARMH, define la importancia de la decisión de la juez. «Ha tenido una actitud maravillosa para las familias, muy reparadora. Ha cumplido su trabajo con dignidad, suma discreción y cautela, lo que nos ha alegrado enormemente». La única razón que la titular del Juzgado ha dado a las familias para admitir el caso es que «considera que es un derecho y que había que hacerlo». Sencillamente.
Pero los familiares también han sentido el apoyo humano. «En el trato con los familiares la juez ha mostrado una gran humanidad, ha querido estar con ellos, muy próxima, rozando los codos y, además, ha mostrado un grado de competencia excepcional».
No se trataba solo de recuperar los cuerpos, sino también que se sepa lo ocurrido. «Claro que es diferente el que tenga una tutela judicial, porque eso supone buscar la verdad judicial, que se investigue lo que ha pasado. Nosotros, como asociación, sólo podemos hacer la exhumación pero siempre hemos reclamado la tutela judicial».
Como familiar, Baltasar Berciano considera que el hecho de que la juez siguiera de cerca el rescate de los cuerpos también ha sido un apoyo esencial. «Nos parecía que estábamos viviendo un momento histórico con la juez, el forense y la Guardia Civil allí. Es totalmente distinto a lo que hemos hecho hasta ahora desde la asociación».
El colectivo confía en que otros jueces tomen ejemplo. Mientras tanto, seguirán con la labor comenzada en el 2000, para localizar otros enterramientos y devolver más restos a descendientes.
Pero, para sus integrantes, Santa Marta de Tera ha sido «un punto de inflexión»; las decisiones de la juez «han supuesto para todos nosotros una experiencia reparadora y educativa; a pesar del dolor, de las dudas al ver cómo estaban los restos -que se podrían haber recuperado hace muchos años- ha sido muy liberador».
A falta de los resultados del laboratorio, los familiares de Destriana parecen haberse liberado de una carga de 73 años, los mismos en los que «han vivido niñas de 8, 13 y 15 años que vieron como les arrebataban a sus padres» y que ahora podrán enterrar junto a sus allegados.
La búsqueda de los represaliados de Destrianaen Santa Marta de Tera permitió encontrar documentación relativa a la segunda fosa de represaliados. Asociación y Juzgado localizaron a los familiares de dos de las cuatro víctimas que allí yacían, aunque tras los años de fuerte represión hicieron que optasen por mantenerse en el anonimato en el momento en que todo el mundo estaba pendiente de ellos. Cinco días de contacto con las familias de Destriana, con la juez, con la publicación del caso en todos los medios, han favorecido que de forma tímida su historia se vaya sabiendo y no les importe contar discretamente lo que hasta ahora sólo relataban en casa, de hijos a nietos.
La segunda fosa
Víctor Calvo Sáez, un contable de Almacenes Otero de 33 años; Andrés Castaño Fernández, barrendero municipal de 46 años; Clemente López Hernández, jornalero de 33 años, y Modesto Rodríguez Vecino, dependiente de 26 años, son los cuatro ocupantes de la segunda fosa de Santa Marta de Tera. Los cuatro forman parte de la lista de presos de la cárcel de Puebla de Sanabria, en la que entraron 194 detenidos por delitos políticos entre el 27 de julio y el 29 de diciembre de 1936.
Son datos muy recientes, puesto que hasta 2007 no se tenía documentación de la prisión, entregada ese año al Archivo Provincial de Zamora por Andoni Bruña, quien lo encontró en una maleta, según el estudio de Lucio Martínez Pereda, publicado el año pasado por el CEB Ledo del Pozo, con la lista de todos los presos.
Cada publicación mueve a las familias a querer saber. Precisamente, una hija de Víctor Calvo se interesó por esta publicación en busca de datos de su padre, del que sabía que uno de sus enterradores había reconocido y pedido al resto un respeto para su cuerpo.
Otra familia ha asistido a la excavación en Santa Marta, la de Andrés Castaño, cuyo entorno nunca entendió ese crimen. Sin afiliación política ni sindical, el hecho de ser barrendero le costó la vida. Le fueron a buscar mientras trabajaba, «deja la escoba y ven con nosotros». No volvieron a verle. Unos días después una vecina acudió a casa y les dijo que habían matado a cuatro de Benavente en El Chote, Camarzana de Tera, y les habían enterrado en Santa Marta. Así lo cuenta hoy una nieta a quien su madre le repitió una y mil veces aquella historia en busca de un porqué que todavía no ha llegado.
¿Por qué me llaman roja?
Ni la de su padre ni la del hermano, «que se llevaron a la cárcel de Zamora y unos días después pidió a su madre que le llevara el traje porque tenía que declarar, pero que estaba tranquilo porque él no había hecho nada. Le mataron aquella misma tarde», dice esta benaventana que ha oído a su tía recordar una vez más ante los familiares de Destriana cómo cuando de niña, con nueve años, iba con su madre a poner flores a la tumba de su padre en Santa Marta y la gente no les dejaba y las insultaban. «Mi tía preguntaba: ‘Madre, ¿por qué me llaman roja, si yo soy rubia?’».
Fuente: Norte de Castilla.es /ISABEL REGUILÓN I. R. /| BENAVENTE BENAVENTE

Sevilla pone una calle en recuerdo de un defensor del Madrid republicano…

junio 14, 2009

El anarquistaMelchor Rodríguez detuvo la represión franquista en el Madrid republicano.

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Una calle del sevillano barrio de Valdezorras ha sido rotulada hoy con el nombre del anarquista sevillano Melchor Rodríguez, quien desde su cargo de delegado especial de Prisiones en el Madrid sitiado de la Guerra Civil se consagró a salvar vidas, lo que le valió el mote de El Ángel Rojo.

La calle está situada en la Verea de San Cayetano, en Valdezorras, barrio directamente relacionado con los «trabajos forzados» de los presos políticos del franquismo que construyeron el Canal de los Presos. Al acto ha asistido el nieto de Melchor Rodríguez, Melchor Leal, quien expresó su agradecimiento por que los sevillanos no se hayan olvidado de su abuelo.

El rótulo de la calle estaba cubierto por una bandera roja y negra y por otra republicana, por la vinculación del homenajeado a las instituciones republicanas.

El responsable del sindicato CGT en Sevilla, Cecilio Gordillo, dijo que también se le ha solicitado el rótulo de otra calle con el nombre de Melchor al Ayuntamiento de Madrid, donde transcurrió su actividad profesional, y que la iniciativa de Sevilla no partió de CGT sino de la sugerencia anónima de un ciudadano.

El periodista Alfonso Domingo, que ha rastreado la vida de Melchor Rodríguez, que fue una especie de «Schindler» español, no ha podido asistir al acto por hallarse, precisamente, en la Feria del Libro de Madrid firmando ejemplares de su biografía El ángel rojo.La historia de Melchor Rodríguez, el anarquista que detuvo la represión en el Madrid republicano.

«A las barricadas»

Según su biógrafo, Melchor salvó, directa o indirectamente, al general Muñoz Grandes, quien recién terminada la Guerra tuvo la gallardía de testificar a su favor cuando se le pedía pena de muerte, al general Carrasco Verde, al futbolista Ricardo Zamora, a los falangistas Rafael Sánchez Mazas y Raimundo Fernández-Cuesta.

También a dos hermanos Luca de Tena, al locutor Bobby Deglané, al doctor Mariano Gómez Ulla, a Valentín Gallarza y al mismo Ramón Serrano Suñer, ministro y cuñado de Franco, entre otras muchas personas anónimas adscritas al bando nacional.

En el entierro de Melchor, en 1972, en pleno franquismo, se cantó «A las barricadas», Martín Artajo leyó un poema y rezó un Padrenuestro, el féretro se cubrió con una bandera rojinegra y anarquistas y franquistas se fundieron en un mismo adiós.

Fuente: Público.es /
http://www.publico.es/espana/232076/sevilla/dedica/calle/angel/rojo


La pista perdida del hombre de Hitler en España…

junio 14, 2009

Thomsen, jefe del Partido Nazi en España, dejó dos álbumes al huir en 1945. Contienen cientos de fotos de la época con actos nazis en ciudades españolas. Reflejan la admiración falangista por los nazis.

Hombre perdido de Hitler

Han estado en casa de un asturiano que lo conoció cuando estudiaba en Madrid.

Su mujer las encontró en el desván de su casa cuando se disponía a limpiar.

Thomsen despreciaba a los falangistas, pese a la admiración de éstos.

«Era un hombre muy serio. Su estatura sobrecogía, parecía una estatua de dos metros. Era el clásico alemán que impresionaba a todo el mundo». El hombre así descrito se llamaba Hans Thomsen y fue el jefe del Partido Nacionalsocialista (NSDAP) en España desde 1939 hasta la derrota alemana en la Segunda Guerra Mundial.

Un hombre serio y sobrecogedor que sólo sonreía cuando estaba con su mujer y sus hijos y que, al abandonar Madrid reclamado por los aliados, desapareció de la Historia dejando tras de sí dos álbumes de fotos de las actividades nazis en España. 450 imágenes inéditas ocultas durante más de 60 años. Hasta ahora.

La pista perdida que Thomsen dejó en Madrid estaba oculta en el desván de una casa de pueblo en el concejo asturiano de Ponga, cerca de Cangas de o­nís. Hace unos meses Rosa López, de 57 años, subió un día al desván para limpiar. Al abrir una de las polvorientas cajas de cartón apareció un gran libro marrón, encuadernado en cuero, con el escudo del Tercer Reich. La mujer no daba crédito a lo que veía. En la primera página, la rúbrica de Himmler, el comandante en jefe de las SS, el ejecutor del Holocausto. La fecha: 21 de octubre de 1940. La ciudad: Madrid.

El álbum de Thomsen

Bajo el gran libro de firmas, duras y angulosas firmas alemanas, se escondían los dos álbumes de fotos de tapas repujadas a mano y gruesas hojas de fibra vegetal tintada. Cientos de fotos: la calle de Alcalá flanqueada de inmensas esvásticas, Las Ventas a reventar de gente brazo en alto, cruces gamadas en el Monasterio del Escorial. Altos cargos franquistas y la cúpula del Estado Nazi en San Sebastián, Valencia, Barcelona, Toledo. Niños saludando marciales ante gigantescos retratos del Führer. Páginas y páginas de fotos nunca vistas del encuentro entre Franco y Hitler en Hendaya. Tétricos ataúdes cubiertos por banderas nazis. Y siempre aquel hombre. Un hombre muy alto y sobrecogedor.

– ¿Qué es todo esto, Manuel?

Manuel Sánchez Bretón, el marido de Rosa, tiene 90 años y aún recuerda a Hans Thomsen, aquel impresionante alemán que, dice, «parecía una estatua de dos metros». Un ‘gigante’ a quien conoció cuando estudiaba Ingeniería de Caminos en Madrid y de cuya historia acabaría siendo custodio.

Cuando Thomsen abandonó Madrid, entregó sus fotos a su vecino Andrés Rodríguez-Villa, procurador falangista en Cortes. Y éste decidió quitárselas de encima -no fuera a ser- confiándoselas a su amigo Manuel, un estudiante asturiano de 24 años que vivía en una pensión de la calle Arenal. Se quedaron en Madrid con él hasta que volvió a Asturias en 1970. Las guardó en el desván del pueblo. Y no las volvió a mirar.

«Estuve en casa de Thomsen dos o tres veces con Rodríguez-Villa. Allí conocí a su mujer, Lizzie, y a sus hijos, cuatro o cinco chavales de entre 5 y 12 años. Cuando Villa me dio los libros para que los guardara, él no le dio mayor importancia y a mí tampoco me sorprendió. Nunca me pidieron que hiciera nada por ellos, ni que entrara en el partido. En aquella casa nunca se hablaba de política», cuenta Manuel.

Desprecio a los falangistas

Thomsen no hablaba de política en casa (un chalé de la colonia de El Viso) porque bastante tenía fuera, encargado de resucitar las escuálidas fuerzas del partido en Madrid. Durante la Guerra Civil vivían en España entre 15.000 y 30.000 alemanes (según las fuentes) pero muy pocos, sólo unos 700, engrosaban las filas nacionalsocialistas. Sin embargo, una vez acabada la contienda en 1939, los alemanes residentes en España se lanzaron en masa a por carnés del partido. Tenían miedo.

Sin embargo, pese a la germanofilia sin tapujos de la que hacía gala la plana mayor de la falange en los primeros años del franquismo, los informes que Thomsen enviaba a Berlín eran demoledores.

«El jefe del partido nacionalsocialista en España, Thomsen, nos informa sobre la situación allí», anota Goebbels en su diario en 1941. «Franco y Súñer están totalmente entregados al clericalismo, carecen de apoyo popular, ni siquiera han comenzado a ocuparse de cuestiones sociales. Hay un caos tremendo. La Falange no tiene ninguna influencia. Mucha grandeza pero nada detrás».

Fuente: El Mundo.es /Josefa Paredes | Madrid

Actualizado domingo 14/06/2009

http://www.elmundo.es/elmundo/2009/06/14/espana/1244944874.html



Las fotos de Centelles descubren a Francia el horror de sus campos…

junio 14, 2009
  1. El museo del Jeu de Paume exhibe las imágenes de la guerra y del exilio en Bram.
  2. El fotoperiodista catalán se consagra en París como un autor internacional.
Fuente: ELIANNE ROS / PARÍS

La mujer no da crédito a sus ojos. «¿De verdad que esto sucedió en el sur de Francia?», pregunta incrédula ante la visión de las fotografías de Agustí Centelles sobre la vida de los republicanos españoles en el campo de refugiados de Bram, que se exhiben por primera vez al otro lado de los Pirineos en el Jeu de Paume de París. La exposición Agustí Centelles, diario de una guerra y de un exilio, inaugurada ayer, levanta uno de los tabús de la historia de Francia: el trato indigno que dio el país de los derechos humanos a los 550.000 hombres y mujeres que cruzaron la frontera huyendo de la represión franquista.
Coincidiendo con el centenario del nacimiento de Centelles y el 70° aniversario del fin de la guerra civil, el fotoperiodista recibe un reconocimiento que no había tenido hasta ahora. «Entrando en el circuito de uno de los templos europeos de la fotografía como es el Jeu de Paume, Centelles se consagra como autor internacional», resume Miquel Berga, comisario de la exposición.
El que también fue comisario de la retrospectiva de la Virreina de Barcelona ha seleccionado un centenar de clichés: una cuarentena reflejan la guerra civil pero la mayoría, pensando en el impacto que supone para el público francés, que plasman la miseria de Bram «Es un episodio casi desconocido, que provoca malestar. Y Bram era el campo bueno, en las playas de Argelers la situación era peor», explica Berga. Teniendo en cuenta este contexto, su criterio ha sido «mostrar las dificultades pero sin dar pie a pensar que era un campo de exterminio».

CONDICIONES INFRAHUMANAS / Las imágenes, acompañadas de un diaporama y la lectura del diario de Centelles, desvelan las condiciones infrahumanas de los 17.000 hombres recluidos en Bram durante nueve meses. A diferencia de las fotografías de Robert Capa, que visitó el campo un día, las del exiliado están tomadas desde dentro, una posición «única en las historia de la fotografía del siglo XX», según Berga. Centelles se las ingenió para montar un precario laboratorio donde revelar la desolación captada por su Leica. Mientras, escribía un diario dedicado a sus hijos. Sergi y Octavi Centelles desbordaban orgullo ayer en París: «Esto no es el colofón: esperamos que sea un puente para cruzar el charco. El sueño de nuestro padre era exponer enen Estados Unidos»

El campo de refugiados de Bram en 1939. Foto: agustí centelles / archivo centelles / adagp

El campo de refugiados de Bram en 1939. Foto: agustí centelles / archivo centelles / adagp

Escolares madrileños refugiados en Barcelona, en septiembre de 1936. Foto: AGUSTÍ CENTELLES

Escolares madrileños refugiados en Barcelona, en septiembre de 1936. Foto: AGUSTÍ CENTELLES

Un miliciano parte hacia el frente (Barcelona, 25 de julio de 1936). Foto: agustí centelles / archivo centelles / adagp

Un miliciano parte hacia el frente (Barcelona, 25 de julio de 1936). Foto: agustí centelles / archivo centelles / adagp


Auschwitz necesita reformas…

junio 14, 2009

Tras 64 años de historia, el museo del horror nazi pide ayuda internacional para sobrevivir.

Vista del campo de Birkenau. JOSÉ PUJOL

Vista del campo de Birkenau. JOSÉ PUJOL

El 14 de junio de 1940 llegaron los primeros prisioneros al campo de concentración nazi de Auschwitz I, punto de partida de una red de centros de exterminio en los que murieron más de un millón de personas: el 90% de ellos, judíos; el resto, opositores, homosexuales, gitanos y discapacitados.

64 años después de la liberación del complejo, este memorial, cementerio y museo del horror lucha por sobrevivir en plena crisis económica. Las 200 hectáreas que componen Auschwitz necesitan reformas y un mantenimiento constante.

Un consejo formado por ex prisioneros, historiadores y expertos administra el Museo Estatal de Auschwitz, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1979, bajo la tutela del Gobierno polaco. El año pasado, el Gobierno se hizo cargo del 97% del presupuesto del centro, con el que se hizo frente a los costes materiales de la conservación y de las 250 personas que allí trabajan.

El museo, con edificios vetados al público, necesita una inyección urgente de 120 millones de euros, según el Gobierno polaco

El problema, según el portavoz del museo, Jarek Mensfelt, es que este dinero no basta para conservar el museo. «Si no se hace algo, dentro de 20 años no quedará nada», asegura Mensfelt. Con el campo, desaparecería el mayor vestigio del Holocausto, compuesto por cámaras de gas, barracones, torres de vigilancia y otros símbolos de represión y perversión. En 2008, un millón de personas visitaron el lugar de manera gratuita.

El museo que se encuentra en los alrededores de Oswiecim, al sur del país necesita una inyección urgente de 120 millones de euros, según dijo hace unos meses el primer ministro polaco, Donald Tusk. Una muestra del deterioro son los dos tercios de los edificios de ladrillo cerrados al público «por su inseguridad».

«Si no se hace algo, dentro de 20 años no quedará nada», asegura el portavoz del centro. Desaparecería el mayor vestigio del holocausto

Una parte de ese dinero se dedicaría a la creación de un depósito especializado para los documentos, objetos y artefactos, así como a actualizar la exposición del museo. «Esta es la muestra más antigua del mundo sobre el tema se abrió en 1955. Sin embargo, la exhibición no está orientada a los visitantes que nacieron después de la guerra. Ahora acabamos de iniciar los trabajos para preparar algo más moderno para las nuevas generaciones», explica Mensfelt.

Para intentar dar una solución al problema económico del Museo, el ex prisionero Wladyslaw Bartoszewski creó en abril de este año la Auschwitz-Birkenau Foundation bajo el lema «Salvaremos del olvido lo que ellos intentaron destruir». La frase hace referencia a las demoliciones realizadas por los nazis a su salida de Auschwitz con la intención de ocultar las pruebas del exterminio. Según explica Mensfelt, «la fundación pretende establecer un fondo eterno cuyos intereses se emplearían en los trabajos de conservación rutinarios que los especialistas estiman en al menos cuatro millones de euros al año».

El director del museo y el Gobierno Polaco han expresado su deseo de que los países de la Unión Europea se involucren en la conservación de este patrimonio. En respuesta, la UE ha anunciado esta semana una aportación de 4,2 millones de euros para hacer frente al deterioro. Un primer paso, todavía insuficiente, pero que permitirá comenzar los trabajos que necesita el campo. «Este museo es uno de los pilares que ha hecho posible la construcción de la UE. Llevamos tres generaciones viviendo en paz y de ahí la importancia de que se conserve para las futuras generaciones» concluye Mensfelt.

Fuente: Público.es /JOSÉ PUJOL – OSWIECIM (POLONIA) – 14/06/2009


2.000 familias reclaman el dinero incautado por Franco…

junio 14, 2009

Se calcula que en 1938 las autoridades franquistas encautaron al menos 3.560 millones de pesetas de la época que nunca se devolvieron.

Imagen del dictador español, Francisco Franco, en su última etapa

Imagen del dictador español, Francisco Franco, en su última etapa

Alrededor 2.000 familias de toda España solicitan recuperar el dinero, emitido por el bando republicano, que les fue incautado por el régimen franquista a partir de 1938 y hasta entrada la posguerra. Todas ellas se han asociado en la Agrupación de Perjudicados por la Incautación del Gobierno Franquista (Apigf), que se dedica a recoger copias de todos los recibos que emitieron las autoridades cuando les requisaron el dinero.

«Muchos somos catalanes porque en esta comunidad la asociación ha tenido mucha repercusión en los medios», aseguró que una de las impulsoras de dicha entidad, Lidia Jiménez que, junto a otros asociados, se reunieron hoy en Barcelona para estudiar qué posibilidades tienen para recuperar el dinero incautado.

«Pedimos justicia, que a los perjudicados se nos devuelva el dinero incautado»

A los abuelos maternos de Lidia les incautaron 1.365 pesetas y a cambio, recibieron un recibo, que fue la dote la madre de Lídia, Montserrat Capdevila, quien ha acudido desde los años 60 al Banco de España en continuas ocasiones para intentar cobrarlo.

«La respuesta siempre ha sido la misma, que aún no tocaba», precisó Jiménez, quien indicó que la reivindicación de la asociación es que se reconozca la confiscación y se restituya a los afectados y sus descendientes el dinero con un valor actualizado al curso. Estiman que una peseta de la época de 1936 son ahora 2,85 euros.

El dinero Republicano

En 1938, en plena Guerra Civil, un decreto del Ministerio de Hacienda del gobierno franquista, con sede en Burgos, ordenó la prohibición de «la tenencia de papel moneda puesto en curso por el enemigo», según reza el Boletín Oficial del Estado (BOE).

«La respuesta siempre ha sido la misma, que aún no tocaba»

Esta orden gubernativa ordenaba la incautación del papel moneda impreso por el Gobierno Republicano a partir de 1936, que también pusieron en circulación algunos ayuntamientos situados en territorio republicano e incluso cooperativas.

Con esta finalidad, se creó el Fondo de Papel Moneda puesto en Circulación por el Enemigo, de acuerdo con un decreto del Ministerio de Economía franquista.

Vecinos de toda España tuvieron que entregar sus ahorros al Banco de España, entidades bancarias privadas y a los Ayuntamientos, y nunca cobraron la cantidad abonada. Eso sí, todas ellas recibieron un recibo oficial donde se certificaba la cantidad entregada, aunque Apigf tiene constancia de que en algunas poblaciones rurales, en vez de recibos se repartieron cruces.

Historiadores que colaboran con la entidad tuvieron acceso a los libros de actos del Archivo Histórico del Banco de España, y comprobaron que, según los registros de la época, se reconoce que al menos se incautaron y no se devolvieron 3.560 millones de pesetas de la época, «aunque la cifra total podría superar los 5.000 millones de entonces», precisó Jiménez.

Hay aproximadamente unas 1.200 familias afectadas que viven en Cataluña. El resto, unas 800, viven en el resto de España. «Incluso tenemos casos de emigrantes españoles en Colombia, Francia, Italia y Uruguay», añadió Jiménez, que también explicó que tienen afectados a quienes les incautaron viviendas y vehículos, y que no recibieron nada a cambio.
Fuente: Público.es /